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Radiaciones ionizantes son aquellas radiaciones con energía suficiente para ionizar la materia,
extrayendo los electrones de sus estados ligados al átomo.
Existen otros procesos de emisión de energía, como por ejemplo el debido a una lámpara, un
calentador (llamado radiador precisamente por radiar calor o radiación infrarroja), o la emisión de
radio ondas en radiodifusión, que reciben el nombre genérico de radiaciones.
Las radiaciones ionizantes pueden provenir de sustancias radiactivas, que emiten dichas
radiaciones de forma espontánea, o de generadores artificiales, tales como los generadores de
Rayos X y los aceleradores de partículas.
Las radiaciones ionizantes interaccionan con la materia viva, produciendo diversos efectos. Del
estudio de esta interacción y de sus efectos se encarga la radiobiología.
Son utilizadas, desde su descubrimiento por Wilhelm Conrad Roentgen en 1895, en aplicaciones
médicas e industriales, siendo la aplicación más conocida los aparatos de rayos X, o el uso de
fuentes de radiación en el ámbito médico, tanto en diagnóstico (gammagrafía) como en el
tratamiento (radioterapia en oncología, por ejemplo) mediante el uso de fuentes (p.ej.
cobaltoterapia) o aceleradores de partículas.
Radiación electromagnética: está formada por fotones con energía suficiente como para
ionizar la materia (es decir, superior a unas decenas de electronvoltios). Según su origen y
su energía se clasifican en rayos X y rayos gamma.
Radiación corpuscular: incluye a las partículas alfa (núcleos de Helio), beta (electrones y
positrones de alta energía), protones, neutrones y otras partículas que sólo se producen por
los rayos cósmicos o en aceleradores de muy alta energía, como los piones o los muones.
Los restos de las explosiones de bombas en la segunda guerra mundial, en las pruebas atómicas
llevadas a cabo en la atmósfera por las potencias nucleares durante el inicio de la Guerra Fría, o
las debidas al accidente de Chernobyl dan lugar a una presencia ubicua de radioisótopos
artificiales procedentes de la fisión (principalmente 137Cs). Los isótopos de semiperiodo más
largo serán detectables durante decenas de años en toda la superficie terrestre.
Radiaciones ionizantes y salud
Como ya se ha dicho, los seres vivos están expuestos a niveles bajos de radiación ionizante
procedente del sol, las rocas, el suelo, fuentes naturales del propio organismo, residuos
radiactivos de pruebas nucleares en el pasado, de ciertos productos de consumo y de materiales
radiactivos liberados desde hospitales y desde plantas asociadas a la energía nuclear y a las de
carbón.
Los trabajadores expuestos a mayor cantidad de radiaciones son los astronautas (debido a la
radiación cósmica), el personal médico o de rayos X, los investigadores, los que trabajan en una
instalación radiactiva o nuclear y los trabajadores de las industrias NORM. Además se recibe una
exposición adicional con cada examen de rayos X y de medicina nuclear, y la cantidad depende
del tipo y del número de exploraciones.
No se ha demostrado que la exposición a bajos niveles de radiación ionizante del ambiente afecte
la salud de seres humanos. De hecho existen estudios que afirman que podrían ser beneficiosas
(la hipótesis de la hormesis). Sin embargo, los organismos dedicados a la protección radiológica
oficialmente utilizan la hipótesis conservadora de que incluso en dosis muy bajas o moderadas,
las radiaciones ionizantes aumentan la probabilidad de contraer cáncer, y que esta probabilidad
aumenta con la dosis recibida (Modelo lineal sin umbral). A los efectos producidos a estas dosis
bajas se les suele llamar efectos probabilistas, estadísticos o estocásticos.
La exposición a altas dosis de radiación ionizante puede causar quemaduras de la piel, caída del
cabello, náuseas, enfermedades y la muerte. Los efectos dependerán de la cantidad de radiación
ionizante recibida y de la duración de la irradiación, y de factores personales tales como el sexo,
edad a la que se expuso, y del estado de salud y nutrición. Aumentar la dosis produce efectos más
graves.
Está demostrado que una dosis de 3 a 4 Sv produce la muerte en el 50 % de los casos. A los
efectos producidos a altas dosis se les denomina deterministas o no estocásticos en contraposición
a los estocásticos.
Las partículas cargadas como los electrones, los positrones, muones, protones, iones u otras,
interaccionan directamente con la corteza electrónica de los átomos debido a la fuerza
electromagnética.
Los rayos gamma interaccionan con los átomos de la materia con tres mecanismos distintos.
Los neutrones interaccionan con los núcleos de la materia mediante los siguientes efectos:
1. Activación: es una interacción completamente inelástica de los neutrones con los núcleos,
mediante la cual el neutrón es absorbido, produciendo un isótopo diferente. Es la base de
la transmutación producida en los ADS's.
