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Radiación ionizante

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Radiaciones ionizantes son aquellas radiaciones con energía suficiente para ionizar la materia,
extrayendo los electrones de sus estados ligados al átomo.

Existen otros procesos de emisión de energía, como por ejemplo el debido a una lámpara, un
calentador (llamado radiador precisamente por radiar calor o radiación infrarroja), o la emisión de
radio ondas en radiodifusión, que reciben el nombre genérico de radiaciones.

Las radiaciones ionizantes pueden provenir de sustancias radiactivas, que emiten dichas
radiaciones de forma espontánea, o de generadores artificiales, tales como los generadores de
Rayos X y los aceleradores de partículas.

Las procedentes de fuentes de radiaciones ionizantes que se encuentran en la corteza terraquea de


forma natural, pueden clasificarse como compuesta por partículas alfa, beta, rayos gamma o
rayos X. También se pueden producir fotones ionizantes cuando una partícula cargada que posee
una energía cinética dada, es acelerada (ya sea de forma positiva o negativa), produciendo
radiación de frenado, también llamada bremsstrahlung, o de radiación sincrotrón por ejemplo
(hacer incidir electrones acelerados por una diferencia de potencial sobre un medio denso como
tungsteno, plomo o hierro es el mecanismo habitual para producir rayos X). Otras radiaciones
ionizantes naturales pueden ser los neutrones o los muones.

Las radiaciones ionizantes interaccionan con la materia viva, produciendo diversos efectos. Del
estudio de esta interacción y de sus efectos se encarga la radiobiología.

Son utilizadas, desde su descubrimiento por Wilhelm Conrad Roentgen en 1895, en aplicaciones
médicas e industriales, siendo la aplicación más conocida los aparatos de rayos X, o el uso de
fuentes de radiación en el ámbito médico, tanto en diagnóstico (gammagrafía) como en el
tratamiento (radioterapia en oncología, por ejemplo) mediante el uso de fuentes (p.ej.
cobaltoterapia) o aceleradores de partículas.

Clasificación de las radiaciones ionizantes

Representación sencilla del poder de penetración de los distintos


tipos de radiación ionizante. Una partícula alfa no penetra una
lámina de papel, una beta no penetra una lámina de metal y un
fotón penetra incluso grandes espesores de metal u hormigón.
Según sean fotones o partículas

 Radiación electromagnética: está formada por fotones con energía suficiente como para
ionizar la materia (es decir, superior a unas decenas de electronvoltios). Según su origen y
su energía se clasifican en rayos X y rayos gamma.
 Radiación corpuscular: incluye a las partículas alfa (núcleos de Helio), beta (electrones y
positrones de alta energía), protones, neutrones y otras partículas que sólo se producen por
los rayos cósmicos o en aceleradores de muy alta energía, como los piones o los muones.

Según la ionización producida

 Radiación directamente ionizante: suele comprender a las radiaciones corpusculares


formadas por partículas cargadas que interaccionan de forma directa con los electrones y
el núcleo de los átomos de moléculas blanco o diana como el oxígeno y el agua. Suelen
poseer una transferencia lineal de energía alta.
 Radiación indirectamente ionizante: está formada por las partículas no cargadas como
los fotones, los neutrinos o los neutrones, que al atravesar la materia interaccionan con
ella produciendo partículas cargadas siendo éstas las que ionizan a otros átomos. Suelen
poseer una baja transferencia lineal de energía.

Según la fuente de la radiación ionizante

 Las radiaciones naturales: proceden de radioisótopos que se encuentran presentes en el


aire (como por ejemplo el 222Rn o el 14C), el cuerpo humano (p. ej. el 14C o el 235U), los
alimentos (p. ej. el 24Na o el 238U)), la corteza terrestre (y por tanto las rocas y los
materiales de construcción obtenidos de éstas, como el 40K), o del espacio (radiación
cósmica). Son radiaciones no producidas por el hombre. Más del 80% de la exposición a
radiaciones ionizantes en promedio a la que está expuesta la población proviene de las
fuentes naturales.

