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Voces: CHEQUE ~ FIRMA ~ PERSONA JURIDICA ~ REPRESENTANTE LEGAL ~ SOCIEDAD

COMERCIAL
Tribunal: Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, sala civil y
comercial(TSCordoba)(SalaCivilyCom)
Fecha: 04/08/2008
Partes: José Freiberg S.A. c. Corrales, Rubén y otro
Publicado en: La Ley Online;
Cita Online: AR/JUR/6756/2008

Texto Completo: Córdoba, agosto 9 de 2008.


Primera cuestión: ¿Es procedente el recurso de casación? Segunda cuestión: ¿Qué pronunciamiento
corresponde?
A la primera cuestión planteada el señor vocal doctor Carlos Francisco García Allocco, dijo:
I. El Dr. C.D. en su condición de apoderado de la parte actora articula recurso de casación en autos: "José
Freiberg S.A. c/ Corrales Rubén y otro - ejecutivo - recurso de casación (Expte. J-05-04)", contra la Sentencia
Número ciento dieciocho dictada por la Cámara Tercera de Apelaciones en lo Civil y Comercial de esta ciudad,
con fecha veintiséis de diciembre del año dos mil tres, con fundamento en la causal prevista por el inciso 3° del art.
383 del CPCC.
Corrido el traslado de ley, se da por decaído el derecho dejado de usar por la parte demandada al no evacuar el
traslado de la casación (fs. 192 vta).-
Mediante Auto Interlocutorio Número doscientos cuarenta y cuatro de fecha veinte de agosto de dos mil
cuatro, se concede la impugnación deducida, por la causal propuesta.
Radicados los presentes en esta Sede, dictado y firme el decreto de autos (fs.202), queda el recurso en
condiciones de ser resuelto.-
II. Los agravios expuestos por el recurrente, en los límites que aquí interesan, admiten el siguiente
compendio:-
A resguardo de la hipótesis del inciso 3° del art. 383 CPCC, invoca como antagónicas las resoluciones
emanadas de la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial de Cuarta y Octava Nominación de esta ciudad en
autos: "Delbene y Serris SACIFI c/ Voladuras Córdoba S.A. - Ordinario" (Sentencia N° 106 del 28-8-02) y
"Caños Córdoba SRL c/ José V. Pérez -Ejecutivo" (sent. n° 55 del 12-9-02) respectivamente, acompañando
copias de las mismas en los términos del art. 90 CPCC.
Advierte el casacionista que en el caso resuelto por la Cámara 4ª Civ. y Com. -a diferencia de lo decidido en el
fallo impugnado- se procedió a dar prioridad a los principios de literalidad y completividad que emanan de los
títulos ejecutivos, por encima de los argumentos causales que se encuentran vedados en este tipo de procesos. Ello
así desde que en el caso "Delbene...", el Tribunal -compartiendo lo sostenido por su parte- sostuvo, entre otras
consideraciones, que es indispensable la mención en el cheque del carácter en que se suscribe, por lo que la firma
insertada en el cuerpo del documento, sin hacer constar su empleo en representación de la sociedad,
responsabiliza personalmente al firmante.
En este sentido afirma el impugnante que tal afirmación contradice al a quo cuando expresó que "...el hecho de
que el cheque tuviese dos firmas y no una sola debió hacer suponer que el libramiento se hacía por los firmantes en
representación de la sociedad y no a título personal...", ya que llega a conclusiones que no emanan del tenor literal
del instrumento, sino que indaga sobre cuestiones de fondo que exceden el marco del proceso ejecutivo.
Y precisamente en el fallo "Delbene y Serris SA..." -agrega- se dispone que "...en esta clase de juicio no puede
entrarse en la averiguación de los antecedentes, pues toda investigación en este sentido importaría...el examen de
la causa del libramiento, análisis que la ley rechaza en el marco del juicio ejecutivo...", contrariando la

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interpretación de la Cámara a quo que indagó en los antecedentes bancarios de la cuenta.
