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Ser inmigrante en un

contexto neoliberal:
Precarización laboral
y división del trabajo.

Nombre: Diego Sarabia

Profesor: Rosamel Millaman

Curso: Antropología Economía


Introducción

A lo largo de este informe se establecerá la relación que existe entre el inmigrante y los
contextos económicos, culturales y sociales que propicia el sistema de economía
neoliberal en chile, es decir, ¿Qué significa ser inmigrante en Chile?, siendo este último un
país que a imbricado el sistema neoliberal en su base económica. Se establece esta pregunta
teniendo en cuenta una premisa básica sobre la esfera de lo “económico” y su interacción
con los demás aspectos de la vida, recurriendo a Karl Polanyi (1973), la economía no es
una esfera aparte e independiente en una sociedad, esta, se encuentra imbricada en variados
aspectos, en variadas instituciones.

“… el antropólogo, el sociólogo o el historiador, en el estudio de cada uno de ellos


del lugar que ocupa la economía en la sociedad humana, se enfrentaba con una gran
variedad de instituciones que no eran el mercado, en las que estaba incrustada la
subsistencia humana.” (p.2).

Teniendo en cuenta que el sistema económico impuesto en chile desde la dictadura militar
es un neoliberalismo en toda su expresión, esta imposición supuso un proceso que marcaría
un antes y un después en el sociedad chilena, David Harvey (2007) expone que.

“… el proceso de neo liberalización ha acarreado un acusado proceso de “destrucción


creativa” no sólo de los marcos y de los poderes institucionales previamente existentes
(desafiando incluso las formas tradicionales de soberanía estatal) sino también de las
divisiones del trabajo, de las relaciones sociales, de las áreas de protección social, de las
combinaciones tecnológicas, de las formas de vida y de pensamiento, de las actividades de
reproducción, de los vínculos con la tierra y de los hábitos del corazón.” (p.9).

La propuesta de David Harvey (2007) sobre el proceso de neo liberalización alimenta la


idea principal este trabajo y es que cuando un inmigrante se posiciona en la fuerza laboral
chile se inserta a la ves en un estructura social, cultural y económica construida sobre un
sistema económico neoliberal, el cual, tiene una función, un lugar y una categoría definida
para el inmigrante dentro de la sociedad chilena.

De manera preliminar cabe preguntar ¿Cómo se desarrolló la inmigración en chile?, ¿Cómo


y de que contexto llego inmigrante que hoy conoces? Como punto de partida se
contextualizara respecto a que es lo que dinamiza y vertebra los procesos inmigración, en
los cuales, la el individuo que se embarca ellos es central, posteriormente se realizara un
breve recorrido histórico con el fin de ir estableciendo la relación del inmigrante la
sociedad y el sistema económico regente en el país.

Globalización, economía e inmigración: aspectos fundamentales.

Para comenzar a desarrollar este apartado es importante comprender que es lo que


estructura los procesos de inmigración, en los cuales, se embarca el inmigrante.

En la actualidad la sociedad chilena es parte de una gran red de intercambios que se teje
alrededor del mundo, a esto, se le conoce con el concepto de globalización, el cual, propone
diversas dinámicas en torno a conceptos como “movilidad, dinamismo y fluidez” los que
según Zygmunt Bauman (2004) brindan una base explicativa que dará cuenta sobre los
fenómenos culturales a nivel global, desde esta misma perspectiva, Onghena establece que
estos conceptos puede ser entendidos en el sentido de la “ampliación y aceleración de las
interconexiones y de intensificación de los intercambios con una supuesta permeabilidad
de fronteras culturales” (2015). El proceso de globalización presupone flexibilización de
las fronteras frente a la creciente globalización. En toda la dinamización y movimientos que
conlleva la globalización podemos “… identificar la creciente fluidez y porosidad de las
fronteras, características que no sólo permiten sino invitan al paso de personas, ideas,
imágenes”. (Garduño, 2003:71). Los golpes que las dinámicas globalizadoras han
asestado a las fronteras es una de las claves que impulsa la movilidad de personas, sin
embargo, existe otro factor que lleva a las personas a moverse de un país a otro, en este
caso hacia chile.

