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Sinopsis
U
n aumento repentino de violencia y la frecuencia de los
ataques de lobos en el bosque circundante a Piera tiene a
todos los residentes al límite.
Ruby:
Lowell:
Rafe:
Rafe no tuvo más remedio que irse tres años antes, a pesar de
compartir un beso desgarrador con Ruby su mejor amiga de toda la vida.
Ahora, él está de vuelta... y está dispuesto a luchar por lo que quiere.
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Índice
Sinopsis ......................................................................................................................2
Índice ..........................................................................................................................3
Parte I .........................................................................................................................4
Regreso a Casa ......................................................................................................... 4
Parte II ..................................................................................................................... 39
El Lobo .................................................................................................................... 39
Parte III .................................................................................................................... 55
En los Bosques ..................................................................................................... 55
Parte IV ................................................................................................................... 76
La casa de la abuela ............................................................................................. 76
Parte V .................................................................................................................... 85
En el Fin ................................................................................................................... 85
Nota del Autor...................................................................................................... 90
Snow White ............................................................................................................ 91
Cindy C. Bennett ................................................................................................... 92
Agradecimientos ................................................................................................... 93
¡Visítanos! ............................................................................................................... 94
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Parte I
Regreso a Casa
—O
ye, Roja, espera.
—Lowell, te he dicho lo mucho que odio ser llamada Roja. ¿Por qué
insistes?
Maldijo a sus padres una vez más por pensar que eran tan
inteligentes al nombrar a su pelirroja hija Ruby.
Ella suspiró.
—Eres tan...
Lowell se metió las manos en los bolsillos del pantalón. Mientras ella
se alejaba, dijo sombríamente—: Pensé que te interesaría saber que mi
hermanito está volviendo a casa.
—Mañana.
—Bien. Eso es bueno. Será bueno volver a verlo. Dile que pase por la
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tienda y salude.
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Sin mirar a Lowell otra vez, ella se alejó. Lo escuchó murmurar—: No
estás engañando a nadie. —Pero no le hizo caso, no estando de humor
para enfrentarse a él. No sobre esto.
Rafe.
Volviendo a casa.
—Uf, lo siento.
Marina se acercó y tomó uno de los pastelitos que tenía una flor
púrpura muy ladeada hundiéndose en la parte superior.
—¿Qué chica?
—Ha estado fuera tres años. No ha vuelto a casa ningún otro verano.
—¿Y?
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—Y, ¿por qué ahora? —dijo Ruby, agitada. Se puso de pie y empezó
a pasear—. No hay nada para él aquí, ya no. Si él viene a casa,
probablemente hay sólo una razón.
—Si hay una cosa que no eres, es una idiota. Yo no contrataría a una
idiota para que me ayude a crear mis creaciones de fama mundial.
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Marina bromeaba, pero ella decía la verdad. Sus pasteles y
bizcochos eran enviados por todo el mundo, y pagados por primas. Sólo
aquí en Piera los vendía por el precio casi libre de un dólar el bizcocho,
una torta entera por ocho dólares, o los pasteles de boda que siempre se
les daba como regalo de Marina a la pareja.
Por alguna razón, la gente asumió que Ruby tenía idea del retorno
de Rafe. ¿Cómo podían saber que ella no había hablado con él en más
de un año? Aún así, cada vez que alguien le preguntó acerca de su
regreso, se le hizo un nudo en el estómago y su corazón se retorció.
Lowell salió del lado del conductor, pero los ojos de Ruby estaban
pegados al lado opuesto del vehículo. Se abrió la puerta y salió Rafe,
mirando hacia el lado opuesto. El sol se reflejaba en su cabello corto y
rubio oscuro. Se dio la vuelta y el corazón de Ruby se detuvo. Habría sido
demasiado esperar que él se hubiera convertido en un ogro durante su
tiempo fuera, supuso. En cambio, él se veía mejor que nunca.
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Unas gafas de sol ocultaban sus ojos, pero ella sabía exactamente
cómo se veían. Como si pudiera olvidarlo. De un marrón incluso más oscuro
que los de Lowell, bordeados de largas pestañas oscuras. Ojos que
sonreían. Su mandíbula tan firme que incluso a la de Lowell daría
vergüenza, terminando en una barbilla con la más mínima fisura. Hombros
fuertes y anchos, más aún que los de su hermano, con brazos musculosos
que daban prueba de su formación en la granja. Sus ojos se posaron en sus
labios que… ella rápidamente obligó a sus pensamientos alejarse de eso. Él
y Lowell parecían similares, era bastante fácil de decir que eran hermanos,
pero Rafe era como Lowell hasta el décimo grado en cuanto a ella se
refería. Él miró hacia la tienda, dio un paso hacia delante y… se congeló.