Con relación al precedente de la Cámara 8ª Civ. y Com. (caso "Caños Córdoba SRL..."), observa que es igual
al planteado en la presente causa, al presentar asombrosa similitud, dado que se confirmó la sentencia que rechazó
la excepción de inhabilidad de título interpuesta por quien aducía haber firmado el título en su carácter de
representante de la sociedad (SRL) de la cual era socio al entender el Tribunal que "...el accionado ha suscripto el
título sin aclaración de que no lo hacía personalmente, en cuya virtud debe nomás concluirse en que lo ha hecho
nomine propio y no como representante social...".
En esta línea, el recurrente entiende que el fallo atacado no se remite a la literalidad del instrumento como el
precedente citado, sino que se funda en suposiciones a partir del número de firmas, y de prueba informativa
posterior, para colegir la actuación en representación de la sociedad por parte del demandado al suscribir el
instrumento.
Luego de citar diversos pasajes del pronunciamiento señala que la Cám. 8ª Civ. y Com aplica -como pretende
su parte- lo normado en el art. 40, ley 24.452 el cual afirma que todas las personas que firman un cheque quedan
solidariamente obligadas hacia el portador.
Finalmente asevera que la Cámara a quo aplicó la presunción de representatividad que reflejaban las dos
firmas insertas en la cambial, omitiendo considerar el carácter de cuentacorrentista del demandado, tal cual surge
del tenor literal del mismo. Por último la Cámara no hizo referencia alguna a la teoría del órgano que la a quo hizo
prevalecer sobre los principios de literalidad, completividad y abstracción de los títulos cambiarios.
Concluye que resulta procedente el remedio utilizado porque de lo contrario convivirían dos criterios
totalmente contrarios expresados por tribunales de la misma jerarquía, por lo que -en miras a la seguridad jurídica
que se encuentra en pugna- resulta a su juicio imprescindible que el Tribunal Superior unifique el criterio.---
III. Relacionados así los agravios, corresponde ingresar al análisis de los mismos.
A estos fines, la consulta de la plataforma fáctica sometida a juzgamiento y su compulsa con los supuestos de
hecho que motivaron los pronunciamientos opuestos, permiten visualizar que los casos resueltos por los Órganos
Jurisdiccionales lucen idénticos.--
Y bien, frente a hipótesis fácticas que prima facie se presentan idénticas, los Tribunales intervinientes
arribaron a soluciones antagónicas, pues mientras la Cámara a-quo, partiendo del principio de la apariencia afirmó
que del propio cuerpo del cheque resulta que la cuenta pertenece a la sociedad y que si bien junto a la designación
social aparece impreso el nombre de dos personas físicas, era claro que en el contexto de esa mención se estaba
aludiendo a las firmas autorizadas y no al titular de la cuenta.
De todos modos, en la resolución cuestionada, el Mérito advirtió que aún concediendo que la indicación de
tales personas físicas haya podido generar la idea de una cotitularidad de la cuenta, el hecho de que el cheque
tuviese dos firmas y no una sola debió hacer suponer que el libramiento se hacía por los firmantes en
representación de la sociedad y no a título personal.-
En el otro extremo se ubicaron la Cámara de Apelaciones de Cuarta y Octava Nominación en lo Civil y
Comercial de esta ciudad, respectivamente en los precedentes traídos en contradicción, desde que el denominador
común que prevalece en sendas resoluciones y que motivara la solución arribada en cada caso se asienta en el
rígido principio derivado de los caracteres de literalidad, autonomía, independencia y abstracción de los
cartulares, proyectando sus consecuencias a la previsión normativa contenida en el art. 40 de la ley de cheques
24.452: que reza: "Todas las personas que firman un cheque quedan solidariamente obligadas hacia el portador",
de donde la ausencia de indicación expresa por parte del suscriptor de la representación que ejerce, lo obliga
personalmente.
Lo hasta aquí relacionado pone en evidencia el diverso tratamiento jurisdiccional que ha recibido la cuestión
sometida a juzgamiento. De ello deriva la necesidad de brindar al justiciable la genuina interpretación legal, razón
por la cual -en consonancia con la decisión asumida por el Tribunal a-quo- estimo que corresponde asumir la

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competencia extraordinaria conferida a esta Sala por el carril casatorio propuesto.
