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Universidad Distrital Francisco José de caldas

Licenciatura en Ciencias Sociales


José David Morales – 20151155017
Relación e importancia Pedagógico-teórica entre educación y comunicación

Introducción
En la actual sociedad del cansancio1, sociedad del conocimiento2 o sociedad red3, el
conocimiento se vuelve una función. Resultado de las configuraciones particulares que
adoptan las estructuras sociales, económicas, culturales y políticas del orden social
determinado.
Estructuras sociales resultado de la interacción de diversos dispositivos y flujos que operan
con diferentes tiempos y ritmos. Tiempo y ritmo específicamente determinado, “Las
estructuras sociales (se organizan en torno a las relaciones de producción/consumo, poder y
experiencia, cuyas configuraciones espacio-temporales constituyen las culturas (híbridas
¿latinoamericana?4)” (Castells, 2001), o identidad (híbrida) que es más compleja de lo que
parece, “(…) las transiciones de las identidades clásicas (naciones, clases, etnias) que ya no
nos contienen como antes a las nuevas estructuras globales que atienden de otro modo
nuestros intereses y deseos (…)” (Canclini, 1990. Pág. 41). Exigiendo nuevas racionalidades
de pensar los conflictos, las negociaciones y el tipo de sujetos de/en/para la globalización, “es
pensar la recomposición de las relaciones sociales y las insatisfacciones de fin de siglo”(ibid.),
“(…) en suma, se trata de construir una racionalidad que pueda entender las razones de cada
uno y la estructura de los conflictos y las negociaciones.”(Pág. 43).
“(…) sociedades contemporáneas (en las que) buena parte de la racionalidad de las relaciones
sociales se construye, más que en la lucha por los medios de producción y la satisfacción de
necesidades materiales, en la que se efectúa para apropiarse de los medios de distinción
simbólica (Pág. 44).
Es decir, “un tiempo en el que las campañas electorales se trasladan de los mítines a la
televisión, de las polémicas doctrinarias a la confrontación de imágenes y de la persuasión
ideológica a las encuestas de marketing, es coherente que nos sintamos convocados como
consumidores aun cuando se nos interpele como ciudadanos” (Ibid. Pág. 12), donde es más
preciso hablar de heterarquìas “(…) estructuras complejas en las que no existe un nivel básico
que gobierna sobre los demás, sino que todos los niveles ejercen algún grado de influencia
mutua en diferentes aspectos particulares y atendiendo coyunturas históricas específicas
(Castro-Gómez y Grosfobel, 2007, p. 18).

1
Byung-Chul Han, (2001, 2002).
2
Jesús Martín Barbero y otros (2001, 2003, 2005, etc.)
3
Manuel Castells (1998, 2000, 2001, etc.)
4
La cursiva es mía.
Sociedad del conocimiento y educación
En este panorama el conocimiento no solo es una mercancía, el conocimiento es resultado de
la interacción entre un modo específico de enfrentar los retos de vivir en el mundo (creado y
que “nos crea”) y las “múltiples sociedades” que en él habitan.
Esto es una condición indispensable para que repensemos las condiciones reales que
posibilitan que una estructura social produzca conocimientos más pertinentes, utilizables y
válidos (en el sentido de que sean conocimientos para mejorar las condiciones de vida y
sirvan para avanzar en la comprensión de la complejidad de la existencia humana), que otras
estructuras sociales. Esto constituye reivindicar la dimensión social del pensamiento desde
una visión nueva de la sociología de la ciencia y el conocimiento.

Teniendo en cuenta que la producción de conocimientos entre diversas sociedades son