Se quitó las gafas de sol y su mirada se clavó en la de ella a través de la
ventana. Largos momentos pasaron mientras Ruby trataba de recordar
cómo respirar.
—Es la mejor manera de ser recibido a casa —dijo él mientras sus ojos
recorrían el contenido—. ¿Cómo se supone que voy a decidir?
Los ojos de Rafe fueron hasta Ruby y ella arrastró los pies con timidez.
Ella quería. Cómo quería. En cambio, dijo—: No, gracias. Estoy segura
de que a tu familia le gustaría tenerte sólo para ellos.
Rafe yéndose hace tres años atrás había estado a punto de matarla.
El intenso rechazo y la agonía posterior de tratar de olvidarlo se aferraba
aún vívidamente a ella como si hubiera ocurrido la semana pasada. Él no
estaba aquí para quedarse. Sólo estaba de visita, ¿no? La apertura de
esta lata de sorpresa en particular parecía una idea realmente mala.
—Está bien. —No podía admitir que había estado de pie allí durante
quién sabe cuánto tiempo—. Los pastelitos se salvaron, de todos modos. —
Ella levantó la caja.
—Dudo que los trajera para ti —dijo Otsana, bofeteando las manos
de Lowell cuando las metió en la caja para recuperar uno de los pasteles
pequeños—. Puedes tener uno después de la cena. Saca tus patas de allí.
—Ella tomó la caja de Lowell mientras él la miraba con la boca abierta.
Ulric—. Pon eso lejos, cariño. —Ella tomó la mano de Ruby y tiró de ella
hacia el sofá—. Vamos, Ruby. Rafe y yo estábamos viendo fotos viejas.
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Al pasar junto a Rafe, él finalmente le dio una pequeña sonrisa,
levantando sus enormes hombros en un encogimiento de hombros. No
tuvo más remedio que sentarse al lado de Otsana en el sofá. Lowell
caminó hacia ellos. Rafe se movió rápidamente para sentarse en el otro
lado de Ruby, obligando a Lowell a sentarse en la silla de enfrente. El sofá
no era pequeño, pero no podía dar cabida a la corpulencia de los dos
muchachos Wolfe junto con Ruby y su madre.
invitada. Seguramente puedes fingir tener modales mientras ella está aquí.
—¿Escuchaste eso?
—Gracias, Rafe.
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Él no contestó, sólo abrió su puerta y salió. Ruby se apuró y empujó
hacia su propia puerta.
—Sí, papá, soy yo. —Se volvió de nuevo hacia Rafe—. Gracias de
nuevo. Fue divertido ver a tu familia otra vez.
—Hablando de eso —dijo él, sin tomar la pista—. ¿Por qué no has
visto mucho de mi familia? Aparte de Lowell, claro. Suena como que él te
ve bastante.
—Yo no...
—¡Rubes! —Un fuerte estruendo siguió al grito. Ruby cerró sus ojos
contra el sonido. Antes de que pudiera detenerlo, Rafe abrió la puerta.
—Sí, señor.
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—¡Rafe! —Su alegre arrastrar de las palabras fue doloroso para
Ruby—. Volviste. Yo le dije que lo harías.
—Rafe, por favor, no tienes que hacer eso. Yo puedo hacerlo. Él está
bien, puedes irte ahora. Estaremos bien. —Sus protestas cayeron en oídos
sordos mientras Rafe continuó desvistiendo a su padre hasta que estuvo en
nada excepto sus bóxers. Tiró de las mantas hasta su barbilla y luego se
volvió hacia Ruby, poniendo un dedo en sus labios como diciéndole a
Ruby estar callada, para no molestarlo. Ruby oró por un agujero que se
abriera en la tierra y la tragara.
—Él se ha puesto peor —dijo él en voz baja. Ruby sólo asintió—. ¿Es
siempre así de malo? —Ella quería negarlo, decirle que no, esto estaba
fuera de lo normal. No pudo formar la mentira. Asintió de nuevo—. Oh,
Roja —dijo con simpatía, tirando de ella en un abrazo.
