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Territorio, autoridad y derecho- Capitulo II Saskia Sassen

El capítulo pretende responder a él porque del feudalismo surgió el estado-nación. Pretende


dilucidar si el desplazamiento hacia el estado territorial como lógica dominante para el
ensamblaje del territorio, autoridad y derechos supone la reorientación de algunas
capacidades medievales.

El medioevo está marcado por tres formas de organización política: el feudalismo, la iglesia
y el imperio. La desintegración del sistema feudal se produjo en un contexto que permitía la
instauración de un nuevo orden, pero éste no cayó del cielo. Las guerras, alianzas y el
comercio se convirtieron en elementos desintegradores del medioevo. Estos elementos
ayudaron a configurar la nueva lógica del ensamblaje

La desnacionalización es un proceso que reorienta las capacidades nacionales hacia la


implantación de proyectos globales.

Territorio, autoridad y derechos medievales

En el medioevo, destacan una multiplicidad de formas de sujeción territorial, ausencia de una


autoridad territorial exclusiva, diversas jurisdicciones superpuestas, aplicación de derechos a
pocas personas (clases)1.

El imperio y el estado eran las principales autoridades, pero no se fundaban en un poder


territorial. Incluso podían coexistir. (No existía un único poder central)

Actores políticos y sociales controlaban espacios territoriales (feudos) lo que significa que el
paisaje medieval estaba marcado por la dispersión de pequeñas soberanías de facto en un
amplio sistema de jurisdicciones inconexas y muchas veces superpuestas2 No obstante ,
aunque los señores feudales tenían jurisdicción sobre las fincas y las tierras que se le
otorgaban, carecían de autoridad territorial exclusiva.

La autoridad medieval tampoco se constituía mediante un sistema abstracto de gobierno


mediado por el derecho formal. En realidad, se basaba en un sistema de vínculos jerárquicos
que no estaban claramente definidos, La autoridad y los derechos en la época feudal cobran

1
1er Cita que mandaron al grupo
2
2da cita
forma a partir de dos conjuntos de obligaciones, por un lado, estaban las obligaciones
militares reciprocas y por el otro el sistema de posesión de tierras3

El “locus” del territorio en la organización política posibilitaba sistemáticamente la


descentralización de la autoridad, y si bien existían sistemas de autoridad y derechos, eran de
carácter no territorial, aunque presentaban una suerte de dimensión espacial. De esta manera,
si bien en la edad media no existía una autoridad exclusiva determinada por la territorialidad,
algunas de las autoridades superpuestas aspiraban a la autoridad única y superior. Las
pretensiones universales del imperio interactuaban con la geografía cada vez mas
descentralizada de los señores feudales y la eclesia.

Ni el imperio romano ni el imperio franco presentan concepción alguna de la frontera


moderna. Simplemente existía un punto de delimitación voluntaria. Otra característica del
periodo es la ausencia de una distinción entre la política interior y la política exterior. Ya que
no existía ninguna fuente soberana de jurisdicción y autoridad máxima, no había necesidad
de reconocer otros estados soberanos de esa indole

Se gobierna el pueblo más que a el territorio. La adquisición de autoridad a menudo queda


sujeta a los vínculos personales que otorgan esa autoridad. El marco esencial de la estructura
sociopolítica radica en el deber de lealtad al soberano y a la iglesia

La territorializacion de la autoridad y el derecho

Llegado el siglo XV el territorio y la comunidad comienzan a asociarse con las ciudades y


con una concepción más material. Las ciudades articulan dos tipos de geografías: la red de
una geografía urbana local y la geografía de la centralidad frente a las zonas del interior

En el siglo X aparece el feudalismo, en el siglo XI se registra un crecimiento acelerado


impulsado por la expansión del comercio (tanto local, como exterior) y por la correspondiente
monetización de las operaciones económicas. En esa etapa se conjugan elementos claves para
la formación de los estados territoriales. Los cambios económicos acarrean cambios
políticos, la monetización, el comercio, el aumento en cantidad de las formaciones urbanas
y el incremento de su riqueza modifican la organización política de la época en tanto debilitan

3
3era cita
el sistema de operaciones en especie vital para la organización feudal vigente. Los señores
feudales comienzan a solicitar dinero en lugar de servicios militares, y el pago de rentas en
lugar de especie... (faltan págs.)

