Вы находитесь на странице: 1из 7

Avance de informe/resumen de Fenomenología de la Percepción

Prólogo del libro:


En esta parte, Merleau-Ponty escribe sobre el sentido que le da a la fenomenología. Se
pregunta qué es y responde: “La fenomenología es el estudio de las esencias y, según ella,
todos los problemas se resuelven en la definición de esencias: la esencia de la percepción,
de la conciencia…resitúa las esencias dentro de la existencia” (7). Se trata de ir a las cosas
mismas y esto es solo posible recurriendo a la propia experiencia. En ella, piensa Merleau-
Ponty, es posible encontrar el sentido fenomenológico. (8) Se trata de describir, no de
explicar ni analizar.
Esta aproximación que se le debe dar a las cosas mismas, es una recusación de la ciencia.
No obstante, Merleau-Ponty declara: “Todo cuanto sé del mundo, incluso lo sabido por
ciencia, lo sé a partir de una visión más o de una experiencia del mundo sin la cual nada
significarían los símbolos de la ciencia…todo el universo de la ciencia está construido
sobre el mundo vivido” (8). Merleau-Ponty quiere rescatar el papel de la fenomenología
frente a las críticas de la ciencia y del pensamiento moderno. Ciencia y fenomenología
tienen distintos sentidos. La ciencia nunca tendrá el mismo sentido de ser que el mundo
percibido (8).
Las aproximaciones de la ciencia y fenomenología se basan en un mundo. Para Merleau-
Ponty hay que recurrir a él. Es un mundo que su existencia precede a cualquier tipo de
reflexión. En fenomenología, se trata de: “…volver al mundo antes del conocimiento del
que el conocimiento habla siempre, y respecto del cual toda determinación científica es
abstracta, signitiva y dependiente, como la geografía respecto del paisaje en el que
aprendimos por primera vez qué era un bosque o una pradera” (9). Más allá de definir a
las cosas objetivamente y hablar de las cosas en general, quiere reconocer las propias
experiencias del sujeto.
El hecho de que la fenomenología no tenga un carácter de ciencia, no le quita la seriedad
a su aproximación. Lo que quiere rescatar Merleau-Ponty es la percepción que el sujeto
tiene del mundo, pues de ahí parten sus actos y el curso que le da a su existencia. “La
percepción no es una ciencia del mundo, ni siquiera un acto, una toma de posición
deliberada, es el trasfondo sobre el que se destacan todos los actos y que todos los actos
presuponen… es el medio natural y el campo de todos mis pensamientos y de todas mis
percepciones explícitas” (10). De ella, a Merleau Ponty le importa rescatar su esencia,
pues nos daría acceso a la verdad (16). La verdad del mundo en el que el ser humano está
inmerso y del que es parte. Su existencia en el mundo ya lo predispone de alguna manera
a darle un sentido. No tiene cómo escapar de ahí. El mundo está ahí frente a sus sentidos.
La fenomenología tiene aquí la tarea de revelar los misterios del mundo y de la
comprensión de este. Es como se dijo, anteriormente, una tarea laboriosa, que como la
obra de Cézanne, requiere de atención, asombro y consciencia (21). Tiene respecto a la
ciencia moderna un diferente estilo de revelar verdades, pero eso no la faculta a descartar
sus aproximaciones por no encajar en sus métodos.
Introducción: Prejuicios clásicos y el retorno a los fenómenos