2. Fisión: mediante esta interacción los neutrones se unen a un núcleo pesado (como el
uranio-235) excitándole de forma tal que provoca su inestabilidad y desintegración
posterior en dos núcleos más ligeros y otras partículas. Es la base de los reactores
nucleares de fisión.
3. Colisión inelástica: en esta interacción el neutrón colisiona con el núcleo cediendo una
parte de su energía, con lo que el resultado es un neutrón y un núcleo excitado que
normalmente emite radiaciones gamma, ionizantes, más tarde.
Los seres humanos no poseen ningún sentido que perciba las radiaciones ionizantes. Existen
diversos tipos de instrumentos que pueden captar y medir la cantidad de radiación ionizante que
absorbe la materia. (Ver como ejemplo los contadores Geiger, detectores de ionización gaseosa,
centelleadores o ciertos semiconductores)
Existen varias unidades de medida de la radiación ionizante, unas tradicionales y otras del
sistema internacional de unidades (SI).
PARTÍCULA ALFA
Desintegración Alfa
.
Con el uranio, por ejemplo:
La interacción fuerte es muy intensa, pero tiene muy poco alcance. De esta forma se forman
configuraciones de protones y neutrones o agregados dentro del núcleo. Cada tipo de agregado
es más o menos estable dependiendo del tipo y cantidad de nucleones que contenga. La partícula
α, de masa mαc2 = 3727,378 MeV, es una de las más estables y, por tanto, puede existir como tal
en la estructura del núcleo pesado. Las partículas alfa resultantes de la desintegración tienen una
energía cinética típica del orden de 5 MeV (lo que es un ≈0,13% de su energía total) y una
velocidad de 15 000 km/s.
Se puede imaginar el fenómeno como una partícula alfa atrapada en un pozo de potencial
cuántico generado por el resto de nucleones del átomo, siendo dominante el potencial
coulombiano más allá del radio del átomo. Clásicamente, si la energía, E, de la partícula alfa
fuese superior a la energía potencial, V(r), de la barrera de potencial, siendo r el radio nuclear,
ésta escaparía. Pero, normalmente, la partícula no puede escapar del átomo ya que debe superar la
barrera coulombiana y se limitaría a rebotar dentro del núcleo.
La explicación del fenómeno fue la confirmación del efecto túnel predicho por la mecánica
cuántica y planteado por George Gamow.
Toxicidad
Al ser relativamente pesadas y cargadas positivamente, las partículas alfa tienen un recorrido
libre medio muy corto y pierden rápidamente su energía cinética a poca distancia de la fuente.
Esto tiene como consecuencia que se deposite una gran cantidad de energía (del orden del MeV)
en una zona pequeña, lo que aumenta el riesgo de daño celular en caso de contaminación interna.
En general, la radiación alfa externa no es peligrosa porque las partículas son absorbidas en unos
pocos centímetros de aire, o por la delgada capa de piel muerta de una persona. Tocar una fuente
alfa no suele ser dañino, pero su ingestión, inhalación o introducción en el cuerpo puede serlo,
dependiendo de la cantidad incorporada al organismo.
La principal fuente natural de radiación alfa que nos afecta en la corteza terrestre es el radón, un
gas radiactivo que se encuentra en el suelo, el agua, el aire y las rocas. Al inhalar este gas,
algunos de sus productos de desintegración quedan atrapados en los pulmones. Estos productos a
su vez siguen desintegrándose, emitiendo partículas alfa que pueden dañar las células
pulmonares.
Probablemente la muerte de Marie Curie a los 66 años por leucemia fue causada por una
exposición prolonganda a altas dosis de radiación ionizante. Curie trabajó frecuentemente con
radio, que decae en radón, desintegrándose éste a su vez en otros elementos radiactivos que
emiten rayos beta y gamma.
Se sabe que para el asesinato del disidente ruso Alexander Litvinenko en el 2006 se utilizó 210Po,
que es un radioisótopo emisor alfa.
Partícula beta
Una reacción alternativa que hace que un núcleo con exceso de protones se vuelva más estable es
la captura electrónica.
Reacciones nucleares
Desintegración β–
Este proceso ocurre espontáneamente para neutrones libres, con un tiempo de vida media de
614,6 s.
Desintegración β+
Para dar explicación a esta observación, Pauli propuso la existencia de una partícula sin carga que
no estaba siendo detectada. Hoy en día sabemos que, aunque difícil de detectar, esta partícula
existe. A la partícula emitida en el proceso β+ se la llamó neutrino y antineutrino a la
correspondiente al proceso β–. Algunos intentos de medir la masa del neutrino han establecido un
límite superior para ésta de unos pocos eV.
Rayos gamma
Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación
ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa o beta. Dada
su alta energía pueden causar grave daño al núcleo de las células, por lo que son usados para
esterilizar equipos médicos y alimentos.
