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I. MECÁNICA 3
1.1. CINEMÁTICA EN UNA DIMENSIÓN 3
1.2. CINEMÁTICA EN DOS DIMENSIONES 4
1.3. DINÁMICA 6
1.4. TRABAJO Y ENERGÍA 7
1.5. MOMENTO LINEAL 8
1.6. ESTÁTICA 10
1.7. LEY DE LA GRAVITACIÓN UNIVERSAL 10
1.8. PROCESOS DISIPATIVOS 11
1.9. LEY DE HOOKE 12
II. FLUIDOS 13
2.1. DENSIDAD 13
2.2. PRESIÓN 13
2.3. TENSIÓN SUPERFICIAL Y CAPILARIDAD 14
2.4. DINÁMICA DE FLUIDOS 15
III. TERMODINÁMICA 16
3.1. TEMPERATURA Y CALOR 16
3.2. EQUILIBRIO TÉRMICO 16
3.3. DILATACIÓN TÉRMICA LINEAL 18
3.4. LEYES DE LOS GASES 18
3.5. CALOR ESPECÍFICO Y CALOR LATENTE 19
3.6. TRANSFERENCIA DE CALOR 19
3.7. LEYES DE LA TERMODINÁMICA 20
IV. ELECTROMAGNETISMO 21
4.1. CARGA ELÉCTRICA Y CAMPO ELÉCTRICO 21
4.2. POTENCIAL ELÉCTRICO 22
4.3. CAPACIDAD ELÉCTRICA 23
4.4. CORRIENTE ELÉCTRICA 23
4.5. CIRCUITOS ELÉCTRICOS 24
4.6. CAMPO MAGNÉTICO 25
4.7. RELACIÓN ENTRE ELECTRICIDAD Y MAGNETISMO 25
4.8. INDUCCIÓN ELECTROMAGNÉTICA 27
4.9. INDUCTANCIA 28
4.10. CIRCUITOS RL, LC Y RCL 29
V. ÓPTICA 31
5.1. MODELO DE RAYOS DE LUZ 31
5.2. REFLEXIÓN 31
5.3. REFRACCIÓN 32
5.4. REFLEXIÓN TOTAL INTERNA 33
1
5.5. LENTES DELGADAS 33
5.5.1. CONVERGENTES 33
5.5.2. DIVERGENTES 34
5.6. MODELOS CORPUSCULAR Y ONDULATORIO; DUALIDAD ONDA-PARTÍCULA 34
VI. ONDAS 35
6.1. TIPOS DE ONDAS 35
6.2. CARACTERÍSTICAS DE LAS ONDAS 36
6.3. PROPIEDADES DE LAS ONDAS 36
2
I. Mecánica
3
Donde 𝑣 es la rapidez promedio del objeto, 𝑑 la distancia recorrida y 𝑡 es el
tiempo transcurrido. La unidad de medida de la rapidez son los metros sobre segundo
(ms).
Los términos velocidad y rapidez con frecuencia se utilizan indistintamente en el
lenguaje cotidiano, pero en física existe una distinción entre los dos términos. La rapidez
simplemente es un número positivo, con unidades. La velocidad, por otra parte, se usa
para indicar tanto la magnitud de qué tan rápido se mueve un objeto, como la dirección
en la que se mueve. Además, la velocidad es definida en términos del desplazamiento
de un objeto, no de la distancia. Entonces la velocidad promedio, definida como el
desplazamiento dividido por el tiempo transcurrido, es
Δ𝑥
𝑣⃗ =
Δ𝑡
Donde 𝑣⃗es la velocidad promedio del objeto, Δ𝑥 el cambio en su posición (o
desplazamiento) y Δ𝑡 el intervalo de tiempo. El movimiento que puede ser descrito
utilizando únicamente la velocidad es llamado M.R.U. (Movimiento Rectilíneo Uniforme)
si y sólo si su trayectoria es recta y su velocidad uniforme. La unidad de medida de la
velocidad son los metros sobre segundo ( ms).
Se dice que un objeto está acelerando cuando su velocidad cambia. La
aceleración promedio se define como el cambio en la velocidad dividido por el tiempo
que le toma realizar este cambio. Esto se expresa como
Δ𝑣
𝑎⃗ =
Δ𝑡
Donde 𝑎⃗ es la aceleración promedio de un objeto, Δ𝑣 el cambio en su velocidad
y Δ𝑡 el intervalo de tiempo. La unidad de medida de la aceleración son los metros sobre
segundo al cuadrado ( sm2 ). El movimiento rectilíneo cuya aceleración es uniforme es
llamado M.R.U.A. (Movimiento Rectilíneo Uniformemente Acelerado).
Uno de los ejemplos más comunes de M.R.U.A. es el de un objeto al que se deja
caer libremente cerca de la superficie de la Tierra. La particularidad de la caída libre es
que la aceleracíon es constante (de manera generalizada y despreciando la fricción del
aire) en toda la Tierra. Esta tiene un valor promedio de 9.81 sm2 y se representa con la
letra 𝑔. Como en este tipo de movimiento la velocidad inicial siempre es igual a 0, se
tienen las siguientes fórmulas para el cálculo de valores:
𝑣 = 𝑔𝑡 𝑣 = √2𝑔ℎ
ℎ = 12𝑔𝑡 2 ℎ = 12𝑣𝑡
2ℎ
𝑡=√
𝑔
Una cantidad que tiene tanto dirección como magnitud, es una cantidad vectorial.
Cantidades que son vectores son el desplazamiento, la velocidad, la fuerza y la
cantidad de movimiento. Sin embargo, muchas cantidades no tienen dirección asociada
4
con ellas, como la masa, el tiempo y la temperatura. A ellas se les especifica
completamente mediante un número y unidades. A tales cantidades se les denomina
cantidades escalares.
El movimiento de proyectiles es aquel que realiza un objeto el cual fue
lanzado en una dirección y experimenta la aceleración de la gravedad (9.81 sm2) hacia
abajo, y se puede describir como si ocurriese en dos dimensiones. El movimiento se
puede comprender analizando por separado los componentes horizontal y vertical del
movimiento. Por conveniencia, se supone que el movimiento comienza en el tiempo 0
en un sistema coordenado 𝑥𝑦 (por lo que 𝑥0 = 𝑦0 = 0)
Analicemos el caso de un objeto esférico pequeño que rueda del extremo de una
superficie lisa horizontal con una velocidad inicial en la dirección horizontal (𝑥) 𝑣𝑥0 . El
vector velocidad a cada instante apunta en la dirección del movimiento del objeto en
dicho instante y siempre es tangente a la trayectoria. Los componentes horizontal y
vertical de la velocidad, 𝑣𝑥 y 𝑣𝑦 , se tratan por separado, luego se aplican las siguientes
ecuaciones cinemáticas:
𝑣𝑥 = 𝑣𝑥0 + 𝑎𝑥 𝑡 𝑣𝑦 = 𝑣𝑦0 + 𝑎𝑦 𝑡
𝑥 = 𝑥0 + 𝑣𝑥0 𝑡 + 12 𝑎𝑥 𝑡 2 𝑦 = 𝑦0 + 𝑣𝑦0 𝑡 + 12 𝑎𝑦 𝑡 2
𝑣𝑥2 = 𝑣𝑥0
2 + 2𝑎 (𝑥 − 𝑥 )
𝑥 0 𝑣𝑦2 = 𝑣𝑦0
2 + 2𝑎 (𝑦 − 𝑦 )
𝑦 0
Primero examinaremos el componente vertical (𝑦) del movimiento. En el instante
en que el objeto deja lo alto de la superficie (𝑡 = 0) sólo tiene un componente 𝑥 de
velocidad. Una vez que la bola deja la mesa (en 𝑡 = 0), experimenta una aceleración 𝑔
verticalmente hacia abajo, la aceleración debida a la gravedad. Por tanto, 𝑣𝑦
inicialmente es cero (𝑣𝑦0 = 0) pero aumenta de manera continua en la dirección hacia
abajo. Tomemos 𝑦 como positivo hacia arriba. Entonces 𝑎𝑦 = −𝑔, por lo que se puede
escribir 𝑣𝑦 = −𝑔𝑡, pues se establece que 𝑣𝑦0 = 0. El desplazamiento vertical está dado
por 𝑦 = −12 𝑔𝑡 2 .
Por otra parte, en la dirección horizontal, no existe aceleración (se ignora la
resistencia del aire). Así que el componente horizontal de la velocidad 𝑣𝑥 permanece
constante, igual a su valor inicial 𝑣𝑥0 y por ende tiene la misma magnitud en cada punto
sobre la trayectoria. Entonces, el desplazamiento horizontal está dado por 𝑣𝑥 = 𝑣𝑥0 𝑡.
Los dos componentes vectoriales 𝑣⃗𝑥 y 𝑣⃗𝑦 se suman vectorialmente en cualquier instante
para obtener la velocidad en ese momento.
