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Antes de responder estas preguntas, se peana” que acarrea las altas presiones
hace necesario dimensionar los recursos del anticiclón del Atlántico, responsable
hídricos y la situación actual de su dispo- de la aridez del sur de Argentina. Junto
nibilidad, así como las variaciones climá- con esta evolución, el territorio se enfría
ticas que influyen en la situación hídri- gradualmente desde la región central al
ca del país. Con este propósito hemos sur, manteniendo temperaturas diurnas
procesado una gran cantidad de datos unos 8 a 10°C más bajas en la costa que
climáticos históricos cuyos resultados en el interior.
presentamos a continuación El total de aguas renovables en Chile al-
canza a los 922 km3 anuales, lo que lo
sitúa en el lugar 14 en el mundo y 5 en
LAS DIMENSIONES Latinoamérica. No obstante esto, el agua
en Chile presenta un fuerte desequili-
DE LOS RECURSOS brio geográfico (tabla 11.1). El patrimo-
HÍDRICOS EN CHILE nio hidrológico de Chile se estructura
en 101 cuencas hidrográficas principales,
Por la localización latitudinal del Chile, el que nutren a 1.251 ríos cuya escorrentía
territorio parte en la zona subtropical anual en conjunto alcanza a los 29.245
árida que recibe una fuerte influencia m3/s. (MOP, 2013). Este caudal de agua
anticiclónica correspondiente al cinturón renovable, en relación con la población
de desiertos del trópico de Capricor- del país, da una disponibilidad de agua
nio. El anticiclón del Pacifico sur-oriental del orden de los 53.000 m3/habitante
permanece todo el año, con su alta pre- año, lo que es 25 veces el valor de 2000
sión, bloqueando el ingreso de cualquier m3/habitante, considerado adecuado
perturbación atmosférica que pudiera para un desarrollo ilimitado en agua.
generar lluvias, ese es el origen del de- En cifras globales, Chile es un país con
sierto del norte grande. En el desierto abundantes recursos hídricos. Conside-
de Atacama se registran las menores rando el total de la escorrentía proce-
precipitaciones del planeta, alcanzando dente de las precipitaciones, la disponi-
promedios tan bajos como 2 mm/año. bilidad anual es de 53.000 m3/habitante
A medida que nos alejamos del trópico (Banco Mundial, 2011), muy superior a
hacia el sur, el anticiclón va perdiendo los 2.000 m3/habitante/año, considerado
su capacidad de bloqueo, permitiendo mundialmente como necesario para el
cada vez más el ingreso de los frentes desarrollo sostenible. A pesar de esto,
de lluvia que vienen del sur-oeste. Así, hay un fuerte desequilibrio geográfico
el territorio chileno va observando un entre la localización de los recursos y la
gradual aumento de las precipitaciones población. La región central y norte, de-
hasta la región de Aysén, donde esta ficitaria en agua, concentra el 65% de la
llega a un máximo superior a los 3.000 población del país. El caso más extremo
mm anuales debido al paso de un par de se presenta en las regiones de Antofa-
frentes cada semana, los que dejan más gasta y Atacama con 52 y 208 m3/habi-
de 250 días de lluvia cada año en las islas tante. Entre las regiones de O´Higgins y
más occidentales. Hacia el extremo aus- La Araucanía, la disponibilidad natural de
tral (Magallanes), la precipitación declina agua supera los 6.000 m3/persona/año,
nuevamente debido a la influencia “pam- llegando hasta los 49.000 m3/persona/
año. Desde la Región de Los Ríos hacia En general los ríos de Chile tienen un ré-
el sur aumenta el agua y disminuye la po- gimen dominantemente nival en la zona
blación, observándose una disponibilidad central y norte, el cual evoluciona gra-
natural de agua que supera los 169.500 dualmente hacia uno pluvial de Biobío al
m3/habitante/año. Sur, pasando por un régimen mixto de
Esto nos permite afirmar que el desa- transición en Maule y Ñuble. Cualquie-
rrollo de actividades económicas en el ra que sea el régimen, la temporada de
