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EL VALOR DE LA MUJER

MUJER:
Del latín mulĭer, una mujer es una persona del sexo femenino. Se trata de un término que se
utiliza en contraste a hombre o varón.
El uso más específico de la palabra mujer está vinculado a la persona del sexo femenino que ya
ha llegado a la pubertad o a la edad adulta. Por lo tanto, la niña se convierte en mujer, según los
parámetros culturales, a partir de su primera menstruación.

El rol social de la mujer ha cambiado a lo largo de la historia. Durante siglos,


la sociedad consideró que la mujer debía limitarse a cumplir con sus funciones de esposa y
madre.

En la actualidad, es habitual encontrar mujeres ejerciendo la presidencia de un país


(como Michelle Bachelet en Chile y Cristina Fernández en Argentina) o dirigiendo grandes
empresas (como Carol Bartz en Yahoo!).

Hay que subrayar que el día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo
industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e
ideologías radicales.

1909: De conformidad con una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de
América el día 28 de febrero se celebró en todos los Estados Unidos el primer Día Nacional de
la mujer.
Con él se intenta conmemorar la lucha que durante siglos las féminas han mantenido en todo el
mundo para poder conseguir la igualdad respecto al hombre.

¿QUÉ CONCEPTO TIENES DE TI MISMA?


¿Qué te dices en tu monólogo interno?

La Biblia dice: Cuál es su pensamiento en su corazón, el tal es él. Y de la abundancia del corazón,
habla la boca. Si dentro de ti piensas que no vales, que no tienes belleza, que nada te sale bien,
que no vale la pena vivir, déjame decirte que estás aceptando una mentira del enemigo de
nuestras almas, Satanás, son mensajes despachados desde el mismo infierno, para que no veas
el valor que hay en ti.

¿QUÉ PIENSA EL MUNDO DE LA MUJER?

 Rechazada y marginada por la sociedad. En algunas culturas, la mujer es un objeto, ha


sido marginada e impedida de ser ella.
 Colocada en una posición inferior al hombre, su sierva, su esclava.
 Criticada en la historia de muchos pueblos. El hombre judío oraba: Dios te doy gracias
que no nací gentil, ni esclavo, ni mujer.
 Considerada superior al hombre en sentimientos, habilidades y potencialidad y así tiene
que reemplazarle en la vida pública y social.
 Considerada igual al hombre y está en competencia con él.

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Ahora vamos a la Palabra de Dios y preguntémonos:
En el Talmud hebreo está escrito: Cuídate mucho de hacer llorar a una mujer, pues Dios cuenta
todas sus lágrimas.
La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para
ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón
para ser amada.

¿QUIÉN ES LA MUJER, según la Biblia?


La mujer es un ser humano, creado por Dios, pura y preciosa, con un propósito, con una
personalidad femenina, con necesidades, con impulsos y deseos, con la capacidad de ir más allá
de ella misma, con cualidades espirituales, con un valor incalculable.

¿QUÉ DICE DIOS ACERCA DE TI MUJER?

 Hecha a la imagen de Dios. Génesis 1:27, 5:1,2. Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. El día en que creó Dios al hombre, a
semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo.
 Formada por Él, en el vientre de tu madre. Sal. 139:13-16.
 Persona por la cual Cristo murió. Rom. 5:8. Más Dios muestra su amor para con nosotros
en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros.
 Templo del Espíritu Santo. 1 Cor. 6:19. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
 Creada para gloria de Dios. Is. 43:7. Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía
los he creado, los formé y los hice.
 Creada para grandes cosas. Ef. 2:10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos
en ellas.
El Valor de una mujer es: El gozo de saber que Dios les ha creado con la mentalidad de
autogobernarse en todos los roles de la mujer, la belleza de la respuesta emocional al amor y al
dolor, la fuerza de seguir lo que tiene valor, de soportar lo que es necesario y de dejar de lado lo
que no es para ustedes, el gozo de ser madres si traes o no hijos al mundo, la paz de aceptarnos
a ustedes mismas como ciudadanas no de segunda clase sino de primera, y la seguridad de
saber que como mujeres cristianas son hijas del Dios altísimo quien nos ama y nos cuida y con
quien viviremos eternamente.