Si un objeto se proyecta en un ángulo hacia arriba el análisis es similar, excepto
que ahora existe un componente vertical inicial de velocidad 𝑣𝑦0 . A causa de la
aceleración de la gravedad, 𝑣𝑦 disminuye gradualmente con el tiempo hasta que el
objeto alcanza el punto más alto en su trayectoria, punto en el que 𝑣𝑦 = 0 (𝑣 = 𝑣𝑥 =
𝑣𝑥0 ). A continuación, el objeto se mueve hacia abajo y 𝑣𝑦 aumenta en la dirección
descendente.
Se dice que un objeto que se mueve en una trayectoria circular con rapidez
constante experimenta un movimiento circular uniforme. En este caso, la magnitud
de la velocidad permanece constante, pero la dirección de la velocidad cambia
continuamente conforme el objeto se mueve alrededor del círculo.
En este tipo de movimiento también se pueden analizar la velocidad y la
aceleración del objeto en cuestión. La velocidad angular es la medida de la velocidad
de rotación de un cuerpo, y se define como el ángulo recorrido por dicho cuerpo dividido
entre el tiempo que tarda en recorrerlo.
5
Δ𝜃
𝜔=
Δ𝑡
Donde 𝜔 es la velocidad angular del objeto, 𝜃 el ángulo que recorre y 𝑡 el tiempo
que le toma recorrerlo. Las unidades de medida de la velocidad angular son los grados
sobre segundo ( s° ) o los radianes sobre segundo ( rad
s
).
Asimismo, el cambio en la velocidad angular es llamado aceleración angular, la
cual se define como el cambio en la velocidad angular de un cuerpo dividido entre el
tiempo que tarda dicho cambio.
Δ𝜔
𝛼=
Δ𝑡
Las unidades de medida de la velocidad angular son los grados sobre segundo
al cuadrado ( s°2) o los radianes sobre segundo al cuadrado ( rad
s2
).
Recordemos que la velocidad del objeto siempre será tangente al punto de la
circunferencia en el que esté. Si 𝜔 es constante y Δ𝑡 se reduce considerablemente,
entonces el ángulo que recorre el objeto también será reducido en gran parte. Si Δ𝑡 ≅ 0,
entonces el ángulo recorrido será tan pequeño que las velocidades tangentes al cuerpo
en su punto inicial y en su punto final serían prácticamente paralelas entre ellas. Como
son paralelas, la diferencia entre ellas sería perpendicular a ambas y, después de ser
trasladada a cualquiera de los dos puntos, apunta hacia el centro del círculo. Si la
velocidad apunta al centro del círculo, entonces la aceleración también lo hará. Por
esto, a esta aceleración nueva se le llama aceleración centrípeta (porque apunta al
centro) o radial (porque va en la dirección del radio), y su fórmula es
𝑣2
𝑎𝑅 =
𝑟
Donde 𝑎𝑅 es la aceleración centrípeta del objeto, 𝑣 su velocidad lineal (la cual es
calculada con la fórmula 𝑣 = 𝜔𝑟) y 𝑟 el radio de la circunferencia. La unidad de medida
de la aceleración centrípeta son los metros sobre segundo al cuadrado ( sm2).
Usualmente, al movimiento circular se le describe en términos de la frecuencia
𝑓. Es decir, el número de revoluciones (ciclos o vueltas) por segundo. El periodo 𝑇 de
un objeto que se mueve en una trayectoria circular es el tiempo requerido para
completar una revolución. Ambos valores se relacionan de la siguiente forma:
1
𝑇 = 𝑓 −1 =
𝑓
Si un objeto realiza su movimiento en una circunferencia con perímetro 2𝜋𝑟 y
tiene una velocidad lineal constante, su velocidad angular puede ser descrita en relación
a la frecuencia de la siguiente manera:
2πr
𝜔= = 2𝜋𝑟𝑓
T
1.3. Dinámica
En 1687, Sir Isaac Newton, un físico inglés, publicó un libro llamado Philosophiæ
naturalis principia mathematica (usualmente llamado Principia). En él, Newton
6
estipulaba sus descubrimientos relacionados al movimiento, expuestos en lo que hoy
conocemos como las 3 leyes del movimiento de Newton. Las leyes son:
1. Primera ley o ley de inercia: Todo objeto continúa en su estado de reposo o
velocidad uniforme (constante) en una línea recta, en tanto no actúe sobre él
una fuerza neta.
La tendencia de un objeto para mantener su estado de reposo o de movimiento
uniforme en una línea recta se llama inercia.
2. Segunda ley o ley fundamental de la dinámica: La aceleración de un objeto es
directamente proporcional a la fuerza neta que actúa sobre él, y es inversamente
proporcional a su masa. La dirección de la aceleración es la dirección de la
fuerza neta que actúa sobre el objeto.
Esta ley se representa con la fórmula
∑ 𝐹⃗
𝑎⃗ =
𝑚
Donde 𝑎⃗ es la aceleración que experimenta un objeto, ∑ 𝐹⃗ la fuerza neta que
actúa sobre él y 𝑚 su masa.
3. Tercera ley o principio de acción-reacción: Siempre que un objeto ejerce una
fuerza sobre un segundo objeto, este ejerce una fuerza igual en la dirección
opuesta sobre el primero.
Una fuerza es la acción de un cuerpo sobre otro en la cual se altera la
aceleración que estos poseen. La fuerza es una magnitud vectorial que mide la razón
de cambio del momento lineal de un cuerpo afectado por otro. La unidad de medida de
la fuerza es el newton (N).
La masa de un objeto puede definirse como la cantidad de materia que este
posee. Una forma más exacta de definirla es una medida de la inercia de un objeto.
Entendiéndolo así, se puede decir que cuanta más masa tenga un objeto, mayor será la
fuerza que tendrá que imprimírsele para llegar a cierta aceleración. La unidad de
medida de la masa son los kilogramos (kg).
El peso de un objeto se define como la magnitud de la fuerza de gravedad sobre
un objeto, y su fórmula es
𝑤 = 𝑚𝑔
Donde 𝑤 es el peso de un objeto, 𝑚 es su masa y 𝑔 es la aceleración de la
gravedad. Al ser una fuerza, la unidad de medida del peso es el newton (N).
El trabajo realizado sobre un objeto por una fuerza constante (tanto en magnitud como
en dirección) se define como el producto de la magnitud del desplazamiento por el
componente de la fuerza paralelo al desplazamiento. En forma de ecuación, esto se
expresa como
𝑊 = 𝐹⃗ 𝑑
Donde 𝑊 es el trabajo, 𝐹⃗ es la fuerza y 𝑑 la distancia. La unidad de medida del
trabajo es el joule (J).
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Si la fuerza aplicada no es paralela a la superficie sobre la cual está el objeto,
entonces la fórmula cambia a
𝑊 = 𝐹⃗ 𝑑 cos 𝜃
Energía es uno de los conceptos más importantes en ciencia. Para nuestros
propósitos, la definiremos como la capacidad de realizar trabajo. Un concepto
fundamental de la energía es que la suma de todas las energías en un sistema siempre
permanece constante; es decir, la energía se conserva. Esto lo solemos frasear como:
La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma; y es lo que conocemos como
ley de conservación de la energía. La unidad de medida de la energía es el joule (J).
Los objetos en movimiento están realizando un trabajo y, por tanto, poseen
energía. La energía del movimiento se llama energía cinética, y se calcula de la
siguiente manera:
1
𝐸𝑐 = 2𝑚𝑣 2
Donde 𝐸𝑐 es la energía cinética de un cuerpo, 𝑚 es su masa y 𝑣 es la velocidad
que lleva.
La energía potencial es la energía asociada con las fuerzas que dependen de
la posición o configuración de un objeto en relación con su entorno. Existen varios tipos
de energía potencial, y cada uno está asociado con una fuerza particular. Si un objeto
está cayendo, la Tierra tiene que ejercer un trabajo para atraerlo a su superficie. Este
trabajo será igual a la fuerza necesaria para atraerlo multiplicada por la altura del objeto
respecto a la superficie. La fuerza necesaria para atraer a un objeto es su peso, el cual
es equivalente a 𝑚𝑔 , donde 𝑚 es la masa del objeto y 𝑔 es la aceleración de la
gravedad. Por lo tanto, el trabajo que se tiene que realizar para que un objeto caiga es
igual a 𝑚𝑔ℎ. A este producto se le llama energía potencial gravitacional, y la fórmula
quedaría finalmente como
𝐸𝑃 = 𝑚𝑔ℎ
Donde 𝐸𝑃 es la energía potencial gravitacional de un objeto, 𝑚 es su masa, 𝑔 es
la aceleración de la gravedad y ℎ la altura desde la que cae.
