Вы находитесь на странице: 1из 24

MECANISMO DE COLAPSO, DUCTILIDAD, CONTROL

DE DESPLAZAMIENTOS

Agustín Reboredo
Ingeniero Civil
Estudio Reboredo, Ingeniería y Arquitectura
Profesor, Universidad Nacional de Cuyo

RESUMEN
Todavía hoy la comunidad profesional acepta mayoritariamente la idea de que si el
dimensionamiento se ajusta a la distribución elástica de solicitaciones en la estructura los
distintos componentes entrarán en fluencia en forma simultánea y toda la ductilidad de los
componentes podrá aprovecharse para disipar energía en la construcción. Otro supuesto aceptado
es que la rigidez depende de la geometría y, si bien en algunos casos los reglamentos indican
factores de reducción a consecuencia del agrietamiento, el hecho es que no se considera ninguna
dependencia entre rigidez y resistencia en el campo elástico. Estas hipótesis se reflejan en las
disposiciones reglamentarias para evaluar la reducción de acciones sísmicas a partir de
características nominales de los elementos resistentes.
Desde 1997 las investigaciones de Paulay y otros han evidenciado que varias de esas hipótesis
son falsas y que en muchos casos elementos de igual naturaleza pueden alcanzar las
deformaciones límites para desplazamientos muy diferentes, con lo que el desarrollo de la
ductilidad no es uniforme. Esto tiene influencia particularmente notable para las estructuras de
hormigón armado, aunque también es significativo para las estructuras de otros materiales.
En este trabajo se presenta una síntesis de las consecuencias prácticas de las investigaciones
mencionadas y de la necesidad de abordar con otros métodos el diseño de las construcciones.
También se presenta la necesidad de cambiar la orientación y el contenido de la formación de los
profesionales.

1
MECANISMO DE COLAPSO, DUCTILIDAD, CONTROL
DE DESPLAZAMIENTOS
“El Ingeniero debe decirle a la estructura cómo debe comportarse...”
Tom Paulay
INTRODUCCIÓN
Hasta hace relativamente poco tiempo la mayor parte de la comunidad profesional aceptaba la
idea de que si el dimensionamiento se ajustaba a la distribución elástica de solicitaciones en la
estructura los distintos componentes entrarían en fluencia en forma simultánea y toda la
ductilidad de los componentes podría aprovecharse para disipar energía en la construcción. Es lo
que se traduce en los reglamentos cuando tratan la influencia de la disipación de energía y
adjudican valores nominales de reducción a partir de características más o menos definidas de los
elementos. También esto está implícito en los reglamentos cuando se asigna valores de reducción
a partir de promedios ponderados de las ductilidades de los elementos integrantes del sistema.
A partir de 1997 esta concepción ha sufrido duros contrastes. Las investigaciones de Paulay y
otros 1 han puesto en evidencia que varios de los supuestos en las hipótesis anteriores son falsos y
que en muchos casos aún elementos de igual naturaleza pueden alcanzar las deformaciones
límites para desplazamientos muy diferentes, con lo que el desarrollo de la ductilidad no es
uniforme. En particular puede considerarse demostrado que la deformación en el límite elástico
es independiente de la resistencia y que depende de la geometría de los componentes que
participan del proceso de plastificación. Todo esto tiene influencia particularmente notable para
las estructuras de hormigón armado, aunque también es significativo para las estructuras de otros
materiales. En el caso de las estructuras de hormigón armado la deformación en el límite elástico
es virtualmente independiente de la cuantía, depende de la geometría de la sección y del esfuerzo
normal. En consecuencia la rigidez elástica depende de la resistencia 2 .
Hasta ahora aceptábamos que la rigidez depende de la geometría y, si bien en algunos casos los
reglamentos indican factores de reducción a consecuencia del agrietamiento, el hecho es que no
considerábamos ninguna dependencia entre rigidez y resistencia en el campo elástico.
Los trabajos mencionados llevan a la conclusión de que la distribución rigurosa de resistencias en
función de las demandas elásticas no es garantía de una distribución uniforme de la demanda de
ductilidad sobre los distintos elementos. Además se ha llegado a demostrar que una cierta
asignación más o menos libre de resistencias (capacidades) puede permitir mejorar el desarrollo
de la ductilidad y aún corregir eficazmente los problemas de torsión inducidos por
excentricidades.
El mismo Paulay 3 reconoce que, aunque hasta hace poco aceptó la idea general mencionada
antes, hoy ha llegado a convencerse que es básicamente incorrecta y que no controla la variable
fundamental en construcciones sismorresistentes: el desplazamiento en régimen plástico. Mi
propia conclusión es que, aunque los trabajos de Paulay se refieren a estructuras de hormigón
armado, las ideas conceptuales incluidas en ellos se pueden aplicar a estructuras de cualquier
material, ajustándolas adecuadamente.
Un aspecto especialmente importante es el relacionado con la torsión. Los reglamentos4 atacan el

1
Ref. 2, 3, 4, 5, 6, 7.
2
En ellas la resistencia puede variar dentro de límites muy amplios para la misma geometría, variando la cuantía de
armaduras.
3
Ref. 6
4
Incluyendo el reglamento Neocelandés en vigencia

2
problema incrementando de un modo u otro la excentricidad con un factor que pretende tomar en
cuenta los efectos dinámicos y las posibles influencias accidentales (variación de rigidez de los
componentes, variación de la distribución de masas). Sin embargo se parte de un planteo
esencialmente elástico y se lo generaliza, sin prueba, a las estructuras que desarrollan ductilidad.
El resultado es un aumento más o menos descontrolado de la resistencia de todos los elementos
sin que se controle el desarrollo de la ductilidad.
Lo que en definitiva prueban las investigaciones mencionadas es que el único modo de asignar
con seguridad la reducción por disipación de energía es estudiar el desarrollo de las
deformaciones plásticas de la construcción en su conjunto. Es el llamado control de
desplazamientos.
Como he mencionado más arriba el primer trabajo de Paulay sobre estos temas data de 1997. Las
primeras versiones del control de desplazamientos son de 1994. Se trata entonces de enfoques
muy nuevos que no es fácil transferir a la práctica profesional cotidiana. Sin embargo son la
continuidad lógica de los planteos que requieren el estudio del mecanismo de colapso – el diseño
del daño, en definitiva – como el único método seguro para garantizar la supervivencia de las
construcciones.
Un estudio detallado de los métodos propuestos por Paulay permite advertir que este nuevo
enfoque puede conducir a procedimientos más sencillos, a diseños más sencillos y fáciles de
construir; porque se independiza del seguimiento riguroso de los resultados de la teoría elástica.
Una advertencia debe hacerse, sin embargo: estos son procedimientos de diseño, no de análisis.
Requieren que el que los aplica sea un diseñador, no un calculista. No admiten la aplicación
indiscriminada de programas y requieren una actitud más “artesana” de quien proyecta. En suma
requieren que los apliquen ingenieros, no autómatas.

CONCEPTOS BÁSICOS
Definiciones
En este trabajo seguiré las definiciones propuestas por Paulay:
Componente se refiere a las piezas o partes individuales de una estructura, que generalmente
forman parte de asociaciones más o menos complejas. Por ejemplo las vigas o las columnas o los
muros de una construcción, considerados individualmente.