Si su padre no la necesitara.
Si él se lo hubiera pedido.
Rafe dio un paso más cerca de ella. Ruby reaccionó dando un paso
atrás rápidamente y hacia la puerta. La abrió y dijo—: Gracias, Rafe, por
todo.
—Vine por Ruby —dijo Rafe con una sonrisa—. Tenemos una cita.
La sonrisa de Rafe cayó a sus palabras, sus ojos cortando entre ella y
Lowell.
amiga. Tal vez la próxima vez. —Su tono era final. Para Lowell persistir lo
haría parecer un idiota, así que asintió.
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—Tal vez —dijo Lowell, volviéndose a Ruby—. Hablaremos más tarde.
—Se volvió y salió a zancadas de la tienda, apenas mirando a su hermano.
—¿Secreto?
Marina la abrazó.
Ruby se encogió.
—Te has ido por mucho tiempo. —Hutu se rió, tirando a Rafe en un
abrazo de osos breve pero asfixiante. Frotó sus nudillos en la cabeza de
Rafe, y Ruby rió, atrayendo la atención de Hutu—. Estás tan hermosa como
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siembre, Mumu.
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Hutu la había llamado Mumu por años antes de que Ruby
descubriera que era la palabra Samoan para “rojo”. Previamente, ella
había pensado que él estaba llamándola regordeta, como el muumuu1
usado por su propia madre bastante grande.
—Él no es...
—Él no es mi...
2 Fa’alifu fa’i: Platillo hecho de bananas, leche de coco, agua, cebolla y sal.
complementar el oka3, el único tipo de pescado que a ella le gustaba,
supasui4, y su favorito, palusami5 hecho por umu6. Ella esperaba que él
planeara darles fausi para el postre, aunque las calabazas no estuvieran
bastante en temporada todavía, así que no sería tan sabroso como lo era
en el otoño.
3 Oka: Proceso en el que los samoanos preparan y sirven el pescado crudo. Los pequeños
trozos de peces se dejan marinar en la mezcla de jugo de limón, crema de coco, la sal y
cebolla.
4 Sapasui: Es en realidad una especie de chop suey. Carne de res, salsa de soja, jengibre,
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—No, creo que voy a trabajar con Marina por un tiempo y ver cómo
van las cosas. ¿Tú?
—¿Por qué me preguntas eso? —susurró ella, con voz temblorosa por
una mezcla de furia y agonía.
—Lo sé. —No ofreció una excusa, sólo dejó su mirada fija en la de
ella. Ella lo intentó, realmente lo hizo, pero una solitaria lágrima escapó en
contra de su voluntad. Rafe levantó una mano y la limpió con el pulgar.
Tomó su mano y frotó ligeramente sus nudillos.
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—¡Ruby, espera!
—¿Qué?
—No hay un “yo y Lowell” ¡tú gran... estúpido... idiota! —gritó ella,
caminando alrededor de él.
Ella pasó junto a él, sin esperar una respuesta, sin mirar atrás. Corrió
todo el camino a casa, golpeando la puerta principal con la satisfacción
que le negó la del callejón, cerrando la puerta firmemente detrás de ella.
Su padre, roncando en el sillón, apenas se agitó por la conmoción. El olor a
alcohol impregnaba la habitación. Ella subió las escaleras hacia su
habitación, cerrando y bloqueando la puerta.
este a Marina.
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—No es que no aprecie todo el trabajo extra que has hecho esta
semana —le dijo Marina el viernes—, pero tal vez deberías hablar de ello y
sacarlo del camino.
—No hay nada de qué hablar —dijo Ruby, sonriendo con fuerza. Ella
había estado evitando a los dos hermanos Wolfe como la peste, lo cual no
había sido fácil. Incluso había salido a escondidas por la parte trasera de la
tienda para evitarlos esperando afuera en el frente.
—Lo sé, así que debes creerme cuando te digo que no hay nada de
qué hablar. —Ella abrió su bolso sobre su hombro—. Voy a estar temprano
mañana.
Ruby asintió.
—Ruby.
Ella casi se detuvo cuando la llamó por su nombre real, pero sólo se
perdió medio paso antes de continuar. Él cayó en el paso con facilidad a
su lado.
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—Sé que antes de que Rafe te dejara tenías… sentimientos por él.