Sensación
Merleau-Ponty critica las nociones clásicas de sensación; entre ellas, la manera en cómo
algo me afecta y la vivencia de un estado de mí mismo (25). Otra acepción es verla como
un sentir puro y aislado como rojo, verde, etc. Para el filósofo francés, estas son nociones
erradas ya que consideran a la sensación como una vivencia instantánea que viene de algo
que la produce sin darle gran participación al sujeto.
Por el contrario, para Merleau-Ponty, “es...comunicación vital con el mundo que nos lo
hace presente como lugar familiar de nuestra vida” (73). Se da primordialmente a
condición de existir para un Yo central y único (234). Es el sujeto que puede experimentar
un modo de ser del mundo ya que las cualidades que siente como rojo, verde, etc., no son
simplemente elementos de consciencia sino propiedades del objeto. Otra definición que
le da Merleau-Ponty es “algo perceptivo que está siempre en el contexto de algo más;
siempre forma parte de un campo” (26). Es un sentir que simultáneamente es parte de un
todo. Es un dato de percepción. No se trata de sentir puro como la impresión de colores
por separado.
La asociación y la proyección de recuerdos
Para Merleau- Ponty, la asociación se da por la posesión de sensaciones puntales que
forman parte de un todo. (35-36). Es así como podemos ver una figura cualquiera. Uno
mismo hace la asociación de los puntos locales que definen su contorno distinguiéndolo
de un fondo. El conjunto de esos puntos se vuelve visión y forma un cuadro, por ejemplo
(36).
¿Cómo es posible reconocer esos puntos? Merleau-Ponty en esta sección nos da el
ejemplo de la mancha. Dice, que cuando uno ve una mancha roja es porque ya ha tenido
experiencias anteriores con el vocablo mancha. La figura que responde a su experiencia
de mancha la asocia con otra figura similar. Los ojos del sujeto recorren el contorno y
puede darse cuenta de que se trata de una mancha.
Este procedimiento que hace la mente humana no se da de manera gratuita como simple
asociación exterior sino se da por contigüidad y semejanza (37). Hay recuerdos de las
experiencias vividas que el humano evoca. Es la mirada actual (en el presente) que basada
en recuerdos va a concebir y reconocer la imagen de las cosas.
La asociación y la proyección de recuerdos que se da de manera simultánea pueden
entenderse como percepción. Pero no es una simple asociación de múltiples impresiones
que los recuerdos ayudan a asociar. Para Merleau-Ponty, es “…ver cómo surge, de una
constelación de datos, un sentido inmanente sin el cual no es posible hacer invocación
ninguna de los recuerdos” (44).
La atención y el juicio
La atención, piensa Merleau-Ponty, puede dirigirse a todos los contenidos de la
consciencia y por ende a los objetos de percepción. Ya que la consciencia está relacionada
con los objetos del mundo. Al percibir un objeto cualquiera y disponer nuestra atención
hacia él, la consciencia procesa y configura la información del objeto que le es expuesta.
Atender un objeto del mundo es presenciar su aclaración (49). El objeto se expone de tal
forma que el sujeto restructura su conocimiento previo de las cosas y lo transforma. El
sujeto se crea un campo perceptivo o mental que puede dominar (51). Se sitúa a la vista
de un objeto con el que su consciencia pueda, por así decirlo, relacionarse y manejar, sino
se distrae y pierde la orientación de su tarea de entender al objeto en cuestión.
Para Merleau-Ponty, el campo perceptivo que se crea al relacionarse sujeto y objeto es
una creación. El sujeto mismo otorga sentidos y modos de entender al objeto que tiene al
frente. Dirige su comprensión y como escribió Merleau-Ponty: “…constituye activamente
al objeto nuevo que explicita y tematiza lo que hasta entonces solamente se ofrecía a título
de horizonte indeterminado” (52).
Respecto al juicio, Merleau-Ponty nos dice: “el juicio es una toma de posición, se ordena
a conocer algo que sea válido para mí en todos los momentos de mi vida”. Se trata de una
percepción que tiene una razón de darse y que puede ser aplicable en diferentes ámbitos
humanos.

