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COOPERACION INTERNACIONAL

Durante el año 2018 el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia ha acelerado su


crecimiento y cerrará con un aumento estimado del 4,7%. Esto supone un
incremento respecto a los resultados obtenidos en los años anteriores, cuando el
crecimiento del PIB alcanzó el 4,3% y el 4,2% para 2016 y 2017, respectivamente.
La previsión de alcanzar este nivel de crecimiento hizo que el Gobierno boliviano
activara el pago del doble aguinaldo para los trabajadores asalariados, política que
refuerza la demanda interna y, por tanto, retroalimenta el nivel de actividad
económica de cara al cierre del año 2018 e inicios del 2019. Estos resultados se
obtienen a pesar del contexto regional desfavorable, en el que la actividad
económica no termina de despegar, tal y como muestran las proyecciones de
crecimiento económico realizados por la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL) que sitúan el crecimiento del PIB suramericano en el 1,6% y el
de América Latina y el Caribe en el 1,8% para este año, 2018.

Los datos de empleo también han experimentado una evolución favorable


marcando, a mediados de año, el mínimo histórico en la tasa de desempleo, que
pasó del 4,54% al 4,2% según los datos hechos públicos por el Ministerio de
Planificación del Desarrollo.

La aceleración de la actividad económica -junto con la estabilidad de precios y la


evolución favorable del desempleo en un contexto regional adverso- ha sido posible
gracias a las políticas contracíclicas que se han venido aplicando en los últimos
años por parte de las autoridades económicas. La inversión pública, unida a la
política social redistributiva de las ganancias, la recuperación parcial del precio de
los hidrocarburos y el excelente comportamiento agrícola en el año 2018, son las
partidas que de mejor forma han contribuido a los resultados. En este sentido, las
grandes reservas internacionales que se habían alcanzado en los años anteriores
han contribuido a mantener la estabilidad monetaria y a que Bolivia disponga de
recursos en un contexto externo hace tiempo desfavorable.

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Perspectivas para la economía boliviana en 2019

Para finales de 2019 se celebrarán en Bolivia elecciones presidenciales, por lo que


la economía suele ser uno de los principales ámbitos de disputa, donde el
oficialismo tratará de sacar pecho por los resultados económicos de su gestión,
mientras que la oposición intentará desdibujar el panorama económico. A
continuación se presentan las proyecciones, tanto las realizadas por el Gobierno,
como algunos datos desarrollados por organismos internacionales como la CEPAL
y el FMI (Fondo Monetario Internacional).

A partir de los datos presentados por el Ministerio de Economía y Finanzas sobre el


proyecto de Presupuesto General del Estado para año 2019 -que aún debe ser
aprobado por la Asamblea Legislativa Plurinacional- el Gobierno estima que la
economía boliviana crecerá de nuevo a una tasa del 4,7%, manteniéndose, por
tanto, el mismo nivel alcanzado en el año 2018 y que confirma el regreso a niveles
cercanos al 5%, lo que supone liderar el crecimiento económico de los países de la
región. El PIB boliviano alcanzará los 44.921 millones de dólares en 2019.

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1: BOLIVIA ES UN PAIS DONANTE O BENEFICIARIO

BOLIVIA ES UN PAIS BENEFICIARIO

¿En qué tipo de sectores se puede utilizar?

Educación, salud, agua o saneamiento, gobierno y sociedad civil, energía,


agricultura, silvicultura o pesca, comercio y turismo, medio ambiente y multisectores
(ayuda multisectorial, desarrollo urbano, desarrollo rural, desarrollo alternativo no
agrícola, etc.), seguridad alimentaria y emergencias.

¿Qué tipo de componentes se cubren?

Construcción, refacciono remodelación de infraestructura, equipamiento,


consultorías o expertos, cobertura de costos de becas, viajes o estudios y cobertura
de gastos operativos o administrativos.

¿Quiénes pueden solicitar o ejecutar la cooperación?

Este tipo de cooperación debe ser solicitado por el gobierno central. Sin embargo
los ejecutores del mismo pueden ser el gobierno central, departamental y municipal,
así como otras asociaciones (sindicatos, sociedades agrarias, de usuarios, etc.) y
el sector privado.

BOLIVIA A QUE PAISES A REALIZADOS DONACIONES DEL PERIODO 2018


AL 2019

 CUBA
 VENEZUELA

Bolivia dona a Cuba mil colchones y 5 mil tejas de calamina para damnificados por
desastres

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2: NORMAS INTERNACIONALES EN COOPERACION
INTERNACIONAL

La cooperación internacional configura un amplio campo de movilización de


recursos asociativos, técnicos y financieros basados en compromisos de apoyo
mutuo donde concurren donantes, gobiernos, la sociedad civil y el sector privado.
Cooperar supone un marco de entendimiento sobre objetivos y compromisos entre
actores; y la disponibilidad de mecanismos y procedimientos para el acceso a los
recursos, los que generalmente consisten en proyectos de financiamiento, procesos
de apoyo técnico y articulación de redes de conocimiento, incidencia y fomento de
valores y buenas prácticas.

