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Universidad Central del Ecuador

Movimientos Sociales
Nombre: Andrea Guillem Macías
Fecha: martes 21 de mayo de 2019

1. Defina lo que constituye el campo y el hábitus en la teoría de la práctica de


Bourdieu.
En este brevísimo ensayo se abordarán los conceptos de “campo” y “hábitus” del sociólogo
francés Pierre Bourdieu, utilizando su texto “Poder, Derecho, y Clases Sociales”, estos
conceptos son útiles para la cátedra de Movimientos Sociales, para entender de qué forman
se constituyen los grupos sociales y cómo pueden ser analizados en su interior partiendo de
comprender las relaciones que allí se desarrollan. Estos dos conceptos son utilizados en
toda su teoría, y se puede decir que son la columna vertebral de donde se sostienen sus
demás conceptos como capital económico, cultural y social, que al final terminan
transformándose en capital simbólico.
El campo es justamente un conjunto de relaciones concretas que determinan posiciones en
un “espacio social específico” (Bourdie, 2001,48) Es imposible entender que significa el
campo social, sino lo relacionamos con el tipo de capital que se desarrolla en él, a través del
“hábitus”. El campo social está lleno de agentes que entran en lucha o cooperación y ponen
en juego sus diferentes especies de poder para disputarse las distintas posiciones en dicho
espacio social. Posiciones que se relacionan unas con otras en dominación, subordinación o
cooperación.
Para Bourdieu es posible identificar o construir teórica y analíticamente los tipos de campos
sociales que existen a través de la distinción de los tipos de capital que allí se manifiestan,
así por ejemplo el campo jurídico, el campo político o el campo religioso se constituyen a
partir de la distinción de los agentes y sus “hábitus” generadores de capitales. Podría
decirse que los campos sociales son tipos de sistemas estructurados y estructurantes que
envuelven un conjunto de dinámicas relaciones sociales entre agentes disputándose por
posiciones dentro de él.
Por su parte, el hábitus refiere a un conjunto de prácticas repetitivas o institucionalizadas
que se convierten en regularidades propias de determinados espacios sociales ejecutadas
por agentes de forma colectiva. (Bourdie, 2001, 81) El término proviene de la filosofía
escolástica como costumbre que se normaliza y se vuelve un mandato internalizado en los
actores y por tanto legítimo. Los distintos hábitus, son un sistema de prácticas
sistemáticamente repetitivas estructurantes que imponen un orden y principio.
Por ejemplo en la academia están normalizadas ciertas prácticas como las lecturas de textos
académicos, los foros, los seminarios, los conversatorios, los debates, los discursos, incluso
las palabras y los conceptos que se utilizan pertenecen a este particular campo social, que al
repetirlos e institucionalizarlos en los órganos oficiales del saber cómo las universidades
estructuran formas de relacionamiento entre los distintos agentes del campo intelectual,
donde las posiciones varían dependiendo del grado de capital cultural y social que tengan
los agentes. Podría decirse que el hábitus es una práctica de pertenencia que realizan
individuos dentro de un determinado campo social.
Retomando, el “campo” es el concepto Bourdieano que demarca un espacio social
específico donde se reproducen relaciones entre agentes que compiten por posiciones
movilizando y ejecutando sus distintos tipos de capital. De modo que estos capitales, que en
la siguiente pregunta se destallará con más atención, se construyen a través de prácticas
constantes y repetitivas que Bourdieu denomina “hábitus” que marcan un orden y principio
de acción para con los agentes y estructuran todo el tiempo al espacio social.

