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Nutrición en la agricultura ecológica

1. Introducción

El contenido de esta esta actividad de aprendizaje describe los temas


relacionados con los fertilizantes orgánicos y biofertilizantes, la forma de aplicarlos
y los beneficios que estos le traen a la agricultura y al ecosistema.

Descripción material del programa de formación

El material de estudio permite comprender los aspectos relacionados con la


actividad de aprendizaje a desarrollar, esto con el fin de que el aprendiz pueda
realizar las evidencias de la mejor manera.

2. El suelo y la fertilidad

El suelo es la base para el crecimiento de organismos vegetales, que


producen materia orgánica por el proceso de la fotosíntesis. La materia
orgánica producida sirve de alimento a las mismas plantas, a los animales y
al hombre. Para que el suelo sostenga plantas debe tener ciertas
condiciones, que se conocen como fertilidad, que depende de varios
factores como los que se describen a continuación. (León, 2006)

1. La disponibilidad de agua: el suelo sin agua como en los desiertos, no deja


crecer las plantas por la falta de este elemento esencial. La calidad del agua
también es importante, si el agua es salada sólo dejará crecer plantas con alta
resistencia a la sal.

2. El espesor del suelo útil: se refiere a la capa de materiales sueltos, es


decir, los horizontes O, A y B. La falta de los horizontes O o A significa
que los suelos son pobres en materia orgánica y en consecuencia, de
poca fertilidad.

3. La cantidad de la materia orgánica presente: la materia orgánica o


humus es esencial para la fertilidad de los suelos.
4. Los organismos vivos del suelo: los organismos vivos del suelo
juegan un rol muy importante en la transformación de la materia
orgánica. Su presencia es indispensable para la fertilidad de los suelos.
Cuando el suelo se contamina, por exceso de pesticidas y fertilizantes
químicos, los organismos vivos se reducen o mueren, lo que afecta la
fertilidad.

5. La capacidad de almacenar las sustancias nutritivas contenidas en


la solución del agua: esta capacidad se conoce como fuerza de
absorción. La mayor capacidad la tienen los coloides del suelo, a los que
pertenecen en primer lugar las arcillas y el humus. Gracias a su carga
eléctrica estos coloides pueden almacenar compuestos minerales
esenciales para las plantas.

Los elementos minerales esenciales son los siguientes:

 Macronutrientes: son aquellos que las plantas requieren en mayores


proporciones para su crecimiento y desarrollo tales como: (carbono -
C, hidrógeno - H, y oxígeno - O); derivados de minerales (calcio - Ca,
magnesio - Mg, y potasio - K); derivados de materia orgánica
(nitrógeno - N); y derivados de minerales y materia orgánica (fósforo -
P, y azufre S).

 Micronutrientes: son aquellos requeridos por los organismos


vegetales en proporciones pequeñas. Por ejemplo: el boro (B), el
cloro (Cl), el cobre (Cu), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el
molibdeno (Mo) y el zinc (Zn).

6. La reacción química del suelo o el pH: es la expresión del contenido


de iones de hidrógeno (H+) y hidroxidrilo (OH-) en el suelo, como
consecuencia de las diversas reacciones químicas. El pH se mide con
potenciómetros de diversos tipos y sobre una escala de 1 a 14. Un valor
menor a 6,5 indica suelos ácidos; entre 6,5 y 7,4 indica suelos neutros;
mientras que un valor superior a 7,0 indica suelos con tendencia
alcalina. Los mejores suelos son aquellos con valores cercanos a pH
neutro. Los suelos demasiado ácidos o alcalinos no son buenos para la
agricultura. Esta condición puede ser corregida mediante técnicas de
preparación, siempre que sea posible y rentable. Cuando es muy caro
para las actividades agrícolas se podrán plantar bosques con especies
adecuadas a esas condiciones. (León, 2006)

Cuando se habla de fertilización se está haciendo referencia a una serie de


técnicas encaminadas a actuar sobre la fertilidad del suelo, definiendo la fertilidad
en agricultura ecológica como la capacidad de un suelo agrícola de mantener un
nivel de producción estable y de calidad dentro de una amplia gama de
condiciones agroambientales, socioeconómicas y culturales, conservando un
estado de alta estabilidad frente a los procesos que implican su degradación
(química, física y biológica).

¿Cómo se nutren las plantas?

Las plantas absorben los nutrientes que las alimentan, principalmente a través de
sus raíces. En este proceso las raíces no actúan como órganos pasivos, sino en
interacción con el suelo y los microorganismos, seleccionan los minerales que
requiere la planta para su desarrollo. Para que pueda darse esa absorción, los
nutrientes deben encontrarse disueltos en agua, elemento que les sirve de
vehículo y que se constituye en una condición esencial para una buena
alimentación vegetal. Cabe destacar que todos estos nutrientes son llevados a las
hojas y es allí donde la planta logra transformarlos en sustancias para alimentarse
o ser almacenados. Además, se puede complementar la nutrición de la planta por
medio de sus hojas, llamándose a este proceso nutrición foliar.

¿Qué nutrientes necesita una planta para crecer?

Las plantas necesitan una gran diversidad de nutrientes para crecer; algunos en
grandes cantidades llamados macronutrientes y otros en menores cantidades
denominados micronutrientes. En el caso de los macronutrientes debe tenerse
presente que si bien se requieren de forma general durante todo el proceso de
crecimiento de la planta, existen momentos críticos en los que no pueden faltar, ya
que afectarían su desarrollo.

