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06-03-18
1. INTRODUCCIÓN:
Ideas introductorias:
El recurso a la alteridad es importante para responder la pregunta por el ser humano.
¿Qué sentido hay en recurrir a la “divinidad” para definir quién es el ser humano (identidad)?
En algunos casos este recurso se descarta de plano esta posibilidad, quedándose en la
inmanencia, de modo que nos quedamos en un mero materialismo.
Un aporte de la filosofía para la antropología es que para responder la pregunta sobre ¿quién
soy yo? Debemos recurrir a los otros (perspectiva relacional).
La alteridad trascendente es necesaria para responder la pregunta por el ser humano.
08-03-18
Relaciones que la antropología cristiana establece
o Ser humano con Dios
o Ser humano con las otras creaturas
o Dios con el resto de las creaturas: las relaciones que se establecen sin ser mediada
por la persona humana.
No es posible dar cuenta del ser humano sin contextualizarlo en su relación con las demás
creaturas.
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Crisis ecológica (manifestaciones ambientales):
o Agotamiento de recursos naturales (agua, energía, etc.)
o Reducción de la biodiversidad (estamos presenciando la 3era extinción)
o Contaminación ambiental (sinnúmero de ciudades que están experimentando esta
realidad)
o La amenaza inminente de las armas nucleares y biológicas (caso Fukushima después
del terremoto, los desechos nucleares).
13-03-18
Este contexto de crisis ecológica es propicio para la reflexión teológica y tiene más narrativas
que la teología debe escuchar para dialogar con ellas. Estamos presentes a narrativas que son
desconocidas con la antigüedad.
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El cristianismo nunca ha hablado en el pasado con interlocutores que tienen paradigmas
desconocidos para el cristianismo. Los científicos como contadores de historia.
Tampoco la teología debe usar instrumentalmente la ciencia, tampoco la teología debe estar
atada, como si no pudiera decir nada que científicamente no esté avalado. La racionalidad
propia de la teológica debe estar en diálogo con el lenguaje científico.
Hay dos narrativas (dos modos de hablar de la realidad y del ser humano) que están siendo
una “provocación” para la reflexión teológica a partir de la crisis ecológica:
o Cosmología científica:
Hay un primer nivel material de interconexión o alteridad que no responde a
una reflexión filosófica.
No podemos desconocer que nuestra materialidad está en relación con el
universo (p.e. el carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno presente en mí me
vincula a la historia del universo).
Materialmente estamos vinculados a sistemas naturales a los cuales estamos
interconectados (p.e. respiramos, necesitamos beber agua, etc.).
Nuestra identidad está conformada no sólo por la conexión material, sino
también a través de la relación con otros, con la naturaleza. Somos historia,
somos con otros.
“Todo está conectado” (Laudato Si)
Importancia de la gratitud como actitud fundamental para reconocer lo que
se me ha dado gratuitamente.
Aquí vemos la importancia de comprendernos pertenecientes a una historia
universal común; y, al mismo tiempo, comprender el rol y lugar particular
de la persona humana que dan cuenta de su particularidad en la creación.
Preguntas sobre el ser humanos que surgen de esta narrativa:
¿Cómo se da el paso de lo que existe materialmente a dimensiones
humanas que componen una realidad espiritual? El llamado “salto
ontológico” (Juan Pablo II).
Polaridad: entre pertenencia (al mismo origen del universo) y hablar
del lugar y el rol particular del ser humano (que no es simplemente
pragmático, afirmamos teológicamente que somos “radicalmente
distintos”)
o Biología evolutiva:
Cómo dar cuenta del paso hacia la vida ¿Cómo surge la vida en el mundo?
Las teorías de la evolución demuestran un desarrollo paulatino de la vida
(paso de la no-vida y la vida) que se mueve en dos grandes direcciones: la
diversificación y la complejización.
No todas las formas de vida pervivieron en la historia del planeta (extinción).
Preguntas antropológicas que surgen de esta narrativa:
¿Cómo incorporar la historicidad en nuestro modo de hablar sobre
el ser humano?
¿Cómo la teología puede iluminar la racionalidad científica
vinculada a la historicidad?
Evitar dos peligros:
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o El reduccionismo biologicista: explicar todos los fenómenos
espirituales o psicológicos únicamente de su fundamento
material de nuestra existencia.
No se puede explicar el ser humano sólo de los
elementos materiales.
o El dualismo: que separa y jerarquiza las dimensiones
material y espiritual del ser humano.
Es uno de los riesgos con los que constantemente se
ha enfrentado el cristianismo a lo largo de la
historia.
¿Como dar cuenta de la semejanza, continuidad con el resto de las
creaturas y al mismo tiempo dar cuenta de una diferencia y
discontinuidad y particularidad ontológica?
Postulados de Johnson, E: Respuesta teológica frente a la crítica sobre el postulado bíblico
del “sometimiento” por parte del ser humano.
15-03-18
3 DEBATES ANTROPOLÓGICOS:
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o La jerarquía del ser humano respecto a toda la creación implica una responsabilidad
particular y propia. Negar esta jerarquía implica negar esta responsabilidad.
La jerarquía, etimológicamente, implica reconocer un origen sagrado:
“hiera” “arjé”
Nuestra respuesta respecto a esta unicidad no puede basarse en las capacidades del ser
humano, ello puede ser tramposo, y pernicioso, inclusive, porque qué pasaría con aquellos
seres humanos que no tienen por nacimiento las capacidades que definen al ser humano.
Cuando intentamos fundar esta unicidad en la “ethología” (ethos = el comportamiento
humano), la ciencia puede refutar diciendo que estas actitudes hay en otras creaturas
Fundamentarla desde el punto biológico, todo ello también está refutado.
Teológicamente no basta con las capacidades naturales, habilidades del ser humano. La
particularidad del ser humano no puede fundamentarse solamente en ello. El fundamento de
la unicidad del ser humano está en la idea teológica de que el ser humano es “Imago Dei”.
o Cuando el pensamiento cristiano reclama un valor peculiar del ser humano, da la
valoración de cada persona humana y así potencia el reconocimiento del otro (cfr.
Laudato Si, 119)
20-03-18
22-03-18
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o Hobbes es uno de los que podría representar la corriente del pesimismo.
Renovación del Ser Humano (extrinsecismo-interioridad):
o ¿Cuál es el efecto de la gracia en el ser humano? ¿tiene alguna consecuencia, efecto
esa donación de Dios al ser humano? ¿afecta a sus capacidades?
o Los sacramentos son meramente simbólicos o algo acontecen en aquellos que
participan de esos sacramentos.
o ¿Se trata de una renovación interior? O es algo externo (sin consecuencias concretas
en nosotros).
o Algunos acentúan la renovación interior para el ser humano, es decir afecta a nuestras
capacidades; incide en nuestro querer, conocer y actuar.
o Otros, como Lutero, postulan una justificación forense, una imputación extrínseca.
Jesús se pone entre el Padre y nosotros para que la mirada de Dios sea diferente, no
hay renovación interior, es Dios quien cambia, no nosotros.
Mal y Pecado (extrinsecismo-interioridad):
o El efecto y consecuencias que el mal ha tenido en nosotros.
o ¿Cómo decir teológicamente estas consecuencias?
o ¿Cómo hablar del daño oficiado por el pecado en nuestras vidas?
o La perspectiva católica afirma el daño y el efecto del pecado en nuestra vida, pero
que de ninguna manera a anulado nuestras capacidades humanas.
Querer de Dios vs. Libertad humana
o ¿Cómo se articulan la libertad del ser humano y el querer de Dios?
o Dios se nos dona gratuitamente, pero lo hace buscando en nosotros suscitar algo.
o Uno de los primeros puntos problemáticos es ¿quién tiene la iniciativa?
o ¿Puede verse frustrado ese querer de Dios, su salvación universal, por la acción de
nuestra libertad?
o El postulado de la predestinación es ¿es viable o no? (Rm 8-10) ¿Qué significa ser
predestinado?
o ¿Cómo entender la donación y el destino al que nos mueve e impulsa? ¿cómo se
articula ello con nuestra libertad?
o ¿Cómo se da nuestra colaboración y nuestra ayuda en el acontecimiento salvífico de
Dios en la historia? ¿Nuestra vida, colabora con la acción de Dios providente?
¿cooperamos o no con Dios?
o ¿Nuestras obras tiene incidencia en nuestra salvación?
o “Dios que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti”
Don vs. Merecimiento
o ¿La salvación es merecida? (mérito= es algo que se me debe).
o Mi manera de vivir, lo que intento en mi seguimiento de Jesucristo, eso ¿me puede
hacer merecedor de la salvación?
o El mérito no es entendido desvinculado de la persona de Jesucristo, sino sería un
ejemplo de autosuficiencia.
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17-04-18
La gracia en el Nuevo Testamento (San Pablo)
No podemos restringirnos a analizar textualmente los escritos paulinos.