SISTEMA
ELEMENTO (ESTRUCTURA
(PLANO RESISTENTE) COMPLETA)

COMPONENTES
(VIGAS, COLUMNAS, MUROS)

Figura 1: Definiciones

3
Elemento se refiere a las asociaciones de componentes que están sometidos a un mismo estado de
deformación. Por ejemplo cada uno de los pórticos, las triangulaciones o los muros de una
construcción. En ocasiones un solo muro puede constituir un elemento pero muchas veces varios
muros ubicados en el mismo plano forman un elemento único.
Sistema se refiere al conjunto estructural y en general está formado por varios elementos, los que
a su vez pueden resultar de la asociación de varios componentes.
Este conjunto de definiciones permite claridad y generalidad en la interpretación del
funcionamiento de las estructuras y en el estudio de las influencias recíprocas. La figura 1
permite comprender el alcance de estas definiciones.
Ductilidad
Generalmente se define la ductilidad como la capacidad de disipar energía en régimen plástico
que tiene una construcción. Como muchas veces sucede en ingeniería, suele confundirse con la
medida de la ductilidad, para la que hay varias magnitudes disponibles. La más utilizada es la
razón de ductilidad, que mide la relación entre una deformación límite y la misma deformación al
inicio de la fluencia o no linealidad del componente, elemento o sistema. Generalmente es lo que
se alude cuando se menciona “ductilidad” de un elemento o sistema.
También suele haber confusión entre tres propiedades estructurales diferentes: resistencia, rigidez
y ductilidad. Esta confusión es particularmente notable en el caso de la rigidez, que suele
asociarse con fragilidad (es decir, poca ductilidad). Tal vez en ello esté la raíz de la diferente
ductilidad asignada en los reglamentos a los muros de hormigón armado y a los pórticos:
sistemáticamente los pórticos son considerados “más dúctiles” que los muros. Esto es así aún en
los últimos reglamentos, pese a las opiniones de muchos investigadores 5 .
Se repara poco en la relación entre la ductilidad seccional, la ductilidad del componente y la
ductilidad del elemento del que ese componente forma parte. En rigor la plastificación y la
disipación de energía no ocurren en una sección sino en un sector de una pieza. El elemento del
que ese componente forma parte puede alcanzar la plastificación total con la plastificación de un
solo componente (Fig.2a) o de varios (Fig 2b, 2c). En ciertos casos aún un componente entero se
plastifica Fig. 2d, 2e).

Figura 2: Plastificación de un sector de una pieza o de un componente

5
Bertero y Paulay, entre otros.

4
Es así que el valor limitante del desarrollo de la ductilidad del sistema es la deformación plástica
que puede desarrollar el elemento más comprometido y, a su vez, la de éste es la deformación
plástica que puede desarrollar el componente más comprometido. Ésta última está condicionada
por el comportamiento de las zonas críticas afectadas. En consecuencia es necesario estudiar la
influencia de la ductilidad seccional en el comportamiento de la pieza o componente, para luego
asociarlas al desarrollo de la ductilidad del elemento. La ductilidad seccional se obtiene del
análisis del equilibrio interno para deformación creciente; por medios manuales o utilizando
programas de análisis seccional.
Generalmente se asocia la ductilidad con la plastificación por flexión. Es cierto que la formación
de rótulas plásticas por flexión es uno de los mecanismos de mayor ductilidad seccional pero no
es el único. Se pueden formar “rótulas” 6 de corte, esfuerzo axil o combinación de ellos (figura 3).
Lo cierto es que, más allá de las designaciones, se puede disipar energía por distintos mecanismos
de falla. En algunos casos la falla por corte es inevitable pero puede diseñarse el componente para
que la falla sea dúctil, como sucede en los muros bajos de hormigón armado (3b) o los campos de
corte en triangulaciones excéntricas (3d). Lo mismo sucede con las fallas por esfuerzos axiles, de
las que un ejemplo son las diagonales debilitadas 7 (3c).

Figura 3: Mecanismos de disipación de energía por corte o esfuerzo axil


Ductilidad y acción sísmica
La visión que tiene el profesional común de la ductilidad es muy pragmática: es la propiedad que
le permite disminuir el requerimiento de capacidad para soportar la acción sísmica de diseño. Por
el momento se mantiene la idea tradicional de referirnos al sismo como una acción que se traduce
en fuerzas y la ductilidad permite reducir la resistencia que hay que dotar a la construcción. Esa
visión es conceptualmente equivocada pero práctica. En los hechos permite una aplicación
cómoda. Lo malo es que, aplicada indiscriminadamente, lleva a errores trágicos. Hoy la mayoría
de los programas permite el dimensionado automático de las estructuras, una vez cargadas la
geometría, los vínculos y las acciones. De ese modo se pierde por completo el control de la
plastificación o, lo que es igual, del desarrollo efectivo de la ductilidad.
La mayoría de los reglamentos actuales definen factores de reducción para las acciones sísmicas
a partir de valores globales de ductilidad asignados a los distintos tipos estructurales. En el caso
de estructuras formadas por elementos de la misma naturaleza se asigna el mismo valor al sistema

6
Así las llama en forma genérica el programa SAP, por ejemplo.
7
F. Crisafulli: EIPAC 5

5
completo. Cuando el sistema está formado por elementos de distintos tipos se asignan valores
promedios resultantes de la ponderación de la influencia de los distintos tipos. Todo esto es
conceptualmente erróneo, como más adelante veremos.
Una cuestión adicional, que viene a oscurecer más el panorama conceptual, es que, hasta hoy, los
reglamentos incluyen en los valores de reducción o ductilidad básica la influencia de aspectos
diversos: la ductilidad misma, la sobrerresistencia de los componentes estructurales y la
sobrerresistencia debida a elementos constructivos no estructurales. En mi opinión es muy
peligroso establecer reglamentariamente reducciones únicas a partir de orígenes tan diversos
porque las causas de unos y otros efectos pueden o no estar presentes simultáneamente. Más aún,
con el progreso y el avance tecnológico las estructuras tienden a ser cada vez mas “puras”; los
componentes “no estructurales” menos resistentes y más frágiles; la capacidad de los
componentes resistentes se estima cada vez con mayor precisión. Es decir que cada vez hay
menos “sobrerresistencia” no considerada explícitamente 8 .
Parece entonces que es necesario estimar cada influencia por separado y, en el caso de la
ductilidad, es necesario estudiar con cuidado el desarrollo de la plastificación del sistema
completo. El análisis plástico de estructuras está poco desarrollado y tiene poca difusión en la
enseñanza de la ingeniería tradicional. Por otra parte el análisis detallado de la plastificación de
un sistema estructural completo puede ser bastante trabajoso, aún con ayuda de programas
específicos. El desafío a los investigadores y estudiosos es encontrar algún procedimiento
simplificado que permita abordar en forma práctica y segura el tema. La propuesta de Paulay es
alentadora porque parece que, encarada la cuestión con criterio de diseño, es viable una solución
sencilla.
El mecanismo de colapso
El estudio de la plastificación de los componentes, de los elementos y del sistema exige la
formulación de un mecanismo de colapso en el que el modo y los lugares donde se producirá la
plastificación estén claramente identificados. Si el objetivo del diseño sismorresistente es
garantizar la capacidad de soportar acciones sísmicas con un cierto grado de daño, el mecanismo
de colapso debe ser elegido y garantizado por el diseñador. El llamado diseño por capacidad
permite asegurar que, elegido un mecanismo de colapso, la disipación de energía sólo se
producirá en los lugares elegidos y el resto de la estructura funcionará en condiciones elásticas.
El diseñador debe elegir el mecanismo de colapso más favorable. Es aquel que requiere los
desplazamientos más grandes del centro de gravedad de la construcción para los mismos
desplazamientos plásticos de las secciones plastificadas. Lo que es igual: permite la mayor
relación ductilidad global – ductilidad seccional. De ese modo la absorción de energía del sistema
asociada con el trabajo de deformación plástica de las “rótulas” será máxima. Por eso son
perjudiciales los mecanismos de colapso parciales, como es el caso de los mecanismos “de piso”.
Es obvio que la definición del mecanismo de colapso debe partir de condiciones realistas y
vinculadas con el modo de funcionar posible del sistema, en particular las deformaciones límite
de los componentes. Por eso es indispensable el estudio del desarrollo de la ductilidad o, lo que es
igual, el control de las deformaciones plásticas.
Tradicionalmente el estudio plástico de las estructuras tuvo por objetivo la optimización
estructural desde el punto de vista de la economía de materiales. Es evidente que las necesidades
8
Esta es la explicación del hecho, aparentemente inexplicable, que edificios de épocas anteriores soporten sin daños
significativos los efectos de sismos cuya aceleración máxima ha sido mucho mayor que el coeficiente sísmico de
diseño, que, sin embargo, dañaron gravemente a estructuras más puras construidas con los mismos o parecidos
reglamentos. Comparar el comportamiento de edificios tradicionales de la ciudad de San Juan con el de la escuela
ENET N° 2, o el de la Escuela Normal de Caucete con el de las viviendas de dos pisos ubicadas calle por medio
durante el terremoto de Caucete, 23/11/77. Los edificios no dañados tenían muros y otros componentes no
considerados en la verificación formal que contribuyeron a la resistencia. Los otros no los tenían.