En este sistema, la energía total sería la suma de las energías cinética y
potencial del objeto, la cual llamamos energía mecánica, y calculamos así
1
𝐸𝑚 = 𝐸𝑃 + 𝐸𝑐 = 𝑚𝑔ℎ + 2𝑚𝑣 2
La energía mecánica siempre será constante en un sistema, sin importar las
interacciones dentro de este, mientras no intervengan factores externos.
8
una cantidad que se conserva. Si, por ejemplo, se tiene una colisión de 𝑛 cantidad de
objetos, el momento lineal será igual antes y después de la colisión. Esto en fórmula se
expresa como
𝑛 𝑛
∑ 𝑚𝑘 𝑣⃗𝑘 = ∑ 𝑚𝑘 𝑣⃗′𝑘
𝑘=1 𝑘=1
Donde 𝑛 es el número de objetos que participan en el proceso, 𝑚 es la masa de
cada uno, 𝑣⃗ es la velocidad de cada uno antes de la colisión y 𝑣⃗′ es la velocidad de
cada uno después de la colisión. A este fenómeno le conocemos como la ley de
conservación del momento lineal, y la expresamos como: La cantidad de movimiento
total de un sistema aislado de objetos permanece constante.
Si los objetos que colisionan son muy duros y en la colisión no se produce calor
ni otra forma de energía, entonces también se conserva la energía cinética. Esto
significa que la suma de las energías cinéticas de los objetos es la misma antes y
después de la colisión. En el instante durante el cual los objetos están en contacto,
parte de la energía se almacena momentáneamente en la forma de energía potencial
elástica. Pero si se compara la energía cinética total justo antes de la colisión con la
energía cinética total justo después de la colisión, se encuentra que son iguales. Tal
colisión en la que se conserva la energía cinética total se llama colisión elástica.
Entonces, la ecuación para la conservación de la energía cinética total se escribe del
modo siguiente:
𝑛 𝑛
1 1
∑ 2𝑚𝑘 𝑣⃗𝑘2 = ∑ 2𝑚𝑘 𝑣⃗′2𝑘
𝑘=1 𝑘=1
Donde 𝑛 es el número de objetos que participan en el proceso, 𝑚 es la masa de
cada uno, 𝑣⃗ es la velocidad de cada uno antes de la colisión y 𝑣⃗′ es la velocidad de
cada uno después de la colisión.
Para cualquier colisión elástica frontal, la rapidez de los dos objetos, después de
la colisión, tiene la misma magnitud pero dirección opuesta que antes de la colisión, sin
importar cuáles sean las masas. Esto se expresa como
𝑣1 − 𝑣2 = −(𝑣1 − 𝑣2 )
Las colisiones en las que la energía cinética no se conserva son colisiones
inelásticas. La energía cinética que se pierde se transforma en otros tipos de energía,
comúnmente en energía térmica, de modo que la energía total se conserva. Esto se
expresa como
𝑛 𝑛
9
extendido (esto es, un objeto que tiene tamaño), se supuso que se le podría considerar
como una partícula puntual o que sólo experimentaba movimiento de traslación. Sin
embargo, los objetos extendidos reales también pueden experimentar movimiento de
rotación y de otros tipos. El movimiento que no es traslación pura se designará como
movimiento general. Las observaciones indican que, incluso si un objeto gira, o varias
partes de un sistema de objetos se mueven una en relación con las otras, existe un
punto que se mueve en la misma trayectoria en la que se movería una partícula si
estuviese sujeta a la misma fuerza neta. A este punto se le llama centro de masa. El
movimiento general de un objeto extendido se considera como la suma del movimiento
de traslación del centro de masa, más los movimientos de rotación, vibratorio y de otros
tipos en torno a su centro.
Si un sistema u objeto extendido tiene una cantidad 𝑛 de partículas, todas
colocadas sobre un mismo eje 𝑥 y con una masa 𝑚, el centro de masa se calcula de la
siguiente manera:
∑𝑛𝑘=1 𝑚𝑘 𝑥𝑘 ∑𝑛𝑘=1 𝑚𝑘 𝑥𝑘
𝐶𝑀 = =
∑𝑛𝑘=1 𝑚𝑘 𝑀
Donde 𝐶𝑀 es el centro de masa del sistema, 𝑚 es la masa de cada partícula, 𝑥
es la posición de cada partícula respecto a un eje y 𝑀 es la masa total de todas las
partículas.
1.6. Estática
La estática es la rama de la mecánica que se ocupa del cálculo de las fuerzas que
actúan sobre y dentro de las estructuras que están en equilibrio. Se dice que un objeto
está en equilibrio cuando la fuerza neta que actúa sobre él es igual a cero. Existen dos
condiciones para que un objeto esté en equilibrio:
1. Primera condición para el equilibrio: Para que un objeto esté en reposo, la
segunda ley de Newton dice que la suma de las fuerzas que actúan sobre él
debe ser cero. Puesto que la fuerza es un vector, cada uno de los componentes
de la fuerza neta debe ser cero. Por ende ∑ 𝐹𝑥 = 0, ∑ 𝐹𝑦 = 0, ∑ 𝐹𝑧 = 0.
2. Segunda condición para el equilibrio: Si se tiene un objeto alargado y se le
aplican fuerzas iguales en sus extremos, estas se cancelarán, sin embargo
producirán una rotación en el objeto, a la cual llamamos torsión. Así se llega a
la segunda condición: La suma de todas las torsiones que actúan sobre un
objeto, calculadas en torno a cualquier eje, deben ser igual a cero. Por ende
∑ 𝜏 = 0, donde 𝜏 es la torsión.
Además de desarrollar las tres leyes del movimiento, sir Isaac Newton también examinó
el movimiento de los planetas y la Luna. En particular, se preguntó acerca de la
naturaleza de la fuerza que debe actuar para mantener a la Luna en su órbita casi
circular alrededor de la Tierra. Newton también se planteó el problema de la gravedad.
Como los objetos aceleran al caer, Newton concluyó que debe haber una fuerza que se
10
ejerce sobre ellos, una fuerza a la que llamó la fuerza de gravedad. Siempre que sobre
un objeto se ejerce una fuerza, esa fuerza es ejercida por algún otro objeto. Como todo
objeto sobre la superficie de la Tierra experimenta la gravedad, Newton concluyó que
debe ser la Tierra misma la que ejerce la fuerza gravitacional sobre los objetos en la
superficie.
Haciendo un análisis, Newton concluyó dos cosas: la fuerza gravitacional que
ejerce un cuerpo sobre otro es directamente proporcional al producto de sus masas y, a
su vez, es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Es
decir,
1
𝐹 ∝ 𝑀𝑚 𝐹 ∝ 𝑟2
Donde 𝐹 es la fuerza gravitacional que existe entre dos objetos, 𝑀 es la masa
del mayor de estos, 𝑚 la masa del menor y 𝑟 la distancia que los separa.
Fue así como propuso su ley de la gravitación universal, que se enuncia del
modo siguiente: Toda partícula en el Universo atrae a todas las otras partículas con una
fuerza que es proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al
cuadrado de la distancia entre ellas. Esta fuerza actúa a lo largo de la línea que une a
las dos partículas. La fórmula para calcular la magnitud es la siguiente:
𝑀𝑚
𝐹=𝐺 𝑟2
Donde 𝐹 es la fuerza gravitacional que existe entre dos objetos, 𝐺 es la
2
constante gravitacional (𝐺 = 6.67 · 10−11 Nm
kg2
) 𝑀 es la masa del mayor de estos, 𝑚 la
masa del menor y 𝑟 la distancia que los separa.
Los procesos disipativos son aquellos en los cuales se pierde energía mecánica
dentro de un sistema; sin embargo, la energía total del mismo permanece constante.
El proceso disipativo más común es la fricción. La fuerza de fricción o fuerza de
rozamiento es aquella generada por la oposición que hay entre dos superficies en
contacto que se contrapone al movimiento o deslizamiento de una de las dos con
respecto a la otra. Usualmente, esta fuerza se debe a las irregularidades (generalmente
microscópicas) que presentan las superficies.
Para calcular la fricción que opondrá un cuerpo al deslizamiento se utiliza la
siguiente fórmula:
𝐹𝑟 = 𝜇𝑁
Donde 𝐹𝑟 es la fuerza de fricción, 𝜇 el coeficiente de fricción de una superficie y
𝑁 es la fuerza normal que aplica la superficie sobre el objeto.
Existen dos tipos de fricciones: la fricción estática (aquella que presenta una
superficie ante un cuerpo en equilibrio y que se opone a que inicie un movimiento) y la
fricción dinámica (aquella que presenta una superficie ante un cuerpo en movimiento y
que se opone a que se continúe moviendo).
Dentro de la fricción estática se puede asegurar lo siguiente:
𝑤 = 𝑁 = 𝑚𝑔 𝐹 = 𝐹𝑟 = 𝜇𝑁 = 𝜇𝑚𝑔
11
Donde 𝑤 es el peso de un objeto, 𝑁 es la fuerza normal que aplica la superficie
sobre el objeto, 𝑚 es su masa, 𝑔 es la aceleración de la gravedad, 𝐹 es la fuerza
resultante que afecta al objeto, 𝐹𝑟 es la fuerza de fricción y 𝜇 el coeficiente de fricción de
una superficie.