IV. Thema decidendum:
Simplificando el debate, la materia cuya hermenéutica se muestra distinta en los pronunciamientos ya
mencionados y que resulta menester unificar consiste en juzgar la viabilidad de la ejecución de un cheque respecto
del firmante del mismo que no especifica en el propio título que lo hace en nombre de la representación social que
ejerce, en los términos del art. 40 de la ley de cheques.
La cuestión tiene trascendencia práctica ya que conforme se desprende de la previsión legal citada -en
concordancia con el resto del ordenamiento cambiario involucrado- si en el cheque no se ha invocado que su
libramiento se ha practicado en representación de otro sujeto, debe considerarse que el suscriptor del mismo queda
obligado personalmente al pago del mismo.-
V. Ingresando al examen sustancial del conflicto suscitado (representación cambiaria en materia de cheques) y
sometido a decisión de esta Sala, desde ya adelanto opinión en sentido coincidente con la solución propuesta en el
fallo cuestionado.
Y ello así, por las razones que se vierten a continuación.
Es cierto que es justamente en los títulos ejecutivos en donde la forma del instrumento tiene una importancia
superlativa, a punto tal que triunfa sobre la causa que está impedida de ser indagada (repárese en los caracteres de
literalidad, independencia, autonomía y abstracción que caracterizan la esencia de tales documentos).-
De allí que se entienda -en materia de representación cambiaria- que el que pone su firma en el título tiene que
hacerlo invocando la representación de otro.
En efecto, de la propia literalidad del documento debe surgir que quien firma el título lo hace por cuenta o en
representación de otro. Para ello no se requieren fórmulas sacramentales al respecto: basta cualquier indicación
que claramente demuestre que el firmante del título actúa para obligar a otro (Escuti (h), Ignacio A.: Títulos de
crédito, 3ª ed., Astrea, Bs.As., 1992, p. 48), ello así porque la ley no especifica cuál es la modalidad a seguir en
estos casos.
Y desde este punto de vista resulta coherente en una hermenéutica totalizadora del ámbito discutido, que se
requiera el cumplimiento de la aclaración de la condición del firmante del documento cuando se suscribe en
representación de la sociedad, cuya omisión podría colocarlo en la hipótesis normativa contenida en el art. 40 de la
ley de cheques ("Todas las personas que firman un cheque quedan solidariamente obligadas hacia el portador")
que con énfasis postula el casacionista en su presentación.
Pero si esto es cierto, no lo es menos que cuando se trata de obligaciones contraídas por personas jurídicas, al
carecer éstas de firma, son los representantes legales los que la obligan, y en el caso de los cheques, las firmas de
las personas físicas autorizadas por esa persona jurídica, al efectuar la solicitud y suscribir el contrato de cuenta
corriente bancaria y el pacto de cheque (arts. 4 Ley 24.452).
En ese contexto tampoco resulta un dato menor que aún cuando es usual que quien firma un cheque debe
aclarar que lo hace en nombre de la sociedad que representa (colocando un sello aclaratorio especificando su
calidad de representante), sin embargo no deja de ser cierto que en la actualidad la jurisprudencia comienza a
marcar una tendencia superadora de un rigorismo formal que en ocasiones puede conducir a soluciones realmente
disvaliosas, como sucede en el caso que se examina.
En esta inteligencia es que se advierte un claro criterio flexibilizador o bien, morigerador de tal principio
general, del cual participo, que se dirige a atemperar la estricta exigencia apuntada, para concluirse -con acierto-,
que no obstante el requerimiento de la aclaración del carácter que inviste el librador del cheque, la referencia a la
representación no requiere ninguna fórmula sacramental, bastando una indicación puesta con un sello, o a
máquina o manuscrita, colocada normalmente en el anverso del cheque a modo de antefirma y en caso que tal
indicación no obrara en el cheque, la representación podría surgir de cualquier otra mención, en el anverso o en el
reverso, siempre que sea inequívoca y que conste en el título (CNCom., Sala D, 13-2-86, "Mainero, Luis M. c.

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Brancaccio, Ana L. ", LL, 1986-D, 20; Giraldi, Pedro Mario: Cuenta corriente bancaria y cheque, Astrea, Bs.As.,
1973, p. 69).