A continuación se mostrarán cuáles son los macronutrientes, qué funciones


cumplen y en qué momentos críticos no deben faltar:

Nutriente Símbolo Función Momento crítico


Promueve el desarrollo de
Durante la etapa inicial del
Nitrógeno N las hojas y crecimiento de
cultivo.
los brotes.
Contribuye a la formación Durante la etapa inicial del
Fósforo P de las flores, frutos y cultivo, la floración y la
raíces. maduración del fruto.
Favorece la resistencia de
Durante la maduración de
Potasio K la planta y mejora la
los frutos.
calidad del fruto.
Fortalece la estructura de Durante la floración y la
Calcio Ca
la planta. formación de frutos.
Participa en la construcción
de la clorofila (elemento Durante la etapa inicial del
Magnesio Mg
que hace verdes a las cultivo.
plantas).
Participa en la formación
de semillas y en el
Azufre S Durante la etapa inicial.
desarrollo de vitaminas y
aromas.

Por otra parte, el boro, zinc, hierro, manganeso, cobre y molibdeno son
micronutrientes tan importantes como los macronutrientes, a pesar de que la
planta los requiere solamente en cantidades muy pequeñas, su ausencia puede
limitar el crecimiento de la planta aún cuando todos los macronutrientes estén
presentes en cantidades adecuadas.

El molibdeno es indispensable para que la planta pueda formar sus proteínas, sin
la cual no crecería. Sin embargo, tanto los macronutrientes como los
micronutrientes no podrán ser aprovechados por la planta si la misma no dispone
a su vez de carbono, hidrógeno y oxígeno, elementos que son tomados del aire.
¿Qué sucede cuando le faltan nutrientes a una planta?

Cuando a una planta le faltan los nutrientes no muere, sigue viva, pero reduce su
crecimiento y no se desarrolla, afectándose de manera decisiva la producción y la
rentabilidad del cultivo. En estos casos presenta síntomas que pueden
reconocerse a simple vista como: el color de las hojas, la cantidad de flores y
frutos, el tamaño de las raíces, entre otras características. Sin embargo, para
reconocer estos síntomas se requiere de una gran experiencia y una sólida
formación técnica, por lo que se requiere contar con asesoría especializada.

No es recomendable esperar a que la planta presente estos síntomas, pues


demuestra que ha sido seriamente afectada. Una técnica exacta para conocer el
nivel de nutrición de una planta es el llamado análisis foliar, con este se puede
hacer seguimiento al estado nutricional de la planta, por eso se utiliza mucho en
frutales y cultivos comerciales. Sin embargo, la única manera de abordar
responsablemente el tema de la nutrición de la planta es prevenir, es decir, darle
los nutrientes que necesita de acuerdo a las exigencias del cultivo y según su ciclo
de desarrollo.

Este tema crece en importancia si se recuerda que uno de los problemas más
serios de la agricultura de Colombia es la baja productividad de los cultivos,
originada en gran medida por una mala práctica en la nutrición de las plantas.

Principales síntomas de deficiencia de nutrientes

Clorosis: constituye uno de los principales síntomas de déficit mineral; se trata de


un amarillamiento de las hojas causado por la falta de clorofila. La clorosis puede
manifestarse en todas las hojas, tanto en las más jóvenes o sólo en las más
viejas, también se puede manifestar en las venas o en el espacio situado entre las
mismas. Se produce cuando falta alguno de los componentes que constituyen la
clorofila (nitrógeno o magnesio); otras veces se puede dar por la falta de un
elemento que aunque no forme parte de la clorofila interviene, en su síntesis
(hierro, zinc o manganeso).

Fuente: Facultad de agronomía (s.f.)


Fuente: SENA

Necrosis: es la muerte de alguna parte de la planta (el secado del borde o ápice
de las hojas por ausencia de hierro o el ennegrecimiento y posterior muerte de las
raíces o yemas por deficiencia de boro).

Fuente: Corrales y Schwartz (1994)

Detención en el crecimiento: las plantas pueden dejar de crecer por varias


deficiencias, sin embargo la deficiencia de nitrógeno, fósforo, potasio, boro, zinc,
calcio o magnesio son la principal causa para que una planta deje de crecer.

Falta de producción de frutos y semillas: la falta de minerales puede generar


una pobre producción de frutos y semillas cuando hay deficiencias marcadas de
nitrógeno, calcio, fósforo o potasio.
Fuente: Fotolia (s.f.)

Enrojecimiento de los vegetales: cuando una estructura vegetal adquiere un


color anormalmente rojizo, esto se debe a la formación de antocianinas, es decir
pigmentos que pueden desarrollarse en exceso como consecuencia de una falta
de nitrógeno o fósforo.

Endurecimiento y adelgazamiento de los tallos en herbáceas: las hierbas


pueden desarrollar tallos leñosos y delgados cuando son deficientes en nitrógeno,
fósforo, potasio o magnesio.

Las plantas han desarrollado mecanismos para sobreponerse a las deficiencias


nutricionales de nitrógeno, fósforo y potasio, tales como la movilización de estos
elementos de los tejidos viejos a los nuevos y la elongación de raíces. En
contraste, las plantas al parecer no han desarrollado mecanismo de removilización
en el caso de los microelementos.

Se ha postulado que antes del desarrollo de la agricultura, dichos elementos no


constituían una limitante para el crecimiento y sobrevivencia de las plantas, y que
el nitrógeno y el fósforo eran los nutrientes más limitantes. Con el desarrollo
agrícola y el uso indiscriminado de fertilizantes a base de NPK es posible que se
tornasen más aparentes las deficiencias de microelementos, los cuales no eran
frecuentes en condiciones limitantes de nitrógeno u otros macroelementos.

Los casos severos de deficiencia y exceso de elementos nutritivos causan


insuficiencias en el funcionamiento normal de la planta, las cuales se manifiestan
como síntomas característicos cuando sólo hay un elemento involucrado. Cuando
el problema involucra dos o más elementos, el síntoma es menos claro y a su vez
el diagnóstico se complica. Los análisis químicos foliares y de suelos son
necesarios para diagnosticar correctamente los problemas nutricionales y
corregirlos. Para muchos cultivos existen referencias sobre los niveles adecuados
de elementos que debe contener el follaje.

