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eventos naturales o históricos, elementos observables por el ojo y el oído que intentan
expresar una idea o un símbolo.
La Fortuna de Greiter, pese a no tener precedentes en la música alemana de su
época, encaja en la escena alemana por su carácter simbólico y humanista.
Los compositores alemanes fueron los primeros en cultivar la “oda humanística”. Fue
un compositor contemporáneo a Greiter quien se especializó en crear, lo que se puede
denominar “música emblemática”.
El lema es una breve sentencia o título que se asocia invariablemente con una
imagen. La imagen es el Cuerpo y el lema (no más de 5 palabras) es el alma del
emblema.
Parece razonable suponer que Greiter fue influenciado por el género que Othmayr
trajo al reconocimiento general en su gran obra. Esto significa que la Fortuna de
Greiter debe estar fechada después de 1547.
El verano de 1552 fue cuando El tratado de Faber fue completado. El uso de un
cromatismo del tipo más moderno favorece la suposición de una fecha tardía. Si
tomamos la extensión más amplia posible, la fecha de origen podría estar entre 1547 y
1552; si consideramos su sorprendente modismo cromático, estamos justificados para
reducir el tiempo a algún lugar entre 1550 - o incluso 1551 - y 1552.
En el estudio anterior se demostró que las tres claves implicaban el uso de los tres
hexacordos en C, F y Bb. Se demostró además que el virtuoso emprendimiento sin
precedentes de Josquin de escribir una pieza que implicaba tres claves tenía su
origen en su intención de crear en tonos una representación simbólica de
Fortuna como la diosa de la mutación. El término fue utilizado por poetas y filósofos
para describir el poder de Fortune de cambiar el destino humano, y por los músicos
para designar un cambio de hexacordos. Así, el cambio de clave, es decir, la
modulación, se utilizó en uno de los primeros experimentos de esa naturaleza para
crear un símbolo musical para la diosa de la Fortuna.
En ese estudio se intentó sugerir el papel desempeñado por Fortuna en la filosofía, la
poesía y las artes visuales desde la antigüedad hasta la Edad Media y el
Renacimiento. El pensamiento medieval y renacentista estaba impregnado de una
creencia tan fuerte en el poder de la Fortuna que equivalía casi a una segunda
religión. Este fenómeno extraño puede quizás explicarse, en parte al menos, por el
carácter predominante del gobierno medieval y renacentista. En las sociedades no
democráticas y especialmente en aquellas fundadas en el poder arbitrariamente
apoderado así como en intriga y conspiración, el cambio de gobierno suele ir
acompañado de la caída catastrófica de los expulsados de las posiciones de poder.
El símbolo más extendido de Fortuna muestra a la diosa girando los rayos de la rueda
sobre la cual se sienta el rey coronado con el cetro y la esfera; mira a su predecesor a
la derecha cayendo de bruces, quien a su vez contempla al que está en la parte
inferior de la rueda, mientras que a la izquierda la figura sentada se aferra a los radios
de la rueda, pero levantando los ojos y la mano izquierda ansiosamente hacia arriba,
está en el ascenso a la sede del poder.
Una multitud de personas inexpertas siguen a la diosa, que nunca se queda en un solo
lugar ya que descansa en una base que siempre gira. Así es conducida a lugares
escarpados, y algunas veces directamente al mar, donde sus seguidores se juntan
mientras ella, recelosa de las heridas, escapa y, para protegerse, se burla de aquellos
que lamentan su destino, haciendo oídos sordos a sus súplicas.
Estas entonces, son las imágenes, ideas y emociones que los músicos del
Renacimiento asociaron con Fortuna. Sin este rico fondo literario e iconográfico,
una composición como nuestra Fortuna musical, desafiando como lo hace toda
la tradición y todo el clima conservador de la música alemana a mediados del
siglo XVI, simplemente no puede entenderse.
Greiter sigue la composición Fortuna de Josquin, que usa en orden sistemático los
hexacordos en C, F, Bb, Eb y Ab. De hecho, moviendo en la primera parte desde el
hexacordo en F hasta el de Db, Greiter pudo haber querido decir: esto fue tan lejos
como Josquin fue - una modulación de F a D-flat siendo igual a uno de C a A-flat ;
mientras que en la segunda parte se propuso mostrar hasta qué punto más allá de su
modelo, él, un seguidor moderno de Josquin, estaba dispuesto a ir.