San Pablo es el forjador de la categoría teológica de “gracia”, cuyo significado será propio
“χαρις”, la gracia en San Pablo no se restringe a un término.
Lo que San Pablo expresa en sus cartas no es solo una elucubración intelectual. El habla a
partir de una experiencia personal: su conversión (Hch 9).
o El comprende la gracia de Dios desde la experiencia de la justificación “sentirse
salvado”, percibirse como una creación nueva en Jesús (una renovación verdadera en
él).
Esta experiencia es comprendida desde la “sobreabundancia”, más allá de lo estrictamente
jurídico; es un amor desbordante “cuanto más…”
Esta gracia es un don gratuito de Dios. Lo cual se comprende desde una tensión entre las
obras de la fe y las del hombre. No es un don meritorio.
o 1Co 15,9-11: llamado de Dios a la gracia, no es un mérito (don de Dios), este don es
transformador de la propia vida, y el trabajo suscitado es colaboración y no obra
propia (es obra de Dios).
o Ga 1,15-16: la gracia de Dios consagra desde antes de nacer (sin mérito alguno que
reclame la gracia).
o Ga 2,21: si por la Ley obtuviéramos la justicia, Cristo habría muerto en vano… no
quiero anular la gracia que me ha sido dada.
El término χαρις es un término que describe la gracia recibida como don de Dios. El cual es
usado como:
o Saludo: el cual tiene reminiscencias del “Shalom” judío.
o Aparece en la polémica de la justificación: cómo entender la justificación (salvación)
¿por las obras de la ley o gratuitamente como gracia de Dios?
o Colecta: un acto gratuito de generosidad por parte de la comunidad (cfr. 2Co 8,6)
o Vocación personal en una comunidad: es un don particular, un carisma dado a una
persona el cual está al servicio de la comunidad. En el caso de san Pablo “un
ministerio le ha sido concedido”.
En las cartas paulinas el foco principal del término χαρις es la salvación acontecida en
Jesucristo, la salvación que él recibe y que todos recibimos. Hemos sido salvados
gratuitamente, no meritorio. La salvación acontece en el misterio pascual y que es el gran
don para todos, un don universal.
o La gracia de Dios es Jesucristo, la cual recibimos y que es dada gratuitamente.
La salvación de Cristo es sobreabundante, vence todo aquello que se presenta como obstáculo
y sorprende las expectativas del ser humano, pues la desborda.
Para identificar esta gracia recibida, también san Pablo lo expresa, en otros términos:
o Justificación: es la salvación acontecida en Cristo, la cual nos hace justos.
o Vida: hemos sido vivificados gracias a Cristo.
o Libertad, elección, redención: como frutos dela justificación.
o Filiación: hemos sido constituidos “hijos en el Hijo”.
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o Pablo vincula su ministerio personal con la gracia de Jesucristo, lo que él hace como
apóstol tiene directa relación con la gracia que él ha recibido y con su ministerio
apostólico:
2Cor 1,12: la gracia de dios como fundamento de su acción apostólica.
2Cor 1,15: su ministerio es también comprendido como gracia, da frutos de
gracia.
2Cor 6,1: el ministerio de Dios recibido (gracia) ofrece gracia a sus
interlocutores; gracia que tiene que surtir efectos, y no puede ser recibida en
vano. El efecto principal de la χαρις es el ágape, una manifestación concreta
es la colecta.
2Cor 9,14: la sobreabundancia de la gracia que ha sido recibida, la cual se
manifiesta en el afecto que se tienen (ágape).
19-04-18
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“Reconciliación”. Esta reconciliación supone nuestra participación y nuestra
colaboración.
Otra noción es la de “Santificación”, como efecto del acontecimiento de la
redención de Jesucristo. La medición sacramental de la redención de
Jesucristo (bautismo) genera efectos y frutos: la santificación.
- ¿qué es lo que antecede nuestra santificación, nuestro
comportamiento? Es la gracia recibida, la cual siempre nos antecede.
(“Dios nos primerea”).
Lo que ha acontecido en Jesucristo tiene en san Pablo una dimensión
comunitaria que no es desestimable. La dimensión comunitaria es necesaria.
San Pablo recurre a una concepción de la gracia donde aparecen los
“carismas”.
- Nosotros hablamos de “los carismas” son una asistencia particular,
un don preciso, una consecuencia de la redención de Jesucristo en
mi (debido a mi constitución particular).
- Esta χαρις general (redención de Cristo) se concretiza en diversos
χαρισματα (carismas concretos, “a cada cual se le otorga la gracia
de Jesucristo de modo particular para la edificación de la
comunidad” (cfr. San Pablo).
- San Pablo establece unas listas para reconocer la diversidad de
carismas al servicio de la comunidad.
- 1Cor 12,3: se establecen los criterios de discernimiento de los
diferentes carismas:
o No puede haber oposición a la fe en Jesucristo.
o Utilidad probada para la edificación de la comunidad.
o La edificación de la comunidad tiene una manifestación
clara y operativa en el “ágape” respecto a la comunidad (cfr.
1Cor 13)
24-04-18
Gálatas/Romanos
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En el inicio de la carta de los Romanos san Pablo va a evidenciar los pecados
de los gentiles y de los judíos.
Dado que Dios es benevolente, Él perdona nuestros pecados.
o La Justicia de Dios (δικαιοσυν Θεου)
Rm 1,16-17: “No me avergüenzo del Evangelio que es fuerza de Dios para
la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y también del griego.
Porque en él se revela la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la Escritura;
El justo vivirá por la fe.”
La justicia de Dios es un genitivo subjetivo u objetivo, podría significar dos
cosas distintas (“el miedo de los migrantes”: el miedo que tienen los
migrantes; el miedo que se tiene a los migrantes)
Subjetivo: la acción radica en el sujeto (el miedo que tienen los
migrantes).
Objetivo: cuando el predicado se transforma en el objeto de lo que
dicho (lo temido son los migrantes, el miedo que se tiene a los
migrantes).
La justicia de Dios
La justicia que proviene de Dios, cualidad y atributo que le es propio
(Dios es el justo)
La justicia que agrada a Dios es un predicado que surge de la
realidad (la justicia que quiere Dios, que le agrada)
o La propiedad de Justicia siempre está connotando una dimensión relacional. Ya en
el AT se entiende que la justicia de Dios es una noción eminentemente relacional.
La justicia no es distributiva (dar a cada cual lo que se merece).
La justicia de Dios no es una propiedad alejada de Dios, esta siempre es una
noción relacional, que está en vínculo con todos hombres y mueres
pecadores.
o Rm 3,21-31:
La voluntad de salvación no se alcanza por el mérito personal, se trata de la
justificación que Dios, por la fe en Cristo, otorga a todos los que creen. Por
lo tanto, la justicia puede darse a todos. Cualquier hombre/mujer puede
acceder a esa salvación, por Cristo.
Este designio salvífico universal tiene a Jesucristo como mediación.
Por medio de Jesucristo Dios ha puesto su justicia, gratuitamente, por medio
de la fe, no por el cumplimiento de la Ley.
Esto habla de una proexistencia de Dios: un Dios que se vuelve gratuitamente
al pueblo por virtud de su libertad. Ello está más allá de un pacto o de una
cuestión jurídica. “Dios ama, así como crea, de la nada” (gratuidad).
La justicia prevalece por sobre la cólera de Dios.
“en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser justo y
justificador del que cree en Jesús”.
La justicia de Dios se verifica en la relación Dios-hombre, a través
de la fe y por medio de la fe en Jesucristo
Ello realiza efectos en aquellos que creen.
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Dios justo y justificador: es un Dios que es justo y que nos hace
justos.
o Para Lutero es una “justicia foránea”: Jesús hace que la
mirada de Dios cambiara para que Él nos mire y nos
considere justos, aunque somos pecadores. Nosotros no
cambiamos, sino cambia la mirada de Dios, por la
intervención de Jesucristo.
o Para la perspectiva católica, si hay un cambio que se realiza.
La justificación no es “justicia distributiva” sino todos no podríamos merecer
la salvación y mereceríamos la cólera de Dios.
No podemos oponer la justicia de Dios de lo que seria su amor y su
misericordia; como si Dios constantemente estaría escogiendo optar actuar
entre su amor y su justicia. No es una justicia punitiva, sino una justicia de
gracia (Rm 3, 25b-26).
No podemos fragmentar los atributos de Dios.
La justicia de Dios es la que apunta a una transformación verdadera del
hombre y mujer. La justicia se identifica con el amor de Dios, con su gracia.
La justicia de Dios es Jesucristo, Dios nos entrega su gracia, que no sólo es
un don específico (carismas), sino fundamentalmente es la persona de
Jesucristo. La donación de Dios no es donación de algo, sino de sí mismo.
El amor de Dios es Dios mismo, no es un algo.