El autor Manuel Castell (2000) propone que la globalización es multidimensional, entre


estas dimensiones se encuentra “La globalización de la economía”, de esto el autor expone
que; “La economía global incluye, en su núcleo fundamental, la globalización delos mercados
financieros, cuyo comportamiento determina los movimientos de capital…” (p.6), siguiendo al
autor describe este proceso como un articulador de la economía capitalista.

Para un país esencialmente exportador de materias de primas como chile es vital


posicionarse dentro del mundo globalizado, dentro del mercado mundial, es esto último lo
que permite al país desarrollarse económicamente, claro está, esto posee luces y sombras.
Siguiendo a Castells (2000) en las dinámicas que plantea la globalización económica
destaca “… la importancia de las migraciones internacionales de mano de obra desplazada
por las crisis económicas hacia zonas con mayores oportunidades de empleo y progreso.”
(6). Es decir, los factores económicos de la globalización son los que mueven
esencialmente a las personas, desde países en donde la misma globalización económica
causo estragos o crisis hacia países en donde esta globalización aún no ha dejado su
sombra.

Migración hacia Chile desde mediados del siglo XX.

La inmigración en chile no es un hecho reciente, más bien, chile al igual que todos los
países de américa se funda en torno a la inmigración, e incluso, siendo la inmigración el
pilar fundamental que constituye la identidad del país, en tanto se identifique como chile.
La inmigración tiene a su haber una historia complicada compuesta por más sombras que
luces y estas varían según el contexto histórico, social, económico y político por el que país
atraviesa, es decir, la inmigración que se desarrolla e incentiva desde 1850 a 1910 con los
colonos alemanes no es el mismo tipo de inmigración que se observa hoy en día, es decir,
la primera gira esencialmente torno a la colonización (ocupación de territorio) y la segunda
gira en torno a cómo el inmigrante se puede integrar a la fuerza laboral y de esta forma
conseguir sustentos y estabilidad económica al alero de un sistema económico determinado,
sin embargo, la motivación entre ambas responden factores económicos.

Según los autores Solimano y Tokman (2006) “El caso chileno de los últimos 30-40 años
ofrece un laboratorio interesante (aunque en períodos dramáticos) de cambio político y
transformaciones económicas con efectos sobre la movilidad internacional de personas
desde y hacia Chile” (p.9). Esto en referencia a los cambios que se suscitan desde la
dictadura militar, la cual al imponer el neoliberalismo destruye las estructuras económicas,
sociales y culturales previamente existentes, entre estas un “Estado del Bienestar”, una
estructura erigida en torno a la seguridad laboral y social, llegando incluso afectar la
misma organización social de época. (1950–1973). Según Olavarría (2001) la imposición
del neoliberalismo como sistema económico hegemónico supone la precarización y
flexibilidad del trabajo, lo que supone nuevas formas de integrarse a la fuerza laboral y
nuevas integrantes a la fuerza de trabajo.

Solimano y Tokman, señalan como a mediados del siglo XX el porcentaje de inmigrantes


respecto a la población local se mantendrían más o menos estable (inclusive disminuirían),
para producirse una “explosión” progresiva y continua de estos a mediados de la década de
los 80’. En medio de este periodo previo a la “explosión” demográfica de inmigrantes, en
los inicios de la dictadura militar se manifiesta como un ralentizado de la movilidad
internacional, coartando las libertades y derechos civiles, reduciendo el atractivo de Chile
como destino de inmigrantes (Ídem., 2006). Otra importante cuestión que traerá
consecuencias a futuro –como se verá- sobre la configuración del “estatus” del inmigrante,
tiene que ver con la Ley de Migraciones instauradas durante este periodo dictatorial, ley
concebida “bajo una lógica de seguridad nacional que, entre otras cosas, otorga excesiva
discrecionalidad a la autoridad, especialmente de frontera, para el control de la entrada y
salida de personas.” (Rojas y Silva, 2016: 6). Esto supone empantanar de sobre manera la
movilidad.

