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VERTIENTE BÍBLICA:
- Señorío de Yahvé:
Dios principio y fin, dueño de todo. Ser humano, administrador de los bienes de Dios dados a
todo su pueblo.
Dios pone un gobernante al frente para establecer la justicia y el orden, gobernar con sabiduría
y fidelidad a Él.
El rey es un hombre justo que defiende a los débiles, amigo de Dios y de los justos.
Síntesis dialéctica:
- No se puede negar el poder político de este mundo, debe tener su lugar propio y no ocupar el
de Dios, pues esto sería idolatría.
- El Estado no puede traspasar sus límites en cuanto a su ser y quehacer político pues se tornaría
injusto e idolátrico.
- Del mismo modo, el cristianismo no puede ocupar el lugar del Estado, debe orientar desde la
fe y la moral las acciones del pueblo y denunciar los abusos de poder del Estado.
- Cristo revela a la autoridad humana, siempre tentada por el dominio, que su significado
auténtico y pleno es de servicio. La soberanía pertenece a Dios, Padre de todos, pero Él entrega
a cada uno lo que bien puede orientar y dirigir, como ministro de su providencia.
- El mensaje bíblico inspira incesantemente el pensamiento cristiano sobre el poder político,
recordando que este procede de Dios y es parte integrante del orden creado por Él. Este orden
es percibido por las conciencias y se realiza, en la vida social, mediante la verdad, la justicia,
la libertad y la solidaridad que procuran la paz.
VERTIENTE SOCIOLÓGICA:
3. Ideologías justificadoras del poder político (los consiguientes tipos de regímenes políticos).