Los problemas de deficiencia nutricional pueden deberse no sólo a la deficiencia


por sí misma, sino a muchos factores que pueden intervenir con la absorción de
los elementos, como pueden ser las propiedades físicas, el contenido de agua, la
temperatura y el pH del suelo, así como el mal funcionamiento de las raíces
debido al inadecuado crecimiento de la planta o a plagas y enfermedades de
origen biótico.

El diagnóstico visual de las deficiencias nutricionales se basa en los síntomas


específicos y en la posición o edad de las hojas sintomáticas; la deficiencia de
elementos que la planta moviliza de un tejido a otro como NPK y Mg se manifiesta
primero en las hojas más viejas o basales. Por el contrario, si los elementos no
son movilizados fácilmente de un tejido a otro, como el caso del Mn, Fe, S, Cu, Ca
y B, la deficiencia se manifiesta primero en las hojas jóvenes o terminales. Las
deficiencias de Zn y Mo pueden aparecer en hojas viejas o jóvenes según la
especie vegetal y el momento en que se produzca la deficiencia.

Además de los síntomas típicos de la deficiencia en el follaje, la falta de calcio y


boro causan enfermedades comunes con síntomas característicos. La deficiencia
de calcio causa podredumbre del extremo apical de muchos frutos como tomate,
cucurbitáceas y manzana, así como desordenes fisiológicos en almacenamiento
como el punteado amargo de las manzanas. La deficiencia de boro causa necrosis
de la médula del tallo dando lugar a la enfermedad conocida como corazón negro
o tallo negro en varios cultivos; en los frutos causa deformaciones en forma de
múltiples abultamientos en la superficie.

Los niveles excesivos de elementos también pueden causar trastornos


fisiológicos; el exceso de nitrógeno proviene por lo general de un exceso de
fertilizante en este caso puede haber desde hojas grandes, suculentas y más
susceptibles a enfermedades, hasta síntomas específicos de toxicidad como hojas
de color verde oscuro con necrosis marginal.

El exceso de cobre a menudo proviene de la aplicación prolongada de fungicidas


que contiene este elemento; puede haber clorosis y la presencia en algunas
plantas como los cítricos de puntos corchosos en forma de estrella.

El exceso de hierro es común en suelos ácidos tropicales, con altos contenidos de


óxido de hierro y aluminio. La toxicidad de hierro se manifiesta como una
decoloración parduzca de las raíces. En el follaje se presenta a menudo una
deficiencia de manganeso, por el antagonismo entre estos dos elementos.
Debe considerarse las diferentes interacciones entre los elementos a la
hora de valorar un trastorno nutricional. Un exceso de calcio puede causar
síntomas de deficiencia de potasio aunque el contenido de este elemento
en el suelo sea adecuado; una situación similar se da entre el hierro y el
manganeso. (Arauz1998, p. 44)

Prácticas relacionadas con fertilización en la agricultura ecológica

El objetivo es incrementar el contenido de humus y favorecer la actividad de los


microorganismos del suelo, los cuales liberan los nutrientes que posteriormente
absorberán las plantas. Por lo tanto, la base de la fertilización en agricultura es el
abonado orgánico, restos de cosechas, estiércoles, abonos en verde, compost,
purines, algas, entre otras; y en general cualquier material orgánico no
contaminado.

El manejo correcto de la fertilidad va a incidir en la mejora de todos los parámetros


físicos, fisicoquímicos, químicos y biológicos, mediante dos vías que son
complementarias:

1. La encaminada a potenciar el medio vivo encargado de la transformación de la


materia orgánica, de la dinámica de los elementos minerales, de la formación
del humus y de sustancias bioactivadoras de la fisiología vegetal.

2. La encaminada a potenciar el incremento de la disponibilidad de los elementos


minerales para ponerlos a disposición de los vegetales.

Sólo podrán realizarse incorporaciones de fertilizantes orgánicos o minerales en la


medida en que la nutrición adecuada de los vegetales en rotación o el
acondicionamiento del suelo no sean posibles.

Los aportes orgánicos deben formar parte de un diseño de fertilización previsto y


específico para cada situación, teniendo en cuenta las características del
agroecosistema que se maneja.

Como recomendaciones generales en el diseño de la fertilización señalar que:

 Los aportes de estiércol, compost y restos de cosechas le aportan al suelo


nutrientes tanto en calidad como en cantidad y a las plantas nutrientes de forma
equilibrada.
 La utilización de abonos verdes reporta beneficios inmediatos sobre la actividad
metabólica microbiana (por el aporte de materiales ricos en azúcares y
nitrógeno) y actúan sobre la movilización biológica de determinados elementos
minerales y sobre la transformación del humus más estable.

 El uso de cultivos asociados, de policultivos y de rotaciones aumenta la


dinámica de nutrientes en el suelo, al conseguir con sus distintos sistemas
radiculares explorar distintas profundidades en el perfil, además de las
funciones sobre la conservación del suelo, la mejora de la infiltración y la
retención de agua y por otra parte actúa protegiendo el suelo frente a agentes
erosivos.

En agricultura ecológica se utilizan los fertilizantes orgánicos, minerales,


activadores biológicos y en general cualquier material orgánico no contaminado.

La actividad biológica deberá ser mantenida o incrementada mediante:

 “El cultivo de leguminosas, abono en verde o plantas de enraizamiento


profundo, con arreglo a un programa de rotación plurianual adecuado”
(Infoagro, s.f.).
 La incorporación al suelo de abonos verdes orgánicos o subproductos de la
ganadería como el estiércol.

3. Fertilizantes orgánicos

Un fertilizante orgánico es un producto procedente de deyecciones, residuos


animales y/o vegetales, sometido a un proceso de transformación que le otorga la
madurez necesaria para actuar globalmente.