6
constructivas excluyen prácticamente la posibilidad de “copiar” con la resistencia de los
componentes la demanda elástica, salvo casos muy especiales donde la forma estructural está
libre de restricciones funcionales y la economía de materiales compensa el costo de la variación
de dimensiones. Hacia 1950 se advirtió que la carga que pone a la estructura en el límite elástico
de una sección no es la carga de agotamiento y se desarrollaron algunos métodos para aprovechar
la resistencia de las partes estructurales subexigidas.
En el caso de las estructuras de hormigón armado se hizo menos evidente esa necesidad porque la
variación de cuantía permite modificar la resistencia dentro de límites bastante amplios. Es así
que se generalizó adoptar el modelo elástico como patrón para definir el funcionamiento de las
estructuras y consecuentemente el dimensionamiento o verificación de componentes.
Si se agrega que la mayoría de los programas de cálculo estructural se basan en los métodos de la
elasticidad lineal; que es bastante difícil desarrollar programas basados en métodos plásticos y
que por consiguiente son escasos; que los métodos plásticos exigen más decisiones del
proyectista (o sea que no permiten la aplicación de recetas); se tiene un panorama que explica la
escasa aplicación de métodos de análisis plástico. Generalmente se aceptan criterios de
redistribución de esfuerzos más o menos definidos empíricamente por los reglamentos. Se deja
libre cierta posibilidad de aplicación de criterios de redistribución si se justifica la capacidad de
plastificación de las secciones involucradas. Casi siempre se limita la redistribución al caso de
acciones estáticas y con sobrecargas móviles relativamente reducidas.
El estudio de la plastificación de una estructura para acciones sísmicas tiene origen y propósitos
totalmente distintos. Además es mucho más nuevo. La diferencia de origen es muy clara: la
estructura sometida a acciones de servicio raramente plastificará, aún en aquellas secciones que
quedan aliviadas por la redistribución, mientras que la acción sísmica pondrá inevitablemente a la
mayoría de las estructuras en estado plástico. En cuanto a la diferencia de propósitos es también
clara: en el primer caso se trata de la economía, en el segundo de la seguridad, de la posibilidad
de garantizar que los daños se produzcan en forma controlada y en los componentes menos
peligrosos.
Tal vez sea conveniente aclarar la primera afirmación. Cuando se redistribuyen esfuerzos en las
estructuras para acciones de servicio normal, la redistribución se refiere al estado límite último,
que incluye coeficientes de mayoración de acciones tales que la probabilidad de alcanzar
efectivamente ese estado es suficientemente reducida. En consecuencia es improbable que alguna
parte de la estructura alcance la plastificación, mucho más que llegue a transformarse en
mecanismo. En estructuras sometidas a acciones sísmicas, salvo el caso relativamente raro de
estructuras que se diseñan para funcionamiento elástico, se espera que haya incursiones plásticas
suficientemente grandes como para desarrollar el mecanismo de colapso.
La consecuencia inmediata es que el análisis plástico se ha vuelto una necesidad inevitable para
el diseño de estructuras sismorresistentes y que no podemos seguir evadiendo la necesidad de
enfrentarlo. En realidad tras la mayoría de los colapsos de estructuras bien construidas y
proyectadas de acuerdo con las normas está la falta de estudio de la plastificación. Se ha venido
tratando de soslayar el planteo formal apegándose a los análisis convencionales basados en la
aplicación de estados estáticos equivalentes y acompañados de recetas más o menos detalladas
sobre la evaluación de la ductilidad, criterios o recomendaciones constructivas, recomendaciones
de diseño, etc. pero nada de eso tiene generalidad suficiente. Los hechos demuestran,
dolorosamente, que las estructuras colapsan pese a todo. Siempre aparece el factor ignorado, el
cambio respecto de las características tradicionales, el cambio tecnológico.
Un camino promisorio aparece con el llamado método del control de los desplazamientos.
Básicamente consiste en aplicar un desplazamiento progresivamente creciente según un grado de
libertad representativo del funcionamiento del sistema hasta alcanzar la plastificación del
mecanismo de colapso previsto. El estudio de su evolución debería permitir definir el límite

7
elástico real o equivalente del sistema y el límite de deformación, de allí sería posible derivar la
razón de ductilidad máxima y, como consecuencia, la capacidad requerida para soportar el sismo
de diseño. El método estático seguirá utilizándose pero su base de aplicación será más firme.
Los métodos de análisis
Aún cuando se reflexiona poco sobre ello en realidad no hay diferencia conceptual entre resolver
el análisis estructural con un programa o con métodos manuales. Si ambos se basan en las
mismas hipótesis las diferencias son de detalle para este propósito: la cantidad de variables que es
posible considerar (sólo influencia de la flexión o también del corte y del esfuerzo normal, por
ejemplo) y, la más espectacular, la velocidad. Con un cinismo propio de Diógenes se podría decir
que un programa mal aplicado – un modelo analítico mal planteado – sólo sirve para equivocarse
más y más rápido.
Es necesario enfrentar prácticamente la realidad conocida desde hace tiempo: la acción sísmica se
representa mal por fuerzas equivalentes, es un desplazamiento impuesto y debe estudiarse en ese
campo. También es necesario enfrentar otra realidad que muchos soslayan: los métodos
dinámicos elásticos, entre ellos y especialmente el método de superposición modal espectral,
tienen también serias limitaciones prácticas y conceptuales para representar el funcionamiento
plástico de estructuras 9 . Existe una falsa sensación de prestigio entre los medios profesionales
acerca de la utilización de este tipo de métodos 10 . El panorama se completa con el hecho que
todos los programas modernos y al alcance de la mayoría de los profesionales 11 , especialmente
los más jóvenes, implementan los métodos de análisis dinámico por superposición modal.
Algunos ofrecen espectros enlatados o la posibilidad de introducir un espectro de diseño. Incluso
ofrecen la posibilidad de un análisis por superposición modal paso a paso con acelerogramas
incluidos.
Algunos investigadores han sugerido que tanto los análisis estáticos como los análisis dinámicos
elásticos tienen poco valor, que es mucho más útil el análisis estático incremental – el llamado
método “push over” 12 . Participo de esa idea. Sin embargo creo que es difícil generalizar la
utilización del método push over, aún cuando ya hay programas que lo implementan. Por otra
parte el método requiere criterio y su aplicación solamente puede servir al proyectista criterioso
para descubrir las debilidades de su estructura. Una conclusión inmediata es que los
refinamientos involucrados en los métodos dinámicos – hoy al alcance de la mayoría – o en los
métodos estáticos, generalmente son sólo refinamientos numéricos que no atacan la raíz de los
problemas: las debilidades de las estructuras.
La cuestión es encontrar métodos prácticos de sencillez equivalente a la de los métodos
tradicionales de análisis estructural. No es una cuestión menor. Otra cuestión igualmente
importante es capacitar a los profesionales, especialmente aquellos que están trabajando, en los
nuevos procedimientos. Detrás de esta necesidad está la de analizar en mayor profundidad la
validez de ciertas ideas y la de reformular algunas cuestiones conceptuales.