El campo fenomenal
El campo fenomenal es el espacio que el sujeto a través de su percepción abre para tener
un acceso a las cosas. “La percepción hace que la experiencia vivida en este campo pueda
coordinarse en cada instante con la del instante anterior y con la del instante posterior; mi
perspectiva con la de otras consciencias…” (75). Este campo tiene un carácter temporal
pues el sujeto da un sentido a sus nuevas y presentes percepciones apoyándose en el
pasado. De esa manera, el sujeto va constituyendo sentido a sus vivencias y experiencias
en el mundo. Todo esto se da pues la percepción exige una articulación con el pasado
para ganar contenido, explicitación y sentido.

I. El cuerpo en la Fenomenología de la Percepción: En esta parte, he hecho


una rápida explicación del cuerpo según la lectura de diferentes partes de
F.P.
Merleau-Ponty piensa que la existencia humana en el mundo tiene como partida el cuerpo.
Este se encuentra situado en el mundo y forma parte de su composición. Sin embargo, el
cuerpo se distingue y se resalta de esta composición. No es una simple cosa ni un elemento
más. Él escribe: “…jamás me convierto en una cosa dentro del mundo, siempre me falta
la plenitud de la existencia como cosa” (182). Entender al cuerpo como una cosa sería
limitar su alcance, todo aquello que puede lograr. Por ello, Merleau Ponty le atribuye al
cuerpo un trato especial, pues le otorga funciones que determinan sustancialmente al ser
humano. No es un simple vehículo de acción, ni de pensamientos, sino que toma
protagonismo en la constitución humana.
Cabría preguntarse aquí, ¿cómo entiende al cuerpo? Merleau-Ponty piensa que el cuerpo
acompaña al humano desde sus orígenes o nacimiento, y que por ende tiene un acceso
directo a él. Aquí, no solo hay que pensar en que el acompañamiento es una simple
presencia cercana, sino que el humano mismo está en su cuerpo, es su cuerpo (167). Ello
permite hablar del cuerpo como autónomo y que, por ende, puede direccionar, determinar,
la existencia humana.
Es cierto que, si prestamos atención a los primeros años, veremos que el cuerpo no es lo
suficientemente apto para desenvolverse en el mundo. No obstante, desde un principio,
ya está interactuando en él, ya está adquiriendo solvencia y destreza. Esto ocurre por los
modos de ser del cuerpo. Merleau-Ponty distingue dos: actual y habitual. El primero es
aquel que vive en tiempo presente como novedad, que procesa y actualiza la información
que recibe del mundo. El segundo es aquel que está cargado, sedimentado de
comportamientos, historias, memorias; aquel que registra la información ya recibida.
Ambos modos de ser se dan permanentemente. El cuerpo actual procesa la nueva
información que capta del mundo y la reestructura con la información ya sedimentada del
cuerpo. Esta es su forma de reinventarse, de hacerse a sí mismo. Haour escribió al
respecto: “El cuerpo es su nacimiento continuado” (102). El cuerpo se forma a sí mismo
a través de lo que experimenta. “Todo lo que toca y conoce se hace uno con el cuerpo”
(70). Esto se da ya que todo lo que capta de alguna u otra manera ya está siendo procesado,
transformado e interpretado.
Merleau-Ponty le atribuye gran participación al cuerpo. Como se ha visto, este es capaz
de procesar la información sensible. Pero no solo eso, piensa Merleau-Ponty, sino que
orienta el proceso. En otras palabras, dirige el proceso de cómo el humano se apropia o
aprende de las cosas del mundo. “El cuerpo conduce las cosas, las resitúa, las diseña”
(111). Y esto lo lleva a pensar en que gracias al cuerpo las cosas existen. Este guía, traza
y compone el camino para procesar y aprehender cada cosa que es parte del mundo. Ello
lleva a Merleau-Ponty a pensar en el cuerpo no solo como articulador de sentido de una
cosa próxima sino de darle sentido al mundo.
Como se dijo en un inicio, el cuerpo humano tiene la particularidad de distinguirse
respecto a los otros elementos que conforman el mundo. “El propio cuerpo está en el
mundo como el corazón en el organismo: mantiene continuamente en vida el espectáculo
visible, lo anima y lo alimenta interiormente, forma con él un sistema” (219). Como se
lee, el cuerpo dirige la comprensión del mundo y, por ende, también la comprensión de
sí mismo. Se apropia del tiempo, continuamente retoma lo aprendido en el pasado, lo
reactualiza para volverlo en una respuesta futura. De esa manera, el cuerpo toma posesión
y hace el tiempo. Es su manera de dirigir el curso de su existencia.