EL REVERENDO JUAN GUERRERO, dijo


La Biblia contiene la palabra de Dios, pero la Biblia también contiene prejuicios culturales, y es
necesario escudriñarla para escuchar en ella la voz de Dios.

El reclamo de cinco hermanas, cinco mujeres hijas de un gran jefe y conquistador de la tierra
prometida, llamado Zelofejad.

Este “no tuvo hijos sino sólo hijas” (Nm.26:33NVI). En aquel tiempo la mujer no podía heredar la
tierra y como es sabido, hasta el día de hoy, en Israel y en muchos pueblos, la tierra es un valor
religioso. Quien hereda tierra, hereda una porción en Jehová.

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Así que al morir Zelofejad, sus hijas quedarían a la deriva y su memoria y herencia se perdería.

El asunto sucedió en tiempos de Moisés, y aunque ahora nos parece claramente injusto, en aquel
tiempo a muchos les parecía normal. Aunque todavía en algunas monarquías como la española,
la mujer no puede heredar el trono, pero esto hace parte de otros asuntos más triviales.

Valientemente las hijas de Zelofejad se presentan en el lugar del tabernáculo de reunión, es


decir, en el lugar más sagrado y de mayor solemnidad. Se presentan ante Moisés, el sumo
sacerdote y los principales jefes de Israel. Estas mujeres expusieron su caso y clamaron justicia.

Para un israelita de aquel tiempo, tener solo hijas, era una desgracia y un castigo divino.

El asunto se entendía como un juicio de Dios ante el pecado de Zelofejad.

El contexto del libro de Números precisamente es un segundo censo, donde se registra que
muchos ya murieron en el desierto a causa del pecado. El objetivo de este censo era también,
hacer una repartición justa de la tierra prometida. Hacer justicia a estas mujeres era un asunto
complicado para la mentalidad de aquella época. La ley no les otorgaba derechos.

Fueron muy valientes las mujeres al exponer su novedoso caso en el lugar más sagrado.

Aquí están las cinco mujeres de una familia sin hombres.

Saben que el futuro del pueblo se juega en este censo. Si sólo se da tierra a los hombres, su
nombre desaparecerá. La casa de Zelofehad no tendrá futuro.

La promesa de Dios, de que cada uno habitará en paz en su tierra, no se cumplirá en ellas.

Para el resto de la sociedad no parece importar mucho los nuevos derechos que ellas reclaman.

Pero ellas persistieron y dijeron ante moisés “¡Danos una heredad entre los parientes de nuestro
padre!”.

Moisés a pesar de ser el gran legislador y líder de Israel y a pesar de acumular tantos años de
experiencia, no supo que hacer.

Por tanto “Moisés le presentó al Señor el caso de ellas, y el señor le respondió: ‘Lo que piden las
hijas de Zelofejad es algo justo, así que debes darles una propiedad entre los parientes de su
padre. Traspásales a ellas la heredad de su padre’ (Núm 27:5-7 NVI).

Las mujeres y en general los desvalidos de la tierra, al reclamar sus derechos, vuelven más
grande la imagen de Dios.

Ahora ya sabemos que Dios es uno que se pone de parte de todas y de todos los tenidos por
menos y que reclaman, y les da un futuro en la tierra prometida.

A Dios le agradan las luchas por los derechos de los desvalidos y desvalidas de la tierra.

Ellas, luchando por sus derechos, prestaron un servicio a todas las mujeres menos privilegiadas,
alcanzando a mujeres de otros lugares y de otros tiempos. Fueron juntas con fe en Dios a luchar
por la igualdad y Dios vio justa esta causa y la respaldó.
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Por causa del pecado humano, la mujer y algunos grupos sociales han tenido un rol subordinado,
pero en el nuevo reino hacia el cual ya camina todo verdadero cristiano, “no hay judío ni griego,
esclavo ni libre, hombre ni mujer”, sino que todos, en Cristo y en derecho somos iguales.

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Talmud hebreo

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