Dentro de la fricción dinámica se puede asegurar lo siguiente:
𝑤 = 𝑁 = 𝑚𝑔 𝐹 = 𝐹𝑎 − 𝐹𝑟 = 𝐹𝑎 − 𝜇𝑁 = 𝐹𝑎 − 𝜇𝑚𝑔
𝐹𝑎
𝑎 = − 𝜇𝑔
𝑚
Donde 𝑤 es el peso de un objeto, 𝑁 es la fuerza normal que aplica la superficie
sobre el objeto, 𝑚 es su masa, 𝑔 es la aceleración de la gravedad, 𝐹 es la fuerza
resultante que afecta al objeto, 𝐹𝑎 es la fuerza que se le aplica, 𝐹𝑟 es la fuerza de fricción
y 𝜇 el coeficiente de fricción de una superficie.
Si una fuerza se ejerce sobre un objeto, la longitud del objeto cambia. Los
experimentos demuestran que si la cantidad de elongación ∆𝐿 es pequeña en
comparación con la longitud del objeto, ∆𝐿 será proporcional a la fuerza ejercida sobre
el objeto. Esta proporcionalidad se puede expresar como ecuación:
𝐹 = 𝑘∆𝐿
Aquí, 𝐹 representa la fuerza que jala sobre el objeto, ∆𝐿 es el cambio en la
longitud y 𝑘 es una constante de proporcionalidad. A esta ecuación le conocemos como
ley de Hooke, y es válida para casi cualquier material sólido desde el hierro hasta el
hueso, pero sólo es válida hasta cierto punto. Si la fuerza es muy grande, el objeto se
estira de manera excesiva y eventualmente terminará por romperse.
Esta ecuación es aplicada comúnmente a resortes. Cuando un resorte es
comprimido o alargado a una cantidad 𝑥 de su longitud original, la fuerza que le tiene
que aplicar es de
𝐹𝑃 = 𝑘∆𝑥
Donde 𝐹𝑃 es la fuerza imbuida al resorte, ∆𝑥 es el cambio en su longitud y 𝑘 es
una constante de rigidez del resorte.
El resorte, a su vez, aplicará una fuerza igual, pero en sentido contrario, una vez
que sea liberado. Esta se calcula como
𝐹𝑆 = −𝑘∆𝑥
Y se le conoce como fuerza restauradora. Asimismo, para que el resorte pueda
realizar este trabajo, debe tener una energía potencial. A esta la llamamos energía
potencial elástica, y se calcula de la siguiente manera:
1
𝐸𝑃𝐸 = 2𝑘𝑥 2
12
II. Fluidos
2.1. Densidad
2.2. Presión
La presión se define como la fuerza aplicada por unidad de área, donde la fuerza se
entiende como la magnitud de la fuerza perpendicular al área en cuestión. La presión se
calcula así:
𝐹
𝑃=
𝐴
Donde 𝑃 es la presión sobre una superficie, 𝐹 es la fuerza aplicada y 𝐴 el área
sobre la cual se aplica la fuerza. La unidad de medida de la presión es el pascal (Pa).
Los fluidos siempre están ejerciendo presión en todas direcciones. A la presión
que ejerce un fluido en reposo se le llama presión hidrostática, y se debe a todo el
peso del fluido que actúa sobre una superficie. Esta presión varía con la profundidad
dentro del mismo y su densidad. Para calcular la presión dentro de un líquido usamos la
siguiente fórmula:
𝑃 = 𝜌𝑔ℎ
Donde 𝑃 es la presión dentro de un líquido, 𝜌 es su densidad, 𝑔 es la
aceleración de la gravedad y ℎ es la profundidad dentro del líquido.
En la Tierra, la atmósfera que nos rodea ejerce una presión en todos nosotros, a
la cual llamamos presión atmosférica. Esta es constante a nivel del mar, y es
equivalente a 101.3 kPa, cantidad a la cual también denominamos atmósfera. Es decir,
101.3 kPa = 1 atm. La presión local de cada lugar varía debido a factores como la altitud
y el clima. A esta presión la llamamos presión barométrica, y oscila al valor de la
presión atmosférica.
Si se tiene un líquido confinado en un contenedor y se le aplica una presión en
algún punto, la presión de todo el líquido cambiará para igualar a la de dicho punto. A
este fenómeno lo conocemos como el principio de Pascal, y lo enunciamos así: Si se
aplica una presión externa a un fluido confinado, la presión en cada punto del fluido se
incrementa en la misma cantidad. Si se construye un a prensa hidráulica con dos
13
émbolos de áreas diferentes y se le aplica una presión de entrada al émbolo de menor
área, el émbolo de mayor área presentará la misma presión de salida. Esto se expresa
en fórmula como
𝐹1 𝐹2
=
𝐴1 𝐴2
Donde 𝐹1 es la fuerza aplicada al émbolo menor, 𝐴1 es su área, 𝐹2 es la fuerza
resultante del émbolo mayor y 𝐴2 su área. Este fenómeno se presenta ventajoso, ya
que cuando se le aplica presión a un émbolo, el mayor presenta la misma presión, pero
al tener mayor área el segundo, también habrá incrementado la fuerza resultante con
respecto a la aplicada.
Cuando un objeto es sumergido en un líquido, se nota una diferencia en su
peso: se siente más ligero. Esto se debe a que el líquido en el que está sumergido le
aplica una presión al objeto y, por ende, una fuerza. A esta fuerza ascendente la
llamamos fuerza de flotación y la calculamos así:
𝐹 = −𝜌𝑔𝑉 = −𝑚𝑔
Donde 𝐹 es la fuerza de flotación, 𝜌 es la densidad del líquido, 𝑔 es la
aceleración de la gravedad, 𝑉 es el volumen del líquido desplazado y 𝑚 su masa. A este
fenómeno lo denominamos principio de Arquímedes. Cabe aclarar que Arquímedes
descubrió que el volumen desplazado y el volumen del sólido sumergido son la misma
cantidad. Asimismo, es importante notar que esta cantidad es negativa debido a que se
opone al peso, el cual es positivo.
14
2.4. Dinámica de fluidos
15
Si se tienen dos capas de material sólido juntas, únicamente separadas por un fluido, la
fuerza que se requiere para que una de las dos se mueva con respecto a la otra se
calcula con la fórmula
𝑣
𝐹 = 𝜂𝐴
𝑙
Donde 𝐹 es la fuerza que necesita aplicarse, 𝜂 es el coeficiente de viscosidad
del fluido, 𝐴 es el área de la superficie móvil que está en contacto con el fluido, 𝑣 es la
velocidad de la superficie móvil con respecto a la estacionaria y 𝑙 es el grosor del fluido
medido desde la superficie estacionaria hasta la móvil.
III. Termodinámica
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energía térmica neta. Esto es consistente con la noción cotidiana de temperatura, pues,
cuando un objeto caliente y uno frío se ponen en contacto, finalmente alcanzarán la
misma temperatura. La importancia de la ley cero reside en que permite una definición
útil de temperatura.
Con la finalidad de medir cuantitativamente la temperatura, se debe definir
alguna especie de escala numérica. Actualmente se utilizan tres escalas de temperatura
principales:
1. Celsius: La escala Celsius, también conocida como centígrada, es la más
utilizada actualmente. Toma como punto de referencia los puntos de ebullición y
congelación del agua, y los coloca en los grados 100 y 0, respectivamente. Su
símbolo es °C.
2. Fahrenheit: La escala Fahrenheit fue establecida tomando como referencia los
puntos de ebullición y congelación de una mezcla de agua, sal y hielo; como hoy
en día no se sabe con exactitud cómo se formó esta mezcla, se toman como
referencia los grados 32 y 212, que son los puntos de congelación y ebullición
del agua, respectivamente. El símbolo de los grados Fahrenheit es °F, y para
convertirlos a Celsius se usa la fórmula siguiente:
𝑥 °C = (1.8𝑥 + 32) °F
Utilizando el álgebra, se ha encontrado que el único punto en el cual se igualan
las escalas Celsius y Fahrenheit son los −40°.
3. Kelvin: Los kelvin son la unidad oficial de temperatura del SI. Son una
temperatura absoluta, ya que se miden con respecto a una magnitud presentada
por la naturaleza: el cero absoluto. El cero absoluto (que equivale a −273.15 °C)
es la temperatura en la cual la energía cinética de todas las partículas es igual a
cero; es decir, no hay calor alguno. Esta temperatura todavía no ha podido ser
alcanzada por el ser humano, pero se toma como referencia para los kelvin. Es
importante destacar que los kelvin y los grados Celsius son, en esencia, lo
mismo. Esto es debido a que los kelvin son la misma escala que los Celsius,
pero recorrida 273.15 unidades para así asegurar que los 0 K sean el cero
absoluto. El símbolo de los kelvin es K, y para convertirlos a Celsius se usa la
fórmula siguiente:
𝑥 °C = (𝑥 + 273.15)K
Los instrumentos diseñados para medir la temperatura se llaman termómetros.
