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Giorgio Agamben. La relación entre la zoé y el bíos.

Los griegos, afirma Agamben, empleaban dos términos, semántica y morfológicamente


distintos, para expresar la palabra vida. Así pues, zoé significaba “el simple hecho de vivir,
común a todos los seres vivientes (animales, hombres, dioses)” y bíos, “la forma o manera
de vivir de un individuo o de un grupo”. Para dar cuenta de esta distinción, Agamben
recurre, principalmente, a la Política de Aristóteles, donde encuentra, siguiendo, asimismo,
lo desarrollado por Hannah Arendt en La condición humana, una distinción entre el ámbito
privado, propio de la vida reproductiva o zoé, y el ámbito público, residencia de la política
o el bios politikós1. De modo que, reafirmando su observación, Agamben refiere que
carecería de todo sentido hablar de un zoé politiké de los ciudadanos de la antigua Atenas.
Sin embargo, no podemos eludir, asimismo, que Aristóteles define al ser humano como un
zoon politikón. Sobre este punto, Agamben entiende que la intención del Estagirita, con esta
formulación, es establecer a lo político como diferencia especifica que determina el género
zoon. Luego, aclara que, la política humana se distingue de otras políticas (no humanas) por
el uso del lenguaje, fundando así “una comunidad de bien y del mal, de justo y de injusto, y
no simplemente de placer y dolor”.

Así pues, la relación entre zoé y bíos, partiendo de la tesis aristotélica, Agamben la
entiende de este modo: “hay política porque el hombre es el ser vivo que, en el lenguaje,
separa la propia vida nuda y la opone a sí mismo, y, al mismo tiempo, se mantiene en
relación con ella en una exclusión inclusiva.” De este modo, Agamben no establece una
diferencia polar entre estos dos términos sino que, por el contrario, habla de una relación de
«exclusión inclusiva». Lo conflictivo, por lo demás, de la política moderna se halla en la
indiferenciación total de los términos mencionados, lo cual imposibilita la articulación de
los mismos.

1
Sobre este punto, es necesaria la siguiente aclaración: si bien Agamben se vale de la distinción
empleada por Arendt, no es conveniente concluir que la tesis pronunciada por el filosofo italiano en
Homo Sacer I tenga una correspondencia plena con el planteo de la autora de La condición humana.
Puntualmente, la preocupación de Agamben no está puesto en la incursión de la zoé en la vida
política, la cual considera antiquísima, sino que, para este autor, el problema propio del mundo
moderno se halla en la indistinción de los términos zoé y bíos, en el uso indiferenciado de estos para
referirnos a la vida política.

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