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Libro 2: Guía interactiva del estudiante. Ciencias de la naturaleza. Editorial Berenguer C.A.
1.2. Concepto
Las células nerviosas
Los impulsos nerviosos
El sistema nervioso central
Sistema nervioso periférico
El sistema nervioso vegetativo o autónomo
1. Definición
El sistema nervioso, es el conjunto de elementos que en los organismos animales están
relacionados con la recepción de estímulos, la transmisión de impulsos nerviosos y la activación
de los mecanismos de los músculos.
Junto con el endocrino, el nervioso es el principal sistema de regulación del organismo, realiza
muchas funciones mediante dos sistemas diferentes: el nervioso cerebroespinal y el nervioso
autónomo.
El sistema nervioso cerebroespinal se divide a su vez en sistema nervioso central, formado por
dos centros nerviosos, la médula espinal y el encéfalo, y el sistema nervioso periférico, formado
por los nervios y los ganglios nerviosos; ambos se encargan de las relaciones con el medio
ambiente, reciben las sensaciones mediante receptores externos e internos y elaboran
respuestas reguladoras de tipo motor. Este sistema está bajo el control de la voluntad.
El sistema nervioso vegetativo o autónomo consta del sistema nervioso simpático y el sistema
nervioso parasimpático, ambos regulan las funciones vegetativas de los órganos, sin el flujo
directo de la voluntad, para controlar acciones como la circulación sanguínea, la digestión, la
respiración la excreción y el metabolismo.
2. Anatomía y función
En el sistema nervioso, la recepción de los estímulos es la función de unas células sensitivas
especiales, los receptores. Los elementos conductores son unas células llamadas neuronas que
pueden desarrollar una actividad lenta y generalizada o pueden ser unas unidades conductoras
rápidas, de gran eficiencia. La respuesta específica de la neurona se llama impulso nervioso; ésta
y su capacidad para ser estimulada, hacen de esta célula una unidad de recepción y emisión
capaz de transferir información de una parte a otra del organismo.
Hace aproximadamente 45 años, los científicos pudieron estudiar por primera vez las
respuestas de una sola fibra nerviosa. Pocos años más tarde R.W. Gerar y sus colaboradores en
la Universidad de Chicago desarrollaron técnicas para estudiar la respuesta de una fibra nerviosa
sin sacarla del animal vivo. Estos experimentos constituyen un gran adelanto en el conocimiento
de la acción nerviosa. Sin embargo, la naturaleza exacta de la señal nerviosa o impulso nervioso
seguía siendo objeto de discusión.
Herman, un filósofo alemán, sugirió hace aproximadamente noventa años, que un impulso
nervioso viaja a lo largo de un nervio en una serie de etapas. Muchos experimentos con la fibra
nerviosa aislada han demostrado que estas etapas son de naturaleza eléctrica y química. Un
estímulo en el extremo de una fibra nerviosa inicia un proceso de cambios químicos eléctricos
que viajan como una onda a lo largo de la fibra. Esta onda de cambio se denomina impulso
nervioso. Las reacciones químicas del impulso nervioso en cualquier segmento dado de una fibra
consume oxígeno y requiere energía. Además las reacciones producen dióxido de carbono y un
aumento de temperatura, ya que en la célula nerviosa se está realizando respiración celular.
Los cambios eléctricos acompañan a los cambios químicos. La actividad eléctrica que
acompaña al impulso nervioso a lo largo de una fibra ha sido ampliamente estudiada. Los
experimentos han demostrado que la parte exterior de una fibra nerviosa no estimulada es
eléctricamente positiva, mientras que la parte interior en negativa. La diferencia de carga eléctrica
proviene del transporte activo de iones cargados por la membrana de la célula nerviosa.
