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Justicia ancestral

Los linchamientos o las torturas no forman parte de las sanciones que se aplican en los
pueblos indígenas. Tampoco las persecuciones sin razón. De entrada, esto es lo que dejan
claro los antropólogos, defensores públicos y representantes de esos sectores. En la justicia
maya actual, la pena máxima es el destierro.

por Roberto Villalobos Viato

Publicado el 18 de agosto de 2013 a las 0:08h

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Las autoridades
indígenas son elegidas por la comunidad. Son personas honorables que han prestado
diferentes servicios.

“Existen muchos estereotipos y prejuicios en cuanto a la aplicación de las sanciones que se


dan en la justicia indígena”, refiere Carlos Ochoa, doctor en Antropología e investigador
social. “Los medios de comunicación, sobre todo los televisivos, han dado una mala
imagen”, añade.
Justicia de siglos

En los tiempos prehispánicos de toda Mesoamérica hubo diferentes sistemas jurídicos. De


ello dejan constancia los primeros cronistas españoles venidos a estas tierras, entre ellos
Diego de Landa, fray Bartolomé de las Casas y fray Toribio de Benavente —más conocido
como Motolinia—.

Este último escribió en 1541: “Los indios ponen orden y justicia; tenían sus leyes y
costumbres por las cuales se regían y gobernaban, y conservaban la república; y castigaban
a los delincuentes. En todas las ciudades de importancia existieron los jueces a manera de
audiencia… Los señores ordenaron muchas leyes por el buen orden y conservación de los
Señoríos… Muchas leyes tenían estos naturales, que escribirlas todas sería hacer un muy
largo proceso, con las cuales se conservaban y regían; sus leyes como todas sus memorias,
escribían con caracteres o figuras a ellos muy inteligibles”.

“Aquellas antiguas leyes guardan muchas similitudes con el derecho consuetudinario


actual”, refiere la antropóloga Guisela Mayén, especialista en derecho indígena por el
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México y por la
Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).

Pero, ¿cómo es que esas costumbres para impartir justicia aún se mantienen hasta nuestros
tiempos? Esa pregunta tiene varias respuestas.

“Los españoles, influenciados por la tradición romana, permitieron que continuaran ciertas
costumbres en los territorios conquistados. Por ello, le otorgaron al derecho indígena la
categoría de fuero, es decir, que podía ser aplicado salvo si iba contra las leyes de la Corona
o de la moral cristiana”, explica la experta.

El derecho maya sobrevivió, además, por las políticas segregacionistas instituidas en la


época colonial, tales como la creación de pueblos de indígenas que contaban con sus
propias autoridades, así como a la incapacidad del sistema de justicia oficial de llegar a
todo el territorio —algo que aún persiste—. “Otra de razón fue la resistencia cultural, cuya
principal expresión la constituyen los idiomas mayas”, indica Mayén.

La aplicación de justicia, asimismo, variaba de un territorio a otro —de hecho, eso continúa
entre los pueblos mayas—. “De estos Reinos de la Nueva España, en muchas de sus leyes,
si no en todas, no eran los castigos y penas iguales… siendo unas, más remisos y en oras,
más graves sus castigos”, escribió el historiador Luis Antonio Díaz Vasconcelos en 1953,
citando a Torquemada.

El derecho maya ancestral también guarda similitudes con el actual en cuanto a las personas
que siguen el proceso de justicia: “Son Consejos de Ancianos, alcaldes indígenas, cofrades
o personas que tienen el respeto de una comunidad”, indica el antropólogo JoséÁngel
Zapeta García.
En el caso de los Consejos de Ancianos, sus integrantes —hoy llamados principales— “son
personas que han prestado servicios a su comunidad y que gozan de honorabilidad”, agrega.

El proceso

En la época prehispánica, dice Mayén, la resolución de conflictos se caracterizaba por su


inmediatez. El historiador Agustín Estrada Monroy lo confirma en un documento de 1992:
“No se gastaba mucho tiempo porque no había apelaciones, ni dilaciones, sino que
convencido (el cacique) de la culpabilidad (del acusado), luego era castigado”.

Hoy, los casos de poca gravedad son resueltos por las autoridades de las aldeas, mientras
que los asuntos graves son llevados ante la justicia del municipio; por ejemplo, el alcalde
indígena. Diego de Landa, en su Relación de las cosas de Yucatán (circa 1566), hace
referencia a algo similar al indicar que las cuestiones de trascendencia eran conocidas por el
ajaw, mientras que los problemas de poca importancia las resolvían funcionarios menores.

