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BARCELONA 04-02-2019

DESARROLLOS CARMICHEL C.A.

La presente tiene como finalidad rendir informe sobre las inspecciones hechas en el registro inmobiliario sobre los
terrenos propiedad de Desarrollos Carmichel C.A.,ubicados en la PROLONGACION DE LA Av la costanera
sentido Centro Comercial Puente real hacia el sector Maurica:
El lote de terreno originalmente consta de 22 hectarias (220.000 m2) , los cuales fueron adquiridas de la siguiente
manera :

1- Por compra que le hizo Desarrollos Carmichel C.A., a la ciudadana BERTHA MARIA SILVA , venezolana
con cedula de identidad 1.151.382 ……………………………………110.000,00 m2,

2- Por compra que le hizo Desarrollos Carmichel C.A., al ciudadano JEAN JOSE SANCHEZ , venezolana con
cedula de identidad 10.197.455 ……………………………………110.000,00 m2

BERTHA MARIA SILVA ……………………………………110.000,00 m2


JEAN JOSE SANCHEZ ……………………………………110.000,00 m2
Total 220.000,00 m2

La empresa Desarrollos Carmichel C.A., al 31-12-2018 , vendio diferentes parcelas para alcanzar la
cantidad de 129.924,86 m2 vendidos
ventas :

En consecuencia la empresa Desarrollos Carmichel C.A., actualmente es propietaria de tan solo - -


90.075,14 m2 .

Por todas estas razones solicito instrucciones sobre los siguientes pasos para cancelar los impuestos municipales
y la obtencion del certificado de solvencia.

Sin mas que informar .

Atentamente

NORIS HERNANDEZ POYESCAS .


PROCEDENCIA O NO DE LA
DESTITUCIÓN DEL ALCALDE POR
IMPROBACIÓN DE LA MEMORIA Y
CUENTA POR EL CONCEJO
MUNICIPAL @Edularalaw
Dispone la Ley Orgánica del Poder Público Municipal (LOPPM, 2010) que el Alcalde deberá rendir cuentas
de su gestión.
En efecto, ante el Concejo Municipal deberá presentarla en el segundo mes siguiente a la finalización de
cada ejercicio económico financiero de su mandato, el Informe de Gestión y ante la Contraloría Municipal, la
Cuenta que deberá incluir informe detallado de las obligaciones impagadas o morosas de los contribuyentes.
El ejercicio económico financiero – de conformidad con la Ley Orgánica de la Administración Financiera del
Sector Público (2015) – inicia el primero de enero y finaliza el treinta y uno de diciembre de ese mismo año.
Establece la LOPMM que, pasados treinta días consecutivos de la oportunidad fijada para la presentación de
la rendición de cuentas sobre su gestión o de las prórrogas concedidas por el Concejo Municipal o por la
Contraloría Municipal, según sea el caso, sin que el Alcalde haya cumplido tal obligación en la forma
prevista, se abre la posibilidad de declaratoria de falta grave por omisión de cumplimiento de los deberes que
le impone el cargo, pudiendo requerirse la intervención del Ministerio Público.
Permite la Ley en cuestión que, ante este escenario, también cualquier ciudadano pueda acudir ante el
Ministerio Público o la Contraloría General de la República e interponer la correspondiente denuncia.
Como quiera que el Concejo Municipal tenga asignada la competencia de ejercer función de control sobre el
Ejecutivo Local, podría darse el caso que lo presentado por el Alcalde no satisfaga a los legisladores, lo que
podría dar pie a un conflicto de autoridades. Obviamente, esto presupondría afectar la gestión regular de las
competencias de órganos y entes locales, no beneficiándose de ello las comunidades a quienes deben
servir.
En la actualidad no es dable a los concejales instar a un proceso destitutorio del alcalde por cuanto atenta
contra el carácter comicial de origen para poder acceder al cargo. De hecho, el Máximo Tribunal tiene como
antecedentes la desaplicación de normas de la hoy derogada Ley Orgánica del Régimen Municipal,
sustituyéndose por las de participación – no solamente las previstas por la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), sino también por la LOPPM, la Ley Orgánica del Poder Electoral
(2002) y la Ley de Procesos Electorales (2009).
Estando comprendido el alcalde dentro de los cargos de elección popular y, por ende, implica – según la
CRBV – que es de mandato revocable, solamente procedería la vía electoral a través de consulta
refrendaria. Distinto es el caso de producirse muerte, renuncia, interdicción o detención judicial, por ejemplo.
Cabe formular un planteamiento cuando se está ante el escenario que la Contraloría Municipal o la General
de la República conozca de una denuncia sobre este tema, ¿Podría promover la destitución del Alcalde
habida cuenta que no goza del privilegio de inmunidad?
La Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y Sistema Nacional de Control Fiscal (LOCGR,
2010), le establece al Contralor General de la República la posibilidad para inhabilitar el desempeño de
funciones públicas, lo que recuerda la opinión pública por sonados casos con centimetraje en medios de
comunicación y de polémicas decisiones judiciales que no vienen al caso.
La jurisprudencia se ha pronunciado en torno a destituciones hechas por el Órgano Contralor en legisladores,
quienes si la poseen. En lo que este autor ha leído se ha concluido – en estos funcionarios – que no es
posible porque habría que gestionar por otras vías, siendo la consulta refrendaria una de ellas.
Ahora bien, luego de sustanciado y decidido el trámite por la Contraloría General, como bien lo establece la
LOCGR, determinada la responsabilidad administrativa por haber lesión patrimonial, puede remitirse al
Ministerio Público para que éste desarrolle sus competencias desde la perspectiva delictual.
Las responsabilidades a que hace mención la CRBV son independientes una de otras y se tramitan por los
procedimientos establecidos en el ordenamiento jurídico.
Se sugiere al lector dar un vistazo a otros artículos de este autor denominados “Municipio y Poder Popular”,
“La Justicia de Paz Comunal”, “Organización y Gestión Municipal”, “De las Competencias Municipales”,
“Medios de Gestión”,” De los medios de participación”, “Municipio y Presupuesto”, “Municipio y Planificación”,
“Los CLPP en la Ley Orgánica del año 2010”, “Los Consejos Comunales según su Ley Orgánica del año
2009”, “El Consejo Federal de Gobierno”, “La Contraloría Social”, “La Contraloría Municipal”, ”Municipio y
Servicios Públicos”, “Municipio y Gestión Integral de la Basura”, “Las Empresas Municipales”, “Los Bienes
Municipales”, “Las Ordenanzas y su ubicación en el ordenamiento jurídico”, “Municipio y Ley Orgánica de
Gestión Comunitaria”, entre otros, que pueden ser encontrados
en www.eduardolarasalazarabogadoblogspot.com para obtener mayor información sobre lo aquí tratado.
En otra oportunidad se tocarán otros aspectos relacionados con el tema.
Por: Abogado Eduardo Lara Salaza

