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REVISTA GALEGO-PORTUGUESA DE
PSICOLOXÍA E EDUCACIÓN
Luis A. C. R. MAIA * 1
António Pedro COSTA**
*Universidade da Beira Interior Data de recepción: 11/05/2007
**Universidad de Salamanca Data de aceptación: 21/11/2007
1
La correspondencia relativa a este artículo debe ser enviada para Luis Maia, Universidade da Beira Interior,
Departamento de Psicologia e Educação, 6200- Covilhã – Portugal. lmaia@ubi.pt, lmaia.gabinete@gmail.com
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luation of Quality of Life in Patients who suf- guínea, toxinas exógenas y enfermedad inmu-
fered a stroke. nitaria (Brust, 2000).
KEY WORDS: EVC, Neuropsychology; Por diversos motivos la EVC puede oca-
Daily-life activities sionar demencia (Bogousslavsky, 2002;
Brust, 2000; Victor et al., 2000). Uno de ellos
podría relacionarse con lesiones en la conve-
INTRODUCCIÓN xidad hemisférica (área irrigada por la arteria
cerebral media), que pueden provocar trastor-
La EVC se refiere a cualquier disfunción nos cognitivos o del comportamiento. Un
cerebral, producto de un proceso patológico infarto en la área del tálamo o en la área tem-
que envuelva los vasos sanguíneos (Brust, poral inferomedial puede producir amnesia y
2000; Victor, Ropper, & Adams, 2000). Los las lesiones en la área irrigada por la arteria
ictus podemos clasificarlos en hemorrágicos cerebral anterior suelen originar trastornos de
(hemorragia) o oclusivos (taponamiento de un memoria y abulia (Brust, 2000; Victor et al.,
vaso sanguíneo). La hemorragia puede ser 2000). Por otro lado, cierto tipo de patologías
intraparenquimatosa o subaracnoidea mien- en los vasos más pequeños que afectan la sus-
tras que las oclusiones pueden ser trombóticas tancia blanca, provocan alteraciones del com-
o embólicas (Bogousslavsky & Hommel, portamiento y de la marcha, incontinencia uri-
1993; Kase, 1993). naria, parálisis pseudobulbar y signos pirami-
dales. Se constata que los infartos múltiples
El ictus hemorrágico puede producirse de pueden originar efectos aditivos que podrán
una hemorragia extraparenquimatosa (por ej. desencadenar procesos demenciales (Brust,
debido a rotura de aneurismas en el polígono 2000; Lezak, 1995).
de Willis dando lugar a hemorragias subarac-
noideas) o por una hemorragia intraparenqui- Las EVC constituyen la causa más impor-
matosa (por ej. secundaria a rotura de vasos tante de incapacidad funcional crónica ocu-
afectados por una hipertensión prolongada) pando el tercer lugar en causas de muerte de
(Brust, 2000). La misma hemorragia, debido la población adulta de los Estados Unidos
al efecto de masa producido por el hematoma (MacKenzie & Chang, 2002). Se estima que
intracerebral en la irrigación del tejido cere- aproximadamente dos millones de personas
bral adyacente, puede causar isquemia o en están incapacitadas debido a secuelas neuro-
casos más graves infarto (Bogousslavsky & lógicas producidas por EVC (Brust, 2000).
Hommel, 1993).
En Inglaterra, el ictus es la causa principal
Si la insuficiencia del riego sanguíneo de incapacitación de personas adultas. En
(isquemia) es transitoria, la situación clínica Hong Kong se estima que, al menos, 12000
puede resolverse sin que se produzcan signos personas por año sufren un ictus y que dentro
anatomopatológicos de lesión (Brust, 2000). del grupo de supervivientes, 55 a 70% necesi-
Cuando la situación de isquemia es grave y se tan de programas de rehabilitación
desarrolla durante mucho tiempo, se produce (MacKenzie & Chang, 2002).