Existen muchos tipos de termómetros, pero su operación siempre depende de alguna
propiedad de la materia que cambia con la temperatura. Muchos termómetros comunes
se basan en la expansión de un material con un aumento en la temperatura. La primera
concepción de un termómetro se basó en la expansión de un gas. Los termómetros
comunes actuales consisten en un tubo de vidrio hueco con mercurio o con alcohol
teñido de rojo. Los termómetros muy precisos se basan en propiedades eléctricas,
como los termómetros de resistencia, los termopares y los termistores, que por lo
general cuentan con lectores digitales.
17
3.3. Dilatación térmica lineal
18
3.5. Calor específico y calor latente
Si el calor fluye hacia un objeto, la temperatura del objeto se eleva. Cuánto se eleva es
determinado por una serie de factores: la cantidad de calor requerida para cambiar la
temperatura de un material dado, su masa y su cambio de temperatura. Esto se expresa
con la ecuación
𝑄 = 𝑚𝑐∆𝑇
O bien,
𝑄
𝑐=
𝑚∆𝑇
Donde 𝑐 es el calor específico de un material (el cual determina la cantidad de
energía que se requiere para cambiar su temperatura), 𝑄 es el calor empleado para
realizar el cambio, 𝑚 es la masa del objeto y ∆𝑇 es el cambio en su temperatura.
Cuando un material cambia de fase, cierta cantidad de energía participa en este
proceso. A esta energía se le llama calor latente, aunque su nombre en específico
varía dependiendo de la fase a la que se cambie (calor de fusión y calor de
vaporización). El calor latente aparece en la ecuación
𝑄 = 𝑚𝐿
O bien,
𝑄
𝐿=
𝑚
Donde 𝐿 es el calor latente de un material, 𝑄 es el calor empleado en el cambio
de fase y 𝑚 es la masa del cuerpo que cambió de fase.
19
son llamados conductores, mientras que los que tienen una conductividad térmica baja
son llamados aislantes.
Aunque los líquidos y gases por lo general no son muy buenos conductores del
calor, pueden transferirlo rápidamente por convección. La convección es el proceso
mediante el cual el calor fluye por el movimiento de masa de las moléculas de un lugar
a otro. Mientras que en la conducción participan moléculas que se mueven sólo a lo
largo de distancias cortas y chocan, la convección implica el movimiento de un gran
número de moléculas a través de distancias grandes.
La convección y la conducción requieren la presencia de materia como medio
para transportar el calor desde la región más caliente hacia la más fría. Pero un tercer
tipo de transferencia de calor ocurre sin que exista un medio en absoluto, y se le conoce
como radiación. La radiación consiste esencialmente en ondas electromagnéticas que
transportan energía a través del vacío. Para calcular el flujo de calor en la radiación se
utiliza la llamada ecuación de Stefan-Boltzmann. Esta es
∆𝑄
= 𝜀𝜎𝐴𝑇 4
∆𝑡
Donde ∆𝑄 es el calor que fluye en un intervalo de tiempo ∆𝑡, 𝐴 es el área del
cuerpo que emite la radiación, 𝑇 es su temperatura, 𝜀 es la emisividad de la superficie
radiante y 𝜎 es la constante de Stefan-Boltzmann (𝜎 = 5.67 · 10−8 m2W·K4 ). Un ejemplo
común de ondas electromagnéticas es la luz visible.
20
sistema. La entropía es crucial para explicar la segunda ley de la termodinámica, la
cual enunciamos así: El calor puede fluir espontáneamente de un objeto caliente a uno
frío; el calor no fluirá espontáneamente de un objeto frío a uno caliente. La entropía es
importante en dicho principio debido a que esta explica que un sistema termodinámico
tiende a buscar un equilibrio en la energía dentro y alrededor de él.
IV. Electromagnetismo
La carga eléctrica es una propiedad de una partícula o sistema cuando este afecta al
campo electromagnético que lo rodea. Se dice que un objeto que posee dicha
propiedad está cargado. Experimentalmente, se ha encontrado que existen dos tipos de
cargas eléctricas, a las cuales hemos denominado positiva y negativa (representadas
con los signos + y − respectivamente). La unidad de medida de la carga eléctrica es el
coulomb (C). Una propiedad importante de las cargas es que cargas iguales se repelen,
cargas opuestas se atraen.
Para determinar la magnitud de la fuerza de atracción o repulsión que se
presentará, se utiliza la ley de Coulomb. Esta ley dicta que la magnitud de cada una de
las fuerzas eléctricas con que interactúan dos cargas es directamente proporcional al
producto de la magnitud de sus cargas e inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia que las separa. Esto se expresa en forma de ecuación como
𝑞 𝑞
𝐹 = 𝜅 𝑟1 2 2
Donde 𝐹 es la fuerza que existe entre dos cargas eléctricas, 𝑞1 y 𝑞2 son las
2
cargas, 𝑟 es la distancia entre ellas y 𝜅 es la constante de Coulomb (𝜅 = 9 · 109 Nm
C2
).
Muchas fuerzas comunes pueden designarse como fuerzas de contacto, debido
a que un cuerpo se debe poner en contacto directo con otro. En contraste, tanto la
fuerza gravitacional como la fuerza eléctrica actúan a distancia. Hay una fuerza entre
dos objetos aun cuando los objetos no se tocan. Un concepto que ayuda a comprender
esa situación es el concepto de campo. En el caso eléctrico, un campo eléctrico se
extiende hacia fuera de cualquier carga y permea todo el espacio. Si una segunda carga
se coloca cerca de la primera carga, siente una fuerza ejercida por el campo eléctrico
que hay en ese punto. Se considera que el campo eléctrico en ese punto interactúa
directamente con la segunda carga para producir una fuerza sobre ella. En particular, el
campo eléctrico en cualquier punto del espacio se define como la fuerza ejercida sobre
una pequeña carga de prueba positiva localizada en cierto punto y dividida entre la
magnitud de la carga de prueba. Es decir,
𝐹⃗
𝐸⃗⃗ =
𝑞
21
Donde 𝐸⃗⃗ es la intensidad del campo eléctrico, 𝐹⃗ es la fuerza que este ejerce y 𝑞
es la carga de la partícula afectada. La unidad de medida del campo eléctrico es el
N
newton sobre metro ( ). Es importante exponer que el campo eléctrico puede ser
m
descrito en función de la ley de Coulomb con la siguiente ecuación:
𝑄
𝐸⃗⃗ = 𝜅 2
𝑟
Donde 𝐸⃗⃗ es la intensidad del campo eléctrico, 𝜅 es la constante de Coulomb, 𝑄
es la carga de la partícula que crea el campo y 𝑟 es la distancia entre dicha carga y la
carga que experimenta el campo.
22
La unidad de medida del voltaje es el volt (V).
Para almacenar energía eléctrica se utilizan unos aparatos llamados capacitores, que
consisten en dos placas conductoras de energía que no se tocan. Si se le aplica un
voltaje a un capacitor, se encuentra que la carga que adquiere se calcula con la
ecuación siguiente:
𝑄 = 𝑉𝐶
Donde 𝑄 es la carga adquirida, 𝑉 el voltaje aplicado y 𝐶 es la capacidad
eléctrica o capacitancia, que es una constante característica de un material que
describe su capacidad de mantener una carga. La unidad de medida de la capacidad
eléctrica es el farad (F).
23
4.5. Circuitos eléctricos
Dentro de los circuitos eléctricos se pueden introducir aparatos que requieran energía
eléctrica para funcionar, a los cuales se les denomina resistores, ya que oponen una
resistencia ante el flujo de energía.
Al conectar un circuito, los resistores se pueden acomodar de dos maneras: en
serie o en paralelo.
Un circuito en serie tiene una forma similar a la siguiente:
Dentro del mismo, los resistores están colocados de tal manera que la energía
fluye en orden del primero al último. Esto puede causar dificultades, debido a que el
circuito dejará de funcionar si un solo resistor se descompone. Los valores dentro de
este circuito se calculan con las siguientes fórmulas:
𝐼𝑇 = 𝐼1 = 𝐼2 = 𝐼3 = ⋯ = 𝐼𝑛
𝑛 𝑛
𝑉𝑇 = ∑ 𝑉𝑛 𝑅𝑇 = ∑ 𝑅𝑛
𝑘=1 𝑘=1
Donde 𝐼 es la intensidad de corriente, 𝑉 es el voltaje y 𝑅 es la resistencia.