MAGISTRADO PONENTE: Dr. A.M. URDANETA


Exp. Nº 2004-000006
En fecha 5 de febrero de 2004 se recibió en esta S., proveniente de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, el oficio Nº 04-0324 del día 3 del mismo mes y año, anexo al cual se remitió el
expediente contentivo de la “...la acción de amparo constitucional interpuesta por los ciudadanos J.N.G.,
T.B., J.H.V., O.E.V., M.E.P. y A.P.G....”.
Tal remisión se efectuó en virtud del fallo dictado por dicha Sala el 28 de enero de 2004, mediante el cual
“...se declaró INCOMPETENTE para conocer de la solicitud interpuesta por los ciudadanos antes
mencionados, para resolver el conflicto surgido en el Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida; en
consecuencia, NO ACEPTÓ la declinatoria efectuada por la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia y DECLINÓ LA COMPETENCIA en la Sala Electoral de este Tribunal”.
En fecha 5 de febrero de 2004 se dio cuenta a la Sala Electoral del recibo del expediente.
Por auto de fecha 9 de febrero de 2004, se designó ponente al Magistrado Dr. A.M.U., a los fines de emitir el
pronunciamiento correspondiente.
Efectuado el estudio del expediente esta Sala pasa a decidir, previas las siguientes consideraciones:
I ANTECEDENTES El presente recurso, por conflicto de autoridad, fue planteado ante la Sala político
Administrativa en fecha 5 de agosto del año 2002, decidiendo dicha Sala, mediante fallo del 17 de octubre de
ese mismo año, que no tenía competencia para conocer del mismo, al considerar que la presente causa
versa sobre un conflicto constitucional en el que “...se alegó que el artículo 69 de la Ley Orgánica de
Régimen Municipal no resultaba aplicable, por cuanto fue derogado por el artículo 72 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela”, remitiéndolo, en consecuencia, a la Sala Constitucional de este
máximo tribunal, donde se dio por recibido el día 11 del mismo mes y año.
En virtud del fallo dictado en fecha 28 de enero de 2003, y por las consideraciones en él contenidas, la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia no aceptó la declinatoria de competencia efectuada por la
Sala Político Administrativa, y declinó su conocimiento en esta Sala Electoral.
II FUNDAMENTOS DEL RECURSO Solicita la parte actora que se conozca y decida el conflicto de
autoridades surgido en la Alcaldía del Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida, “...por la existencia de
DOS (2) ALCALDES, situación que amenaza la normalidad institucional en nuestro municipio”, toda vez que,
el ciudadano P.S.R.M. está actualmente suspendido del ejercicio del cargo de Alcalde del mencionado
Municipio en virtud de la improbación de la memoria y cuenta correspondiente al año 2001; decisión ésta que
habría sido tomada por la Cámara Municipal de ese ente el pasado 15 de julio de 2002 y que está recogido
en el Acuerdo de Cámara Nº 12 de la misma fecha.
En este sentido, narran que el 15 de julio de 2002, según acta Nº 40, correspondiente a la sesión Nº 17, la
Cámara Municipal en pleno decidió improbar la memoria y cuenta del Alcalde correspondiente al ejercicio
fiscal de 2001, por los hechos y circunstancias establecidas en el informe elaborado por una Comisión
Especial designada a los fines de investigar la actuación del referido funcionario, y que, en esa misma
oportunidad se aprobó un Acuerdo de Cámara, signado con el Nº 12, que contempló la suspensión del cargo
de Alcalde, designándose para ocupar el cargo de Alcalde Interino a la ciudadana I.B., quien se
desempañaba para ese momento como V. de la Cámara Municipal.
Explican, que de las mencionadas decisiones se notificó al ciudadano P.S.R.M. y al Banco Provincial, al que
solicitaron “...en aras de proteger el patrimonio público, que las cuentas corrientes pertenecientes a la
alcaldía de nuestro municipio, fueran inmovilizadas, a los fines de evitar que el ALCALDE SUSPENDIDO,
siguiera de forma fraudulenta apropiándose del erario público, MEDIDA CAUTELAR que fue
satisfactoriamente acordada por la entidad bancaria”, y que, asimismo, se notificó a las distintas autoridades
civiles, militares, gremiales, vecinales y eclesiásticas de la región, y otros órganos nacionales. Como
fundamento de su actuación, indica la pacte actora que la determinación que adoptó el cuerpo edilicio de
improbar la memoria y cuenta del Alcalde y su suspensión obedeció a una serie de irregularidades
administrativas y daño patrimonial al fisco municipal.
El problema, destacan, consiste en que el Alcalde suspendido se niega a entregar material, voluntaria y
pacíficamente el cargo que venía ejerciendo a la Prof. I.B., como Alcaldesa Interina, “...quien fue designada
de conformidad con lo señalado en el artículo 69 de la LEY ORGÁNICA DE RÉGIMEN MUNICIPAL, para
ocupar de manera temporal el respectivo cargo...”. Agregan que, por el contrario, una vez que el Alcalde
suspendido tuvo conocimiento de la improbación de la memoria y cuenta y de su suspensión del cargo que
venía ejerciendo, “...de manera violenta, compulsiva e irracional, convocó a sus partidarios para que se
instalaran dentro de la sede del poder municipal, a objeto de que estos impidan el NORMAL Y EFICAZ
FUNCIONAMIENTO INSTITUCIONAL, perturbando lo aprobado por la cámara municipal, que de manera
libérrima y apegada a los principios de respeto democrático, y sobre todo al respeto de la constitución y la
ley, al encontrar indicios de mal manejo administrativo por parte del ALCALDE, improbó dicha MEMORIA y
CUENTA, con las consecuencias reiteradamente referidas...”.
Asimismo, denuncian que el ciudadano P.S.R.M. ha llamado a los vecinos del Municipio para que
desconozcan la legítima autoridad de la Alcaldesa Interina, “...situación que a (sic) agravado el CONFLICTO
DE AUTORIDADES, ya que los contribuyentes del municipio se han negado a cancelar los IMPUESTOS
MUNICIPALES, los servicios públicos que presta la Alcaldía se encuentran paralizados, tales como ASEO