Solimano y Tokman (2006) señalan que para 1980 el avance de la dictadura militar había
implantado y fortalecido la política neoliberal en el país, sin embargo, el debilitamiento
mismo del sistema dictatorial para la década del 90´ y la vuelta a la “democracia” son
factores que permiten la flexibilización progresiva de las fronteras, lo que significó que,
“los inmigrantes aumentaron en 3,1% entre 1982 y 1992 y en 4,9% durante la década de los
90s. Ello significó una expansión relativa importante en relación a la población total de
Chile.” (Solimano y Tokman, 2006: 12). Este aumento de la inmigración será constante, sin
embargo, para los primeros años de segundo milenio se produciría un cambio explosivo en
la composición de la población inmigrante, según Rojas y silva (2016);

“… el año 2001 representa un hito, con procesos internacionales que posicionan a Chile
como uno de los principales países de destino de la migración en el concierto sudamericano:
por un lado, la securitización de las fronteras en el primer mundo por la amenaza terrorista
del 11-S y, por otro, la profunda crisis económica y política del principal destino migratorio
del Conosur, Argentina.” (Rojas y Silva, 2016: 5)
El censo realizado en 2017 muestra este aumento de la población inmigrante en el país, en el
“grafico 1” se puede apreciar un aumento sostenido desde 1990 hasta el 2017.

Grafico 1. Cantidad y porcentaje de inmigrantes internacionales según periodo de llegada al país. (p.21). CENSO
2017. Instituto nacional de estadísticas.

De esta forma, se puede advertir como inicia un nuevo periodo en los procesos migratorios
hacia Chile, cuestión resaltada por el censo de población del 2002, en el que la población
inmigrante alcanza la cifra de 184.464 personas, equivalentes al 1,2 por ciento de la
población total (Solimano y Tokman, 2006). Sin embargo este periodo de inmigración que
ocurre entre 1990 hasta el día de hoy 2018 tiene una peculiaridad y es que el grueso de la
población que migra hacia chile proviene de territorios del cono sur, a esto, Solimano y
Tokman (2006) le denominan Sur-americanización de la masa inmigrante, es decir, “La
participación de los europeos se reduce y los latinos-americanos aumentan entre 1970 y el
2002.” (Ídem., 2006: 24). Es así como Solimán y Tokman (2006) proponen el concepto de
“Migraciones sur-sur”, es decir, migración desde el sur hacia el sur.

Como se había expresado anteriormente la inmigración hacia chile y su misma


caracterización está ligada a los contextos históricos, económicos y sociales en los cuales el
país se situé, es decir, el gran ingreso de europeos - sea por la colonización o simplemente
como mano de obra.- es hegemónica desde los primeros años del siglo XX, con la
aparición de la dictadura y la vuelta a la democracia, se produce un empantanamiento y
luego una aceleración, contextos externos al país como la permeabilidad de las fronteras del
primer mundo, en este caso, de Estados Unidos después del 11 de septiembre propicia la
transformación y el flujo creciente de la población inmigrante, es decir, para los años 2000
la población inmigrante Europea es minoritaria frente a la Suramericana. El censo
realizado en 2017 se puede apreciar claramente esta situación, el “Grafico 1” ilustra
claramente la morfología de la población inmigrante, que se embarca en la inmigración sur-
sur, dentro del contexto actual.

Grafico 2. Cantidad y porcentaje de inmigrantes internacionales según país de nacimiento. (p.22).


CENSO 2017. Instituto nacional de estadísticas.

