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Hipocalcemia

Los valores normales de calcio van de 8.5 a 10.2 mg/dL (2.13 a 2.55 milimol/L).
La hipocalcemia es una enfermedad en la que los niveles de calcio en sangre están
demasiado bajos. Produce síntomas neuromusculares y neuropsiquiátricos, que pueden
llegar a ser graves si no se tratan.
Causas de la hipocalcemia
Las causas de hipocalcemia son muchas y muy variadas. A modo de resumen, se podría
decir que el calcio en sangre puede estar bajo por dos motivos:

Por que se produzca una pérdida de calcio mayor de lo normal al aumentar su eliminación
a través del riñón, o bien porque dicho mineral se acumule en diferentes zonas del cuerpo
en las que no puede ser aprovechado, disminuyendo así su concentración en la sangre (el
calcio puede precipitar y acumularse tanto fuera como dentro de los vasos sanguíneos).

El segundo motivo o causa por el que el nivel de calcio en sangre puede ser bajo es por
una falta de aporte al organismo de este mineral, que puede deberse no solo a un
consumo deficiente de calcio o de vitamina D (la cual es fundamental para que el calcio
sea aprovechado), sino también a enfermedades en las que se afecta la glándula
paratiroides, que es la se encarga de regular el metabolismo del calcio en el organismo.

Por tanto, la hipocalcemia puede estar producida por lo siguientes motivos:

Pérdida de calcio desde la circulación sanguínea

 Precipitación del calcio fuera de los vasos sanguíneos:

o Hiperfosfatemia aguda (elevación en sangre de los niveles


de fósforo): insuficiencia renal, administración de fosfatos, rabdomiolisis
(enfermedad producida por necrosis muscular, que provoca la liberación a la
sangre de sustancias que en condiciones normales están en el interior de las
células que componen el tejido muscular), lisis tumoral (liberación masiva a la
sangre de determinadas sustancias –entre las que se encuentra el fósforo– como
consecuencia de la muerte de células tumorales; es una de las posibles
complicaciones de la quimioterapia).
o Pancreatitis aguda (inflamación del páncreas).
o Metástasis óseas por determinados tumores (cáncer de mama, cáncer de
próstata).

o Síndrome de 'huesos hambrientos': se caracteriza por la aparición de niveles bajos


en sangre de calcio, fósforo y magnesio. Se debe a un aumento brusco de la
mineralización del hueso, y aparece típicamente en aquellos pacientes en los que
se ha extirpado mediante cirugía la glándula paratiroides, que es la que regula el
metabolismo del calcio y el fósforo.
 Precipitación de calcio dentro de los vasos sanguíneos:

o Sustancias quelantes del calcio libre: algunas sustancias pueden actuar como
quelantes del calcio, es decir, se unen a éste y forman compuestos que se
depositan en el interior de los vasos sanguíneos. De este modo, la cantidad de
calcio libre en sangre disminuye, produciéndose hipocalcemia.

 Pérdidas de calcio a través del riñón:

o Utilización de determinados fármacos diuréticos.

Disminución de la entrada de calcio a la circulación

 Alteraciones en la PTH (la paratohormona es una hormona proteica secretada por


la glándula paratiroides y que participa en la función reguladora del metabolismo
del calcio y del fósforo. La elevación de la PTH provoca hipercalcemia (aumento
de la concentración del calcio en sangre), mientras que su déficit causa
hipocalcemia:

o Déficit de PTH:

 Hipoparatiroidismo congénito (déficit de PTH presente desde el nacimiento): entre


las enfermedades genéticas que producen hipoparatiroidismo congénito destaca el
síndrome de DiGeorge.

 Hipoparatiroidismo adquirido (se adquiere durante la vida, no está presente desde


el nacimiento): posquirúrgico (después de cirugías del cuello), autoinmune,
enfermedades infiltrativas (tumores), enfermedades de depósito
(hemocromatosis, enfermedad de Wilson), VIH, irradiación con yodo, infarto de las
glándulas paratiroides.

o Alteraciones en la PTH.

o Resistencia a la acción de la PTH (es decir, hay suficiente PTH pero el cuerpo no
responde a ella).

o Alteraciones en el metabolismo del magnesio (tanto niveles bajos de magnesio en


sangre como niveles muy altos).
 Hipovitaminosis D (niveles bajos de vitamina D):
o Déficit de vitamina D por baja ingesta de ésta (falta de aporte), por malabsorción
intestinal o por escasa exposición a la luz solar.

o Alteraciones en el metabolismo de la vitamina D.

o Déficit de enzimas que intervienen en el metabolismo de la vitamina D.