URBANO, TRANSPORTE ESTUDIANTIL; MANTENIMIENTO DE CEMENTERIOS, LIMPIEZA DE LA
VIALIDAD URBANA Y RURAL, esto en razón de que existen DOS NÓMINAS de directores del tren ejecutivo,
una que mantiene por la vía de hecho, el ALCALDE SUSPENDIDO, y otra que legítimamente designo (sic) la
ALCALDESA INTERINO...” y que el Alcalde suspendido sostiene, como fundamento de su actitud, que el
artículo 69 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal está derogado por el artículo 72 de la Constitución y
que, por tanto, la Cámara Municipal no lo puede destituir, toda vez que él sólo puede ser destituido por el
pueblo. Al respecto, expresan que “...en ningún momento se contempló su destitución sino su suspensión
temporal, como consecuencia de la improbación de la memoria y cuenta”.
En este sentido, destacan que la interpretación que hace el Alcalde suspendido de los mencionados
preceptos es errónea, ya que el aludido artículo 69 se refiere a la suspensión y la norma constitucional alude
a la revocatoria del mandato, situaciones que a su entender son totalmente distintas.
Estiman que la Cámara Municipal actuó apegada a la ley, ya que de forma expresa y motivada improbó la
memoria y cuenta de la gestión del alcalde suspendido, y lo hizo con el voto de los cinco concejales que
conforman el Concejo Municipal del Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida, y que, de igual manera,
designó para ocupar de manera temporal el cargo de Alcaldesa a la P.I.B., “a los fines de evitar un vacío de
poder”, quien estará hasta tanto se aplique la dispositiva contenida en el artículo 69 de la Ley Orgánica de
Régimen Municipal, referida al referéndum que establece la precitada norma, sobre cuya procedencia
solicitaron un pronunciamiento expreso.
Finalmente, solicitan que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen
Municipal, la Sala Político Administrativa de este Tribunal Supremo de Justicia conozca y decida el conflicto
de autoridades que existe en el Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida y se declare legítima a la
autoridad designada por el Consejo Municipal de esa entidad local, esto es, a la profesora I.B.. Asimismo,
piden que se ordene al Alcalde suspendido la entrega inmediata a dicha ciudadana del cargo que como
Alcalde venía desempeñando y, en consecuencia, se abstenga de realizar cualquier actuación que impida el
normal desarrollo de las funciones inherentes al cargo de Alcalde. Por último, solicitan se emita un
pronunciamiento acerca de la realización del referéndum a que hace mención el referido artículo 69,
indicándose la procedencia o no del mismo.
III DE LA DECLINATORIA DE COMPETENCIA
Mediante sentencia dictada el 28 de enero de 2004, la Sala Constitucional no aceptó la declinatoria de
competencia efectuada por la Sala Político Administrativa de este alto Tribunal, declinándola, a su vez, en
esta Sala Electoral con fundamento en las siguientes consideraciones:
Que la jurisprudencia de la Sala Político Administrativa de la entonces Corte Suprema de Justicia delimitó y
explicó, en su oportunidad, el contenido y alcance de la figura jurídica contenida en el artículo 166 de la Ley
Orgánica de Régimen Municipal, siendo esta doctrina seguida por la Sala Político Administrativa y la Sala
Electoral de este Tribunal Supremo de Justicia, con las precisiones y adaptaciones que supuso la aprobación
de la Constitución de 1999, que introdujo algunas modificaciones sustanciales relacionadas con la
participación de los ciudadanos y con la materia electoral, así como relativas a la competencia de los
tribunales y a la creación de la jurisdicción contencioso electoral, quedando establecido en todo caso y, de
acuerdo con la doctrina de la Sala Político Administrativa de la entonces Corte Suprema de Justicia, que
dicha norma prevé un “recurso jurisdiccional de carácter específico, distinto al de anulación”, que está
“...dirigido a poner término a una situación precisa, producida concretamente por el conflicto entre
autoridades municipales que se constituya en amenaza para el normal funcionamiento de la institución. De
ahí que haya concluido la Sala en anteriores oportunidades que su utilización es de carácter restringido, en
virtud de la especificidad de los supuestos que la autorizan”; y que, “(...) dentro de esos supuestos
específicos se cuenta, sin duda, la destitución del Alcalde por improbación de su Memoria y Cuenta, siempre
que dicho acto haya originado una situación de conflicto institucional que amenace la normalidad del
Municipio, dado que, de otra manera, habrían de acudir las partes en conflicto a otros mecanismos cuyo
diseño no permite resolver de forma expedita y urgente, como lo amerita, una situación de alteración
institucional” (Vid. sentencia Nº 204 del 23 de abril de 1998).
En este sentido, la Sala Constitucional refiere algunas de las decisiones dictadas por la Sala Político
Administrativa, por esta Sala Electoral y por la Sala Plena, en virtud de los conflictos de competencia
planteados, a su vez, entre la Sala Electoral y la Sala Político Administrativa, precisamente, con relación a
recursos interpuestos de acuerdo con el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, por
“conflictos de autoridad”. Señala así la sentencia dictada por la Sala Político Administrativa, en fecha 8 de
marzo de 2001, en la cual dejó sentado que “...fijó el criterio que debía emplearse para determinar la Sala
competente para conocer de aquellos casos en que se plantease un conflicto de autoridades, de acuerdo con
lo establecido en el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, estableciendo una clara
diferencia entre los conflictos originados entre distintas autoridades locales respecto a la ejecución de
potestades públicas que le son inherentes, y al mismo tiempo, los conflictos relacionados con la
determinación de las autoridades legítimas de esas entidades territoriales, supuesto éste estrechamente