Los efectos de esta justicia, a través de la mediación sacramental realiza
efectos en el creyente (la vida en el Espíritu): no estamos más bajo el dominio
del pecado universal, sino ahora estamos bajo la Ley del Espíritu de
Jesucristo (el amor).
o Una polaridad que se establece en la carta a los Gálatas: la justificación de la fe vs.
la justificación por las obras. San Pablo, dice que la fe es la que justifica.
o La justificación se hace verdad por medio de la fe y no por medio de las obras.
o Gal 2,15-2:
“a pesar de todo, conscientes de que el hombre no se justifica por obras de
la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo
Jesús a fin de conseguir la justificación”.
“Si fuera por la ley que se obtiene la justicia, Cristo habría muerto en vano”.
o Gal. 5, 4-6:
“en cuanto a nosotros por el Espíritu y la fe esperamos la justicia anhelada”.
o Cuando san Pablo habla de la fe, se refiere a la adhesión a la persona de Jesucristo.
Esta fe se manifiesta de modo concreto con la obediencia al Espíritu de Dios. En la
fe de san Pablo hay una dimensión afectiva: compromiso con Dios y un elemento
axiológico: la vida y una dimensión de creencia: se cree en Jesucristo y a Jesucristo.
o Es una justificación gratuita, que no supone un mérito propio que se tiene que
presentar a Dios. Dios nos hace justos/as de forma gratuita, por medio de la fe en
Jesucristo.
o Jesucristo es el polo objetivo que establece la justificación de Dios, la cual revela la
proexistencia de Dios. Objetivamente ha sucedido el hecho “Jesucristo”.
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o Subjetivamente requiero de la adhesión y fe en Jesucristo para acceder a la
justificación. Se requiere la aceptación humana (libertad), la fe para que la
justificación pueda obrar en nosotros, aquella justificación que también es objetiva
(el acontecimiento histórico de Jesucristo).
o San Pablo vuelve a Abraham como modelo, frente al discurso de los judaizantes.
Abraham no fue considerado, justificado, no por el cumplimiento de la ley (pues no
existía), sino por la fe que tuvo (Rm. 4,16-17).
o No debemos permanecer en la lógica meritocrática respecto de la justificación (Gal.
5,6).
o No hay oposición entre fe y obras: “la fe que obra por la caridad”. Hay que salir de
una posición esquemática, que separa la fe (como acto cognitivo, espiritual, propio
de la razón) y pone por otra parte las obras (el comportamiento nuestro). San Pablo
no está oponiendo ambas dimensiones.
Cuidado que podemos desencarnar la fe (quitar implicaciones en la vida) y
considerarla (como acto cognitivo) como “suficiente” para abrirse a la
justificación de Dios.
o La función de la Ley:
La ley fue el pedagogo: hasta la llegada de Cristo, a partir de ese
acontecimiento ya no es necesaria. Ya no se está bajo el pedagogo. (Gal 3,24)
La ley permitió el conocimiento de nuestro pecado, la ley permite que nos
hagamos conscientes de que existe una transgresión y de mi responsabilidad
frente a ello. Por tanto, la Ley no es pecado. Se presenta la analogía de la
“anomia” del pueblo antes de la Ley. (Rm 7,7-13)
El pecado se valió de algo bueno y santo como la Ley para ejercer
su pecado por medio del precepto. La ley en sí misma no es un
pecado, sino que a partir de ella se entró en una dinámica
meritocrática creyéndonos merecedores de la justificación por su
cumplimiento, olvidándonos que ello es pura gracia.
o Desproporción / Sobreabundancia: por la acción de Jesucristo.
Rm 5,12-21 / 1Co 15,21-22
Existe una polaridad entre Adán y Jesucristo.
Esta antítesis también se realiza entre el pecado y la gracia, y quiere
contraponer las causas, los efectos y las consecuencias.
Pecado (ἀμαρτια), la Carne (σαρχ) –que no hace referencia a la
corporalidad (σομα)–, y representa al hombre sometido al pecado.
San Pablo no tiene una imagen negativa de la Ley, sino que ve el
pecado que ha utilizado la Ley para someter al ser humano.
Con Jesucristo se vuelve operativa la justicia de Dios, que tiene una
continuidad con la justicia de YHWH planteada en el AT.
Muerte (θανατοσ): no es una referencia a la muerte biológico, sino
a una muerte con sentido teológico (la no participación, desconexión
de la vida que Dios nos ofrece. Desgracia).
No hay una confrontación simétrica entre el bien y el mal. El texto
está atravesado por la abundancia (περισσευειν), sobreabundancia y
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desproporción de la gracia (cfr. Rm. 5,15-17). Esta desproporción
tiene su raíz en el AT: hesed.
Rm. 8,1-13:
Cuando el pecado irrumpe en mí distorsiona mi mirada y
comprensión respecto de la Ley (que es buena). Puedo llevar a
pensar que puedo alcanzar
El Espíritu no es un principio externo (con el cual me relación a
través del cumplimiento, al cual me adscribo: como la ley judía). El
espíritu es un principio interno, dinámico.
La presencia del Espíritu de Dios (principio dinámico de acción), un
dinamismo transformador.
La ley del Espíritu no es al modo judaico, es un dinamismo interior,
el cual no anula la voluntad personal (somos conducidos por el
Espíritu).
o Esta teología paulina será importante para toda la discusión en el siglo XVI, para
reflexionar la presencia del Espíritu como inherente en el ser humano (perspectiva
católica).
o La predestinación (Rm. 9-11)
San Pablo afirma la libertad de Dios en su designio salvífico acontecido en
la historia. El cual no es está determinado por el actuar humano (bueno o
malo) de modo que el ser humano no puede reclamar una acción divina que
le correspondería como fruto de su actuar (gratuidad).
Hay afirmaciones, especialmente en 9,19-23 –imagen e la vasija y el
alfarero–, que expresan esa voluntad libre de Dios.
La idea de que hay predestinación (salvación y condenación). San Pablo
ilustra la absoluta libertad divina. La predestinación atentaría e iría en contra
de la voluntad divina, la condicionaría. Si se afirma la predestinación, se
comprendería que la acción divina estaría sometida (Rm. 11,29-31).
San Pablo, no afirma un doble designio (salvífico y condenatorio); sino
afirma que hay un solo designio de Dios, un designio salvífico, que es
ofrecido gratuitamente, por lo tanto, todos hemos sido destinados a ello (Rm
8,28-30).
Ello no quiere decir que todos se salvan, pues este don permite el
rechazo, como producto de la libertad humana.
Este designio salvífico divino, no anula la libertad humana.
En el cristianismo no podemos asumir la idea de una fatalidad en la
vida/historia del ser humano, de modo que hay un destino que se impone y
que sólo nos queda vivirlo. Ello implicaría una predestinación a la
condenación.
En el caso de Judas, no se puede afirmar ello, sino él estaría
condenado a la fatalidad de ser el traidor.
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03-04-18
Pelagianismo
Visión histórica:
411: condena a Celestio en Cártago
415: Sínodo de Diospolis (Palestina) “intento de condena a Pelagio”
o San Agustín participó en este sínodo.
o Muere el papa celestino
418: Sínodo de Cártago “Carta Tractoria”
o El papa Zósimo asume el papado y comunica al clero de Roma el restablecimiento
de Pelagio.
o En el sínodo de Cartago se condena a Pelagio y Celestio. En la Carta Tractoria, el
papa se retracta y renueva la condena.
o Jualian de Eclana junto a otros obispos se niega a firmar la Carta Tractoria.
o Después de este evento se inicia el debate de Agustín con Julián de Eclana.
o Punto de inflexión desde el cual se radicalizan las posturas.
430: Muerte de Agustín
o En este contexto surgen los monjes de Hadrumeto, quienes reaccionan frente al
debate Agustín-Pelagio, y denuncian los excesos agustinianos que opacan la libertad.
Agustín escribe textos fundamentando sus posturas.
o 431: concilio de Éfeso en el que se condena nuevamente Pelagio.
442: Indiculus (compendio de condenas al pelagianismo).
529: II Sínodo de Orange (semipelagianos)
853-855: Quierly Valence Toul (predestinación)
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Para Pelagio la gracia es el “pose” es indestructible, no hay nada que anule esta capacidad
(razón y libertad), es indestructible porque es el acto creador de Dios.
El “pose” también es una tarea, no es sólo un don, porque no se ejerce automáticamente.
Históricamente nosotros conocemos, decidimos, y deseamos poner por obra el bien.
En esa historia, vamos poniendo, a través de la historia y mediante nuestros actos, expresión
ser humano creado a imagen y semejanza de Dios.
Por creación está la capacidad de permanecer fieles (impeccantia), a partir de nuestra libertad,
de nuestra razón.
Esta capacidad nos permite asemejarnos al Hijo, y existe, como posibilidad, la “impeccantia”.
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08 y 10-05-18
Desarrollo magisterial
Sínodo de Cartago
Canon 1 [DH 222]: la muerte es producto del pecado.