A juicio de Villegas, la existencia o constancia en el formulario de cheque del nombre del titular de la cuenta
sobre la que se emite....evita la existencia de toda duda (Cfr. Villegas, Carlos G.: El Cheque, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 1998, p. 194).-
En esta orientación la casuística nacional registra numerosos casos en los que se ha mitigado el rigor
cambiario, cuando se ha resuelto -por ejemplo- que aún cuando la indicación de la cual resulta que el firmante
actuó en representación de la sociedad no se encuentre acompañando la firma respectiva, el hecho de que el
cheque se haya librado en un formulario perteneciente a la cuenta corriente de la demandada, resulta asimilable, y
por ende, suficiente para considerar que dicha persona jurídica se encuentra obligada a satisfacer la deuda
instrumentada en el cheque en ejecución (CNCom., Sala B, 24-10-85, "Romo, Ricardo A. C. Blaris SRL", L.L.,
1986-B, 316).
Efectivamente, ser firmante de un cheque, no significa ser personalmente librador garante del pago, si la
libreta en la que se emitió y la cuenta corriente pertenecen a una sociedad, habida cuenta de la distinta
personalidad del ente social y sus miembros. Por ello si el cheque ejecutado presenta el nombre del librador
impreso del lado izquierdo con caracteres pequeños... y allí se lee el nombre del ente social, el título esgrimido
resulta subjetivamente inhábil contra la persona física firmante del cheque y corresponde hacer lugar a su
excepción...(CNCom., Sala D, 12-8-74, "Barrientos, Alfredo A. C. Madlen Babic", L.L., 1975-C, 523).
Acorde con la regla flexibilizadora que cabe aplicar en tales hipótesis, con idéntico temperamento se precisó
que pese a la ausencia de sello aclaratorio respecto del carácter del librador en tanto representante legal de la
persona jurídica, resultaría suficiente la leyenda obrante en el cuerpo del cheque con el nombre de dicha persona
jurídica, para desplazar la responsabilidad a un tercero distinto del otorgante material del acto (CNCom., Sala B,
4-10-96, "Verlini Juan C c. Hilotex SRL", L.L., 1997-C, 246); en consecuencia, si la firma del representante legal
de la demandada luce sobre un cheque que pertenece a la cuenta corriente de la sociedad, no puede sostenerse
válidamente que la libranza del documento fue realizada a título personal por el firmante (Cám. Civ. y Com.
Morón, 17-5-2001, "Rodriguez, Marisa Sandra c. Droguería Rima SA s/ cobro ejecutivo", el dial W149EA y
Lexis documento n° 30010818).----
También ha sido decidido que la constancia del nombre de la persona jurídica en el anverso del cheque, a la
izquierda de la firma, constituye suficiente antefirma y un modo de imputar la responsabilidad a un sujeto distinto
del mandante, lo que excluiría la responsabilidad del suscriptor material (C 1ª Civ. y Com. Mar del Plata, Sala II,
20-9-94, "Vizcay, Jorge a. C. Osmapa SA y/u otra ", LLBA 1994-p.945; CNCom., Sala D, 13-2-86, "Mainero,
Luis M. c. Brancaccio, Ana L.", L.L 1986-D-p.20; CNCom., Sala D, 26-6-81, "Romero Jorge R. c. Hoiz, Gerardo
A. LLO (citados por Alonso, Daniel Fernando y Gotlieb Verónica: Del Cheque común, en Código de Comercio
Comentado y Anotado, Adolfo A.N. Rouillón -director-, Daniel F. Alonso (coordinador), Bs.As., La Ley, 2006,
tomo V, p. 393; en el análogo sentido se ha expedido la Cám, 5ª Civil y Comercial de Córdoba, 3-3-2008, in re
"Organización América Seguros SRL c/ Boccardo Martha Susana s/ Ejecutivo", MJJ21218).-
Repárese además que esta tendencia denominada antiformalista en lo que concierne a la representación
cambiaria se ha extendido incluso a la hipótesis del pagaré, provocando el dictado de un conocido fallo plenario de
la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial ("Banco Sidesa SA en liq. C/ Cementera Comercial SA", del
5-12-86; LL 1987-B-p.572) en el que se resolvió que: "En un pagaré suscripto con una firma que no está precedida
o acompañada inmediatamente de sello o leyenda alusiva a la representación de una sociedad, la mención del
nombre de la presunta representada en el espacio determinado por la impresión de una línea de puntos precedida
de la palabra "nombre", en la parte izquierda del formulario empleado para confeccionar el título, es idóneo como
expresión de representación".-