Fuente: SENA
Estiércoles: es el producto de las deyecciones animales (sólidas y líquidas), que
puede ir mezclado con otros materiales absorbentes denominados camas como
pueden ser: paja, cascarilla de arroz, aserrín, helechos, entre otros; o bien sin
mezclar, recogiéndolo y utilizándolo como un producto semisólido lisier o usarlo
líquido o semilíquido como el purín.

Su composición es variable y depender del ganado (raza, edad, dieta recibida y


sistema de estabulación) como de la naturaleza y la cantidad de la cama y de su
manejo posterior (compostajes, transformación anaerobia, modo y época de
aporte).

Como elementos minerales más significativos se tienen:

 El nitrógeno presente en los estiércoles se encuentra mayoritariamente ligado a


la materia orgánica, por lo que una parte de este nitrógeno fijado se liberará con
la mineralización microbiana y otra entrará en la formación del humus y seguirá
su dinámica.

 El fósforo del estiércol presenta una buena disponibilidad para las plantas,
encontrándose la mayor parte de este en forma mineral y de fosfatos de calcio.

 El potasio se encuentra preferiblemente contenido en los orines y en forma


orgánica como sales minerales solubles, lo que implica buena disponibilidad
para los cultivos. También contienen Mg, Ca, Zn, Cu, Fe, Mn, B y Mo en
concentraciones variables.

Además de su composición y del estado en que se encuentre el animal


(alimentación, higiene y hábitat saludable) otro de los puntos que marcará la
calidad agronómica de un estiércol es su manejo, de esta forma un mal manejo se
traducirá en pérdidas de NH3 por difusión a la atmósfera, materia orgánica (por
oxidación en forma de CO2 y H2O) y otros nutrientes (por lixiviación).

Compost o mantillo:

El compostaje ha sido empleado por los agricultores desde hace siglos como un
medio de reutilización de los residuos orgánicos animales y vegetales,
utilizándolos como fertilizante orgánico.

Técnicamente es el proceso de transformación aeróbica de restos orgánicos


vegetales y animales, en condiciones específicas de aireación, humedad,
temperatura y nutrientes donde intervienen microorganismos. Durante la
transformación suceden diferentes etapas lo que concluye en reacciones
diferentes que conducen a la liberación de CO2, agua, minerales y materia
orgánica.

El producto resultante del compostaje es el compost o mantillo, con una


procedencia de materiales orgánicos que no han sido enriquecidos con aportes de
compuestos minerales de síntesis, aunque se permite la adición de oligoelementos
y materias minerales naturales. Por sus altos contenidos en poblaciones
microbianas, también tienen un efecto nada desdeñable como activadores
biológicos del suelo.

Las mismas indicaciones que se hacía para los estiércoles sirven para el compost,
aunque en este caso es muy importante conocer el grado de madurez del
producto para evitar problemas como el bloqueo del N, un desequilibrio en
nutrientes, presencia de elementos fitotóxicos, entre otros.

Tener presente que las mayores diferencias con el estiércol no compostado están
en la proporción de N y en el estado de madurez de la materia orgánica.

Aunque la utilización del compost como fertilizante se extiende a todos los cultivos,
su uso está particularmente indicado en horticultura y en suelos en los que se
desea incrementar la actividad biológica o que estén muy erosionados. Con una
estructura más gruesa, actúa como mulch y es un excelente protector y mejorador
de las condiciones físicas del suelo.

Fertilizantes:

Minerales

Aunque la fertilización orgánica puede permitir en suelos equilibrados una


nutrición completa de la planta, la mayor parte de las veces, sobre todo
durante la reconversión, puede ser necesario equilibrar los contenidos de
ciertos elementos hasta un nivel adecuado que le permita al cultivo no
padecer problemas de desequilibrios nutricionales, corrección de
problemas de acidez, etc. (Martín y Carrasco, s.f.)

Por lo tanto, el abonado mineral se utiliza como un complemento del abonado


orgánico; el abono mineral está compuesto por rocas naturales trituradas, que se
hacen disponibles a las plantas lentamente a medida que son atacadas por los
microorganismos del suelo.
Calizas

El calcio no se considera habitualmente como un elemento fertilizante ya que la


tendencia de mantener unas condiciones satisfactorias de calcio edáfico mediante
encalado de corrección y de conservación, son suficientes para cubrir las
necesidades de calcio en la planta, siendo considerado preferentemente como una
enmienda. Sólo la corrección de la acidez exige neutralizar los ácidos de la
solución del suelo, utilizando para este fin frecuentemente compuestos de calcio
(encalado).

En agricultura ecológica se pueden utilizar como enmiendas calizas y una gran


variedad de productos como: piedras calizas molidas, dolomitas y yeso.

Fosfóricas

En el suelo no existe fósforo libre, sino combinado en forma de fosfatos de


diferente naturaleza y estado; en la agricultura ecológica se puede utilizar para la
fertilización fosfórica de diversos productos como: el fosfato natural blando
(fosfatos naturales molidos), el fosfato aluminocálcico también llamado fosfato de
cal o calfos, escorias de desfosforación o escorias thomas.

Potásicas

El potasio en el suelo puede proceder de aportes orgánicos o de la transformación


de los compuestos minerales de los silicatos en los que el potasio se librera más
lentamente y de los minerales sedimentarios con una liberación más rápida.

Magnésica

El origen del magnesio en el suelo se debe al aporte orgánico y a la meteorización


de las formas minerales que lo contienen (silicatos, carbonatos, sulfatos y
cloruros).

Los aportes de magnesio en agricultura ecológica pueden provenir de abonos


orgánicos (estiércol) y por las enmiendas minerales naturales como cal dolomita,
escorias thomas y demás enmiendas.