“Plugo a lodos los obispos... congregados en el santo Concilio de la Iglesia de Cartago:
Quienquiera que dijere que el primer hombre, Adán, fue creado mortal, de suerte que tanto
si pecaba como si no pecaba tenia que morir en el cuerpo, es decir, que saldría del cuerpo
no por castigo del pecado, sino por necesidad de la naturaleza,’ sea anatema.
o De ninguna manera, aquí se afirma que Adán sea inmortal, y por ende, la muerte es
un castigo y que afecta a la naturaleza primigenia de inmortalidad.
Hay una distinción entre Dones (distinción escolástica):
Preternaturales: dones que están más allá de lo que la naturaleza
necesita para poder vivir. Dados por Dios en ese estado de “santidad
y justicia”. Estos dones fueron perdidos por el pecado de Adán.
o La integridad (no concupiscencia): no existía la dualidad
entre el apetito y la razón, no había desorden de su apetito.
No se daría “no hago el bien que quiero”. Donde querer,
pensar y actuar van de la mano.
o La inmortalidad: era un don de Dios dado por gracia, que no
le corresponde al ser humano en cuanto naturaleza, sino que
el ser humano tenía la posibilidad de no morir.
Naturales: los dones que necesita la naturaleza humana para vivir,
son los dones que le corresponde a la naturaleza humana.
Sobrenaturales: son aquellos dones que no le son propios a ninguna
creatura, en cuanto su ser, por necesidad; y son dados por Dios
gratuitamente y como:
o La amistad con Dios
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SEGUNDA PERSPECTIVA (ACTUAL)
o El ser humano ha sido creado en “santidad y justicia original”, hay una sola donación
de Dios al hombre para llevar al ser humano y toda la creación a la plenitud, su
realización más plena.
o Ruiz de la Peña (pp. 59-162): la muerte como pena del pecado es un dato bíblico y
del magisterio de la Iglesia. ¿en qué sentido la muerte es pena del pecado?
Lo que es la pena no es el hecho de morir, sino el modo en el que vivimos y
significados la realidad de la muerte.
Ya que la muerte para el ser humano no es solo un hecho físico, sino que
también es un momento complejo que incorpora una interpretación y una
narrativa respecto a ella.
De este modo, la muerte biológica no atentaría la relación con Dios. Ya que
en la Escritura la muerte y la vida no están identificada con una significación
biológica, sino a una significación teologal.
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la Iglesia católica por el mundo difundida. Porque por esta regla de la fe, aun los niños
pequeños que todavía no pudieron cometer ningún pecado por sí mismos, son
verdaderamente bautizados para la remisión de los pecados, a fin de que por la regeneración
se limpie en ellos lo que por la generación contrajeron.
10-04-18
El Indiculus
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o Todos hemos sido afectados por el pecado de Adán y, por ende, todos necesitamos
de la salvación universal de Jesucristo.
San Agustín
Referencia bibliográfica: Tomo VI, de sus Obras Completas de la BAC. Donde están los
textos vinculados al tema del pecado original.
Textos bíblicos referidos por San Agustín:
o Rm 5,5
o Fil 2,13
o 1Cor 4,7
Comprensión de la Gracia agustiniana:
o No acepta que la gracia de Dios se reduce a la libertad que Dios nos ha dado.
o Importa destacar mucho más los dones que el Salvador nos da y que necesitamos
todos.
o No solo poner la mirada en el acto creatural, sino también en Cristo.
o La gracia es ante todo una relación, la cual es dicha en términos cristológicos
(Jesucristo) y en términos pneumatológicos (el ES que ha sido derramado en nuestros
corazones).
o Esta relación tiene un efecto sanador, interior.
o San Agustín establece una distinción entre:
Libre albedrío (Libero Arbitrio):
- Permanece después del pecado de Adán, es la capacidad decisional,
de Pelagio.
Libertad (Libertas):
- Pelagio solo la entiende como una libertad en la acción; capacidad
decisional. Ausencia de coacción.
- Agustín: es una capacidad de auto-posesión, para la orientación
hacia la realización más plena. La autodeterminación hacia la
realización.
o La libertad es gracia de Dios, que no sólo se queda en la
capacidad (libre albedrío “posse”; sólo capacidad –en
Pelagio–), sino que también se da en la realización de la
misma.
o Con el pecado de Adán, perdimos la capacidad de
autodeterminarnos hacia nuestra plenitud.
Efectos del pecado de Adán y de la Gracia en San Agustín:
o
La gracia preveniente:
o La gracia es gratuita
o Antecede todo actuar humano, es la que causa el querer y el actuar humano.
Monjes de Adrumeto:
21
o Si esto es verdad, ¿qué sentido tiene la corrección fraterna y el empeño en una vida
austera si todo depende de la gratuidad de Dios?
o ¿Qué razón hay que yo te corrija, si lo que se debe hacer es rezar para que Dios te de
la gracia para que te conviertas?
o
Cómo entender un proceso de conversión:
o Inicio de fe (Initium Fidei)
Semipelagianos:
- La gracia, la fe es un don de Dios, pero la preparación es esfuerzo
personal.
En el Indiculus:
- La misma preparación es don de Dios.
- Incluso el inicio de la fe es acción de Dios.
- El paso de acercamiento a la fe es respuesta humana.
- Ejemplo: un enfermo es el que clama la venida del médico. La
sanación es obra del médico; pero para la sanación requiere la
petición o llamada (esta es expresión de la libertad).
- Lo que acontece en el bautismo es una renovación de Dios.
- No obstante, si creyéramos en la gracia preveniente, no habría igual
de condición entre los seres humanos, porque habría que esperar a
que Dios nos de dicha gracias.
o Perseverancia (Mantención)
Pelagio:
- Comprende que el esfuerzo de perseverancia es una acción
exclusivamente humana.
- La acción de Dios está al inicio de la fe, pero la perseverancia es
acción humana.
Sínodo de Orange, Indiculus:
- La gracia recibida en el bautismo se mantiene y es una relación que
está presente.
- Dependo perpetuamente de la gracia de Dios para seguir viviendo
en la gracia.
o Perseverancia Final
Semipelagianos:
- Dios nos permite obrar y querer el bien ¿qué pasa al final de la vida?
¿cómo se resuelve la salvación de la persona? ¿quién se salva?
Magisterio:
- Dios no predestina la salvación de unos y no de otros.
- Dios acaba lo que ha comenzado
- La salvación es una gracia.
22
Mantenerlo de modo lineal, como si en algún momento habría la situación
de un hombre sin la gracia de Dios.
Contraponer la libertad con la gracia de Dios
23-05-18
La gracia en San Agustín (2)
Las referencias bíblicas
o Rm 5,5: la gracia es una intervención directa en el corazón humano.
o Fil. 2,13: no es solo la capacidad es la que Dios la haya dado en el acto creatural,
sino también el obrar, el ejercicio el bien gracias a la acción de Dios.
o 1Cor 4,7: todo es un don de Dios, no te puedes basar en las propias capacidades
autosuficientemente.
La gracia es una relación entre el Ser humano y Dios, en esta relación se realiza un efecto
“sanante”.
La diferencia entre la libertad y el libre albedrío:
o Libre albedrío: Capacidad decisional entre diversas cosas; el cual se mantiene
después del pecado de Adán, aunque afectado, dañado.
Para Pelagio el libre albedrio es la libertad, él no hace la distinción. La
libertad en Pelagio coincide con una libertad de coacción, simplemente.
o Libertad: Don de Dios que es un acto de autoposesión y de orientación hacia un fin
con todo mi ser. Capacidad de finalización: voluntad orientada hacia Dios
(orientación hacia un fin). Esto es lo que perdimos con el pecado de Adán.
Cuando actuamos, según Agustín, siempre actuamos desde el “dominio de la
concupiscencia”, lo cual hace que actuemos movidos por el pecado, incluso si hacemos cosas
buenas: no somos capaces de obrar el bien. De ahí que necesitemos siempre de la gracia, que
es una relación que opera una ayuda (adjutorium) o auxilio (auxilium) interior.
La gracia es una acción que se realiza en el interior del ser humano, no es sólo algo externo
(predicación y ejemplo de los santos), no es sólo una capacidad; es Dios quien produce esto
en cada uno de nosotros.
Hay una necesidad permanente de la gracia. Mi libre albedrío se va convirtiendo en la práctica
del ser humano en libertad. Libre albedrío y libertad no son cosas separadas. La libertad se
va ganando a partir del ejercicio de mi libre albedrío: pues “mi libertad ha de ser liberada”
La gracia no suplanta el libre albedrío, pero hace que este se ponga en situación capaz de
libertad, para ganar progresivamente la orientación hacia Dios. Este proceso es impulsado y
debido a la acción de la gracia de Dios.
Toda acción buena mía es siempre gracia, es una acción de Dios que provoca en ti el querer
y el obrar y también es obra de tu libertad. Porque la gracia provoca la liberación del libre
albedrío.
Un elemento problemático del pensamiento agustiniano es lo relacionado con la
predestinación (aunque no comprendida como el protestantismo): no todos se salvan, ni todos
los que participan de la gracia de Dios se van salvar.