Por otro lado, estas nuevas migraciones sur-sur (desde el sur y hacia el sur), si bien no son
posibles caracterizarlas todas de la misma manera, existen características generales, y sobre
todo fuertes tendencias dentro de las mismas. La motivación laboral es algo que incentiva
la movilidad internacional, además de, en muchos casos, eventos de migración forzada, es
decir, en los “contextos de origen golpeados por la violencia social y estructural, buscan en
Chile cierta estabilidad política y económica que -aparentemente- los países vecinos y los
propios países de origen no estarían brindando.” (Rojas y Silva, 2016: 5). ¿Sin embargo
chile podría brindarles aquella oportunidad?

¿Qué atractivo ofrece chile al inmigrante?

El rasgo que define al inmigrante en chile es la inserción laboral, Rojas y Silva (2016)
señalan al respecto que “Si bien las motivaciones de la migración son multidimensionales,
relativas a cada contexto de origen y siempre es riesgoso reducirlas a una causa, es posible
señalar que la población migrante residente en Chile es inminentemente laboral.” (p19). La
afirmación de ambos autores se encuentra respaldada por estudio estadísticos tales como el
de CASEN realizado en el 2015, el cual indica, que el 76,7 por ciento de la población
migrante superior a los 15 años tiene inserción laboral en Chile, frente al 57,7 por ciento de
los chilenos (Ver gráfico 3). Estas cifras pueden apoyar la idea de que la inmigración hacia
chile es impulsada principalmente por la búsqueda de trabajo.

Grafico 3.Tasa de participación laboral por lugar de nacimiento (2015). (p.63). CASEN 2015.

Según la CEPAL chile cuenta con una de las tasas de inmigración más altas en la
actualidad, es así que;

“Entre los países de la región con mayores aumentos del número de inmigrantes, destacan
entre 2010 y 2015 Chile (4,9% por año), México (4,2%), el Brasil (3,8%), el Ecuador
(3,6%), Suriname (3,4%) y Panamá (3,3%) (calculado sobre la base de Naciones Unidas
(2015))” (Cepal, 2017).

¿Es solo la inserción laboral un factor determinante a la hora de decidir inmigrar a chile?
Quizá se debería considerar el imaginario como otro de los factores fundamentales, según
Solimán y Tukman (2006), entre las principales razones para emprender el viaje se remiten
a cuestiones supuestamente económicas asociadas al nivel y calidad de vida.

“Desde un punto de vista económico, las personas preferirán vivir y trabajar en países (y/o
ciudades) donde el ingreso o remuneración es más alto que el país de origen, en términos de
poder de compra comparable, ya que eso permite afrontar un estándar de vida más alto y
abre mayores posibilidades de realización personal y laboral para el migrante y su familia.”
(Solimano y Tokman, 2006: 37).

Con esto se quiere decir que el imaginario del inmigrante respecto a chile se alimenta con la
esperanza de alcanzar alto niveles de vida en relación a una creciente capacidad de
consumo que se ve reflejada en es estabilidad económica del país, esto se puede ver
expresado en los sueldos o en cifras como el PIB. En este sentido chile cuenta con una alta
difusión internacional respecto a sus cifras económicas y niveles de vida, entre ellos
encontramos el IDH, según en PNUD en un comunicado de prensa indique que; “Chile es
parte del grupo de países que muestran un nivel de desarrollo humano muy alto. Se ubica
en el puesto número 44 de la clasificación mundial y en primer lugar en América Latina y
el Caribe” (Programa de las naciones unidad para el desarrollo, 2018:1), los expuesto son
cifras difundidas a nivel internacional por medios de comunicación escrito y audiovisual,
creando así un imaginario exportable respecto al país.

“Desde allí, entonces, los informes pueden tener una segunda vía de influencia, ahora, por
decirlo así, como componentes de la definición de realidad que es compartida en la
sociedad. Se produce así una especie de reiteración, de reforzamiento de su sentido de
realidad.” (Acosta, 2006:100)

Esto alimenta el imaginario de quien desea obtener un mejor “nivel de vida”, creando
realidades en base a titulares, esto termina por obnubilar otros aspectos que pueden truncar
este camino a la “buena vida”, como por ejemplo los altos niveles de desigualdad de
género que advierte el mismo PNUD.

