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La relación entre los modelos pedagógicos cognoscitivista y constructivista

sobre la evaluación de morfosintaxis

Por: Idalia Beatriz Marroquín Menéndez.

La morfosintaxis enseña al alumno a escribir con cohesión y coherencia; por lo tanto,


este aprendizaje es básico en estudiantes de lingüística. En este ensayo se propone que
la evaluación en morfosintaxis debería aplicarse desde los dos modelos; el modelo
cognoscitivo indica que en la evaluación es importante la motivación, también se infiere
que el aprendizaje debe ser significativo. No obstante, se pretende que el más adecuado
es el modelo constructivista con enfoque comunicativo donde el alumno sea un
exponente activo de su conocimiento.

Si se considera la evaluación de la morfosintaxis desde los modelos


cognoscitivista y constructivista, se apega a la gramática generativa de Chomsky, donde
el alumno debe interiorizar sus conocimientos y ser capaz de diferenciar, clasificar y
aplicar los sintagmas en las oraciones, además de reflexionar y de crear nuevas
estructuras en el orden oracional, a partir de sus conocimientos previos. Por lo tanto, la
evaluación se puede aplicar desde la perspectiva de los dos modelos, adaptados a la
realidad contextual del estudiante.

Con respecto al modelo cognoscitivista, Maqueo (2005) expresa que el


aprendizaje es memorístico y significativo, según la metodología puede ser por recepción
o por descubrimiento. En este sentido, el psicólogo Ausubel propuso la teoría
cognoscitiva enfocada en el aprendizaje significativo, donde Schunk (1997) sostiene que:
“El modelo exige que el maestro auxilie a los alumnos a dividir las ideas en puntos
interrelacionados más pequeños y a vincular las nociones nuevas con los temas similares
en la memoria” (pág. 197). Por ejemplo, en la evaluación del alumno, a partir de sus
conocimientos previos, pedirle que elabore un escrito de lo que él desee, se le dé la
oportunidad de presentar diferentes borradores, con la opción de modificar sus errores,
para mejorar sus conocimientos gramaticales, a partir de las normativas universales
lingüísticas. En esta perspectiva, Maqueo (2005) considera que “Cuestiones de gran
interés para Ausubel son el aprendizaje por descubrimiento, la resolución de problemas
y la creatividad” (pág. 25).

De acuerdo al constructivismo, Shunk (1997), indica que “se basa en que los
individuos son participantes activos y que deben construir su conocimiento” (Geary citado
en Shunk, pág. 209). Conocimientos que deben ser profundos, donde el alumno lo
interiorice, no solo estudiar para pasar, sino relacionarlos con lo que ya sabe, con su
contexto, de ahí se deriva que “el enfoque comunicativo, no puede darse en el vacío,
necesita relacionarse con quien aprende, ya sabe o conoce” (Maqueo, pág. 70). Por lo
tanto, la evaluación debe ser formativa, interesa el proceso, donde el docente inste al
estudiante a crear su aprendizaje a partir de conocimientos previos, con ayuda de la
comunicación que lleve a cabo con sus pares; por ejemplo, que el alumno hable o escriba
sobre un tema que él elija, obviamente usará los sintagmas léxicos, haciéndolo llegar a
la conclusión que cambiándoles su estructura interna (morfología) o estructura externa
(sintaxis) puede tener diferente significado, pero esto lo logrará en aprendizaje grupal y
dependerá de la información que ha procesado.

Por otro lado, Shunk, (1997) expresa que “los modelos cognoscitivistas son
objetivos porque asumen que el mundo externo es real, pero el modelo constructivista
es subjetivo porque depende de cómo procesa cada estudiante” (pág. 389).
Considerando lo anterior, se puede decir que la morfosintaxis es mejor evaluarla desde
el modelo cognoscitivista, porque las reglas no cambian, aunque sí puede dársele un
orden a la estructura. Dependerá de lo que quiera el docente, si solo quiere evaluar el
proceso, aunque haya deformación del lenguaje, puede hacerlo desde el modelo
constructivista, incluso el alumno logrará crear sus propias reglas gramaticales, aunque
no sean coherentes en la normativa lingüística, porque Chomsky (2007) considera que
“el procedimiento de evaluación tiene que ser seleccionado por razones empíricas, de
manera que la respuesta que proporcione, sea la que sea, es la correcta” (pág. 27).

Analizando los modelos pedagógicos, para la construcción del aprendizaje


significativo con relación a la evaluación de la morfosintaxis; el modelo cognoscitivista
cobra un valor más relevante porque introduce al estudiante a ir creando un aprendizaje
en función a sus interpretaciones y el rol del docente radica en facilitar las herramientas
para la construcción del saber no dejando de lado las normativas generales; no obstante
en la práctica se puede caer en una contradicción, en la medida que la evaluación no
responda a evaluar el aprendizaje significativo sino solo el conocimiento por sí mismo.
Por otro lado, el constructivismo con enfoque comunicativo es el más utilizado para
analizar la sintaxis y la morfología, según la propuesta chomskiana, aunque tenga sus
pros y sus contras. No obstante, hay que considerar la construcción de una ruta de
evaluación que sea pertinente al contexto, a la materia; pero al mismo tiempo cohesione
los elementos del aprendizaje y la evaluación, quizás estableciendo las pautas del
modelo, pero también las normas que orientan la posición del docente para que se
generen entornos de aprendizajes diferente, no solo lo que tradicionalmente se ha
establecido, la memorística.

Referencias bibliográficas

Chomsky, N. (2007) Sintáctica y semántica de la gramática generativa. México D.F.:


Siglo XXI editores.

Shunk, D. (1997) Teorías del aprendizaje. México D.F.: Pearson.

Maqueo, A. (2005) Lengua, aprendizaje y enseñanza. México D.F.: Limusa

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