Para las organizaciones de la sociedad civil, la cooperación internacional representa


un medio que favorece su libertad e independencia de los intereses de los actores
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nacionales con poder sobre la vida colectiva o pública. En muchos casos, es la única
fuente de recursos para sostener actividades de ayuda a grupos o sectores de la
población desamparados por las leyes y por el Estado, y altamente discriminados
por la sociedad o excluidos de ella.

Desde la creación de las organizaciones internacionales y regionales de


Estados Carta de las Naciones Unidas y Carta de la OEA, el concepto de
cooperación internacional cambió, de uno centrado en la coexistencia pacífica, a
otro enfocado en el desarrollo, para alcanzar, mediante la unión de los países, el
progreso y el bienestar de todos los pueblos.
En 1986, se suscribió la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, a través de la
cual se impulsó una cooperación dirigida a la solución de problemas de carácter
económico, social, cultural y humanitario, y al desarrollo y estímulo de los derechos
y las libertades fundamentales, con plena participación de los ciudadanos. En esta
Declaración, se dispuso que:
1. El derecho al desarrollo es un derecho humano inalienable y la igualdad de
oportunidades para el desarrollo es una prerrogativa tanto de las naciones como de
los individuos que componen las naciones.
2. La persona humana es el sujeto central del proceso de desarrollo y toda
política de desarrollo debe considerarla como participante y beneficiario principal
del desarrollo en el que puedan realizarse.
3. El derecho humano al desarrollo implica, con sujeción a los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos, el derecho a la plena soberanía sobre todas
sus riquezas y recursos naturales.
4. Los Estados deben promover un nuevo orden económico
internacional basado en la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común
y la cooperación entre todos los Estados, que fomente la observancia y el disfrute
de los derechos humanos.
5. Todos los derechos humanos son indivisibles e interdependientes. Debe
darse igual atención y urgente consideración a los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales.

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6. Los Estados deben alentar la participación popular en todas las esferas como
factor importante para el desarrollo y para la plena realización de todos los derechos
humanos.
Éste concepto se amplió aún más en los 90, al adoptarse un Enfoque de
Cooperación Basado en el Desarrollo ONU; y también con la idea de una
democracia como derecho, dejando atrás su versión minimalista electoral, tal como
se expresa en la Carta Democrática Interamericana OEA.
Así, la cooperación internacional se ha consolidado como un instrumento de los
derechos humanos para crear una cultura de derechos en todo el mundo y avanzar
en su protección sostenible, sobre todo en entornos políticos, institucionales y
culturales de fuerte restricción a las libertades y al estado de derecho.
A la fecha, todos los órganos internacionales y los países han reconocido el papel
fundamental de la sociedad civil para lograr resultados más amplios y efectivos.
La ONU ha señalado que uno de sus principales objetivos es apoyar la expansión
de la sociedad civil a nivel mundial puesto que sus organizaciones son activas
colaboradoras de los mandatos del sistema y éstas han contribuido de manera
decisiva al progreso de los esfuerzos en cada país.
En el 2000, la ONU impulsó la Declaración del Milenio, incorporando la participación
de las organizaciones de la sociedad civil, que trabajaron activamente en la defensa
pública de los problemas más críticos contemplados en esta Declaración, el diseño
de estrategias para lograr las metas, la colaboración con los gobiernos en la
aplicación de los programas de inversión, y la vigilancia y evaluación de los
esfuerzos.
Esto fue posible en la medida que las organizaciones gozaron de libertad política,
papeles institucionales claros, modos para asociarse en los programas de
ejecución, y acceso a la capacitación y a los recursos financieros –Objetivos de
Desarrollo del Milenio y la Sociedad Civil.
Asimismo, los organismos internacionales han reconocido el invaluable trabajo de
las organizaciones de la sociedad civil en la construcción de nuevos estándares de
derechos humanos, a partir de la documentación e información que aportan; y
reconocen también los riesgos que corren en sus labores y en la asistencia a las

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víctimas. Por ello, la cooperación se ha vuelto un instrumento de protección de los
defensores/as y las organizaciones de derechos humanos que les permite continuar
con su trabajo, libres de injerencia y de amenazas.

Asimismo, la Declaración Internacional sobre el Derecho de Promover y Proteger


los Derechos Humanos reconoce explícitamente el derecho a acceder a recursos
como un derecho fundamental autónomo. En este sentido las normas y estándares
que deben observarse en esta materia son:
1. Los defensores/as y las OSC, tienen derecho a solicitar, recibir y utilizar
fondos como un elemento inherente al derecho a la libertad de asociación. Para que
las organizaciones de derechos humanos puedan realizar sus actividades, es
indispensable que se les permita desempeñar sus funciones sin impedimentos,
entre los que cabe mencionar las restricciones a su financiación. Cuando los
individuos son libres de ejercer su derecho de asociación, pero se les niegan los
recursos para llevar a cabo sus actividades y operar una organización, el derecho a
la libertad de asociación se torna nulo.

