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El Ideal De La Sociedad Burguesa: La

Filosofía Crítica De Kant.


Es difícil decidir si Kant es último de los ilustrados o el primero entre los idealistas.
Sin embargo, por mucho que el idealismo opere con las categorías de Kant, a
todos los niveles, hay un abismo mas profundo entre el espíritu de este hombre
humilde y austero y los entusiastas idealistas que intentaron perfeccionarlo, entre
él y los anteriores ilustrados.

El Hombre Immanuel Kant (1724-1804).


Kant fue un hombre discreto. En comparación con el genio Diderot o con la serena
alegría de Voltaire, podemos decir que su vida fue aburrida y triste. Sin embargo,
también tiene su interés. Hay una leyenda sobre Kant. En esta leyenda cuenta
como la figura de Rousseau cambia el pensamiento de Kant, Dice Kant que antes
de leer a Rousseau, era solamente un investigador de la naturaleza, pero que
después de leer a Rousseau sabe que hay algo más importante que conocer la
naturaleza y a eso ha de entregar su vida, a la Defensa De Los Derechos De La
humanidad.

La Razón Crítica.
Kant creía que el mayor derecho de la humanidad consistía en ser racional y en
vivir en la verdad. Y que, por tanto, defender un buen concepto de razón era
defender el derecho básico de la humanidad. El derecho no es un asunto de
capricho, ni de sentimiento, ni de interés. Yo no tengo derecho porque diga que
tengo derecho a algo. Tengo derecho a lo que es racional. Solo la razón puede
llevarnos a defender un verdadero derecho.

Kant siempre creyó que los conceptos de razón y de derecho tenían un destino
común. Si el derecho era racional, tenía que ser iguales para todos. Pero,
entonces, la noción de razón tenía que ser la misma para todos. La Crítica de la
razón pura quiere conseguir justamente esto: que la razón sea la misma para
todos los hombres. Kant no quería exigir que todos los hombres pensaran lo
mismo sobre todas las cosas, sino que, pensaron lo que pensaran pudieran
comunicarlo a los demás con la finalidad de que lo comprobasen, lo expusiesen a
critica, lo perfeccionaran. Kant quería demostrar entonces que no podemos
concluir nosotros solos que una opinión es racional.
La razón debía dedicarse a hallar lo que es común a todo hombre, lo que es igual
a todos los hombres. De esta manera lo entendió Kant: los hombres solamente
podían ser libres sin en alguna medida eran iguales.

Intereses Esenciales De La Razón.


A las facetas de la vida humana en las que la razón debía intervenir, permitiendo
que todo hombre fuese activo en ellas. Kant las llamo Intereses Esenciales De La
Razón. Estos intereses se resumían en tres preguntas:

¿Qué puedo conocer?

Cuando Kant se preguntaba que puedo conocer, no quería decir que puedo
conocer yo, o tu, sino que puede conocer el hombre, cualquier hombre, de tal
forma que lo que uno conozca pueda servirle a otro.

¿Qué debo hacer?

Kant no se pregunta en relación con el interés practico de la razón, ¿qué puedo


hacer?, sino ¿qué debo hacer? La diferencia es muy sencilla: respecto del
conocimiento del mundo racional alcanzar todo el conocimiento que se pueda.

¿Qué puedo esperar?

Esta pregunta no quiere decir que sueño para mi futuro, o que deseo
profundamente que se cumpla. En realidad quiere quiere decir ¿Qué me está
permitido esperar?, pero desde luego, respecto del futuro siempre esperarnos la
felicidad. Así que la pregunta pretende saber que felicidad me está permitido
esperar.

Sabiduría.

Cuando ponemos estas tres preguntas en relación con los derechos de la


humanidad tenemos que todo hombre tiene derecho a conocer, a conocer su
deber y cumplirlo, y por ello a esperar la felicidad correspondiente a su actuar. Las
tres preguntas por tanto están muy relacionadas. Por eso Kant pensaba que la
razón humana, en el fondo, era solo una. Cuando nos hacemos estas preguntas ,
en el fondo estamos preguntándonos que hacemos con nuestra propia vida, con
nuestra propia existencia. La razón que contesta a estas preguntas Kant la llama
Sabiduría.
La Razón Teórica. ¿Qué Puedo Conocer?
La noción del a priori y del conocimiento puro.

Ya vimos que la primera pregunta esencial a la razón era ¿qué puedo conocer?.
Responder racionalmente esta pregunta no significaba analizar que puedo
conocer, yo o tú, sino que puede conocer cualquier hombre. Kant, como vemos ,
se planteo la misma pregunta que Locke y que Hume. Esta pregunta acerca de
que puede conocer el hombre en general, con anterioridad a los actos concretos
de conocimiento, es la pregunta critica.

La noción del a priori.