Azufre

Su origen puede ser edáfico por la descomposición de minerales azufrados o por


el arrastre de las aguas de lluvia y nieve; sólo se permite el uso de azufre de
origen natural, el procedente de la descomposición de la roca madre.
Activadores biológicos

Son aquellos productos ricos en organismos vivos o en determinados principios


minerales y orgánicos, así como los preparados biodinámicos que tengan un
efecto dinamizador del suelo y de los procesos biológicos del compost.

Dentro de los activadores del compost se pueden tener la presencia de los


carbonatos de calcio en forma de cal dolomita y los fosfatos, que en general
enriquecen en el elemento que aportan a la mezcla.

También los activadores del compost de origen microbiano activan la vida


microbiana del suelo mejorando la mezcla a compostar, obteniendo productos
como polvo de sangre o purín de ortigas que equilibran la relación C/N.

Biofertilizantes líquidos fermentados sencillos o enriquecidos con uno,


cuatro o diez minerales

En esta parte se presenta como llevar a la práctica los principios y el sustento


científico de la trofobiosis. Una alternativa es el trabajo de elaboración, proceso y
aplicación de diferentes abonos orgánicos líquidos fermentados denominados:
biofertilizantes líquidos fermentados, en otros términos se trata de la
preparación de los llamados quelatos, que en su definición más sencilla es la
unión o enlace de los materiales biológicos u orgánicos con los minerales para
formar sustancias nutritivas reducidas asimilables por las plantas y utilizadas en
sus funciones metabólicas.

Definición

Bio de vida y fértil de productivo y fructífero: biofertilizante. En este orden de ideas


los biofertilizantes son excelentes abonos orgánicos líquidos enriquecidos
armónicamente con minerales, enzimas, vitaminas y cargados de mucha energía.

Los biofertilizantes son producto de fermentaciones aerobias y anaerobias, que


tienen como base el estiércol fresco de vacas sanas disuelto en agua. Son
fermentaciones dinamizadas con la adición de leche, sueros, melaza, mieles,
cenizas vegetales, harinas de rocas, minerales sulfatados, marmolinas, rocas
fosfóricas y diversos materiales que se encuentren a disposición en regiones
específicas y se han adecuado técnicamente en la práctica de la agricultura
orgánica.
Objetivo de los biofertilizantes

Los biofertilizantes funcionan al interior de la planta como se vio en la trofobiosis.


Activan la armonía nutricional constituyéndose como el principal mecanismo de
defensa de la planta ante situaciones extremas desfavorables. Los biofertilizantes
contienen: ácidos orgánicos, hormonas vegetales naturales, vitaminas, enzimas,
coenzimas, carbohidratos y una amplia gama de minerales; producto de una serie
de reacciones biológicas, bioquímicas, físicas y energéticas integradas.

Los biofertilizantes líquidos fermentados tienen la función de nutrir, recuperar y


reactivar la vida del suelo.

4. Biofermentación

Fuente: Suchini (2012)

Los microorganismos transforman los materiales orgánicos, como el


estiércol, el suero, la leche, el jugo de caña o de frutas, las pajas y las
cenizas, y producen vitaminas, ácidos y minerales complejos
indispensables para el metabolismo y perfecto equilibrio nutricional de la
planta.

Las sustancias que se originan a partir de la fermentación son muy ricas en


energía libre, y al ser absorbidas directamente por las hojas tonifican las
plantas e impiden el desarrollo de enfermedades y el constante ataque de
insectos. (Ferrufino, 2007)

La palabra fermentar proviene del vocablo latino fermentare que significa: hervir.

Cuando se realiza una fermentación en cualquier campo, sucede una situación de


sinergia, esto quiere decir que el producto resultante de la fermentación puede ser
10, 100 o más veces beneficioso que la suma de los elementos originales que se
pusieron a fermentar. Por ejemplo un vaso de yogurt es 20 veces más beneficioso
que un vaso de leche, ya que contiene microorganismos que son importantes para
la flora intestinal de los seres humanos. Lo mismo sucede con los abonos
biofermentados.

Los resultados del proceso indican que para el caso de los minerales agregados,
estos son de 10 a 1.000 veces mayores a la cantidad que se utilizó al comienzo de
la biofermentación. Sucede un fenómeno de biomagnificación de los productos del
proceso: minerales, microorganismos, hormonas naturales y demás procesos.

Las culturas orientales muy conocedoras de esta situación, son las mayores
consumidoras de alimentos preparados a través de los procesos de la
fermentación de varios componentes naturales, con preferencia basados en
fermentaciones de la soya, el arroz, lo pepinillos y las coles.

La fermentación es un proceso natural y es una de las más importantes


herramientas biotecnológicas de la agricultura ecológica. Las fermentaciones son
en su esencia procesos sencillos; la agricultura ecológica lo que hace es promover
este proceso enriqueciéndolo y dinamizándolo con la utilización de diversos
elementos de origen natural.

Como en todo, la calidad de los biofertilizantes fermentados depende igualmente


de la calidad de los ingredientes utilizados, de cómo se mezclan y de darles un
adecuado proceso en tiempo y espacio en que se realiza. Todos los materiales y
elementos, ya sean minerales orgánicos o biológicos utilizados en la elaboración
de biofertilizantes líquidos fermentados, son aprobados en las listas y reglamentos
de la agricultura orgánica o ecológica.

Sustancias que contienen los biofertilizantes enriquecidos con uno o varios


minerales

En los biofertilizantes fermentados se pueden encontrar:


 Tiamina: (vitamina B) nutre el metabolismo de los carbohidratos y la
función respiratoria. Desempeña un papel importante en la trofobiosis.

 Pirodoxina: (vitamina B6) es biosintetizada por microorganismos,


principalmente las levaduras.

 Ácido nicotínico: (vitamina B3) también conocida como niacina, es


precursor de enzimas esenciales al ciclo de la respiración y al
metabolismo de los carbohidratos.