La energía de esta naturaleza se mide en megaelectronvoltios (MeV). Un MeV corresponde a
fotones gamma de longitudes de onda inferiores a 10 − 11 m o frecuencias superiores a 1019 Hz.
En general, los rayos gamma producidos en el espacio no llegan a la superficie de la Tierra, pues
son absorbidos en la alta atmósfera. Para observar el universo en estas frecuencias, es necesario
utilizar globos de gran altitud u observatorios espaciales. En ambos casos se utiliza el efecto
Compton para detectar los rayos gamma. Estos rayos gamma se producen en fenómenos
astrofísicos de alta energía como explosiones de supernovas o núcleos de galaxias activas. En
astrofísica se denominan GRB (Gamma Ray Bursts) a fuentes de rayos gamma que duran unos
segundos o unas pocas horas siendo sucedidos por un brillo decreciente de la fuente en rayos X
durante algunos días. Ocurren en posiciones aleatorias del cielo y su origen permanece todavía
bajo discusión científica. En todo caso parecen constituir los fenómenos más energéticos del
Universo.
La excepción son los rayos gamma de energía por encima de unos miles de MeV (o sea,
gigaelectronvoltios o GeV), que, al incidir en la atmósfera, producen miles de partículas (cascada
atmosférica extensa) que, como viajan a velocidades cercanas a las de la luz en el aire, generan
radiación de Cherenkov. Esta radiación es detectada en la superficie de la Tierra mediante un tipo
de telescopio llamado telescopio Cherenkov.
Protección
Para protegerse de los rayos gamma se requiere gran cantidad de masa. Los materiales de alto
número atómico y alta densidad protegen mejor contra los rayos gamma. A mayor energía de los
mismos el espesor de la protección debe ser mayor. Los materiales para protegerse de los rayos
gamma son caracterizados con el espesor necesario para reducir la intensidad de los rayos gamma
a la mitad (capa de valor medio o HVL por sus siglas en inglés). Por ejemplo, los rayos gamma
que requieren 1 cm (0.4 pulgadas) de plomo para reducir su intensidad en un 50% también verán
reducida su intensidad a la mitad por 6 cm (2½ pulgadas) de hormigón o 9 cm (3½ pulgadas) de
tierra compacta.
Cuando un rayo gamma pasa a través de la materia, la probabilidad de absorción en una capa fina
es proporcional al grosor de dicha capa, lo que lleva a un decrecimiento exponencial de la
intensidad.
Aquí, μ = n×σ es el coeficiente de absorción, medido en cm–1, n el número de átomos por cm3 en
el material, σ el espectro de absorción en cm2 y d la delgadez del material en cm.
Efecto Compton: Se refiere a la interacción donde un fotón gamma incidente hace ganar
suficiente energía a un electrón atómico como para provocar su expulsión. Con la energía
restante del fotón original se emite un nuevo fotón gamma de baja energía con una
dirección de emisión diferente a la del fotón gamma incidente. La probabilidad del Efecto
Compton decrece según la energía del fotón se incrementa. El Efecto Compton se
considera que es el principal mecanismo de absorción de rayos gamma en el rango de
energía intermedio entre 100 keV a 10 MeV (Megaelectronvoltio), un rango de energía
que incluye la mayor parte de la radiación gamma presente en una explosión nuclear. El
efecto Compton es relativamente independiente de número atómico del material
absorbente. El fotón choca contra un electrón, el electrón solo adquiere parte de la
energía del fotón, el resto de la energía se la lleva otro fotón de menor energía y
desviado.
Creación de pares: Debido a la interacción de la fuerza de Coulomb, en la vecindad del
núcleo, la energía del fotón incidente se convierte espontáneamente en la masa de un par
electrón-positrón. Un positrón es la antipartícula equivalente a un electrón; tiene la misma
masa de un electrón, pero tiene una carga positiva de igual fuerza que la carga negativa de
un electrón. La energía excedente del equivalente a la masa en reposo de las dos
partículas (1,02 MeV) aparece como energía cinética del par y del núcleo. El positrón
tiene una vida muy corta (sobre 10–8 segundos). Al final de su periodo, se combina con un
electrón libre. Toda la masa de estas dos partículas se convierte entonces en dos fotones
gamma de 0,51 MeV de energía cada uno. Sucede cuando un fotón se acerca al campo
eléctrico de un núcleo, el fotón se convierte en un par electrón-positrón. El positrón al
final de su trayecto forma un positronio y luego se aniquilan produciendo dos fotones
de aniquilación. Los neutrones no tienen carga eléctrica, pero se ven afectados por la
fuerza nuclear. Los neutrones no ionizan por no interaccionar con los electrones, el
único efecto que pueden producir es incidir con los núcleos, provocando reacciones
nucleares o dispersiones elásticas.