relacionado con el ejercicio del Poder Electoral, cuyas funciones se encuentran preceptuadas en el artículo
293 del Texto Fundamental y que al haberse planteado ante esa S. un conflicto de autoridades, por el que se
cuestiona la investidura de dos ciudadanos para ejercer el cargo de Contralor, la competente para conocer y
decidir el caso era la Sala Electoral”.
Igualmente, la Sala Constitucional cita el contenido de la decisión emanada de esta Sala Electoral, en fecha
9 de abril de 2001, conforme a la cual se dejó sentado que “...no correspondía a (esta) Sala conocer del
conflicto de autoridades planteado, pues se trataba de un hecho de naturaleza distinta a la electoral, que
buscaba dilucidar la legitimidad de cargos ejercidos por funcionarios que no son electos de manera directa y
por representación popular, como era el caso del Contralor Municipal, lo que no era de su competencia,
como órgano encargado de ejercer la jurisdicción contencioso electoral, ya que estos supuestos no están
relacionados con el ejercicio del Poder Electoral y nada tienen que ver con la organización, administración,
dirección y vigilancia de actos vinculados a la elección de cargos de representación popular”. Refiere la Sala
Constitucional, con ocasión del mismo punto, el fallo proferido por la Sala Plena de este máximo tribunal, en
fecha 4 de julio de 2001, en el que estableció que “...en la situación examinada, la ilegitimidad alegada
estaba referida al Contralor Municipal, que era un cargo cuyo nombramiento estaba atribuido a los Concejos
o cabildos, de acuerdo con lo establecido en el numeral 2 del artículo 76 y 92 de la Ley Orgánica de Régimen
Municipal, designación que, en todo caso, debía ajustarse a lo preceptuado en el artículo 93 eiusdem, en
consecuencia, su designación dependía de otro órgano del Poder Municipal y respondía a un criterio distinto
a la elección popular, de allí que, por no derivar su designación de un proceso de carácter comicial ni de
manera directa ni indirecta, su régimen jurídico no se encontraba sometido a reglas de derecho electoral ni a
esa jurisdicción, sin que ello significara que no pudiese surgir con motivo de la designación o destitución del
C.M., un conflicto que atentara contra el buen desarrollo de las actividades municipales, pues, como se
expuso, el supuesto contenido en el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, ni se agota en la
sola cuestión de la legitimidad de una autoridad municipal, ni esa legitimidad debía circunscribirse a un cargo
de elección popular”, concluyendo la Sala Plena que “...en ese caso, no sólo se atribuía la competencia a la
Sala Político Administrativa porque el funcionario no asumió sus funciones producto de una elección popular,
sino que la actuación que le otorga investidura de Contralor Municipal es un acto administrativo proveniente
no de un órgano electoral...”, de manera que su conocimiento “...quedaba sometido a la jurisdicción
contencioso administrativa (...) por ser el órgano jurisdiccional competente para resolver la solicitud de
resolución de conflicto municipal, en atención al dispositivo contenido en el artículo 166 de la Ley Orgánica
de Régimen Municipal, por no revestir (...) carácter electoral...”.
De este modo, la Sala Constitucional, luego de analizar las sentencias referidas, emanadas de la Sala
Político Administrativa, de la Sala Plena y de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, vinculadas
todas con el tema de la competencia para conocer de los conflictos de autoridad, concluye señalando que el
criterio que debe seguirse es el de determinar si la anormalidad institucional alegada está relacionada con la
falta de legitimidad o desconocimiento de la investidura del Alcalde o de los miembros del Concejo Municipal
o si se trata de cualquier otra situación conflictiva que comprometa el normal desarrollo de las actividades
municipales, o si, por el contrario, se trata de una controversia constitucional, en cuyo caso estaríamos en
presencia de una situación distinta a la regulada en el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal.
Advierte la Sala Constitucional que, no obstante los criterios expuestos por las referidas S., ese mismo
órgano jurisdiccional, en sentencia Nº 579 del 22 de marzo de 2002 (Caso: M.A. delC.) -ratificada
posteriormente en diversas sentencias, entre ellas la Nº 3.180 del 11 de diciembre de 2002-, precisó algunos
aspectos con el objeto de establecer las diferencias existentes entre las “controversias” propias del ámbito
municipal previstas en el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, de aquellas surgidas entre
los distintos órganos del Poder Público y que se encuentran instituidas en los artículos 336, numeral 9 de la
Constitución de 1999, destacando que no debe confundirse al conflicto de anormalidad institucional
contemplado en el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal con cualesquier otro tipo de
controversias o conflictos que se susciten entre los Poderes Públicos, bien sea de carácter administrativo o
constitucional.
Así, la Sala Constitucional a objeto de determinar la naturaleza de tales conflictos y los criterios de atribución
de competencia, establece las diferencias existentes entre los conflictos administrativos y constitucionales
con los conflictos de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, señalando que aquellos atienden a situaciones
distintas y, que, a pesar de que el régimen que delimita y regula las “controversias administrativas” y las
“controversias constitucionales” está contenido en la nueva Constitución y el otro es preconstitucional, ello en
nada contraría a la resolución de estas controversias y que, por el contrario, mantener su vigencia cumple
una conveniente función dentro de un régimen tan especial como lo es el municipal, aunado al hecho de que
los sujetos involucrados en tales figuras son absolutamente diferentes, aunque no se excluye la posibilidad