Un factor importante en la justicia indígena es que las partes involucradas en un hecho


adquieren un compromiso al quedar solucionado un conflicto: la víctima se compromete a
aceptar la resolución, y el transgresor, a cumplir con la sanción. “Esto es un juramento”,
asegura Mayén.

En San Juan Atitán, Huehuetenango, por ejemplo, quienes se someten a la justicia frente a
sus autoridades tradicionales, cierran su compromiso de cumplir con la sanción impuesta
besando la tierra, cuyo simbolismo es “dejar sembrada su palabra” y, en caso de no cumplir,
la Madre Tierra los castigará.

Motolinia, incluso, escribió algo respecto de esta costumbre: “… examinaban a los testigos
y estos como criterio de verdad juraban, y el juramento era poner el dedo en la tierra y
allegarlo a la lengua, como quien dice: por la diosa tierra que en sí nos sustenta, y de sí nos
mantiene, de decir la verdad”.

En el derecho indígena no hay códigos escritos, tal como se conocen en la justicia oficial,
donde existen, por ejemplo, el Código Civil o el de Trabajo. “La oralidad juega un papel
importante”, expresa el antropólogo Ochoa.

Díaz Vasconcelos indica que en la época prehispánica “no había un ordenamiento expreso
para aplicar a determinado delito una pena prefijada…”

Lo que continúa en nuestros tiempos son sanciones como la “vergüenza pública”, cuya
función es sentar un precedente y “dar el ejemplo de lo que no se debe hacer”. Este castigo
se utiliza mucho en casos de robo. “La pena consiste en exhibir el objeto robado al lado del
infractor, en la puerta de la municipalidad o en el parque”.

Motolinia, una vez más, se refirió a castigos similares durante el siglo XVI: “La pena que
daban a las alcahuetas era que averiguando usar aquel ruin oficio, las sacaban a la
vergüenza, y en la plaza, delante de todos”.
En 1543, fray Andrés de Alcobiz hizo una recopilación de leyes de varios códices, donde
consta que delitos como la brujería, el asalto, el incesto, el adulterio, la traición y el robo —
principalmente de maíz— eran castigados con pena de muerte.

Con base en un testimonio de fray Hierónimo Román, que data de 1558, Estrada Monroy
escribió: “Leyes antiguas de los queqchís… para los casos de brujería, se ahorcaba o daba
garrote al brujo…. En casos de riña, si se comprobaba que el herido recibió la agresión sin
razón o motivo, se causaba igual daño al responsable y se le imponía multa de plumas,
mantas o cacao, lo cual se ingresaba al fisco. Además, se castigaba la fornicación, el
adulterio y el hurto”.

La embriaguez, asimismo, era considerado un delito grave en las comunidades mayas.


Motolinia escribió sobre ello: “… A los que tomaban beodos, ahora fuese hombre, ahora
mujer, allí le trasquilaban públicamente, y luego le iban a derribar la casa, dando a entender
que la persona que se embeoda y pierde el seso no era digno de tener casas en el pueblo”.

Hoy, en los pueblos mayas, el robo es un acto de gravedad, aun siendo pequeño. El ladrón
es sancionado con devolver lo robado, con resarcir a la víctima con un bien similar o con
pagar en efectivo lo equivalente a lo despojado.

Dentro de la justicia indígena actual, la pena máxima es el destierro. En 1990, Mayén


registró el caso de un hombre que fue expulsado de San José Chacayá, Sololá, por
adulterio. Le advirtieron, además, que si regresaba y el marido ofendido lo agredía o
mataba, este no sería condenado. A la mujer infiel, en tanto, se le sancionó con la vergüenza
pública.

Aparte del destierro y la vergüenza, se aplican castigos físicos. Son azotes que en los
pueblos indígenas son conocidos como xik’ayes —esas comunidades insisten en evitar el
término “azote”—.

Este es uno de sus puntos más controversiales, pues algunos investigadores sí lo consideran
un castigo indígena nato, mientras que otros afirman que no lo es.

En cualquier caso, cuando llegan a aplicarse, se usa una rama de membrillo (xik’ay). “Este
es un golpe físico, pero tiene una finalidad. No es el pago por la maldad que hizo. Hay un
mensaje: que despierte su conciencia”, refiere Zapeta García.

Los xik’ayes, por lo tanto, se dan cuando un individuo no ha entendido “por las palabras”,
pues ha demostrado que no respeta a sus padres ni a autoridad alguna.