 Las radiaciones artificiales: están producidas mediante ciertos aparatos o métodos


desarrollados por el ser humano, como por ejemplo los aparatos utilizados en radiología,
algunos empleados en radioterapia, por materiales radiactivos que no existen en la
naturaleza pero que el ser humano es capaz de sintetizar en reactores nucleares o
aceleradores, o por materiales que existen en la naturaleza pero que se concentran
químicamente para utilizar sus propiedades radiactivas. La naturaleza física de las
radiaciones artificiales es idéntica a la de las naturales. Por ejemplo, los rayos X naturales
y los rayos X artificiales son ambos rayos X (fotones u ondas electromagnéticas que
proceden de la desexcitación de electrones atómicos). Ejemplos de fuentes artificiales de
radiación son los aparatos de rayos X, de aplicación médica o industrial, los aceleradores
de partículas de aplicaciones médicas, de investigación o industrial, o materiales
obtenidos mediante técnicas nucleares, como ciclotrones o centrales nucleares.

Los restos de las explosiones de bombas en la segunda guerra mundial, en las pruebas atómicas
llevadas a cabo en la atmósfera por las potencias nucleares durante el inicio de la Guerra Fría, o
las debidas al accidente de Chernobyl dan lugar a una presencia ubicua de radioisótopos
artificiales procedentes de la fisión (principalmente 137Cs). Los isótopos de semiperiodo más
largo serán detectables durante decenas de años en toda la superficie terrestre.
Radiaciones ionizantes y salud

Exposición a las radiaciones ionizantes en humanos.

Como ya se ha dicho, los seres vivos están expuestos a niveles bajos de radiación ionizante
procedente del sol, las rocas, el suelo, fuentes naturales del propio organismo, residuos
radiactivos de pruebas nucleares en el pasado, de ciertos productos de consumo y de materiales
radiactivos liberados desde hospitales y desde plantas asociadas a la energía nuclear y a las de
carbón.

Los trabajadores expuestos a mayor cantidad de radiaciones son los astronautas (debido a la
radiación cósmica), el personal médico o de rayos X, los investigadores, los que trabajan en una
instalación radiactiva o nuclear y los trabajadores de las industrias NORM. Además se recibe una
exposición adicional con cada examen de rayos X y de medicina nuclear, y la cantidad depende
del tipo y del número de exploraciones.

No se ha demostrado que la exposición a bajos niveles de radiación ionizante del ambiente afecte
la salud de seres humanos. De hecho existen estudios que afirman que podrían ser beneficiosas
(la hipótesis de la hormesis). Sin embargo, los organismos dedicados a la protección radiológica
oficialmente utilizan la hipótesis conservadora de que incluso en dosis muy bajas o moderadas,
las radiaciones ionizantes aumentan la probabilidad de contraer cáncer, y que esta probabilidad
aumenta con la dosis recibida (Modelo lineal sin umbral). A los efectos producidos a estas dosis
bajas se les suele llamar efectos probabilistas, estadísticos o estocásticos.

La exposición a altas dosis de radiación ionizante puede causar quemaduras de la piel, caída del
cabello, náuseas, enfermedades y la muerte. Los efectos dependerán de la cantidad de radiación
ionizante recibida y de la duración de la irradiación, y de factores personales tales como el sexo,
edad a la que se expuso, y del estado de salud y nutrición. Aumentar la dosis produce efectos más
graves.

Está demostrado que una dosis de 3 a 4 Sv produce la muerte en el 50 % de los casos. A los
efectos producidos a altas dosis se les denomina deterministas o no estocásticos en contraposición
a los estocásticos.

Utilidad de las radiaciones ionizantes


Las radiaciones ionizantes tienen aplicaciones muy importantes en ciencias, industrias, medicina.
En la industria, las radiaciones ionizantes pueden ser útiles para la producción de energía, para la
esterilización de alimentos, para conocer la composición interna de diversos materiales y para
detectar errores de fabricación y ensamblaje. En el campo de la medicina, las radiaciones
ionizantes también cuentan con numerosas aplicaciones beneficiosas para el ser humano. Con
ellas se pueden realizar una gran variedad de estudios diagnósticos (Medicina Nuclear y
Radiología) y tratamientos (Medicina Nuclear y Radioterapia).

Interacción de la radiación con la materia

Las partículas cargadas como los electrones, los positrones, muones, protones, iones u otras,
interaccionan directamente con la corteza electrónica de los átomos debido a la fuerza
electromagnética.