diferentes, dado la interrelación entre estructuras socioculturales favorables a la producción de
pensamiento y la existencia de barreras en dichas estructuras, en las cuales, el conocimiento
no juega un papel central en el desarrollo material, ni en la distribución de recursos entre los
actores sociales.
Así pues, se hace preciso determinar las posibilidades de construir sociedad del conocimiento,
analizando tanto el dispositivo5 industrial (sociedad red) como el dispositivo escolar
(enseñanza-aprendizaje), estudiando de qué manera el conocimiento configura y es
configurado por las estructuras sociales, cómo circula, que recorridos y velocidades tiene en
diferentes sitios de la estructura, que valores promueve y a través de que valores es
construido en una red global de estructuras que funcionan independientemente.
La universidad y el colegio, su relación político teórica con la comunicación
En un primer momento se deja ver la desconexión de la Universidad con las transformaciones
que vive el país, esto tiene que ver con la dificultad de los sectores que pasan por ser críticos,
en la academia y fuera de ella, para hacerse cargo de los cambios que realmente el país
atraviesa y no solo de aquellos que van en el sentido, en que, nosotros nos gustaría que el
país cambiara.
Las facultades de educación han estado más pendientes de los cambios en las corrientes
pedagógicas o de los procesos de innovación tecnológica, que en los modos como las
transformaciones del país desubican los procesos de educación, ni en comprender que

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“En primer lugar, encontramos los dispositivos culturales históricamente determinados, con los cuales abordamos desde
la cultura, el presente y el futuro, en segundo lugar, encontramos los dispositivos con los cuales se realizan y consolidan las
distribuciones del poder desde las instituciones sociales, en tercer lugar, encontramos los dispositivos que distribuyen los
recursos y la riqueza al interior de la estructura” (Zambrano, 1999). Siguiendo a Deleuze y Foucault: “En cada dispositivo
hay que distinguir lo que somos y lo que estamos siendo: la parte de la historia y la parte de lo actual. La historia es el
archivo, la configuración de lo que somos y dejamos de ser, en tanto que lo actual es el esbozo de lo que vamos siendo. De
modo que la historia o el archivo es lo que nos separa de nosotros mismos, en tanto que lo actual es ese otro con lo cual ya
coincidimos (…)”. Deleuze y Foucault (1990). Así pues, la combinación de los dispositivos que determinan lo que hemos
sido, las maneras de ejercer el poder, los “criterios de distribución” de recursos y las formas sociales de pensarse y hacer el
progreso, configuran diversas posibilidades de estructuras y formas de organización socioculturales y por tanto educativas.
incidencia en lo cultural y lo político están teniendo esos cambios tecnológicos en el país
además de olvidar su propia tarea de educadores en un país como Colombia.
Básicamente, el principal interés que tiene este texto es mostrar la relación que el ámbito
educativo tiene con la comunicación, ya que es por ella que están pasando algunas de las
transformaciones que atraviesa el país, y al mismo tiempo pensar esos procesos se sitúa en
la preocupación central de la nueva universidad: ¿Cómo comunicarse con el país y como
poner a comunicar el país?, ¿Cómo poner a comunicar a los diversos sectores que lo
desgarran? ¿Cómo reconstruir el tejido social?, ¿Cómo se explica la convivencia, sin asumir
lo que pasa por los medios masivos de comunicación, tanto lo que ellos posibilitan en
convivencia, como lo que ellos bloquean?
Uno de los lugares donde más se ve este proceso de crisis, que atraviesa el espacio político
como el cultural de lo nacional, es en los medios de comunicación. Así pues, cualquier
proyecto que quiera reconstruir el tejido social tiene que asumir tanto las dimensiones
negativas como creadoras de los procesos masivos de comunicación.
¿Cuáles son las demandas en comunicación que vienen del ámbito educativo, entendido este
no solamente como la institución formal, sino con los muy diversos ámbitos en que hoy se ven
inmersos los ciudadanos, que son los niños, adolescentes y jóvenes, adultos incluidos los
ancianos, es decir, todos los colombianos?, El ambiente escolar deja de ser el único en el cual
se producen procesos de educación.
En Colombia, los procesos de comunicación rebasan por arriba y por abajo la comunicación
que pasa por o hacen los medios. Pasa lo mismo con el concepto de cultura. Ya que aquí
cultura no puede reducirse ni a instituciones especializadas ni a productos mercantilizados,
pues son la cultura de la salud, culturas alimenticias, cultura política e incluso culturas del ocio
que no se identifican con los medios, pues todavía tienen que ver los modos de juntarse y con
juegos regionales o locales. La variable “cultura” desborda las industrias culturales. Lo mismo
pasa con la comunicación, la variable comunicación desborda lo que pasa en los medios, por
más importantes que sean en términos de inversión económica o de incidencia social, política
y cultural.
Esta mirada permite superar la concepción instrumental de la comunicación, que concibe “(…)
la divulgación de conocimiento y de información, el manejo eficiente de las publicaciones, la
incidencia de integrar los medios masivos de comunicación en la construcción de una cultura
popular (…)” (Barbero, 2003. Pág. 36).
Esta concepción instrumental desconoce el contenido cultural de los medios reduciéndolos a
meros aparatos transmisores, concepción que ha dificultado la mayoría de los intentos de
relacionar la comunicación con la educación. Es la misma concepción que está detrás de la
idea de divulgación como proceso de adecuación del saber al vulgo que, “(…) por estar al
margen de la cultura, debe ser incorporado desde afuera al conocimiento. Cuando es desde
sus propios modos de saber que las mayorías iletradas se apropian del conocimiento
hegemónico en nuestra sociedad”. (Ìbid. Pàg. 24)
Los medios audiovisuales e informáticos son hoy, como lo es el libro desde su aparición,
actores culturales, así lo sean de una cultura distinta a la letrada. Refiriéndome a cultura en su
sentido antropológico, pues lo que se produce hoy en los medios son otros modos de percibir
el espacio y el tiempo, nuevos modos de aprender y de saber.
Aparece un otro objetivo un poco desligado de los otros. Y es la incorporación a los medios
masivos de la cultura popular, o mejor de las culturas populares, y la incorporación de los
medios a la creatividad y desarrollo de esas culturas.
Aun así, no se puede identificar comunicación con medios masivos, porque en nuestro país
hay muchos otros modos de comunicación que relativizan lo que hacen los medios: desde la
barra de muchachos hasta la banda, o el parche de amigos que se junta en la cantina a las
mujeres que se reúnen en la esquina de la calle, pasando por el modo como se congregan las
iglesias, además de la importancia comunicativa que aún tiene en nuestro país la dimensión
festiva de la vida, desde al ámbito familiar a la comunidad barrial o local, sobre todo en los
sectores populares donde todavía existe la familia extensa, y donde quedan formas propias de
solidaridad, parentales o vecinales que están mediatizando lo que la gente oye en la radio o lo
que ve en la televisión. Entonces, identificar la comunicación a los medios es despojar a
nuestras culturas de dimensiones comunicativas propias, no en el sentido maniqueo de que lo
propio fuera lo bueno y lo otro fuera lo malo. Lo que se plantea es que los procesos de
educación en nuestro país se ven retados por procesos de comunicación que no se reducen a
los que se producen en los medios masivos.