Un circuito en paralelo tiene una forma similar a la siguiente:
Dentro del mismo, los resistores están colocados de tal manera que la corriente
se separa para pasar por los tres, evitando así que el flujo se detenga si se
descompone un resistor. Los valores dentro de este circuito se calculan con las
siguientes fórmulas:
𝑛
𝐼𝑇 = ∑ 𝐼𝑛
𝑘=1
𝑛
−1
𝑉𝑇 = 𝑉1 = 𝑉2 = 𝑉3 = ⋯ = 𝑉𝑛 𝑅𝑇 = ∑ 𝑅𝑛 −1
𝑘=1
24
Donde 𝐼 es la intensidad de corriente, 𝑉 es el voltaje y 𝑅 es la resistencia.
Los circuitos eléctricos también pueden ser resultado de combinaciones entre
circuitos en serie y paralelos, por lo que los valores se calculan utilizando una
combinación de las fórmulas ya expuestas. Sin embargo, algunos circuitos son
demasiado complicados para ese análisis. Para esos casos especiales, se utilizan las
leyes de Kirchhoff. Estas son dos reglas sencillas formuladas a partir de la
conservación de la energía. Las leyes de Kirchhoff son las siguientes:
1. Primera ley de Kirchhoff o ley de los nodos: En cualquier punto de unión, la
suma de todas las corrientes que entran al nodo debe ser igual a la suma de
todas las corrientes que salen del nodo. Es decir, si en algún punto el circuito
se transforma de paralelo a serie o viceversa, la carga que entre en el punto
de transformación será igual a la que salga. Esto es, cualquier carga que entre
debe salir.
2. Segunda ley de Kirchhoff o ley de las espiras: La suma de los cambios en el
potencial alrededor de cualquier trayectoria cerrada de un circuito debe ser
cero. Esto se puede entender así: sin importar cuántos cambios haya durante
el trayecto de la carga, el potencial es el mismo al final del circuito que al inicio
debido a que son el mismo punto.
25
En 1821, Oersted observó que si un alambre recto es colocado entre los dos
polos de un imán de herradura y se le deja fluir una corriente, el imán experimenta una
fuerza. Lo curioso de su observación radica en que la fuerza no es de atracción hacia
los polos, sino que esta se presenta de manera perpendicular a la dirección del campo.
La dirección de esta fuerza también está dada por la regla de la mano derecha: si se
coloca la mano derecha de modo que, al estar estirados, los dedos apunten en
dirección de la corriente y, al estar perpendiculares a la palma, los dedos apunten en
dirección del campo electromagnético, la dirección del pulgar estirado será la dirección
de la fuerza.
Para calcular la magnitud de esta fuerza se utiliza la fórmula
𝐹 = 𝐼𝑙𝐵 sin 𝜃
Donde 𝐹 es la magnitud de la fuerza, 𝐼 es la intensidad de corriente, 𝑙 es la
longitud del alambre expuesto a un campo magnético, 𝐵 es el campo magnético y 𝜃 es
el ángulo del alambre con respecto a la dirección de las líneas de campo magnético. Si
el alambre está colocado de forma perpendicular a las líneas de campo magnético; es
decir, 𝜃 = 90° , entonces el factor sin 𝜃 será igual a 1 y no afectará el valor de la
ecuación, dándole a 𝐹 su valor máximo. Es decir,
𝐹𝑚𝑎𝑥 = 𝐼𝑙𝐵
Si se despeja el campo magnético de esta fórmula, se encontrará que
𝐹𝑚𝑎𝑥
𝐵=
𝐼𝑙
Donde 𝐹 es la magnitud de la fuerza máxima, 𝐼 es la intensidad de corriente, 𝑙 es
la longitud del alambre expuesto a un campo magnético, 𝐵 es el campo magnético. La
unidad de medida del campo magnético es el tesla (T).
A partir de lo que ya sabemos, podemos predecir la fuerza sobre una sola carga
eléctrica en movimiento. Si en un punto del alambre pasan 𝑛 partículas con carga 𝑞
𝑞
cada 𝑡 tiempo, la intensidad de corriente estaría dada como 𝐼 = 𝑛 𝑡 ; si las partículas
estuviesen yendo a una velocidad 𝑣⃗ a través de una longitud 𝑙, la longitud estaría dada
como 𝑙 = 𝑣⃗𝑡. Por lo tanto, si se sustituyen estos valores en la ecuación de la fuerza
máxima, tomando en cuenta que 𝑛 = 1 debido a que sólo estamos obteniendo la fuerza
para una carga, se obtiene que
𝐹⃗𝑚𝑎𝑥 = 𝑞𝑣⃗𝐵⃗⃗
O bien, si la carga no se mueve de forma paralela a las líneas de campo,
𝐹 = 𝑞𝑣𝐵 sin 𝜃
⃗
Donde 𝐹 es la fuerza magnética que experimenta una partícula, 𝑞 es el valor de
su carga, 𝑣⃗ es su velocidad, 𝐵⃗⃗ es la magnitud del campo magnético y 𝜃 es el ángulo en
el cual se mueve la carga con respecto a las líneas de campo. A esta fuerza magnética
también se le conoce como fuerza de Lorentz.
Previamente vimos que el campo magnético debido a la corriente eléctrica en un
largo alambre recto es tal que las líneas de campo son círculos con el alambre en el
centro. Se espera que la intensidad del campo en un punto dado sea mayor si la
corriente que fluye en el alambre es mayor; y que el campo sea menor en puntos más
alejados del alambre. Al agregársele una constante de proporcionalidad, esto se
expresa como
𝜇0 𝐼
𝐵=
2𝜋 𝑟
Donde 𝐵 es la intensidad de campo electromagnético, 𝐼 es la intensidad de
𝜇
corriente, 𝑟 es la distancia al alambre y 2𝜋0 es un factor de proporcionalidad (𝜇0 se llama
permeabilidad del espacio libre y 𝜇0 = 4𝜇 · 10−7 Tm A
). Esta ecuación es válida sólo para un
26
largo alambre recto. Después del desarrollo de esta relación, el científico francés André
Marie Ampère propuso una ley general que describiera distintos tipos de alambres.
Consideremos una trayectoria cerrada arbitraria alrededor de una corriente e
imaginemos que esta trayectoria está constituida por segmentos cortos, los cuales so
perpendiculares al flujo de un campo magnético. Si una intensidad de corriente fluye de
forma perpendicular a ellos, la relación estará dada por la ecuación siguiente:
∑ 𝐵∥ ∆𝑙 = 𝜇0 𝐼
Donde ∑ 𝐵∥ ∆𝑙 es la suma de todos los productos entre la longitud ∆𝑙 de cada
segmento y el campo magnético paralelo 𝐵∥ , 𝜇0 es la permeabilidad del espacio libre e 𝐼
es la intensidad de corriente neta que fluye. A este resultado se le conoce como ley de
Ampère.
Si se enrolla un alambre conductor alrededor de un material ferromagnético, se
obtiene un dispositivo denominado bobina. A cada giro que da el alambre alrededor del
material se le denomina espira. A una bobina larga con una gran cantidad de espiras se
le conoce como solenoide. El campo magnético producido por un solenoide es descrito
con base en la ley de Ampère y da como resultado la siguiente ecuación:
𝐵 = 𝜇0 𝑛𝐼
Donde 𝐵 es la intensidad de campo electromagnético, 𝐼 es la intensidad de
corriente, 𝜇0 es la permeabilidad del espacio libre y 𝑛 es la cantidad de espiras por
unidad de longitud.
A la capacidad que tienen los objetos, tales como las baterías, para “empujar” cargas y
producir una corriente eléctrica se le llama fuerza electromotriz o FEM (simbolizada
con una E cursiva ℰ). Como esta magnitud no es una fuerza en sí, es más común
denominarla FEM que fuerza electromotriz.
En un intento por inducir una corriente eléctrica a partir de un campo magnético,
el científico británico Michael Faraday desarrolló el siguiente experimento:
Faraday conectó un alambre a las terminales de una batería, acompañada de un
interruptor para poder detener el flujo de corriente, y enrolló un segmento del alambre
alrededor de un anillo de hierro (produciendo una bobina). Asimismo, Faraday enrolló
un segmento de otro alambre a la misma bobina, cuidando que los alambres no se
tocasen, y conectó sus extremos a un galvanómetro que medía la corriente que fluía a
través de él.
Faraday esperaba que si se producía una corriente constante lo suficientemente
potente en el primer alambre, el campo magnético que este creara produciría una
corriente en el segundo alambre. Sin embargo, esto no ocurrió. Faraday se percató que
no se producía corriente en el segundo alambre al fluir corriente por el primero. No
obstante, al bloquear el flujo de corriente, la aguja del galvanómetro se movió por un
breve momento. Cuando Faraday volvió a permitir el flujo, se volvió a mover hasta que
hubo un flujo constante. Faraday concluyó que, aunque un campo magnético constante
no produce corriente en un conductor, un campo magnético variable puede generar una
corriente eléctrica. Tal corriente se llama corriente inducida. Cuando cambia el campo
magnético a través de la bobina Y, se induce en ella una corriente como si estuviera
conectada a una fuente de FEM. Así, se dice que un campo magnético variable induce
una FEM. A este fenómeno lo conocemos como inducción electromagnética.
