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Palabras claves: interculturalidad – poesía – lenguaje – política

Poesía intercultural desde la lectura de Cesar Vallejo y José Carlos Mariátegui: en


busca de nuevas formas de sensibilidad sudamericanas

La relación entre poesía y filosofía en tanto discursos sociales permiten realizar una
serie de interrogantes acerca de la interculturalidad. De manera más específica, podemos
afirmar que la configuración de la experiencia social vital como materia poética posibilita
emprender una comprensión acerca de la colonialidad del poder. La poesía es un discurso
social en tanto todo lenguaje, según Mijail Bajtin, es pluriacentual, entonces otros discursos
se refractan en el lenguaje poético (2002:187)1. La voz del poeta manifiesta huellas de otros
discursos, poniendo en evidencia que el acceso al discurso implica un conflicto cultural
colonial.

Desde estas premisas nos interesa mostrar a la literatura de a principios del Siglo
XX en Perú como un ámbito vedado al mestizaje lingüístico, y a su vez, nos interesa pensar
a los textos de Cesar Vallejo (1892-1938) como una interrupción, o como aquella poesía
que expresa el sentimiento indígena de manera virginal, tal como lo afirmó el filósofo
peruano José Carlos Mariátegui (1895-1930). FILOSOFIA

En un segundo momento trataremos de pensar los posibles aportes que la


experiencia poética de Vallejo puede brindar a la teoría pedagógica que propone
Mariátegui. Esto supone realizar una pregunta acerca de la relación entre el lenguaje
poético como manifestación simbólica y la teoría marxista. ¿Puede la poesía ayudar a
comprender la integración social como interculturalidad desde la educación? ¿Cómo

1
Para Bajtín es pluriacentual la novela, no la poesía. El realiza un análisis del discurso literario en el siglo XIX
(Dostoievsiki), cuando todavía no habían surgido las vanguardias poéticas (Vallejo publica Trilce en 1922 -
André Bretón publica el Primer Manifiesto Surrealista de 1924). En el siglo XIX la lengua poética es
monológica, exige la reducción de todas las palabras a un denominador común (salvo casos muy
excepcionales como lo son la lírica prosaica que desarrolla Heinrich Heine o Augusto Barbier). (Bajtin:
2005: 291)
relacionar el sujeto poético con una crítica al sujeto tal como lo presenta la teoría burguesa
de la educación heredada por España?

El abordaje de todos estos interrogantes suponen la puesta en juego de una hipótesis


central: la cosmovisión indígena se politiza en tanto aborda el problema de la
interculturalidad como construcción de un lenguaje.

CONTEXTUALIZAR . POLITICA

El problema de la interculturalidad, tal como se plantea a principios del Siglo XX,


implica al lenguaje en una polémica que los escritores indigenistas plantearon como
reivindicación de valores autóctonos sin alterar la lengua española -Manuel González
Prada (1844-1918), Uriel García (1884-1965) y José Carlos Mariátegui (1894-1930)
propusieron un debate en torno a la cuestión del indio en Perú e hicieron hincapié en la
exclusión social, pero no pusieron en tela de juicio la cultura colonial -.

Por su parte, Pedro S. Zulen (1889- 1925) y Dora Mayer (1868-1957) fundaron la
Asociación Pro-Indígena en 1909,y, tres años más tarde, lanzaron el periódico El Deber
Pro-Indígena (1912-17) para informar sobre las condiciones de vida en el interior del país,
documentar abusos y publicar trabajos a favor del amerindio. La Asociación Pro-Indígena y
su vocero impreso se convirtieron en los portaestandartes del indigenismo en el Perú. En un
ambiente cargado de inquietudes intelectuales, en 1927 se desarrolló, principalmente en la
revista Mundial (Lima), una sonada polémica sobre el indigenismo, cuyos principales
contendores fueron José Carlos Mariátegui y Luis Alberto Sánchez (1900-94).

La configuración de una voz indígena en la poética de Vallejo implicó una


intervención emancipadora ya que pone en discusión no solo la lucha política de la época
sino el derecho a alterar la lengua materna con lo cual la disputa evidencia que la cuestión
política no estriba solamente en el acceso a la literatura sino en la posibilidad de alterar el
lenguaje heredado del poder colonial. La cultura como ámbito de lucha por la voz propia
trama la poética de Vallejo. En sus Poemas póstumos2, pone en crisis la palabra al alterar
el sentido porque como dice en “Telúrica y magnética” es “¡indio después del hombre y
antes de él! ¡Lo entiendo todo en dos flautas y me doy a entender en una quena! ¡Y lo
demás, me las pelan!”.