2. La capacidad de los defensores/as y las OSC para realizar sus actividades


depende de su capacidad para recibir fondos y utilizarlos sin restricciones indebida.
Los Estados están obligados a permitir a los individuos y a las organizaciones
solicitar, recibir y utilizar fondos, y deben adoptar medidas legislativas,
administrativas o de otra índole para facilitar, o como mínimo no obstaculizar, el
ejercicio efectivo del derecho a acceder a recursos. Sólo la legislación nacional que
sea compatible con las normas internacionales de derechos humanos se puede
considerar como un marco jurídico adecuado para el disfrute del derecho de acceso
a recursos.

3. Los defensores/as y las OSC tienen derecho a recibir financiamiento de


diferentes fuentes, incluyendo la financiación extranjera. Dado que los recursos de
las organizaciones de derechos humanos a nivel local son limitados, los requisitos
legales de contar con una autorización previa para recibir fondos internacionales
han afectado gravemente a la capacidad de los defensores y las defensoras de los
derechos humanos para llevar a cabo sus actividades. En algunos casos, han
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puesto en grave peligro la propia existencia de las organizaciones de derechos
humanos.

4. Los Estados deben permitir a los defensores/as y a las OSC, acceder a


fondos extranjeros en el marco de la cooperación internacional, a la cual la sociedad
civil tiene el mismo derecho que los gobiernos. Los únicos requisitos legítimos que
se impongan a las y los defensores deberían ser los que atañen a la transparencia.

Al respecto, también las Directrices de la Unión Europea sobre los defensores de


los derechos humanos establecen que:
2. El trabajo de los defensores/as implica con frecuencia la crítica de las
políticas y actuaciones de los gobiernos. No obstante, los gobiernos no deben
considerar negativa esta actitud. El principio de permitir la independencia de espíritu
y el libre debate sobre las políticas y acciones del gobierno es fundamental, y
constituye un modo sobradamente comprobado de establecer un nivel más alto de
protección de los derechos humanos.

3. Los defensores/as pueden ayudar a los gobiernos a promover y proteger los


derechos humanos. Como parte de los procesos de consulta, pueden desempeñar
un papel fundamental para contribuir a elaborar la legislación apropiada, y ayudar a
establecer planes y estrategias nacionales sobre derechos humanos.

4. En el marco de las medidas de apoyo a los defensores/as, los programas de


la Unión Europea y de los Estados miembros tienen la misión de: participar en la
creación de redes de defensores/as a escala internacional y garantizar el acceso a
recursos –en particular recursos económicos– procedentes del extranjero, así como
el acceso a información sobre los recursos disponibles y la forma de
solicitarlos Manual Frontline Misiones UE y Noruega.
Con la Declaración de París y Agenda de Acción de Accra, suscritas en el 2005 y
2008 por los ministros de desarrollo de los países y directivos de agencias
internacionales, se decidió concentrar la cooperación internacional en las
capacidades de los gobiernos para lograr las estrategias de desarrollo nacional,
confiando en los compromisos de éstos con una participación amplia y sistemática
de todos los actores involucrados en el desarrollo, entre los cuales se encuentran

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las organizaciones de la sociedad civil. En este sentido, los países se
comprometieron a:
1. Ejercer sus estrategias de desarrollo nacional por medio de amplios procesos
consultivos.

2. Dirigir la coordinación de la ayuda en diálogo con los donantes y fomentando


la participación de la sociedad civil y del sector privado.

3. Ejecutar diagnósticos que aporten evaluaciones fiables de los sistemas y


procedimientos del país.

4. Emprender las reformas necesarias para que la gestión de la ayuda y otros


recursos de desarrollo sean efectivos, responsables y transparentes.

5. Intensificar los esfuerzos para movilizar los recursos nacionales, reforzando


la viabilidad fiscal y creando un entorno que permita inversiones públicas y privadas.

6. Proporcionar informes transparentes y fiables en tiempo oportuno sobre la


ejecución del presupuesto.

7. Reforzar el papel del parlamento en las estrategias de desarrollo nacional y


los presupuestos.

En la Declaración de Accra, para acelerar y profundizar la aplicación de la


Declaración de París, los compromisos fueron:

1. Establecer un diálogo abierto e inclusivo sobre políticas para el desarrollo,


reconociendo el papel de los parlamentos, las autoridades locales y las
organizaciones de la sociedad civil en los procesos de desarrollo.

2. Respaldar las iniciativas para aumentar la capacidad de todos los actores


involucrados en el desarrollo —parlamentos, gobiernos nacionales y locales,
organizaciones de la sociedad civil, institutos de investigación, medios y el sector
privado.

