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Reflexiones, críticas, conclusiones y propuestas.

Carta de Caracas 2015


Las ideas y planteamientos que se expresan en la Carta de Caracas 2015 son el resultado
de las deliberaciones del II Simposio Pensar la Ciudad, realidades, procesos y utopías,
a partir del trabajo de los relatores, ponentes y el equipo coordinador del evento. Se deja
constancia que no comprometen a las instituciones que patrocinaron el Simposio, las
cuales fueron la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales (OPPPE), Escuela
Venezolana de Planificación (EVP), Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas
(IVIC), y Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través del Centro de Estudios
Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Fundación Celarg).
CARTA DE CARACAS 2015

El conjunto de profesionales, servidoras y servidores públicos, personal técnico, artistas y estu-


diantes, voceras y voceros de organizaciones sociales y miembros activos en general de diver-
sas comunidades, convocados en los espacios de la Fundación Centro de Estudios Latinoame-
ricanos Rómulo Gallegos (Celarg), en la ciudad de Caracas entre los días 5 y 9 de Octubre de
2015, en el Segundo Simposio en torno a la temática Pensar la Ciudad: realidades, procesos
y utopías, acuerdan hacer pública la siguiente carta:

- El territorio que hoy ocupa la ciudad de Caracas es el resultado de un intenso proceso de


transformaciones, ocurrido especialmente desde la tercera década del siglo XX hasta el presen-
te, como producto de una sociedad con una economía nacional basada, en lo fundamental, en
la extracción y en la renta petroleras de corte capitalista, desconocedora de las potencialidades
que el propio territorio ofreció desde los lejanos años en que sus ocupantes primigenios se
beneficiaron de sus cualidades, proceso éste que se ha enfrentado a aquella geografía que reci-
bimos y a la cual se ha opuesto, desbordando el valle del río Guaire originario, extendiéndose
hacia valles, montañas y costas aledañas, generándose así un extenso territorio interdependien-
te pero también plagado de grandes desigualdades, segregaciones, deformaciones funcionales
y servicios deficientes que hoy padecemos. Las grandes ideas y deseos colectivos de hacer
ciudad, se enfrentan al hecho ineludible de heredar y crecer con estas complejas deformaciones.

- Ante el predominio de una lógica que todo lo privatiza y mercantiliza, aspiramos a una ciu-
dad que sea en lo fundamental el resultado del Bien Común, donde podamos transitar en este
complejo territorio hacia la construcción de una ciudad ecológica y socialista en la que puedan
coexistir diversas formas de propiedad sin la hegemonía de lo privado. En este sentido aspira-
mos a la creación de una ciudad capaz de armonizar y equilibrar, en su etapa de transición
hacia el post-capitalismo, las relaciones entre lo público, lo común y lo privado.

- En la búsqueda de una ciudad justa, equitativa y solidaria, identificamos la confluencia de


algunos esfuerzos para un abordaje inicial de la compleja problemática heredada. Entre ellos
citamos las misiones sociales, las intervenciones en la ciudad histórica, así como las iniciativas
orientadas a la superación de los factores de exclusión del suelo urbano, como es el caso de la
producción pública de viviendas, muchas de ellas con aportes creativos y lecciones de partici-
pación de sus promotores comunitarios y movimientos sociales. En la ciudad histórica central
se han rescatado monumentos y espacios públicos para la cultura y el encuentro ciudadano,
modelo que se ha extendido a otros sectores de la ciudad como Antímano, El Recreo y San
Pedro. Sin embargo, las soluciones en altura, dirigidas al repoblamiento del casco central a
través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, no han dado respuestas a la población en riesgo
que habita casas de vecindad, algunas de ellas de valor patrimonial. Por ello se requieren solu-
ciones integrales abordadas por sectores de la ciudad que reconozcan su potencial ambiental,
espacial y patrimonial, reurbanizando y dando respuesta a las demandas locales. Más aún, se
hace necesario trascender lo meramente cuantitativo y pasar de la construcción exclusiva de
viviendas, a la construcción y reconstrucción de la ciudad y de su espacio público, y a su
regeneración orgánica, favoreciendo no sólo el derecho a la ciudad sino también el derecho a
otra ciudad más justa y controlada.
- En los barrios caraqueños, después de años de políticas espasmódicas e incoherentes, la
Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor ha llevado a cabo transformaciones basadas en la participa-
ción protagónica en los llamados corredores. No obstante, desde el Estado se ignoran experien-
cias pilotos autogestionarias importantes, de democracia directa. Tal es el caso expuesto por
voceros de la comunidad de la Carretera Vieja Caracas-La Guaira y su Proyecto Integral de Desa-
rrollo Endógeno (PIDE. Ojo de Agua) que lleva años esperando respuesta, continuidad, y deman-
dando atención a su experiencia en la construcción colectiva de una comunidad productiva.