de que una situación conflictiva suscitada en un Municipio o que afecte de alguna manera sus actividades
pudiera llegar a ser una controversia constitucional, si fuere el caso.
Infiere la Sala Constitucional que “[e]n caso de surgir una situación que amenace la normalidad institucional
de un Municipio” siempre que no provenga de una controversia suscitada con otro órgano del Poder Público,
y no tratarse de una cuestión de carácter constitucional que suponga la ejecución directa e inmediata del
Texto Fundamental, el asunto debe tramitarse ante una instancia distinta de esa Sala, bien sea a través del
régimen de controversias administrativas establecido en la Constitución, resultándole aplicable lo dispuesto
en los artículos 138 y siguientes de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, o lo que prevea la
nueva Ley o a través del mecanismo contenido en la Ley Orgánica de Régimen Municipal a tal efecto.
Advierte, igualmente, que existe otra figura jurídica absolutamente distinta que, si bien puede crear una
situación que amenace la normalidad institucional de un municipio o tenga relación con la legitimidad de las
autoridades municipales, no debe confundirse con aquella, y que se trata de la situación regulada en artículo
69 de la misma Ley Orgánica, conforme a la cual se establece la suspensión del ejercicio de los Alcaldes en
los casos que el Concejo, con el quórum requerido, impruebe la memoria y cuenta de su gestión anual, así
como la convocatoria, por parte del mismo Concejo, a un referéndum que se realizará en un plazo máximo
de treinta (30) días para que el Cuerpo Electoral Local se pronuncie sobre la revocatoria o no del mandato
del Alcalde; disponiendo además, la norma, que durante la suspensión del Alcalde de que se trate sus
atribuciones deberán ser ejercidas por el Concejal que designe la Cámara.
Respecto a la disposición contenida en el referido artículo 69 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal
señala la Sala Constitucional que la misma, al ser preconstitucional y no adaptarse a lo estipulado en el
artículo 72 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es evidente que ha devenido en
inconstitucional, como lo señalara dicha S. en su sentencia Nº 579 del 22 de marzo de 2002 (Caso: A. delC.,
pero, explica la Sala Constitucional, “...que la incompatibilidad del artículo 166 de la Ley Orgánica del
Régimen Municipal con los artículos 266.4 y 336.9 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, declarada en la citada sentencia Nº 579/2002, se refiere a las controversias constitucionales cuya
competencia ha sido atribuida a la Sala Constitucional por el artículo 336.9, y no a las controversias
administrativas que, según el artículo 266 eiusdem corresponden a la Sala Político Administrativa del
Tribunal Supremo de Justicia, pues, de acuerdo con los razonamientos expuestos, la norma no colide con el
nuevo orden constitucional y, por el contrario evita que, situaciones de anormalidad de la vida local de un
Municipio, que no constituyen conflicto constitucional alguno, sean resueltas por esta Sala”.
Concluye señalando la Sala que los hechos planteados en el caso sub júdice no pueden ser considerados o
subsumibles en una controversia constitucional, de las contenidas en el numeral 9 del artículo 336 de la
Constitución vigente, toda vez que esta última se limita, como quedó expuesto, a la resolución de conflictos
entre órganos del Poder Público con relación al ejercicio de las atribuciones que le otorga la Constitución, en
su parte orgánica, siendo, por tanto, un conflicto que debe resolverse, de ser procedente, de conformidad
con el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal. Estableciendo con ello la Sala que fijaba un
nuevo criterio en relación con este tipo de conflictos originados en el seno del Poder Municipal.
Finalmente, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia se declara incompetente para conocer
de la presente solicitud y, de conformidad con el criterio sostenido tanto por la Sala Electoral como por la
Sala Político Administrativa y por la Sala Plena de este Supremo Tribunal, no acepta la declinatoria
efectuada por la Sala Político Administrativa de este Supremo Tribunal y, en virtud del criterio contenido en el
referido fallo, declara competente para conocer de la presente causa a la Sala Electoral.
IV ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN Corresponde a esta Sala Electoral, en primer término, decidir acerca de la
declinatoria de competencia formulada por la Sala Constitucional, para lo cual observa lo siguiente:
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en su fallo de fecha 28 de enero de 2004, luego de
efectuar un extenso análisis sobre las decisiones emanadas de la Sala Político Administrativa, de la Sala
Plena, y de esta Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, vinculadas todas con el tema de la
competencia para conocer de los conflictos de autoridad, y de realizar también un profundo examen sobre el
contenido de los artículos 336, numeral 9 y 266, numeral 4 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, de manera acertada, declaró que los hechos planteados en el caso sub júdice no pueden ser
subsumidos en una controversia constitucional, de las contenidas en la Constitución vigente, toda vez que
esta última se limita, como quedó expuesto, a la resolución de conflictos entre órganos del Poder Público con
relación al ejercicio de las atribuciones que le otorga la Constitución, en su parte orgánica, siendo, por tanto,
un conflicto que debe resolverse, de ser procedente, de conformidad con el artículo 166 de la Ley Orgánica
de Régimen Municipal y que, en consecuencia, no resultaba ella el órgano jurisdiccional con competencia
para resolver el asunto planteado en autos. Tal criterio es ampliamente compartido por esta Sala Electoral
sin embargo, lamenta este juzgador disentir de la Sala Constitucional en la declinatoria de la competencia
