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CATEDRA: SUCESIONES
TEMA N° 8
El artículo 807 del C.C.V. establece: “Las sucesiones se difieren por la Ley o por
testamento.
No hay lugar a la sucesión intestada sino cuando en todo o en parte falta la sucesión
testamentaria”.
Por lo tanto, la Sucesión Legítima o Ab intestato es el derecho de heredar
establecido por ley que tienen entre los diversos parientes respecto de otros para
recibir la herencia de quien falleció, cuando no existe testamento; cuando habiendo
testamento el testador no ha dispuesto de todos sus bienes, entonces la parte no
dispuesta se defiere conforme a las normas del Código Civil. En la sucesión legítima
o intestada existen dos formas de suceder: por derecho propio o representación.
El primero, cuando el sucesor recibe llamado directo o inmediato de la ley. Por
ejemplo, cuando existe un solo heredero, siempre que se encuentre dentro
del grado máximo exigido por la ley. Cuando hay varios herederos, todos suceden
por derecho propio cuando son descendientes inmediatos de un mismo tronco
común. El segundo, la representación, consiste en un llamado indirecto al sucesor,
a objeto de que tome el lugar de un heredero por derecho propio, por no ocurrir éste
a la herencia.
Es el orden por el cual deben ser llamados a la herencia los familiares del causante;
nuestro legislador lo hace de forma taxativa al señalar quienes de esas personas
tienen derecho preferente para recibir los bienes, créditos y obligaciones que han
quedado sin titular, en tal sentido, presume el legislador que mientras más próximo
es el vínculo familiar, más intenso será el afecto y en consecuencia más directa la
relación. De ahí que en primer término se atribuya la herencia a los parientes más
próximos y subsidiariamente a los más lejanos, llegándose hasta el sexto grado,
según el Art. 830, Ord. 2º C.C.V. cuando se refiere a los familiares colaterales: “Los
derechos de sucesión de los colaterales no se extienden más allá del sexto grado”.
Cuando no existan parientes dentro de ese límite o cuando éstos no quieran o no
puedan ser herederos, se atribuye al Estado. Debiéndose entender por pariente
también al cónyuge; quien, no siendo reputado pariente dentro del concepto de
nuestra legislación, está ligado al causante por un vínculo quizá de mayor jerarquía
aún, como es el vínculo conyugal. No son llamados los afines, porque no forman
parte del núcleo familiar.
Principios Fundamentales. -
Precedentes Romanos. -
Todo este bloque de normativas nos indica quienes son las personas llamadas a
suceder con la muerte del causante.
Un ejemplo, si una mujer casada y con hijos fallece, sus hijos y esposo son
herederos forzosos, excluyendo a los demás parientes. Si el matrimonio no hubiese
tenido hijos y vivieran los padres de la causante hereda el cónyuge sobreviviente y
los suegros de este. Si no tuviere hijos, ni vivieren los padres de la mujer que falleció,
el esposo heredará la totalidad.
De acuerdo al artículo 824 del CCV, Cuando los hijos concurren con el cónyuge a
la herencia a éste le corresponde una cuota igual a la de un hijo (cuando en una
comunidad conyugal no se establecieren capitulaciones matrimoniales en el caso
del fallecimiento de uno de los cónyuges; al superviviente le corresponde el 50 %
de la comunidad conyugal más una cuota parte equivalente a la que le corresponda
a cada uno de los hijos que tuvo con el causante).
Cuando una persona no tiene ningún tipo de heredero, estos pasan al Estado. Esto
no quiere decir que el Estado sea heredero, sino que éste va a quedar con los
bienes en el caso de que no existan personas que tengan derechos sobre la
herencia o hayan renunciado a la misma. Así lo establece el artículo 832 del CCV.