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Otros autores, como José Eduardo Zeballos, afirman que el terrorismo es sólo en
apariencia una forma de lucha política. Pero puede ser el modo de expresar
complejos psicológicos personales, frustraciones y resentimientos que tienen un
origen social. El terrorista da forma a este sentimiento, lo convierte en razón y lo
conserva como motor que lo guía en la acción. El resentimiento y la protesta
reprimidos largamente se convierten en ideología. Luego se mata o se muere por
dicha ideología, pero en realidad se está matando por un trauma personal.
El terrorismo puede ser motivado por diversos factores cuando está en relación
con la variable política. El terrorismo político es la utilización sistemática y
organizada de la violencia criminal con el propósito de incrementar el poder de un
grupo para alcanzar un objetivo político.
Manuel Rubén
Abimael Guzmán Reynoso
nació en 1934 en Arequipa.
En 1953 ingresó a la
Universidad San Agustín de
Arequipa donde terminó sus
estudios con el título de
Bachiller de Humanidades y
Derecho. Desde 1962 se
desempeñó como catedrático
en la Universidad Nacional
San Cristóbal de Huamanga,
de Ayacucho. En 1963 fue
designado delegado de la Facultad de Ciencias Sociales ante el Consejo
Universitario, iniciando el trabajo de infiltración comunista en dicho centro superior,
dándose tiempo para realizar en forma paralela el trabajo de catequizar al
campesinado de la zona.
En 1961, como delegado del Partido Obrero Revolucionario (POR), fue elegido
miembro de la directiva provincial del Frente de Liberación Nacional de Arequipa,
integrada en su mayoría por partidos políticos de izquierda. En 1969 conformó un
grupo de profesores que se opusieron a la Reforma Educativa. En junio de 1969
fue detenido por ser el presunto autor de los delitos de ultraje a la nación y a los
símbolos representativos, ataque a las Fuerzas Armadas contra el Orden
Constitucional y la seguridad del Estado, fabricación, uso de armas y explosivos y
daños a la propiedad pública y privada. En 1971 se registró su presencia en Lima.
En 1972 fue expulsado del Partido Comunista Peruano-Bandera Roja y al año
siguiente integró la Junta Directiva del Sindicato Único de Trabajadores de la
Educación de la UNSCH, habiendo sido elegido como representante del Programa
Académico de Educación. Figuraba desde entonces como uno de los líderes
revolucionarios de Ayacucho, al mismo tiempo, dirigente y organizador del PCP
por el Luminoso Sendero de Mariátegui, abocándose a estudiar y difundir el
pensamiento de José Carlos Mariátegui y al análisis de los problemas nacionales y
mundiales. El 7 de enero de 1979 fue detenido por la Dirección de Seguridad del
Estado por delitos Contra la Autoridad Constitucional, Contra la Seguridad Pública,
Contra la Tranquilidad y Contra el Patrimonio, pero logró salir de la cárcel. El 12 de
septiembre de 1992 fue detenido por el GEIN-DINCOTE. 9
En la década del setenta Perú transitaba por problemas políticos parecidos a los
de otros países latinoamericanos, con una economía sustentada principalmente en
recursos naturales como la pesca y el agro, y una clase dirigente que mantenía
controlados los resortes básicos de la vida institucional. Al mismo tiempo, en otros
lugares, se encontraba en gestión una radicalización política que buscaba a través
de la “lucha armada” cambios políticos sociales estructurales.
Como la base del maoísmo era la militarización general del Partido, la creación de
un Ejército Guerrillero Popular (EGP) era de suma importancia en la guerra
popular. Al ingresar a la segunda etapa, a la guerra de movimientos, el EGP debía
transformarse en un Ejército Popular de Liberación.
“Ya en los finales de esa década existían las primeras conexiones con el
aparato del narcotráfico con el cual se establecen alianzas orientadas
básicamente a respetarse mutuamente y concretan operaciones de seguridad que
brindaban los guerrilleros” 17
En la década del 90, el gobierno propuso una tercera vía contra Sendero,
que no era ni la intervención de las Fuerzas Armadas ni una alianza con el
gobierno, sino promover organismos vecinales de autodefensa, autónomos y
distantes de las fuerzas del orden y del gobierno.
Los dirigentes vecinales se resistían a colaborar con las fuerzas del orden
debido al terror a las represalias senderistas y a que ni la policía ni las fuerzas
armadas brindaban plena seguridad a la población. Lo principal en la organización
de la autodefensa del pueblo era que debía estar presente el municipio, la
población organizada y la iglesia. Era necesario luchar contra la pobreza y por una
verdadera justicia social.
La captura de Guzmán por parte de DINCOTE evitó todo esto. Se capturó al líder
de Sendero sin disparar un solo tiro, después de meses de paciente búsqueda de
inteligencia, análisis y vigilancia de muchos sospechosos que los conducirían al
escondite de Guzmán.
Se parte del hecho de que ésta ha sido una guerra principalmente política,
en la cual lo que estaba en disputa eran los corazones y la mente de la población.
Quien ganase el apoyo de la población ganaría la guerra. Según la famosa frase
de Mao Tse Tung el revolucionario debe moverse entre la población como el pez
en el agua. La población debe apoyar al revolucionario, proporcionarle la logística
y ocultarlo de las fuerzas de Gobierno. Las acciones de Sendero Luminoso, por el
contrario, lo que hicieron fue quitarle el apoyo de la población. Sendero había
cometido básicamente seis errores en ese sentido, según el artículo “La
Subversión: Situación Interna y Consecuencias Internacionales” de Enrique
Obando Arbulú publicado en la revista Análisis Internacional del año 1993:
La otra razón por la cual la captura de Guzmán resultó importante fue por
la organización interna del mismo Sendero. Este es un partido organizado sobre la
base de una gran centralización y concentración del poder; un partido que giraba
sobre la base del culto de la personalidad de líder. La captura del líder y de parte
importante de la cúpula tenía que afectarlo más seriamente.