para el conocimiento del presente caso a esta Sala Electoral, por las razones que a continuación se
expresan:
En su escrito libelar la parte actora, de manera diáfana, expone todos los aspectos de hecho relacionados
con su solicitud, pudiéndose desprender de dicho escrito que el objeto de la presente causa lo constituye un
conflicto de autoridad -en los términos previstos en el artículo 166 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal-
planteado en el Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida, con ocasión de la suspensión temporal del
Alcalde titular, ciudadano P.S.R.M., en virtud de la improbación, por parte del Cámara Municipal, de la
memoria y cuenta de su gestión para el año 2001, y de la negativa del referido ciudadano a hacer entrega del
cargo a la P.I.B., quien fue designada, por dicha Cámara, de conformidad con lo previsto en el artículo 69 de
la Ley Orgánica de Régimen Municipal.
Solicitan los actores, en su escrito recursivo, lo siguiente: “...PRIMERO (...) que de conformidad con el
artículo 166 de la ley orgánica del régimen municipal, esta SALA POLÍTICO-ADMINISTRATIVA, CONOZCA
Y DECIDA el CONFLICTO DE AUTORIDADES, existente en el Municipio Cardenal Quintero del Estado
Mérida, y en consideración de todo lo anteriormente expuesto, se DECLARE LEGÍTIMA a la autoridad
designada por el Concejo Municipal del Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida, en la persona de la
PROF. I.B. (...) SEGUNDO: (...) ORDENE al SUSPENDIDO ALCALDE, LIC. P.S.R.M., ya identificado,
entregue de inmediato a la PROF. I.B., ALCALDESA INTERINA el cargo de alcalde que venía
desempeñando (...) y se abstenga de realizar cualquier actuación que impida el normal y eficaz
desenvolvimiento de las funciones inherentes al cargo (...) TERCERO: que esta SALA POLÍTICO
ADMINISTRATIVA, se pronuncie sobre la realización del REFERÉNDUM a que hace mención el artículo 69
de la ley orgánica de régimen municipal, y en consecuencia indique la procedencia o no del mismo, y
cualquier otro pronunciamiento que considere pertinente...”.
De este modo, resulta claro para esta Sala Electoral que la situación de conflicto planteada en el
Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida, cuya resolución piden los recurrentes, se contrae a
determinar si en el caso de autos, en virtud de la improbación de la memoria y cuenta del Alcalde de dicho
Municipio resultaba procedente la suspensión de su cargo y, consecuencia de ello, si la negativa del
ciudadano P.S.R.M. a entregar el cargo de Alcalde resulta legítima o no; con lo cual, estima esta S. que la
principal labor del órgano decisor -que detente la competencia para conocer de la presente causa- consistirá
en verificar si los hechos alegados y demostrados en autos se pueden subsumir en el supuesto de derecho
correspondiente, es decir, si la Cámara Municipal del Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida cumplió
con todos los requisitos administrativos, relacionados con su funcionamiento y que contempla la Ley
Orgánica de Régimen Municipal, a los fines de acordar la suspensión del Alcalde de su cargo por haberle
sido improbada su memoria y cuenta.
Por tanto, estima la Sala que el subsiguiente pronunciamiento que solicitan los recurrentes sobre la
declaratoria de “legitimidad” de la designación de la ciudadana I.B. en el cargo de Alcaldesa Interina -en tanto
y en cuanto el mismo no se plantea en el marco de una disputa electoral ni deriva de un asunto de naturaleza
electoral- se verá satisfecho en la medida en que se demuestre en juicio si, efectivamente, se cumplieron los
extremos del referido artículo 166 de la referida Ley o, si por el contrario, los mismos fueron desconocidos.
En virtud de ello, a juicio de esta Sala Electoral, en la presente causa no se debate tema alguno que
justifique su intervención en el conocimiento de la misma, pues, en todo caso, el pronunciamiento que piden
los actores acerca de la aplicación del artículo 69 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal y la posibilidad
de convocar en el Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida el referéndum en él previsto, sólo podrá
determinarse, como se dijo, una vez verificado el cumplimiento de los requisitos de índole administrativo
relacionados con el funcionamiento de la Cámara Municipal del Municipio Cardenal Quintero del Estado
Mérida y que dieron lugar a la suspensión del cargo de Alcalde según lo previsto en el artículo 166 de la
misma Ley, pues, como es sabido, tal suspensión no deviene de un acto de naturaleza electoral, de manera
que la competencia la detenta, por imperativo legal, la Sala Político Administrativa de este Tribunal Supremo
de Justicia, y así lo ha señalado la Sala Plena de este Tribunal Supremo de Justicia, en su fallo del 4 de julio
de 2001, al expresar lo siguiente:
“(...)
En otras palabras, para determinar la competencia de la Sala Electoral en los conflictos municipales previstos
en la norma citada, debe atenderse a que la situación que amenace la normalidad institucional haya surgido
del desconocimiento de autoridades municipales legítimas que implique la vulneración de los derechos a
elegir o ser elegido a cargos de representación popular, por resultar electas para esos cargos a través de la
elección popular (léase Alcaldes y Concejales de acuerdo a la legislación vigente). En ese sentido, no
siempre que se trate de la legitimidad de alguna autoridad municipal debe considerarse que la competencia
esté atribuida a la jurisdicción contencioso electoral, si dicho funcionario no es de elección popular, ello por
no estar involucrado el derecho al sufragio activo o pasivo, tampoco debe pensarse que siempre que se
discuta la legitimidad de un funcionario público municipal, la situación se inserte en el supuesto contemplado
en el citado artículo 166, sino media una situación como la descrita en la norma.
(Vid Sentencia del 4 de junio de 2001. Caso: Luis Alberto Godoy Mazarri)