LA DUCTILIDAD DEL SISTEMA


Rigidez
Hay una confusión considerable en torno al concepto de rigidez, aún dentro de las limitaciones
propias de la teoría de la elasticidad lineal. Se descuida permanentemente que la rigidez es un

9
Reboredo: Ref. 8
10
Paulay, Priestley: Ref. 2
11
No voy a entrar en el análisis de los medios por los que esos programas se consiguen, me limito a registrar el
hecho de su difusión y utilización. De todos modos el hecho es que la legalidad de su posesión no implica
idoneidad para su utilización... y viceversa.
12
Vitelmo Bertero, entre otros.

8
concepto “utilitario”. Tiene sentido su definición con relación a un cierto propósito, puede ser
diferente si el propósito es diferente. Me explico: la rigidez es la relación entre una fuerza o
acción aplicada en un cierto grado de libertad y el desplazamiento resultante en otro. Si fueran
más de uno los grados de libertad a considerar simultáneamente, deberíamos hablar de una matriz
de rigidez. Cuáles sean los grados de libertad, los desplazamientos y las acciones a considerar
dependerá de lo que queramos estudiar. Por lo tanto la rigidez no es un invariante de la estructura,
depende del aspecto del funcionamiento que queremos representar.
En el caso de estructuras sismorresistentes la cuestión fundamental se vincula generalmente con
el desplazamiento horizontal del centro de gravedad de las masas de la construcción13 .
Generalmente es posible discretizar esas masas en puntos y limitar el estudio a pocos grados de
libertad. Como veremos más adelante es posible a veces reducir el estudio al desplazamiento del
centro de gravedad de la construcción completa.
Entonces la rigidez a considerar es la relación fuerza horizontal – desplazamiento horizontal. Si
fuera posible estudiar el conjunto de la construcción se podría expresar esta relación como un
único par. Cuando eso es posible todo el problema se simplifica considerablemente porque queda
un único grado de libertad representando el funcionamiento de la estructura. Precisamente si el
mecanismo de colapso está definido y se acepta que las deformaciones elásticas son despreciables
frente a las plásticas entonces es posible definir un único grado de libertad, la traslación
horizontal o la distorsión del sistema. En consecuencia será posible hablar de la rigidez de los
distintos elementos como un único valor porque de todo el campo elástico interesará el
comportamiento en el límite elástico y porque de todos modos todo el funcionamiento en el
campo elástico será proporcional a lo que suceda en el límite.
Naturalmente que la rigidez aludida para un elemento dado será consecuencia de la contribución
de cada uno de los componentes y que el límite elástico resultará de los límites correspondientes
de los componentes. Lo mismo puede decirse del sistema.
Hasta acá no hay novedades, sólo precisiones. Lo nuevo ocurre con los componentes de
hormigón armado. En lo que sigue resumiré parcialmente conceptos y conclusiones de algunos
trabajos de Paulay14 con el objeto de hacer conocer el estado del arte sobre el tema.
Las secciones
Está probado que la curvatura en el límite de elasticidad de una sección de hormigón armado es
virtualmente independiente de la cuantía o de la resistencia y depende solamente de la geometría
de la sección y de la deformación de fluencia del acero. En particular la curvatura en el límite
elástico es inversamente proporcional a la altura o canto de la sección y directamente
proporcional a la deformación de fluencia de la armadura. La influencia del esfuerzo normal es
pequeña para valores moderados de éste. El factor de proporcionalidad, que para una sección
rectangular en flexión simple es aproximadamente 2, depende de la forma de la sección.
En todos los ejemplos de este trabajo he considerado hormigón armado sin un confinamiento
especial. La ductilidad seccional de componentes confinados es mayor pero no es ese el punto en
discusión en esta exposición.
La figura 4 muestra la relación momento curvatura para una misma sección de hormigón (30x60
cm) con distintas armaduras de tracción y una misma armadura de compresión (3 φ 25).
La resistencia de la sección de hormigón armado es función de la cuantía. La rigidez seccional es
igual al momento dividido por la curvatura, ambos en el límite elástico. En consecuencia y esta es

13
Generalmente pero no siempre. Hay estructuras para las que los desplazamientos verticales pueden ser
significativos y entonces habrá otro grados de libertad a considerar. Sin embargo el caso más frecuente requiere
solamente el estudio de la influencia de los movimientos horizontales.
14
T. Paulay: Referencias 3, 4, 5, 6, 7.

9
una conclusión novedosa 15 la rigidez depende de la resistencia. Se pueden comparar los
resultados para las distintas piezas de la figura, todas de igual sección y con distintas armaduras.
Otra característica que puede advertirse en las figuras es que la relación momento curvatura se
puede representar por una ley bilineal.

900
800 Ai= 5 b25
Ai= 3 b25
700 Ai= 8 b25
600
Momento kNm

500

400

300
200

100
0
0 20 40 60 80 100 120
Curvatura 1/m x10 -3

Figura 4: Relación Momento – Curvatura en una viga para distintas armaduras de tracción
En rigor lo mismo sucede en las estructuras de acero, aunque en ellas la resistencia es función
directa y exclusiva de la geometría seccional, porque hay un solo material en juego. Aquí la
definición tradicional de la rigidez elástica es congruente con la nueva.
Se puede demostrar que el momento de inercia efectivo de una sección rectangular (viga) de
hormigón armado en flexión simple está dado por: Ief ≈ Ea/Eb. A.h2 /2
Donde A es la armadura en una cara, basta tomar la mayor. Esta expresión se acerca a las
recomendadas por las normas 16 para las cuantías comunes.

16000 Ab= 14 b25


Ab= 8 b25
14000
Ab= 4 b25
12000 Ab= 14 b25 N= 1500 kN
Ab= 8 b25 N= 1500 kN
Momento kNm

10000 Ab= 4 b25 N= 1500 kN


8000

6000

4000

2000

0
0 5 10 15 20 25 30 35
-1
Curvatura 0,001/m

Figura 5 Relación momento-curvatura en un muro para distintas armaduras de borde

15
Aunque rigurosamente lógica y comprobable experimental y analíticamente y aunque no se nos haya ocurrido
antes...
16
ACI 318

10
En las secciones con armadura distribuida (los muros de hormigón armado, por ejemplo) las
armaduras traccionadas no entran en fluencia simultáneamente. El proceso es progresivo y el
esfuerzo aumenta a medida que las armaduras van alcanzando su límite elástico, luego también
aumenta cuando las armaduras alcanzan la deformación para la que se inicia el endurecimiento,
todo ello si no se ha producido la rotura de la zona comprimida del hormigón antes. La figura 5
muestra casos típicos obtenidos con un programa de análisis seccional.
Se advierte que las leyes momento curvatura pueden ser bastante complejas. También en este
caso la deformación en el límite elástico es prácticamente independiente de la cuantía y del
esfuerzo normal. Por lo tanto, al igual que para las vigas, la rigidez es función de la resistencia.
En la figura se indica también la máxima curvatura que puede alcanzar la sección en cada caso,
dato suministrado por el programa. Este mismo tipo de resultados se puede obtener por métodos
manuales. Un examen comparativo de los distintos casos, en particular secciones de la misma
forma y dimensiones con distintas cuantías, permite sacar conclusiones acerca de las diferentes
ductilidades curvatura posibles.
Un dato importantísimo es que los muros de hormigón armado pueden tener una ductilidad
curvatura muy grande, como se aprecia en la figura. Al mismo tiempo la deformación máxima es
pequeña. Sobre esto volveremos luego, al tratar los sistemas completos.
Paulay indica que no hay error significativo para los fines de ingeniería si se sustituye la ley con
transición curva por una ley bilineal y aconseja utilizar este procedimiento en el análisis de
estructuras sismorresistentes. Después de todo las incertidumbres de todo tipo que existen en
relación con el terremoto de diseño hacen que estas cuestiones sean irrelevantes. Sin embargo
puede advertirse que a veces la ley bilineal simple puede ser insuficiente y tal vez convenga
emplear leyes con varios tramos rectos, como por ejemplo la que sugieren FEMA 273 o ATC 40
(figura 6).

