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En la lectura de R. H.

Barrow de Los Romanos se quiere dar una aproximación o un


intento de querer conocer ¿qué clase de hombres eran los romanos? Barrow ofrece
ciertas características del pensamiento romano, por ejemplo del res gestae que serían
las “cosas hechas” algo que para los romanos les hubiera encantado, ser juzgado por
las cosas hechas, o sea la historia, lo cual es importante para poder hablar de su
literatura, pues a diferencia de la literatura griega de la que se estudia la historia para
comprender su literatura, la romana se estudia para comprender su historia. Un factor
determinante en la vida del romano es ese sentido de una “fuerza” ajena a él, que
tanto individualmente como colectivamente debe tener en cuenta, necesitaba
subordinarse a algo, pues si se rehúsa provoca el desastre, tiene que ser un
cooperador, estar en esa categoría para hacer la voluntad de la fuerza, dándole así
un sentido de dedicación. Se ve el hombre romano como un mediador, un
instrumento. Este sentido de dedicación que empieza en la familia se extiende a las
ciudades-estado y culminó en la idea imperial, siempre ligado a la esencia religiosa.

Un aspecto importante dentro del ideal romano era esa mentalidad romana de
soldado-campesino, no separados, sino juntos, el romano debía hacer ese trabajo
indispensable para la vida como lo era lo agrario, haciendo planes y preparar la
labranza y sembrar, pero si tiene que ayudar a las fuerzas militares, tiene que estar y
esperar por ello. De ahí muchas de las virtudes que poseía el campesino romano
como, la honradez, frugalidad, paciencia, esfuerzo, tenacidad, independencia,
características que de igual forma disfrutaban los soldados, que debían conocer las
técnicas de los albañiles, saber construir y abrir caminos, campamentos o
fortificaciones. Por lo que el romano campesino o soldado compartían esas virtudes
que a la postre quedaron en la mentalidad posterior de todo ciudadano romano como
fue el valor de la rutina, la disciplina, lealtad a amigos, lugares, etc.

Otra característica que era propia del romano y de suma importancia para ese
expansionismo fue la romanitas, que fue un concepto primordial para la creciente
civilización romana, y esto era un sentido de dignidad y reconocimiento de la
personalidad de los demás y su derecho de cultivarla, ligada a una frase común entre
los romanos que era la Pax romana, que dentro de la misión imperialista de la
civilización, por sus mismas experiencias cobraron un cierto nivel de conciencia, la
paz romana. Pero los principios fundamentales del Estado era la religión y los
auspicios, o sea el descubrir la voluntad de los dioses. Una primera etapa de la religión
fue el animismo, en la que se supone que una “fuerza” reside en todas las cosas, un
“espíritu”, que era llamado Numen. También el concepto genius fue importante para
entender roles de responsabilidades y cadenas de mando, padre-hijo. El sentido de
la importancia de los asuntos, empeño, seriedad caía en el concepto de gravitas, esto
en contrario de levitas que era lo vano, lo inestable que era totalmente despreciada.
Por lo que todo esto terminó configurando el ideal romano y la del Estado, bajo los
mores maiorum que son todas esas costumbres de los antepasados, las leyes,
concepto de la vida, todas las cualidades morales, principios y normas.

En la lectura de Michael von Albrecht menciona la importancia de la poesía, el


pensamiento y la enseñanza en Roma, y como caminaron juntas desde un principio,
la literatura latina poseía un carácter exotérico, siempre con la atención hacia el
público y la influencia de las fuentes griegas. Existía una seriedad ética, sentido de la
responsabilidad del romano frente a la familia, la sociedad. La función del derecho
romano y la res publica en las que las relaciones interpersonales que eran
consideradas válidas, se salvaguardaba, como un bien común entre los
ciudadanos.Esto influyó mucho en lo que fue la práctica oral del discurso político y
judicial, desarrollándose así la oratoria y la historiografía. Y es que la moral, la política
y la religión eran inseparables en la Roma antigua, ya que las situaciones míticas se
insertan en la sociedad romana y se les da una interpretación nacional e histórica,
como por ejemplo la Eneida de Virgilio. El vínculo con la religión era sobre todo con
los ritos y a los signos divinos, por lo que el romano poseía la capacidad de
observación y escucha paciente para sentir cuál era la revelación de la divinidad, y
ser obediente a los oráculos.

El laudatio funebris que consistía en un elogio funerario, sirvió como puente o escalón
para la historiografía, y es que la literatura latina no se limita a reaccionar ante las
corrientes del momentos sino que pone siempre miras al futuro. Hubo una influencia
de asuntos geográficos, políticos, económicos como se gusto y dialécticos, tanto de
exterior como de interior. Se habla del carmen como uno de los primeros elementos
preliterarios, como lo fueron esos elementos solemnes como los juramentos, los
pactos, las oraciones, un tipo de poesía rudimentaria. Los cantos de invectiva, que
eran un tipo de cantos de broma. La literatura latina se desarrolla tanto desde el punto
de vista religioso como político, el romano crecía con las XII Tablas, se las aprendía
de memoria, el derecho y la oratoria se desarrolló en Roma gracias a ese orden
jurídico.

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