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EDUARDO HERRÁN RIVERA

CODIGO: 2151694

HISTORIA URBANA

ESCUELA DE HISTORIA – UIS

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José Luis Romero, Latinoamérica: Las ciudades y las ideas (Medellín: Universidad de Antioquia
1999), cap. 6: Las ciudades burguesas.

Romero contextualiza perfectamente el componente espacial e histórico que genera el proceso de


conformación de las ciudades latinoamericanas. De ahí se entiende que el desarrollo urbano en esta
parte del mundo ha estado movido por múltiples factores que incluyen lo geográfico y económico,
pero ante todo ha estado sacudido por el establecimiento de ideas traídas de lugares ajenos al
continente americano, que con el pasar del tiempo se asumieron como importantes para establecer
orden en los territorios. También es claro que es el inicio para transformar una sociedad rural en
una sociedad urbana con fuertes contrastes ideológicos y, especialmente se marcan los inicios de
los desequilibrios y las inequidades territoriales que persisten hasta hoy en América Latina.

En ese sentido, las ciudades que conforman actualmente el sistema urbano de México, Colombia,
Argentina, Brasil, Chile, Perú, Venezuela, Ecuador y Uruguay, son el producto de esa historia de hace
cuatro siglo, desde esa época se marcaron los espacio en el cual se posicionaría el poder político-
económico y de cierta manera dichas ciudades marcarían el prototipo de las sociedades a la que se
debía aspirar en el largo plazo.

El capítulo 6, las ciudades burguesas de 1880 a 1930; explica cómo experimentaron los cambios
más importante en su estructura social y su paisaje urbano, esto debido al crecimiento de la
población, las actividades económicas, las migraciones extranjeras y la migración rural hacia las
ciudades consideradas como centros de poder. Estos hechos provocaron que en las ciudades se
radicalizara un pensamiento burgués pero a la vez popular, lo que da origen al desarrollo de una
“cultura urbana”. Se abandonan los principios coloniales y se pasa a estilos europeos donde
primaban las grandes infraestructuras y equipamientos, llegando a lo que Romero cataloga la
metamorfosis urbana latinoamericana.

Desde 1880 muchas ciudades latinoamericanas comenzaron a experimentar nuevos cambios, esta
vez no solo en su estructura social sino también en su fisonomía. Y es en la formación de las elites
burguesas, de su estructuración social en sus modos de vida y de sus ambiciones, desde donde las
ciudades reciben una influencia que las caracteriza hoy en día. Se operó un cambio en la estructura
económica de casi todos los países latinoamericanos y repercutió en las capitales, puertos y
ciudades que concentraron y orientaron la producción de alguno de los productos más solicitados
del mercado mundial.

Las ciudades que quedaron incluidas en el sistema de la nueva economía, se le presentaron dos
fenómenos, el de la movilidad social y el de lo demográfico, las viejas sociedades tradicionales
empezaron a transmutarse, tanto la participación en la estructura urbana que empezaba a gestarse
la demandaban los marginales de la sociedad normalizada, como los nuevos inmigrantes que venían
de la zona rural y de pequeñas poblaciones, estos empezaron a competir con la sociedad tradicional
que era la depositaria original de todas las actividades y roles que asignaba la estructura tradicional.
La movilidad social empezó a minar la estructura del patriciado que amenazaba su posición y esto
facilitaba la apertura, de otros miembros de sus grupos sociales o a otros individuos hacia nuevas
actitudes que comprometían la situación de la vieja clase. Hubo entonces en la estructura social
tradicional quienes frente a las nuevas perspectivas económicas que se plantearon en las últimas
décadas del siglo, se mostraron aptos para modificar sus principios y sus tendencias pensando en
aceptar y aprovechar las oportunidades que se presentaban.

“Una indagación minuciosa de la formación de las sociedad urbanas y sus cambios, de las culturas
urbanas –diferentes dentro de cada periodo en cada ciudad, y diferentes dentro de ella según los
grupos sociales en épocas de intenso cambio- ha sido la que ha conducido a los resultados que
expone este libro. En el fondo, quiere puntualizar como juega el desarrollo heterónomo de las
ciudades con su desarrollo autónomo, entendiendo que en ese juego no solo se elaboran las culturas
y subculturas urbanas sino también las relaciones entre el mundo rural y el mundo urbano. En este
último es donde las ideologías adquieren más vigor y afrontan más claramente su enfrentamiento –
un juego dialéctico- con las estructuras reales”. (Introducción. p. 20.)

Este capítulo y en general el libro permite entender la organización anacrónica de los fenómenos
urbanos que se dieron en todos los territorios latinoamericanos gracias a la multiplicidad de ideas
europeas combinadas con las propias del lugar sobre cómo ser una sociedad “desarrollada y culta”.
Demuestra además el sincronismo histórico que han tenido siempre las ciudades de América Latina
relacionado con sus problemas políticos y socioeconómicos, un ejemplo de esto son los procesos de
exclusión social que se dieron simultáneamente a finales del siglo XVIII y principios del XIX en
Argentina y México.

¿Qué parte, elementos o dinámicas urbanas estudia el autor?

La historia latinoamericana, una y muchas a la vez, son el resultado de la tensión, el conflicto y la


integración entre la ciudad y el campo. Sobre ese eje, reconstruye los diversos planos de la realidad:
la economía, los grupos sociales, las formas de vida, la política y el poder, las mentalidades, las
ideologías y la propia ciudad, soporte y actor a la vez. El desarrollo urbano en esta parte del mundo
ha estado movido por múltiples factores que incluyen lo geográfico y económico, pero ante todo ha
estado sacudido por el establecimiento de ideas traídas de lugares ajenos al continente americano,
que con el pasar del tiempo se asumieron como importantes para establecer orden en los
territorios.

¿Qué métodos y fuentes utiliza?

Utiliza con amplitud las fuentes literarias, el autor reconstruye el proceso de la sociedad bullente,
animada y contradictoria. Metodológicamente parte de entender toda esta estructura desde la
historia social y cultural.

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