norte de Chile dependerá en el futuro riego se extiende por 6 o 7 meses, por
fuertemente de las posibilidades de ge- lo que en el restante tiempo las aguas si-
nerar nuevas fuentes de agua a costos guen su curso hacia el mar, especialmente
razonables. Por ahora, las tecnologías en las cuencas que no cuentan con regu-
de transporte de agua a distancia o la lación artificial. Esta situación, además de
desalación de agua marina tienen costos la existencia de afluentes en zonas bajas,
claramente por encima de 1 dólar por hace que a nivel de promedios anuales,
m3, lo que deja a la agricultura fuera de los caudales en la desembocadura sean
posibilidades de acceder a estas solucio- una proporción muy alta en relación con
nes. Dados los grandes volúmenes de el caudal afluente (en el punto más alto
agua usados por la agricultura, los que antes de la existencia de usuarios). En el
difícilmente bajarán de 6.500 m3/ha año, río Maipo el caudal sobrante es superior
las soluciones viables con esta industria al 90% y de Rapel al sur los caudales en
deberán producir agua a menos de un la desembocadura superan incluso al
10% de los costos que pueden ofrecer caudal afluente. Sólo de Limarí al norte
estos sistemas. los ríos llegan con menos del 50% de su
Entre Atacama y Biobío precipitan, en un agua al mar. Todo esto señala una situa-
año normal, 168,84 km3(*) de agua. De ción de relativa abundancia de agua, la
esta cantidad, solo 38,55 km3 escurren cual no puede ser aprovechada debido
desde la cordillera hacia los valles (cau- a la falta de capacidad de regulación del
dal afluente). De ese caudal, una cantidad caudal (tabla 11.3).
muy baja llega al mar en las regiones del Las cuencas presentan claros signos de
norte (Atacama y Coquimbo), no obs- estrés del Aconcagua al norte (Ayala,
tante en las regiones centrales llama po- 2010). Al sur de O’Higgins, la demanda
derosamente la atención constatar que está por debajo de la oferta consideran-
más de un 50% del agua de los ríos llega do cifras anuales, no obstante en perio-
al mar (caudal sobrante) y de O’Higgins dos de estío, han comenzado a aparecer
al sur más del 100% del agua que provee claros signos de deficiencia hídrica hasta
la cordillera llega hasta el mar, esto último, la región de Osorno.
debido a que los cauces principales reci- Los caudales de los principales ríos se
ben aportes de afluentes en la parte baja han mostrado altamente variables en
del valle, haciendo llegar más agua al mar, las últimas décadas, insinuando ciclos de
de lo que aportó la cuenca principal en varios años de mayor caudal, alternados
la cordillera. Es así como entre Atacama y con ciclos de menor caudal. Estos ciclos
Biobío los ríos vierten al mar anualmente están alineados con los ciclos más lluvio-
una cifra del orden de los 50 km3 de agua sos y secos asociados a la oscilación de-
dulce (50 veces el sistema Paloma-Reco- cadal del Pacífico (PDO), los que tienen
leta-Cogotí completo) (tabla 11.2). una longitud de 10 a 20 años. Aunque
económicas y humanas en sus riberas, Gráfico 11.1 Tendencias temporales de los caudales de algunos ríos.
que introducen en ellos nutrientes y
materia orgánica. Este proceso está más
avanzado en los lagos Villarrica, Calaf-
quen, Riñihue y Llanquihue, aunque los
efectos nocivos han disminuido paula-
tinamente con la instalación de plantas
purificadoras de aguas servidas, en las
ciudades ribereñas.
Los contaminantes más frecuentes de las
aguas de los ríos en Chile son el mercu-
rio, selenio, arsénico, cadmio, molibdeno,
zinc y níquel. En casos específicos, el co-
bre puede encontrarse en niveles eleva-
dos (Pizarro et al., 2010).
ños) ha mostrado una ligera tendencia a Gráfico 11.4 Duración de los eventos de El Niño (Número de años en que
la disminución, junto a un aumento en la se mantiene la anomalía positiva), en los eventos desde 1050.
duración de las Niñas. (gráfico 11.4).