Los rayos gamma interaccionan con los átomos de la materia con tres mecanismos distintos.

1. Absorción fotoeléctrica: es una interacción en la que el fotón gamma incidente


desaparece. En su lugar, se produce un fotoelectrón de una de las capas electrónicas del
material absorbente con una energía cinética procedente de la energía del fotón incidente,
menos la energía de ligadura del electrón en su capa original.
2. Efecto Compton: es una colisión elástica entre un electrón ligado y un fotón incidente,
siendo la división de energía entre ambos dependiente del ángulo de dispersión.
3. Producción de pares: el proceso ocurre en el campo de un núcleo del material absorbente
y corresponde a la creación de un par electrón - positrón en el punto en que desaparece el
fotón gamma incidente. Debido a que el positrón es una forma de antimateria, una vez que
su energía cinética se haga despreciable se combinará con un electrón del material
absorbente, aniquilándose y produciendo un par de fotones.

Los neutrones interaccionan con los núcleos de la materia mediante los siguientes efectos:

1. Activación: es una interacción completamente inelástica de los neutrones con los núcleos,
mediante la cual el neutrón es absorbido, produciendo un isótopo diferente. Es la base de
la transmutación producida en los ADS's.
2. Fisión: mediante esta interacción los neutrones se unen a un núcleo pesado (como el
uranio-235) excitándole de forma tal que provoca su inestabilidad y desintegración
posterior en dos núcleos más ligeros y otras partículas. Es la base de los reactores
nucleares de fisión.
3. Colisión inelástica: en esta interacción el neutrón colisiona con el núcleo cediendo una
parte de su energía, con lo que el resultado es un neutrón y un núcleo excitado que
normalmente emite radiaciones gamma, ionizantes, más tarde.

Unidades de medida de la radiación ionizante

Los seres humanos no poseen ningún sentido que perciba las radiaciones ionizantes. Existen
diversos tipos de instrumentos que pueden captar y medir la cantidad de radiación ionizante que
absorbe la materia. (Ver como ejemplo los contadores Geiger, detectores de ionización gaseosa,
centelleadores o ciertos semiconductores)
Existen varias unidades de medida de la radiación ionizante, unas tradicionales y otras del
sistema internacional de unidades (SI).

 Unidades tradicionales: son el Röntgen, el Rad, el REM.


 Unidades del sistema internacional: son las más utilizadas el Culombio/kg, el Gray
(Gy) y el Sievert (Sv)

PARTÍCULA ALFA

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Las partículas o rayos alfa (α) son núcleos
completamente ionizados, es decir, sin su envoltura de
electrones correspondiente, de helio-4 (4He). Estos núcleos
están formados por dos protones y dos neutrones. Al
carecer de electrones, su carga eléctrica es positiva (+2qe),
mientras que su masa es de 4 uma.

Se generan habitualmente en reacciones nucleares o


desintegración radiactiva de otros núclidos que se
transmutan en elementos más ligeros mediante la emisión
de dichas partículas. Su capacidad de penetración es
pequeña; en la atmósfera pierden rápidamente su energía
cinética, porque interaccionan fuertemente con otras
moléculas debido a su gran masa y carga eléctrica, generando una cantidad considerable de iones
por centímetro de longitud recorrida. En general no pueden atravesar espesores de varias hojas de
papel.

Tiene una carga de 3.2x10^-19 coulombs y una masa de 6.68x10^-27 kg.

Desintegración Alfa

La desintegración alfa o decaimiento alfa es una forma de


desintegración radiactiva donde un núcleo atómico emite una
partícula alfa y se transforma en un núcleo con cuatro
unidades menos de número másico y dos unidades menos de
número atómico.

Puede ser considerada como la emisión espontánea de


núcleos de 4He —en adelante partículas α— a partir de
núcleos de átomos más pesados, mediante un procedimiento
de fisión nuclear espontánea. Este tipo de desintegración es típica únicamente de los núcleos
atómicos más pesados, siendo el 106Te el isótopo más ligero que experimenta la desintegración
alfa de manera normal. De forma extraordinaria, el 8Be se desintegra en dos partículas alfas en el
proceso triple-alfa, vital para la formación del 12C en el interior de estrellas.