Faraday investigó cuantitativamente qué factores influyen en la magnitud de la
FEM inducida. Antes que todo encontró que cuanto más rápidamente cambia el campo
27
magnético, mayor es la FEM inducida. También encontró que la FEM inducida depende
del área de la espira del circuito. Por ende, se dice que la FEM es proporcional a la tasa
de cambio del flujo magnético que pasa a través del circuito o de la espira. El flujo
magnético para un campo magnético uniforme se define como:
Φ𝐵 = 𝐵𝐴 cos 𝜃
Donde Φ𝐵 es el flujo magnético, 𝐵 es la magnitud del campo magnético, 𝐴 es el
área del circuito o espira y 𝜃 es el ángulo en el que se coloca el circuito con respecto a
las líneas de campo magnético. La unidad de medida del flujo magnético es el weber
(Wb).
A partir de esta descripción, Faraday concluyó que la FEM inducida en un
circuito es igual a la tasa de cambio del flujo magnético a través del circuito:
∆Φ𝐵
ℰ=−
∆𝑡
O bien, si el circuito posee espiras,
∆Φ𝐵
ℰ = −𝑁
∆𝑡
4.9. Inductancia
Si dos bobinas de alambre se colocan una cerca de la otra, una corriente variable en
una de ellas inducirá una FEM en la otra. De acuerdo con la ley de Faraday, la FEM
inducida en la bobina 2 es proporcional a la razón de cambio del flujo magnético que
pasa a través de ella. Este flujo se debe a la corriente en la bobina 1, y con frecuencia
es conveniente expresar la FEM en la bobina 2 en términos de la corriente en la bobina
1.
Sea Φ21 el flujo magnético en cada espira de la bobina 2 creado por la corriente
en la bobina 1. Si la bobina 2 contiene 𝑁2 espiras muy apretadas, entonces 𝑁2 Φ21 es el
flujo total que pasa a través de la bobina 2. Si las dos bobinas están fijas en el espacio,
𝑁2 Φ21 es proporcional a la corriente en la bobina 1; la constante de proporcionalidad se
llama inductancia mutua, 𝑀21 , que se define como
𝑁2 Φ21
𝑀21 =
𝐼1
Y al combinar esta ecuación con la ley de Faraday, se obtiene que
∆𝐼1
ℰ2 = −𝑀21
∆𝑡
O bien, si se invierte la situación y la bobina 2 es aquella con corriente,
∆𝐼2
ℰ1 = −𝑀12
∆𝑡
28
Donde ℰ es la FEM inducida, 𝑀 es la inductancia mutua, Φ es el flujo magnético,
𝐼 es la intensidad de corriente y 𝑡 es el intervalo de tiempo. La unidad de medida de la
inductancia mutua es el henry (H).
El concepto de inductancia se aplica también a una sola bobina aislada de 𝑁
vueltas. Cuando una corriente variable pasa a través de una bobina (o solenoide),
dentro de la bobina se produce un flujo magnético variable, y este, a la vez, induce una
FEM en esa misma bobina. Esta FEM inducida se opone al cambio en el flujo.
El flujo magnético que pasa a través de 𝑁 espiras de una bobina es proporcional
a la corriente en la bobina, así que la autoinductancia L se define como
𝑁Φ𝐵
𝐿=
𝐼
29
Donde 𝑉0 es el voltaje inicial del circuito, 𝐼 es la intensidad de corriente, 𝑅 es la
∆𝐼
resistencia y 𝐿 ∆𝑡 es la FEM inducida por el inductor.
En cualquier circuito eléctrico, puede haber tres componentes básicos:
resistencia, capacitancia e inductancia. Ahora se estudiarán los circuitos LC, los cuales
sólo contienen una capacitancia C y una inductancia L, como se muestra en la siguiente
figura.
30
Las fórmulas son una combinación de las obtenidas en los circuitos LC y RL.
Aplicando la segunda ley de Kirchhoff a estos, se obtiene que
∆𝐼 𝑄
−𝐿 − 𝐼𝑅 + = 0
∆𝑡 𝐶
∆𝐼
Donde −𝐿 ∆𝑡 es la FEM inducida por el inductor, 𝐼𝑅 es el voltaje que se pierde en
𝑄
la resistencia y es el voltaje del capacitor.
𝐶
V. Óptica
Un gran cúmulo de evidencia sugiere que la luz viaja en líneas rectas. Tal suposición
razonable es la base del modelo de rayos de luz. Este modelo supone que la luz viaja
en trayectorias de líneas rectas llamadas rayos de luz. En realidad, un rayo es una
idealización; tiene la intención de representar un haz de luz extremadamente estrecho.
Previamente mencionamos que la luz se considera una onda electromagnética.
Aunque el modelo de rayos de luz no trata con este aspecto de la luz, ha sido muy
conveniente para describir muchos aspectos de la luz, como la reflexión, la refracción y
la formación de imágenes en espejos y lentes. Puesto que estas explicaciones implican
rayos en línea recta en varios ángulos, a esta materia se le conoce como óptica
geométrica.
Experimentalmente, se ha llegado a loa conclusión de que la velocidad de la
luz en el vacío es finita y constante, y se ha obtenido que su valor es 𝑐 =
299 792 458 ms, y suele ser abreviada como 𝑐 = 3 · 108 ms.
Al cociente de la velocidad de la luz en el vacío entre la velocidad de la luz en un
material se le denomina índice de refracción, y simplemente se calcula como
𝑐
𝑛=
𝑣
Donde 𝑛 es el índice de refracción de un material, 𝑐 es la velocidad de la luz en
el vacío y 𝑣 es la velocidad de la luz dentro del material. Como la velocidad de la luz en
el vacío es la máxima velocidad alcanzable por los objetos con masa, el índice de
refracción nunca será menor que 1.
5.2. Reflexión
31
Cuando la luz incide sobre la superficie de un objeto, parte de la luz se refleja. El resto
puede ser absorbido por el objeto o, si el objeto es transparente como el vidrio o el
agua, una parte se transmite a través de él. En el caso de un objeto muy liso y brillante,
se refleja la mayor parte de la luz.
Imaginemos que se traza una recta normal a la superficie del espejo; es decir,
perpendicular a su superficie. Cuando un estrecho haz de luz incide sobre el espejo, se
define el ángulo de incidencia como el ángulo que un rayo incidente forma con la normal
a la superficie, y el ángulo de reflexión como el ángulo que el rayo reflejado forma con la
normal. Es importante destacar que la normal se traza a partir del punto en que el rayo
de luz entra en contacto con la superficie. Se encuentra que los rayos incidente y
reflejado están en el mismo plano con la normal a la superficie y que el ángulo de
reflexión es igual al ángulo de incidencia. Esto da lugar a la igualdad
𝜃𝑖 = 𝜃𝑟
Donde 𝜃𝑖 es el ángulo de incidencia del rayo de luz y 𝜃𝑟 es su ángulo de
reflexión.
A este resultado se le conoce como ley de reflexión. Existen dos tipos de
reflexiones: difusa (sobre superficies rugosas e irregulares) y especular (sobre
superficies planas y regulares).
Un espejo “plano” es aquel con una suave superficie reflectora plana. Cuando se
ve a un objeto que se refleja en un espejo, realmente el objeto está reflejando los rayos
de luz que caen sobre él hacia la superficie del espejo. Los rayos que salen de cada
punto en el objeto van en muchas direcciones, pero sólo se ven aquellos que llegan al
espejo y que, a su vez, entran al ojo. Cada conjunto de rayos divergentes que se
reflejan en el espejo y entran al ojo parecen provenir de un solo punto (llamado punto de
imagen) detrás del espejo. Esto es, los ojos y el cerebro interpretan que cualquier rayo
que entra al ojo viajó en trayectoria de línea recta. El punto desde donde parece
provenir cada haz de rayos es un punto en la imagen. Para cada punto en el objeto,
existe un punto de imagen correspondiente. Debido a la ley de reflexión, las
proporciones de la imagen se mantienen y, por tanto, la imagen reflejada aparenta estar
a una distancia al espejo igual a la distancia del objeto real. A estas se les llaman
distancia de la imagen y distancia del objeto, respectivamente.
5.3. Refracción
32
5.4. Reflexión total interna
Sin duda, el más importante dispositivo óptico simple es la lente delgada. Una lente
delgada generalmente es circular y sus dos caras son porciones de una esfera.