La megasequía 2008-2015 ha roto va-
rios records históricos. Ella ha coincidido
con los años más cálidos de los últimos
100 años, ha registrado el mayor núme-
ro de años consecutivos con precipita-
ciones deficitarias (6 años entre 2010 y
2015) (gráfico 11.5) y registra el mayor
número de años consecutivos con défi-
cit hídrico (PP-ETP) superior a los 1.000
mm/año (10 años entre 2005 y 2015). Fuente: Elaboración propia.
Esto último se debe no sólo a la menor Gráfico 11.5. Precipitación histórica en Santiago. Nótese que nunca se había
pluviometría registrada durante esta se- producido un periodo consecutivo de 8 años sin ningún año que sobrepase
los valores normales. La línea azul corresponde al promedio, la roja al límite
quía, sino al progresivo aumento de la de sequía (80% del promedio) y la negra es la media móvil de 4 años.
evapotranspiración que la ha elevado
desde los 1.150 mm por año en 1900
a más de 1.300 mm/año en los años re-
cientes (gráfico 11.6).
de agua de hasta 800 m3 por hectárea. Gráfico 11.7 Tendencias de la precipitación total anual en Chile. La cifra al
Al parecer esta disminución en zonas in- lado del título indica el cambio experimentado por la precipitación durante
el siglo XX. En las regiones costeras la tendencia negativa es más marcada
teriores y precordilleranas estaría siendo que en sectores interiores.
compensada por el aumento en la inten-
sidad de las precipitaciones, lo que no
estaría ocurriendo en zonas costeras. La
disminución del número de días de lluvia,
junto al aumento de su intensidad y al au-
mento de las tasas de evaporación, puede
aumentar la presión hacia la erosión de
los suelos, con los consecuentes riesgos
de sedimentación de los lechos y cuerpos
de agua. Esta combinación es igualmente
negativa para la agricultura de secano y
para el crecimiento de las praderas.
cuando es requerida para el riego. Esto hacia el continente, con más humedad
induciría una desregulación hidrológica y frescor, podría aumentar la nubosidad
que aumentaría la escorrentía invernal a de una extensa franja territorial cercana
la vez que crearía mayor riesgo de creci- al litoral, la que podría ingresar algunas
das que pueden aumentar los riesgos de decenas de kilómetros hacia el interior,
zonas pobladas (figura 11.1). creando un corredor donde el alza de la
En las próximas décadas podríamos temperatura se vería considerablemente
observar que se mantenga el alza en atenuada.
las demandas evapotranspirativas, pre- La corriente de Humboldt actúa en Chile
sionando al alza los requerimientos de como un verdadero sistema de climatiza-
riego, particularmente en frutales. En el ción, pues al subir la temperatura de la at-
caso de los cultivos anuales esto no es mósfera, el viento toma mayor velocidad
tan seguro considerando que las fechas sobre el océano, haciendo que las aguas
de siembra podrían desplazase más al in- profundas y frías del océano suban a la
vierno, neutralizando las altas demandas superficie en mayor cantidad enfriando
de agua estivales. las aguas del Pacífico cercanas al litoral.
Es probable que el número de días de Con esto, las masas de aire que ingresan
lluvia continúe descendiendo durante al continente se ven más refrescadas al
las próximas décadas, debido al efecto pasar sobre las aguas frías del océano.
de bloqueo que el anticiclón ejercerá al Este mismo enfriamiento, más el aumento
paso de los frentes, especialmente si se de la actividad convectiva de la zona in-
desplaza más al sur, lo que interceptaría la tertropical, haría que el anticiclón del Pa-
trayectoria de los frentes que se mueven cífico tienda a desplazarse más al sur de
desde el sur oeste (SO). Los modelos Chile. Es posible que esto tenga además
regionales proyectan para este siglo el como consecuencia que sólo los frentes
mayor descenso en la precipitación, entre dotados de más energía logren franquear
las regiones de Valparaíso y Biobío, lo que al anticiclón, trayendo lluvias con menor
podría afectar fuertemente a la agricultu- frecuencia a la zona central. Quizás por
ra del secano costero. esta razón es que el número de lluvias
Otro aspecto interesante, es que lo más anuales ha tendido a disminuir en los últi-
probable es que el viento aumente su mos 100 años, tendencia que podría pro-
intensidad, especialmente en zonas cos- longarse por algunas décadas más.