Este fenómeno de desintegración se representa con la siguiente ecuación:

.
Con el uranio, por ejemplo:

La primera ecuación no esté equilibrada eléctricamente pero, en la mayoría de los casos, el


núcleo resultante pierde rápidamente dos electrones en favor de la partícula alfa formando un
átomo de helio-4 neutro. Esto quiere decir que en la mayoría de los casos, cuando existe un
mineral con un alto contenido en un elemento radiactivo por la vía alfa, se forman bolsas de
helio-4 en los alrededores. Debido a que todo el helio que se encuentra en la Tierra se produce
mediante desintegración alfa, éste suele encontrarse en depósitos minerales ricos en uranio o
torio, extrayéndose como subproducto en los pozos de extracción de gas natural.

El espectro propio de la desintegración es discreto, es decir, en un estudio espectroscópico


pueden observarse picos en energías identificables a las propias del proceso de decaimiento. El
rango de energías a los que los núcleos emiten las partículas, Eα, puede circunscribirse a 2 MeV <
Eα < 9 MeV.

Proceso de decaimiento de un núcleo

Potencial sufrido por una partícula alfa en las proximidades


del núcleo.

Hoy día se sabe que el núcleo atómico es un objeto


aproximadamente esférico cuyo diámetro es del orden del
femtómetro y su estructura es el resultado de dos tipos de
interacciones: la nuclear fuerte y la electromagnética.
Debido a la fuerza nuclear, los protones se enlazan con los
neutrones y ambos entre sí.

La interacción fuerte es muy intensa, pero tiene muy poco alcance. De esta forma se forman
configuraciones de protones y neutrones o agregados dentro del núcleo. Cada tipo de agregado
es más o menos estable dependiendo del tipo y cantidad de nucleones que contenga. La partícula
α, de masa mαc2 = 3727,378 MeV, es una de las más estables y, por tanto, puede existir como tal
en la estructura del núcleo pesado. Las partículas alfa resultantes de la desintegración tienen una
energía cinética típica del orden de 5 MeV (lo que es un ≈0,13% de su energía total) y una
velocidad de 15 000 km/s.

Se puede imaginar el fenómeno como una partícula alfa atrapada en un pozo de potencial
cuántico generado por el resto de nucleones del átomo, siendo dominante el potencial
coulombiano más allá del radio del átomo. Clásicamente, si la energía, E, de la partícula alfa
fuese superior a la energía potencial, V(r), de la barrera de potencial, siendo r el radio nuclear,
ésta escaparía. Pero, normalmente, la partícula no puede escapar del átomo ya que debe superar la
barrera coulombiana y se limitaría a rebotar dentro del núcleo.

La explicación del fenómeno fue la confirmación del efecto túnel predicho por la mecánica
cuántica y planteado por George Gamow.
Toxicidad

Al ser relativamente pesadas y cargadas positivamente, las partículas alfa tienen un recorrido
libre medio muy corto y pierden rápidamente su energía cinética a poca distancia de la fuente.
Esto tiene como consecuencia que se deposite una gran cantidad de energía (del orden del MeV)
en una zona pequeña, lo que aumenta el riesgo de daño celular en caso de contaminación interna.
En general, la radiación alfa externa no es peligrosa porque las partículas son absorbidas en unos
pocos centímetros de aire, o por la delgada capa de piel muerta de una persona. Tocar una fuente
alfa no suele ser dañino, pero su ingestión, inhalación o introducción en el cuerpo puede serlo,
dependiendo de la cantidad incorporada al organismo.

La principal fuente natural de radiación alfa que nos afecta en la corteza terrestre es el radón, un
gas radiactivo que se encuentra en el suelo, el agua, el aire y las rocas. Al inhalar este gas,
algunos de sus productos de desintegración quedan atrapados en los pulmones. Estos productos a
su vez siguen desintegrándose, emitiendo partículas alfa que pueden dañar las células
pulmonares.

Probablemente la muerte de Marie Curie a los 66 años por leucemia fue causada por una
exposición prolonganda a altas dosis de radiación ionizante. Curie trabajó frecuentemente con
radio, que decae en radón, desintegrándose éste a su vez en otros elementos radiactivos que
emiten rayos beta y gamma.

Se sabe que para el asesinato del disidente ruso Alexander Litvinenko en el 2006 se utilizó 210Po,
que es un radioisótopo emisor alfa.