Figura 6: Ley momento – curvatura FEMA 273 – ATC 40


Como he mencionado antes el mecanismo de plastificación por flexión no es el único. Se puede
advertir comportamiento plástico en componentes de hormigón armado para todo tipo de
solicitaciones, con la condición de estar adecuadamente armados y detallados. Entre los casos que
conviene contemplar están: muros bajos (figura 7 a, b) y el sistema de bielas en vigas cortas de
acoplamiento de muros acoplados (figura 7c).

11
Figura 7: Muros bajos y vigas de acoplamiento de muros
En los ejemplos que he presentado he utilizado el programa RESPONSE de la Universidad de
Toronto. El autor es Evan Bentz y el programa está disponible en el sitio web de esa
universidad 17 .
Los componentes
Es necesario ahora estudiar el comportamiento de los componentes. Se trata de aquellos que
pueden plastificar. La relación solicitación – deformación específica (momento curvatura) es
suficiente para caracterizar el funcionamiento de la sección. Sin embargo las variables que
interesa relacionar para el componente no son las que corresponden a la sección, sino las que
relacionan al componente con el elemento del que forma parte.
En general deberá estudiarse la deformación (no la deformación específica) plástica en función de
la solicitación de la sección crítica. Aún cuando la plastificación afecta a una zona y debe
estudiarse en esa zona del componente, por razones prácticas se supone que las rótulas son puntos
o secciones de la estructura.
Para un componente que plastifica por flexión se tratará de la relación momento - rotación de la
rótula. El giro elástico de la sección será consecuencia de la “suma” de curvaturas a lo largo de la
pieza y puede determinarse con las reglas conocidas de la elasticidad lineal, habida cuenta de la
definición de rigidez seccional ya mencionada. Análogamente el giro plástico es consecuencia de
la acumulación de deformaciones plásticas del conjunto de secciones incluidas en la zona
plastificada (rótula), cuya dimensión es entonces importante para definir el giro plástico total. La
rigidez del componente se podrá definir como la relación entre el momento y el giro en la sección
crítica para el límite elástico.
θp = øu. Lp
En donde øu es la curvatura última y Lp es la longitud equivalente de la rótula plástica, función de
la dimensión de la sección y de la forma del diagrama de momentos. Ver la figura 11a. Esta
longitud ha sido estudiada por diversos autores 18 . En este trabajo simplemente utilizaré algunos
resultados de esos estudios, aceptando la validez de su origen, esencialmente experimental.
17
http://www.ecf.utoronto.ca/~bentz/
18
Paulay y Priestley: Ref. 2, entre otros.

12
Figura 8: Relación momento – rotación en una rótula por flexión
Si la deformación plástica proviene de un componente o segmento de él que plastifica por corte la
deformación plástica será una traslación relativa entre las secciones límite de la zona plastificada.
Su valor será: δp = γp . Lp
Donde ahora γp es la distorsión plástica y Lp la longitud de la zona plastificada (fig. 3d).
En el caso de funcionamiento plástico por esfuezos axiles la expresión es análoga:
δp = ε p . Lp
Donde ε p es la deformación específica plástica y Lp la longitud de la zona plastificada (fig. 3c).
Ley de funcionamiento de los elementos
En el caso de muros aislados es posible relacionar directamente la ductilidad de curvatura con la
ductilidad de desplazamiento en un punto o nivel cualquiera de la construcción, ya que el
desplazamiento plástico es directamente la rotación en la rótula por la altura del punto estudiado
sobre la rótula, ubicada generalmente en el empotramiento. En pórticos esta relación es más
compleja pero igualmente puede formularse a partir del estudio cinemático del mecanismo de
colapso. Para los fines de esta presentación puede ser suficiente mostrar un caso de muros y otro
de pórticos.
En cada tipo de elemento es posible definir esta relación si el mecanismo de colapso está
preestablecido. La rigidez elástica del sistema queda definida para este propósito como la fuerza
horizontal necesaria para producir el desplazamiento que lleva al elemento al límite elástico
dividida por el valor de ese desplazamiento.
Aparece una primera dificultad: ¿cuándo se considera que el elemento ha llegado al límite
elástico? Ya vimos algunos ejemplos característicos en los que se muestra que la ley bilineal es
una simplificación, cómoda y aceptable en la mayoría de los casos. Sin embargo debemos prestar
más atención a esa cuestión cuando los elementos son más complejos. Lo haremos al tratar el
caso de los pórticos.
En cuanto a la fuerza es fácil entender que es función de la resistencia de las secciones que
participan del mecanismo de colapso, la que a su vez depende de la cuantía de cada una de ellas.
Por lo tanto en elementos complejos se debe analizar la contribución de cada una de las secciones
críticas y la evolución de las deformaciones de cada una de ellas.
Muros
El caso de los muros esbeltos aislados es sencillo. Podemos considerar que una sola rótula
describe el comportamiento plástico del muro. Generalmente una rótula al pie será la ubicación a
preferir porque permite la relación más favorable entre el desplazamiento en el extremo y la
rotación de la rótula Figura 9.

13
Figura 9: Influencia de la ubicación de la rótula en un muro
Podemos pensar que el desplazamiento característico que nos interesa para definir el
funcionamiento de la estructura (por ejemplo el corrimiento horizontal en el último nivel o a la
altura del centro de gravedad) es función de la altura de ese punto sobre la rótula, de la curvatura
y de la dimensión de las zonas plastificadas.
Se estudia el desplazamiento del extremo de un muro de hormigón armado de 4 m de largo y 6
pisos (18 m) de altura. Se podría haber estudiado por métodos manuales, como lo muestra Paulay
en sus trabajos, por razones de comodidad utilicé un programa de análisis estático incremental.

Muros H.A.
Emp. rígido
700 Emp. elástico
600
Corte en la base (kN)

500

400

300

200

100

0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1
Desplazamientos (m)

Figura 10 Comportamiento de muros de hormigón armado.


En la mayor parte de la bibliografía se omite el efecto de la deformación del suelo. Cuando la
estructura es muy rígida, como es el caso de los muros, la deformación del suelo tiene una
influencia importante. En principio es deseable evitar deformaciones plásticas del suelo por la
acción sísmica, o sea que la fundación se debería dimensionar para evitar la plastificación. Como
consecuencia de la influencia de la deformación del suelo, que es grande, generalmente mayor
que la debida a la deformación de la estructura, se tiene una disminución drástica de la ductilidad.
Las ductilidades desplazamiento para cada caso son:

14
Empotramiento rígido µ = 0,567/0,109 = 5,20
Empotramiento elástico µ = 0,757/0,260 = 2,91
Pórticos
El procedimiento para estudiar la relación fuerza desplazamiento característico es análogo al de
los muros. Sin embargo acá aparecen las primeras cuestiones de criterio. Son muchas las rótulas
que deben formarse y es necesario tener alguna certeza de que todas podrán desarrollarse sin que
la primera pierda resistencia o se destruya. Además el mecanismo de colapso posible no está tan
claramente definido como en un muro, aunque tendemos a dar por garantizado que las rótulas se
formarán en los extremos de las vigas.
En un muro las acciones verticales que inevitablemente están presentes provocan solicitaciones
que modifican muy poco el comportamiento para las acciones horizontales. En efecto, las
acciones verticales provocan compresión, generalmente muy reducida para la sección del muro,
mientras que las acciones horizontales provocan corte y flexión, dominantes para el
funcionamiento del muro. En consecuencia no hay grandes variaciones en el mecanismo de
colapso que puede presentarse en un muro a consecuencia de la interacción de las acciones
verticales. No ocurre lo mismo en un pórtico.
Cuando en el pórtico consideramos simultáneamente las acciones verticales presentes, las
acciones horizontales, la magnitud relativa de las solicitaciones críticas que ambas provocan y la
distribución de resistencia (armaduras) que es razonable diseñar, se tiene que el mecanismo de
colapso posible depende de la relación entre las solicitaciones que provocan ambos conjuntos de
acciones. Esto es así porque las acciones verticales provocan flexión y corte en los mismos
componentes que las acciones horizontales. Sus máximos suceden en las mismas o diferentes
secciones, según la distribución de cargas verticales. Por consiguiente es posible que las
demandas de armaduras asociadas con ciertas combinaciones de acciones impidan la formación
de rótulas en ciertos lugares.
Si tenemos el pórtico de la figura 11 podemos pensar en una cierta combinación de acciones
verticales y horizontales, al tiempo que imaginamos una distribución de resistencias compatible
con la práctica constructiva. El esquema mostrado en la figura sería característico.