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3. Construir asociaciones para el desarrollo involucrando a todos los actores del
desarrollo: donantes bilaterales y multilaterales, fondos mundiales, organizaciones
de la sociedad civil y el sector privado.

4. Profundizar la colaboración de países socios y donantes con las


organizaciones de la sociedad civil, en cuantos actores independientes por derecho
propio en el desarrollo, cuyas iniciativas complementan las de los gobiernos y el
sector privado.

Pero también se agregaron nuevos requisitos que pueden ser utilizados bajo la
discrecionalidad de los gobiernos para limitar el acceso de las organizaciones de la
sociedad civil a la cooperación internacional. Entre éstos, las organizaciones –en
calidad de socios– deben cumplir los mismos compromisos que los gobiernos y los
donantes, establecidos en los principios de la Declaración de París, en cuanto a
coordinación de sus iniciativas con los programas gubernamentales, rendición de
cuentas e información sobre sus resultados y actividades.

Al respecto, es importante señalar que las observaciones de los organismos


internacionales sobre este tema, han apuntado lo siguiente:

1. El concepto de sociedad civil debe ser entendido democráticamente, sin


exclusiones irrazonables ni discriminaciones inaceptables. La aplicación de
restricciones en términos discriminatorios contra organizaciones independientes,
podría tener un efecto excluyente, lo que resulta inaceptable para la participación
abierta de la sociedad civil.

2. La vaguedad del lenguaje de disposiciones legales y un amplio margen de


discrecionalidad a las autoridades encargadas de reglamentar la ley genera el
riesgo de que la norma sea interpretada de manera restrictiva para limitar, entre
otros, el ejercicio de los derechos de asociación, libertad de expresión, participación
política e igualdad, pudiendo afectar seriamente el funcionamiento de las
organizaciones de la sociedad civil.

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3. Las organizaciones de la sociedad civil pueden legítimamente recibir fondos
de ONG extranjeras o internacionales, o de gobiernos extranjeros, para promover
los derechos humanos.

4. Los Estados deben abstenerse de restringir los medios de financiación de las


organizaciones de derechos humanos y deben además permitir y facilitar el acceso
de las organizaciones de derechos humanos a fondos extranjeros en el marco de la
cooperación internacional, en condiciones de transparencia –Violaciones del
derecho de las ONG a la Financiación (FIDH OMCT).
5. Si bien es un fin legítimo solicitar información a organizaciones de derechos
humanos, la información solicitada no puede exceder los límites de confidencialidad
que las organizaciones requieren para su accionar.

6. Los sistemas de registros para el acceso de organizaciones de la sociedad


civil a recursos financieros que busquen promover la transparencia no
necesariamente riñe con los estándares internacionales. Sin embargo, contravienen
dichos estándares aquellas leyes que confieren a las autoridades facultades
discrecionales para autorizar la constitución y funcionamiento de las organizaciones
a través de los registros de inscripción.

Por otra parte, las políticas de lucha contra el terrorismo han planteado nuevas
dificultades para los derechos humanos y para el acceso de las organizaciones de
la sociedad civil a las fuentes de cooperación internacional. Sobre los Derechos
Humanos y Lucha contra el Terrorismo (ONU), el Sistema Internacional de
Protección de los Derechos Humanos (Botero y Guzmán), han hecho las siguientes
observaciones:
1. El respeto de los derechos humanos y el imperio de la ley deben constituir la
base fundamental de la lucha contra el terrorismo. Así como el terrorismo afecta a
los derechos humanos y el funcionamiento de la sociedad, también pueden hacerlo
las medidas adoptadas por los Estados para luchar contra el terrorismo.

2. Los Estados no sólo tienen el derecho sino la obligación de adoptar medidas


efectivas contra el terrorismo. Los actos de terrorismo no se justifican como medio
de lograr la libre determinación ni ningún otro objetivo. Sin embargo, las medidas

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contra el terrorismo y la protección de los derechos humanos son objetivos
complementarios que se refuerzan mutuamente y que se deben procurar
conjuntamente como parte de la obligación de los Estados de proteger a las
personas de su jurisdicción.

3. La legislación y las normas de seguridad contra el terrorismo no deben tener


efectos negativos sobre las libertades civiles y los derechos humanos
fundamentales. Toda medida nacional o internacional para luchar contra el
terrorismo debe llevarse a cabo de conformidad con el derecho internacional,
incluidas la Carta de las Naciones Unidas y los Tratados Internacionales (Botero y
Guzmán) pertinentes, las normas relativas a los refugiados y el derecho
internacional humanitario.
4. La promoción y protección de los derechos humanos en la lucha contra el
terrorismo es una obligación de los Estados y parte integral de la lucha contra el
terrorismo. Las estrategias nacionales de lucha contra el terrorismo, por encima de
todas las cosas, deben tratar de prevenir los actos de terrorismo, enjuiciar a los
responsables de esos actos criminales y promover y proteger los derechos humanos
y el imperio de la ley.

