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Las organizaciones abajo firmantes, repudiamos el episodio que protagonizó el Obispo

Diocesano de Catamarca, Luis Urbanc, en oportunidad de un acto oficial en Fiambalá,


departamento Tinogasta, donde violentó directamente a las mujeres en su condición, y
denigró nuestra posición en el seno social.

Entendemos que sus opiniones parten de una posición favorecida, lo cual no lo excusa de la
violencia ejercida con sus palabras en un contexto en el que las mujeres bregamos por
derechos reales que nos han sido históricamente negados, condiciones de desigualdad que la
iglesia con sus omisiones y acciones ha contribuido a perpetuar, y que le otorgan privilegios
que no quieren perder.

Luis Urbanc, con la impunidad que le enviste su cargo de Obispo, defiende a pedófilos y
abusadores y les da cobijo, incluso bendijo al abogado de uno de los tres sacerdotes
procesados en Catamarca por abuso sexual, Juan de Dios Gutiérrez, para “lograr justicia”.

El mismo que, desconociendo derechos y leyes, se declara en contra de la implementación


de la Ley de Educación Sexual Integral, herramienta que le dará a nuestros hijos la
oportunidad de estar prevenidos también frente a pervertidos de la misma iglesia católica.

El que con su intolerancia practica el odio y la división social, calificando de “malos


ciudadanos” y “sanguijuelas del bien común” a quienes desean dejar de pertenecer a una
iglesia que no los representa.

Para nosotras, los dichos de Urbanc ejercen un concurso de violación de derechos, en tanto
que no solo lesionan el lugar social de la mujer, sino que refiere como una osadía la intención
de igualar la condición de un género disminuido a la par de otro: “quieren ser igual que los
varones, no se les va a caer nada por agarrar tallar una piedra, hay mujeres ociosas que tienen
la casa toda desarreglada, que no riegan las plantas. .Declaraciones que lejos de reproducir
una noción romántica o costumbrista, esconden la perversidad del poderío más vil acerca del
lugar que debemos aceptar y pertenecer las mujeres en la sociedad, con el agravante de que
potencia y brinda argumentos para perpetuar flagelos como la violencia de género.

“Ahora está de moda hacer casas”, intentó en una chicana oportunista en época electoral .
Una crítica que sorprende teniendo en cuenta que viene de la máxima autoridad de una
institución que no se identifica precisamente por la generosidad a los pobres. Si la iglesia de
Catamarca donara, por ejemplo, todas las tierras que posee para que el Estado pueda hacer
más viviendas, seguramente la frecuencia con la que se edifican barrios se adecuarían a las
exigencias de Urbanc. Paradójicamente, ese Estado que Urbanc critica subsidia
mensualmente a a eclesiásticos que luego se permiten este tipo de declaraciones con total
impunidad

La iglesia no se identifica por su transversalidad, pero sin embargo critica formas de la


democracia ganadas y restituidas a costas de mucho dolor en nuestro país, como el ataque al
poder legislativo, práctica propia de los terrorismos de Estado. Lo hizo ahora con legisladores
provinciales, antes lo había hecho con los concejales. Quizás para él sería más apropiado
volver al sistema de influencia de la Edad Media, eliminar los poderes de la democracia y
darle rienda suelta al absolutismo.

El acto de gobierno al que el Obispo fue convocado a participar, se convirtió debido a sus
expresiones en un espacio de afrenta, en arena de disputas. El discurso de Urbanc fue un
ataque deliberado a las comunidades en general, y especialmente dirigido a las mujeres que
pertenecen a sectores sociales vulnerados históricamente; y peligrosamente, al sistema
democrático. Señor Obispo, las instituciones del Estado, son representativas del sistema
democrático, una democracia perfectible por supuesto, pero que debemos resguardar de
cualquier ataque que nos haga retroceder y revivir los años oscuros que vivió la Argentina,
cuando se suprimieron todas las garantías constitucionales y miles de personas, pagaron con
su vida el último golpe de Estado cívico militar-eclesial, donde como institución, la iglesia
católica tuvo un rol fundamental, del cual acostumbran a desligarse.

“Tenemos que ser revolucionarios”, “Miren lo que ha hecho la fe acá”, declaró en Fiambalá.

Señor Obispo: La fe es una cosa, y la utilización de la fe es otra bien distinta bajo la cual se
han cometido y continúan cometiéndose las mayores aberraciones de la historia.

