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HISTORIA DE LA GUITARRA

Aunque los historiadores


no consiguen afirmar con
certeza cuál es el origen
real de la guitarra, varios
coinciden en que, como en
muchos otros grandes
inventos, no es otro que la
casualidad. Los primeros
cazadores escucharían
estupefactos el sonido que
se producía tras disparar
las flechas con sus arcos, lo
que les llevó, mediante prueba y error, a diseñar utensilios que producían ruidos
primero y sonidos después.

Miles de años antes de Cristo y tomando sus arcos como referencia, los hombres
empezaron a crear rudimentarios instrumentos con cuerdas, conchas, vasijas y
madera, en la búsqueda de un mejor y más intenso sonido.

Esculturas, pinturas y grabados muestran estos objetos en la mayoría de las


culturas que florecieron en torno al mar Mediterráneo como Mesopotamia, Egipto
y, posteriormente, Grecia y Roma. Aunque, esos no fueron los únicos grupos
humanos que estaban empezando a fabricar instrumentos musicales de cuerda.
En Asia, en países como China o India, se han encontrado restos centenarios de
instrumentos que recuerdan a las guitarras actuales.

Según Manuel Rodríguez padre, en su libro Arte y oficio de hacer guitarras, “la
primera idea de lo que hoy es nuestra guitarra la hallamos en el Cotic Lute”, un
instrumento egipcio datado en el 300 a.C.
Instrumentos como este y su mestizaje con aquellos que se están creando en
las zonas más alejadas de Asia, son el origen de instrumentos más modernos
como los laúdes, las bandurrias o las mandolinas.

Esta mezcla de culturas es lo que hizo de España el lugar perfecto para que
surgieran las primeras guitarras. Con la invasión musulmana del siglo VIII, se
desarrollaron por la península infinidad de instrumentos similares al laúd. Esto
puede verse reflejado, tal como explica Rodríguez, en las ilustraciones de las
famosas Cántigas de Santa María de Alfonso X el Sabio.
Asimismo, el carácter nómada de los trovadores, unos personajes típicos de la
Europa de la Edad Media, también ayudó a extender estos instrumentos,
antepasados de la guitarra.
MARIO VARGAS LLOSA
Nació en Arequipa, Perú un
domingo, 28 de marzo de 1936. Hijo
del hogar conformado por su padre
de profesión aviador, Ernesto
Vargas Maldonado y su madre, Dora
Llosa Ureta. Durante su infancia
vivió en Piura, Bolivia y Lima. Su
primera obra de teatro, titulada: La
huida del Inca; la escribió durante su
estadía en Piura cuando tenía
dieciséis años.

De gran intelecto y con habilidades


majestuosas en la redacción; en
1952, comenzó a escribir diversos
artículos para el diario, La Crónica de Lima. Más adelante, al llegar a Francia en
1960, se dedicó a la literatura y trabajo en la radio.

En 1962, Llosa terminó de escribir cuando vivía en París, su primera novela, La


ciudad y los perros; la misma que lo llevó a ganar el premio, Biblioteca Breve.
Seguidamente continuó publicando maravillosos éxitos literarios entre los que
destacan: en 1966, La casa verde; en 1969, Conversación en la catedral; en
1973, Pantaleón y las visitadoras; en 1977, La tía Julia y el escribidor.

En 1981, La guerra del fin del mundo; en 1986, ¿Quién mató a Palomino
Moreno? Y en 1988, Elogio de la madrastra. Se destacó también como crítico
literario en 1971, con su escrito: García Márquez; historia de un decidió y la orgía
perpetua, en 1975 Flaubert y Madame Bovary y en 1983, Contra viento y marea.

Lanzó su candidatura presidencial del Perú en 1990; pero, Alberto Fujimori, fue
quien resultó electo en dicha contienda. Reanudó entonces, en 1993 su vida
literaria y escribió El Pez en el agua. Publicó posteriormente las novelas: Los
cuadernos de don Rigoberto, La Fiesta del Chivo, El paraíso en la otra esquina,
Travesuras de la niña mala, El sueño del celta y El héroe discreto.

Pero su carrera literaria no está llena solamente de grandes obras que todos
debemos recordar, también se destaca por los premios literarios que durante su
carrera ha recibido como: Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1986,
Premio Planeta en 1993; Premio Cervantes en 1995 y el Premio Nobel de
Literatura en 2010.
BANDURRIA
El Sitio Arqueológico de
Bandurria es de gran
importancia por tratarse
de un lugar en donde
hace 5000 años
aproximadamente se
asentó una de las
primeras civilizaciones
suramericanas, que
además en su época fue
una importante
productora de
mercancías marítimas,
en especial de productos que tenían como fin abastecer la demanda de otra
civilización de gran importancia como lo fue la ciudad de Caral, ubicada también
en Perú.

El lugar ha sido dividido en dos partes de gran interés por la cultura e historia
que representan, el primer sector se denomina Sector Doméstico y el segundo
se denomina Sector Monumental.

El Sector Doméstico fue la primera área encontrada por el Ing. Domingo Torero,
pues fue ésta la zona en la que el agua destruyó 2/3 partes, (esto en el año de
1973), sin embargo, actualmente abarca alrededor de 11 hectáreas y hasta 5
metros de profundidad, está ubicado en el lado sur del Sitio Arqueológico de
Bandurria; en éste sector se pueden apreciar una densa muestra de la herencia
dejada por aquella antigua civilización sobre sus actividades diarias en sus
hogares, en la preparación de los alimentos y en los trabajos diarios como los de
la construcción. Este sector es de suma importancia para el estudio y
reconocimiento de la historia y la costumbre del pueblo que habitó la pampa hace
cinco milenios.

Con respecto al Sector Monumental, durante años se pensaba que estaba


integrado por colinas con pocos metros de altura, pero luego de una
investigación realizada a fondo sobre las colinas se pudo constatar que se
trataban de una construcción en forma de montículo piramidal.

El más importante es denominado Montículo 1 y tiene una altura de 10 metros,


un ancho de 60 metros y una profundidad de 30 metros, es una pirámide
escalonada con una escalera central que termina en lo alto del montículo con
una plaza hundida y en forma circular, características que la asocian con los
edificios públicos propios de aquellas antiguas épocas.

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