Los reyes logran la territorialidad partiendo de un grado extremo de disgregación. Monarcas


débiles obtienen el control de un territorio caracterizado por un alto grado de fragmentación
(que luego se convertirá en Francia, por ejemplo) y logran imponer el principio de
exclusividad territorial, a pesar de la presencia de múltiples señores feudales, incluso del
papado. Así se registra el paso del poder personal a la autoridad pública. (pág. 76)

Entre los siglos XI y XII la iglesia adquiere por primera vez una autoridad jurídica,
independiente de monarcas y señores feudales (el papado). Duarante la conformación de los
estados las diferentes dinastías concebirán de manera distinta el poder de la iglesia. Existieron
conflictos de intereses entre la propiedad colectiva y la propiedad privada, la soberanía
popular y la autoridad pública, el derecho divino y el derecho secular. Nuevamente se utilizó
el derecho romano para legitimar autoridad. Los capetos implementaron, además, una
burocracia estatal orientada a la recaudación de impuestos, que resultó ser un mecanismo
clave para el desarrollo de una administración centralizada.

…análisis de la dinastía de los Capetos y el proceso en Francia…

La economía política de la territorialidad urbana

La política económica de la territorialidad urbana en la baja edad media podría concebirse


como un sistema de territorialidades dispersas, algo asi como un sistema de inserciones en
un terreno más amplio y difuso con jurisdicciones superpuestas

Según Tilly, las ciudades se ubicaban en al menos tres formas de territorialidad: primero,
como el espacio central de una economía local; segundo, como nodos en una red traslocal de
ciudades y circulación de capitales; tercero, como formaciones potencialmente sometidas a
un poder estatal de carácter territorial. En la última se fija el rumbo de la formación de un
estado a futuro, pues el poder relativo de las ciudades y estados determinara que combinación
de capital y coerción entrara en juego para la formación del estado (según TILLY). Saskia
destaca la importancia de las dos primeras como bases para fundamentar el territorio y la
autoridad territorial. La mayor parte de Europa occidental estaba ubicada por fuera de esas
territorialidades dispersas y no se adaptaba a ellas.

Sin embargo, los ensamblajes que promueven la autoridad exclusiva sobre un territorio no se
limitan al estado soberano.

Según Tilly, se crea una interdependencia entre el crecimiento urbano y el crecimiento de la


agricultura “comercial”. La relación dialéctica entre ciudad y campo se encuentra
profundamente implicada en el surgimiento del estado, tanto de manera directa, mediante le
excedente de recursos económicos disponibles para su instauración, como de manera
indirecta, mediante la formación de estructuras de clase regionales. La alteración de las
estructuras de clase rurales y el nacimiento de la nueva clase urbana dará lugar a una nueva
estructura de poder translocal. Este periodo también se caracterizó por la expansión de la
mano de obra libre, las nuevas formas de propiedad campesina, la renovación del comercio
mediante las ferias, la reactivación del artesanado mediante los gremios, el renacimiento de
la vida urbana y la formación de la burguesía comercial. En ese contexto de
descomposición del orden feudal, el capitalismo mercantil logro afianzarse y crecer. Los
burgueses tenían dos intereses principales: alcanzar el grado máximo de autonomía y lograr
que una autoridad central con mayor fuerza los protegiera de diversas amenazas (como los
piratas, barones, ladrones, etc.)

Sin embargo, la idea de un enfrentamiento claro entre las nuevas formaciones y la nobleza
no da cuenta del carácter múltiple, heterogéneo e irregular que presenta la economía política-
Por un lado, las formaciones contienen una variabilidad importante en términos de situación
económica (se refiere a que, en cada lugar, Francia, Alemania, etc. existen cantidades
diferentes de riquezas, por las maneras de obtenerlo y demás). Por otro lado, la economía
política de territorialidad urbana contiene diversas alianzas y formas de organización. Fue
una etapa de construcción de capacidades que funcionarían luego a modo de aportes para la
formación de estados territoriales. Este régimen territorial complejo, implementado mediante
la proliferación de las configuraciones urbanas, constituye un elemento activo en el
nacimiento del estado nacional moderno.
Las formaciones urbanas medievales fueron el emplazamiento de nuevas culturas políticas y
específicamente jurídicas que complejizaron e institucionalizaron el régimen territorial
urbano (pag,94)