Reflexione señor obispo el pueblo no está viviendo sus mejores horas

Su nivel de confrontación con los más humildes, con los sectores más desprotegidos de la
sociedad no es nuevo, sino recordemos a los trabajadores de la gruta de la Virgen del valle,
a los que echó sin ninguna contemplación ni respeto.

En esta etapa de crisis que nos toca transitar como sociedad, donde los valores, las creencias,
el sentido común y todo aquello que constituye nuestra escala de valores, individuales y
colectivos, están siendo interpelados-problematizados permanentemente, es saludable
comenzar a ver y conocer el verdadero rostro de cada uno de nosotros para identificar a qué
intereses estamos sirviendo.

Resulta imperativo reconocer la diferencia entre la fe que profesa un pueblo, totalmente


respetable, y por otro lado poder reconocer el rol que tiene como institución la Iglesia
católica, un espacio de poder que goza de privilegios económicos, materiales, sociales, y
políticos, que afortunadamente, casi sin querer usted, dejó develados.

Respecto a sus dichos sobre la “igualdad” o autonomía que las mujeres pretendemos alcanzar,
quisiéramos hacerles algunas preguntas.

¿Alguna vez, advirtió que el nombre de Catamarca apareció en un informe sobre Brutalidad
de Género elaborado por la UNIFEM, que es la entidad de las Naciones Unidas para la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, donde se mencionaba a nuestra
provincia como un territorio donde los niveles de violencia son alarmantes?

¿Sabe usted que en el país la primera condena firme por feminicidio, ratificada por la Corte
Suprema de Justicia, fue en nuestra provincia, en contra de Francisco Quiroga, el brutal
femicida de Rita Valdez?

¿Sabe usted, que también nuestra provincia presenta índices alarmantes de violencia de
género? ¿Que se reproducen cotidianamente violaciones, ataques a la integridad sexual de
mujeres, lesbianas, travestis, transexuales, disidenteas, y niñxs?. Claro que usted está
informado: miembros activos de la Iglesia son los mismos procesados por abusadores de
menores, violadores. Sus nombres cada vez se conocen más porque nosotras cada vez nos
callamos menos.

Sin embargo, es tan grande el nivel de impunidad, que en la actualidad gozan de total libertad,
a pesar de haber atacado a niños, niñas, adolescentes y mujeres y ser denunciados ante la
justicia patriarcal.

En cuanto al feminismo, que Ud. menciona como si fuera una plaga bíblica, no es otra cosa
que luchar desde todos los espacios posibles, por la reivindicación de los derechos humanos
de las mujeres, las lesbianas, las travestis, las trans y les no binaries, y no pretendemos su
bendición para hacerlo.

No queremos ser iguales a los hombres: queremos que nuestras diferencias dejen de ser un
indicador de sometimiento, esclavitud, subordinación, explotación, despojo y violencia.

Nuestros trabajos de cuidado, de maternar, de reproducir la vida en los hogares, en las calles,
en los campos, en las fábricas, en las escuelas, sostienen este sistema depredador y
explotador. Estamos decididas a dejar un mundo menos violento y más sano a nuestrxs hijes.
Estamos decididas a cambiar nuestra vida, a luchar juntas. Señor Obispo, con sus expresiones
viola derechos ganados a fuerza de mucha reflexión. Derechos consagrados como:

*Ley 26.485 Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales

* Ley 23.179 Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer.

*Ley Nº 5.434 – Decreto Nº 361 Violencia familiar y de género. ( Ley Provincial)

*Ley de identidad de género

Por este, y por todos los atropellos a los que en pleno siglo veintiuno seguimos expuestas, las
mujeres pedimos hoy al ejecutivo provincial la incorporación de enfoques con perspectiva
de género en el proyecto de reforma de la Constitución provincial, y a los legisladores de
todos los partidos, oficialistas y de la oposición, su urgente tratamiento con estas cuestiones
fundamentales. También la urgente separación de la Iglesia y el Estado.

Hoy estamos juntas mujeres de distintos partidos políticos y organizaciones, sin distinciones.
Porque sabemos que esta lucha por la ampliación de nuestros derechos, por la igualdad, es
todas juntas.

Las mujeres de Catamarca no estamos dispuestas a aceptar NUNCA MÁS ningún tipo de
atropello, ni particular ni institucionalizado, sin levantar la voz. La voz que es una y colectiva,
porque si nos atacan a una, nos atacan a todas.

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