Kant creyó oportuno hacer una crítica de la razón teórica para demostrar de una
vez por todas que no se podía conocer nada excepto la naturaleza. De aquí
esperaba extraer una consecuencia que la naturaleza podía ser conocida por
todos y que, por ello, todos podían contribuir al conocimiento humano. Pues el
conocimiento de la naturaleza se basa en capacidades que todo el mundo tiene.
En el fondo Kant compartía con los ilustrados la idea de que “no es posible una
sociedad democrática sin que todos accedan al conocimiento. Podía opinar esto
porque las bases del conocimiento eran universales. Estos elementos últimos de
los conocimientos, justo porque estaban en todos los hombres, permitían que el
conocimiento valiera para todos por igual.

Con esos elementos universales a todos los hombres se elaboraba un mundo


común y objetivo. Pues bien, esos elementos últimos debían sacarse a la luz,
porque solo a partir de ellos podríamos decidir hasta donde llega nuestro
conocimiento. A esos elementos últimos Kant los llamo elementos a priori del
conocimiento. Esta palabra quiere decir que eran elementos universales y
necesarios en todo conocimiento.

Los elementos a priori del conocimiento eran entonces la base del conocimiento:
Donde ellos se daban, eran posible conocer; donde no se daban, no lo era. De
esta forma, se podía contestar a la pregunta que puedo conocer. Puedo conocer
siempre que se den los elementos a priori del conocer.

El conocimiento puro.

La cuestión era como podíamos conocer estos elementos a priori. Suponiendo que
el conocimiento llegue hasta donde ellos estén presenten, ¿Cómo sabemos donde
están presentes? Así que era preciso hallar alguna forma de conocimiento que nos
pusiera ante los elementos a priori de todo conocimiento objetivo. A ese
conocimiento de los elementos a priori Kant lo llamo Conocimiento Puro. A los
argumentos para hallarlo Kant lo llamo Conocimiento Transcendental. Este
explicaba cómo era posible el conocimiento a priori.

Los Elementos Del Conocimiento: El Espacio.

¿Qué Debo Hacer?


Ser libre.

Como se puede suponer, nunca lo conoceremos todo. Nunca conoceremos toda


la realidad. Nunca nos conocernos a nosotros mismos, que somos en principio
seres naturales. Por eso, no podemos esperar a saberlo todo para poder actuar.
Sin ninguna duda, cuanto mejor conozcamos la realidad, más fácilmente lo
dominaremos. Pero como nunca lo sabremos todo, jamás podremos esperar para
actuar a que nuestro conocimiento sea perfecto.

Lo que queremos depende única y exclusivamente de nuestro querer, de nuestra


voluntad. Cuanto más conocemos, mas sabemos justamente lo complicado que es
la realidad. El que nuestro querer nos lleve a actuar independientemente de las
causas y efectos del mundo, independientemente de lo que se haya hecho hasta
ese momento, esta independencia de nuestro querer es la liberta.

Lo que debemos hacer.

No analizaremos que pasa con nuestra liberta, sino que debe pasar con ella. Un
ser libre puede actuar de tal forma que sus actuaciones le lleven a depender de
otro, a esclavizarse por una pasión tal que siempre necesite pedir favores o utilizar
a otros hombres. Así que un ser libre puede actuar de tal manera que pierda su
poder de ser libre, que pierda la posibilidad de ser igual a otro, que pierda en suma
su propia libertad. El imperativo categórico se concreta en esto: actúa de tal
manera que tu y todo hombre no sea solo un mero medio, si no que sea siempre
un fin en sí mismo.

Nuestro deber es, ante todo, impedir que las tendencias a la desigualdad en el
seno de la especie humana se desplieguen libremente, hasta llegar a producir la
existencia de dos clases de hombre, de las cuales solo una disfrute de la
condición de ser libre. Nuestro deber es mantener la libertad entre los hombres.
Nuestros deberes concretos.

Kant habla del imperativo “perfecciónate”. Nos propone un fin que todos podemos
querer. Para Kant “Perfección” quiere decir sobre todo actuar de tal manera que
podamos conocer y usar nuestros talentos, nuestras disposiciones. La creencia de
Kant es que cada uno de nosotros tiene una disposición o un talento hacia algo
que resulta relevante y provechoso para los demás.

El deber de perfeccionarnos

La actuación según el deber de perfeccionarnos aspira a descubrir estos bienes


potenciales y a desarrollarlos en obras de máxima excelencia. Nuestro deber de
perfeccionarnos es el deber de Educarnos. Y es el deber de prestar atención a las
acciones de los otros hombres para descubrir en alguna de ellas esa alegría de
seguir nuestra inclinación.

El deber de fundar un Estado.