Bibliografía
Castell, Manuel. Materiales para una teoría preliminar sobre la sociedad red. Artículo publicado en la
revista British Jornal of Sociology (2000) con el título “Materials for an exploratory theory of the network
Society. Citado en: Revista de Educación, núm. extraordinario (2001), pp. 41-58.
Castro- Gomez, S. y Grosfogel, R. (2007). Giro decolonial, teoría crítica y pensamiento heteràrquico.
En Castro-Gomez, S. y Grosfogel, R. (Eds.). El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad
epistémica más allá del capitalismo global (pp. 9-23). Bogotá: Siglo del Hombre Editores.
Barbero, Jesús Martín. De los medios a las mediaciones. Pág. 36. Ediciones G. Gilli, México D, F.
1990.
Gilles Deleuze y Michael Foucault. ¿Qué es un dispositivo? Págs. 155-263. Editorial Gedisa,
Barcelona, España. 1990.
Castells, Manuel (1998, 2000, 2001, etc.). La sociedad Red. Comunicación y poder. Editorial Siglo XXI.
2003.
Canclini, Néstor García. Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización.
1998. Pág. 41. Editorial Grijalbo.
Canclini, Néstor García. Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad.1995.
Págs. 103-215. Editorial Grijalbo.
Jesús Martín Barbero y otros (2001, 2003, 2005, etc.). De los medios a las mediaciones. Ediciones G.
Gilli, México D, F. 1990. Retos de la comunicación a la educación. Universidad pedagógica nacional.
2001.
Byung-Chul Han, (2001, 2002). La sociedad del cansancio. Editorial Herder. 2005.
Zambrano, Marco Fidel. Elementos de economía política para la sociedad del conocimiento.
Universidad Pedagógica Nacional. Págs. 197-290. 1999.

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