 Otras causas:

o Sepsis.

o Grandes quemados
Síntomas de la hipocalcemia
Los síntomas de la hipocalcemia van a depender de su intensidad (es más grave cuanto
más bajos son los niveles de calcio) y de la rapidez con la que aparezca. Cuando la
hipocalcemia es leve o aparece de forma lenta y progresiva puede no producir ningún
síntoma. Sin embargo, cuando los niveles de calcio en sangre disminuyen de forma
brusca, el paciente sí suele desarrollar síntomas.

Las manifestaciones más frecuentes de la hipocalcemia son los síntomas


neuropsiquiátricos y neuromusculares. El más característico de todos ellos es la tetania,
que aparece cuando los niveles de calcio en sangre son muy bajos. Este trastorno,
causado por una hiperexcitabilidad muscular, se caracteriza por la aparición de espasmos
musculares dolorosos e involuntarios en cara, manos y pies. Las situaciones
de estrés, ansiedad, fiebre, vómitos o algunos fármacos como los diuréticos pueden
favorecer el desarrollo de hipocalcemia y desencadenar espasmos musculares e incluso
tetania. En situaciones graves de hipocalcemia se puede pasar de la irritabilidad y la
confusión a las crisis convulsivas y el coma.

Antes de que aparezcan manifestaciones tan importantes los enfermos suelen presentar
síntomas más leves como parestesias (sensación de acorchamiento u hormigueo) en las
extremidades o alrededor de la boca. También pueden aparecer calambres musculares o
entumecimiento de los dedos.

Por otro lado, es relativamente común que una disminución del calcio en sangre produzca
alteraciones en el electrocardiograma (prueba en la que se registra la actividad eléctrica
del corazón), las cuales pueden servir como aviso de la aparición de arritmias
cardiacas que pueden ser graves. Por ello, es importante que aquellas personas
diagnosticadas de hipocalcemia tengan hecho un electrocardiograma y que éste sea
revisado por un médico.

La hipocalcemia crónica no suele producir síntomas graves, pudiendo manifestarse de


muchas formas diferentes: dermatitis, eccema, psoriasis, alopecia, uñas
quebradizas, cataratas, anomalías en los dientes, depresión, cambios en el humor,
paranoia, calcificaciones cerebrales, convulsiones o pérdida de memoria, entre otros.

Diagnóstico de hipocalcemia
La prueba diagnóstica que permite al especialista determinar si hay o no hipocalcemia es
la analítica de sangre. Se considera que existe hipocalcemia cuando la cantidad de calcio
en sangre es inferior a 8.5 mg/dl. Sin embargo, para interpretar correctamente el resultado
de la analítica, el médico debe comprobar en primer lugar los niveles de albúmina, ya que
niveles bajos de ésta pueden producir una hipocalcemia falsa (descensos de 1 g/dl de
albúmina disminuyen 0.8 mg/dl de calcio). Por tanto, para que los resultados de la
analítica sean válidos, el calcio total debe haber sido corregido siempre en función de la
albúmina.

Si mediante esta medida no queda claro si existe o no hipocalcemia, se pueden mirar los
niveles de calcio iónico, si este es menor de 4.75 mg/dl se puede diagnosticar el
trastorno.
Una vez que se establezca la presencia de hipocalcemia verdadera, es importante que el
paciente le explique al médico todos sus síntomas. Así, el doctor realizará una historia
clínica detallada con el fin de buscar causas que hayan desencadenado el problema. Para
completar el estudio de esta enfermedad y determinar las causas que la producen, es
necesario extraer una analítica completa que permita conocer los niveles en sangre de
otras sustancias como la creatinina (permite ver como está funcionando el riñón),
el magnesio, el fósforo o la PTH (paratohormona), ya que niveles altos o bajos de ellas
pueden ser causa de hipocalcemia.

Para confirmar el diagnóstico de hipocalcemia se podrán realizar otras pruebas


complementarias (electrocardiograma, radiografía, ecografía…) si se considera oportuno
para completar el estudio

Tratamiento de la hipocalcemia
Cuando se diagnostica una hipocalcemia, la rapidez con la que hay que iniciar el
tratamiento va a depender de la gravedad de la hipocalcemia (más grave cuanto más
bajos sean los niveles de calcio en sangre) y de los síntomas que ésta produzca en el
paciente.