Cuando se estimulan las dendritas de una neurona los cambios eléctricos indican el comienzo
de un impulso nervioso. La parte interior del extremo estimulado se hace positiva y la parte
exterior se hace negativa. Entonces el mismo impulso inicia un cambio similar en el próximo
segmento pequeño. Cada segmento a lo largo de la fibra es estimulado por un impulso que viaja
desde el segmento anterior. El impulso se mueve a todo lo largo de la fibra nerviosa como una
onda de cambios químicos y eléctricos locales. Las fibras nerviosas necesitan tiempo para
“recobrarse” antes que puedan recibir un nuevo estímulo. Después que el impulso ha pasado a
través de un segmento de fibra nerviosa, el segmento debe volver a su estado original. Si se da
un segundo estímulo inmediatamente después del primero, la fibra nerviosa no responderá. Sin
embargo ciertas fibras nerviosas se recuperan en un periodo corto de tiempo. Por ejemplo,
algunas fibras se recobran en una milésima de segundo. Después que la fibra se ha recobrado
está lista para conducir un nuevo impulso.
Una fibra nerviosa no transmitirá un impulso a menos que el estímulo aplicado a ella sea por lo
menos de un mínimo de intensidad. Este mínimo se denomina umbral. Un estímulo umbral
comienza con un impulso que viaja a través de la fibra. Un estímulo más intenso que el umbral
también causa el viaje de un impulso a lo largo de la fibra, pero el impulso no será más rápido ni
más intenso. Bajo condiciones normales todos los impulso, independientes del estímulo, viajan a
lo largo de la neurona a la misma velocidad y con igual intensidad. Esta clase de respuesta se
conoce como “respuesta del todo o nada” así, para un estímulo cualquiera la fibra transmite el
impulso completo o no transmite nada. Todos los estímulos por encima del umbral originan la
misma clase de impulso en la fibra nerviosa porque la energía para conducir el estímulo no viene
del estímulo sino de la neurona.
Si todos los impulsos viajan a la misma velocidad y son de igual intensidad, ¿cómo distingue el
cuerpo los estímulos de intensidades variadas? Se puede diferenciar entre un puñetazo y un
golpecito. La fibra nerviosa reacciona a estímulos más intensos transmitiendo más impulsos en
vez de transmitir impulsos más intensos. Generalmente, una vez que un impulso pasa por una
sinapsis otro impulso que lo sigue puede pasar con mayor facilidad.
Por lo tanto, cuando se incrementa la intensidad de estímulo, aumenta el número de
impulsos que cruzan la sinapsis y no la intensidad en sí del impulso. El número de impulsos
transmitidos por una fibra nerviosa es afectado por varios factores:
1) La frecuencia con la que se repite el estímulo
2) La intensidad del estímulo
3) La duración del estímulo.
La diferencia entre un golpecito u un puñetazo es afectada también por el número de
neuronas estimuladas y por la disposición y conexiones entre las neuronas. Una sola neurona
puede transmitir sus impulsos a otras neuronas o a muchas otras neuronas. Esto depende de
cuantos impulsos transmitió y cuantas neuronas estaban conectadas con ellas.
5. La sinapsis
Si una fibra nerviosa es estimulada en la mitad de su longitud, el impulso resultante viaja en
ambas direcciones. En situaciones normales, el impulso que recibe una sola neurona siempre
viaja en una sola dirección: de las dendritas hacia axón. El flujo unidireccional de los impulsos se
mantiene gracias la sinapsis. Dos neuronas nunca llegan a tocarse. Un impulso nervioso viaja de
una célula a otra a través de una unión denominada sinapsis. Sin embargo, las dos neuronas no
están físicamente en contacto. La transmisión nerviosa en los mamíferos, a través de muchas
sinapsis, se realiza mediante substancias químicas. En los bulbos sinápticos del extremo del axón
hay numerosas vesículas pequeñas, que contienen una sustancia transmisora. La llegada del
impulso nervioso ocasiona que estas vesículas vacíen si contenido en la zona de contacto
sináptico. La substancia transmisora cruza la separación y se combina con moléculas receptoras
situadas sobre la membrana de las células post-sinápticas, cambiando la permeabilidad de esta.
Si se acumula suficiente sustancia transmisora, la neurona siguiente “dispara” con lo cual
se iniciará un impulso nervioso. Puesto que las dendritas no liberan ningún transmisor químico,
cualquier impulso nervioso que vaya a través de axón de una neurona a las dendritas de otra
moriría en la sinapsis. De esta muerte la sinapsis actúa como una válvula que permite el paso de
los impulsos solamente en una dirección. Se han identificado algunos de estos transmisores
químicos, entre los que se encuentran la serotonina, la acetilcolina, la adrenalina y la
noradrenalina (un compuesto similar a la adrenalina). La médula de las glándulas suprarrenales
que produce adrenalina es real y funcionalmente una agrupación de células nerviosas que
segregan adrenalina que vierten junto con la noradrenalina en la corriente sanguínea en lugar de
hacerlo en una unión sináptica.