Vallejo en “Contra el secreto profesional” (1973:97) concibe su propia práctica


escrituraria como trabajo de corrección, como una búsqueda determinada por volver al
texto y, podríamos decir, por corroerlo. Entonces, a pesar de que el piensa, en un gesto de
radicalidad, que de la “generación anterior no tenemos nada que esperar” (1926), podemos
pensar que su relación con Jose Santos Chocano, García Calderón y Ruben Dario, es de
cercanía. En su movimiento de alejamiento constante, no puede parar de acercarse. Para
construirse como algo uno necesita del otro del cual se separa. Pero, en su característica de
escritor de vanguardia, logra darle a este proceso un sentido distinto. Heredar no implica
continuar reproduciendo la voz de la tradición de los escritores modernistas peruanos, y
tampoco supone correrse de esta línea de sucesión y enmarcase de lleno dentro de la
tradición indígena; sino, que implica la construcción de una voz nueva. En este sentido, la
multiplicidad de voces presentes en los poemas de Vallejo no conforman un material
caótico; sino una pluralidad de conciencias autónomas con sus visiones del mundo que
crean una estructura orgánica (Bajtin, 2005:17). Vemos así, a través del fenómeno de
heteroglosia, el agenciamiento de un sujeto andino.

La potencia literaria de la escritura vallejiana radica en el montaje de un sistema a


partir de la juntura de sociodectos de diversos orígenes. Este trabajo conlleva a su vez, a la
discusión sobre la frontera entre la literatura y la no literatura. La escritura de combate

2
Poemas escritos entre 1923, 1924 y 1937.
Poesía, política e interculturalidad se transforman en cuestiones para abordar desde
la filosofía en tanto nos permiten elaborar una serie de hipótesis acerca del pensamiento
latinoamericano y la producción de un discurso sobre el poder colonial. El poder colonial
implico una cultura política que hasta comienzos del Siglo XX invisibilizó la cuestión
indígena como constitutiva del pensamiento emancipatorio latinoamericano. Esta episteme
moderna comienza a derrumbarse cuando emerge en el lenguaje otras voces que acceden al
reparto de lo sensible tal como Jacques Ranciere (2011) lo sostiene: la literatura hace
política en tanto “Hay una estética de la política en el sentido en que los actos de
subjetivización política redefinen lo que es visible, lo que se puede decir de ello y qué
sujetos son capaces de hacerlo. Hay una política de la estética en el sentido en que las
formas nuevas de circulación de la palabra, de exposición de lo visible y de producción de
los afectos determinan capacidades nuevas, en ruptura con la antigua configuración de lo
posible. Hay así una política del arte que precede a las políticas de los artistas, una política
del arte como recorte singular de los objetos de experiencia común, que opera por sí misma,
independientemente de los anhelos que puedan tener los artistas de servir a tal o cual causa”
(Rancière, 2011: 65-66).

Vallejo propone de esta manera un estilo que resuena como grito de lucha.
Mariátegui recoge esta voz cargada de acentos para realizar una crítica al sistema educativo
peruano. La educación nacional no es nacional: tiene un espíritu colonial y aristocrático, en
la cual el factor indígena se encuentra totalmente relegado. La educación sigue siendo un
privilegio de castas, por lo que las Universidades siguen sometidas a un sentimiento de
fobia al pueblo. La herencia española impide el desarrollo de una educación para el trabajo
y estimula, en cambio, las letras y los oficios burocráticos. De esta manera, el sistema
educativo es solidario a los intereses de la economía burguesa. Un nuevo plan de educación
nacional debe ir a la par de una reforma creativa en la economía y la política peruana. La
construcción de la nacionalidad tiene que partir por resolver el problema de la tierra que le
fue expropiada al indígena por el español y luego por el terrateniente. No sólo porque eso
tiende a garantizar la posibilidad de su existencia física sino porque la relación con ella, en
términos que él pueda decidirla, es la recuperación de la magia, de las fantasías, de los ritos,
del horizonte cultural que se le negado. De esta manera, Mariátegui saca el tema de la
colonialidad del poder del problema "racial" para inscribirlo en la situación específica del
indígena en Perú.
Vallejo “Nostalgias imperiales” la tristeza del indio es vinculada con la perdida de
sus Dioses.

Mariategui mito Sorel hombre metafísico.

Bajtin (2005) “Problemas de la poética en Dostoievski”.


Vallejo (1973) “Contra el secreto profesional”, Lima, Mosca Azul Editores.

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