5. En un conjunto limitado de circunstancias nacionales excepcionales, pueden


resultar permisibles algunas limitaciones del ejercicio de ciertos derechos humanos,
siempre que se respete el régimen de restricciones permisibles. La suspensión de
ciertos derechos humanos enunciados en los Tratados Internacionales está
prohibida, incluso en estados de excepción. Además, es una obligación cumplir
estrictamente las normas internacionales y regionales de derechos humanos
relacionadas con la libertad y seguridad de las personas, el derecho a su
reconocimiento ante la ley, a las garantías procesales y a un juicio imparcial.

6. El principio de igualdad ante la ley —igual protección ante la ley y no


discriminación—, es la base del orden público nacional e internacional en materia
de derechos humanos. El uso de perfiles para determinar posibles “sospechosos”
de terrorismo debe cumplir con este principio. Cuando los agentes del orden utilizan
perfiles generales que reflejan generalizaciones no examinadas, incluso a los

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efectos de la lucha contra el terrorismo, pueden incurrir en injerencias
desproporcionadas que violan los derechos humanos.

7. El principio de legalidad no puede ser suspendido, incluso en tiempos de


emergencia pública. La imposición de responsabilidad penal está limitada a
disposiciones claras y precisas, de manera de respetar el principio de certidumbre
del derecho y de velar por que no esté sujeto a interpretaciones que amplíen
indebidamente el alcance de la conducta prohibida. Está prohibido que los Estados
utilicen definiciones excesivamente vagas o amplias de “terrorismo” como un medio
para incluir acciones pacíficas en defensa de derechos laborales, derechos de
minorías o de otros derechos humanos, o para limitar cualquier tipo de oposición
política.

8. En la lucha contra el terrorismo, los Estados deben velar por que todas las
decisiones que limiten los derechos humanos estén sometidas a la revisión del
poder judicial, de manera que sigan siendo lícitas, apropiadas, proporcionales y
eficaces, y de manera que en definitiva se pueda hacer responsable al gobierno de
la limitación de los derechos humanos de las personas.

9. La libertad de asociación y la libertad de expresión permiten el ejercicio y la


defensa de otros derechos que son fundamentales en una sociedad democrática, y
constituyen base jurídica de la acción de defensores y de la sociedad civil en materia
de derechos humanos. Los Estados no pueden limitar estas libertades como
respuesta a una amenaza terrorista, sea real o no. Si bien pueden estar sujetas a
suspensiones y limitaciones con arreglo a las restricciones permisibles de los
Tratados Internacionales, deben existir salvaguardias claras para velar por que no
se utilicen para limitar los derechos de partidos políticos de oposición, sindicatos o
defensores de derechos humanos.

10. Incumbe al Estado la carga de probar que las medidas adoptadas


corresponden a objetivos permisibles de conformidad con las normas
internacionales de derechos humanos. Esto implica que los Estados no deben
sostener que las medidas de limitación de derechos se adoptan para preservar la

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seguridad nacional cuando de hecho se tomen para ahogar efectivamente toda
oposición o para reprimir a su población.

11. Toda decisión de prohibir un grupo o asociación debe adoptarse caso por
caso. Las garantías procesales generales incluyen asegurarse quela evaluación se
base en pruebas fácticas de las actividades del grupo, lo que implica que el Estado
no puede determinarlo antes del proceso de inscripción y antes de que el grupo
haya comenzado sus actividades. Debe hacer la evaluación un órgano judicial
independiente, con notificación completa al grupo afectado, así como con la
posibilidad de apelar de la decisión.

12. Todas las medidas que den como resultado una limitación de la libertad de
asociación deben estar sujetas a revisión judicial. Los tribunales civiles deben tener
jurisdicción para examinar las disposiciones y supervisar la aplicación de todas las
medidas de lucha contra el terrorismo sin ninguna presión o injerencia, en particular
de parte de las demás ramas del Gobierno. Este principio es fundamental en el
contexto de la lucha contra el terrorismo, en que la información clasificada o
confidencial puede utilizarse como base para una decisión de prohibición de una
organización o para poner a una organización en una lista de terroristas.

13. En la lucha contra el terrorismo, por el contrario, se requiere la formulación


de estrategias nacionales que permitan hacer frente a las violaciones de los
derechos humanos con el apoyo de la participación activa y el liderazgo de la
sociedad civil, para prevenirlas y prohibirlas en el derecho nacional, investigarlas y
enjuiciarlas prontamente, y prestar la debida atención a los derechos de las víctimas
mediante la restitución y la compensación.