Con relación a este punto prestigiosos autores han interpretado que la doctrina resultante del plenario
mencionado "se inscribe en una corriente antiformalista orientada a admitir la existencia de la contemplatio
domini en los supuestos en que aparece como incompleta y en la medida en que no se afecte la seguridad del

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tráfico (cfr. Bergel, Salvador D. y Paolantonio, Martín E: "La representación en materia cambiaria", Revista de
Derecho Privado y Comunitario n° 6, (Representación), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1994, p. 289 y las citas
autorales y jurisprudenciales reseñadas en la nota n° 12).-
Sobre la base de sustentación que ofrece la línea de razonamiento expuesta supra e ingresando en el caso bajo
análisis queda claro que el suscriptor del cheque (Corrales), ha actuado amparado por la autorización prestada por
su titular para girar sobre la cuenta (en el caso Clínica Privada de Pediatría SRL), y precisamente por ello no
resulta procedente adjudicarle responsabilidad cambiaria a título personal, aún en el caso -como aconteció- en que
hubiera incumplido la carga de efectuar indicación expresa de su carácter de gerente, desde que las propias
constancias del título valor de que se trata arrojaban el grado de convicción suficiente acerca de la calidad en que
fuera suscripto el cheque cuya ejecución se promueve exclusivamente en forma individual contra el gerente de la
sociedad firmante del mismo.-----
Debe quedar claramente delimitado que de acuerdo al funcionamiento de la cuenta, por un lado aparece el
titular de la misma y por otro lado, como ocurre con las sociedades comerciales figuran las personas autorizadas a
realizar los diferentes movimientos de la cuenta entre los cuales se encuentra la de practicar el libramiento de
cheques, estos últimos son los que están habilitados en nombre de la sociedad para girar sobre esa cuenta de
titularidad del ente social primero en virtud de las previsiones contractuales convenidas a ese fin y luego según las
convenciones estipuladas en el contrato de apertura de cuenta corriente.--
No se discute entonces que en el propio documento constan los datos necesarios que permiten inferir
inequívocamente (aplicación de la teoría de la apariencia mediante) la representación societaria invocada por el
suscriptor (en su calidad de gerente de la SRL), tal como ocurrió en la especie, tomando en consideración que en el
formulario preimpreso del cheque consta la denominación de la sociedad y plenamente acreditados los datos
identificatorios de la cuenta según constancias del rechazo bancario ("cta. cte. N° 50071-5", de titularidad
exclusiva de la SRL).--
Dicho de otro modo: el examen de las circunstancias que determinaron la creación del instrumento de pago
lleva a concluir necesariamente la correcta atribución de la legitimación pasiva que ha sido negada con razón por
el ejecutado.
Con relación a este aspecto cabe destacar que según lo dispone nuestro código de rito, la excepción de
inhabilidad de título debe limitarse al juzgamiento de las exigencias extrínsecas del cheque, pero ello no impide de
ningún modo que de su examen se determine la correcta asignación de legitimación pasiva en cabeza del
demandado.----
Conforme este principio rector, se ha dicho que "es evidente que quien firma por otro y no a título personal, no
es obligado acorde con el título, sin perjuicio de que el suscriptor pueda ser responsabilizado en virtud de otro
motivo, que no es dable ventilar en un proceso de cognición abreviada y que debe ser hábil para demandar a quien,
según su mismo contenido, aparece como el inequívoco deudor. De lo contrario concurre una falencia de calidad
o legitimatio ad causam, que perjudica la habilidad del título, se si pretende hacerlo valer contra el representante,
y no contra el representado" (Zavala de González, Matilde: Doctrina judicial, Solución de casos, tomo 2,
Alveroni, Córdoba, 1999, p. 262).---
Partiendo de tal hermenéutica resulta cierto entonces que el juzgamiento de los recaudos extrínsecos del título
de crédito, debe armonizar con lo dispuesto por la ley de fondo respecto de la creación del instrumento de pago y
contempla a su vez la fijación de la atribución de la legitimación pasiva.