Subtítulos de la sección El Cuerpo


La espacialidad del propio cuerpo y la motricidad (esta sección me falta revisar y
terminarla)
En la sección, se menciona que el contorno del cuerpo es una frontera entre su interior
(cuerpo) y el mundo exterior (115). Esto es así a pesar de la enorme influencia del mundo
sobre el cuerpo. Al interior de este contorno, las partes del cuerpo están envueltas,
entrelazadas, no simplemente dispuestas unas al lado de las otras. No somos una mera
colección de partes. Cada parte del cuerpo forma un sistema y un lugar. Soy, de alguna
manera consciente de mi cuerpo, ya que puedo llamar a ciertas partes manos, pies, etc.
Todo esto es posible básicamente porque tenemos una noción de esquema corporal. Se
empieza a tomar consciencia de este esquema en el curso de la infancia (116). Por él, es
posible tener el alcance de movimientos que podemos ejercer. Pues es una reserva de
todas las proyecciones (movimiento, gesto, etc.) que traspasan el contorno corporal hacia
el mundo exterior.

La síntesis del propio cuerpo


El cuerpo puede compararse más que con un objeto físico con una obra de arte (167). En
una obra de arte puede apreciarse lo expresado. Su sentido de ser puede verse solo por un
contacto directo. Los elementos desde la obra de arte se proyectan al exterior y acaparan
todos los sentidos del espectador. Es mediante la expresión de la obra que todo queda
expuesto. Lo mismo pasaría con el sujeto, mediante su ser en el mundo (expresión) se
revelaría, se mostraría: se daría a conocer.
Merleau-Ponty también hace el vínculo con las cosas del mundo. El sujeto se apoya en
las cosas para poder expresarse. El ejemplo usado en la sección es la del bastón. Este
objeto se vuelve para el usuario un instrumento familiar (170). A medida que adquiere
destreza y conocimiento del uso de este objeto, este se convierte en una extensión de sí.
Extensión de sus movimientos, de sus acciones, etc. Con él puede percibir, es como si
fuera un apéndice del cuerpo (170).
En esta sección, Merleau-Ponty resalta que el movimiento que el cuerpo da, ya sea a
través de los objetos que usa o de los sentidos como visión, tacto, etc., muestra la forma
de ser del cuerpo. Por ello, “aprender a ver los colores es adquirir un cierto estilo de
visión,…, con la mirada disponemos de un instrumento natural al bastón del ciego” (170).
Los diferentes elementos del mundo, objetos y partes del cuerpo, ayudan al sujeto a poder
manifestarse y a mostrar quién es.