muerte neuronal (infarto) (Brust, 2000; Victor
et al., 2000). Este tipo de patología causa más muertes e
incapacitaciones que cualquier otra enferme-
Ambos tipos de ictus pueden desarrollarse dad (con la excepción de las enfermedades car-
a cualquier edad y por diversos motivos tales diacas y del cáncer) (Lezak, 1995). A pesar de
como traumatismos, infección, malformación las estadísticas en relación al número de perso-
vascular, cardiopatía, neoplasia, discrasia san- nas incapacitadas, hoy en día, está aumentando
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el número de personas que sobrevive a un ictus lares (Patten, 1996). Una de las manifestacio-
y que consigue rehacer su vida a pesar de las nes más frecuentes de este tipo de enfermedad
secuelas (Tengs, Yu & Luistro, 2001). es la hemiplejia. Sin embargo, esta manifesta-
ción clínica también puede tener su causa en
En relación al grado de discapacidad provo- otras patologías, como por ejemplo, abscesos,
cado por un ictus, estudios de Clark & Opit tumores o enfermedades desmielinizantes
(1994), muestran que con el aumento de la edad (Patten, 1996).
el nivel de dependencia del paciente aumenta
considerablemente. Un tercio de la muestra de El interés actual por los aspectos psicoso-
los pacientes entre 65 y 74 años y prácticamen- ciales del concepto de salud ya apuntados en
te la mitad de los mayores de 75 años se queda- la definición de la OMS en 1948 como “un
rá dependiente, con un grado severo de incapa- estado de bienestar físico, psíquico y social y
cidad, necesitando ayuda frecuente de otra per- no solamente la mera ausencia de enferme-
sona en actividades de vida diaria. dad”, hace obligatorio hablar de la de vida
como un incremento de la calidad con o sin
En España, el ictus tiene una prevalecía enfermedad (Fernández López & Hernández
que se sitúa alrededor de 200/100.000 habitan- Mejía, 1993). Siguiendo la idea desarrollada
tes año, constituyendo la segunda causa de por Carod Artal (1999) podremos definir
mortalidad (siendo la primera causa de muerte Calidad de Vida relacionada con Salud
en la mujer) y es la patología neurológica (CVRS) como: “el valor que se asigna a la
invalidante más prevalente en la populación duración de la vida que se modifica por la
adulta (Gállego, Martínez-Vila, Zubiri, incapacidad, el estado funcional, la percep-
Irigoyen, & Villanueva, 2000). Dentro de la ción y las consecuencias sociales debidas a
incidencia de pacientes afectados por un ictus, una enfermedad, un accidente o a una deci-
15% son de tipo hemorrágico, la proporción sión política, social o sanitaria”.
en sujetos jóvenes de este tipo de ictus alcan-
za 40-50% (Bevan, Sharma, & Bradley, 1990). Actualmente, debido a la considerable
variedad de enfermedades que afectan la cir-
A pesar de una mejor prevención en la culación cerebral, la neuropsicología desem-
adquisición de los factores de riesgo vascular peña un papel fundamental en la formulación
por parte de la populación, existe en los últi- del diagnóstico y de toda una línea de inter-
mos años, como consecuencia de un envejeci- vención terapéutica específica para cada sub-
miento progresivo de la populación, un incre- tipo de estas manifestaciones clínicas.
mento de la prevalencia y incidencia del ictus
(Gállego et al., 2000). Este problema sanitario
puede controlarse de una forma más efectiva, ESPECIFICIDAD DE LA EVALUACIÓN
si por todos los medios sociales se informara NEUROPSICOLÓGICA DE LA CALIDAD
que el ictus es una emergencia médica tratable DE VIDA
(Gállego et al., 2000).
Dentro de las diversas aplicaciones de la
El perfil temporal es una de las caracterís- neuropsicología en este ámbito, destacando el
ticas clínicas más importantes de las enferme- proceso de evaluación neuropsicológica (EN),
dades cerebro vasculares. Gracias a su carac- se puede definir por ser un procedimiento
terística típica de evolución aguda (debido a objetivo donde a través de instrumentos
la agudeza con la que inicia y su rápida evo- estandardizados el neuropsicólogo intenta
lución hasta llegar al punto máximo de daño), explorar características de las funciones cog-
se derivó el nombre de “accidente” para nitivas superiores (memoria, lenguaje, con-
hablar clínicamente de estos trastornos vascu- centración, etc.) y características comporta-
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mentales del paciente (Lezak, 1995; Tranel, Una medida de CVRS para ser integral
1993). Los datos de la EN son bastante útiles debe tener en cuenta la percepción del pacien-
a la hora de valorar los puntos débiles y fuer- te de su estado de salud y de qué forma ese
tes de las capacidades cognitivas y comporta- estado se relaciona con el desarrollo de las acti-
mentales de los pacientes, ya que es muy vidades de su vida diaria (Tennant et al., 1997).
