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LA ÉTICA DE MERCEDES GARZÓN

La ética y sus preguntas.


En este primer capítulo la autora nos dice que interpretamos el mundo en estrecha relación
con la manera en que nos comportamos, esto incluye a los filósofos. Por lo tanto, la
filosofía no es totalmente teórica, sino que en buena medida es práctica también, sobre todo
si se trata de la ética, ya que en ella está implicado nuestro modo de actuar. En este sentido,
la filosofía no es tan sólo una concepción del mundo, sino además una forma de vida.
Asimismo, la autora nos aclara que la ética se concentra en el estudio del
comportamiento humano y cuestiona la moral de la época, a fin de descubrir qué
costumbres realmente responden a las necesidades de los individuos que conforman una
sociedad y cuáles no lo hacen. Ante esto se pregunta si en todas las reflexiones filosóficas
habrá una actitud moral.

Reflexión y ejemplos.
Me parece que nuestra manera de vivir y nuestra interpretación de la realidad son
inseparables. Incluso, cuando advertimos cómo concibe las cosas alguien podemos entender
mejor por qué actúa de cierto modo. Por ejemplo, un hombre puede creer que el dinero lo
hará feliz y todas sus acciones estarán dirigidas a conseguir mucho dinero.
Sin embargo, también podemos vislumbrar cómo interpreta la realidad alguien a
través de sus acciones. Me parece muy interesante ver la filosofía sobre todo como una
forma de vida, aunque esto no es nuevo, pues desde la Antigüedad varias doctrinas
orientales han ido por ese sendero.

¿Somos naturaleza o cultura?


Aquí la autora refiere que los seres humanos tenemos las mismas características que los
animales, pero existen diferencias claras entre ambos. El ser humano al transformar la
naturaleza y al hacerlo también consigo mismo está creando cultura, cosa que los animales
no pueden hacer. Asimismo, ambos tenemos instintos, pero el ser humano tiene la razón y
no sólo eso, sino que además tiene afectos y emociones mejor constituidas. Desde el
principio hemos buscado dominar y comprender la naturaleza.
Sin embargo, no hemos intentado hacerlo tan sólo por medio de la razón, sino
también a través de nuestra facultad de sentir, de ahí han nacido la religión, el arte, la
filosofía y la ciencia. Así pues, al cambiar la naturaleza creamos cultura e historia y sobre
todo nosotros mismos sufrimos directamente esos mismos cambios.

Reflexión y ejemplos.
Pienso que ciertamente de nuestro propósito de explicar y comprender la naturaleza y con
ello también a nosotros mismos, han surgido la religión, la filosofía, el arte y la ciencia.
Asimismo, creo que al trabajar la naturaleza se abre la posibilidad de crear historia y
cultura. Sin embargo, no todos los cambios han sido para bien y sólo basta echar un atento
vistazo al mundo contemporáneo para darnos cuenta de que cada día es más difícil
distinguirnos de los animales, a pesar de que por naturaleza en el fondo somos distintos.

La dimensión de nuestros actos.


Ahora la autora nos manifiesta que si bien nosotros como los animales pertenecemos a la
naturaleza, ellos reaccionan ante cada situación acorde a su propio instinto, pero nosotros
tenemos la libertad de actuar de diversas maneras ante un hecho en concreto. Esta libertad
es ontológica, es decir, es parte de nuestro ser y nos distingue radicalmente de los demás
seres naturales, ya que podemos considerar que este rasgo está más allá del mundo natural.
Desde Aristóteles la ética se ha concebido como un modo de ser, una forma de vida,
por lo que está compuesta de acciones semejantes y constantes que poco a poco van
formando nuestro carácter, esto en el sentido de los hábitos que vamos forjando a través de
toda nuestra existencia.

Reflexión y ejemplos.
Esa libertad ontológica que bien podemos llamar libre albedrío es sin duda un rasgo que
nos distingue profundamente. Creo que es algo fundamental en la ética y en la constitución
de las costumbres, puesto que tenemos la posibilidad de elegir cómo queremos actuar, vivir
y ser. No obstante, cuando veo a un hombre que sólo vive para sentir placer y todo lo que
hace gira en torno a ese deseo sin importar nada más, me pregunto ¿hasta qué punto ese
hombre es libre? Y más todavía ¿no será más bien esclavo del placer? ¿y la libertad?
Vigilar y castigar (moral y moralidad).
En esta parte la autora nos dice que la palabra moral en nuestra lengua proviene de la
palabra griega ethos primeramente y después de la palabra latina moralis. Sin embargo, en
ambas lenguas antiguas la palabra tiene un matiz diferente, por lo que podemos decir para
atender a los dos sentidos que moral se refiere al carácter y a la costumbre. Así que la moral
sería un conjunto de normas que regulan una sociedad en una época y una cultura
determinadas.
Por lo tanto, la moral es histórica y a pesar de no ser algo universal tiene que
parecer que sí lo es para cobrar mayor credibilidad y obtener un sentido obligatorio.
Entonces si la moral es un conjunto de reglas, la moralidad sería el cumplimiento individual
de esas reglas en relación con los demás y en la vida cotidiana.

Reflexión y ejemplos.
A mi juicio lo relativo que hay en la moral y asimismo en la moralidad, hace que sea difícil
distinguir y comprender qué costumbres son realmente benéficas para los individuos de una
sociedad en un tiempo y una nación en particular. Por ejemplo, en Occidente, aunque
sucede muy a menudo, es inmoral tener más de una mujer, de hecho ni en lo legal ni en lo
religioso se puede tener más de una sola esposa. No obstante, en Oriente, sobre todo en los
países que procesan el Islam, los musulmanes pueden tener más de una esposa y para esa
sociedad tal costumbre resulta moral. Entonces, ¿cómo comprender profundamente este
fenómeno social respecto al bien del hombre?

Los caminos de la ética.


Por último la autora nos hace saber que la ética suele servirse de otras disciplinas para
llevar a cabo sus reflexiones tales como la psicología, la sociología, la política, etcétera. Sin
embargo, no se limita a los métodos de estas disciplinas, sino que ella misma tiene sus
propios métodos, los que considera tan válidos y con el rigor necesario para realizar sus
investigaciones como las demás disciplinas.
Y además hace énfasis en que los métodos de las ciencias naturales y exactas, a
pesar de ser muy precisos, no serán apropiados para la búsqueda de la ética porque la
naturaleza de cada disciplina es irremediablemente distinta.
Reflexión y ejemplos.
No podemos negar que el rigor de las ciencias exactas es muy reconocido por muchos por
su precisión en las investigaciones se realizan, pero más allá de que cada disciplina es
diferente no me parece justo poner a unas por encima de otras, sino más bien ser
conscientes de aquello que las distingue y buscar la armonía entre todas, a fin de que el
apoyo mutuo pueda profundizar en la comprensión de los misterio de la naturaleza, del
hombre y del mundo que nos rodea. Por ejemplo, una investigación de la física y una
reflexión filosófica pueden ser igual de interesantes y pueden explicar de forma plausible
un aspecto distinto del ser humano mediante métodos diferentes.

Juan de Dios Hernández Gómez.

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