¿De dónde viene esa tradición? “Pongo un ejemplo: hay gente con ‘las manos pesadas’ para
aprender a tocar la marimba. A esos aprendices, los abuelos acostumbraban aplicarles un
secreto, obligándolos a meter sus manos en un hormiguero. Eso los hace ‘despertar’.
Quizás es el miedo o qué sé yo, pero lo cierto es que, luego de eso, muchos tocan bastante
bien la marimba. Lo mismo sucede con una persona que tiene muerta su conciencia. Hay
que despertarla con el xik’ay. Ese es el secreto”, dice Zapeta García.
Ochoa, además, refiere que “por cada xikayazo se da un consejo o reprensión”, y no se trata
solo de soltar el golpe.

Los xik’ayes varían en número, todos simbólicos. Muchas veces son nueve, pues ese
número representa los meses de gestación. “En el caso de un infractor de la ley, simboliza
su renacer; a partir de ese momento, debería ser una persona nueva”, añade Zapeta García.

En otras ocasiones son 13, que son los niveles de energía que tienen los días mayas. El
número puede elevarse hasta 20 —significa “persona” en la cosmovisión indígena—,
aunque para esto la falta tuvo que ser grave. Estos castigos los aplican los familiares del
infractor, el alcalde indígena o un principal, y puede ser de forma pública o privada.

¿Denigrante? “Sí… puede ser, pero no hagamos las comparaciones entre lo que hizo un
individuo y el castigo que recibe. El infractor, aparte, debe hacer servicio a la comunidad,
no a pasar un fin de semana en una cárcel, donde aprende más mañas”, indica Ochoa.

La aplicación de estos castigos es normal en lugares como Santa Cruz del Quiché. En Alta
Verapaz se les ha cortado el cabello a las mujeres.

Ante la inexistencia de un código escrito en el derecho indígena, ¿cuál es el límite? “Es el


respeto a los derechos humanos”, puntualiza Byron Paredes Tiul, defensor de los pueblos
indígenas, de la Procuraduría de Derechos Humanos. “La justicia maya, por ello, descarta
la pena de muerte y la tortura”.

“El linchamiento no es un castigo indígena, pues sucede en todas partes. Este fenómeno es
una reacción de la gente ante la debilidad del sistema de justicia del Estado”, refiere Julio
Valdez, antropólogo y catedrático de la Escuela de Ciencias Políticas de la Usac.

¿Aceptación del Estado?

“El sistema jurídico oficial no ha podido responder a la demanda de justicia que hay en
todo el país”, indica Paredes Tiul.

Por ello, Lesbia Sis, coordinadora de la Unidad de Enfoque Intercultural del Instituto de la
Defensa Pública Penal, señala que es necesario que el Estado reconozca el derecho indígena
y, por tanto, su forma de aplicar justicia.

“Esto es parte de la libre determinación de los pueblos, lo cual es un derecho regulado en el


convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y
tribales, el cual fue ratificado por Guatemala”, manifiesta.

Álvaro Pop, vicepresidente del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU,
coincide en la necesidad de que el Estado reconozca el derecho consuetudinario y sus
autoridades.
“La justicia indígena no solo sirve para el clásico ‘robo de la gallina’. Por eso, su
reconocimiento es un reto para el sector maya y para el Estado guatemalteco”, dice el guía
espiritual maya Jesús Gómez, sociolingüista y especialista en derecho indígena.

Informe de la ONU

Son pocos los avances alcanzados para atender los problemas sociales del sector indígena,
indica la Evaluación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas.

El estudio, a cargo de Álvaro Pop, vicepresidente del Foro Permanente para las Cuestiones
Indígenas de la ONU, indica que aún no se reconoce el derecho ni la autoridad maya.

“Niegan su reconocimiento o plantean su asimilación a métodos alternativos de resolución


de conflictos al derecho formal. Otros sectores lo asocian con actos de linchamiento, como
estrategias de descalificación para el rechazo generalizado de la sociedad”, apunta el
informe.

“Desde hace más de 700 años, la gente tiene mecanismos propios de resolución de
conflictos que le han permitido sobrevivir y tener una vida comunitaria de virtudes y
defectos”, refirió Pop en declaraciones recientes.

Un documento del antropólogo Carlos Ochoa, basado en las conclusiones de una


investigación de la Universidad de Duke, de EE. UU., refiere que “el Estado usa el
discurso de los derechos humanos para limitar la jurisdicción indígena”.

Debido a ello, Pop insiste en que el Estado reconozca la autoridad ancestral y comunal de
las poblaciones indígenas, pues estas son legítimas y cuentan con el respeto y
reconocimiento de la comunidad para resolver problemas.