importante la exploración de la relación entre
el daño cerebral y el comportamiento del indi- En seguida se presenta un breve resumen
viduo (Pliskin & Sworowski, 2003). Si se de los diversos trabajos hechos relacionados
logra obtener datos relevantes de esta rela- con la calidad de vida e ictus (Cadro 1).
ción, estos serán facilitadores del diagnóstico
y ayudarán a aclarar qué tipo de proceso tera- Un estudio longitudinal de 1 año, hecho
péutico y rehabilitación se podrá desarrollar por Li, Young, & Hu, (2001) tuvo como obje-
con cada paciente especifico (Lezak, 1995; tivo comparar la calidad de vida de un grupo
Tranel, 1993). de sujetos normativos (grupo control) con un
grupo de supervivientes de ictus.
Hablando de los particulares de la
Evaluación Neuropsicológica de la Calidad de En la primera evaluación los resultados
Vida (ENCV) en patología vascular cerebral, obtenidos actuaron como los valores de base
cuando ocurre un ictus, como consecuencia de para toda la investigación comparativa. Los
las alteraciones neurológicas generadas, el pacientes expresaron menos problemas a
individuo se ve afectado (de forma temporal o nivel familiar o a nivel de matrimonio, tenien-
permanente) en las capacidades para desarro- do la percepción de que recibían más apoyo
llar sus actividades en el entorno social y fami- social en comparación con el grupo control.
liar (Astroem & Asplund, 2002). Así, podre- Sin embargo, 1 año después, los pacientes que
mos considerar como 4 grandes ámbitos funcionalmente se presentaban más deteriora-
importantes a ser explorados dentro de la dos expresaron deficits acentuados en las
ENCV: funcional (la capacidad de atenderse dimensiones de apoyo social y relacional con
por sí mismo, la capacidad para llevar a cabo la familia y con su pareja (Li et al, 2001). Este
las tareas diarias habituales, su grado de acti- cambio pasado 1 año podrá justificarse por el
vidad física, etc.), físico (síntomas físicos fenómeno de “burnout” de los cuidadores
resultantes de la enfermedad o por su trata- (casi siempre familiares) de estos pacientes.
miento), psicológico (funcionamiento cogniti- Este mismo fenómeno, muy desequilibrador
vo, estado anímico, nivel de satisfacción vital, desde el punto de vista psicológico, obtiene
autoestima, etc.) y social (interacción con su repercusiones en la cohesión familiar (Draper,
entorno y grado de aislamiento social) (Carod Poulos, Poulos, & Ehrlich, 1996; Li et al.,
Artal, 2003; Visser, Koudstaal, Erdman, 2001; Tyerman, Hobbs, & Measures, 1994).
Deckers, et al., 1995; Linda S. Williams,
Weingerger, Harris, & Biller, 1999). Por otro lado, la severidad del ictus provo-
ca un deterioro en la autoestima del paciente
La inclusión de elementos psicosociales que, por su parte, se repercute en una subesti-
en la ENCV es importante para que el cuadro mada percepción del apoyo social y familiar
de déficits e incapacidades experimentadas realmente recibido (Li et al., 2001; Sisson,
pos-ictus sea más completo y realista. Estos 1992). Los autores también concluyeron que
pacientes expresan una serie de consecuen- los niveles de exigencia de las necesidades en
cias sociales negativas, tales como incremen- la vida eran bastante inferiores en el grupo de
to del aislamiento social y pérdida de autoes- pacientes en relación al grupo control. Tal
tima (Tennant, Geddes, Fear, Hillman, & resultado se debe a un proceso consciente de
Chamberlain, 1997). adaptación a los niveles de stress después de
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un ictus por parte de los supervivientes (Li et percepción de vida y del concepto de salud
al., 2001), produciéndose de este modo una muy distinto del grupo control.