Partícula beta

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La radiación alfa está compuesta por un núcleo de helio y
puede ser detenida por una hoja de papel. La radiación beta,
compuesta por electrones, es detenida por una hoja de papel
de aluminio. La radiación gamma es absorbida cuando
penetra en un material denso.

Una partícula beta (β) es un electrón que sale despedido de


un suceso radiactivo. Por la ley de Fajans, si un átomo emite
una partícula beta, su carga eléctrica aumenta en una unidad
positiva y el número de masa no varía. Ello es debido a que
la masa del electrón es despreciable frente a la masa total del
átomo. En cambio, al ser emitida una carga negativa, el
átomo queda con una carga positiva más, para compensar el
total de la carga eléctrica, con lo cual el número de electrones disminuye. Este proceso es debido
a la desintegración de un neutrón en un protón y un electrón (desintegración beta).
Desintegración beta

Decaimiento β- de un núcleo. Se observa como uno de los neutrones se transforma en un protón


emitiendo un electrón (β-) y un anti-neutrino electrónico.

La desintegración beta, emisión beta o decaimiento beta


es un proceso mediante el cual un nucleido inestable emite
una partícula beta para optimizar la relación N/Z
(neutrones/protones) del núcleo. La partícula beta puede ser
un electrón, escribiéndose β–, o un positrón, β+. En la
emisión beta, varían el número de protones y el de
neutrones del núcleo resultante, mientras que la suma de
ambos (el número másico) permanece constante.

La diferencia fundamental entre un electrón o positrón y la partícula beta correspondiente es su


origen nuclear: no se trata de un electrón ordinario arrancado de un orbital atómico.

Una reacción alternativa que hace que un núcleo con exceso de protones se vuelva más estable es
la captura electrónica.

Reacciones nucleares

Diagrama de Feynman de una desintegración β–, proceso


mediante el cual un neutrón puede convertirse en protón. En la
figura uno de los tres quarks del neutrón de la izquierda (quark
d en azul), emite una partícula W- pasando a ser un quark (u),
la partícula emitida (W-) se desintegra en un antineutrino y un
electrón.

La desintegración beta es debida a la interacción nuclear débil, que transforma un neutrón en un


protón (desintegración β–) o viceversa (β+), creando un par leptón-antileptón, conservando así los
números bariónico (inicialmente 1) y leptónico (inicialmente 0). Estas reacciones dieron lugar
precisamente a que se propusiera la existencia del neutrino, debido a la aparente violación del
principio de conservación de la energía.

Desintegración β–

Un neutrón da lugar a un protón, un electrón y un antineutrino electrónico:

Este proceso ocurre espontáneamente para neutrones libres, con un tiempo de vida media de
614,6 s.

Desintegración β+

Un protón da lugar a un neutrón, un positrón y un neutrino electrónico:


Esta reacción está prohibida para protones libres, pues implicaría una violación del principio de
conservación de la energía, ya que la suma de las energías de los productos resultantes sería
mayor que la del protón. Sin embargo, para protones ligados (i.e., formando parte de un núcleo),
puede ocurrir que la diferencia de energías entre el núcleo final y el inicial sea suficiente para
crear las partículas resultantes, en cuyo caso la reacción está permitida.

Este proceso compite en ocurrencia con la captura electrónica.

El espectro de energía de la partícula β y descubrimiento del neutrino

Espectro de emisión de la partícula beta.

Al contrario que en el caso de la desintegración α o la


emisión γ, en el caso de la desintegración beta el
espectro energético de las partículas beta detectadas es
continuo.

Atendiendo al principio de conservación de la energía,


la energía total de la partícula emitida en la
desintegración beta debe ser igual a la diferencia de
energías entre el núcleo original y el resultante. Lo cierto es que se detectan partículas beta de
energías cinéticas comprendidas entre cero y la correspondiente precisamente a aquélla que
tomara toda la energía disponible en la reacción. Aparentemente, hay una cierta cantidad de
energía que desaparece en el proceso.

Para dar explicación a esta observación, Pauli propuso la existencia de una partícula sin carga que
no estaba siendo detectada. Hoy en día sabemos que, aunque difícil de detectar, esta partícula
existe. A la partícula emitida en el proceso β+ se la llamó neutrino y antineutrino a la
correspondiente al proceso β–. Algunos intentos de medir la masa del neutrino han establecido un
límite superior para ésta de unos pocos eV.