Para Pelagio:
23
o La gracia es el “posse” (capacidad) de conocer y hacer el bien ahora. Esta capacidad
no ha sido afectada por la transgresión de Adán. Es el contexto que se ha dañado, y
ello dificulta la capacidad de hacer el bien.
o Para él el pecado de Adán no tiene influencia en nosotros.
Para Agustín:
o Además del “posse” don de Dios, el que quieras (“velle”) el bien y lo hagas (“esse”)
es también una acción de la gracia de Dios. Dios no sólo da la capacidad.
Nuestra naturaleza, para Agustín, se ha visto afectada. No solo hay que fijarse en el Dios
creador que nos ha dado la capacidad; sino también hay que mirar al Dios Redentor que nos
salva del pecado.
Nosotros tenemos una naturaleza:
o Vulnerada
o Herida
o Desgarrada
o Arruinada
El efecto del pecado de Adán (pecado original originante) es real en nuestra naturaleza: una
“naturaleza caída”; una “naturaleza viciada”: “el ser humano mudado en peor”… y la
humanidad en su conjunto se ha transformado en una “massa damnata” (masa de perdición).
Todos los seres humanos obramos desde nuestro pecado, desde nuestra raíz del orgullo. Por
lo tanto, necesitamos la gracia de Cristo, parar que restablezca nuestra naturaleza, para tener
una nueva voluntad.
El efecto de la gracia en Adán, antes del pecado, no es sanante, es un efecto de libertad,
porque antes del pecado no hay daño en su naturaleza.
Frente a esta postura, la reacción proviene del monacato: porque ¿qué sentido tiene la ascesis,
el esfuerzo por caminar hacia la santidad”
o “Comienza Dios a obrar para que nosotros queramos y cuando queremos con
nosotros copera para perfeccionar la obra, de modo que para que cuando nosotros
queramos Dios con nosotros coopera…”
Agustín hace una distinción entre el momento originario de Adán:
o Adán también necesita de la gracia, pone por obra su libertad, por gracia de Dios.
Pero Adán podía no morir (posse non mori); la prima inmortalitas.
o Adán no conocía la lucha interior: división entre la voluntad, el querer, la apetencia
de la carne (concupiscencia: desorden del pecado carnal).
o Adán podía no pecar (posse non peccare), la prima libertas.
Adán perdió esta condición con su pecado y arrastró al ser humano en esta pérdida. Hoy nadie
nace en esta condición de este Adán inocente; perdimos esta posibilidad.
o Pelagio decía que con nuestra capacidad: la impecancia, como ejercicio de la libertad.
Por lo tanto, en Adán la gracia no tiene un efecto sanante, sino una gracia de libertad. Adán
tiene una ayuda sin la cual no puede (adjutorium sine quo non) ejercer su libertad. Su libertad
es resultado con una ayuda sin la cual no puede obrar el bien.
Nosotros tenemos una ayuda que provoca (adjutorium quo) el efecto del bien. En nosotros la
ayuda provoca la perseverancia, provoca que actuemos el bien. Hace que aquí y ahora quiera
24
y obre el bien. No sólo es la perseverancia, sino que la provoca. No es sólo una capacidad
para hacer el bien, es el querer y el actuar el bien.
La gracia no anula el libre albedrío, no lo suprime; provoca el libre albedrío.
La interpretación que San Agustín hace de Rm 5,12 (por un hombre entró el pecado en el
mundo, y por el pecado la muerte…):
o San Agustín utilizó un texto latino, que no es la Vulgata, es la Vetus Latina, que tiene
un doble problema en la interpretación, el cual no desmorona la argumentación
teológica agustiniana:
¿Qué es lo que heredamos de Adán?:
Vetus Latina: omite la palabra muerte; por lo tanto, la interpretación
agustiniana interpreta que lo que se hereda es el “pecado”.
o Nosotros entendemos, hoy, que lo que se hereda es la
muerte.
Palabra griega “ἐρηο” traducción latina “in quo” (en el cual); no es
“en Él todo pecaron” (transformación de Adán en un universal; en
su acto todos transgredimos); “ya que todos pecamos” (énfasis en la
condición pecadora del ser humano).
o San Agustín interpreta que la concupiscencia es el desorden carnal, el cual e asoció
a que el medio de transmisión del pecado original era el acto generativo/sexual a
través del cual se hereda.
Predestinación: ¿Quiénes se salvan, perseveran?
o San Agustín tiene una evolución en este punto de su pensamiento; quiere afirmar que
a predestinación es un acto mediante le cual Dios decide libremente la salvación de
los hombres y mujeres. No es un acto necesitante. Se quiere afirmar la gratuidad
absoluta de la gracia; y la soberanía de la libertad divina. Dios no actúa nunca por
coacción.
o Si somos una “massa damnata” es de justicia que merezcamos la condenación.
o No es un dato de pre-ciencia, Dios sabía de antemano quién acogería o rechazaría la
gracia.
o Sólo hay una sola predestinación: la salvación (libre y soberanamente); pero esta sólo
para algunos. No hay doble predestinación, Dios no predestina a nadie al mal.
22 y 24-05-18
La gracia en Santo Tomás
Introducción
La escolástica nos introduce en una nueva forma de hablar de la gracia
Suma Theologica I-II qq 109-114
Suma Contra Gentiles Libro 3 cap. 147-163
25
Este nuevo modo de sistematizar la gracia tiene como punto de partida la naturaleza (llamado
a la comunión con Dios).
o Aunque su límite ha sido la cosificación de la gracia y la separación entre el mundo
natural y el sobrenatural (el mundo natural puede alcanzar sus fines desconectado de
lo sobrenatural, que lo vuelve prescindible o accesorio).
La naturaleza:
Es un principio de existencia “lo que la cosa es”
Es un principio de operación y actividad, es una mirada teleológica: hacia un fin que le es
propio.
o p.e. El ser humano en cuanto naturaleza tiende a un fin: la comunión con Dios. Ese
es su fin más propio.
La comunión con Dios, la participación de la vida divina, la visión beatífica: es un fin que
supera a las propias fuerzas humanas. No podemos alcanzar ese fin sólo con nuestras propias
fuerzas.
La gracia es:
Gratuita porque Dios nos tiene que mover, elevar, permitir de su vida divina. No lo logramos
tener por nuestras fuerzas propias.
Es un fin sobrenatural (está más allá de lo que nuestra naturaleza puede, nada en la creación
puede alcanzar la comunión con Dios, por sí mismo).
La gracia y la comunión con Dios se hace alcanzable gracias a un “auxilio proporcionado”
por Dios. Un auxilio sobre natural: la gracia.
Para Santo Tomás, la gracia es aquello que nos permite sobrepasar las fuerzas propias de
nuestra naturaleza, aquello que nos eleva perfeccionando nuestra naturaleza. Es una gracia
“elevante”.
Esta naturaleza ha sido afectada por la transgresión de Adán (S. Tomás recoge el pensamiento
agustiniano, y los desarrollos dogmáticos del concilio de Cartago). Ha sido afectado su
conocer, su querer, su inteligencia (experimentada mediante su ignorancia). Lo cual se
experimenta por su concupiscencia.
La gracia tiene un efecto sanante “sanans”, es la misma gracia. Nos permite ahora hacer cosas
buenas en nuestra vida.
Gratia increata:
o La fuente de la gracia es Dios Trino en su amor y benevolencia hacia el ser humano.
o La escolástica habla de la “gratia increata”: Dios mismo que ama al ser humano y
que es benevolente con el ser humano. La gracia es alguien y no algo, esencialmente.
Gratia creata:
o La cercanía de Dios al ser humano produce un efecto “gratia creata”. Consiste en los
dones y efectos de la benevolencia de Dios en el ser humano.
o Es un efecto de la gratia increata en el ser humano.
o “La gracia humaniza divinizando”. Dado que nos permite alcanzar algo
sobrenatural, perfecciona la naturaleza, no la suprime.
26
o El orden natural no está desconectado del sobrenatural. Este acercamiento
sobrenatural de Dios permite la plenificación del orden natural. Un sobrepasamiento
permite perfeccionar lo que naturalmente se aspire.
o Estos efectos de la gracia increata fueron denominadas de formas distintas, pero
hablamos de una sola gracia.
Creatoris: Adán es creado con la gracia y el auxilio para alcanzar el fin que
naturalmente está llamado. Es “elevans” porque Adán no puede por su propia
naturaleza alcanzar el fin sobrenatural: La plena comunión con Dios.
Redemptoris: Después del pecado de Adán, que enfermó nuestra naturaleza,
la gracia es “elevans” et “sanans”. El amor de Dios en nosotros produce un
efecto sanante. Nosotros en nuestro estado actual no podemos hacer ningún
bien meritorio (que le valga para alcanzar el fin sobrenatural; que no son
conducentes a nuestra salvación).