Estudios como los de Mackenzie e Chang física es el predictor más fuerte de la calidad de
(2002), utilizando el Perfil de las vida de los pacientes. Quedó demostrado que
Consecuencias de la Enfermedad (SIP) como los predictores sociales, a pesar de no haber
instrumento de medida, relatan que pasados sido trabajados de la misma forma exhaustiva,
tres meses de un ictus, la capacidad funcional tienen importancia para que la rehabilitación
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Cadro 2. Puntuaciones obtenidas por los pacientes en las dimensiones del PSN
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nos encontramos con algunos problemas trumentos genéricos, como el caso del Perfil
metodológicos, como por ejemplo: la utiliza- de Salud SF-36 o el Perfil de las
ción de indicadores objetivos versus indica- Consecuencias de la Enfermedad (SIP)
dores subjetivos; puntaciones agregadas ver- (Carod Artal, 1999).
sus perfiles; indicadores de calidad de vida
genéricos frente a instrumentos específicos de En seguida presentaremos algunos ejem-
enfermedad, entre otros (Carod Artal, 1999, plos de instrumentos utilizados en metodolo-
2003). gías de investigación para evaluar CVRS.
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ÍNDICE DE BARTH EL
Comida:
10 Independ iente. Capaz de co mer por sí s olo en un tiempo razonable. La comi da puede ser cocinada y
servida por otra persona
5 Necesita ayuda para cortar la carne, extender la mant equilla... pero es capaz de c omer sólo
0 Dependient e. Necesita ser alimentad o por otra persona
Lavado (baño)
5 Independ iente. Capaz de lavarse entero, de entrar y salir del bañ o si n ayuda y de hacerlo sin que una
persona supervise
0 Dependient e. Necesita algún tipo de ayuda o supervi si ón
Vestido
10 Independ iente. Capaz de ponerse y qui tarse l a ropa sin ayuda
5 Necesita ayuda. Real iza sin ayuda más de la mitad de es tas t areas en un tiempo razonable
0 Dependient e. Necesita ayuda para las m ismas
Arre glo
5 Independ iente. Realiza todas las actividades personales sin ayuda alg una, los complementos necesarios
pueden ser provistos por alguna pers ona
0 Dependient e. Necesita alguna ayuda
Deposición
10 Conti nente. No presenta episodios d e incontinencia
5 Accident e ocasional. Menos de una vez por semana o necesita ayuda para colocar enemas
o supositorios.
0 Incontinente. M ás de un episodio semanal
Micción
10 Conti nente. No presenta episodios . Capaz de utili zar cualquier di spositivo por si solo (botella, sonda,
orinal...).
5 Accident e ocasional. Presenta un máximo de un epis odio en 24 horas o requiere ayuda para la
manipulación de sond as o de ot ros dispositivos.
0 Incontinente. M ás de un episodio en 24 hora s
Ir al retrete
10 Independ iente. Entra y sal e solo y no necesita ayuda alguna por parte de otra pers on a
5 Necesita ayuda. Capaz de manej arse con una peq ueña ayuda; es capaz de usar el cuarto
de baño. Puede lim piarse sol o
0 Dependient e. Incapaz de acceder a él o de utilizarlo sin ayuda mayor
Transferencia (tras lado cama/sillón)
15 Independ iente. No requ iere ayuda para sentarse o levant arse de una sill a ni para ent rar o
salir de la cama.
10 Mínim a ayuda. Incluye una supervisió n o una pequeña ay ud a física.
5 Gran ayuda. Precisa ayuda de una persona fuerte o entrenada.
0 Dependient e. Necesita una grúa o el alzamiento por dos personas. Es incapaz de per manecer sentado
Dea mbulaci ón
15 Independ iente. Puede andar 50 metros o su eq uiv alente en casa si n ayuda o supervi sión. Puede utilizar
cualquier ayuda mecánica excepto un andad or. Si utiliza una prótesis, puede ponérsela y quitársela solo.
10 Necesita ayuda. Necesita supervi sión o una peq ueña ayuda física por parte de otra persona o utiliza
andador.
5 Independ iente en si lla de ruedas. No requier e ayuda ni supervisión
Subir y bajar escaleras
10 Independ iente. Capaz de subir y bajar un pi so s in ayuda ni supervisión de otra persona.
5 Necesita ayuda. Necesita ayuda o supervisión .
0 Dependient e. Es incapaz de salvar escalones
La incapacida d funcional se
valora como: * Moderada: 60 - 80 puntos. Puntuación Total:
* Severa: < 4 5 puntos .
* Ligera: 8 0 - 100 puntos.