Desde esta perspectiva no puede prescindirse, en la encrucijada, de la apariencia generada en el libramiento
del cheque, pues de lo contrario se incurriría en un excesivo rigor formal atentatorio incluso de las propias notas
caracterizantes de los títulos de crédito ya aludidas, lo que no encuentra justificación jurídica alguna. Téngase en
cuenta que el formalismo cambiario no puede exceder las funciones ni finalidades asignadas por el legislador.---
Adviértase en este sentido que de seguirse el camino contrario, las sociedades titulares de las cuentas
corrientes contra las cuales se libran las órdenes de pago respectivas y que en rigor resultan auténticas obligadas al

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pago de la prestación comprometida, se verían liberadas de responsabilidad con el simple recurso de invocar la
ausencia del sello aclaratorio del representante que determine la efectiva naturaleza de la suscripción de la
cambial, cuando en virtud del formulario preimpreso del documento resultaban evidentes los datos
identificatorios del titular de la cuenta, y con ello la actuación de las personas físicas autorizadas representando a
la sociedad.---
Desde esta misma orientación, y ubicados en la posición opuesta, de seguirse un criterio excesivamente
riguroso en materia de representación cambiaria -como pretende el recurrente-, los tenedores de los títulos
encontrarían injustificadamente -y contrario a la buena fe que debe regir en estos casos- un nuevo obligado
cambiario -eventualmente en mejor situación de solvencia económica- contra el cual reclamar el pago de una
obligación en la cual sólo participaron en su carácter de representación orgánica, sin responsabilizarse
individualmente por su suscripción (repárese que en el caso la Clínica titular de la cuenta se encuentra en situación
de quiebra, ver fs. 92/100).----
Es en ese marco precisamente que tampoco puede ignorarse el contexto en el que se produce el libramiento del
instrumento de marras, porque como bien ha sido considerado en el fallo en crisis, aún admitiendo que la
indicación de los nombres de dos personas físicas junto a la denominación social de la Clínica pudiera generar
confusión acerca de la posible cotitularidad de la cuenta corriente, el hecho de que el cheque tuviera dos firmas y
no una sola debió hacer suponer que la suscripción del cartular se hacía por los firmantes en representación de la
sociedad en función de la naturaleza orgánica que caracteriza a estos sujetos -emergente del contrato social-, y no
a título personal.
Dicho de otro modo, si en el cheque constan dos firmas es porque el libramiento ha sido practicado por cuenta
de la sociedad y no por ninguno de los firmantes individualmente, de allí que la admisión de la excepción de
inhabilidad de título opuesta por el demandado Corrales resulte procedente en el caso concreto y así haya sido
dispuesta en ambas instancias.--
Desde otro costado, la línea de razonamiento que vengo desarrollando se ve corroborada -y esto no es un dato
menor- mediante la copia del extracto de la cuenta (fs. 89) y del informe suministrado por el Banco de la Provincia
de Córdoba obrante a fs. 91, (en este último instrumento consta debidamente aclarado que el uso de las firmas
sociales correspondía en conjunto a los Sres. Rubén Corrales; Rubén Paolucci; Alberto Arturo Soria y Héctor
Pedro Schoeder, todos ellos socios de la Clínica y que la titularidad de la cuenta pertenecía únicamente a la
sociedad de responsabilidad limitada).---
Insisto, aún cuando por vía de hipótesis podría ser pensado que el demandado Rubén Corrales suscribió el
documento a título personal, no se atisba razón alguna por la cual hubiera sido necesaria además la restante firma
que obra en el cheque (atribuida a Juan Soler socio de la Clínica), extremo este último que aleja cualquier
incertidumbre sobre la efectiva calidad de los firmantes, en tanto al suscribir ambos el instrumento de marras han
creado la suficiente apariencia respecto de terceros y del propio beneficiario del cheque, de que han obrado de ese
modo actuando bajo el amparo de la autorización que emana del mismo contrato social en virtud del régimen de
administración convenido (el uso de la forma social debía ser ejercida en forma conjunta con cualquiera de los
restantes socios, vgr. cláusula octava del contrato) y de las autorizaciones emergentes del contrato de cuenta
corriente celebrado entre la sociedad y el banco (en calidad de firmas autorizadas).-
Distinto es el caso previsto en el art. 10 de la ley de Cheques, debido a que tales hipótesis se refieren
específicamente a los supuestos en los cuales el firmante del cheque hubiera invocado una representación de la
cual carecía o hubiera suscripto el título sin contar con facultades suficientes, allí sí resultaría aplicable el art. 10
de la ley 24.452, en cuanto dispone que el sujeto que firma un cheque en representación de una persona de la cual
no tiene poder suficiente, queda obligado personalmente desde su emplazamiento al pago de él.