Desea igualmente esta Sala Electoral advertir que el anterior pronunciamiento en forma alguna
desconoce o contraría el carácter vinculante que le ha impreso -de conformidad con el artículo 335 del texto
fundamental- la Sala Constitucional a su fallo con relación a la interpretación que en el mismo se hace sobre
el contenido y alcance de los artículos 336, numeral 9 y 266, numeral 4 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, referidos a los conflictos administrativos entre los distintos órganos del Poder
Público y los conflictos constitucionales, pues, justamente, es ese el espíritu del Constituyente que se
desprende del texto del mencionado artículo 335.
Consecuencia de lo antes expuesto, esta Sala Electoral no puede aceptar la competencia que le ha sido
declinada para conocer de la presente causa, y acuerda plantear el presente conflicto de competencia ante la
Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia de conformidad con lo previsto en el artículo 266 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con lo dispuesto en los artículos 42,
numeral 7 y 43 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, que establecen entre las competencia de
la Corte en Pleno (actual Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia) la resolución de “...los conflictos de
cualquier naturaleza que puedan suscitarse entre las Salas que la integran o entre los funcionarios de la
propia Corte, con motivo de sus funciones”. Así se decide.
A los fines de dar cumplimiento a lo anterior y visto el tiempo transcurrido desde que se interpuso la presente
causa en la que, precisamente, se denuncia la alteración del funcionamiento de un ente territorial como es el
Municipio Cardenal Quintero del Estado Mérida, esta S. acuerda la remisión inmediata del expediente a la
Sala Plena a los fines legales pertinentes.
III DECISIÓN
Por las razones de hecho y de derecho precedentemente expuestas, esta Sala Electoral del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela, y por
autoridad de la ley, declara que NO ACEPTA LA COMPETENCIA que le fuera declinada para conocer de la
presente causa y, acuerda PLANTEAR EL CONFLICTO DE COMPETENCIA ante la Sala Plena de este
máximo tribunal.
P. y regístrese. Remítase el expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala
Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas a los treinta (30) días del mes de
marzo del año dos mil cuatro (2004). Años 193° de la Independencia y 144° de la Federación.
El Presidente-Ponente,
A.M.U.E.V.,
L.E.M.H. M.,
RAFAEL HERNÁNDEZ UZCÁTEGUI
El Secretario,
ALFREDO DE STEFANO PÉREZ
Exp. Nº 2004-000006
En treinta (30) de marzo del año dos mil cuatro, siendo la una y veinticinco de la tarde (1:25 p.m.), se publicó
y registró la anterior sentencia bajo el Nº 29.-
El S.,
Xxxxxxxxxxxxxxxxxx