Figura 11: Pórtico plano


La figura 12 muestra diferentes distribuciones de solicitaciones para la misma configuración de
pórtico. En la figura 12 a se tiene un pórtico donde la acción horizontal domina sobre la acción
vertical. Es evidente que con una organización razonable de armaduras las rótulas por flexión en
las vigas se podrán formar en ambos extremos. La figura 12 c muestra el caso en el que la carga
vertical domina y entonces la rótula con tracción arriba se puede formar junto al nudo mientras
que la rótula con tracción abajo tendrá que formarse más próxima al centro de la sección, desde
que es virtualmente imposible diseñar la armadura para debilitar la sección próxima al nudo.

15
Figura 12: Influencia de las solicitaciones en la ubicación de las rótulas
Las figuras 12 b y d muestran la relación ψ - θp para cada uno de los dos pórticos. En ella se
advierte que el pórtico con carga vertical dominante tiene una demanda de ductilidad local mayor
que el otro para la misma ductilidad global o desplazamiento final. Obviamente esta es una
cuestión importante que el proyectista debe considerar al momento de definir el mecanismo de
colapso. Tiene que diseñarlo pero como en cualquier diseño está limitado en sus posibilidades y
deberá, generalmente, optar por un compromiso entre lo deseable y lo posible.
Si despreciamos las deformaciones elásticas y aplicamos el giro de cuerpo rígido al mecanismo
elegido podemos averiguar la rotación plástica límite asociada con el giro de conjunto (distorsión
del pórtico, ψ) que, por comodidad, podemos utilizar como grado de libertad que caracteriza el
problema:
Aplicamos un desplazamiento compatible con el mecanismo de colapso, aceptando la
plastificación completa de todas las rótulas. Si está definida la deformación plástica máxima en
las zonas plastificadas, es posible obtener el valor máximo posible del desplazamiento plástico.
Como también es conocido el desplazamiento para el límite elástico es posible definir la
ductilidad máxima aceptable para el elemento.
El procedimiento, que se encuentra en el trabajo de Paulay, implica que todas las rótulas se
forman simultáneamente. Sin embargo, si consideramos las solicitaciones elásticas iniciales y las
resistencias, podemos ver que algunas rótulas empezarán a plastificarse primero. La consecuencia
es que las rótulas que primero se plastifican son las que condicionan la deformación máxima del
pórtico con la consiguiente limitación en la ductilidad final. Cuando las secciones donde se
ubican rótulas plásticas tienen capacidades significativamente menores que las demandadas por el
sistema de acciones en condición elástica, se producen redistribuciones de solicitaciones
importantes que implican el comienzo de la plastificación de las primeras rótulas mucho antes
que las otras lleguen a formarse.
Para ponerlo en evidencia en la figura 13 se muestran los resultados del análisis estático
incremental en pórticos como el indicado en la figura 11. En el pórtico “A” las vigas tienen
momentos casi iguales en la altura porque estaría asociado a una estructura mixta de pórticos y
muros. Las vigas tienen todas la misma armadura y la demanda de resistencias elástica es muy
parecida a la distribución de resistencias. En el pórtico “B” la distribución de fuerzas sigue la ley
lineal inversa clásica. La resistencia de las vigas se aproxima a la demanda elástica, variando con
la altura. En el pórtico “C” se adoptó la misma distribución de fuerzas pero las vigas se

16
dimensionaron con resistencia uniforme y hay una fuerte redistribución de solicitaciones. Todos
se dimensionaron para igual capacidad total (el mismo corte en la base)
Pórtico a
Pórticos
Pórtico b
1600 Pórtico c

1400

Corte en la base (kN)


1200
1000
800
600
400
200
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
Desplazamientos (m)

Figura 13 Comportamiento de pórticos


Son evidentes las siguientes conclusiones: el pórtico A tiene una ductilidad similar a la del C pero
su rigidez es menor porque tiene la fuerza más concentrada en la cima. El pórtico C tiene una
ductilidad significativamente menor que la del B porque una parte de la capacidad de
plastificación de las vigas se gasta en la redistribución de solicitaciones. Se advierte, además, la
rotura de rótulas antes que la totalidad haya alcanzado la deformación última (escalones del
diagrama).
Los valores de las ductilidades son:
Pórtico A µ = 0,68/0,22 = 3,09
Pórtico B µ = 0,67/0,16 = 4,18
Pórtico C µ = 0,51/0,16 = 3,17
Si se comparan estos valores con los correspondientes a los muros se puede advertir que la
tradicional mayor ductilidad de los pórticos no tiene fundamento concreto.
Otros tipos de elementos
Existen otros tipos de elementos en los que la falla no se produce por flexión.
Algunos de ellos son las triangulaciones excéntricas, los muros acoplados con vigas poco
esbeltas19 , los muros bajos con falla por tracción de armaduras, los muros de mampostería
encadenada y los sistemas triangulados con diagonales diseñadas para plastificar en compresión.
Es importante investigar su comportamiento para lograr ductilidad y también llegar a definir su
comportamiento elastoplástico con una variable característica que permita relacionarlos con todos
los elementos de la estructura.
Triangulaciones excéntricas
Se pueden considerar dos casos: fallas en la viga de dintel por flexión y falla por plastificación a
corte (“campo de corte”) en la viga de acoplamiento entre las diagonales. Este último caso es de
gran interés en construcciones metálicas y vamos a presentarlo sucintamente (Figura 14).
El corrimiento en el límite elástico se puede determinar por los métodos elásticos convencionales.

19
Paulay presenta el estudio del mecanismo de colapso de muros acoplados con vigas poco esbeltas. Ref. 7.

17
Si lp es la longitud del campo de corte y γu es la distorsión última se puede demostrar que
dp = du – dy = H. lp . (γu -γy ) /(L- lp )
Como siempre la ductilidad traslacional del elemento es:
µ = du / dy
y en consecuencia se puede establecer la relación entre la ductilidad del elemento y la ductilidad
seccional.

