Sr. Director: Me dirijo a Ud. a los fines de solicitarle tenga a bien publicar las siguientes líneas en la sección "Carta de lectores".- Los políticos en todo el planeta tienen una gran vocación por despilfarrar, porque la mayoría de los votantes no advierten que el incremento del gasto público, lejos de beneficiarlos, los perjudica, ya que deben pagar más impuestos, quedándoles menos dinero para invertir, ahorrar o consumir.- La manipulación de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EE UU y del Banco Europeo desde fines de los ‘80, hizo a los créditos muy baratos; lo que facilitó dinero a todos los dilapidadores del mundo.- En el sector privado, se le prestó dinero a gente para las cosas más disparatadas, muchos sin capacidad para devolverlo. En el sector público se financió el descomunal incremento del gasto público en casi toda Europa y en EE UU. Algunos países pudieron encarar de mejor modo la situación, así EE UU emitió dinero por toneladas, lo que provocó la devaluación del dólar, que sumada al incremento fenomenal de la productividad de esa economía, ubicó a EE UU en una buena posición, eso si Obama no sigue aumentando el gasto y aborta la recuperación.- Europa en cambio no tiene esa salida, ellos no pueden emitir dinero al estilo yanqui, pues Alemania, que es el corazón de la Comunidad Europea, tras la hiperinflación que sufrieron en la década del ’30 se oponen a esas trampas monetarias. Por lo que países como Grecia, Portugal y España, que tuvieron gobiernos derrochadores y demagógicos, deberán ajustar sus cuentas públicas sin poder devaluar.- Una situación similar vivimos en Argentina durante la década de los ’90 en la que la demagogia peronista liderada por Ménem incrementó el gasto público de la Nación y las Provincias a niveles inusitados, que junto con la modernización del sistema de recaudación tributaria y el regreso del país a los mercados de deuda internacional, permitió que la Argentina acumule entre 1994 y 2001, 10.000 millones de dólares cada año de déficit. Finalmente a fines del 2001 el país no aguantó más, pues ya nadie nos prestaba dinero, y los organismos internacionales, que avalaron el derroche en un principio, de pronto se volvieron abstemios, y repudiaron a sus amigos argentinos de borracheras fiscales.- Esa crisis terminó en un salvaje ajuste fiscal que redujo los salarios públicos a la tercera parte, y la mayor cesación de pago de la historia hasta ese momento.- Una vez superada la crisis en el 2002 por el natural rebote de una economía tras una severa crisis, sin que en ello tenga nada que ver el gobierno; nuevamente el peronismo liderado primero por Duhalde y luego por Kirchner empezó a aumentar el gasto; y así pasamos de 50.000 millones en el 2002 a 300.000 millones de gasto público en el 2010. Hoy la alocada ansiedad por el llamado “canje de deuda” se entiende porque, pese a tener record tras record de recaudación (igual que en los ’90); por el tamaño del despilfarro que hizo el peronismo gobernante, se están quedando sin plata, y en lugar de reducir el gasto, quieren ver si pueden salir a pedir prestado al mundo. Con lo cual hemos vuelto al principio.- La enorme cantidad de charlatanes oficialistas que tenemos en el país, no son muy diferentes a los que en Grecia o en España les recomendaron a sus gobiernos que sigan gastando, que se sigan endeudando; y ahora que todo se derrumba, la culpa no es de su inutilidad, sino de los neoliberales y la codicia del mundo.- La Argentina, si bien hoy está mas endeudada que en el 2001, para nuestra suerte y por la gran torpeza de los Kirchner, no salimos del default, por lo que no nos podemos endeudar de nuevo en el exterior. Sin embargo, el tamaño y la composición del gasto público nacional y provincial, es una bomba de tiempo, que cuando explote, como siempre, sólo va a perjudicar a las personas más humildes. Esa es una de las mayores paradojas del populismo. Estos demagogos irresponsables despilfarran el dinero público, supuestamente a favor de los pobres, pero lo único que hacen es sembrar la semilla que luego termina en fenomenales crisis fiscales, devaluación e inflación que castiga especialmente a los más humildes, que sólo pueden ahorrar en pesos, mientras estos cretinos desde el gobierno compran dólares y los depositan el exterior.- Mientras la Argentina no deje de votar al peronismo, cuya vocación por la demagogia, el populismo y la irresponsabilidad fiscal, es una marca genética; jamás saldremos de la decadencia en la que nos encontramos.- Agradeciendo desde ya su deferencia, me despido de Ud. muy atte.-
Dr. Hugo Kulman
Abogado DNI 18246868 José María Uriburu Nº 363 P.A Formosa