 Riboflavina: (vitamina B2) Promueve el crecimiento mediante la acción


de oxirreducción. Producida por muchas bacterias y unida al ácido
fosfórico, forma coenzimas como la flavina adenina-di nucleótido (FAD)
o la flavina adenina mononucleótico (FMN), también denominadas de
fermentos respiratorios amarillos, con importante acción sobre el
metabolismo de las proteínas y de los carbohidratos.

 Ácido ascórbico: (vitamina C) resulta de la fermentación microbiológica


de la glucosa a través de Bacillus y Aspergillus.

 Ergosterol: (Vitamina E) los biofertilizantes que se preparan con suero de leche


o con la propia leche producen un buen contenido de ergosterol.

 Aminoácidos: los biofertilizantes tienen todos los aminoácidos posibles,


producidos por los microorganismos en cantidades muy variables, formando
macromoléculas de acción muy importante en las aplicaciones foliares.

 Ácidos orgánicos: entre los que se destacan; acotiníco, carólico, fumárico,


gálico, cítrico, láctico y fúlvico.

 Elementos: nitrógeno, potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio, azufre, cloro,


silicio, litio, vanadio, cobre, molibdeno, plata, cromo, zinc, selenio, estroncio,
cobalto, plomo, níquel, cesio, bario, estaño y bromo.
En los biofertilizantes también se pueden encontrar: hormonas, hongos, bacterias
y levaduras.

Todos los anteriores componentes juegan un papel muy importante para lograr la
producción de cultivos sanos, saludables y resistentes (inmunes) al ataque de
enfermedades y plagas.

Preparación de biofertilizantes

La tarea de la agricultura orgánica consiste en generar día a día las condiciones o


estado de proteosintesis en las plantas. Una de las alternativas más importantes
que utiliza, es la preparación y aplicación de biofertilizantes líquidos mineralizados.

En sus comienzos en la década de los años 70 se les denominaron también como


caldos trofobioticos, en razón a su función. Hoy día se ha extendido su uso
principalmente en Brasil, México y Centroamérica, en Alemania hay empresas que
los elaboran industrialmente por medio de grandes tanques fermentadores con
mecanismos de agitación permanente.

Calificados equipos de biólogos al servicio de las empresas, escudriñan palmo a


palmo la naturaleza en busca de las especies más eficientes de bacterias, hongos
y actinomicetos, participantes en las fermentaciones, para obtener nuevos y
mejores productos en el campo de la nutrición y la agricultura ecológica.

Varias organizaciones han promovido su investigación, preparación y evaluación


de las aplicaciones en campo como lo son: la Fundación Juquira Candirù de Rió
Grande Do Sul- Brasil, el SIMAS (Servicio de Información Mesoamericano sobre
Agricultura Sostenible), la Fundación GAIA de Brasil y la Universidad Estatal de
Costa rica.

Biofertilizante sencillo

Para preparar 180 litros del biofertilizante sencillo se requiere de los siguientes
elementos y materiales:

Agua limpia sin tratamientos 80 litros


Estiércol fresco de vacuno sano 50 kilos
Leche cruda de vaca sana 4 litros
Suero 1 litros
Melaza 3 kilos
Miel de caña o jugo de caña 10 litros
Ceniza de leña 6 kilos

Además de los materiales se necesita una caneca o tanque plástico de color


oscuro con tapa y cierre de suncho metálico con una capacidad de 200 litros y una
válvula para la salida de los gases (metano y sulfhídrico) que se forman en el
tanque durante la fermentación.

Diagrama de elaboración biofertilizante sencillo

El estiércol debe ser


En una caneca disolver 100 L de preferiblemente el recogido en
agua y 50 kg de estiércol fresco. la mañana para que esté bien
fresco.
Adicionar agua limpia en un balde
plástico y agregarle melaza o miel
de caña, leche o suero.

Completar el volumen de la
caneca.

Tapar herméticamente y colocarle


el sistema de válvula que permita
la evacuación de gases.

Colocar el recipiente a la sombra


en sitio aireado y protegido de
lluvias y del sol.

Dejarlo fermentar un tiempo


mínimo 20 a 30 días para que
haya fermentación anaerobia.
Este tiempo es prolongado de 60
a 90 días.
Aplicación y recomendaciones

 Para aplicaciones al follaje utilizar de 10 a 20 litros del biofertilizante disuelto en


200 litros de agua. Esto se hace a una concentración del 5% al 10%.
 Para tratamientos al suelo se recomienda utilizar de 15 a 30 litros del preparado
disueltos en 200 litros de agua. Aplicar a la base de la planta o en la corona del
árbol. El suelo debe estar húmedo y protegido por coberturas vivas o con
rastrojos.

Nota: para las aplicaciones foliares colar bien el fertilizante antes de agregarlo
al tanque, para evitar que se tapen las boquillas.

Biofertilizantes líquidos fermentados enriquecidos con un mineral específico

La biofermentación se puede realizar a base de un solo mineral para suplir las


necesidades específicas de un suelo o las que se dan en determinadas épocas en
un cultivo.

Biofertilizante líquido fermentado a base de potasio

1. Como base se prepara la misma mezcla que se realizó en la fabricación del


biofertilizante sencillo.
2. Se enriquece la microbiología agregando 500 gramos de levadura en pasta o
200 gramos de levadura seca activa.
3. A la caneca de 200 litros se le mezclan 4 kilos de sulfato de potasio (K2SO4)
haciendo una pre-mezcla en agua. El sulfato de potasio contiene de un 45% a
50% de potasio.
4. Igualmente se tapa herméticamente la caneca y se instala la válvula.
5. El proceso de fermentación se realiza en un periodo de 45 a 60 días.