Figura 14: Desplazamientos plásticos debidos a un campo de corte


El caso de un pórtico múltiple, con varios niveles, sería tratado de manera similar. Es notable la
analogía de esta estructura con el caso de los muros acoplados presentado por Paulay.
Este procedimiento, en sí muy simple pero que por su riqueza conceptual muchas veces
descoloca al lector más habituado a grandes desarrollos deductivos se puede aplicar a los otros
tipos de elementos.
Comentarios sobre los métodos prácticos actuales
Hay dos caminos prácticos para establecer la ductilidad del elemento a partir de la ductilidad
seccional: el análisis cinemático del mecanismo de colapso o el análisis estático incremental
(push over). El primero ignora la falta de simultaneidad de la formación de las rótulas pero el
segundo ignora el efecto de la falta de simultaneidad de las acciones. O sea que ambos son
aproximaciones al fenómeno del comportamiento real de la estructura durante un terremoto. No
obstante son los métodos prácticos disponibles que mejor permiten estudiar esta relación en los
casos reales. Por lo tanto es necesario introducirlos en la enseñanza y difundirlos entre los
colegas. Sólo este tipo de enfoques permitirá controlar la ductilidad que desarrollan las
estructuras y garantizar la supervivencia de las construcciones sometidas a un terremoto. Sólo
este tipo de enfoques tiene alguna esperanza de soportar el paso del tiempo y las consecuencias
de los cambios tecnológicos.
Es bastante obvio que las limitaciones señaladas y las incertidumbres propias de los terremotos y
de los materiales hacen que los grandes refinamientos sean simplemente ilusiones. Es en este
campo cuando la habilidad para diseñar un mecanismo de colapso posible y conveniente es el
mejor medio de garantizar la seguridad y entonces los métodos de análisis pasan a segundo plano.
Por eso la ley bilineal, tosca aproximación del funcionamiento estructural, es más que suficiente
para los propósitos de la ingeniería, que, en este caso, se sintetizan muy bien en la frase de Paulay
citada al comienzo del trabajo.
Discusión sobre el mecanismo de colapso de los elementos
Es ya evidente de los ejemplos mostrados que el camino para diseñar estructuras seguras consiste
en definir un mecanismo de colapso para cada uno de los elementos que componen el sistema.

18
Esos mecanismos de colapso deberían tener la mayor capacidad de disipación de energía, esto es
la mayor ductilidad translacional para una dada ductilidad seccional. El diseñador tiene una
cantidad de posibilidades y también limitaciones o condicionamientos pero si tiene claro su
objetivo siempre logrará el mejor compromiso posible.
El punto más importante es que el diseñador tiene control muy amplio sobre el mecanismo de
colapso. Basta con dosificar las resistencias de las secciones de manera apropiada. Sin embargo
la mayor parte de los proyectistas desconocen esta posibilidad y asignan las resistencias casi en
forma automática. Como el ajuste perfecto al resultado del análisis elástico es normalmente
imposible resulta que en la mayoría de los casos el mecanismo de colapso es incierto o resultado
más o menos fortuito de la aplicación de reglas de diseño seguidas más o menos ciegamente. Son
esas reglas las que muy pronto se vuelven obsoletas y por eso el diseño voluntario y conceptual
del mecanismo de colapso es de tanta importancia.
En los últimos años empezó a ponerse en práctica el “diseño por capacidad” y mucho lo miraron
como el nuevo Santo Grial o la panacea universal. Sin embargo pocos repararon en el principio
fundamental implícito en este método: elegir o diseñar el daño. Es requisito previo para aplicar el
diseño por capacidad definir un mecanismo de colapso. Es obvio que el diseñador debería
diseñarlo, no adoptarlo más o menos pasivamente.
Una vez diseñado el mecanismo de colapso es más o menos fácil asignar un único grado de
libertad para controlar el comportamiento y así establecer la relación entre la ductilidad
traslacional y la ductilidad seccional, que es básica para tratar el tema de la ductilidad.
EL SISTEMA ESTRUCTURAL
El sistema de fuerzas horizontales asociado al mecanismo de colapso
Para un elemento y un mecanismo de colapso dado habrá un peine de fuerzas posible, función de
la distribución de resistencias de las secciones críticas. Ese peine puede no tener relación con el
obtenido de la aplicación de un determinado reglamento. Por otra parte lo importante no es el
peine de fuerzas de cada elemento en particular sino el de la construcción o sistema en su
conjunto.
Todo lo anterior permite deducir que si podemos definir un mecanismo de colapso entonces
podemos representar el funcionamiento de cada elemento por un único grado de libertad: el
desplazamiento de un punto cualquiera, de una de las masas, o la distorsión.
Por el momento parece que las fuerzas estáticas equivalentes obtenidas por aplicación de los
reglamentos representan un modo simple y seguro para evaluar las acciones de inercia. Sin
embargo la estructura responderá en campo plástico de acuerdo con sus características y forzará a
una distribución de acciones que puede ser diferente. Habrá una redistribución que tendrá las
consecuencias ya señaladas: una disminución de la ductilidad disponible. Este tipo de situaciones
tenderán a presentarse en estructuras complejas como los pórticos, en los que muchas secciones
pueden fallar y la simultaneidad es difícil de lograr. Sin embargo la mayoría de las estructuras
tienen o pueden tener muros sin inconvenientes funcionales. Los muros permiten controlar mejor
el mecanismo de colapso del sistema y esta es una razón más para utilizarlos.
Asociación de varios elementos en un sistema traslacional (muros)
Un criterio muy difundido, del que hemos participado todos, es que un conjunto de elementos del
mismo tipo tiene la misma ductilidad que la de los elementos componentes. Ello no es así, como
lo demuestra el siguiente ejemplo (figura 15).
La ductilidad del elemento formado por los tres muros distinta longitud y por lo tanto diferente
deformación elástica límite, todos ellos con igual ductilidad, es menor que la ductilidad de los
componentes. Para comprender esta aparente incongruencia hay que entender que el muro que
primero alcanza el límite elástico condiciona la deformación plástica del conjunto y que los

19
muros restantes no alcanzan a desarrollar totalmente su ductilidad. La figura muestra los
resultados de un análisis estático incremental.

Tres Muros Caso A


Caso B
3000 CASO C

2500
Corte en la base (kN)

2000

1500

1000

500

0
0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 1,2
Desplazamientos (m)

Figura 15 – Comportamiento de un sistema de tres muros


En el caso A los muros tienen resistencias proporcionales a las longitudes de los muros, los
muros del caso B presentan fuertes redistribuciones y en el caso C las resistencias son
proporcionales al cubo de las longitudes (tradicional).
El comentario más importante es que la ductilidad final del sistema es
4,64 para el caso A
3,89 para el caso B
4,84 para el caso C
Mientras que la ductilidad de todos los muros está en el orden de 5,7. Se puede advertir la
influencia de la redistribución de esfuerzos.
Una estructura mixta (muro y pórtico)
Se presenta el caso de un sistema plano mixto, formado por un muro y un pórtico. Se analizan
diversas posibilidades de distribución de resistencias para mostrar la influencia de la
redistribución de solicitaciones y para estudiar la ductilidad del sistema. En el caso A las
resistencias se distribuyen en proporción a las demandas del análisis elástico y se supone que el
muro está rígidamente empotrado. En el caso B se supone un empotramiento elástico del muro y
en el caso C se asigna al muro una resistencia menor que la demanda elástica. La resistencia total
(corte último en la base) se mantiene constante para todos los casos.