* Grav e: 45 - 59 pu ntos.
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de quince ítems, valorados con puntuación de Cada ítem aporta una situación de males-
uno a cuatro en su forma original, midiendo tar que podrá ser relevante o no para el
dos conceptos (incapacidad instrumental den- paciente. La respuesta es dicotómica (si / no),
tro o fuera de casa y handicap social). Se pre- debiendo el sujeto contestar afirmativamente
gunta la frecuencia de cada tarea con relación cuando el contenido del ítem refleja su estado
a los últimos tres o seis meses. Esta escala de salud actual y contestar no en los casos
puede ser aplicada por el propio sujeto o por inversos (Hunt et al., 1981).
un profesional clínico; el tiempo estimado
para la administración es de 5 minutos.
ESCALA DE CALIDAD DE VIDA PARA
El orden de los ítems y puntuación origi- PACIENTES JÓVENES CON ICTUS
nal fueron modificados por Wade (Carod HEMORRÁGICO
Artal, 2003); en la actualidad los quince
ítems son valorados de cero a tres y, como Esta escala fue desarrollada con el objeti-
consecuencia, su rango de valores oscila de vo de evaluar específicamente la calidad de
cero a cuarenta y cinco. Más tarde fue modi- vida de estos pacientes afectados por ictus
ficado el punto de corte (Sharpe, Hawton, hemorrágicos (Hamedani et al., 2001). La
Seagroatt, Bamford, & et al., 1994), siendo versión más reciente contiene 54 ítems agru-
indicadora de alteración grave en las activi- pados en siete dominios: funcionamiento físi-
dades instrumentales la puntuación menor o co, funcionamiento cognitivo, aspecto gene-
igual a 25. ral, actividades sociales y de placer, relacio-
namientos y, por último, bienestar emocional.
Haciendo un estudio más pormenorizado Existe una pregunta al final de cada dominio
del contenido de los ítems, Bond e colabora- (sin puntuación) en la que el paciente contes-
dores (in Carod Artal, 2003) propusieran una ta de qué forma y en qué grado (ligeramente /
estructura factorial 2x2 (tareas domesticas/ enormemente), han influido en su calidad de
trabajo fuera de casa; pasatiempos domésti- vida, por ejemplo, los cambios en sus capaci-
cos/ actividades placenteras fuera de casa) dades físicas o funcionamiento social. La
basada en dos aspectos principales: activida- escala termina con una pregunta abierta, tam-
des dentro de la casa (como son por ejemplo, bién sin puntuación, donde el sujeto puede
lavar ropa, cocinar, lavar platos y limpiar el hablar de otros aspectos que considera afecta-
polvo) y actividades fuera de casa (manteni- dos tras el ictus (Carod Artal, 2003;
miento del coche, del jardín, paseos, salidas y Hamedani et al., 2001). La escala consta de
compras). buena fiabilidad y buena consistencia interna
(Carod Artal, 1999).
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Este instrumento, del cual es autor Estudios de exploración clínica con SA-
Marilyn Bergner (Beer, Bobbitt, Pollard, SIP30 han presentado que un valor mayor de
Martin, & Gilson, 1976; Vázquez Barquero et 40 en la dimensión física del SIP30 o una
al., 1991), fue desarrollado con el objetivo de puntuación global del SIP30 mayor de 33
analizar los cambios en el comportamiento de revelaba pacientes con una incapacidad seve-
un individuo tras una enfermedad y el grado ra, necesitados de ayuda para su movilidad y
de disfunción como consecuencia de la para los cuidados de higiene o alimentación
misma. Siendo un instrumento de uso genéri- (Carod Artal, 2003).