Las hormonas que transmiten señales a través de las uniones nerviosas son rápidamente
destruidas por encimas específicas después de su utilización. Tal destrucción es, desde luego, un
rasgo esencial en la regulación de las actividades del sistema nervioso.
A diferencia del impulso nervioso a lo largo del axón, que es del tipo “todo o nada”, las
señales transmitidas por las sustancias químicas a través de la unión sináptica pueden modularse
entre sí. Una sola neurona puede recibir señales de cientos de sinapsis, las cuales procesan a fin
de decidir si se “disparan” o no, real y funcionalmente, una serie de secreciones de adrenalina.
Las sinapsis son, por consiguientes, puntos de paradas y control importantísimos en el
funcionamiento del sistema nervioso.
6. Sistemas simples
Organización neuronal
Aunque todos los animales pluricelulares tienen alguna clase de sistema nervioso, la
complejidad de su organización varía de forma considerable entre los diferentes tipos de
organismos. En los animales simples, como los celentéreos, las células nerviosas forman una red
capaz de mediar respuestas estereotipadas. En los animales más complejos, como crustáceos,
insectos y arañas, el sistema nervioso es más complicado. Los cuerpos celulares de las neuronas
están organizados en grupos llamados ganglios, que se interconectan entre sí formando las
cadenas ganglionares. Estas cadenas están presentes en todos los vertebrados, en los que
representan una parte especial del sistema nervioso relacionada en especial con la regulación de
la actividad del corazón, las glándulas y los músculos involuntarios.
Cerebelo:
Situado en la parte ínfero-posterior del encéfalo, está formado por dos masas laterales llamadas
hemisferios cerebelosos, que están unidos por una estructura alargada semejante a un gusano, y
que recibe el nombre de Vermis.
La sustancia gris forma la periferia del cerebelo y se introduce profundamente dentro de la
substancia blanca. Esto da al interior del cerebelo un aspecto arborescente, por lo cual ha sido
denominado el “árbol de la vida”.
El bulbo raquídeo:
Se encuentra en la parte inferior del encéfalo y se continua por debajo con la médula
espinal. Se le denomina también médula oblonga por su forma de pirámide truncada invertida.
Externamente presenta dos pirámides anteriores y dos posteriores; estas últimas divididas
en dos haces: uno interno o haz de Goll, y otro externo o haz de Burdach. Internamente se
produce un entrecruzamiento de las fibras nerviosas. Este entrecruzamiento da origen a la
formación de núcleos de sustancia gris, que son los centros nerviosos del bulbo. La oliva bulbar
es una eminencia situada entre las pirámides.
Estructura de la médula:
a) Una región de substancia gris, interna, dispuesta en forma de X o H, constituidas por cuerpos
de neuronas.
b) Otra externa de substancia blanca, formada por axones.
La substancia gris presenta dos alas, divididas cada una en dos astas o cuernos: astas
anteriores o ventrales y astas posteriores o dorsales. Las astas anteriores son anchas y
redondeadas y contiene células nerviosas motoras, cuyos axones forman las raíces motoras de
los nervios raquídeos.
Las astas posteriores son delgadas y de ellas se desprenden las raíces sensitivas de los
nervios raquídeos.
La médula presenta surcos: el surco anterior y el surco posterior, los cuales son profundos
y demarcan a la médula en dos secciones simétricas. Además presentan los surcos laterales, uno
a cada lado, que constituyen pequeñas depresiones.
Función de la médula
Como centro nervioso la médula coordina los actos reflejos. El acto reflejo constituye una
respuesta rápida e involuntaria a un estímulo. Cuando en el acto reflejo interviene exclusivamente
la médula, se trata de un acto inconsciente e involuntario.
Además de centro nervioso, la médula tiene un importante papel en la conducción
nerviosa, gracias a la presencia de multitud de fibras nerviosas que forman la substancia blanca.
Los cordones posteriores transmiten al encéfalo las impresiones sensitivas procedentes de los
órganos internos y de los sentidos.