“Considerando las variables de mercado laboral e ingresos y proyectando ambas


dimensiones en el PIB per cápita, se estima que el PIB per cápita de las mujeres sería un
47% menos que el PIB per cápita estimado para los hombres”. (Programa de las naciones
unidas para el desarrollo, 2018:1)

¿Con que se encuentra realmente un inmigrante al llegar a chile?, es ante esa pregunta que el
imaginario que tomo el propio inmigrante sobre el país comienza a chocar con la realidad
económica, social y cultural del país.
Características del trabajo neoliberal
Entenderemos el neoliberalismo bajo mirada de David Harvey (2007) quien propone que.

“El neoliberalismo es, ante todo, una teoría de prácticas político-económicas que afirma que
la mejor manera de promover el bienestar del ser humano, consiste en no restringir el libre
desarrollo de las capacidades y de las libertades empresariales del individuo, dentro de un
marco institucional caracterizado por derechos de propiedad privada, fuertes mercados
libres y libertad de comercio” (p.8)

Esta idea irrumpió en chile en 1973, en un contexto, en que la libertad y el bien estar eran
pensados de forma distinta, antes de la dictadura era el estado el encargado de otorgar
seguridad social y laboral, fungiendo como un regulador económico en cuanto al gasto
fiscal destinado a la seguridad social. El neoliberalismo percibe esto como una carga y la
intromisión del estado en la vida de las personas como una restricción a su libertad, siendo
mas precisos, el neoliberalismo propone que.

“El papel del Estado es crear y preservar el marco institucional apropiado para el desarrollo
de estas prácticas. Por ejemplo, tiene que garantizar la calidad y la integridad del dinero.
Igualmente, debe disponer de las funciones y estructuras militares, defensivas, policiales y
legales que son necesarias para asegurar los derechos de propiedad privada y garantizar, en
caso necesario mediante el uso de la fuerza, el correcto funcionamiento de los mercados.”
(Harvey, 2007:8)

De esta forma se abandona el papel de estado protector, relegando este rol solo a “cuando
sea necesario”. Este es el primer y gran golpe en el ámbito estatal y social que asesta el
neoliberalismo. La desarticulación de diversas formas de organización social y laboral,
tales como los sindicatos, es una señal clara respecto a la precarización laboral que acecha a
la fuerza de trabajo en el país, a esto se le conoce como flexibilización del trabajo en tanto
a términos de contratación y seguridades laborales en general, esto con el fin de dinamizar
al sector privado y a la población económicamente activas, Harvey (2007) alude a que esta
flexibilización produce a un “trabajador desechable”, el discurso sobre la libertad
individual, es un arma de doble filo, que llena de inseguridades al trabajador al no tener
mecanismos, ni formas de defensa frente a su condición “desechable”.
Podemos graficar la precarización laboral y sus conceptos asociados de la siguiente forma
que rodea a la flexibilización del trabajo de la siguiente forma:

Destrucción e infra
El trabajador desechable
valorización de la
puede ser reemplazado
organización obrera
fácilmente por tecnología.
Flexibilización del trabajo

El sistema de protección social,


de responsabilidad de los El abandono por parte Contratos de corta
empleadores y del estado es del estado de las duración y
reemplazado por un “sistema medidas de protección personalizados. La
de responsabilidad individual), social seguridad de la
Venta de la protección social. permanencia indefinida
Seguros y AFP. queda en el pasado

Figura1: Construida en base a información extraída desde Harvey (2007)

La precarización laboral en chile se torna como un macizo muro que trunca el camino de
los individuos hacia el “buen vivir”. Esta forma de Flexibilizar y precarizar la fuerza
laboral lleva también a dividir el mercado laboral en dos sectores, primario y secundario
respectivamente. Según José Molina (2004);

“… el mercado de trabajo está dividido en al menos dos segmentos, uno que presenta
trabajos bien renumerados y/o estables, con protecciones legales y otro constituido
por el resto, mal pagado, irregular y sin protección. Naturalmente, las barreras
de entrada al primer sector son muy fuertes y suelen combinar clase social, nivel de
estudios, procedencia étnica, etc”. (p.82)

El sector secundario está ligado al trabajo informal desprovisto de toda protección social.
Considerando las barreras que existen entre el sector primario y secundario en el mercado laboral y
que es estructurado sobre una de las bases de la economía neoliberal, haciendo referencia a la
flexibilización. ¿Dónde y cómo tendría cabida el inmigrante?
Inmigración en tiempos de neoliberalismo.

