La libertad de pensamiento y de conciencia, la conciencia libre de cada persona es uno de los principios básicos del laicismo. Cada persona ha de ser y sentirse libre para practicar una religión, o mantener una opinión o actitud religiosa disidente o sustentar una convicción de indiferencia o pronunciarse como ateo, o cualquier otra convicción o actitud ideológica. Los seres humanos somos libre para cambiar de opción cuando y como lo deseemos, sin traba alguna. Las personas tienen derecho a practicar o no, y a declarar o no sus convicciones. Todos estos derechos que garantizan la libre conciencia no pueden y no deben generar una estigmatización, social, jurídica o política. Y el Estado está en la obligación de defenderlo y fomentarlo. La persona es la única titular de la libertad de conciencia, que debe ser protegida por el ordenamiento jurídico, es decir por el Estado. Toda fe o confesión religiosa es atributo de una conciencia individual, nunca de una entidad colectiva. Otra forma de expresar nuestra libertad sería con el derecho a la libre expresión se considera un requisito indispensable para la existencia de sociedades democráticas. Protege el derecho de todas las personas a expresarse libremente sobre sí mismas, sobre sus asuntos u otros de su interés, sean privados o públicos, así como el derecho a comunicarse y emitir opiniones por cualquier medio de comunicación, sin discriminación alguna. Este derecho protege Toda opinión de índole política, científica, histórica, moral o religiosa, toda forma de expresión por la palabra oral y escrita, lenguaje de signos, imágenes y objetos artísticos, etc. Sin información, las personas, grupos y organizaciones no podrían ejercer plenamente su derecho a expresarse libremente. La libertad de expresión comprende la libertad para buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole. Asimismo, es un derecho de la sociedad en su conjunto para intercambiar ideas e informaciones, así como para comunicarse, conocer noticias y opiniones de los demás. Como libertad también tenemos la académica, el derecho a la educación, la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación, forman parte de la libertad académica, la cual se entiende como el derecho de cada miembro de la comunidad educativa como: estudiantes, docentes e investigadores a buscar, desarrollar y transmitir libremente el conocimiento a través de la investigación, el estudio, el debate, la documentación, la producción, la creación, la enseñanza, la docencia y la escritura. Igualmente, se prohíbe el adoctrinamiento en un modelo de pensamiento, religión o creencia particular, protegiendo el derecho a manifestar o expresar libremente ideas, creencias y religión.