Siempre requerimos la gracia “sanante y elevante” para los actos
meritorios. Somos realmente nosotros que alcanzamos este fin,
debido a la gracia de Dios.
o Distinción entre:
Gratia Actualis (gracia actual): es una gracia que viene a ayudarme. Es una
ayuda puntual que me permite hacerle frente a los impedimentos; que nos
permite perseverar en el bien.
Gratis data: gracia gratuita; es la gracia que recibimos para la
edificación, y la conversión de otra persona, de la comunidad.
Es gracia actual, en tanto que es ayuda de Idos; es la gracia que me
permite perseverar, la que me mueve a la conversión, al bautismo.
Es el inicio de la fe (initium fidei).
Pero también es la gracia que me permite perseverar.
o Iluminación (Illuminationis)
o Inspiración (Inspirationis)
o Gracia preveniente (Praeveniens), la que antecede cualquier
mérito.
o Gracia suficiente (Sufficiens)
o Gracia eficaz (Efficax)
Gratia Habitual (gracia habitual): que me hace grato a los ojos de Dios; la
que me hace grato (gratum faciens).
Es la gracia que es forma accidental, un don habitual (hábito) y una
cualidad.
o Es una forma accidental: no se afirma que es de “segunda
categoría”; sino que no es substancial, no la tenemos como
parte de nuestra substancia (no somos dioses). Pues la gracia
es Dios mismo.
o Es una “cualitas” (cualidad): una nueva manera de ser, un
nuevo modo de vivir, una existencia diferente.
o Es un “habitus” (hábito): es un don habitual.
27
La gracia habitual es la “justificación” (como efecto del amor de
Dios), el cual está mediado por el bautismo. Es Dios actuando desde
dentro, silencioso, firme y constante. Es el sustrato o fundamento de
nuestra vida que nos atrae a la profundidad de nuestro corazón donde
hallaremos la plenitud del fin al cual somos creados.
Es “gratia gratum faciens” (la gracia que nos hace gratos) es la que
nos sana y eleva ante Dios. Esta gracia nos permite ser, en plenitud,
lo que somos y que no podemos ser por nuestras propias fuerzas; la
gracia, por tanto, nos humaniza.
Es una forma accidental sobreañadida a la potencia habitual.
Esta gracia nos capacita, nos habilita, nos permite realizar obras
meritorias. Nos permite ser de un modo distinto.
Es un principio interno del actuar.
La gracia habitual es un principio de ser y de operación.
o Habito: internalización de una conducta que permite obrar
sin mucha conciencia y con mayor facilidad.
Permite que la acción humana sea consistente; y
oportunamente (en el momento adecuado). Incluso
incorpora un cierto placer.
o La gracia habitual es que obremos meritoriamente de una
manera con prontitud (prompte), con facilidad (faciliter) y
que sea deleitosa (delectabiliter).
o Nos inclina a un cierto patrón de conducta.
o Es una destreza o una habilidad, que nos transforma y
empodera para una actividad nueva. Somos capaces de vivir
de un modo que no se tenía antes.
Gratia operans (gracia operante): La acción de Dios en mí, que opera en mi
actuar. Es mirada desde la iniciativa y libertad antecedente Dios, Dios
operando en mí, capacitándome, habilitándome un ser y un existir nuevo.
Gratia cooperans (gracia cooperante): la gracia se hace cooperante cuando
acojo esa gracia y se visibiliza en acción con la que coopero la acción de
Dios.
Tomas diferencia la gracia habitual operante (Dios verdaderamente opera
en mí transformándome en el bautismo) y gracia actual cooperante (cuando
la gracia habitual del bautismo se externaliza)
Gracia actual operante es la ayuda concreta de Dios, es la iniciativa de Dios,
gratuita. Será gracia actual cooperante, cuando la gracia se haga realidad en
los actos
o La referencia a la naturaleza pura “independencia de las realidades temporales” que
permitiría a que el ser humano tiene por naturaleza las facultades para alcanzar sus
fines naturales. Dios, de este modo, sería prescindible.
o Dios estaría obligado para dársenos para que el hombre alcance su fin: comunión.
“Naturaleza proporcionada a eses fin, deseo natural del fin, tendencia a ese fin; pero el
hombre por naturaleza tiene un fin adecuado del que siente el deseo natural y que pude
28
obtener empleando sus solas fuerzas naturales. Dicho fin es la contemplación de la divinidad
en cuanto es posible de acuerdo con su propia naturaleza. Hay otro fin para el cual Dios
prepara al hombre que es desproporcionado para el hombre: tener la vida eterna. Es preciso
que al hombre se le conceda ayuda para obrar de acuerdo con ese propio fin, sino para que
la naturaleza sea elevada de modo que lo alcance: ello es la gracia. La caridad.” (De
Veritate q.27, art.31)
El efecto de la gratia increata:
29-05-18
Lutero (1)
Lutero va a responder radicalmente a la escolástica de su tiempo, en el siglo XVI.
La respuesta de Lutero también tiene una antropología detrás.
Según Lutero, este pensamiento se ha hecho más odioso que la Ley. Trayendo a san Pablo
como contrario a la Ley como fundamento de la justificación.
Estará contrario a la “meritocracia soteriológica”.
Justificación
Para hablar de ello se recurre a un lenguaje técnico para referirse al efecto mayor que Dios
ha realiza en el ser humano. El amor de Dios que hace justos a los seres humanos.
En la perspectiva luterana tiene una influencia la vida de Lutero, “la insuficiencia de la propia
existencia para alcanzar la salvación”.
29
La interpretación de Lutero sobre la Justificación, se evidencia con claridad en la Carta a los
Romanos:
o El único justo es Jesucristo.
o Dios es justo y justificador.
o La única justicia es la de Jesucristo, por lo tanto, la justicia aplicada a los hombres es
la justicia de Jesucristo.
o Los méritos que son considerados delante del Padre son los de Jesucristo. Nosotros
no podemos ser meritorios ante el Padre.
o La justificación es anterior a la regeneración y santificación de la persona. La
justificación es simplemente que Dios nos considera justos gracias a los méritos de
Jesucristo. El efecto vicario de Jesucristo se evidencia en el “feliz intercambio”
(justificación vicaria).
o El único justo nos vuelve justo, no porque seamos renovados por la justificación.
Sino que la justicia que Dios nos imputa la reconoce en la justicia de Jesucristo.
31-05-18
Lutero (2)
Justificación:
Únicamente por los méritos de Cristo. La justicia sólo de Cristo (feliz intercambio).
o El único justo es Jesucristo. Es un Dios justificador. La justicia en primer lugar es
una justicia imputada.
La justicia para para Lutero
o Imputada: la justicia no es “imputada”, Dios nos mira y a sus ojos somos justos en
virtud de la vida y obediencia de Jesucristo.
o Incoada: está ahí, en barbecho.
o Consumada: reconoce un obrar bueno. Esa justicia sólo será consumada en la
Resurrección. ¿Qué nos justica? La fe, nunca el obrar humano.
Justificación es diferente a Regeneración o Santificación (catolicismo).
o El pecado permanece, el pecado ha sido perdonado.
o Justificación no es lo mismo que regeneración, se restablece.
o No tengo la certeza racional, pero tengo la confianza.
Justificación:
o Mera no-imputación: Justicia forense.
o El pecado permanece: simul iustus et pecator.
o El ser humano justo sólo por una nueva relación Dios: Dios lo acepta como justo
(justificación es diferente a regeneración y santificación).
o No puede merecer: enmienda de vida es consecuencia de la justificación, no
condición para ella.
30
o Justicia no es una nueva forma o nueva cualidad en el hombre.
Naturaleza corrupta (De servo arbitrio)
o La naturaleza está corrompida, busca ser fundamento en sí misma. Se ha quebrado la
relación.
o El pecado original es la concupiscencia.
o La concesión del pecado original es la concupiscencia (esa inclinación). Niega la
posibilidad de obras buenas, de que ese acto sea éticamente bueno; sino como
merecimiento para las obras buenas.
El único camino es la fe, fe fiducial que es una actitud de confianza; un abandono total que
se reconoce pecador, pero que confía. Es un encuentro particular de la misericordia: “me
entrego a Dios, esperándolo todo de Él”.
La fe es un instrumento para su justificación. La fe no es una obra nuestra.
Clasificación
Naturaleza corrupta
De Servo Arbitrio (1525)
o Estamos dominados por el amor propio, nuestra realidad, nos domina nuestra
autoreferencialidad. Porque busca en sí misma su fundamento.
o La concupiscencia, es el pecado más radical, hemos perdido nuestras fuerzas y
facultades naturales, el pecado original tiene un efecto devastador.
o El pecado original es la presencia de la concupiscencia, inclinación a uno mismo,
amor propio que afecta la voluntad.
La Iglesia Católica nunca ha considerado la concupiscencia es pecado.
o El pecado es todo lo que hace el ser humano a partir de su libertad, incluso lo que
nosotros llamamos obras buenas. Todo lo que existe en el ser humano es resistencia
contra Dios.
o Es una reacción a la idea de la gracia creada, como hábito, cualidad en el alma,
accidental. Añadida a la naturaleza.