Pero este argumento de estricto carácter normativo y que pudiera haber merecido algún reproche del actor en
lo que se refiere a las facultades de los firmantes del cheque no se configura en el caso, además de no haber sido
planteado expresamente en la causa por lo que no es materia de controversia, eximiendo a esta Sala de mayores
consideraciones al respecto.----

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Otra situación también ajena al caso que nos ocupa es la concerniente a la previsión vigente en materia de
sociedades comerciales respecto de la actuación de sus administradores, cuando el art. 58 de la ley 19.550 dirige
su regulación al supuesto que apunta a contemplar el libramiento de títulos valores en infracción al régimen de
administración plural y en protección de los terceros de buena fe.--
Recordemos que la citada norma establece: "El administrador o el representante que de acuerdo al contrato o
por disposición de la ley tenga la representación de la sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean
notoriamente extraños al objeto social. Este régimen se aplica aún en infracción a la organización plural, si se
tratare de obligaciones contraídas mediante títulos valores, por contratos entre ausentes, de adhesión o concluidos
mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviere conocimiento efectivo de que el acto se celebra en
infracción de la representación plural. Estas facultades legales de los administradores o representantes respecto de
terceros no afectan la validez interna de las restricciones contractuales y la responsabilidad por su infracción".-
Está fuera de discusión que estas hipótesis contemplan -en lo que aquí interesa- la imputación cambiaria en
cabeza de la sociedad al tutelar puntualmente a los terceros de buena fe, la seriedad del tráfico y la seguridad de las
relaciones jurídicas frente a la eventual infracción de las normas societarias relativas a la organización plural
cuando, por caso, se trate de obligaciones asumidas por quien ejerce la representación de la sociedad contraídas
mediante el libramiento de títulos valores.-
En este contexto, vienen a cuento algunas consideraciones vertidas por la Sala -con diversa integración y
respecto de otra hipótesis también diferente a la que se aborda- que juzgo aplicables al presente y mediante las
cuales se dejó sentado que: "Aún en el derecho cambiario y en el juicio ejecutivo, es necesario que se proceda de
acuerdo a la verdad objetiva, teniéndose en cuenta las circunstancia de cada caso....La importancia de las formas
en relación a los títulos de crédito, no debe ser potenciada al punto de ocultar tras el rito la no cuestionada voluntad
del otorgante.. Ello así para evitar que el rigor de las formas, saludable al tráfico cambiario, no se convierta, por
vía de su absolutización, en formalismo literalista (de rigidez semejante al período primitivo del Derecho
romano), que perjudica situaciones de hecho contemplables"...-
En otro pasaje del fallo que se menciona se dijo: "Estimo que no se viola el principio de literalidad ni el de
completitividad del documento. El primero importa la necesidad de que en el documento se configure con
precisión el contenido, la naturaleza y la extensión del derecho, esto es que el instrumento contenga en sí la
totalidad de los aspectos constitutivos del derecho cartular. La completitividad alude a la autosuficiencia del título
de crédito, es decir, se refiere a la exigencia que del tenor literal del instrumento surjan todos los elementos, según
el arquetipo legal. Ambos principios tienen por principal finalidad la de garantizar al sujeto pasivo de la
obligación cambiaria que el acreedor no podrá demandarle nada que no se halle escrito en el título (Conf. Gómez
Leo, Osvaldo, Instituciones de derecho cambiario, títulos de crédito, Depalma, Bs.As., 1982, T. I, p. 11, 116 y
117, nota 36)".-
Para rematar sosteniendo que: "En virtud del principio de buena fe que debe regir toda relación contractual de
cualquier naturaleza, se impone la doctrina que sostengo... con esta interpretación, a mi juicio, se favorece la
negociación y circulación de los papeles de comercio, garantizando su validez y la subsistencia de lo convenido
entre las partes..." (del voto del Dr. Ferrer, cfr. esta Sala, in re ""Techera Osvaldo C/ Víctor Omar Sánchez - Ejec.
