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(1915-1980)
En: “EL SISTEMA DE LA MODA” (1967): paso del contenido al juego de las
estructuras. Examina material de los magazines de modas. Atiende a la supuesta
superficialidad, insignificancia y minimalismo del vestido.
. Atiende a la propiedad ‘Cardinal’ de todo sistema de significación: una
diferencia mínima puede tener las máximas consecuencias. “La moda le da al
detalle un enorme poder semántico”.
. Apelando de otro modo a los sistemas formales, en perspectiva de
sistematicidad, observa el contexto de la vida cotidiana donde detalles ínfimos y
diferencias infinitesimales conspiran para producir múltiples redes y procesos de
significación en la densidad de lo que es aparentemente insignificante.
Considerando LA MODA: Barthes, Benjamin,
Baudrillard y otros.
Críticas a Barthes:
. Lefebvre (1968) La vida cotidiana en el mundo moderno: la primacía de la
dimensión lingüística y de la capacidad de crear significado sobre los significados
o referentes mismos. Operación ‘escabrosa’ propia de la sociedad burocrática
para incrementar el consumo. La moda constriñe; repite sin sentido; atomiza; le
falta variedad y se opone a la apropiación de la vida cotidiana donde realmente
se liberan las posibilidades humanas. El metalenguaje de la moda (o de la
sexualidad, la juventud, los autos, etc.), atenta contra la totalidad emancipadora
de la vida cotidiana. La tiranía de la moda de la que habla Barthes es pura
retórica.
. G. Perec (1966) Las Cosas: a sus ataques a la sociedad de consumo, agrega que
la moda es esencialmente una forma de ‘Terrorismo’. Un sistema que no admite
otro criterio a los que establece arbitrariamente para sí mismo. También, la moda
es inmoral: niños en las propagandas para vender marcas. Lamenta, con Lefebvre
que la moda se interesa más por el deleite que por la sustancia; por el entusiasmo
y lo frenético que explota la inocencia y la inventiva para sus propios fines. La
moda es cómplice de la violencia inherente a la adhesión a modelos, a lo que se
disimula.
. En Je me souviens (1978), Perec reconoce la profunda actitud afectiva hacia el
proceso histórico que tiene la moda pero le reprocha que la densidad del
presente envuelva al pasado.
Explora la forma poética del Haiku: expone la oposición entre la violación del
significado y la exención del significado. El Haiku: práctica que detiene al
lenguaje… ruptura… recitación interna que constituye nuestra persona… y que
opera en la misma raíz de la significación.
En 1975 Barthes confiesa que lo que más le interesó en sus viajes son los
residuos del ‘ARTE DE VIVIR’ que pude captar al pasar. Si bien, hay una
tentación etnológica, el arte de vivir también se liga con las formas de
escribir que se hacen de lo cotidiano. Aquí se reflejan valores y placeres
que en Mythologies se deploraban.
Lo novelesco también está allí, una cierta forma de leer la vida que el
Haiku anuncia. Aprehender la cotidianidad y vivir la significación de un
modo particular, es una idea que Blanchot, Perec, DeCerteau, y otros
comparten. Una experiencia de flujo, anonimia, e inmersión en el
significante. Surge la expresión ‘el texto de vivir’, al caminar por las
calles, y ver lo que los cuerpos escriben, los puestos de comida, esos
objetos que se vuelven parte del ritmo de nuestro caminar.
HACIA UN NUEVO ARTE DE VIVIR
No son fragmentos, sino incidentes, cosas que caen sin dolor, pero con un
movimiento que no es infinito: la continua discontinuidad con que cae la
nieve.
Titulo del curso que Barthes dictó de enero a mayo de 1977 en el Collège
de France. Subtítulo: Simulaciones novelescas de algunos espacios
cotidianos. Se refirió a Robinson Crusoe de Defoe, a La historia del S. XV de
Lausiac, de Palladius, sobre la vida monástica en el desierto; a la Montaña
Mágica de Th. Mann, a El Secuestrado de Potier, de Gide; y, a La Edad
Griega. Una Grecia cotidiana de 4000 años, de J. Lacartière.
Las utopías están sobrerreguladas, tienen muchas reglas (no reglamentos, que
son prescriptivos, exigen obediencia, jerarquía, codificación. Las reglas se ligan
a los impulsos, los reglamentos al poder. Regla, ‘idiorritmia’ y cotidianidad se
interrelacionan. Y ligan también al ‘territorio’, al habitat, al espacio apropiado,
donde cada quien y el grupo ‘se sienta en casa’. Y también implica relaciones
éticas de proximidad y distancia entre los cuerpos; de intimidad y de socialidad;
de atracción y de repulsión (‘La chambre’). Todos necesitamos un cuarto propio.
Los espacios suponen muchas demarcaciones y subterritorios. Pero la
‘espacialización’ aboga por la dispersión, el espaciamiento, las distancias
relativas, la afectividad espacial; la adecuada proxemia entre unos y otros,
entre uno y los objetos que lo rodean en su habitación o en los distintos espacios
de la casa. Cada quien ‘se hace’ ‘su’ espacio y se apropia de él.
“Me conozco a mí mismo como el tipo de persona que se deleita con las delicias
de la proxemia” (Barthes).
‘LA CRÓNICA’ Y LA VIDA COTIDIANA
Columnas que durante tres semanas (Dic. 1978-Marzo 1979) escribe para
Le Nouvel Observateur. Escritas para burlarse del paradigma, así como ‘lo
neutro’, el deseo de lo neutro no como un ideal, sino como deseo real; y el
propósito de vivir de los matices.
“La vida no es la fuerza sino el flujo de la duración” (Barthes). Lo infinitamente
fútil como el verdadero grano del flujo temporal cotidiano vital.
Lo neutral, para escapar de los sistemas y para poder aprovechar el kairos: la
oportunidad, la contingencia, momento que irrumpe el normal trascurrir de la
cotidianidad. Luego abandona ‘lo neutro’ y adopta la expresión ‘vida nueva’, con
la cual se liga a una nueva forma de escritura literaria. (Proust, El diario íntimo).
Anota registros del presente, tratando de capturarlo en palabras.