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Textos filosóficos VI
Ensayo final
INTRODUCCIÓN
La Crítica de la razón pura es un proyecto monumental cuyo propósito es definir claramente los
límites del entendimiento. Para alcanzar dicho objetivo, Kant hizo una rigurosa descripción de las
todas las facultades que entran en el proceso de la producción de conocimiento. Cada una
de juicios sintéticos a priori. El propósito de este ensayo es delimitar la función de una facultad en
particular, la imaginación, y describir su papel dentro de la producción del conocimiento. Con ello,
se tiene como objetivo presentar al lector una exposición general del papel de la imaginación en la
producción del conocimiento, a la vez que se intenta contribuir, con una mínima parte, a la
comprensión cabal de la Crítica de la razón pura. Así pues, la pregunta que guía esta investigación
Las hipótesis a demostrar son las siguientes: 1) la imaginación lleva a cabo una síntesis entre
mediante los esquemas trascendentales, otorga contenido a las representaciones de los conceptos del
el modo por medio del cual el conocimiento se refiere inmediatamente a dichos objetos y es aquello
La intuición corresponde a la objetividad del conocimiento, pues es el caso que éste se refiere
siempre a un objeto y dicho objeto es siempre la intuición. Con esta definición, Kant se asegura de
que todo conocimiento, en la medida en que se refiere a objetos, debe referirse a algo dado en la
intuición. No hay conocimiento de objetos que no entren en el dominio de lo que puede ser intuido.
Ello es de especial importancia porque unas líneas más adelante, Kant señala que: “Tal intuición
únicamente tiene lugar en la medida en que el objeto nos es dado”.2 Entonces, el conocimiento sólo
se ocupa de cosas que están al alcance de la receptividad humana, cuya faculta de la sensibilidad es
La capacidad (receptividad) de recibir representaciones, al ser afectados por los objetos, se llama
sensibilidad. Los objetos nos vienen, pues dados mediante la sensibilidad y ella es la única que nos
suministra intuiciones.3
problema de las intuiciones es que por sí mismas no contienen una forma que nos permita darles
sentido: “Las sensaciones sólo pueden ser ordenadas y dispuestas en cierta forma en algo que no
puede ser, a su vez, una sensación”.4 Ello se explica por el carácter particular de las intuiciones, las
cuales aparecen sin una disposición determinada a la receptividad. Y es que si queremos ordenar y
clasificar las intuiciones, no podemos basarnos en la particularidad, sino que debemos hablar de la
4 Ibid., A20.
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forma general de las intuiciones. Así pues, las intuiciones y la sensibilidad por sí mismas no nos
permiten disponer de conceptos generales. Pero también sucede lo contrario, los conceptos
generales no pueden darse en la sensibilidad, pues si tal fuera el caso y hubiera intuiciones de
problema de la sensibilidad es que, puesto que sus insumos siempre son particulares, no puede
SENSIBLES
Para que el entendimiento sea capaz de unificar las intuiciones por medio de formas que den lugar a
conceptos generales, necesita escabullirse del registro sensible, pues éste sólo puede proveer de
intuiciones particulares:
Por el contrario, la forma del fenómeno debe estar completamente a priori dispuesta para el
conjunto de las sensaciones en el psiquismo y debe, por ello mismo, ser susceptible de una
Las formas puras que sirven para ordenar los fenómenos son llamadas por Kant categorías. El
conocimiento nace de la unidad de las categorías con las intuiciones, por lo que ambas desempeñan
que los conceptos generales tengan valor epistemológico si no hay intuiciones que puedan ordenar:
intuición pura sino gracias a su posible aplicación a la intuición empírica, es decir, sólo sirven ante la
Añadir categorías no resuelve el problema del conocimiento si éstas se disocian de la intuición, por
lo que es necesario dar una explicación a la forma en que la intuición y las categorías se relacionan
para dar lugar a la experiencia. Puesto en otras palabras, es necesario demostrar cómo es que la
experiencia no sólo contiene intuiciones particulares y desordenadas, sino que ella misma implica
las categorías en la experiencia es que la sensibilidad excluye por sí misma a toda forma general,
mientras que las categorías, puesto que son a priori, no pueden contemplan un lugar para lo
particular:
Queda clara la necesidad de un tercer término que sea homogéneo con la categoría, por una parte, y
con el fenómeno, por otra, un término que haga posible aplicar la primera al segundo. Esta
representación mediadora tiene que ser pura (libre de todo elemento empírico), y a pesar de ello,
debe ser intelectual, por un lado, y sensible, por otro. Tal representación es el esquema
trascendental.9
facultades es apta para producir el tipo de representaciones mediadoras. Aquí es donde la facultad
de la imaginación entra en escena, pero antes de tratarla en particular, hay que explicar el concepto
de ‘esquema trascendental’.