teras y cordilleranas. Una atmosfera más
caliente igualmente tiende a aumentar la
intensidad y frecuencia de lluvias convec- LOS DESAJUSTES DE LA
tivas, es decir, aquellas lluvias súbitas que
DEMANDA Y OFERTA DE
producen chubascadas de gran intensi-
dad, asociadas a tormentas eléctricas y AGUA EN CHILE
granizo. Esto último tiene dos caras. La
cara buena es que esto podría ayudar Adicionalmente a los factores naturales
a recargar las reservas de agua en las derivados del cambio climático, los re-
cuencas. La cara mala es que podría cursos hídricos vienen dando señales
aumentar la frecuencia e intensidad del de agotamiento hace ya varias décadas
granizo en zonas agrícolas. El mayor in- en la zona centro norte de Chile. El au-
greso de masas de aire desde el océano mento desmedido de la demanda por
taciones anuales, lo que, en años lluvio- Con las demandas actuales de agua, en
sos, tiende a anular el déficit crónico, el el mejor de los casos los embalses dis-
cual reaparece inmediatamente cuando ponen de una capacidad para atenuar la
la precipitación vuelve a la normalidad sequía de un par de años consecutivos,
o a valores por debajo de lo normal, lo que es claramente insuficiente durante
donde estos déficits se agravan aún más. sequias prolongadas como la que esta-
Esto hace fuertemente inestable el ba- mos atravesando entre 2008 y 2015. Una
lance hídrico de los ríos de la zona cen- sequía de esta duración agota cualquier
tral y norte de Chile, poniendo frecuen- sistema de regulación hidrológica.
temente en riesgo la seguridad de riego En general los ríos muestran claros indi-
(gráfico 11.12). cadores de estrés a partir de la Región
Los sistemas de regulación hidrológica Metropolitana al norte. En cifras globales
con que cuentan algunas regiones, pue- anuales pareciera que este estrés no es
den atenuar el déficit de años secos con tal, considerando que la relación caudal
el agua almacenada en años más lluviosos sobrante/afluente está por sobre el 50%
(tabla 11.4). No obstante eso, la capaci- desde el rio Choapa al sur y sobre 100%
dad de regulación es limitada, quedando del Rapel al sur. Estas cifras esconden el
fuertemente disminuida durante los ciclo déficit de agua en el periodo estival, el
de sequía que pueden durar varios años. cual está siendo recurrente al menos
Según las tendencias observadas y los pronósticos que hacen los modelos mundiales del clima,
los climas del futuro debieran variar según las tendencias siguientes:
hasta el río Maule. Este estrés se debe asegura el agua para la agricultura por
fundamentalmente a la fuerte estacio- cuanto esta debe salir a competir por el
nalidad de la demanda de agua, lo que recurso con otras actividades económi-
refleja la estacionalidad de la agricultura, cas con mayor capacidad de pago, como
cual es el principal consumidor de este la industria, la minería o el agua potable.
recurso (Universidad de Chile, 2012). Es así como en las regiones de más al
En los últimos 20 años, la seguridad del norte (Atacama y Coquimbo), muchos
riego se está viendo limitada por la dis- DAA han sido transferidos desde la agri-
ponibilidad de agua desde Maule al sur, cultura a la minería. Es probable que esto
lo cual es una paradoja si se observa que se propague a Valparaíso y la Región Me-
del Maipo al sur el caudal sobrante de tropolitana en los próximos años, con lo
los ríos supera al 90%. Esto es debido cual la agricultura se estas regiones se
mayormente a que esto no refleja la ver- podría ver fuertemente contraída, como
dadera situación de los ríos durante la ha ocurrido en Atacama.
estación de verano. La mayor parte del La demanda agrícola de agua está en
“excedente” hidrológico de los ríos es directa relación con la superficie cul-
vertido al mar en la estación invernal ya tivada en riego, el tipo de especies, las
sea por su uso en la generación de ener- condiciones climáticas de cada año y la
gía, ya sea por la falta de capacidad de tecnología de riego. En general todos es-
almacenamiento. En este ámbito de es- tos factores han empujado al alza las de-
trechez hídrica, el mercado del agua no mandas de agua en las últimas décadas,
Tabla 11.5 Uso de los recursos por la agricultura entre Atacama y Biobío.