co, también ha sido utilizado en pacientes
supervivientes de ictus. Se basa en la percep-
ción y actitud desarrollada por el propio suje- LA ESCALA DE LAS CONSECUENCIAS
to en relación a los efectos que la enfermedad DEL ICTUS (ECI), VERSIÓN 2.0
ha producido sobre sus actividades de vida
diaria (MacKenzie & Chang, 2002). Este instrumento está constituido por 64
ítems, divididos en ocho dominios: fuerza,
La contribución de las dimensiones psico- función manual, movilidad, actividades bási-
lógicas del SIP podrá ser importante para cas de vida diaria, emoción, comunicación,
poder predecir la CVRS todavía en una fase memoria y participación social. Se puede aña-
precoz (identificación de los “handicaps” dir las puntuaciones de los cuatro dominios
psicosociales que tendrán que ser trabajados físicos, para crear una única puntuación
en rehabilitación) (MacKenzie & Chang, (Carod Artal, 2003). Esta escala fue desarro-
2002; Vázquez Barquero et al., 1991). Una de llada para evaluar las consecuencias del ictus
las limitaciones del SIP es su tiempo de apli- en pacientes que padecieron de un ictus leve o
cación (más de 30 minutos en un anciano con moderado, permitiendo evaluar los cambios
ictus). Debido a esto, se desarrolló la escala en la recuperación de los mismos. Las pun-
SA-SIP30, con treinta ítems divididos entre tuaciones obtenidas en cada dominio están
ocho subescalas, que se define como un ins- comprendidas entre 0 y 100; un valor más ele-
trumento adaptado a la población con ictus vado predice un estado de salud mejor. Al
(Carod Artal, 2003; MacKenzie & Chang, final del cuestionario, la ECI aporta una pre-
2002). Muchos autores consideran tanto al gunta que evalúa la percepción global del
SA-SIP30, como a la versión original más paciente sobre su estado de recuperación.
larga (SIP) como una escala más para medir Posee una buena validez discriminativa para
incapacidad que como un instrumento para sus dominios y el efecto techo no es tan visi-
medir calidad de vida. La justificación de ble como en el Índice de Barthel (Carod Artal,
estas opiniones podría ser el hecho de que el 1999, 2003).
SA-SIP30 explora la conducta observable en
lugar de la percepción subjetiva del concepto
de salud. En el SA-SIP30, las respuestas son ESCALA DE LAS CONSECUENCIAS
dicotómicas (si / no), estando los 30 ítems DEL ICTUS-16 (ECI-16)
introducidos en ocho subescalas: cuidado cor-
poral y movimiento, movilidad, deambula- Como ya fue dicho anteriormente, los 28
ción, interacción social, comportamiento ítems de los cuatro primeros dominios del
emocional, alerta, comunicación, y cuidados ECI pueden añadirse para que constituyan un
del hogar. Las puntuaciones puedan oscilar único dominio físico. Posteriormente, se
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desarrolló una versión reducida de este mismo dades de vida diaria, conteniendo ítems de
dominio físico llamada Escala de Las acciones físicas más complejas. Como la
Consecuencias del Ictus-16 (ECI-16) consti- escala ECI-16 fue diseñada específicamente
tuida por 16 ítems (Carod Artal, 1999, 2003). para evaluar los déficits físicos de pacientes
Si analizamos las propiedades del ECI-16 con ictus, es mucho más sensible a las limita-
(cadro 4) en comparación con el índice de ciones de grado leve que el IB (desarrollado
Barthel, la ECI-16 es un instrumento que ve para evaluar pacientes crónicos severamente
aumentada la medición del número de activi- incapacitados) (Carod Artal, 1999, 2003).
1. no pude hacerlo; 2. fue muy difícil; 3. fue difícil; 4. tuve una pequeña dificultad; 5. ninguna dificultad
Fuente: Carod Artal, 2003
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genéricas para evaluar los pacientes tras un Lesiones, principalmente a nivel del lóbu-
ictus, son los aspectos que estos instrumentos lo frontal, se expresan en déficits de las fun-
evalúan, que de hecho, sean pertinentes para ciones ejecutivas (capacidad para juzgar, pla-
los propios pacientes. Por ejemplo, si una neamiento de acciones futuras, etc.). A titulo
escala genérica no evalúa la destreza de los particular, las lesiones en la corteza de la
movimientos o comunicación, entonces, región orbito-frontal acarrean consecuencias
¿cómo va a poder predecir los perjuicios de y características peculiares para el desarrollo
esas dimensiones en la rutina diaria y salud de de un plan de intervención o rehabilitación
los supervivientes de ictus? (Linda S. específicos (Pliskin & Sworowski, 2003).
Williams et al., 1999).