20
Pórtico y Muro Caso A
Caso B
Caso C
1600
1400
Corte en la base (kN)

1200
1000
800
600
400
200
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
Desplazamientos (m)

Figura 16: Comportamiento de un elemento formado por un pórtico y un muro


La figura muestra el comportamiento de la estructura representado por un análisis incremental.
La ductilidad final del sistema es:
4,05 para el caso A
4,06 para el caso B
3,64 para el caso C
Una estructura mixta espacial (muros y pórticos) torsionalmente restringida
La figura 17 muestra esta estructura. También se analizan tres posibilidades de distribución de
resistencia entre los muros y los pórticos. En el caso B se asigna mayor resistencia a los pórticos
y en el caso C a los muros. La figura muestra el comportamiento de la estructura representado por
un análisis incremental. Se advierte que no hay grandes diferencias en la ductilidad del sistema
pero también se advierte la influencia del deterioro de las rótulas y de la redistribución de
esfuerzos. La ductilidad final del sistema es:
3,41 para el caso A
2,81 para el caso B
3,75 para el caso C

21
Estructuras espaciales (R) Caso A
Caso B
Caso C
3500

3000
Corte en la base (kN)

2500

2000

1500

1000

500

0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
Desplazamientos (m)

Figura 17: Comportamiento de un sistema mixto torsionalmente restringido


Se llama la atención sobre el hecho que la estructura C, más rígida porque los muros tienen más
capacidad, resulta más dúctil. Esto es así porque la deformación en el límite elástico es menor,
como puede apreciarse en el gráfico.
El diseño en la práctica
Todo lo anterior permite deducir que si puedo definir un mecanismo de colapso entonces puedo
representar el funcionamiento del elemento por un único grado de libertad: el desplazamiento de
un punto cualquiera, de una de las masas, o la distorsión global de la estructura. En esas
condiciones muchas de las incertidumbres asociadas con los procedimientos de análisis más
complejos desaparecen porque el funcionamiento estructural adquiere un carácter determinístico:
el ingeniero le ha dicho a la estructura como portarse. Más allá de consideraciones filosóficas lo
cierto es que esta es la única forma de garantizar la supervivencia de la construcción y limitar los
daños.
El procedimiento práctico sería el siguiente:
a) Diseño conceptual y predimensionado de la estructura. Es la etapa más importante.
b) Elección del o de los mecanismos de colapso para los distintos elementos. En esta elección

22
debe prevalecer el criterio de diseño, es decir que el proyectista debe considerar la necesidad de
optimizar la capacidad de disipación de energía.
c) Evaluar la acción sísmica con una estimación razonable de la rigidez de los componentes. Esta
evaluación puede ser por el llamado método estático, ya que en la mayoría de las construcciones
la estructura tiene un modo de vibración dominante. Normalmente se hará una estimación de la
ductilidad del sistema para reducir las acciones estáticas equivalentes.
d) Analizar el mecanismo de colapso del sistema para determinar la ductilidad límite.
Normalmente es suficiente considerar leyes bilineales para los componentes o elementos.
e) Comparar la ductilidad límite del sistema con la supuesta y, de ser necesario modificar el
diseño de los elementos, sea para dotar a la estructura de mayor capacidad porque la ductilidad es
menor que la supuesta, sea para mejorar el comportamiento del elemento crítico de modo de
aumentar la ductilidad del sistema.
Puede notarse que el proceso es iterativo, como en todo diseño. Tal vez esa sea la principal
dificultad en estos tiempos porque los ingenieros hemos perdido la costumbre de diseñar y
estamos acostumbrados a obtener resultados directos de un análisis, muchas veces de una
computadora, para aceptarlos de inmediato.
El análisis del mecanismo de colapso para determinar la ductilidad límite puede hacerse por dos
métodos: el estudio cinemático del mecanismo en la hipótesis de formación simultánea de todas
las rótulas o la utilización de programas que permitan el análisis estático incremental no lineal.
Un programa muy difundido que tiene esa capacidad es el SAP 2000 N. Este programa se ha
utilizado en los ejemplos que se han mostrado en las secciones anteriores.
Métodos más avanzados
Existen otros métodos de análisis estructural, son los métodos de análisis dinámico paso a paso
no lineal (time history NL). Algunos de ellos están al alcance de los profesionales. En general
sólo deberían utilizarse para casos especiales o para la investigación. La complejidad de los
modelos y de la interpretación de sus resultados pocas veces justifica su utilización para la
práctica profesional cotidiana.
En este caso es aún más importante la advertencia sobre la utilización de programas,
computadoras o métodos cualesquiera: ningún método de análisis resuelve una estructura mal
diseñada. A lo sumo puede poner en evidencia la debilidad de la estructura… si quien lo usa lo
sabe usar. En caso contrario se deslumbrará con la espectacularidad de los resultados y no
corregirá el defecto, que siempre pasa por una decisión de diseño, es decir, de ingeniero, es decir,
humana. La máquina (programa, método) no toma decisiones.
Hago esta advertencia en la plena conciencia que pronto muchos de los que esto lean pondrán las
manos sobre este tipo de ayudas y creo que deben saber dónde empiezan los vidrios de colores.
CONCLUSIONES
Confiabilidad de los procedimientos tradicionales
En el curso de la exposición ha quedado claro que la aplicación de los procedimientos
tradicionales requiere condiciones previas de diseño que garanticen la formación de mecanismos
de colapso aceptables. Sin embargo poco se hace para evidenciar estos mecanismos y estudiar
racionalmente su comportamiento.
Aplicación práctica del control de desplazamientos
También ha quedado claro que el estudio – y control – de los desplazamientos límite de los
sistemas estructurales es posible con los métodos actuales. Aún más, se puede afirmar que estos
métodos pueden ser más simples que los que habitualmente utilizamos aunque exigirán a los
proyectistas el dominio conceptual del funcionamiento de las estructuras, incluyendo el

23
comportamiento en el campo plástico. Ese puede ser la limitación más importante para la
generalización de estos procedimientos.
Entrenamiento y actualización de los profesionales
Es evidente que se requiere un cambio cualitativo en el entrenamiento de los profesionales. Debe
reconocerse que por ahora el comportamiento plástico de las construcciones, en particular el
comportamiento último, recibe muy poca atención durante la formación profesional. Casi todo el
tiempo se dedica al estudio de métodos de análisis elástico lineal muy sofisticados, sin conceder
demasiado tiempo a la validez de sus hipótesis confrontadas con la realidad de las estructuras ni a
la interpretación de sus resultados. 20
El cambio también y principalmente debe alcanzar a los profesionales que hoy practican, lo que
no es fácil de implementar y es un desafío grande para las universidades.
Qué investigar
Encontrar procedimientos sencillos para la aplicación profesional práctica que tengan suficiente
generalidad para todos los tipos estructurales habitualmente usados. Encontrar y difundir métodos
para el predimensionado.
Experimentar con los programas existentes de análisis estático no lineal para poner a punto su
utilización práctica en la profesión cotidiana.
El comportamiento plástico dinámico en torsión es un aspecto que todavía no está
suficientemente claro y, sobre todo, está lejos de un tratamiento simple para la práctica
profesional cotidiana. Es urgente dedicar esfuerzos a este tema.
El diseño21
Ya se hace evidente que el diseño y sólo el diseño puede garantizar comportamientos aceptables
de las construcciones. La aplicación automática de reglas más o menos conservadoras se vuelve
rápidamente obsoleta y las construcciones sufren las consecuencias. Es necesario entonces
investigar más sobre el comportamiento de los tipos estructurales, de sus asociaciones desde el
punto de vista del diseño y sobre el diseño de mecanismos de colapso favorables.
Bibliografía
1.- Park R., Paulay T.: Estructuras de concreto reforzado
2.- Paulay T., Priestley N.: Seismic design of reinforced concrete and masonry buildings
3.- Paulay T.: Torsional mechanisms in ductile building systems. EESD V27, 1998.
4.- Paulay T.: Seismic displacement compatibility in mixed structural systems. 4 EIPAC, 1999
5.- Paulay T.: A redefinition of stiffness of reinforced concrete elements and its implications in
seismic design. SEI 1, 2001.
6.- Paulay T.: Some design principles relevant to torsional phenomena in ductile buildings. JEE
V5 N° 3, 2001
7.- Paulay T.: A displacement focused seismic design of mixed building systems. EERI 2002.
8.- Reboredo A.: Análisis dinámico de construcciones sismorresistentes. Revista FI, 1997.
9.- Reboredo A.: El mecanismo de colapso. FI 1996 (inédito).
10.- Reboredo A., Lema R.: Transiciones estructurales, el piso bajo “flexible”. 5 EIPAC, 2000
11.- Reboredo A.: La enseñanza de las estructuras. FI 2002, (inédito).

20
Ref. 11.
21
Me refiero al diseño en su sentido más general, no en el sentido restringido (análisis y dimensionado) habitual en la
literatura norteamericana.

24

Вам также может понравиться