El pensamiento luterano enfatiza lo extrínseco de la salvación, no hay una renovación de la
persona humana.
Se ha quebrado una relación con Dios.
El único camino para llegar a la justificación es la fe (Fiducial) no un es un contenido sino
una actitud existencial de confianza en Dios. Es un abandono total del ser humano que se
reconoce pecador a Dios.
Creo que Dios y en su misericordia, me abandono a ella, en Jesucristo.
Dios le concede el perdón al pecador que se arrepiente.
La fe es un instrumento para la justificación. Es el medio, es la mano que extiende el mendigo-
no es la fe la que produce la justificación. Incluso la fe no es una obra nuestra, es una obra de
Dios en nosotros.
05-06-18
Lutero (3)
31
Sola fide
o Fe fiducial
Obra de Dios, ningún acto humano tiene la dignidad tal que nos haga merecer
la justificación.
Es un instrumento con el que hacemos nuestra la justicia de Jesucristo.
Es como la mano del mendigo tendida, es un camino, que no produce
mecánicamente la justificación.
Solus Christus
o El polo objetivo es Cristo.
El único justo es Jesucristo.
El único que ha alcanzado la justicia de Dios.
o El polo subjetivo es la fe (vehículo que no s conduce a la fe).
La fe no produce la justicia.
Por la fe, la justicia de Jesucristo, no es dada.
o La fe es una condición necesaria para que se de el intercambio feliz, en donde soy
liberado de la culpa, donde recibo esta confianza, esta certeza.
o A través de la escucha de la palabra yo acepto e internalizo la reconciliación que ha
sido dada en Jesucristo y el reconocimiento del pecado.
Sola Gratia
o La justificación es una gracia.
o La fe es un don de Dios que se nos es dado sin merecimiento alguno.
o Dudar de la propia salvación sería no estar en la fe que es camino y vehículo de la
justificación.
o Hay una certeza subjetiva de la propia salvación.
o En ningún momento se comprende que la fe de Lutero está desligada de las obras.
Pues la fe se traduce en acciones. Lo que se afirma es que las acciones no tienen
mérito en sí para alcanzar la justificación.
o Ninguna obra del ser humano nos alcanza en sí misma la salvación. Pero ¿si no hay
obras, ello complejiza la propia salvación?
o Tenemos que ser libres incluso frente a las obras, no necesitar más que la fe. Pero el
justificado (bautizado) debe vivir de acuerdo con esa fe. Las buenas obras son la
constatación de aquella fe fiducial que yo poseo.
o Lo que posibilita las buenas obras es la buena conciencia. De allí se entiende la
esperanza de la salvación.
o Queda fuera de la concepción luterana la idea de la “cooperación” del ser humano en
la obra de Dios.
07-06-18
Concilio de Trento
Generalidades:
o En los cuatro primeros cánones se siguen declaraciones magisteriales propias de
otros concilios.
Decreto sobre el Pecado Original (DH 1510-1516)
32
o Canon 5:
Afirma que el bautismo verdaderamente perdona el pecado original.
Los que dicen que se rae y no se produce el perdón del pecado original (no
se destruye el pecado original).
Nada en los renacidos por el bautismo odia a Dios.
Lo que permanece después del pecado es la concupiscencia (es un apetito y
deseo del ser humano; la ausencia de la integridad personal, no logro
unificar, mi apetito se dinamiza con independencia, es una inclinación al
mal.) que no es pecado.
- Lutero comprendía la concupiscencia es la prueba material de que
tenemos una naturaleza totalmente corrompida y que el bautismo no
la sana.
o Pecado es la rebelión del ser humano contra Dios, la
resistencia del hombre a la voluntad de Dios... por lo tanto
la concupiscencia es un pecado para él.
Trento quiere dejar fuera la idea que la justificación es un mero juicio externo
que nos declara justos. Pero quiere expresar la renovación de la persona.
La concupiscencia: es el desorden de la apetencia, la cual se percibe como
no orientada por la libertad.
- Muchos autores la definen como parte de la naturaleza humana
(Rahner), y otro no.
o Cap. 1:
El ser humano está totalmente corrompido (luteranos).
Nuestra libertad no está extinguida, nuestras capacidades están afectadas
pero no están anuladas totalmente (católicos).
o Cap. 2:
necesidad de Jesucristo para esa renovación, renovación que tiene una
preparación
renovación mediada por el Bautismo.
o Cap. 3:
33
Cristo murió por todos.
Se les comunican los méritos de su pasión a quienes renacen en Cristo.
Con ese renacer se les da la gracia que les hace justos.
o Cap. 4:
Justificación como un paso de un estado a otro, un cambio, una
“regeneración”.
El bautismo como mediación para esta renovación.
o Cap. 5
La preparación al bautismo (initium fidei) es también obra de Dios.
La cual supone la colaboración libre del ser humano. Dios lo excita, lo ayuda
a que coopere.
o Cap. 6
Presenta componentes de la preparación (no son actos cronológicos ni un
“check list” para comprender la conversión).
12-06-18
Concilio de Trento (2)
o Cap. 7 (el corazón de este decreto, núcleo de la respuesta católica al pensamiento
luterano). Vinculación con el canon 11.
Afirmación de la renovación verdadera del ser humano (renovación
interior), posterior al bautismo (santificación y renovación). Es verdadera
santificación
Ello se da por la voluntaria recepción de la gracia y los dones que
transforma al hombre injusto en justo. No es un acto que prescinda de la
libertad humana.
Presenta el proceso de la justificación mediante categorías aristotélicas, lo
importante es destacar la “causa instrumental”: el bautismo materialmente,
o su deseo (cap. 4).
Insistencia de la “Renovación Interior”: la justificación implica que
verdaderamente somos justos (no una mera imputación externa), ya que la
causa formal es la justicia de Dios, aquella que nos hace justos. Aquella que
dotados por Él somos justificados.
Cada justificación depende de cada uno de nosotros, no opera
mecánicamente, supone nuestra cooperación y disposición. Por ello
después de puede expresar la posibilidad de progreso y acrecentamiento de
nuestra persona.
- La gracia bautismal es susceptible de crecer, desarrollarse,
fructificar en cada uno según la disposición y cooperación de cada
uno.
Mención a la “Justicia Inherente” (lenguaje que afirma la verdadera
transformación del ser humano por la gracia, mediada por el bautismo), la
gracia de la justificación es un don creado, un efecto duradero que permanece
en la persona. Es una transformación verdadera que queda en la persona,
nunca de forma substancial, sino accidental, porque es un don creatural. La
34
transformación real permanece en el justificado; se mantiene en el tiempo.
Este cambio es el que permite un modo de ser y actuar diferente. [cfr. DH
1530]
- La filiación divina, podría ser un modo de entender esta gracia
inherente: “hijos en el Hijo”: la “filiación adoptiva”.
o Cap. 8: “Somos justificados por la fe y gratuitamente”
Se asume aquello que Lutero afirmaba: la importancia de la fe en la
justificación y la no atribución de la salvación a la propia acción.
Al mismo tiempo desestima el “desprecio” que tiene Lutero de la
cooperación humana.
Se desestima que la fe que justifica sólo sea una cuestión cognoscitiva:
confianza, certeza en el perdón de los pecados.
La comprensión de fe en el concilio es el de la “fe que obra por la caridad”.
Un don de Dios.
14-06-18
35
o Gracia suficiente: es la gracia mirada desde el punto de vista de la iniciativa de Dios
que me otorga lo necesario para la salvación, la posibilidad y capacidad para
moverme hacia la conversión y el bautismo.
o Gracia eficaz: esta gracia es eficaz cuando la voluntad humana asiente, la acoge, la
consciente. De este modo la gracia dará un fruto verdadero.
Rahner trata de evitar la cosificación a partir de la distinción de la gracia. Es mejor optar por
la comprensión de la gracia como una “oferta” y en ese sentido es eficaz, está siempre
proponiendo, dialogando con el ser humano. Que es eficaz respecto al ser humano, cuando
éste corresponde y responde generosamente a dicha oferta.
A finales del siglo XVI se articularon dos escuelas teológicas que polemizaron:
o Domingo Bañez (+1604, dominico)
La premoción: primacía del querer y el obrar de Dios. Lo que acontece es
que Dios mueve la libertad y voluntad del ser humano. Dios que provoca
algo en el ser humano eficientemente. Es una premoción física: Dios provoca
el efecto.
El querer de Dios es una gracia eficaz porque mueve infaliblemente al ser
humano y asegura el efecto. Dios provoca el efecto que Él quiere, moviendo
al ser humano.
Esta premoción no suprime la libertad. Dios mueve las cosas de acuerdo con
la naturaleza de las cosas.
La dificultad que se presenta es que la premoción y la libertad humana no se
articulan evidentemente, la libertad del ser humano se ve disminuida en
exceso.