El tratamiento de la hipocalcemia aguda (de rápida aparición), sintomática o con cifras de


calcio muy bajas (por debajo de 7 mg/dl) consiste en la administración de calcio por vía
intravenosa. Mientras se está poniendo éste, es importante mantener al paciente
monitorizado, es decir, registrar de forma continua en el tiempo sus constantes vitales
(tensión arterial, frecuencia cardíaca, cantidad de oxígeno en sangre, frecuencia
respiratoria) para mantenerlo lo más vigilado posible. Y es que la administración de calcio
intravenoso puede producir arritmias cardiacas que pueden tener consecuencias
importantes.

En el tratamiento de la hipocalcemia es muy importante considerar la posibilidad de que


exista hipomagnesemia (niveles bajos de magnesio en sangre), sobre todo si los niveles
de calcio no se normalizan con las medidas descritas anteriormente. Cuando se sospecha
que esto ocurre, se debe extraer una muestra de sangre para conocer la cantidad de
magnesio en sangre y, si está baja, administrar magnesio por vía intravenosa.
Reponiendo primero los niveles de magnesio se conseguirá reponer los niveles de calcio.

El tratamiento de la hipocalcemia crónica consiste en la administración de suplementos de


calcio por vía oral y de vitamina D. El objetivo es mantener los valores de calcio en el
límite bajo de la normalidad. Para ello se deben controlar los valores de calcio en sangre,
primero semanalmente y, una vez estabilizados, cada 1-3 meses.

Para proteger la aparición de litiasis (cálculos o piedras) en el riñón, se puede plantear


una dieta baja en sal o la utilización de diuréticos.

Prevención de la hipocalcemia
El calcio es un mineral muy importante para el mantenimiento de la contractilidad
muscular, la correcta transmisión de los impulsos nerviosos, los sistemas de coagulación
sanguínea y la formación de los huesos y los dientes.
La ingesta diaria de calcio recomendada depende factores como la edad, el sexo o el
embarazo, aunque se calcula que ésta debe ser de unos 1000-1200 mg al día
aproximadamente. Para prevenir la hipocalcemia (niveles bajo de calcio en sangre), se
aconseja realizar una dieta que incluya lácteos (leche, yogur…), vegetales de hojas
verdes como la espinaca, cereales ricos en vitamina D o determinados pescados como la
sardina o el salmón.

Los suplementos de calcio también puede ayudar, pero siempre deben ir acompañados
de vitamina D. De hecho, algunos suplementos de calcio ya incluyen una pequeña
cantidad de vitamina D para facilitar su aprovechamiento.

Hay que recordar que deben recibir suplementos de calcio sólo aquellas personas a las
que se lo indique su médico. Quienes más frecuentemente los requieren son personas
con una dieta deficiente en calcio, mujeres embarazadas o posmenopáusicas, pacientes
sometidos a cirugía de cuello en los que se han extirpado las glándulas paratiroides y los
ancianos. Estos últimos suelen necesitar suplementos de calcio frecuentemente, ya que
tienen más riesgo de desarrollar enfermedades de los huesos como la osteoporosis. La
ingesta adecuada de calcio y vitamina D, así como la realización de ejercicio de forma
habitual, es esencial para mantener una buena salud de los huesos durante toda la vida.

Cuidados de enfermería

1. Calcio intravenoso: utilizado en pacientes con una hipocalcemia intensa. Se


administra por esta vía para evitar problemas peligrosos para la vida como la
obstrucción de la vía respiratoria. •L os preparados IV mas recuentes son: cloruro
de calcio y gluconato cálcico.
2. reparados de calcio orales: se usan para tratar la hipocalcemia crónica
asintomática. Pueden combinarse con Vitamina D para aumentar la absorción
digestiva del Ca. os preparados orales mas utilizados son: carbonato cálcico,
gluconato cálcico o lactato cálcico.
3. •Hay un riesgo bajo de sufrir hipocalcemia, este riesgo crece con el
envejecimiento, sobre todo de las mujeres → mayor riesgo de osteoporosis. •El
importante un buen aporte de Ca a través de la dieta y la relación entre el peso y
la densidad ósea.
4. •Anamnesis •Exploración física •Pruebas diagnósticas
5. •La principal prioridad es la irritabilidad neuromuscular con riesgo de espasmos
musculares y convulsiones. vigilar con frecuencia el estado de la vía respiratoria y
la respiración, evitando un laringoespasmo.
6. Cuando el paciente reciba el alta: •Exponerle los factores que produjeron la
hipocalcemia •Dar información sobre el tratamiento y sobre factores de riesgo para
evitar futuros episodios •Instruir sobre los medicamentos recetados •Proporcionar
una lista con alimentos ricos en calcio y Vitamina D

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