En EVC suelen desarrollarse distintos tras-
tornos del lenguaje. Las formas más frecuentes
DETERIORO COGNITIVO Y son afasias y aprosodia. También son corrien-
REHABILITACIÓN NP tes los deficits de percepción y atención como
es el caso de las afecciones de las vías visuales
De forma general, cuando existen lesiones con sus repercusiones NP (agnosia visual aper-
en el hemisferio cerebral izquierdo tras un ceptiva, negligencia, etc.) (Tranel, 1993).
ictus, es frecuente que se desarrollen síndro-
mes depresivos en los pacientes (cerca del Es a través de la reorganización de las fun-
50% de los supervivientes empiezan a desa- ciones cognitivas que se proporciona la recu-
rrollar trastornos graves de humor entre los 6 peración neuropsicológica, la cual se desarro-
meses a los 2 años después del ictus) lla a través del incremento de nuevas estrate-
(Robinson & Price, 1982). El tratamiento clí- gias para subsanar las alteraciones secunda-
nico de los casos de depresión ha demostrado rias al daño cerebral (Castillo, 2002).
lograr consecuencias positivas en la rehabili-
tación de funciones físicas, cognitivas, emo- Un dato importante en la rehabilitación,
cionales y sociales de supervivientes de ictus para que esta sea efectiva, es que no se limite
(Carney & Freedland, 2002). tan solo a recuperar la función perdida, por
ejemplo, el lenguaje, si no que también traba-
En relación con lesiones del hemisferio je las que están relacionadas con la misma
cerebral derecho, pueden surgir casos de ano- (esquema corporal, capacidad para verificar
sognosia, principalmente si la afección está errores, habilidades visuoespaciales, etc.)
localizada en la corteza parietal inferior dere- (Wade, 1993).
cha. Casos de infarto en el giro cingulado o en
el área motora secundaria causan un síndrome El campo de la rehabilitación neuropsico-
conocido como mutismo acinético, que se lógica, que es una disciplina bastante reciente
caracteriza por la inexpresividad facial, falta en el tratamiento de casos de accidentes vas-
de comunicación verbal y gestual y falta de culares cerebrales, se expande utilizando
movimientos (Pliskin & Sworowski, 2003; estrategias de la psicologia clínica, de la capa-
Tranel, 1993). cidad de medición objetiva y de la evaluación
neuropsicológica con el rigor científico de la
A través de afecciones de una de las vías neuropsicología experimental. Tiene como
sensoriales (agnosias) o por una afección de meta la obtención de técnicas de intervención
múltiplas vías (amnesia), dependiendo de la eficaces para mejorar la calidad de vida de los
área neuroanatómica afectada como conse- pacientes (Tranel, 1993; Wade, 1993).
cuencia de EVC, se evidencian otro tipo de
déficits importantes que son los de memoria Estudios como el de Tatemichi (in Castillo,
(Pliskin & Sworowski, 2003; Tranel, 1993). 2002) demuestran que algunos trastornos neu-
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rológicos pueden beneficiarse sí se inserta al sufrir un ictus, demuestran ser útiles para la
paciente en rehabilitación cognitiva neuropsi- comprensión de las reacciones del paciente
cológica. Este autor observó las alteraciones ante la enfermedad y también son importantes
cognitivas de 227 pacientes después de haber para valorar la pertinencia de las intervencio-
sido acogidos en el hospital como consecuen- nes terapéuticas (Carod Artal, 1999).
cia de una isquemia. Dentro de esta muestra de Diversos estudios presentan el grado de seve-
pacientes encontró alteraciones en 35,2% de ridad del ictus como un factor predictor
ellos, de 4 o más de las 7 funciones evaluadas: importante de CVRS estando el mismo rela-
lenguaje, orientación, memoria, habilidades cionado con los niveles de deterioro valorados
visuoespaciales, habilidades verbales, razona- en las dimensiones físicas y psicológicas de
miento abstracto y tareas de atención. los pacientes (Astroem & Asplund, 2002;
King, 1996; Sisson, 1992; Sveen, Bautz
Las funciones en las que observó una Holter, Sodring, Wyller, & Laake, 1999).