2. ¿Cómo Bourdieu define lo que constituye el capital cultural (describa sus tipos)
y el capital social?
El capital cultural y el capital social son dos tipos de capitales que junto al capital
económico para Bourdie serían los capitales principales. En la anterior pregunta se
mencionó un poco el concepto de capital y es aquel poder que los agentes utilizan y ejercen
para disputarse su lugar dentro de un campo social específico. Vale comentar el carácter
competitivo que para Bourdieu determina la vida en sociedad y cómo sólo dentro de una
misma clase podría verse un tipo de solidaridad y cooperación. (Bourdie, 2001, 150) Es
importante señalar que estos dos conceptos suponen una revolución al concepto de capital
entendido como bienes productivos, de manera de Bourdieu lo transforma para poder
abarcar otros tipos de relaciones e interacciones que constituyen formas de poder.
Pues bien, el capital cultural es el poder que te otorga la preparación, la cultivación y la
adquisición de objetos culturales, que pueden ser materiales o espirituales. (Bourdieu, 2001,
135) Este tipo de capital puede ser tanto objetivado como subjetivado, y no es fácil de
medir por esta misma razón. Depende mucho del proceso de transformación de poder
cultural a su respectiva apropiación efectiva.
El capital cultural incorporado que es aquel que los agentes poseen dentro de su cabeza y de
su ser, como conocimiento. Se trata de agentes que han adquirido cultura a través del
cultivo de sí mismos, una inversión de tiempo y quizá dinero, movido por un “afán de
saber”. (Bourdieu, 2001, 139) Este tipo de capital cultural es una posesión que ha pasado a
ser parte del individuo, y por tanto no puede ser heredado o donado porque no es una
propiedad corpórea. La predeterminación biológica y el lugar social donde el agente nace
interfieren directamente en su capital cultural. Por ejemplo hijos de padres artistas crecerán
bajo un ambiente donde hablar de cultura, arte y formas de expresión sea normalizado y el
hijo crecerá aprendiendo lo que hacen sus padres, de manera de su capital cultural le fue
otorgado por herencia biológica y social.
Por otro lado, el capital cultural objetivado está en estrecha relación con el interiorizado en
la medida que son el referente material de los conocimientos que se encuentran
internalizados en el ser agencial, así por ejemplo los libros, las pinturas, los instrumentos
musicales, las películas, los escritos, es capital cultural en estado objetivado que puede o no
estar en relación con el capital cultural incorporado, o en su defecto con el capital
económico. (Bourdie, 2001, 144-145) Por ejemplo hoy en día las obras de arte que
ascienden a millones de dólares son comprados por gente con alta capacidad adquisitiva
para luego venderlas en mayor precio. Es decir que su adquisición poco interesa la calidad
artística o el interés del individuo en poseer aquella pieza para tener una experiencia
artística, sino que se trata de un mero negocio.
Por último el capital cultural institucionalizado es aquel que cuenta con un aval legal del
capital cultural incorporado, es decir una cierta institución, o grupos de instituciones que
certifican tu preparación y acreditan un cierto tipo de prestigio. (Bourdie, 2001, 146-147)
Por ejemplo los títulos académicos son acreditaciones por parte de una institución legal y
legítima, estas instituciones que son independientes al sujeto tienen la capacidad de otorgar,
después de un proceso de educación e instrucción, la acreditación cultural para un
individuo.
El capital social por su parte es un capital de redes, es el tejido social que sostiene a un
individuo, y la capacidad de este tejido de otorgarle prestigio, acceso a conexiones, y bajo
ciertas condiciones se puede trasformar en capital económico, y que también puede
institucionalizarse en títulos nobiliarios. Se trata del reconocimiento mutuo que existe
dentro de grupos sociales y se asume como responsabilidades con sus pares. (Bourdie,
2001, 148)
Es un capital que se expresa en relaciones económicas y simbólicas, y que no está
desvinculado con el capital económico y cultural que posea un individuo. De esta manera el
conjunto completo de capital social que posea un individuo estará en función de la cantidad
de conexiones y redes que “pueda efectivamente movilizar” (Bourdie, 2001, 150) para su
favor, y en relación con sus pares (su grupo).
Por ejemplo, el grupo del Club de la Unión son los representantes de la derecha
conservadora de la ciudad de Guayaquil, en ella, se encuentran numerosos empresarios,
terratenientes, importadores, y ex presidentes social-cristianos de la ciudad de Guayaquil.
Para pertenecer a este club necesitas un cierto nivel de capital económico y cultural, pues se
pagan cuotas por la membresía, no aceptan a cualquier persona, y además realizan eventos
cada cierto tiempo para relacionar a sus familias y asegurar matrimonios entre ellos. En este
sentido la adhesión a este Club, es un tipo de capital social institucionalizado pues el Club
le da la legitimidad al miembro de ser un hombre de alta clase social.
De igual forma podría decirse acerca de los colegios públicos y privados, donde prima la
importancia de relacionar a los hijos desde la juventud con otros niños de su misma clase
social para conformar redes que se afianzan con el tiempo y la amistad, que en el futuro
servirá para asegurar un cierto nivel de estatus y responsabilidades mutuas sostenidas por la
solidaridad de grupo.
Finalizando los dos tipos de capitales explicitados en este breve ensayo son para Bourdieu
capitales que tienen un resultado de capital simbólico. Estos dos tipos de capitales son
innovadores en el sentido de romper con la idea de capital como bienes productivos, sino
que son en un sentido complejo: “poder”. De forma que el capital cultural son todas las
capacidades y atributos que tienen ciertos agentes en materia de conocimiento y saberes,
que le otorgan poder para posicionarse en un espacio social determinado. De la misma
forma que el capital social son todas las redes y tejidos que sostienen a un agente en
función de sus conexiones que suelen estar determinadas por su origen social y sus
experiencias de vida. Estos dos tipos de capitales son la innovación en la teoría social de
Bourdie.

Bibliografía:
Bourdie P. (2000) Poder, Derecho, y Clases Sociales. España. Bilbao: Editorial Desclée de
Brouwer S.A.

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