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Día de los Muertos, Halloween, Todos los Santos, Samhain… Dependiendo del país donde uno se encuentre
esta celebración tiene un nombre y unas tradiciones diferentes. Lo que sí tienen en común son los difuntos, los
protagonistas de la velada a quienes se les rinde homenaje entre la noche del 31 de octubre y el 1 y 2 de
noviembre.
El Día de los Muertos en México es de origen precolombino, su calendario mexica guardaba varios días a
honrar a los difuntos. La ceremonia estaba consagrada a la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la dama de la
muerte y hoy en día como la Catrina, un personaje creado por el ilustrador mexicano José Guadalupe Posada
hace más de 100 años. Esta figura, que se ha convertido en una de las insignias del país, cobra especial
relevancia en las celebraciones del 1 y 2 de noviembre, cuando las distintas localidades de México se llenan de
altares con los que se honra a un determinado difunto y al que se le llevan ofrendas. En Aguascalientes
también cuenta con gran relevancia el Festival de las Calaveras, en el que se organizan diferentes eventos,
desfiles, exposiciones de altares y certámenes literarios.
La gastronomía en México también tiene un papel importante en las celebraciones. Durante esos días se
consume el llamado pan de muertos, un panecillo con forma de personajes; o las calaveras de dulce, que
suelen llevar inscrito el nombre del difunto.
Conocida también como la noche de brujas, esta fiesta pagana tiene origen en las costumbres celtas o
cristianas que los inmigrantes europeos introdujeron en su día en el continente americano. La festividad se
celebra el 31 de octubre, momento en el que niños y mayores se disfrazan de personajes de terror. Para
celebrarlo se organizan diferentes fiestas nocturnas, se encienden hogueras, se visitan cementerios y los más
pequeños suelen ir de casa en casa para conseguir caramelos tras pronunciar la famosa frase de “truco o
trato”. Una imagen que el cine americano se ha encargado de difundir y en la que, ese día, no pueden faltar
calabazas, telas de araña ni murciélagos como elementos de la decoración.
Aunque Halloween es, posiblemente, la fiesta de los difuntos que más se ha internacionalizado, los países en
los que tiene una fuerte tradición son Estados Unidos, Canadá, Irlanda o Reino Unido. En cuanto a su
gastronomía, durante ese día hay costumbre de comer dulces y manzanas caramelizadas.
3. Samhain en Irlanda
Samhain
Esta fiesta pagana, de origen celta, era una de las más importantes en Europa hasta la extensión del
cristianismo. Antiguamente en ella se celebraba el Año Nuevo celta, que comenzaba a partir del 31 de octubre
con la época oscura. Era el final de las cosechas, por lo que también debían tener provisiones suficientes hasta
la llegada de la primavera. Según la mitología, durante la noche los difuntos tenían la oportunidad de volver al
mundo de los vivos para reencontrarse con sus seres queridos. Como no todos los espíritus eran buenos, para
ahuyentar a los malos se dejaba comida en el exterior. También encendían hogueras y, para que no se los
llevasen al inframundo, solían vestir máscaras para confundirlos. Una tradición que los inmigrantes irlandeses
introdujeron en Estados Unidos y que derivó en el actual Halloween.
El dulce típico de esta noche es el Barm Brack, un pastel en el que se esconde un anillo y un penique. En el
caso de encontrar el primer objeto significa que tu matrimonio está cerca, mientras que el segundo atrae la
prosperidad económica.
El día 1 de noviembre España celebra el Día de Todos los Santos, una festividad cristiana en la que se rinde
homenaje a todos los difuntos que viven en presencia de Dios. Durante toda la jornada la costumbre es visitar
los cementerios para dejar flores y velas a los seres queridos. También hay misas y algunas catedrales sacan a
relucir las reliquias de sus santos. Aquí las calabazas son sustituidas por las castañas, los frutos secos y algunos
dulces como los buñuelos de santo. Dependiendo de la región del país, la fiesta también adquiere otras
costumbres.
En Cataluña, en la noche del 31 de octubre se celebra la castañada, donde se consume este fruto además de
panellets, los dulces típicos de la región. En algunas regiones de Andalucía es conocido como los Tosantos. En
Cádiz los mercados de Virgen del Rosario o Central recrean todo un Carnaval en el que gallinas, conejos,
pescados y cerdos son disfrazados, mientras que con las frutas y verduras se hacen caricaturas de los
personajes más relevantes de la actualidad. En Canarias también le han incorporado un toque de alegría a la
noche, pues su Fiesta de los finaos se celebra con música y actuaciones. En Soria es el día en el que se rinde
homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer y el Monte de las ánimas. La lectura es interpretada al caer la noche por
actores y títeres que llenan de arte la ciudad. En Alcalá de Henares el teatro también está muy presente. Cada
año en estas fechas se interpreta la obra de José Zorrilla: Don Juan Tenorio.
En Guatemala la festividad de Todos los Santos también está muy arraigada. Durante estos días en la mayor
parte del país se crean altares en los que se recuerda a los difuntos. Muchos de ellos son caseros, por los que
algunas casas cuentan con el suyo propio. La tradición también incluye la visita a los cementerios para dejar
flores, limpiar las lápidas y rezar por los seres queridos. No obstante, el ritual que más llama la atención de
este país son los barriles gigantes. Este festival originario de la localidad de Santiago Sacatepéquez, que se
celebra el 1 y el 2 de noviembre, consiste en lanzar barriles al aire por la colina próxima a los cementerios. En
él se evalúa tanto su diseño, en el que los grupos de amigos y vecinos han estado trabajando desde hace
meses, así como el tiempo en el que el barril está en el aire.
Esta festividad no coincide con las que se celebran en otras partes del mundo, ya que se rige por el calendario
jemer. Generalmente suele celebrarse en los meses de septiembre u octubre.