Los había visto a ustedes chicos juntos por años. Siempre estuve celoso. —Él
la miró para ver su reacción y ella mantuvo su boca cerrada. Sus ojos
oscuros, así como los de Rafe, brillaron mientras sonreía—. Pensé que lo
sabías. —Ella negó con la cabeza—. Estaba celoso, no sólo porque tenías
la atención completa de mi hermano y eras para él el amigo que yo
quería ser, pero también porque él tenía tu admiración. Quería que me
miraras de la forma en que lo mirabas a él.
—Lo sé. Cuando Rafe se fue, pensé que tal vez era mi oportunidad
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de demostrarte que podía ser tan digno de ti como él. Más incluso. Yo no
te dejaría en la forma en que él lo hizo. —Ruby bajó sus ojos, no le quería
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dejar ver el dolor que sus palabras recordaban—. No te quería forzar
demasiado, Roja, porque sabía que estabas sufriendo. Pensé que tenía
más tiempo. No pensé que Rafe iba a venir a casa.
Ruby cruzó sus brazos con fuerza, mirando a lo lejos. Había orado
diariamente, para que Rafe volviera a casa. Había orada para que él
volviera y la quisiera, que barriera bajo sus pies y hacer a un lado el dolor
por su partida. En cambio, él volvió a casa sin ninguna explicación de su
silencio, y sin ninguna promesa de que se quedaría. La besó, abriendo su
corazón a él, una vez más, lo que significaba que cuando se fuera, ella
sería dejada con un agujero aún más grande que el que le había creado
la última vez.
Ahora, aquí estaba Lowell, que siempre había sido una especie de
enemigo, diciéndole que la quería para sí. Pero ¿Por qué? No tenían nada
en común. ¿Era sólo por Rafe, así el podría tener la única cosa que Rafe no
podía?
Ruby decidió que debía ser honesta con Lowell, al menos en algunas
cosas.
—No tiene nada que ver con Rafe. Volviera o no, yo no…
Lowell cerró sus ojos como si le doliera, los abrió y dio un paso hacia
ella, con los brazos extendidos.
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—Roja...
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Ella dio un paso atrás, como si picara, las manos en alto para evitar
su avance.
Ruby miró a Rafe sonriendo, y vio que él la miraba con una expresión
extraña en el rostro.
Ruby apartó sus ojos de su cara y miró la hoja. Era increíble, los
colores no fáciles de encontrar todos juntos en una hoja tan temprano en
la temporada.
—Sí, lo es. —Algo en su voz le llamó la atención y lo miró para ver que
él la miraba. Sus palabras parecían tener un significado diferente detrás de
ellas, aunque no podía imaginar qué.
—¿En serio?
—No es una mañana que puedas comer. Son creadas por los
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—Estás inventándolo.
—No lo estoy. Si coges una hoja que cae antes de llegar al suelo, no
te enfermarás durante todo el invierno.
—No. La arranqué.
—Tal vez. Los druidas adoraban realmente los robles. Los usaban en
rituales, para la protección, y siempre llevaban una bellota para evitar la
vejez.
Rafe se echó a reír y se bajó del árbol. Ruby se guardó la hoja con
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Ella entró en el baño y pasó la mano por debajo del agua. Su piel
tenía un corte lo suficientemente amplio como para tener que vendarla,
pero no lo suficientemente profundo para unos puntos de sutura. Una vez
que la limpió, la ató firmemente con una envoltura de gasa. Bajó las
escaleras e hizo la cena para su padre, a quien tenía que obligar a comer.
Luego lo llevó a su habitación, donde él se desplomo en la cama,
completamente vestido.
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Parte II
El Lobo
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uby salió de la casa a las nueve de la mañana. Pensó que
Marina no diría mucho sobre ella apareciendo una hora antes.
El solitario auto de policía de Piera pasó a toda velocidad,
asustándola. Nunca corrió a ningún lugar. La gente corría a pie en la
misma dirección.
—Sí. —Ruby no miró para ver quién hablaba. No podía apartar los
ojos de la inmensa cantidad de daño, especialmente la cerradura.
Dos de los que ayudaron a sacar al bovino del granero eran Rafe y
Lowell. Lowell parecía sombrío, pero Rafe... Rafe lucía furioso. Y, por
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extraño que parezca, él también parecía que se sentía culpable por algo.
Como si la sintiera, Rafe levantó la mirada, su mira bloqueando la de ella.