Agua Demanda Disponible Déficit o Déficit o
Región Qa Qs
extraída de riego para riego superávit superávit
aumento en la eficiencia de uso del agua, el permafrost, los que han perdido en
reduciendo perdidas en los sistemas de promedio sus 300 metros inferiores en
riego y en los canales de distribución, así el último siglo (Pizarro y Cabrera, 2001).
como con un mejor ajuste entre deman-
das y oferta que, por ahora, parece estar Gráfico 11.11 Balance entre la demanda y la oferta de agua por región
desbalanceada.
RECURSOS HÍDRICOS,
DESERTIFICACIÓN Y
CAMBIO CLIMÁTICO
recientes (Villalba et al, 2003. Las tem- Gráfico 11.12 Balance de oferta y demanda de agua en tres ríos que
peraturas mínimas han mostrado mayor comienzan a dar señales de estrés.
tendencia al alza que las máximas, espe-
cialmente en las costas Occidentales y
Orientales de Sudamérica (Vincent et al,
2005). En las costas Sur Occidentales del
continente, en contacto con el Océano
Pacífico, la precipitación mostró una ten-
dencia negativa durante siglo XX. Es así
el territorio chileno comprendido entre
los paralelos 28 y 42 S, observó una de-
clinación pluviométrica de 10% a 25%
durante el siglo XX, especialmente en
regiones costeras. Esto ha provocado un
desplazamiento hacia el sur de las isoye-
tas del orden de 0,4 a 0,5 km por año.
Una tendencia opuesta ha sido obser-
vada en la costa atlántica de Argentina y
Brasil Meridional (IPCC, 2007).
La variabilidad climática parece estar
aumentando en todo el continente, ha-
ciéndose más frecuentes los eventos cli-
máticos extremos de la sequía e inunda-
ciones (Aguilar et al, 2005). A lo largo de
toda la cordillera de Los Andes se obser-
va un rápido retroceso de los glaciares y Fuente: Dirección General de Aguas.
los cultivos y especies forestales como Si bien podría observarse una disminu-
pino y eucalipto, las variaciones climá- ción en el total de lluvia anual, las preci-
ticas afectarán la incidencia de plagas y pitaciones podrían aumentar en intensi-
enfermedades, la disponibilidad de aguas dad, lo que es particularmente relevante
para el riego y, en ciertos casos, la calidad en los casos que ellas coincidan con el
del producto final, como es el caso de la periodo de fructificación de las cosechas
vitivinicultura. o durante la época en que el suelo esta
Los ecosistemas naturales han iniciado descubierto de vegetación y vulnerable
un periodo de estrés climático debido a a la erosión.