- La construcción del Poder Popular, en su intento de recuperar la ciudad para la vida, no se


puede limitar a superar las carencias locales sino que también debe disputar al capital la econo-
mía de la ciudad. Es por esto que se hace necesario abrir la discusión sobre formas económicas
alternativas de la ciudad, la región y el país en transición, incluyendo la creación de encadena-
mientos productivos a escala comunal como política que enfrente los ciclos productivos especu-
lativos en un contexto de cooperación, ayuda mutua, reciprocidad e intercambios solidarios.

- Con respecto a la movilidad, reconocemos ciertos esfuerzos para desarrollar sistemas alterna-
tivos como son las ciclovías. No obstante esas políticas resultan insuficientes, ante las costosas
acciones dirigidas a generar más espacios para el vehículo automotor particular, deforestando y
ocupando áreas verdes y cauces de ríos. Los efectos de ese proceso se suman a la ya compleja pro-
blemática de riesgos, producto de la interrupción de drenajes naturales de la ciudad que históri-
camente han practicado particulares y que ahora se hacen desde el propio Estado; tal es el caso,
por ejemplo, de la reciente construcción de pilas estructurales sobre el Río Valle. Nuestra reali-
dad exige intervenciones que propicien el despliegue de una movilidad sostenible capaz de inte-
grar diversos tipos de transporte, favoreciendo el transporte público masivo y el aprovechamien-
to de la energía humana, priorizando la fluidez e interconexión peatonal como modo transversal
de un sistema de movilidad y espacios públicos más humanos y socializantes, reduciendo signi-
ficativa y progresivamente el uso del automóvil ante su evidente y tendencial impacto de conflic-
tividad socio-ambiental como se manifiesta, tanto a nivel local y nacional como planetariamente.

- Referente a la problemática del manejo de los desechos sólidos, reconocemos como uno de los
elementos centrales de su origen, la economía especulativa de nuestro modelo capitalista, la cual
convierte todo producto de la ciudad en mercancía y por tanto a sus habitantes en productores
de desechos sólidos. La ciudad ha promovido la contradicción de una ampliación del servicio de
recolección de estos desechos, mientras no se hacen esfuerzos en reutilizar y reciclar los residuos
como estrategias sustentables que minimicen su impacto contaminante. Los residuos y desechos
sólidos, más que un problema, deben verse como una oportunidad; no sólo porque se trata de
productos que tienen en sí un valor económico y pueden representar un recurso, sino porque
representan una ocasión de transformación de la conciencia colectiva. Este es uno de los servicios
públicos con mayor potencial social y político, es el que está más cerca de la gente, en todas las
fases y procesos de su ciclo de transformación. Por lo tanto, el problema con la basura en nuestras
ciudades no es sólo lo que se ve, sino lo que no se ve, principalmente derivado de factores que
son producto de una gestión y un manejo no adecuados, así como de factores socio-cultura-
les-educativos no afrontados. Estos factores inciden en la ineficacia, ineficiencia y alta vulnerabi-
lidad del servicio, en la degradación ambiental y en un progresivo deterioro de las condiciones y
la calidad de vida.
- Consideramos que enfrentar la problemática socio-ambiental de la ciudad implica la crítica
y la búsqueda de la superación de las relaciones sociedad-naturaleza que predominan en el
ámbito urbano. Esto incluye el señalamiento del grave desacierto de no haber tomado en cuen-
ta los ciclos ambientales a la hora de diseñar sus sistemas de producción y consumo, sus insti-
tuciones políticas, su organización social y espacial. En tal sentido debemos sustituir la relación
de imposición sobre el medio natural que implanta un proceso avasallante de urbanización,
que destruye suelos y ecosistemas, que convierte a la ciudad en un sumidero de bienes natu-
rales y energía, en un gran aparato productor de contaminación. En su lugar deben abrirse paso
unos modos de convivencia armoniosa con sus ecosistemas. En ese contexto destacamos en
particular la importancia de retomar, y dar una visión integral, el proyecto de saneamiento del
Río Guaire, así como de impulsar la restauración ambiental de las diversas quebradas y cursos
de agua que constituyen sus afluentes en todo el valle de Caracas.