Sin ni siquiera un gesto de reconocimiento, se volvió de nuevo a la tarea en
cuestión.
—Oye —dijo.
—Esa es una dura pérdida para los Johansen —dijo ella en voz baja.
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—No tienen seguro —dijo bruscamente él, empujándose a sí mismo
lejos del poste. Ella se sorprendió por la respuesta aparentemente
insensible—. ¿Caminas conmigo?
Desde que se había acercado a él, no sentía que podía decir que
no, por lo que asintió. Rafe metió las manos en los bolsillos delanteros,
extendiendo su apretada camiseta contra sus brazos y espalda, mostrando
claramente cómo se había vuelto mucho más grande de lo que ella
siquiera recordaba.
—¿Duele?
—No.
—¿Para mí? ¿Qué hay de ti? ¿Qué pasa con mi padre? ¿O tus
padres, o Lowell, o Marina o cualquier otra persona en la ciudad?
—¿Como yo? —le preguntó en voz baja—. ¿Es eso lo que piensas?
Que huí, como un cobarde.
Ruby tragó.
—No, no como… —Ella lo miró a los ojos—. Sí, Rafe, yo creo eso.
Huiste. De mí.
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—No puedo decirte. Ojalá pudiera, Roja. —Él se volvió hacia ella—.Te
diría si pudiera. No puedo.
—¿Rubes?
—Lo teñí.
—Sí. —Su padre lucía aturdido, como debería—. Eso no es todo. —La
miró, y ella podría jurar que había un poco de claridad en sus ojos—.
Bradford fue encerrado en el granero. El lobo entró, mató al toro, pero dejó
solos a los otros animales.
—No mucho. Pero cada vez es peor. Esta mañana había varios más.
—Sí.
Página
—Ruby, tenemos que irnos de Piera hasta que este problema se
resuelva.
—Yo no voy a ninguna parte, papá. Tengo una vida aquí. No puedo
simplemente irme. ¿Quién sabe cuánto tiempo va a tomar para que
encuentren al lobo?
—Sí.
Ruby odiaba mentirle a su padre, pero ella haría lo que fuera para
conseguirle la ayuda que él necesitaba. Asintió.
—¿Dónde irás?
—Eso es muy cerca. Tienes que irte más lejos, para que no estés en
ninguna parte cercana al bosque.
—Sí, bien, lo hare. Hablaré con Rafe y veré si conoce a alguien con
quien pueda quedarme en Nueva York por un tiempo.
—Lo teñí.
Ruby lo consideró.
Abrió la boca para decir algo más, luego la cerró de golpe, sus ojos
reflejando el dolor que sentía. Ella comenzó a caminar otra vez, y vio a
Lowell de pie en la esquina. A medida que se acercaban a él, dijo—:
¿Todo bien, Ruby?
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—¿Hola? —murmuró.
—¿Ruby?
—Te extraño, Ruby. ¿Por qué no has venido a verme? Quiero que
vengas a verme.
—Bien. Puedo ir. ¿Por qué, abuela? ¿Qué está pasando? —Se frotó
los ojos de manera adormilada.
abrazándola.
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—Y eso consigue que elijas lo que sea que quieras —dijo Marina.
—Vamos, Ruby. Una cosa es ser terca sobre dejar Piera. Pero esto es
un plan estúpido.
—Iré, Rafe.
—No.
—¿Puedo detenerte?
—¿Qué crees?
—Bien. Vamos.
—Bien, Rafe. Te esperaré junto al roble, ¿está bien? No iré más lejos
de eso.
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Ruby mantuvo su palabra, y se paró debajo del árbol de roble,
esperando. Alzó la mirada al dosel verde por encima de ella. Deseó
aquellos días más simples de la niñez cuando las cosas eran fáciles entre
ella y Rafe. Sabía que si cedía, las cosas serían sencillas entre ellos
nuevamente, por un tiempo. Pero entonces él se iría, y ella quedaría
intentando recoger los pedazos de su corazón una vez más.
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Parte III
En los Bosques
R
afe regresó cargando una mochila mucho más grande que la
de ella, así también como un rifle. Ella pensó que era excesivo
para un viaje de un día, pero no dijo nada. Caminaron por el
sendero que eventualmente los llevaría a la casa de su abuela.
Rafe la miró.
Rafe la miró.
—¿Qué delirios?