cambios en el régimen de lluvias y térmi- Todos estos cambios ejercerán efectos
co. Pequeñas variaciones pueden causar encadenados sobre los ecosistemas
grandes distorsiones en cadenas tróficas, naturales y agrícolas, lo que hace difícil
en los polinizantes, en la reproducción de pronosticar cuan positivos o negativos
plantas y animales, en la capacidad com- serán sus efectos. En general existe un
petitiva de las especies nativas, cediendo cierto consenso en que las condiciones
espacio a especies invasoras, adaptadas a climáticas serán algo más hostiles y aza-
un rango más amplio de condiciones am- rosas, por lo que será necesario imple-
bientales. Como los cambios climáticos mentar estrategias de control de riesgos,
están ocurriendo a una velocidad mayor de reducción de estrés o simplemente,
al tiempo que las especies y los ecosis- relocalizar los cultivos evitando con ello
temas pueden adaptarse, es muy proba- enfrentarse a los riesgos. La agricultura
ble que durante este siglo se produzcan tiene una gran tarea para adaptarse a
cambios significativos en la estructura y estas nuevas situaciones, sin que ello sig-
composición especifica de importantes nifique un aumento de costos que haga
biomas del territorio, especialmente en perder competitividad al sector
la zona peri árida y árida que represen-
ta el borde sur del desierto de Atacama,
regiones costeras con disminución de AGRICULTURA E
precipitaciones y áreas de altura en la
INFRAESTRUCTURA
cordillera de los Andes, donde el calenta-
miento podría ser más acelerado. HIDRÁULICA
A parte del aumento en la frecuencia
de ciertos extremos climáticos, el calen- La agricultura es una actividad estraté-
tamiento global podría acarrear un au- gica para cualquier país, cuyo impacto
mento en la ventosidad, lo que podría social es evidente por la mano de obra
convertirse en un factor de estrés y de que genera, las cadenas productivas que
aumento en las tasas de evapotranspira- moviliza y por los efectos reguladores
ción, complicando con ello la gestión del de la demografía en la ocupación del
riego. Este fenómeno deberá ser com- territorio. A diferencia de la minería, es
pensado con mayores inversiones en es- una actividad de baja concentración de
tructuras de reducción de viento. capital, por lo que su capacidad de pago
Adicionalmente podría producirse un para abordar enormes inversiones es
aumento de la frecuencia de precipita- baja. No se descarta que los privados
ciones de primavera verano y una dismi- puedan aportar con recursos, pero las
nución del número de lluvias de invierno. inversiones iniciales debiera hacerlas el
el debido resguardo del acceso equitati- países, especialmente los más poblados,
vo a un bien público consagrado así en saldrán a “comprar agua” a través de la
la Constitución de la República, por el compra de alimentos al no tener agua
respeto a los derechos adquiridos y por para producirlos, es precisamente por
la necesidad de flexibilizar la gestión del esta razón que países como Chile, que
agua en áreas de futuro crecimiento de disponen de agua, tienen una oportu-
la actividad agrícola como consecuencia nidad que debieran aprovechar, lo que
del cambio climático. La ampliación de la sólo ocurrirá con un plan de ordena-
infraestructura hidráulica del país creará miento territorial de la agricultura y de
nuevos DAA, cuya asignación no deberá los recursos hídricos.
replicar los errores del pasado. Los impactos económicos y sociales, po-
En muchos casos la capacidad de adap- sitivos o negativos que podrían acarrear
tación de la agricultura, que es el mayor estos cambios dependen de la capacidad
consumidor de agua, depende de la que tendrá la agricultura chilena para ab-
adopción de sistemas modernos y efi- sorberlos y neutralizarlos. Esta capacidad
cientes de riego, manejo altamente tec- estará asociada a características estruc-
nificado de la fertilidad del suelo, de las turales como tipo de tenencia de la tie-
técnicas de cultivo, de los pesticidas, de rra, acceso a la tecnología y capital, y a
los necesarios aumentos en la eficiencia las opciones productivas que permitan
energética e hídrica, de una adecuada un cambio en el uso del suelo e infraes-
gestión del riesgo, de la existencia de tructura hidráulica en las regiones más
alertas tempranas y de una capacidad afectadas o proveedoras de agua.
para reaccionar frente a las amenazas Se superpone al desafío del agua el fenó-
climáticas, la disponibilidad de nuevos meno de la desertificación de importan-
recursos genéticos, ambientalmente más tes zonas del territorio, proceso comple-
estables y resistentes a plagas, enferme- jo que no puede ser abordado desde un
dades y niveles de estrés abiótico. Todas punto de vista puramente tecnológico,
estas transformaciones deberán ocurrir social o ambiental. Normalmente este
en un contexto de mercados agrícolas proceso tiene raíces que se extienden
inestables y elevados precios de los insu- en estas tres dimensiones, requiriendo
mos, especialmente de la energía, justo a un abordaje trasversal, multidisciplinario.