mayor alteración fueron la orientación, memo-
ria, atención y lenguaje. Estos déficits se aso- La comparación entre las diferentes inves-
ciaron a síndromes corticales y a infartos en tigaciones sobre calidad de vida resulta com-
los territorios anterior y posterior de la arteria plicada de hacer debido a la variedad de ins-
cerebral media izquierda. Los pacientes con trumentos aplicados. Se instaura así la necesi-
más deterioro exhibían un alto nivel de depen- dad de desarrollar instrumentos específicos
dencia hacia sus familiares (Castillo, 2002). que evalúen calidad de vida en supervivientes
de un ictus, para poder, a continuación del tra-
En los infartos en la arteria cerebral poste- tamiento en fase aguda, comparar los resulta-
rior e infartos talámicos se expresan alteracio- dos obtenidos (Tengs et al., 2001).
nes de la memoria declarativa. En casi la
mitad de sus casos estuvo presente la deso- Numerosas investigaciones hechas con el
rientación; y la abulia estuvo asociada a lesio- IB han considerado los supervivientes de un
nes talámicas, caudadas y capsulares ictus con un resultado de IB ≥ 95 como recu-
(Castillo, 2002). perados, aunque cuando son evaluados con
escalas de calidad de vida especificas para el
Un proceso de rehabilitación debe tener ictus, siguen presentando incapacidades físi-
como uno de sus objetivos principales propor- cas residuales y cambios negativos en la cali-
cionar la integración del paciente a su ambien- dad de sus vidas (Carod Artal, 2003; Tengs et
te cotidiano y familiar. A través de la forma de al., 2001).
rehabilitación llamada “natural”, se intenta
abarcar los mismos procesos cognitivos afec- Debido a la importancia de los factores
tados que se trabajan en la tradicional (progra- psicosociales en la calidad de vida es de cru-
ma elaborado para la recuperación de las habi- cial importancia involucrar la familia del
lidades cognitivas en la clínica), basándose paciente en los programas de rehabilitación
esta en tareas especificas cotidianas como ir al desde una etapa temprana (MacKenzie &
supermercado, construyendo de este modo Chang, 2002). El apoyo social y soporte fami-
programas de compensación y restauración en liar son dos aspectos muy importantes para la
esa misma actividad (Castillo, 2002). promoción del ajuste comportamental y psi-
cológico de los supervivientes de ictus de
forma que los mismos logren “vivir” con la
CONCLUSIÓN enfermedad (King, 1996).
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los cambios producidos en las capacidades Profile: validation of a health status mea-
cognitivas y comportamentales del paciente sure. Med Care, 14, 57-67.
debe ser hecha de forma multidisciplinar (tra-
tamiento biomédico, rehabilitación neuropsi- Bevan, H., Sharma, K., & Bradley, W. (1990).
cológica e intervención Psicosocial). Stroke in young adults. Stroke, 21, 3820-
3826.
En relación a sus capacidades prémorbi-
das, el sujeto en la actualidad (pos tratamien- Bogousslavsky, J. (Ed.). (2002). Long-term
to de la fase aguda) necesita manejar de forma effects of stroke. New York, NY: Marcel
realista y consciente sus limitaciones, cami- Dekker, Inc.
nando de esa forma en busca del objetivo de
una mayor independencia y una mejor calidad Bogousslavsky, J., & Hommel, M. (1993).
de vida en su rutina diaria. Ischemic Stroke Syndromes: clinical fea-
tures, anatomy, vascular territories. In J.
Existiendo la posibilidad de que con el tra- Harold P Adams (Ed.), Handbook of
tamiento de la depresión se reduzca el riesgo Cerebrovascular Diseases (Vol. 17, pp.
de ictus fatales, es altamente recomendable 51-94). NY, USA: Marcel Dekker, Inc.
que siempre que la misma sea diagnosticada,
se dirijan los “esfuerzos” clínicos y el apoyo Brust, J. C. M. (2000). Circulación arterial del
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misma (Carney & Freedland, 2002). T. M. Jessel (Eds.), Principios de
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Como objetivo más importante de la reha- Madrid: McGraw-Hill.Interamericana.
bilitación neuropsicológica beneficiamos del
desarrollo de terapias especificas para cada Carney, R. M., & Freedland, K. E. (2002).
una de las funciones cognitivas superiores, Psychological Distress as a Risk Factor
adonde a través de un método profesional y for Stroke Related Mortality. Stroke, 33,
multidisciplinar logramos que el paciente se 5-6.
reincorpore a la sociedad sintiendo mejorada
su calidad de vida (Castillo, 2002). Carod Artal, F. J. (1999). Medición de la cali-
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