II. El mundo percibido en la F.P: (En esta parte, he escrito una rápida
explicación sobre el mundo según la lectura de F.P y he incluido algunos
subcapítulos de la sección EL MUNDO PERCIBIDO)
Pensar en el mundo, bajo la mirada y comprensión de un cuerpo no nos sugeriría pensarlo
como un paisaje simplemente geográfico sino como diría Haour, en un mundo habitado.
Esto involucra la participación y relación de personas que constantemente están
interactuando y relacionándose con él: participando activamente. Los humanos le
confieren múltiples sentidos dependiendo de cómo dirijan su experiencia en él. Lo
mencionado aquí nos haría pensar que el cuerpo es el protagonista en cuanto al sentido
que se le da al mundo y al curso de la existencia humana. Sin embargo, para Merleau-
Ponty, el cuerpo no actúa solo por propia iniciativa, sino que responde a una invitación.
Esta invitación la recibe del mundo. ¿Cómo entiende el mundo, Merleau-Ponty?
Él nos dice que el mundo siempre está ahí inajenable antes de cualquier reflexión (7).
Existe antes e independientemente de que nosotros seamos conscientes de su existencia
y podamos predicar sobre él. Al tomar consciencia, hacemos un mundo para nosotros.
Esto, como ya se trató, tiene su punto de partida en el cuerpo. Cada uno de nosotros
configuramos el mundo a nuestra manera. “Un mundo se ordena entorno a mí y empieza
a existir para mí” (9). Por lo expuesto, parecería que se hablara de diferentes mundos que
se diferencian de persona en persona. Cada una crea un mundo para sí y de acuerdo a este
orienta su vida, sin embargo, es parte de un mundo más grande que envuelve a todos.
“Mundo es aquello mismo que nos representamos no en cuanto hombres o en cuanto a
sujetos empíricos, sino en cuanto somos todos, una sola luz y participamos del Uno sin
dividirlo” (11).

Si bien en lo expuesto se rescata un protagonismo humano respecto a cómo le da sentido


al mundo, el mundo también interviene. El mundo, en palabras de Haour, es un conjunto
de estímulos que motiva al cuerpo a dar respuestas exactas a estos estímulos. (71). El
mundo está dispuesto de tal manera que el cuerpo pueda aproximarse a él y darle un
sentido. Esta disposición se entiende como una invitación que el cuerpo acepta. Ello hace
que el cuerpo capte la información sensible del mundo, la transforme, la sedimente y la
devuelve en una respuesta al mundo, esta puede ser movimiento, palabra, gesto. Ambos,
cuerpo y mundo, interactúan, ambos se enriquecen y se actualizan continuamente como
parte de un todo. Gracias a esta relación tan próxima con el mundo, esta domina la
existencia humana. Un ejemplo que rescata Haour es el del hombre que perdió una pierna
en batalla. A pesar de vivir en un presente en el que está desprovisto de una pierna, lo que
involucra un cambio de visión, actitud y comportamientos frente a la vida, su vínculo con
su mundo del pasado lo hace volver o recurrir a él. “La relación con el mundo que fue
posible en el pasado antes de la herida en la batalla, domina la relación presente con el
mundo, la relación con el mundo del presente” (Haour, 46).

Subtítulos de la Segunda parte: EL MUNDO PERCIBIDO


El espacio
“El espacio no es el medio contextual (real o lógico) dentro del cual las cosas están
dispuestas, sino el medio gracias al cual es posible la disposición de las cosas” (258).
Merleau-Ponty lo concibe como una especie de éter que envuelve todo lo que contiene.
Todas las cosas ocupan un espacio común y no solo eso, sino que están íntimamente
relacionadas. Se entiende que es un poder universal, característico del espacio, el que
permite que sean posibles sus múltiples conexiones y relaciones.

El movimiento:

En esta sección, Merleau-Ponty aborda el movimiento de los objetos móviles. Piensa que
es, básicamente, un cambio de posición (282).

El espacio vivido
En actitud natural, no hay necesariamente percepciones, sino flujo de experiencias (296).
Merleau-Ponty menciona el ejemplo de París. Cuando uno está por primera vez en París,
todo se muestra de manera difuminada. No hay referencias de lugares claros. Todo parece
novedad. Y al no ver un rostro familiar, uno mismo le va dando su sentido a las cosas con
las que se relaciona. Es así como podemos ir desenvolviéndonos en Paris, a través de esos
primeros sentidos que otorgamos a lo desconocido. Vamos registrando en la memoria
experiencias con sentido y sobre ellas, generar nuevas experiencias. Por eso podemos
tener cada vez nuevas percepciones “Toda percepción supone cierto pasado del sujeto
que percibe…” (296).

Вам также может понравиться