Procedencia o no de la destitución del alcalde por improbación de


memoria y cuenta por el concejo municipal

Dispone la Ley Orgánica del Poder Público Municipal (LOPPM, 2010) que el
Alcalde deberá rendir cuentas de su gestión.

En efecto, ante el Concejo Municipal deberá presentarla en el segundo mes


siguiente a la finalización de cada ejercicio económico financiero de su
mandato, el Informe de Gestión y ante la Contraloría Municipal, la Cuenta
que deberá incluir informe detallado de las obligaciones impagadas o
morosas de los contribuyentes. El ejercicio económico financiero – de
conformidad con la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector
Público (2012) – inicia el primero de enero y finaliza el treinta y uno de
diciembre de ese mismo año.

Establece la LOPMM que, pasados treinta días consecutivos de la


oportunidad fijada para la presentación de la rendición de cuentas sobre su
gestión o de las prórrogas concedidas por el Concejo Municipal o por la
Contraloría Municipal, según sea el caso, sin que el Alcalde haya cumplido
tal obligación en la forma prevista, se abre la posibilidad de declaratoria de
falta grave por omisión de cumplimiento de los deberes que le impone el
cargo, pudiendo requerirse la intervención del Ministerio Público.
Permite la Ley en cuestión que, ante este escenario, también cualquier
ciudadano pueda acudir ante el Ministerio Público o la Contraloría General
de la República e interponer la correspondiente denuncia.

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