La corriente agustiniana es muy similar a esta postura, que plantea una
influencia de Dios que es más física (el deleite) Dios mueve nuestro querer,
terminamos seducidos por el bien, no vamos a hacer el bien por una cuestión
física, sino porque queremos y somos seducidos irresistiblemente.
o Molina (+1600, jesuita)
Es una reacción frente al luteranismo y calvinismo, requiere enfatizar la
libertad humana.
Todo don de Dios al ser humano comporta la participación y cooperación
del ser humano.
“concurso (concurrencia) simultáneo” en el ser humano concurren
simultáneamente la libertad humana y el querer de Dios.
El esquema de la simultaneidad se contrapone al de la premoción de Dios en
el ser humano.
La libertad del ser humano produce una parte del efecto junto a Dios.
¿Cómo salvar la eficacia y trascendencia del querer de Dios para no hacerlo
dependiente del libre albedrío humano?
La “ciencia media” es una ciencia de los “futuribles posibles”, es el
conocimiento de Dios del futuro. Dios quien conociendo ese futuro otorga la
gracia que será acogida.
La dificultad es que sigue haciendo depender el querer de Dios del libro
albedrío.
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Deficiencias, vicios de origen en esta conversación:
o La secuencialización, articular el querer de Dios con la libertad humana de modo
secuencial, lo cual hace que nos entrampemos en preguntas sobre lo que fue
temporalmente primero.
o La contraposición de la libertad del ser humano respecto a la voluntad de Dios. La
“defensa” de la libertad a partir de la distancia del querer de Dios, concepción de que
la libertad humana es tal cuando Dios no está.
Pensadores que van a problematizar las afirmaciones que Trento estableció, ellos lo hicieron
a partir de las tesis agustinianas (resurgimiento del agustinianismo).
El pensamiento de Bayo y de Jansenio implicaría una lectura descontextualizada de san
Agustín.
o Error histórico: pensar que un autor puede resolver y explicar todas las preguntas
existentes. Un ejemplo de ello es la cuestión respecto a la naturaleza.
o Error metodológico: pretender que un autor se haya planteado cuestiones que nunca
pensó y nunca problematizó.
Los debates con estos pensadores no van a aportar novedad alguna a las formulaciones de
Trento, sino serán una profundización de la misma.
El elemento común a estos autores es la resistencia a la escolástica, a sus categorías, et. Es
una respuesta al protestantismo desde San Agustín y no desde la escolástica. Es una reflexión
de la problemática desde las categorías agustinianas.
Se mueven entre: el pesimismo antropológico de la época y el optimismo del ser humano
producto del humanismo y renacimiento.
19-06-18
Miguel Bayo (+1589)
o Antropología teológica de Miguel Bayo
Es pelagiano cuando se imagina en el estado natural del ser humano; que los
dones de Dios son dones que han sido dones naturales (naturalización de la
gracia).
Es calvinista, en su idea de la naturaleza humana corrompida (pesimismo
antropológico): tras la transgresión primera nuestro querer, libertad,
voluntad, acción y conocimiento están corrompidos.
Es luterano, en su concepto de lo que opera la gracia de Jesucristo en el ser
humano. Es una acción extrínseca, no hay transformación (no es una
renovación interior del hombre).
o Planteamientos teológicos de Bayo:
Es un planteamiento diferente al de Pelagio (por el acto creatural tenemos la
gracia).
Agustín entiende el mal como la carencia de un bien debido, entonces lo
natural es lo necesario y que se requiere para la integridad de una cosa (para
su existencia y aquello que si se padece se originaría el mal).
Bayo entiende que la concupiscencia es un mal, una fuente de pecado.
La justicia y santidad original de Adán es la unidad entre el querer, el pensar
y el actuar.
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Podemos existir sin esa santidad y justicia; pero padecemos la carencia de
ello.
Para ser humano íntegro nos es debida esta justicia y santidad original,
porque sin ello el ser humano sufre un mal.
Por lo tanto, para Adán esa santidad y justicia le era debido, le era natural.
La transgresión de Adán ha originado esta fractura que generó dos órdenes
entre aquello que teníamos y que perdimos; lo que debíamos haber tenido y
se perdió, etc.
Bayo creía que la acción salvífica de Jesucristo que era un acto reparador y
restauración de la naturaleza pura perdida por la transgresión de Adán.
- La justicia que nos vuelve a dar Jesucristo no es la justicia y santidad
original, la cual se perdió. Entonces aparece la idea de lo
sobrenatural con Jesucristo.
- Si se afirma la mera reparación implicaría afirmar que Adán no
necesitaría de la salvación de Jesucristo. Y sólo se afirmaría que la
salvación de Jesucristo, no es una “nueva creación”.
La discusión se circunscribe entorno a la concepción de “naturaleza pura”.
Cuando se afirma que ese don no es “debido” para nuestra integridad, se
menoscaba la libertad de Dios y la gratuidad del don de la gracia.
- Rahner: nos dice que la noción de la “naturaleza pura” es una
afirmación de que no existe sin el amor, la cercanía y el cuidado de
Dios (existencial sobrenatural).
La libertad esta subyugada por la concupiscencia.
Se va a condenar en Bayo 79 proposiciones suyas.
- La naturalización de la gracia, y se va a resaltar la gratuidad de la
gracia divina. En Bayo se trata de una naturaleza “debida”.
- La inmortalidad de Adán es parte de la “naturaleza humana”.
- Es falso pensar que Dios pudo haber creado al ser humano con una
naturaleza sin lo necesario para su integridad.
- El libre albedrío solo es para pecar sin la gracia.
- Solo por error pelagiano se puede afirmar que el libre albedrío para
el bien.
- No hay verdadera renovación en Cristo, es una “restauración”.
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o La nota característica del jansenismo es el “pesimismo antropológico”, el cual tiene
su punto de partida entre la distinción del “sueño de Dios” y lo que sucedió con la
traición del ser humano.
o En esa transgresión el ser humano tiene una responsabilidad. El hombre no podía ser
creado con la concupiscencia la cual nos lleva a lo que irresistiblemente al pecado.
o Nuestra libertad y querer están corrompidos, y esta desunión nos mueve
indefectiblemente
o Solamente en Adán se encuentra la perfección del ser humano, el cual también
necesitaba la acción de la gracia; sin embargo, tenía la posibilidad de resistirse a la
acción de la gracia.
21-06-18
Jansenismo (2)
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Para merecer y desmerecer no se requiere la libertad, sino que basta la
libertad de coacción.
o La no universalidad de la salvación de Cristo y la predestinación.
No todos hemos recibido esta gracia, por lo tanto, Cristo no ha muerto por
todos. Basta mirar la realidad del pecado en el mundo.
o Se condena la afirmación de que todo lo que hace el ser humano es pecado.
o Se condena la comprensión que la naturaleza de Adán antes de la transgresión era
natural y le era debida (desde una perspectiva teleológica).
Síntesis:
El punto de partida: no somos transparentes respecto a nuestra reflexión antropológico-
teológica, tiene también base en quienes somos nosotros y nuestros “prejuicios”.
La reflexión teológica es mistagógica del ser humano (de quién soy yo). Una ayuda a nombrar
mi identidad, mi actuar, mis deseos, etc.
El curso no ha querido ser un análisis de algo externo, sino que se relaciones con lo que
aquello que sucede en mi interior.
La teología habla del ser humano en cuanto relacionado con Dios, no habla del ser humano
como un ente abstracto, habla del ser humano desde su relación más primigenia: su relación
con Dios, en cuanto criatura finita pero acompañada por Dios.
Al hablar del ser humano en el semestre hay aspecto que no se han hablado (silencios):
o La dimensión social del ser humano no ha sido fuertemente tratada, pues hay un
acento en la dimensión individual. La reflexión actual tiene una mirada relacional del
ser humano, está constituido por relaciones que lo hacen ser quien es.
o La dimensión afectiva (estructurante en el ser humano) es el modo en que la realidad
impacta en mí suscitándonos emociones, sentimientos, etc. Esta dimensión ha sido
tocada poco en el semestre.
o Cómo me acerco al ser humano a sus capacidades: querer, su voluntad. Cómo nos
situamos respecto a la cultura que puede ser pesimista (los hombres de esa cultura
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están afectados en su querer, su actuar) o desde una más optimista (los recursos del
ser humano, el discernimiento, su querer, su actuar, etc.).
o Esa relación de Dios cómo acontece desde el punto de vista de mi actuar; ¿soy yo
quien a través de mi actuar merezco mi salvación por mis esfuerzos? Con su
correspondiente imagen de la santidad. O puedo estar en narrativas que extreman la
pecaminosidad del ser humano, todo es don y pura gracia, es Dios quien libremente
te escoge. Mi actuar pierde fuerza en la construcción de un mundo mejor. La
conversación de la relación entre la fe y las obras. La articulación entre gracia y
libertad humana.
o
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