- Proponemos un sistema de espacios verdes interconectados que permitan cruzar la ciudad


a través de un gran corredor peatonal que incorpore los parques existentes, los que están en
proceso de creación, como el Parque Bolívar y el Parque Hugo Chávez, así como los grandes
espacios verdes privados, entre ellos los parques de golf. Igualmente es necesario impulsar
políticas que favorezcan la creación de techos verdes y huertos urbanos.

- Defendemos la necesidad de planificar para una inserción virtuosa basada en políticas y


acciones que mantengan el equilibrio que sustenta la vida, fundamentada en los ritmos y con-
diciones naturales y las demandas sociales para su aprovechamiento. Ese cambio de paradig-
ma no es efectivo sin orientar dichas políticas y acciones hacia una transformación de la socie-
dad capitalista que ejerce una hegemonía, la cual nos ha hecho perder las cualidades que nos
brindan el clima y el propio territorio para garantizar una soberanía agroalimentaria y una eco-
nomía solidaria.

- Nos manifestamos a favor de un territorio, un urbanismo y una arquitectura sustentables,


de la multiplicación de sistemas de edificaciones ecológicas y saludables basadas en el uso de
materiales naturales locales y el desarrollo de nuevas técnicas endógenas, aunadas a las técni-
cas tradicionales de construcción como estrategias que minimizan el impacto ambiental y dis-
minuyen el consumo de energía.

- Destacamos como una estrategia fundamental para asumir la superación de la compleja


problemática de la Caracas de hoy, el abordaje holístico de los distintos factores que le afectan,
asumiendo el reconocimiento de la ciudad como un conjunto de bienes comunes que ocupan
una extensa, compleja y accidentada superficie regional, que hoy en día se identifica con el
extenso territorio de la cuenca del Río Guaire, principal afluente del Río Tuy, y el frente litoral
Caribe. Este hecho geográfico nos enfrenta a dos realidades: por una parte, la falta de concien-
cia de que pertenecemos a un extenso territorio disociado y por otra parte, la ausencia de una
coordinación regional que oriente políticas públicas acordadas y compartidas por el conjunto
de municipios y comunidades que forman el territorio-región de la Gran Caracas.

- Como ciudadanas y ciudadanos comprometidos reclamamos nuestro derecho a participar de


manera significativa en el diagnóstico y en la formulación de propuestas que tengan que ver con
el destino de nuestro territorio y sus ciudades. Igualmente expresamos nuestra disposición a
acompañar los procesos de participación de las comunidades en la configuración de su hábitat.
- Finalmente nos declaramos en defensa de una utopía posible como guía de los pasos nece-
sarios para transformar la realidad, orientación que permita una planificación territorial y
urbana democrática, creativa, ecológica, equitativa, solidaria, segura, basada en una economía
alternativa y sustentable, una cultura protagónica y participante en su devenir, y una educa-
ción ciudadana inclusiva en la que converjan las distintas expresiones de nuestra diversidad
eco-socio-cultural, que se inserte adecuadamente en la perspectiva regional y que nos conduzca
a identificar metas, oportunamente compartidas, más que a imponer soluciones. Asumimos la
defensa de una utópica realidad que reconoce el derecho de las plantas, los animales, las mon-
tañas y los ríos, del conjunto de la trama de la vida en diálogo con el derecho a la ciudad donde
nosotros y nosotras, como ciudadanos y ciudadanas responsables podamos compartir este
valioso territorio común para el Buen Vivir.

- En tal sentido, expresamos nuestro deseo de ampliar los espacios de discusión generados a
partir de la iniciativa de los simposios Pensar la Ciudad, extendiéndolos tanto a nivel local
como a comunidades parroquiales o comunales, así como a otras ciudades venezolanas que
comparten esta problemática común, con el objeto de concienciar a los más amplios sectores
sobre la necesidad de pensar juntos para actuar mejor. Igualmente, nos comprometemos en
hacer llegar a las instituciones responsables, organizaciones, movimientos sociales y pueblo en
general, las reflexiones resultantes de estos eventos. Para ello, sumaremos esfuerzos con miras
a lograr la más amplia difusión de las ideas expuestas en las ponencias participantes y los apor-
tes de los debates generados por ellas, así como para garantizar la continuidad de estos espa-
cios abiertos de reflexión, debate e intercambio.

Caracas, 03 de noviembre de 2015

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