Consideremos una serie de rayos paralelos que inciden sobre una lente. Se
supone que la lente está hecha de un material como vidrio o plástico transparente, con
índice de refracción mayor que el del aire exterior. El eje de una lente es una línea recta
que pasa a través del centro de la lente y es perpendicular a sus dos superficies. Si los
rayos paralelos al eje inciden sobre una lente delgada, se enfocarán en un punto
llamado punto focal. Esto no será precisamente cierto para una lente con superficies
esféricas. Pero casi será si el diámetro de la lente es pequeño en comparación con los
radios de curvatura de las dos superficies de la lente. Este criterio lo satisface una lente
delgada. La distancia del punto focal desde el centro de la lente se llama distancia
focal o longitud focal. Es posible hacer girar una lente de manera que la luz pueda
pasar a través de ella desde el lado opuesto. La distancia focal es la misma en ambos
lados. Si los rayos paralelos inciden sobre una lente en un ángulo, la distancia focal
cambiará, pero todos los puntos focales estarán ubicados en un solo plano imaginario.
El plano que contiene todos los puntos focales se llama plano focal de la lente.
Existen dos tipos principales de lentes: las lentes convergentes y las lentes
divergentes.
5.5.1. Convergentes
Se le llama convergente a la lente que sea más gruesa en el centro que en los bordes,
ya que hará que los rayos paralelos converjan en un punto. El punto focal de una lente
convergente se encuentra en el lugar donde se cruzan los rayos que incidan
paralelamente a la lente. Es importante aclarar que existen dos puntos focales para las
lentes que tienen curvatura en ambas caras, ya que los rayos pueden llegar hacia
cualquiera de las dos.
Si un punto de un objeto emite luz a un lente convergente, la imagen que este
forme pasada la lente estará colocada en el punto en el cual crucen los rayos (que no
33
será el punto focal, debido a que los rayos no serán paralelos porque provienen de un
punto cercano a la lente).
Dentro de las lentes convergentes, es posible definir una ecuación que relacione
la distancia al objeto y la distancia a la imagen:
1 1 1
= +
𝑓 𝑑𝑖 𝑑𝑜
Donde 𝑓 es la distancia focal, 𝑑𝑖 es la distancia a la imagen y 𝑑𝑜 es la distancia
al objeto.
5.5.2. Divergentes
Se le llama lente divergente a la lente que es más delgada en el centro que en los
bordes, ya que provocan que los rayos de luz paralelos diverjan entre ellos. El punto
focal de una lente divergente se define como aquel punto desde el cual los rayos
refractados, que se originan de los rayos incidentes paralelos, parecen surgir. Es
importante aclarar que existen dos puntos focales para las lentes que tienen curvatura
en ambas caras, ya que los rayos pueden llegar hacia cualquiera de las dos.
Si un punto de un objeto emite luz a un lente divergente, la imagen que este
forme estará colocada en el punto donde se cruzarían los rayos si estos fuesen
estirados una vez pasada la lente (es decir, al cambiar su trayectoria y al estirar un rayo
hacia donde parece provenir).
Dentro de las lentes divergentes, es posible definir una ecuación que relacione la
distancia al objeto y la distancia a la imagen:
1 1 1
= −
𝑓 𝑑𝑖 𝑑𝑜
Donde 𝑓 es la distancia focal, 𝑑𝑖 es la distancia a la imagen y 𝑑𝑜 es la distancia
al objeto.
34
entendimiento de la luz como una onda, ya que eliminaba al éter (que hoy sabemos que
no existe) como un factor.
Parece haber un dilema. Algunos experimentos indican que la luz se comporta
como una onda; otros indican que se comporta como una corriente de partículas. Estas
dos teorías parecen ser incompatibles, pero ambas demostraron tener validez. Los
físicos finalmente llegaron a la conclusión de que esta dualidad de la luz se debe
aceptar como un hecho de la vida. Se le conoce como la dualidad onda-partícula.
Aparentemente, la luz es un fenómeno más complejo que una simple onda o un simple
haz de partículas.
Para clarificar la situación, el físico danés Niels Bohr propuso su famoso
principio de complementariedad. En él afirma que, para comprender un experimento, a
veces se encuentra una explicación con la teoría ondulatoria y en ocasiones con la
teoría corpuscular. Aunque si uno quiere tener una comprensión completa de la luz,
debe estar consciente de los aspectos ondulatorio y corpuscular de la luz. Por lo tanto,
estos dos aspectos de la luz se complementan mutuamente.
En 1905, Albert Einstein realizó una propuesta acerca de una nueva teoría de la
luz. Como toda la luz a final de cuentas proviene de una fuente que irradia, esto sugiere
que quizá la luz se transmite mediante pequeñas partículas, así como a través de las
ondas predichas por la teoría electromagnética de Maxwell. Einstein propuso la
existencia de lo que hoy llamamos el fotón, que puede ser descrito con la dualidad sin
contradicciones.
VI. Ondas
35
de su medio de forma sucesiva. Un ejemplo de onda longitudinal es aquella que se
propaga a lo largo de un resorte al comprimirlo y después liberarlo. Las ondas
mecánicas longitudinales se pueden propagar en cualquier medio material.
En el estudio de las ondas, se definen dos puntos clave dentro de las mismas: los
puntos más altos de la onda, o crestas, y los puntos más bajos, o valles. Un ciclo se
completa dentro de una onda cuando una cresta y un valle sucesivos pasan por un
punto. A la altura máxima de una cresta o, en su defecto, a la profundidad máxima de
un valle se le denomina amplitud de onda (𝐴), y se mide con respecto al punto medio o
nivel de equilibrio de la onda. A la distancia entre dos crestas, o valles, sucesivas se le
denomina longitud de onda (𝜆). La magnitud que mide la relación de cuántas crestas,
o valles, pasan por un punto por unidad de tiempo es denominada frecuencia (𝑓), y sus
unidades son los hertz ( Hz). Al tiempo que transcurre entre dos crestas sucesivas
pasando por un mismo punto se le llama periodo (𝑇), y se calcula como 𝑇 = 𝑓 −1 . Por
último, a la velocidad con que avanzan las crestas de una onda se le llama velocidad
de onda, y su fórmulas es
𝑣 = 𝜆𝑓
Donde 𝑣 es la velocidad de onda, 𝜆 es la longitud de onda y 𝑓 es su frecuencia.
Cuando una onda golpea un obstáculo, o llega al final del medio en el que viaja, al
menos parte de la onda se refleja. Como ya hemos visto previamente, el ángulo de
incidencia de la onda con respecto a la normal de la superficie en la que choca es igual
al ángulo de reflexión. Por tanto, una de las propiedades de las ondas es la reflexión.
Además de reflejarse, cuando una onda golpea una frontera, parte se transmite
o se absorbe. Cuando una onda que viaja en un medio cruza una frontera hacia un
medio donde su rapidez es diferente, la onda transmitida puede moverse en una
dirección diferente a la de la onda incidente. Es decir, la onda experimenta una
refracción. A este fenómeno ya lo hemos descrito, y lo único que cabe añadir es la
relación siguiente:
sin 𝜃2 𝑣1
=
sin 𝜃1 𝑣2
Donde 𝜃1 es el ángulo de incidencia de la onda, 𝜃2 es su ángulo de refracción,
𝑣1 es la velocidad de la onda en el primer medio y 𝑣2 es su velocidad en el segundo. A
este resultado se le conoce como ley de refracción.
Las ondas se dispersan conforme viajan. Cuando encuentran un obstáculo, se
doblan un poco alrededor de este y pasan a la región detrás del obstáculo. Este
fenómeno se llama difracción. La cantidad de difracción depende de la longitud de
onda de la onda y del tamaño del obstáculo, por lo que se ha encontrado que el ángulo
de dispersión se aproxima como
𝜆
𝜃≈
𝑙
Donde 𝜃 es la dispersión angular, 𝜆 es la longitud de onda y 𝑙 es el ancho del
objeto interpuesto.
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Cuando dos ondas pasan por el mismo espacio al mismo tiempo, ocurre una
interferencia. La interferencia consiste en sumar o restar las amplitudes de dos o más
ondas cuando estas se superponen. Las ondas se desplazan con respecto a un eje, que
suele ser su línea de equilibrio. Cuando una onda viaja en la parte superior de este eje,
tendrá una amplitud de onda positiva; en cambio, si viaja por debajo del eje, su amplitud
será negativa. Si dos ondas con amplitudes positivas se superponen, sus amplitudes se
sumarán y formarán por unos momentos una onda más amplia. A este tipo de
interferencia se le llama interferencia constructiva. Si, por el otro lado, una tiene una
amplitud positiva y la otra una negativa, las ondas se cancelarán. A este tipo de
interferencia se le denomina interferencia destructiva.
Otra forma de describir la interferencia recae en las sincronías de las ondas. Si
dos ondas están sincronizadas, o en fase, sus valles y crestas estarán en los mismos
puntos y, por tanto, se sumarán. Si dos ondas no están sincronizadas, o fuera de fase,
habrán cancelaciones y sumas en distintos puntos, a menos que estén fuera de fase por
media longitud de onda, en cuyo caso se cancelarán totalmente.
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