- Recurso Directo ", sent. n° 32/01) (en esta dirección consultar un precedente de la Cám. Civ. y Com. Marcos
Juárez del 11-6-97, in re "Massari, Pedro A. C/ Club Atlético Biblioteca y Mutual Argentino -Dem- Ejecutiva",
voto en mayoría del suscripto).
Resumiendo, la adopción de la posición que sostengo en ningún caso implica resignar y muchos menos
contradecir los postulados esenciales y los rasgos caracterizantes de los títulos de crédito que son tradicionales e
inherentes a los mismos, tales como los de literalidad, formalidad, completitud, independencia, autonomía y
abstracción, los cuales conservan todo su vigor en materia cambiaria.
De hecho, el acogimiento de la excepción de inhabilidad de título en este caso encuentra justificación
suficiente de la propia observación de las constancias del cartular cuya ejecución se pretende, las que permiten
arribar al convencimiento de que el ejecutado no libró el cheque obligándose personalmente, desprendiéndose ello

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claramente: a) de las circunstancias que rodearon la creación del documento y su libramiento; b) en función de los
precisos datos identificatorios de la SRL exclusiva titular de la cuenta y constancias del rechazo bancario; c) de los
que surgen que la sociedad es la obligada al pago del título según emerge del formulario preimpreso y c) que la
participación de los suscriptores (firma conjunta mediante) tuvo lugar en ejercicio de la representación de la
sociedad titular de la cuenta corriente bancaria contra la cual se libró el cheque en cuestión.-
Todos estos elementos permiten asumir la correcta individualización de la relación jurídica que instrumentó el
libramiento de la cambial que se proyectan en la recepción de la excepción articulada.
En tanto la solución propuesta por la Cámara a-quo -en cuanto confirma el acogimiento de la excepción de
inhabilidad de título- se ajusta a la interpretación expuesta precedentemente, corresponde el rechazo del recurso
de casación interpuesto.
Voto por la negativa a la primera cuestión.
A la primera cuestión planteada la señora vocal doctora María Esther Cafure De Battistelli, dijo:
Adhiero a los fundamentos y conclusiones a que arriba el Sr. Vocal Dr. Carlos Francisco García Allocco.
Por ello, compartiéndolos, voto en igual sentido a la primera cuestión planteada.
A la primera cuestión planteada el señor vocal doctor Domingo Juan Sesín, dijo:
Adhiero a los fundamentos y solución a que arriba el Señor Vocal del primer voto.
Así voto.
A la segunda cuestión planteada el señor vocal doctor Carlos Francisco García Allocco, dijo:
A mérito de las consideraciones vertidas precedentemente, corresponde rechazar el recurso de casación por el
motivo del inc. 3° del art. 383 del CPCC, y en consecuencia confirmar la decisión impugnada, sin costas por no
haber mediado oposición.
A la segunda cuestión planteada la señora vocal doctora María Esther Cafure De Battistelli, dijo:
Adhiero a los fundamentos y solución a que arriba el Señor Vocal del primer voto.
Así voto.
A la segunda cuestión planteada el señor vocal doctor Domingo Juan Sesín, dijo:
Adhiero a los fundamentos y conclusiones a que arriba el Sr. Vocal Dr.Carlos Francisco García Allocco.
Por ello, compartiéndolos, voto en igual sentido a la segunda cuestión planteada.
Por el resultado de los votos emitidos, previo acuerdo, el Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de su
Sala en lo Civil y Comercial, Resuelve: Rechazar el recurso de casación por el motivo del inc. 3° del art. 383 del
CPCC, sin costas por no haber mediado oposición. — Carlos Francisco García Allocco. — María Esther Cafure
de Battistelli. — Domingo Juan Sesín.

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