Rayos gamma

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La radiación gamma o rayos gamma (γ) es un tipo de


radiación electromagnética, y por tanto formada por fotones,
producida generalmente por elementos radioactivos o procesos
subatómicos como la aniquilación de un par positrón-electrón.
Este tipo de radiación de tal magnitud también es producida en
fenómenos astrofísicos de gran violencia

Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación
ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa o beta. Dada
su alta energía pueden causar grave daño al núcleo de las células, por lo que son usados para
esterilizar equipos médicos y alimentos.
La energía de esta naturaleza se mide en megaelectronvoltios (MeV). Un MeV corresponde a
fotones gamma de longitudes de onda inferiores a 10 − 11 m o frecuencias superiores a 1019 Hz.

Los rayos gamma se producen en la desexcitación de un nucleón de un nivel o estado excitado a


otro de menor energía y en la desintegración de isótopos radiactivos. Los rayos gamma se
diferencian de los rayos X en su origen, debido a que estos últimos se producen a nivel
extranuclear, por fenómenos de frenado electrónico. Generalmente asociada con la energía
nuclear y los reactores nucleares, la radiactividad se encuentra en nuestro entorno natural, desde
los rayos cósmicos, que nos bombardean desde el sol y las galaxias de fuera de nuestro Sistema
Solar, hasta algunos isótopos radiactivos que forman parte de nuestro entorno natural.

En general, los rayos gamma producidos en el espacio no llegan a la superficie de la Tierra, pues
son absorbidos en la alta atmósfera. Para observar el universo en estas frecuencias, es necesario
utilizar globos de gran altitud u observatorios espaciales. En ambos casos se utiliza el efecto
Compton para detectar los rayos gamma. Estos rayos gamma se producen en fenómenos
astrofísicos de alta energía como explosiones de supernovas o núcleos de galaxias activas. En
astrofísica se denominan GRB (Gamma Ray Bursts) a fuentes de rayos gamma que duran unos
segundos o unas pocas horas siendo sucedidos por un brillo decreciente de la fuente en rayos X
durante algunos días. Ocurren en posiciones aleatorias del cielo y su origen permanece todavía
bajo discusión científica. En todo caso parecen constituir los fenómenos más energéticos del
Universo.

La excepción son los rayos gamma de energía por encima de unos miles de MeV (o sea,
gigaelectronvoltios o GeV), que, al incidir en la atmósfera, producen miles de partículas (cascada
atmosférica extensa) que, como viajan a velocidades cercanas a las de la luz en el aire, generan
radiación de Cherenkov. Esta radiación es detectada en la superficie de la Tierra mediante un tipo
de telescopio llamado telescopio Cherenkov.

Protección

Para protegerse de los rayos gamma se requiere gran cantidad de masa. Los materiales de alto
número atómico y alta densidad protegen mejor contra los rayos gamma. A mayor energía de los
mismos el espesor de la protección debe ser mayor. Los materiales para protegerse de los rayos
gamma son caracterizados con el espesor necesario para reducir la intensidad de los rayos gamma
a la mitad (capa de valor medio o HVL por sus siglas en inglés). Por ejemplo, los rayos gamma
que requieren 1 cm (0.4 pulgadas) de plomo para reducir su intensidad en un 50% también verán
reducida su intensidad a la mitad por 6 cm (2½ pulgadas) de hormigón o 9 cm (3½ pulgadas) de
tierra compacta.

Interacción con la materia

El coeficiente de absorción total de rayos gamma del


aluminio (número atómico 13) según distintas
energías de rayos gamma y las contribuciones de los
tres efectos. En la mayoría de la región de energía
mostrada, el efecto Compton domina.
El coeficiente de absorción total de rayos
gamma del plomo (número atómico 82) según
distintas energías de rayos gamma y las
contribuciones de los tres efectos. Aquí, el
efecto fotoeléctrico domina en energía bajas. A
partir de 5 MeV, la creación de pares empieza a
dominar.

Cuando un rayo gamma pasa a través de la materia, la probabilidad de absorción en una capa fina
es proporcional al grosor de dicha capa, lo que lleva a un decrecimiento exponencial de la
intensidad.