nuevas y estrictas restricciones ambien- Existen numerosos ejemplos de medi-
tales. Muchos tipos de agricultura nunca das de control de la desertificación, que
lograrán adaptarse con la velocidad re- han sido concebidas desde perspectivas
querida sin la ayuda del Estado, lo que puramente productivistas o puramente
podría llevar a importantes zonas a una ambientalistas, las que sólo han durado
marginalización progresiva, intensifican- mientras se mantiene el subsidio del Es-
do la pobreza rural. tado, sin llegar a una etapa de adopción
El agua pasará a ocupar un rol extrema- sustentable por parte de las comuni-
damente estratégico, en todo el mundo, dades rurales. Para que esto ocurra, se
como resultado del aumento del consu- hace necesario que las estrategias sean
mo, el deterioro de la calidad, el aumen- económicamente viables, es decir, tien-
to en la variabilidad del ciclo hidrológico dan al mejoramiento de las oportuni-
y la disminución de su disponibilidad en dades y del ingreso de las comunidades,
la mayor parte de las cuencas. Muchos junto con agregar valor social, lo que
cuencas. Por costoso que ello sea, la am- de instalarse un clima algo más amena-
pliación de la capacidad de regulación zante para la agricultura, más inestable
de las cuencas parece ser inevitable y y estresante. En síntesis, el mayor de-
urgente. Todo parece indicar que, si so- safío en materia de cambio climático
lucionamos el problema del agua, habre- para Chile lo representa la gestión de
mos solucionado la mayor parte de la un recurso estratégico, como es el agua.
amenaza del cambio climático. La aridización de una parte importan-
te del territorio será una consecuencia
conjunta de una cierta disminución de
CONCLUSIONES Y las precipitaciones, la cual será más no-
RECOMENDACIONES table en zonas costeras, más atenuada
en regiones interiores y probablemente
El cambio climático se ha venido mani- imperceptible en zonas andinas, como
festando desde hace un siglo en el terri- lo han venido sugiriendo las tendencias
torio chileno, habiéndose producido una recientes. De mantenerse esta tenden-
cierta aceleración en la aparición de los cia, probablemente el volumen total de
síntomas a partir de los años 80. La ma- la escorrentía no debiera mostrar signi-
nifestación de este proceso es bastante ficativas bajas, sino más bien un cambio
coherente con lo que pronostican los de régimen el que se requerirá manejar
modelos regionales disponibles: una dis- con mayores capacidades de regulación,
minución gradual de las precipitaciones mayor eficiencia en el uso del agua y
totales anuales, un aumento sostenido de cambios en las demandas territoriales
las temperaturas máximas y mínimas en de agua (DGA, 2007). Esto último im-
regiones interiores, un refrescamiento de plica un desplazamiento del consumo
las temperaturas diurnas en zonas coste- hacia regiones con mayor oferta de
ras, una elevación de las isotermas afec- agua, particularmente de la agricultura
tando a las reservas de nieves en la cor- que es el mayor demandante. Este des-
dillera de Los Andes y un ligero cambio plazamiento en cierta forma ya comen-
de estacionalidad de las precipitaciones. zó de forma espontánea a partir de
Se agregan a estos síntomas un aumento los años 90, cuando muchos proyectos
en la frecuencia de temperaturas elevada agrícolas comenzaron a buscar asiento
principalmente en verano, un aumento al sur del Biobío. Sin embargo, este pro-
en la frecuencia del granizo y de las he- ceso se encontrará con dos problemas
ladas de origen polar, un aumento en la mayores que requerirán de una acción
intensidad de las precipitaciones. bien planeada por parte del Estado: la
Varios otros síntomas secundarios po- falta de infraestructura de regadío y
drían aparecer en las próximas décadas, el acceso al agua, cuya propiedad ya
como un aumento de la persistencia ha sido copada principalmente por las
y cobertura de la nubosidad costera, generadoras eléctricas. Siendo el creci-
aumento del viento, de las tormentas miento y la intensificación de la agricul-
convectivas y de la humedad del aire. tura al sur del Biobío una realidad y una
Las consecuencias hidrológicas se refle- necesidad para mantener la capacidad
jarán en un aumento en la escorrentía exportadora de alimentos del país, esta
invernal, disminuyendo la estival. Todo situación merecerá especial atención en
esto va en la misma dirección, cual es la las próximas décadas.