EL ESQUEMATISMO TRASCENDENTAL
7 Ibid., B147.
8 Cfr. Paul Guyer, Kant, p. 94.
9 Kant, op. cit., A138.
4
El conflicto entre las categorías y entre las intuiciones se resuelve si aceptamos que hay ciertas
formas puras de intuición que determinan la presentación de las intuiciones para la consciencia y
posibilitan que ésta aplique sus categorías para producir conceptos generales. La filosofía
trascendental de Kant acepta dicho supuesto porque es la única manera en que los conceptos pasan
de ser meras formas lógicas a ser conceptos objetivos —es decir, que se refieren a un objeto:
La filosofía trascendental debe, más bien, exponer, a la vez (utilizando características generales, pero
suficientes), las condiciones bajo las cuales pueden darse objetos concordantes con tales conceptos.
De los contrario, éstos carecerían de todo contenido y, consiguientemente, serían meras formas
Una vez supuestas las formas de la intuición pura, el próximo paso es determinar cuales son las
condiciones en que las formas puras de la intuición se relacionan con las categorías. Las formas
puras de la intuición, que son el espacio y el tiempo, se relacionan con las categorías de manera que
dan a éstas contenido, pues hacen que, por ejemplo, la categoría de ‘substancia’ ya no sea
simplemente una abstracción que refiere a la idea abstracta y general de esencia, sino que ahora
denota un objeto en particular que persiste en ciertas coordenadas espacio-temporales.11 Kant dice
al respecto:
Hemos visto, por fin, que los conceptos puros a priori deben contener a priori, aparte de la función
del sentido interno) que incluyan la condición universal sin la cual no podemos aplicar la categoría a
ningún objeto. Llamaremos a esa condición formal y pura de la sensibilidad, a la que se halla
restringido el uso de los conceptos del entendimiento, esquema de esos conceptos y denominaremos
10 Ibid., A136.
11 Cfr. Julian Wuerth, “The Paralogisms of Pure Reason”, p. 218.
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esquematismo del entendimiento puro al procedimiento seguido por el entendimiento con tales
esquemas.12
El esquematismo es lo que hace el entendimiento con las formas puras de la intuición para dar lugar
a conceptos. En otras palabras, es la aplicación de las funciones de las categorías a las formas de la
intuición.
Los esquemas dan lugar a representaciones que hacen referencia a intuiciones al mismo
tiempo que aplican las funciones de las categorías, lo cual tiene como resultado la aparición de
conceptos generales. Dichos conceptos no se refieren a una cosa en particular, sino a la forma de esa
clase de cosas. Por ejemplo, la intuición de un árbol siempre es una intuición particular, por lo que
categoría de substancia con los particulares espacio-temporales de las intuiciones de árboles, lo que
produce un concepto general de los árboles cuyas representaciones no coinciden con ninguna
representación particular dada por la sensibilidad y tampoco es una forma lógica general.
Kant hace señala una importante diferencia entre la imagen y el esquema. Si la imagen es
imagen que se da la conciencia para representar un concepto no tiene su origen en la intuición sino
concepto.13 Así pues, el esquema es lo que permite que la conciencia se presente a sí misma
Lo que no queda claro todavía es de dónde proviene la representación proveída por los
sensibilidad queda descartada. En entendimiento, por su parte, provee formas lógicas que no tienen
tipo singular de cosa y son generales en la medida en que se refieren a las forma en que una cosa se
LA IMAGINACIÓN TRASCENDENTAL
[…] la facultad de representar un objeto en la intuición incluso cuando éste no se halla presente.
Ahora bien, teniendo en cuenta que toda intuición nuestra es sensible, la imaginación, debido a
nuestra condición subjetiva, sin la cual no podría suministrarse a los conceptos del entendimiento la
una acción de la espontaneidad (no es meramente determinable, a la manera del sentido, sino
determinante y puede, por tanto, determinar a priori el sentido con respecto a la forma de éste y de
acuerdo con la unidad de la apercepción), la imaginación es una facultad que determina a priori la
sensibilidad; la síntesis de las intuiciones efectuada por esa facultad tiene que ser una síntesis
imaginación son producidas por la imaginación, pero tampoco hay que confundir dichas
14 Ibid., B151-152.
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pues no desempeña un papel en la formación de hecho de las representaciones de los conceptos
generales, sino que delimita las condiciones de posibilidad de éstas. Debido a ello, la síntesis que la
imaginación lleva a cabo entre las categorías y las intuiciones no es psicológica, sino que responde
Puesto que la síntesis que lleva a cabo la imaginación trascendental permite producir
conceptos generales, ella desempeña un papel fundamental en el proceso del conocimiento. Sin
embargo, los esquemas de tales conceptos no pueden ser descritos, pues no hay algo semejante a
una forma pura del esquematismo que pudiera determinar características generales para los mismos.