El derecho urbano de los siglos XI y XII presenta un carácter comunitario, secular y


Constitucional. Con frecuencia las ciudades se fundaban mediante un pacto colectivo en
virtud del cual todos los habitantes se comprometían a respetar una cédula escrita que se les
había leído en voz públicamente- Esas cedulas suponían un tipo de contrato social y Berman
afirma que pueden haber sido una de las fuentes de las que nació la teoría moderna del
gobierno por contrato: al aceptar esas cedulas, los ciudadanos se comprometían con una
relación de índole permanente. Obviamente no fueron democráticas en el sentido actual de
la palabra, la posición en la estructura jerárquica determinaba los derechos y las obligaciones
de cada uno. En segundo lugar el carácter secular del derecho urbano en parte ubica a los
gobiernos por fuera de las jerarquías eclesiásticas y posibilita que cada ciudad desarrolle su
propia variante de derecho urbano. En tercer lugar, el derecho urbano reviste carácter
constitucional en tanto la autoridad de una constitución escrita es superior a la de las otras
leyes promulgadas.

Las diferentes culturas políticas de las ciudades

Las formaciones urbanas medievales, sobre todo en los siglos XI y XII, pueden
concebirse como espacios de comercio y producción que promueven una cultura
político-económica peculiar. En ellas se da lugar a ciertas prácticas económicas que
permiten a los burgueses instaurar sistemas de dominio y protección de propiedad, a la vez
que resguardaban a los déspotas de todo tipo, Comienzan a construirse fuentes incipientes de
ciudadanía,

Tres aspectos que contribuyen a ejemplificar el carácter peculiar de esta economía política
de territorialidad urbana:

1- Los asentamientos urbanos de la época no constituían unidades políticas y jurídicas


independientes. Según Pirenne en el siglo X no había ciudades habían poblados, para
el siglo XI y XII, se convirtieron en espacios para un nuevo modo de producción y
distribución con una tendencia cada vez mayor a constituirse en entidades
identificables en términos económicos y políticos.
2- El aumento de la productividad generaba un excedente agrario, lo que creaba un
sustento para la población urbana y beneficiaba el comercio
3- El crecimiento de las ciudades en cantidad e importancia podía beneficiar a múltiples
terceros, como los reyes, los señores feudales, los papas y los obispos.

Conclusión
Se identifican cuatro capacidades fundamentales del medioevo para el desarrollo del Estado
territorial:
1- El estado territorial emergente se fortalece en un contexto donde la unidad nacional
está lejos de alcanzarse y su propia autoridad es débil. Al ubicar el origen del estado
en ese contexto podemos observar la labor en el ensamblaje de territorios, autoridad
y derechos que a la larga se fusionarían en unidades nacionales bajo el control de un
soberano o en proceso de ser gobernadas por un soberano con autoridad absoluta (pag
109)
2- Dicho proceso se centró en la formación de una burocracia estatal orientada a obtener
ingresos, sobretodo mediante un sistema tributario estandarizado. La labor de
organizar un sistema tecnocrático supone en este caso el desarrollo de capacidades
que colocan al estado en el primer lugar como agente económico de la época
3- La tercera capacidad concierne a las formas abstractas de autoridad, que deben
distinguirse de las formas concretas del poder material. El concepto de soberanía que
resultaría fundamental para la existencia del estado Nacional se vio posibilitado por
el presunto carácter divino del monarca, otra forma difusa de la autoridad. La
autoridad debe distinguirse del poder, el concepto de autoridad soberana introduce
cierto grado de abstracción a la mentalidad del poder soberano. En este sentido es
interesante el surgimiento de las ciudades medievales como economías políticas
complejas dispuestas a desafiar a los gobernantes más poderosos y a desarrollar sus
propias fuentes de autoridad política, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría
de esas formaciones urbanas carecía de fuerzas militares
4- La cuarta capacidad surge de la economía política específica de la territorialidad
urbana: la posibilidad de que exista un sistema unitario con una ciudadanía exige y
elabora libertades civiles, a la vez que desarrolla formas de gobierno seculares}
Todo el analisis afirma que el complejo régimen territorial del medioevo implementado
mediante la proliferación de formaciones urbanas fue un elemento activo en la construcción
del estado territorial urbano. No únicamente un periodo que antecede el desarrollo de los
regímenes territoriales.

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