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El cerebro de las moscas funciona a más velocidad que el mejor de los ordenadores actuales, según
acaban de demostrar científicos del Instituto de Neurobiología Max Planck, en Alemania. En
concreto, el diminuto cerebro de estas acróbatas aeronáuticas es capaz de procesar visualmente
varios movimientos en sólo una fracción de segundo. De ahí que resulte tan difícil atraparlas.
Analizando el cerebro de la mosca Drosophila melanogaster, Dierk Reiff y sus colegas han
descubierto que en una sexta parte de un milímetro cúbico de su cerebro tiene más de 100.000
células nerviosas, cada una con múltiples conexiones con las células vecinas.
Para estudiar el funcionamiento de estas neuronas, los investigadores las impregnaron con
marcadores fluorescentes y descubrieron que existen unas determinadas células nerviosas,
llamadas células L2, que reciben información desde los fotoreceptores de los ojos y reaccionan
según aumente o disminuya la intensidad de la luz circundante. En base a ese "simple" estímulo
luminoso, las moscas son capaces de calcular en milésimas de segundo cuál es la dirección del
movimiento que se produce a su alrededor y de mandarla rápidamente al sistema de control del
vuelo, para escapar a toda velocidad si hay alguna amenaza cerca.
ESTÍMULOS Y RESPUESTAS
Un estímulo es aquello que genera reacción en un ser vivo. Hace que este mismo tome
información del ambiente y genere una respuesta.
Una respuesta es lo que hace el individuo en reacción al estimulo.
Los receptores son los que reciben el estímulo. Existen distintos tipos de receptores
TROPISMO Y NASTIAS:
Para desplazarse, capturar a las presas, defenderse, huir, etc., muchos animales han desarrollado
unos sofisticados órganos sensoriales con los que detectan estímulos específicos; unos complejos
sistemas de coordinación nerviosa y química con los que procesan la información y elaboran
respuestas, y unos efectores con los que ejecutan las respuestas; por ejemplo, los sistemas de
locomoción, que les permiten correr, nadar, saltar, etc.
Los receptores
En los animales, los receptores son unas células especializadas capaces de percibir determinados
estímulos. Los receptores pueden ser simplemente células nerviosas o grupos de células sensitivas.
A veces, los receptores forman parte de estructuras complejas muy especializadas que reciben el
nombre de órganos sensoriales.
Tipos de receptores:
Algunos animales, como los murciélagos y las ballenas son capaces de orientarse y localizar a sus
presas, aún en total oscuridad, gracias a un tipo de percepción de objetos a distancia
llamado ecolocación. Estos animales emiten ultrasonidos, estos rebotan en
los obstáculos y regresan a los oídos, lo que permite al animal determinar su localización.
los fotorreceptores: Algunos son muy sencillos, como los ocelos de las medusas, que solo detectan
la luz y algunos colores. Otros son más complejos, como los ojos compuestos de los
insectos formados por numerosos ojos simples, los omatidios, que ofrecen al animal una visión en
mosaico. Los más complejos son los ojos de los vertebrados, que agrupan los fotorreceptores en
una membrana llamada retina. Por ejemplo los ojos de las moscas.
Los mecanorreceptores: En los animales invertebrados, están distribuidos por la superficie corporal,
la boca, las antenas y las patas. En los animales vertebrados, los mecanorreceptores del tacto y del
dolor están en la piel, y los acústicos y del equilibrio, en el oído. En los peces, la línea lateral es un
receptor que percibe las vibraciones del agua e informa al animal de los movimientos de otros
animales de su entorno.