Funcionamiento del biofertilizante y su aplicación

 El potasio se aplica especialmente al inicio del llenado de frutos ya que


contribuye a la formación y acumulación de sustancias de reserva.
 El potasio es un factor de resistencia de la planta a condiciones adversas como
son las heladas o las sequías prolongadas. Aplicar como refuerzo cuando se
prevén estas circunstancias.
 Es activador importante de la enzima enolasa y de procesos enzimáticos que se
realizan en el metabolismo de los carbohidratos.
 El potasio da dureza a los tejidos vegetales constituyéndose como otro factor de
resistencia contra el ataque de plagas y enfermedades.
 Para tratamientos foliares se utilizan concentraciones del 7% al 10% cada 10 a
15 días en épocas de cosecha.
 En aplicaciones al suelo usar concentraciones del 10% al 15% con un intervalo
de 20 a 45 días entre tratamientos.

Nota: se encuentran importantes contenidos de potasio en las cenizas de madera


y en especial en la cascarilla de arroz calcinada (ceniza de cascarilla de arroz).

El potasio se halla en la naturaleza en forma libre o formando varios compuestos


incluido el sulfato de potasio en mención y en las rocas de origen potásico. Los
principales yacimientos de compuestos potásicos se encuentran en Alemania,
Francia y España.

Los biofertilizantes a base de un solo mineral, se pueden preparar también de


boro, magnesio y zinc principalmente o de otros elementos según las necesidades
del suelo y de la planta.

Biofertilizante de boro

El boro (B) no se encuentra libre en la naturaleza. El compuesto natural más


importante y usado en los biofertilizantes es el ácido bórico o bórax borato sódico
B2ONa2 (boro, oxígeno y sodio).

El boro es el responsable de activar procesos enzimáticos relacionados con la


formación y acumulación de hidratos de carbono, por lo tanto es considerado un
elemento de cosecha que mejora el contenido de azúcares y el desarrollo de los
frutos. Es necesario para el crecimiento de nuevas células, indispensable para la
síntesis de las proteínas, ya que es activador enzimático e interviene en el proceso
de polinización y cuajamiento de frutos.

Para preparar el biofertilizante a base de boro, se elabora como en el caso


anterior, la mezcla base del biofertilizante sencillo y se agregan dos kilos de bórax
(nombre comercial). Después se deja fermentar anaeróbicamente durante 45 días
y se aplica en aspersiones al follaje a concentraciones del 5% al 7% o en
aplicaciones edáficas del 10% al 12%.

Biofertilizante completo súpermagro enriquecido con diez minerales

Iniciar con el biofertilizante sencillo, pasar a los mineralizados con un solo


elemento y después a los de cuatro (boro, zinc, magnesio y cobre), para llegar a
preparar fórmulas completas como el súpermagro, se deben dar pasos en la
evolución de las prácticas agroecológicas.
La adición de varias sales minerales de B, Zn, Mg, Fe, Co y otros elementos a los
biofertilizantes es una opción válida si se tiene fácil acceso a estos materiales y
cuando es necesario según los requerimientos que evidencien el análisis de
laboratorio de una muestra de suelo.

La forma de preparar este biofertilizante fue desarrollada por el agricultor brasileño


Delvino Magro con el apoyo del Consultor en agroecología Sebastiao Pinheiro de
la fundación Juquira Candirù con sedes en Brasil, Colombia y México. Tecnología
que hoy es bastante conocida y aplicada en toda clase de cultivos, sin patentes ni
propiedad intelectual, está a disposición de todos los agricultores.

Biofertilizante súpermagro (fórmula completa)

Ingredientes

1. Agua limpia y sin tratamientos químicos. 180 litros


2. Estiércol fresco de vacuno sano. 50 kilos
3. Melaza. 10 kilos
4. Miel de caña (remplaza la melaza). 20 litros
5. Leche. 15 litros
6. Suero (remplaza la leche). 30 litros
7. Levadura. 1 libra
8. Roca fosfórica o fosfatada. 5 kilos
9. Ceniza vegetal. 10 kilos
10. Sulfato de zinc. 2 kilos
11. Cloruro de calcio. 2 kilos
12. Sulfato de potasio. 2 kilos
13. Sulfato de magnesio. 2 kilos
14. Sulfato de manganeso. 300 gramos
15. Sulfato de cobalto. 50 gramos
16. Molibdato de sodio. 100 gramos
17. Bórax. 1.5 kilos
18. Sulfato ferroso. 300 gramos
19. Sulfato de cobre. 300 gramos
Diagrama de elaboración biofertilizante súpermagro con fermentación
anaeróbica en una sola caneca

En una caneca de 200 litros mezclar en 150 litros los ingredientes hasta el
número 7.

Agitar hasta homogenizar bien la mezcla.

Tapar y dejar en reposo durante 4 días.

Cada cuatro días se saca en balde la premezcla y se agrega un mineral en el


orden establecido en la lista de ingredientes.

Al día 40 cuando se ha terminado la fermentación y se le han agregado todas


las sales minerales completar la caneca hasta 50 litros.

Taparla instalando una válvula para la salida de gases.

Dejar fermentando de 20 a 30 días ubicándolo en un sitio protegido del sol y las


lluvias.

Nota: realizar aplicaciones foliares en dosis que van del 2% al 10% de acuerdo
con la especie de cultivo y la época de desarrollo.
Recomendaciones para la aplicación en algunos cultivos

 Tomate de mesa: dosis del 2% al 5%, realizar 12 aplicaciones durante todo el


ciclo de vida del cultivo.

 Cafetales: dosis del 4% al 6%, realizar de 12 a 16 aplicaciones durante todo el


ciclo del cultivo.

 Hortalizas de hojas: en general usar dosis del 3% al 5%, realizar 8


aplicaciones durante todo el ciclo vegetativo de los cultivos.

 Papa: utilizar concentraciones del 6% al 12%, realizar 8 aplicaciones en todo el


ciclo del cultivo.

 Frutales: dosis del 7% al 10%, realizar aplicaciones durante todo el ciclo de


producción hasta el final de la cosecha.

