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Manuela Duque Mejía

Abril 23, 2019


Reseña de Torres, N. (2011). Sobre la muerte en vida o la degradación psiq́ uica. En Mesa, J. (Editor) La
muerte: siete visiones, una realidad (pp. 137-148).
En el quinto capítulo de La muerte: siete visiones, una realidad, Nubia Torres discute la muerte
psicológica, o la muerte en vida, cuando una persona pierde las cualidades psicológicas que la hacen
humana. Esta muerte puede suceder cuando hay una falta de razón o sentido a la vida misma o cuando la
complejidad psíquica se ve comprometida por un evento o serie de ellos que impide un desarrollo de la
identidad.
En su texto, Torres cita un relato de Alfredo Molano, un sociologo que cuenta la historia de la
muerte del hermano de la narradora, una mujer en Rioacha. Jainer, el hermano, fue encargado de matar al
dueño de una tienda con El Pitufo. Cuando Jainer no fue capaz de matar al hombre, quien estaba llorando
y suplicando prendido de su pierna, El Pitufo tomó cargo y actuó como si nada. Sin embargo, días después
los buscaron para quitarle la cabeza, acto que falló ya que lo dieron por muerto antes de tiempo, y cuando
él retomó conciencia mató al grupo de hombres que capturaron y huyó a donde Mariana, quien lo curó.
Una tarde que Mariana volvió de trabajar, vio que Jainer no estaba y que había ido a beber. Mariana logró
que se fuera con ella pero ya Jainer sabía que había estado afuera mucho tiempo: iba a morir. Le dispararon
en el mercado donde todo el mundo pudo ver. Semanas después mataron a Mariana, ya que era ella quien
le debió disparar en primer lugar.
Torres presenta un cuestionamiento psicológico a esta historia, ya que esta incapacidad de tomar
desiciones propias y la obediencia automática, son ejemplos perfectos de la muerte psíquica. Torres explica,
entonces, que El Pitufo ha evidentemente perdido toda capacidad de sentir empatía y que veía al dueño de
la tienda como un objeto que debía ser eliminado porque se lo ordenó su jefe. Por eso, el consume drogas
y mata sin dudarlo, porque su complejidad psíquica está tan poco desarrollada que vive sólo de las
necesidades mínimas y los placeres inmediatos, ya que tener conciencia y pensamientos propios fue lo mató
a Jainer.
Para explicar mejor su cuestionamiento, Torres explica las teorías de la pulsión de Freud y afirma
que el hecho que estas teorías hayan cambiado a través de la vida de Freud es la misma razón por la que
son cruciales para entender la muerte en vida. La pulsión es entendida como la oposición qué hay entre dos
demandas del cuerpo o de la mente que pueden desarrollarse de manera saludable o pueden desarrollarse
para crear a un ser disfuncional. Hay tres pulsiones explicadas por Freud, la primera es la oposición entre
los impulsos sexuales y la autoconservación, eran segundo lugar, se oponen la energía sexual hacia el otro
y la energía sexual hacia el yo, la tercera es la oposición entre la vida, la complejidad psíquica, y la muerte,
la literal y la mental. Sin embargo, Freud cuestiona estas teorías cuando vive las dos guerras mundiales, ya
que estas lo pusieron en contacto con la muerte de manera tan directa que replanteo su tercera pulsión. No
hay ninguna justificación racional para que un soldado raso siga ciegamente las órdenes de sus superiores
porque el no tiene nada que ganar, llevándolo a concluir que el hombre tiende al conflicto sin que este
necesariamente lleve al placer. Por esto mismo, la pulsión de la muerte se representa por la autodestrucción,
puesta en evidencia en los casos como los del Pitufo, quien para mantenerse con vida deja de existir como
un individuo y se vuelve una maquina.
Torres concluye implicando qué hay muchos casos en los que la individualidad y la toma de
desiciones propia se compromete, ya que la sobrevivencia prima sobre la individualdad. La falta de
desarrollo de la complejidad psíquica es aún mayor en jóvenes, ya que su concepto del “yo” es más
moldeable y, por lo tanto, más fácil de eliminar. Según El Tiempo, “El 27 de marzo, un muchacho ´de
pantalón corto´ - 14 años – asesinó a tiros a dos hombres en las calles de Madellín […] el menor estaba
sindicado con otros 10 homicidios” (Escobar, 2019), la conciencia de este niño está evidentemente perdida,
ya que todos los asesinatos que cometió fueron para bandas de crimen grades en Medellín, igual que El
Pitufo, éste joven no tiene opción sino seguir ciegamente las órdenes que se le dan.

Bibliografía
Escobar, O. (2019) La tragedia sin fin de los niños sicarios en Colombia. Bogotá: El Tiempo. Recuperado
de https://www.eltiempo.com/justicia/delitos/que-se-debe-hacer-con-los-ninos-sicarios-y-asesinos-en-
colombia-346636
Torres, N. (2011). Sobre la muerte en vida o la degradación psiq́ uica. En Mesa, J. (Editor) La muerte: siete
visiones, una realidad (pp. 137-148).

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