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NORMAS NACIONALES

DECRETO SUPREMO Nº 29308


EVO MORALES AYMA
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA

ARTÍCULO 4.- (MODALIDADES DE DONACIÓN). Las donaciones pueden ser


efectuadas mediante las siguientes modalidades:

a) Donación oficial. Es aquella otorgada por organismos financieros


multilaterales, agencias de cooperación, gobiernos o países,
organizaciones no gubernamentales nacionales o extranjeras, a través de
un Acuerdo o Convenio suscrito con el Estado Boliviano;

b) Donación directa. Es aquella otorgada en forma directa al Estado


Boliviano o a alguna de sus entidades públicas, sin la existencia de un
acuerdo o convenio suscrito; y

c) Donación no oficial o unilateral. Es el aporte no reconocido como


cooperación a la República de Bolivia y que es transferido directamente
por el donante a entidades u organizaciones privadas.

ARTÍCULO 17.- (ADMINISTRACIÓN DE DONACIONES MONETIZADAS).


I. En los Convenios que establezcan donaciones en especie, para ser o no
monetizadas, las autoridades bolivianas no aceptarán condicionamientos por
las cuales se menoscabe la soberanía nacional.

II. Los recursos financieros producto de la monetización de donaciones en


especie serán administrados exclusivamente por las entidades públicas
ejecutoras o beneficiarias o por las establecidas en las normas legales, sin
injerencia de los donantes.

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ARTÍCULO 19.- (DONACIÓN EN CASO DE DESASTRES O DE EMERGENCIA).
I. Las donaciones en dinero, en especie o en asistencia técnica, que
reciba el país en casos de desastres o emergencias, serán
ejecutadas de acuerdo a la Ley N° 2140 Prevención de Riesgos y
Atención de Desastres, y serán inscritas en los respectivos
presupuestos institucionales en el plazo de 90 días de efectivizada
la donación.

3: PRINCIPIOS DE LA COOPERACION

APROPIACION

Es la acción y resultado de tomar para sí alguna cosa haciéndose dueño de ella.


Hace referencia a varios artículos:

Es el país receptor de la ayuda oficial al desarrollo , focalizando las intervenciones


para maximizar su impacto.

COMPLEMENTARIDAD

La Cooperacion Internacional no reembolsable esta dirigida a desarrollar y fortalecer


las capacidades institucionales e individuales del pais. No ha de entenderse la
cooperación como una acción paralela a la labor del Estado , la cooperación debe
ser un complemento y no asi un sustituto de los esfuerzos nacionales a favor del
desarrollo.

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EFICIENCIA

Los recursos ( humanos , técnicos, económicos ) provistos por la cooperación deben


dirigirse hacia los fines en que produzcan resultados de la forma mas eficiente .

Por ello, las fuentes cooperativas deben concentrar sus esfuerzos en aquellas áreas
en las que gozan de ventajas comparativas y cuentan con mayor experiencia.

Procurando minimizar costos.

Es la relación que existe entre los recursos empleados en un proyecto y los


resultados obtenidos con el mismo. Hace referencia sobre todo a la obtención de un
mismo objetivo con el empleo del menor número posible de recursos o cuando se
alcanzan más metas con el mismo número de recursos o menos. La eficiencia es
muy importante en las empresas, ya que se consigue el máximo rendimiento con el
mínimo coste.

RENDICION DE CUENTA

La rendición de cuentas es una acción que se lleva a cabo en los ámbitos de la


economía y las finanzas, públicas o privadas, y que consiste en la presentación de
un informe que da cuenta de los movimientos financieros o económicos realizados
por una empresa, un individuo o una entidad pública durante un lapso de tiempo
determinado.

Se establecen relaciones de mutua responsabilidad y transparencia lo que implica


implementar mecanismos de rendición de cuentas mutuos .

SOSTENIBILIDAD

Especialmente las características del desarrollo que asegura las necesidades del
presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones.

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Es la capacidad de integrar los procesos desarrollados por el proyecto o programa
a la dinámica institucional , social, familiar y / o comunitaria, de tal forma que los
beneficios producidos a través de el ,permanezcan en el tiempo .

PROGRAMAS, BASADA EN RESULTADOS

Existen varios programas utilizados actualmente en Bolivia a favor del desarrollo del
país .

Es el diseño e implementación de acciones planificadas con base en metas


concretas y comprobables.

4: CUALES SON LOS MECANIMOS DE LA RENDICION DE


CUENTA TANTO DEL PAIS DONANTE Y BENEFICIARIOS

Dado que las perspectivas de las OSC Organización de la sociedad Civil, varían
marcadamente según la clase de organización de que se trate, se vuelve necesario
destacar ante todo una serie de distinciones dentro del terreno de la sociedad civil
que están presentes en buena parte de los países estudiados. Los hallazgos en
temas de destinatarios de la rendición responden al modelo planteado por varios
autores, en torno a la rendición hacia arriba, hacia abajo y horizontal. En los países
estudiados se plantea una primera diferenciación entre las organizaciones basadas
en la afiliación (denominadas, en algunos casos, “organizaciones sociales”) y las
asociaciones de “organizaciones no gubernamentales” (ONG). A diferencia de las
primeras, cuya razón de ser consiste en prestar servicios a sus propios miembros,
las segundas no son responsables ante sus miembros ni se puede afirmar que, en
un sentido estricto, los representen. Así pues, en relación con éstas no cabe
preguntarse sobre su base de representación ni sobre la fuente de delegación de
su poder sino, en cambio, sobre la base de su legitimidad.