Según Garduño (2003) la introducción de la masa inmigrante al trabajo trae consigo una
serie de consecuencias en la configuración del mercado laboral y en la relación con la mano
de obra local. Se conforma de esta manera una nueva división del mercado laboral o del
trabajo, caracterizada por un nuevo tipo de trabajador Muchos autores han trabajado en
torno a estos temas, algunos señalan que, se produce entonces una:

“división del mercado laboral en donde el sector primario está conformado por puestos de
trabajo estables, con buenos sueldos y buenas condiciones de trabajo. El secundario en
cambio se compone de trabajos inestables, con remuneraciones deficientes y, en general, se
trata de empleos de baja calidad” (Piore, 1979; citado en Bonhomme et. Al, 2017:99).

Los nuevos migrantes serian situados entonces en una economía precaria en relación con la
población local. Esto se condice con las características del sistema económico globalizado
actual, en el cual la precarización, flexibilidad, informalización y tercerización de la
economía son sus principales atributos. De tal manera, este modelos económico
hegemónico se vincula así con los crecientes flujos migratorios, convirtiendo a los
migrantes en una mano de obra de fácil acceso y barata, presentando condiciones precarias
de trabajo para los mismos (Stefoni, 2016; en Tijoux, 2016). Nos corrobora así mismo
Canales (2013): “En este contexto de polarización de las ocupaciones, derivado de la
misma globalización económica, en las sociedades avanzadas se estarían configurando
diversos nichos de mercados en los cuales suelen insertarse preferentemente los
trabajadores inmigrantes” (p. 90).

Canales (2013) indica que esta configuración de mercados migrantes, se caracterizarían por
trabajos de baja calificación laboral, bajos salarios, ausencia de marcos regulatorios
formales, además de una muy negativa valoración social asociada y un alto nivel de
desprestigio social. Así señalan Catarino y Oso (2000), como procesos de etno-
estratificación son característicos de la inserción de mano de obra latinoamericana
inmigrante. Se produce entonces “una diferenciación socio-laboral, con base en factores
étnicomigratorios, más que en las credenciales laborales de cada persona” (Canales, 2013:
109).
Conceptos como “circunstancialidad” y “precariedad” se convierten en uno de los
principales al momento de definir la nueva masa laboral conformada por mano de obra
migrante. Así lo entiende Cohen (2004), para quien el carácter circunstancial de estos
fenómenos de inserción laboral pasa a convertirse en una condición intrínseca a los
mismos. “El vínculo precario del trabajador con su trabajo es cada vez más frecuente,
consecuentemente la frontera entre el empleo y el desempleo se torna más difusa,
generando relaciones de producción inestables y de bajo nivel de predecibilidad” (p.25)

Por su parte, precariedad refiere a la condición del inmigrante requerida para su inserción
dentro de esta nueva división del trabajo. Elementos que potencian esta características
pueden ser el desconocimiento del idioma, la nula afiliación sindical, pertenencia a grupos
estigmatizados, el aislamiento social, y el carácter irregular frente a la ley (Bonhomme et.
Al, 2017:100). Aquí, la legalidad vigente respecto a la situación de los inmigrantes cobra
una importante responsabilidad respecto a la condición social del inmigrante, puesto que
“la actual normativa en materia de migración, con más de cuarenta años de existencia, es la
más antigua de la región y no da cuenta de las características de la migración
contemporánea” (Rojas y Silva, 2016: 8); la misma es incapaz de tratar de buena manera las
problemáticas asociadas a estos procesos. Por consecuencia, la negligente legalidad
presente dificulta, en un sentido, la obtención de un contrato, y también sitúa al extranjero
en una posición vulnerable, “teniendo -en ciertos casos- que soportar abusos por parte del
empleador con tal de cumplir los dos años que la ley establece para pedir la permanencia
definitiva.” (Ídem., 2016: 7).