 Semilleros o viveros: utilizar dosis bajas de 2% al 3% durante el desarrollo del


semillero hasta 8 días antes del trasplante.

 Praderas (pastos): concentraciones del 4% al 5% durante todo el ciclo; en


pastos de corte intensificar después de cada corte.

Nota: no existen recetas ni fórmulas únicas para elaborar el súpermagro o


cualquier otro biofertilizante líquido fermentado. Igualmente las dosis
recomendadas pueden variar según las condiciones del suelo, clima y cultivo en
que se vaya a aplicar.

Es posible con creatividad evaluar nuevas formulaciones e ingredientes como


también las dosis, frecuencias y formas de aplicación.

Preparación del biofertilizante súpermagro en diez recipientes

Utensilios a utilizar:

 Diez baldes con capacidad cada uno de 20 litros y recipientes reciclados de


cinco galones con tapas.
 Una caneca de 200 litros de capacidad, todos los recipientes deben ser de
plástico, para evitar reacciones nocivas de las sales minerales con materiales
metálicos.
 Se usan todos los ingredientes propuestos en la lista de la fórmula completa.

Diagrama de elaboración de súpermagro

En la caneca de 200 litros y en 150 litros de agua, se hace la mezcla base


integrada por todos los elementos de la lista hasta el número 7.

Esta mezcla se reparte proporcionalmente en cada uno de los diez baldes, 15


litros por cada uno.

En cada balde se agrega un mineral de los de la lista, identificando el


recipiente con el nombre del mineral que le corresponda: B, Fe, entre otros.

Cada mezcla se agita diariamente y se mantienen tapadas en un lugar


protegido del sol y la lluvia.

Dar en estas condiciones de 20 a 30 días de proceso de fermentación.

Al día 30, uno a uno el contenido de los baldes se mezclan en la caneca de


200 litros y se completa su volumen con agua agitando vigorosamente.

En este momento el biofertilizante puede empezar a ser usado o se le pueden


dar otros 10 días de maduración en la caneca grande. El preparado entre más
maduro y añejo es de mejor calidad.
La calidad de los biofertilizantes líquidos fermentados

Para verificar la calidad del biofertilizante se analizan las siguientes


características:

Olor: al destapar la caneca no debe existir olores fétidos u olores a putrefacción.


El olor de un biofertilizante de buena calidad debe ser agradable como el de una
fermentación alcohólica. El mejor aroma de un biofertilizante se capta cuando este
ha sido añejado o madurado por varios meses, hasta diez o un año.

Color: cuando el biofertilizante se ha añejado se forma en la superficie una nata


blanca que indica buena calidad. El color del líquido será ámbar brillante y
traslucido, en el fondo de la caneca se debe encontrar algún sedimento. Cuando
los preparados no están bien maduros, la nata superficial es de color verde y el
líquido verde turbio, lo cual no significa que el biofertilizante sea de mala calidad.

El biofertilizante será de mala calidad cuando presente un color verde azulado y


oscuro tendiendo a púrpura. La mejor calidad de los preparados se observa
cuando se le da el tiempo de maduración y añejamiento necesario y de esta forma
es más estable para su almacenamiento.

Reiterar que la calidad de los biofertizantes líquidos fermentados en particular y


todos los insumos ecológicos en general, dependen de la calidad de los materiales
utilizados y del adecuado proceso que se les dé, en este sentido todos los
agricultores están en capacidad de elaborar biofertilizantes líquidos fermentados
de calidad en sus fincas.

Beneficios que se alcanzan con la preparación y aplicación de


biofertilizantes

 Utilización de materiales que se tienen en la finca (reciclaje).


 Utilización de insumos externos de bajo costo y de fácil consecución.
 Tecnología fácil de ejecutar.
 El impacto de las aplicaciones se observa a corto plazo.
 Mejora en la calidad nutricional de las cosechas.
 Eliminación de residuos tóxicos en los alimentos.
 Eliminación de los factores de riesgo para la salud de los trabajadores.
 Mejoramiento y conservación del medio ambiente.
 Abaratamiento de los costos de producción.
 Aumento de la rentabilidad.
 Autonomía en la producción.
5. Referencias

 Arauz, L. (1998). Fitopatología un enfoque agroecologíco. San José, Costa


Rica: Universidad de Costa Rica.

 Corrales, M. y Schwartz, H. (1994). Problemas de producción de fríjol en los


trópicos. (2a Ed.). Cali, Colombia: Centro Internacional de Agricultura Tropical.

 Facultad de agronomía. (s.f.). Deficiencias de nutrientes. Consultado el 09 de


octubre de 2014, en
http://www.fagro.edu.uy/~forestal/cursos/proteccion/Deficiencias.pdf

 Ferrufino, M. (2007). Uso de sustratos líquidos orgánicos reforzados para la


fertilización en banano. Guácimo, Costa Rica: Universidad EARTH.

 Fotolia. (s.f.). Tomato cultivating in green house. Consultado el 04 de octubre de


2014, en http://co.fotolia.com/id/64811679

 Infoagro. (s.f.). Normas de producción de agricultura ecológica. (1ª parte).


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 León, A. (2006). Nueva edafología. (3a Ed.). México, México D.F: Fontamara.

 Martín, F. y Carrasco, I. (s.f.). La fertilización mineral en agricultura ecológica.


Consultado el 09 de octubre de 2014, en
http://www.navarromontes.com/manual.aspx?man=24

Control del documento

Nombre Cargo Dependencia Fecha


Centro Agroecológico y
Deyanira Experta Julio de
Autor Empresarial
Gutiérrez Díaz temática 2012
Regional Cundinamarca
Paola Andrea Guionista -
Centro Agroindustrial Octubre
Adaptación Bobadilla Línea de
Regional Quindío de 2014
Gutiérrez producción

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