Kant llamaba a esta relación con los objetos de nuestro deseo arbitrio. En la
medida en que el hombre aspira a definir su propia vida, su propia perfección, sus
propios fines, debe aspirar a definir su libre arbitrio. Es nuestro deber auxiliar al
hombre en la consecución de los objetos de su libre arbitrio, siempre que este
auxilio no atente contra nuestra dignidad y libertad.

El estado como necesidad de la justicia.

El hombre no cumple con su deber:

El hombre quiere muchas veces los objetos de su arbitrio de tal forma que dejan a
otro sin la posibilidad de definir el suyo. Otras veces el hombre quiere simplemente
adueñarse del objeto de arbitrio definido por otro. La mas de la veces el hombre
quiere dominar al otro para que este actué sirviendo su propio arbitrio.

La vida cotidiana está llena de estas formas de conducta que generan injusticia,
rabia, resentimiento y dependencias.

Tenemos una asociación de hombres tal que quieran asegurarse de forma común
su libertad y su proyecto de felicidad cooperativa, frente a cual quiera que
pretenda hacer triunfar un proyecto que les deje a ellos sin libertad, sin educación,
sin perfección propia sin fines propios, en suma, sin dignidad ni libertad , entonces
tenemos un Estado.

Condiciones del estado katiano.


Un Estado exige que la mayor parte de los ciudadanos modernos en sus
proyectos de felicidad, en la cantidad de objetos de su deseo, pero muy atentos y
radicales en la defensa de su libertad y de su independencia frente a las
ambiciones excesivas de los pocos. Por eso, la realidad misma del Estado aspira
a formar una sociedad igualitaria, que rebaje las pretensiones de los demás
ambiciones y conceda derechos a una vida autónoma incluso a los menos
ambiciosos. Para construir un Estado no se necesita nada mas, ni pertenecer a
una misma raza, o etnia, o nación o tener el mismo idioma.

¿Qué Nos Está Permitido Esperar?


La felicidad y la naturaleza social del hombre.

El hombre siempre espera la felicidad. Pero siempre tiene derecho a esperarla. Si


no tengo derecho a esperar gozar una buena salud, ni tener una la confianza de
mis vecinos, ni tener un trabajo socialmente reconocido, no sé cómo voy a tener
derecho a esperar la felicidad. Si no vivo de una manera digna entre los hombres
no tengo derecho a esperar ser feliz entre los hombres. Solo si cumplo con estos
con estos deberes, y si cumplo sobre todo políticos que me aseguran el
cumplimiento de todos los demás, tengo derecho a esperar ser feliz.

El análisis de lo bello.

Kant pensaba que aquí tenemos una razón para confiar en la naturaleza, que nos
hizo seres naturales y sensibles, y también nos hizo seres sociales. Aquí no
vemos contradicción en nosotros, si no que podemos aspirar a ser felices siendo
respetuosos con nuestro deber. Allí , ante el espectáculo bello de la naturaleza,
nos sentimos libres y al mismo tiempo felices.

Kant decía que un hombre que es capaz de ser feliz ante las cosas bellas
testimonia una carácter moral. Que puede ser feliz sin dominar a otro hombre. Así
que tenemos razones para creer que la naturaleza es un ámbito idóneo para
nuestra felicidad común.

¿Qué Es El Hombre?
Ya hemos visto que el hombre, a través de todos estos análisis, se nos muestra
como un ser extremadamente complejo: cuerpo y mente, sociable e insociable,
poderoso e impotente conocedor e ignorante, confiado y egoísta, social y solitario,
ético y político, medio y fin, interesado y contemplativo, digno y feliz. De hecho, el
hombre es todos estos opuestos a la vez, por eso es esencialmente libre.

Kant piensa que jamás el hombre debe atentar contra otro hombre, contra su
libertad, su cuerpo y su mente, su independencia y su sentido de la felicidad. El
cumplimiento de su deber, que es el respeto a la dignidad del ser humano el
alejamiento de toda forma de crueldad, de toda forma de imposición, es
incondicional.

Sobre esta dimensión de confianza, se puede empezar a realizar las empresas


comunes en las que el ser humano se embarcado: la ciencia, la técnica, el Estado.
La civilización es esa construcción de confianza entre los seres humanos, que
supone siempre la dimensión moral, la voluntad de fortalecer los elementos de
igualdad, de libertad de sociabilidad.

La libertad en todos estos ámbitos debe garantizar una participación activa en


todos ellos.

La crítica, finalmente, es el ejercicio supremo de la libertad y el único motivo de


nuestra esperanza. Sapere Aude, atrévete a saber, para que puedas atreverte
actuar como debes, para que puedas atreverte a lo más difícil y complicado: a
esperar ser feliz entre otros hombres felices.

A la respuesta de que es el hombre, finalmente, Kant habría contestado quizá que


el hombre es el animal critico. Pues crisis continua s su vida en la medida en que
es tiempo cada vez nuevo y distinto.

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