Aquí, μ = n×σ es el coeficiente de absorción, medido en cm–1, n el número de átomos por cm3 en
el material, σ el espectro de absorción en cm2 y d la delgadez del material en cm.

Pasando a través de la materia, la radiación gamma principalmente ioniza de tres formas: el


efecto fotoeléctrico, el efecto Compton y la creación de pares.

 Efecto Fotoeléctrico: Se describe cuando un fotón gamma interactúa con un electrón


atómico y le transfiere su energía, expulsando a dicho electrón del átomo. La energía
cinética del fotoelectrón resultante es igual a la energía del fotón gamma incidente menos
la energía de enlace del electrón. El efecto fotoeléctrico es el mecanismo de transferencia
de energía dominante para rayos x y fotones de rayos gamma con energías por debajo de
0.5 MeV (millones de electronvoltios), pero es menos importante a energías más elevadas.
El fotón se encuentra con un electrón del material en cuestión, transfiriéndole toda su
energía, desapareciendo el fotón original.

 Efecto Compton: Se refiere a la interacción donde un fotón gamma incidente hace ganar
suficiente energía a un electrón atómico como para provocar su expulsión. Con la energía
restante del fotón original se emite un nuevo fotón gamma de baja energía con una
dirección de emisión diferente a la del fotón gamma incidente. La probabilidad del Efecto
Compton decrece según la energía del fotón se incrementa. El Efecto Compton se
considera que es el principal mecanismo de absorción de rayos gamma en el rango de
energía intermedio entre 100 keV a 10 MeV (Megaelectronvoltio), un rango de energía
que incluye la mayor parte de la radiación gamma presente en una explosión nuclear. El
efecto Compton es relativamente independiente de número atómico del material
absorbente. El fotón choca contra un electrón, el electrón solo adquiere parte de la
energía del fotón, el resto de la energía se la lleva otro fotón de menor energía y
desviado.
 Creación de pares: Debido a la interacción de la fuerza de Coulomb, en la vecindad del
núcleo, la energía del fotón incidente se convierte espontáneamente en la masa de un par
electrón-positrón. Un positrón es la antipartícula equivalente a un electrón; tiene la misma
masa de un electrón, pero tiene una carga positiva de igual fuerza que la carga negativa de
un electrón. La energía excedente del equivalente a la masa en reposo de las dos
partículas (1,02 MeV) aparece como energía cinética del par y del núcleo. El positrón
tiene una vida muy corta (sobre 10–8 segundos). Al final de su periodo, se combina con un
electrón libre. Toda la masa de estas dos partículas se convierte entonces en dos fotones
gamma de 0,51 MeV de energía cada uno. Sucede cuando un fotón se acerca al campo
eléctrico de un núcleo, el fotón se convierte en un par electrón-positrón. El positrón al
final de su trayecto forma un positronio y luego se aniquilan produciendo dos fotones
de aniquilación. Los neutrones no tienen carga eléctrica, pero se ven afectados por la
fuerza nuclear. Los neutrones no ionizan por no interaccionar con los electrones, el
único efecto que pueden producir es incidir con los núcleos, provocando reacciones
nucleares o dispersiones elásticas.

Los electrones secundarios (o positrones) producidos en cualquier de estos tres procesos,


frecuentemente tienen energía suficiente para producir muchas ionizaciones hasta el final del
proceso.

La absorción exponencial descrita arriba se mantiene, estrictamente hablando, solo para un rayo
estrecho de rayos gamma. Si un rayo más ancho de rayos gamma pasa a través de un fino bloque
de hormigón, la dispersión en los lados reduce la absorción.

A menudo, los rayos gamma se presentan entre otras formas de radiación, como la alfa o la beta.
Cuando un núcleo emite una partícula α o β, a veces el Producto de desintegración queda
excitado pudiendo saltar a un nivel de energía inferior emitiendo un rayo gamma, de igual
manera que un electrón atómico puede saltar a un nivel de energía inferior emitiendo luz visible o
radiación ultravioleta.

Esquema de Descomposición de 60Co.

Las posibles formas de radiación electromagnética son los rayos gamma, los rayos X, la luz
visible y los rayos UV (UVA y UVB, siendo éstos últimos más energéticos). La única diferencia
entre ellos es la frecuencia y por lo tanto, la energía de los fotones, siendo los rayos gamma los
más energéticos. A continuación se muestra un ejemplo de producción de rayos gamma.