—No realmente delirios. Sólo que, el otro día, él insistió con que el
lobo estaba detrás de mí. Afirma que mi mamá fue asesinada por un lobo
en lugar de un accidente de autos. Sólo desvaríos de borracho.
—¿Rafe? —Él la miró, y ella se asustó ante el dolor en sus ojos—. Has
visto como es él. No es gran cosa.
Ella supo eso en algún momento, sin dudas. Pero ahora, después de
que él casi la hubiera destruido tres años atrás, no sabía qué creer.
Él metió las manos en los bolsillos frontales y ella apartó los ojos de los
efectos del movimiento en su físico. Necesitaba mantener la cabeza
limpia.
—Hay leyendas…
Él inhaló profundamente.
Rafe no se había detenido cuando ella lo hizo y tuvo que trotar para
alcanzarlo.
—Hay evidencia…
—Sí, hermano, ¿qué estás haciendo aquí? —La voz de Rafe reflejaba
su enojo ante la repentina aparición de Lowell.
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—Papá me dijo hacia dónde se dirigían. Me imaginé que los
alcanzaría y caminaría con ustedes. —Lowell levantó un mechón del
cabello ennegrecido de Ruby—. Te cambiaste el cabello. —Decepción
rodeaba su voz.
—Gracias —se las arregló para decir, mientras fulminaba a Rafe con
la mirada. De hecho, fulminar con la mirada no era una palabra lo
suficientemente fuerte para describir cómo miraba a su hermano. Lucía
como si quisiera saltar por el espacio y destrozarlo. Ruby retrocedió ante su
expresión.
—No me digas que tú también crees en esas historias —dijo ella con
incredulidad.
—¿No le crees?
—Por supuesto que no. No existe tal cosa como los hombres lobos…
perdón, quiero decir, licántropos.
—¿No importa? ¿Te tocó con la suficiente violencia para dejar una
marca y no importa? —Volvió una mirada asesina a Rafe. Rafe lucía como
su fuera a recibir de buena manera un golpe de su hermano.
Cuando dijo eso, la mirada de Lowell cayó a Ruby. Ella podría haber
jurado que sus ojos brillaban. Él cerró los ojos, alejándose de ella, respirando
profundamente como si estuviera peleando contra sí mismo. Finalmente, su
respiración se emparejó y abrió los ojos. No brillaban. Por supuesto, tonta.
Los ojos no brillan. Ruby decidió que toda la charla de Rafe sobre hombres
lobos, o mejor dicho licántropos, había confundido su mente.
—Ruby —dijo Lowell, arrastrando los ojos de Rafe hacia ella—. ¿Rafe
te contó cuánto tiempo ha estado en casa?
llamarla.
Página
Huyó rápidamente, la lluvia cayendo sobre su cabeza. Segura de
que uno o ambos vendrían tras ella, giró y medio corrió, medio se deslizó
por una colina lodosa. Al final había uno de los otros pocos robles en el
bosque. Levantó la mirada, vio una rama baja, y rápidamente se trepó al
árbol. Oyó a Rafe llamándola, demasiado cerca para sentirse cómoda.
Trepó unas pocas ramas más y luego se acomodó en una ancha y fuerte.
Él sonrió.
Ella se llevó las rodillas al pecho, envolviendo sus piernas con los
brazos, dejando caer su mirada.
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—Lo sé —dijo él—. Irme casi me mató. Quería quedarme más que
nada, Roja. Tienes que creer eso. —Ella lo miró—. Estaba enamorado de ti.
—Sí.
Él asintió.
—Sé que no tiene ningún sentido. Podría decirte las razones, Roja,
pero no vas a creerme. Te las diré de todos modos, si lo pides. Pero por
favor, si no crees nada más, cree que yo te amaba. Te he amado casi
toda nuestra vida… bueno, en realidad toda nuestra vida. Sólo que no me
di cuenta hasta que tuve, no sé, tal vez doce o trece años.
Ruby parpadeó. Él la había amado incluso por más tiempo del que
ella lo había amado. O mejor dicho, se había dado cuenta por más
tiempo.
qué?
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—De que me podía quedar.
—Sí.
—Cuando piensas sobre algo con tanta fuerza, Roja, bien podrías
decirlo en voz alta. Tus pensamientos son tan claros como la nariz en tu
rostro.
—¿Ah, sí? —Ella sacó sus manos de las de él y cruzó los brazos con
petulancia—. ¿Qué estoy pensando entonces?