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Por razones evidentes, en todos los casos donde esta distinción está presente es
subrayada en primer lugar la responsabilidad de las organizaciones de afiliación
ante sus actores internos: afiliados, socios, juntas directivas, personal, voluntarios.

Es frecuente, asimismo, que la obligación para estas organizaciones de rendir


cuentas a sus asociados se derive de las regulaciones vigentes una que favorece
la rendición abierta -“que cualquier persona ingrese a la web y pueda verificar en
qué se gasta”- y otra que alienta una rendición limitada a los directamente
involucrados, o, más precisamente, en palabras del vocero de una OSC de
afiliación, “a los que representamos. No creo que haya que tener mucha atención
hacia fuera”. En Brasil se agrega además la distinción según el tamaño: las
organizaciones más pequeñas son más sensibles que las grandes a la rendición a
sus socios más próximos. En otros casos se esbozan distinciones adicionales sobre
la base del espacio de actuación de las organizaciones: aquellas que desarrollan su
acción en el ámbito nacional, son más conocidas (y, por añadidura, cuentan con
mayores recursos) muestran mayor predisposición a rendir cuentas “a la sociedad
en general” y por canales masivos, mientras que otras que son más pequeñas y/o
se desempeñan en contextos locales de acción “cara a cara” jerarquizan la rendición
hacia sus comunidades de referencia y, por consiguiente, hacia sus “socios” y/o
beneficiarios directos.

Sujeto de la rendición de cuentas son los beneficiarios de la acción de la


organización. En el caso de Bolivia, finalmente, se destaca que las “organizaciones
sociales” se consideran responsables sobre todo ante sus bases, en tanto que las
“oenegés” privilegian por un lado a sus donantes y por el otro, aunque con menor
intensidad, a los beneficiarios de sus acciones. Mientras que algunos países
subrayan la gran heterogeneidad de respuestas de las OSC a la pregunta sobre los
destinatarios de sus rendiciones, otros destacan en cambio la considerable
coincidencia de criterios.

En todo caso, sin embargo, la enorme variación de las respuestas de uno a otro
país torna difícil la formulación de generalizaciones amplias, razón por la cual nos

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proponemos en los párrafos que siguen realizar una apretada síntesis que
proporcione una idea acabada de la diversidad existente. Si se dejan de lado las
organizaciones basadas en la afiliación, que por su naturaleza tienden a privilegiar
a sus públicos internos en los procesos de rendición de cuentas, encontramos que
buena parte de las OSC se visualizan a sí mismas como situadas entre dos polos
que por razones diferentes exigen ser considerados como “audiencias”, “públicos”
o “destinatarios” de su rendición de cuentas: por un lado, el de los donantes de los
recursos gracias a los cuales pueden desarrollar sus actividades y alcanzar sus
objetivos; por el otro, el de los destinatarios de dichas acciones, la satisfacción de
cuyas necesidades o la defensa de cuyos derechos constituyen la razón de ser de
las organizaciones. Pese a la importancia que es reconocida a ambos polos de la
relación, la diferencia en el trato con unos y otros es notable. Así, por ejemplo,
encontramos que los donantes tienden a aparecer siempre, desde la perspectiva de
las OSC, como destinatarios de las rendiciones de cuentas, y en general son
ubicados en el tope de la lista; los beneficiarios, aunque mencionados –en algunos
países más que en otros- con mucha frecuencia, raramente aparecen como la
opción más importante.

Desde la perspectiva de las organizaciones de la sociedad civil, las obligaciones


hacia donantes y beneficiarios suelen ser pensadas de modos tan diferentes como
lo es el contraste entre las obligaciones impuestas externamente y los deberes
éticos autoimpuestos. Pues, efectivamente, la jerarquización de la rendición hacia
los donantes es a menudo justificada, ante todo, como una necesidad sin cuyo
cumplimiento sería imposible sostener la organización. En otros casos, no tan
numerosos, el relegamiento de los beneficiarios a un lugar secundario es justificado
con el argumento adicional de que la rendición de cuentas tiende a dirigirse hacia
quienes la exigen (y, sobre todo, a quienes tienen y utilizan el poder para exigirla);
en ese sentido, son con frecuencia lamentadas las limitaciones “culturales”
resultantes de la existencia de una sociedad “pasiva” o, más aún, las restricciones
de naturaleza socioeconómica (pobreza, bajo nivel educativo, etc.) que repercuten
negativamente sobre la condición ciudadana y, por consiguiente, sobre la capacidad
para exigir rendición de cuentas. En algunos países el sesgo a favor de las
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entidades financiadoras es más fuerte que en otros. Las OSC de Paraguay y las
ONG (a diferencia de las organizaciones sociales) de Bolivia, por ejemplo,
consideran a los donantes de los recursos -ya sea que se trate del Estado,
organismos internacionales, agencias extranjeras de cooperación o empresas-
como audiencias privilegiadas o, en el extremo, como destinatarios únicos de su
rendición de cuentas.