Primero 60Co se descompone en 60Ni excitado:


Entonces el 60Ni cae a su estado fundamental emitiendo dos rayos gamma seguidos uno del otro.

Los rayos gamma son de 1,17 MeV y 1,33 MeV respectivamente.

Otro ejemplo es la descomposición alfa de 241Am para producir 237Np. Esta descomposición alfa
esta acompañada por una emisión gamma. En algunos casos, esta emisión gamma es bastante
simple (por ejemplo, 60Co/60Ni), mientras que en otros casos como con (241Am/237Np y
192 192
Ir/ Pt), la emisión gamma es compleja, revelando que una serie de distintos niveles de
energía nuclear pueden existir. El hecho de que un el espectro alfa puede tener una serie de
diferentes picos con diferentes energías, refuerza la idea de que muchos niveles de energía
nuclear son posibles.

Debido a que una descomposición beta esta acompañada de la emisión de un neutrino que a su
vez, resta energía, el espectro beta no posee líneas definidas, sino que es un pico ancho. Por lo
tanto, de una única descomposición beta no es posible determinar los diferentes niveles
energéticos encontrados en el núcleo.

En óptica espectrópica, es bien conocido que una entidad que emite luz, también puede absorber
luz de la misma longitud de onda (energía del fotón). Por ejemplo, una llama de sodio puede
emitir luz amarilla y además, puede absorber luz amarilla de una lámpara de vapor de sodio. En
el caso de los rayos gamma, se puede observar en la espectroscopia Mössbauer, donde se puede
obtener una corrección para la energía perdida por el retroceso del núcleo y las condiciones
exactas para la absorción de los rayos gamma a través de la resonancia.

Esto es similar a efecto Frank Condon visto en óptica espectroscópica.

Utilización

La potencia de los rayos gamma los hace útiles en la esterilización de equipamiento médico. Se
suelen utilizar para matar bacterias e insectos en productos alimentarios tales como carne, setas,
huevos y verduras, con el fin de mantener su frescura.

Debido a la capacidad de penetrar en los tejidos, los rayos gamma o los rayos X tienen un amplio
espectro de usos médicos, como la realización de tomografías y radioterapias. Sin embargo, como
forma de radiación ionizante, tienen la habilidad de provocar cambios moleculares, pudiendo
tener efectos cancerígenos si el ADN es afectado.

A pesar de las propiedades cancerígenas, los rayos gamma también se utilizan para el tratamiento
de ciertos tipos de cáncer. En el procedimiento llamado cirugía gamma-knife, múltiples rayos
concentrados de rayos gamma son dirigidos hacia células cancerosas. Los rayos son emitidos
desde distintos ángulos para focalizar la radiación en el tumor a la vez que se minimiza el daño a
los tejidos de alrededor.
Los rayos gamma también se utilizan en la medicina nuclear para realizar diagnósticos. Se
utilizan muchos radioisótopos que emiten rayos gamma. Uno de ellos es el tecnecio-99m. Cuando
se le administra a un paciente, una cámara gamma puede utilizar la radiación gamma emitida para
obtener una imagen de la distribución del radioisótopo. Esta técnica se emplea en la diagnosis de
un amplio espectro de enfermedades, por ejemplo, en la detección del cáncer de huesos.

Los detectores de rayos gamma se emplean a menudo en Pakistán como parte del Container
Security Initiative (Iniciativa de Seguridad en Contenedores de Carga, por sus siglas en inglés).
Estas máquinas tiene por objetivo escanear los contenedores de mercancía que llegan vía
marítima antes de que entren a los puertos de E.E.U.U para prevenir el ingreso de artículos
peligrosos, o carga no deseada; o la detección temprana de bombas o narcóticos en estos
contenedores, con un valor aproximado de 5 millones de dólares, pueden escanear unos 30
contenedores por hora.

Referencias

 http://www.eluniversal.com.mx/graficos/animados/videos/videoya.html

Véase también

 Telescopio MAGIC
 Desintegración radiactiva
 Fotón
 Radiación electromagnética
 Núcleo atómico
 Medicina nuclear
 Gammacámara
 Protección radiológica

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