Así, el mayor problema con la teoría del esquematismo de Kant es que parece imposible dar una
Puesto que la síntesis entre las categorías y las formas puras de la intuición sucede en el esquema, la
El esquema de un concepto del entendimiento puro, por el contrario no puede ser llevado a imagen
ninguna. Es simplemente la síntesis pura, conforme a un regla de unidad conceptual —expresada por
determinación del sentido interno en general (de acuerdo con las condiciones de la forma de éste, el
tiempo) en la relación con todas las representaciones, en la medida en que éstas tienen que hallarse
Si el esquema es síntesis pura, se encuentra disociado de todo tipo de saber conceptual, pues los
conceptos son producto de la síntesis y no síntesis ellos mismos, ya que en ellos hay una unidad de
lo diverso y lo general. El esquema sería entonces simplemente dicha unidad, la cual es necesaria
tendría como objeto algo que no es una intuición —pues los esquemas son dispuestos por una
facultad distinta a la sensibilidad. El resultado de ello es que los esquemas no pueden ser descritos o
definidos. La pregunta que hay que hacerse en este caso es si ello representa un error, falta o
La pregunta inicial de la Crítica de la razón pura es si son posibles los juicios sintéticos a
priori. Definir dicha posibilidad implica, en principio, dar cuenta de la forma en que tales juicios
sintéticos a priori porque señala la posibilidad de la síntesis sin que ésta se lleva a cabo a partir de
una intuición. Dicha síntesis se basa en la presentación en de formas de intuición a priori que
determinan las formas de toda intuición y adquieren unidad gracias a la apercepción, que Kant
Toda la diversidad de la intuición guarda, pues, una necesaria relación con el Yo pienso en el mismo
sujeto en que se halla tal diversidad. Pero esa representación es un acto de espontaneidad, es decir,
no puede ser considerada perteneciente a la sensibilidad. La llamo apercepción pura para distinguirla
de la empírica, o también apercepción originaria, ya que es una autoconsciencia que, al dar lugar a
la representación Yo pienso (que ha de poder acompañar a todas las demás y que es la misma en cada
Son ciertas formas de continuidad temporal en las representaciones sensibles que, por medio de
intuición a priori. Lo cual a su vez provee a los esquemas de formas de intuición que luego elevar a
conceptos generales por medio de la aplicación de las categorías. Así pues, si se acepta la
apercepción trascendental, hay que aceptar que la objetividad como tal —que no las intuiciones—
17 Ibid., B132.
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es proveída por el entendimiento y no por la imaginación, por lo que todos los productos de la
Es posible pensar objeciones a la afirmación de Kant según la cual toda percepción está
ligada a una representación del Yo pienso. Piénsese por ejemplo, en la objeción de Russell a
Descartes según la cual lo más que se podría decir en ese caso es que Algo piensa, no
necesariamente el yo. Entonces habría que replantear todo el argumento de Kant sobre la
posibilidad de la unidad trascendental de las intuiciones y, con ello, la veracidad de todo el sistema.
Pero eso no nos incumbe aquí. Lo que habría que preguntarnos para determinar si es valido que
Kant afirme que los esquemas no tienen descripción es si la imaginación no posee cierto grado de
Pues si tal es el caso, la imaginación podría acceder a cierta forma de objetividad sobre la cual
aplicar los mismos procedimientos que aplica el entendimiento y, así, producir conceptos. El
disponer de una representación que otorgue unidad trascendental aa todos sus esquemas, como sí
hace el entendimiento con la apercepción pura. Sin dicha unidad, es imposible extraer formas de
esquema a priori que asociar con las categorías. Por ello, no resulta absurdo postular que los
CONCLUSIÓN
Podemos afirmar que se han probado las tres hipótesis. Pues, efectivamente, 1) la imaginación lleva
a cabo la producción de esquemas, los cuales son una asociación entre las categorías y las formas de
intuición producto de la unidad trascendental y permiten producir conceptos generales, que son una
síntesis entre la intuición y las categorías; además, 2) el contenido de dichos conceptos generales es
determinado por la imaginación, pues ésta hace que el contenido de las representaciones de los
conceptos generales sea determinado por el concepto mismo y no por la intuición sensible; y, por
10
último, 3) al llevar a cabo en los esquemas la síntesis de las categorías y la intuición, la imaginación
posibilita los juicios sintéticos a priori, cuyo fundamento es justamente la posibilidad de que haya
BIBLIOGRAFÍA
2001.
Kant, Immanuel, Crítica de la razón pura, trad. Pedro Ribas, Madrid, Gredos, 2010.
Wuerth, Julian, “The Paralogisms of Pure Reason”, en P. Guyer (ed.), The Cambridge
Companion to Kant’s Critique of Pure Reason, USA, Cambridge University Press, 2010, pp.
210-244.
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