Sanciones

Estos son algunos castigos que llegan a ser aplicados por la Alcaldía Indígena de Sololá:
Aplicación de xik’ayes —azotes con una vara de membrillo—. Sectores indígenas indican
que estos tienen un simbolismo y que no son un método de tortura.
Obligación de prestar servicios de vigilancia en la comunidad
Imposición de trabajos en beneficio de la población
Negación de servicios públicos esenciales.
Cobro de multas
Amenaza de pérdida de derechos sobre propiedades.
Restricciones a la venta de bebidas alcohólicas
Prohibición de reunirse en la noche

Convenio
En 1996, Guatemala ratificó el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo
sobre pueblos indígenas y tribales. Este le reconoce a los pueblos mayas la propiedad de
sus tierras, la igualdad, la libertad y su derecho en la toma de decisiones en proyectos que le
afecten. Acepta, incluso, la forma en que aplican justicia, siempre y cuando sea compatible
con el sistema jurídico nacional y con los derechos humanos.

Constitución

La Constitución Política de la República de Guatemala, en su artículo 66, se refiere a la


protección de los grupos étnicos del país: “El Estado reconoce, respeta y promueve sus
formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, el uso del traje
indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos”. Esto, indican los sectores indígenas,
incluye su sistema de justicia.

Idioma o Lengua
El idioma o la lengua es el alma de la cultura. Cuando un idioma muere, desaparecen
riquezas de una cosmovisiòn y de los seres humanos que compartìan dichas ideas y valores.

La lengua, permite comunicaciòn y expresiòn de sentimientos en pensamientos hablados.


Teniendo relaciòn estrecha la forma y los conceptos de una cultura determinada.

En el paìs de Guatemala, cuyo territorio esta situado en Amèrica Central se hablan 24


idiomas, y son el medio de relacionarse diariamente en su entorno comunitario.

Veintiuno de estos idiomas tiene origen maya, no asì el Xinca, el Garifuna y el Español.

Asì mismo existen prejuicios e ideas no superados por la poblaciòn y poca apreciaciòn
positiva acerca de nuestra riqueza plurilingüe.

Se cree fuertemente que el àmbito educativo puede ser influenciado negativamente asì
como la formaciòn acàdemica, si la enseñanza se desarrolla en diferentes idiomas.

como resultado la mayorìa de personas prefieren aprender un idioma extranjero a un idioma


nacional.

Idioma y lengua son sinònimos, los cambios que se suceden de region a region de los
mismos se denomina dialecto.

Por ejemplo: No es lo mismo el quichè de Chichicastenango, al quichè de Totonicapàn,


tiene sus diferencias, pero ambos dialectos nacen del idioma Quichè.

Asì podemos citar otro ejemplo; el español que se habla en la capital tiene tambien sus
cambios si lo comparamos con el de Zacapa o Chiquimula, pero su raìz es el idioma
Español.

Es incorrecto cuando hablamos de lenguas mayas referirnos a ellas como dialectos, pues
son en su totalidad idiomas.
Algunas ideas de las varias equivocadas es que nuestros idiomas o lenguas son de menor
valor y se llega hasta el menosprecio de las mismas, negàndonos el derecho a la apreciacion
integral de nuestra cultura Guatemalteca.

Solamente en Huehuetenango se hablan ocho lenguas: Awateko, Chuj, Kichè, Akateko,


Jakalteko, Q’anjob’al, Mam y Español.

Otra cosa curiosa, es que el estado guatemalteco, se organizò desde sus inicios sin tomar en
cuenta estas diferencias idiomàticas culturales. Se formò desde un criterio polìtico
etnocèntrico, alejado de una realidad que no se puede negar ni mucho menos ocultar.

Por ese mismo desconocimiento, no valoramos, mucho menos nos interesamos por conocer
esta riqueza cultural; afectando como concecuencia la paz y la armonia de la relaciones
entre personas diferentes a nosotros, cayendo en prejuicios poco reales y disminuyendo
nuestra calidad de convivencia.

Idiomas Guatemaltecos:

1. Kichè

2. Quekchì

3. Mam

4. Kaqchikel

5. Kanjobal

6. Poqomchì

7. Ixil

8. T’zutuhil

9. Achì

10. Chuj

11. Jakalteco

12. Akateko

13. Awateko

14. Ch’ortì
15. Poqomam

16. Sipakapense

17. Sakapulteko

18. Garìfuna

19. Uspanteko

20. Tektiteko

21. Mopàn

22. Itzà

23. Xinca

24. Español

Principios y Valores
 Rimitijul K'aslem Excelencia

 Qab'anolob'al Identidad étnica

 Tiqato' pa le tinamit Solidaridad con


compromiso Social

 Qach'umilal pa ri ronojel winaq Respeto a la diversidad


cultural

 Tink'ulb'ej, tiqak'ulb'ej Respeto a la diversidad


cultural.