La absorción exponencial descrita arriba se mantiene, estrictamente hablando, solo para un rayo
estrecho de rayos gamma. Si un rayo más ancho de rayos gamma pasa a través de un fino bloque
de hormigón, la dispersión en los lados reduce la absorción.
A menudo, los rayos gamma se presentan entre otras formas de radiación, como la alfa o la beta.
Cuando un núcleo emite una partícula α o β, a veces el Producto de desintegración queda
excitado pudiendo saltar a un nivel de energía inferior emitiendo un rayo gamma, de igual
manera que un electrón atómico puede saltar a un nivel de energía inferior emitiendo luz visible o
radiación ultravioleta.
Las posibles formas de radiación electromagnética son los rayos gamma, los rayos X, la luz
visible y los rayos UV (UVA y UVB, siendo éstos últimos más energéticos). La única diferencia
entre ellos es la frecuencia y por lo tanto, la energía de los fotones, siendo los rayos gamma los
más energéticos. A continuación se muestra un ejemplo de producción de rayos gamma.
Otro ejemplo es la descomposición alfa de 241Am para producir 237Np. Esta descomposición alfa
esta acompañada por una emisión gamma. En algunos casos, esta emisión gamma es bastante
simple (por ejemplo, 60Co/60Ni), mientras que en otros casos como con (241Am/237Np y
192 192
Ir/ Pt), la emisión gamma es compleja, revelando que una serie de distintos niveles de
energía nuclear pueden existir. El hecho de que un el espectro alfa puede tener una serie de
diferentes picos con diferentes energías, refuerza la idea de que muchos niveles de energía
nuclear son posibles.
Debido a que una descomposición beta esta acompañada de la emisión de un neutrino que a su
vez, resta energía, el espectro beta no posee líneas definidas, sino que es un pico ancho. Por lo
tanto, de una única descomposición beta no es posible determinar los diferentes niveles
energéticos encontrados en el núcleo.
En óptica espectrópica, es bien conocido que una entidad que emite luz, también puede absorber
luz de la misma longitud de onda (energía del fotón). Por ejemplo, una llama de sodio puede
emitir luz amarilla y además, puede absorber luz amarilla de una lámpara de vapor de sodio. En
el caso de los rayos gamma, se puede observar en la espectroscopia Mössbauer, donde se puede
obtener una corrección para la energía perdida por el retroceso del núcleo y las condiciones
exactas para la absorción de los rayos gamma a través de la resonancia.
Utilización
La potencia de los rayos gamma los hace útiles en la esterilización de equipamiento médico. Se
suelen utilizar para matar bacterias e insectos en productos alimentarios tales como carne, setas,
huevos y verduras, con el fin de mantener su frescura.
Debido a la capacidad de penetrar en los tejidos, los rayos gamma o los rayos X tienen un amplio
espectro de usos médicos, como la realización de tomografías y radioterapias. Sin embargo, como
forma de radiación ionizante, tienen la habilidad de provocar cambios moleculares, pudiendo
tener efectos cancerígenos si el ADN es afectado.
A pesar de las propiedades cancerígenas, los rayos gamma también se utilizan para el tratamiento
de ciertos tipos de cáncer. En el procedimiento llamado cirugía gamma-knife, múltiples rayos
concentrados de rayos gamma son dirigidos hacia células cancerosas. Los rayos son emitidos
desde distintos ángulos para focalizar la radiación en el tumor a la vez que se minimiza el daño a
los tejidos de alrededor.
Los rayos gamma también se utilizan en la medicina nuclear para realizar diagnósticos. Se
utilizan muchos radioisótopos que emiten rayos gamma. Uno de ellos es el tecnecio-99m. Cuando
se le administra a un paciente, una cámara gamma puede utilizar la radiación gamma emitida para
obtener una imagen de la distribución del radioisótopo. Esta técnica se emplea en la diagnosis de
un amplio espectro de enfermedades, por ejemplo, en la detección del cáncer de huesos.
Los detectores de rayos gamma se emplean a menudo en Pakistán como parte del Container
Security Initiative (Iniciativa de Seguridad en Contenedores de Carga, por sus siglas en inglés).
Estas máquinas tiene por objetivo escanear los contenedores de mercancía que llegan vía
marítima antes de que entren a los puertos de E.E.U.U para prevenir el ingreso de artículos
peligrosos, o carga no deseada; o la detección temprana de bombas o narcóticos en estos
contenedores, con un valor aproximado de 5 millones de dólares, pueden escanear unos 30
contenedores por hora.
Referencias
http://www.eluniversal.com.mx/graficos/animados/videos/videoya.html
Véase también
Telescopio MAGIC
Desintegración radiactiva
Fotón
Radiación electromagnética
Núcleo atómico
Medicina nuclear
Gammacámara
Protección radiológica