El inmigrante como sustento y víctima de la economía neoliberal

Se ha advertido entonces como "Existe una relación entre la precariedad en las condiciones
laborales y la creciente inclusión de trabajadores migrantes, cuya vulnerabilidad resulta
conveniente para este modelo económico." (Bonhomme et. Al, 2017:95). Respecto a esta
configuración de mano de obra extranjera y estos nuevos “nichos” de mercados migrantes,
el modelo económico neoliberal imperante en Chile (y en casi la totalidad del mundo) se
presenta como consecuente y encuentra su reproducción en los mismos. El trabajo
migrante, entonces, contribuye al desarrollo económico de sociedades como la chilena.
Canales (2013) señala que, en países desarrollados (o en vías de desarrollo) se producen
nuevos fenómenos asociados a un vacío demográfico producto de la insuficiencia
estructural de actuales modelos dirigidos hacia la reproducción demográfica, manifiesto
ampliamente y como tal en el continuo déficit de la población activa económicamente
hablando, presionando al grupo social total a recurrir a mano de obra migrante para cubrir
las ocupaciones que la dinámica económica genera cada año. De la misma forma, se puede
entender la migración como “la apropiación, por parte de los países receptores, del
excedente sustraído directamente de los trabajadores transnacionales y de su trabajo”.
Garduño (2003: 74)

A nivel más global, estos datos nos estarían ilustrando respecto al grado de relevancia que
toma la inmigración laboral para el sostén y mantenimiento del crecimiento económico
según el modelo actual, reproduciendo a gran escala el capital en países desarrollados o en
vías de desarrollo (Canales, 2013). Pues, los migrantes se configuran y constituyen como
una pieza importante dentro del mantenimiento y la reproducción de la economía neoliberal
presente en nuestro país, como mano de obra de bajo costo. Esta misma, es capaz de
permitir el desarrollo económico de países del primer mundo. (Stefoni, 2016; en Tijoux,
2016). Nos señala as Bonhomme, "Migración y trabajo son dos conceptos cuya relación
está a la base del desarrollo de las sociedades industriales y posindustriales." (Bonhomme
et. Al, 2017:96). La relación entre el inmigrante y el sistema neoliberal es profunda y si lo
vemos desde la perspectiva de la inserción a la fuerza de trabajo, solo vemos la punta del
iceberg, como se ha revisado, la precariedad laboral y la división del trabajo existente es
producto de un sistema económico que se estructura y se construye en la desigualdad.

Conclusiones

Retomando la premisa básica sobre economía que propone Karl Polanyi (1973), respecto a
que esta se encuentra imbricada a la vida social en diversos aspectos y no constituye una
esfera independiente de esta última, bajo esta visión podemos ver como el neoliberalismo
como sistema económico hegemónico en chile logra construir estructuras económicas con
incidencia, en este caso negativas, sobre la sociedad, debido a que el neoliberalismo
encuentra sus bases en un discurso lleno de ambigüedades, que facilita la explotación y la
segregación laboral en base a criterios como la condición social, pertenencia, sesgos
raciales etc… Efectivamente observamos como el neoliberalismo logra estructurar un
determinado orden social que va más allá de lo económico, determinando el lugar y la
categorización de los individuos en el orden socio-económico, en este caso, el inmigrante
quien es posicionado en trabajos precarios y categorizado como mano de obra a bajo costo,
es quien vive en carne propia la peor cara de la neo-liberizacion, pues, le es más sinuoso
encontrar un camino hacia la estabilidad dentro de este sistema económico.
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