—Te estás preguntando por qué te dije esto. —Ella entrecerró los ojos
en lugar de confirmar sus palabras—. Y te estás preguntando si todavía te
amo.
Una vez que sus pies tocaron el suelo, Rafe la tomó de la mano y corrieron
de regreso hacia la cueva. Rafe estaba empapado una vez más.
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La cueva estaba vacía.
—¿Y?
—Y, confía en mí, estaremos más seguros aquí que allá afuera.
—Juro que nunca jamás volveré a hacer nada que deje una marca
en ti, Roja —dijo en voz baja, con seriedad—. Lowell, tu padre, mi padre,
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Marina, Hutu, mi madre… todos ellos pueden azotarme por hacerlo incluso
esta vez. Sin embargo, eso no comenzará a compensarlo.
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—Sé que lo sientes. También sé que no lo hice a propósito. —Ella
sonrió—. Y el hecho de que dejarías que tu mamá tuviera una oportunidad
contigo garantiza que no volverá a suceder. Ella es bastante aterradora.
—No voy a sobrevivir a ella y a mi madre. Pero sí, por ti, dejaré que
ella tenga un turno también.
Más tarde, yaciendo cerca de Rafe, cubierta con una manta que
había provisto para ella, miró hacia la entrada.
—¿Sí?
Rafe sonrió.
—No sabes eso —susurró ella, como si hablar más fuerte pudiera
llamar la atención sobre su ubicación.
—Rafe —comenzó. Otro aullido vino, sonando incluso más cerca que
antes—. ¿Por qué me contaste esa historia? Acerca de los licántropos,
quiero decir.
—Mi familia.
Página
—¿Tu familia? —Ruby estaba estupefacta. No esperaba esa
respuesta.
—Sé que todo esto suena fantástico, pero es la verdad. Por tanto
tiempo como cualquiera en nuestra familia recuerda, hemos sabido
acerca de los licántropos.
—Algo así.
No es probable.
—¿Qué gen?
Ruby consideró sus palabras. Todos llevaban el… pero entonces, eso
significaría…
—Sí.
—Ese no era yo, Roja. Te lo juro. —Él bajó la mano—. Todos portamos
el gen, pero no todos cambiamos. Tres años y medio atrás, comencé a
mostrar los síntomas.
—¿Síntomas?
Esto era una locura. Que Rafe creyera lo que decía era una locura.
—¿Así que pensaste que era más seguro para ti en una universidad
en Nueva York que aquí?
—Mi tía vive allí. Ella me reenviaba el correo. Yo estaba en una parte
muy remota de Alaska, muy al norte, por lo que a veces pasaban semanas
antes de que me llegara el correo.
—Ahora medio creo que estás loco —dijo en voz baja. Ella bajó la
mirada hacia la mano de Rafe en la de ella. La estudió. Se veía como
siempre se había visto. Se sentía como siempre se había sentido. Ya sea
que él realmente fuese un licántropo, o que simplemente estuviese loco, lo
cual parecía más probable, no cambiaba lo que sentía por él. Llevó su
mirada hacia la suya. Él la miró, esperando.
—Yo, también —dijo—. Según él, todo lo que hizo fue por celos.
Rafe sonrió.
—Me gustaría poder odiarlo por eso, pero no puedo culpar al chico.
Si fuese yo, y tú quisieras a alguien más, también estaría celoso. Y si él se
fuera, yo haría todo lo posible para conseguir que me amaras.
—¿Por qué yo? ¿Qué soy yo para él? Nada, cuando lo comparas
con todo lo demás.
—Ruby, has oído que los lobos se aparean de por vida, ¿no? Bueno,
nosotros no somos lobos, pero en esa área en particular, somos iguales.
Ella sólo había besado a Rafe dos veces antes. Una vez cuando
pensaba que tenía toda una vida con él, y una vez cuando la tomó por
sorpresa cuando regresó a casa. Esto era completamente diferente. Esta
vez sabía que él la amaba, que se quedaría con ella si se lo pedía. Este
beso estaba en un plano totalmente nuevo de los otros dos cuando el
calor fluyó entre ellos, su boca suave y urgente a la vez sobre la de ella.