GESTIÓN PARA OBTENER RESULTADOS

Tanto los países donantes como los países socios deben gestionar los recursos de
acuerdo a resultados bien definidos, medir los avances de progreso y utilizar la
información recabada para mejorar la toma de decisiones y el desempeño. Ello
implica el fortalecimiento de las capacidades para emprender dicha gestión y
aumentar la exigencia basada en los resultados.

Se espera que los países desarrollen marcos de evaluación del desempeño más
eficaces, mientras que los donantes, se comprometen a usarlos y abstenerse de
requerir la presentación de informes adicionales.

Concretamente, considera la calidad de la información generada, el acceso de los


distintos actores de desarrollo a esa información y en qué medida dicha información
es utilizada los sistemas nacionales de monitoreo y evaluación.

El Banco Mundial, a partir de la información presentada por el gobierno, ha calificado


la calidad de ese marco de monitoreo con una puntuación que va desde A (máxima
puntuación) a E (de mínima puntuación). El objetivo global de la Declaración de
París para el 2010 es reducir en un tercio el porcentaje de países que no tienen
marcos de evaluación del desempeño transparentes y sometidos a monitoreo (es
decir, que tengan una puntuación inferior a B).

El Banco Mundial ha asignado una puntuación “C” a este indicador. Esto debido a
que la Estrategia nacional de desarrollo carece de un sistema de seguimiento y
evaluación; éste aún está en proceso de diseño y el pilotaje se está desarrollando.

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De acuerdo con el cuestionario para el Gobierno, en los últimos años se han
realizado esfuerzos para diseñar un Sistema de Gestión de resultados. Actualmente
es el Ministerio de Planificación del Desarrollo el responsable de la medición del
impacto resultante de las políticas gubernamentales en el marco del Plan Nacional
de Desarrollo y está trabajando en la implementación del Sistema de Planificación
Integral Estatal.

RESPONSABILIDAD MUTUA

Para que la ayuda sea eficaz se requieren mecanismos de responsabilidad y


rendición de cuentas en todos los niveles. Los donantes y los gobiernos de los
países socios deben ser responsables ante sus ciudadanos y entre ellos en materia
de eficacia de la ayuda.

La responsabilidad mutua analiza si existe un mecanismo en el país para la


evaluación mutua de los avances en los compromisos de cooperación que surjan
de la Declaración de París, o bien de los planes locales y las metas de la eficacia
de la ayuda. Para que se considere existente dicho mecanismo, tres criterios deben
cumplirse:

 La existencia de una política o estrategia sobre ayuda


 Metas específicas de eficacia de la ayuda a nivel de país, tanto para el país
socio como para los donantes.
 Una evaluación sobre esas metas, realizada en los dos últimos años por los
donantes y el país y debatida en un foro amplio y abierto.
De acuerdo con el cuestionario para el Gobierno, la implementación de esquemas
de evaluación mutua de progresos es una de las tareas pendientes por parte del
gobierno y los cooperantes, y a pesar de los avances logrados en algunos sectores

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como educación, es uno de los indicadores que menos avances ha mostrado a nivel
sistémico.

Bolivia ha participado por tercera vez en la encuesta, ya cuenta con una línea de
base para medir el grado de cumplimiento de los compromisos asumidos en el
marco de la Declaración de París.

En el 2010, el país realizo la segunda fase de la Evaluación de la Declaración de


Paris, siendo el único país de América Latina en participar en ambas fase de la
evaluación. Aparte de este ejercicio, se han dado los primeros pasos en el marco
de una evaluación mutua de progresos. Tal es el caso de la plataforma del grupo de
socios para el desarrollo de Bolivia (GRUS), que ha servido como un espacio de
reflexión y debate entre los cooperantes y el Gobierno, aunque en muchos casos
no se ha podido dar un seguimiento y evaluación formal a los temas discutidos. En
octubre de 2010, el MPD, a través del VIPFE, presentó oficialmente el plan de
acción para mejorar la eficacia de la cooperación al desarrollo que se constituye en
una ruta crítica de trabajo que tiene el objetivo de mejorar la gestión y resultados de
la cooperación internacional al desarrollo en Bolivia.

Fuentes de información

Gaceta oficial de Bolivia


Instituto Nacional de Estadística
Banco Mundial
Ministerio de Economía y Finanzas Públicas

ANEXOS

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