 Awojb'anik Equidad de género


 Loq'olaj Kaj, Loq'olaj Uwach'ulew Respeto a la Naturaleza

 Tiqapoqonaj ronojel ruwach K'aslem Complementariedad

Rimitijul K’aslem
(Excelencia)

Entendemos esto como excelencia académica y responsabilidad


social y personal, que se expresa en el plano intelectual y en su
calidad humana.

Identidad Étnica
(Identidad Étnica)

Auto identificación y valorización positiva de pertenencia al


Pueblo maya.

Tiqato’ qi’
(Solidaridad)

Con capacidad para compartir conocimientos y experiencia con la


sociedad en general.
Qach’umilal
(Compromiso Social)

Con capacidad para compartir saberes, conocimientos y


experiencias con los cuatro Pueblos guatemaltecos y demás
Pueblos del mundo.

Tink’ulb’ej, taqak’ulb’ej
(Respeto a la Diversidad Cultural)

Promoción de relaciones igualitarias y equitativas entre hombres y


mujeres, promoviendo el principio de la complementariedad
basado en la cosmovisión maya.

Awojb’anik
(Equidad de Género)

Promoción de la discriminación positiva o atención diferenciada


hacia las mujeres mayas para reducir las brechas de desigualdad
y desarrollo entre hombres y mujeres y entre Pueblos
guatemaltecos.

Loq’olaj kaj, loq’olaj uwach’ulew


(Respeto a la Naturaleza)

Promoción de relaciones armoniosas entre los seres vivos y la


naturaleza.
Taqapoqonaj ronojel ruwach K’aslem
(Complementariedad)

Formamos parte de un todo armónico, en el que se concibe el


universo como un ser vivo cuyas partes mantienen relaciones de
interdependencia.

Leer más: https://www.fepmaya.org/que-es-fepmaya/principios-y-valores/

LOS ELEMENTOS VITALES DE LA COSMOVISION MAYA.

Los cuatro elementos vitales dentro de la Cosmovisión Maya son cuatro y que rigen la vida en
nuestra Madre Tierra Nan Ulew: Fuego Qaq; Aire, IQ; Tierra Ulew; Agua Ja´, representados en
los Santos Nahuales.

Q´atat Qij o Padre sol, es la fuente de energía en la Galaxia, Vía Láctea, es considerado muy
Sagrado, puesto que proporciona los nutrientes energéticos para la vida de todo ser vivo. Es
representado por el nahual Ajpú, que es el símbolo de grandeza, de la fuerza de la vida, fuerza
regenerativa del ciclo de la vida y del espíritu, unidad del hogar.
El Agua o Ja´ elemento que hace crecer las plantas, hidrata, purifica, mantiene la humedad para
que las semillas germinen. Es representado a través del nahual Imox, que significa esencia de
nuestra conciencia, de nuestra mente. El lado izquierdo, la parte sutil del ser humano, la
sensibilidad, lo inusual, lo excéntrico, representa los ríos, lagos, mares, y la sangre que corre por
nuestras venas. Es el espíritu de la lluvia..

El Aire, o Iq´, sin él no es posible la vida de todo ser vivo, es purificador de nuestro organismo a
través de la respiración. Es representado por el nahual Iq´ que significa espíritu vital, el
relámpago, la tempestad, las corrientes de aire, la limpieza y pureza, día del nacimiento del
viento, hálito de vida El Aire, o Iq´, sin él no es posible la vida de todo ser vivo, es purificador de
nuestro organismo a través de la respiración. Es representado por el nahual Iq´ que
significa espíritu vital, el relámpago, la tempestad, las corrientes de aire, la limpieza y pureza,
día del nacimiento del viento, hálito de vida

La Tierra, o Ulew, considerada nuestra madre, creadora y formadora, gestora, que nos
proporciona el alimento para vivir, es representada por el nahual I´x que significa la energía
femenina, energía felina, representa a los altares sagrados que existen en el planeta. Representa
también a las montañas, valles, barrancos, a los cerros y volcanes, representa también a la
mujer, es la representación de los Balameb´eb . los Hombres Jaguar.

La alteración de cualquiera de estos elementos pone en peligro la vida en el planeta.

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