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Parte IV
La casa de la abuela
R
afe tenía barras de granola de desayuno para ellos. Ruby
tenía miedo de salir de la cueva y volver a encontrarse con la
criatura, aunque hasta ahora nunca la había visto durante el
día. Podría ser Lowell convertido en alguna forma sobrenatural, pero no era
un Lowell en el que se pudiera confiar.
Ruby asintió.
—Buena idea. Voy a estar aquí, así que regresa más tarde.
Pasaremos la noche y volveremos mañana.
Mozart. Este movimiento imita el sonido de las bandas turcas de Jenízaros, música que
Página
11 Gato de Cheshire: El Gato de Cheshire es un personaje ficticio creado por Lewis Carroll
en su conocida obra Alicia en el país de las maravillas. Una de sus características más
singulares es que el Gato de Cheshire puede desaparecer gradualmente hasta que no
Página
Ruby se detuvo.
12 Duran Duran: Es un grupo de rock británico que personificó el movimiento del new wave
en la década de los años 1980.
Página
—¡Lowell!
—Lo harás… lucharás por ella —dijo Lowell, girándose hacia Ruby y
embistiéndola.
Ella gritó, pero antes de que pudiera hacer contacto, Rafe golpeó
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—¡No!
—¡Transfórmate!
—Buen brazo, Roja —dijo antes de que sus ojos se cerraran de nuevo
mientras se relajaba en los brazos de Rafe.
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Parte V
En el Fin
R
uby tocó a la puerta de metal. Se abrió de golpe desde el
interior por el masivo Hutu con la fuerza negada a ella en su
última visita aquí con Rafe.
Ruby fue detrás de los estantes y vio que Hutu había puesto la mesa
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—Una disculpa.
Rafe se acercó a ella con una pequeña sonrisa en sus labios ante sus
palabras.
—Por todo. Por dejarte cuando hiciste esto por mí. Por arrastrarte
hacia el bosque. Por no creerte cuando trataste de decirme la verdad. —
Ella hizo una mueca—. Por apuñalar a tu hermano.
Rafe sonrió.
Rafe se detuvo frente a ella, con las manos sobre sus brazos,
moviéndolas ligeramente hacia arriba y hacia abajo.
Ruby asintió.
—Me gustaría poder decir que no, Roja. —Él miró directamente a sus
ojos—. Fue un licántropo, pero no Lowell o yo mismo. Otro de nuestros tíos,
que siempre ha sido un poco pícaro, vino de visita. Tu madre corrió directo
hacia él una noche en el bosque mientras él estaba cazando. Ella lo
sorprendió y él se asustó. —Rafe se levantó y fue a sentarse en cuclillas
delante de ella. Alzó la mano y secó las lágrimas de sus mejillas—. Lo siento
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Rafe suspiró.
Ruby llevó sus manos a los lados del rostro de Rafe. Su mirada se
cruzó con la de ella, aturdida y con preguntas.
—Llámame Roja.
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Nota del Autor
Espero que hayan disfrutado leyendo sobre Roja y sus dos Wolfe.
Pasé un poco de tiempo pensando en los nombres de la mayoría de los
personajes de esta historia. Ruby Hood parece claramente evidente como
sinónimo de “Caperucita Roja”, pero los nombres de la familia Wolfe son un
poco más complicados, a excepción de su apellido, por supuesto. Rafe es
la forma medieval del Ralph Inglés, que significa “lobo sabio”. Lowell es un
apellido Inglés transferido a uso de nombre, derivado del apodo del
Antiguo Francés Normando Louvel, que significa “lobo pequeño”. Ulric es la
forma de Inglés Medieval del Wulfric Anglosajón, que significa “el poder del
lobo”, y por último pero no menos importante, Otsana es un nombre Vasco
que significa “loba”. Los nombres son una de las cosas en mis libros que me
dan un poco de mayor pesar. Para los personajes secundarios pude no
pasar tanto tiempo, pero para los personajes principales pasé gran parte
de tiempo considerando qué apodo les colgaría. Para esta historia, estoy
bastante orgullosa de los nombres que he dado a cada uno de mis
personajes, secundarios incluidos.
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Página
Snow White
www.cindycbennett.com
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Página
Agradecimientos
Moderadoras
LizC y Mari NC
Traductoras
LizC
Shadowy
Diante
Lizzie
Flochi
Simoriah
Otravaga
Dai
Mari NC
Corrección y Recopilación
Mari NC
Diseño
PaulaMayfair
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¡Visítanos!
http://www.bookzingaforo.com/
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