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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA

Departamento Académico de Agronomía y Zootecnia


FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA PROFESIONAL DE AGRONOMÍA

IR – 559
PECULIARIDADES DE LOS RLAF

DOCENTE: M.Sc. Ing. Rubén Meneses Rojas

ESTUDIANTES:

 JAYO CUSIPOMA, Romel Herber

AYACUCHO - PERÚ

2019
ÍNDICE

INTRUDUCCIÓN 3

OBJETIVOS 3

1. GOTEROS 4

2. MICRO ASPERSORES Y DIFUSORES 4

3. PECULIARIDADES DE LOS RLAF 4

4. NECESIDADES DE AGUA DE LOS CULTIVOS EN RLAF 5

2.1 EFECTOS DE LA LOCALIZACIÓN EN EL VALOR DE ETC 6


2.2 EL AHORRO DE AGUA CON RLAF 7
2.3 RIEGOS DEFICITARIOS DE ALTA FRECUENCIA 8

5. EL BULBO HUMEDO EN RIEGO LOCALIZADO 8

3.1 FORMACIÓN DEL BULBO 8


3.2 FACTORES QUE AFECTAN A LA FORMA DEL BULBO 9

6. ADAPTACION DE LAS RAICES AL RIEGO LOCALIZADO 13

9. EL ABONADO EN RLAF 17

10. VENTAJAS E INCOVENIENTES DE LOS RLAF 18

11. CONCLUSIÓN: 24

12. BIBLIOGRAFIA 25
INTRUDUCCIÓN

El presente trabajo monográfico está referido en mostrar las características del riego
localizado de alta frecuencia, el cual para satisfacer las necesidades de los cultivos
utilizan pequeñas cantidades de agua, que se aplican con alta frecuencia a la zona de
la raíz.
El régimen de humedad del suelo se ve modificado: el suelo constantemente se
mantiene con una humedad cercana a la capacidad de campo.
Es un riego orientado a satisfacer las necesidades de la planta y no a la recarga del
suelo.

OBJETIVOS
 Describir las características del riego localizado de alta frecuencia.
 Conocer la ventajas e inconveniencias
1. GOTEROS
Están diseñados para disipar la energía del agua y suministrarla a la planta, gota a gota,
de manera controlada.
Un gotero debe ser poco sensible a las variaciones de presión y muy uniforme en su
funcionamiento. Normalmente están diseñados para trabajar a la presión nominal de 1
kg/cm2.
Los que son muy sensibles a la variación de la presión provocan que, ante
modificaciones de la misma, se produzcan grandes variaciones en el caudal de agua.
Por otro lado, los goteros autocompensantes, no alteran prácticamente el caudal ante
variaciones importantes de la presión.
Lo habitual es emplear goteros que dispensen un caudal bajo, hasta 4 l/h. para cultivos
de hortalizas, y de mayor caudal, 8 y 16 l/h. para arbustos y árboles frutales.
2. MICRO ASPERSORES Y DIFUSORES
Son dispositivos que suministran el agua en forma de gota muy pequeña, como de lluvia
fina. Funcionan normalmente a 1,5 - 2,5 Kg/cm2, con gran uniformidad, gasto de 20 a
300 litros por hora, y diámetros de cobertura desde 2,00 hasta los 10,00 metros. Los
microaspersores poseen un mecanismo móvil, la bailarina, que gira al impactar sobre
ella un fino chorro de agua que pasa por una tobera, provocando su rotura y proyectando
las gotas alrededor.
Los difusores no poseen partes móviles. En su caso el fino chorro de agua impacta
sobre una pantalla cóncava anclada en el cuerpo del dispositivo. Los fabricantes
comercializan una amplia gama de bailarinas y toberas con diferentes diámetros de paso
y ángulos de cobertura, y pantallas con diferentes grados de concavidad, en función de
las necesidades de caudales y áreas de cobertura requeridas por un cultivo
determinado.
Los colores de los componentes determinan el rango de funcionamiento. Los micro
aspersores y difusores se diseñan para funcionar en posición vertical, normal o invertida,
plantados en el suelo sobre varillas, o colgados, unidos a las tuberías porta emisores
mediante micro tubos de polietileno. No deben emplearse cuando haya viento o en
zonas muy expuestas a vientos fuertes, pues la deriva del agua hará imposible la
aplicación localizada. Los microaspersores se utilizan tanto para el riego al aire libre
como en invernadero, en cultivos de vegetación alta, en hileras como los kiwis, o de
porte bajo, ej.: plantas cultivadas en maceta, etc. Los difusores se utilizan
preferiblemente en áreas abrigadas o cerradas como semilleros, mesas de cultivo,
umbráculos, etc.

3. PECULIARIDADES DE LOS RLAF

Los riegos localizados de alta frecuencia (RLAF) se caracterizan por dos hechos
fundamentales: la localización y la alta frecuencia.
A. La localización:
Consiste en que sólo se humedece parte del volumen de suelo y se pretende que las
raíces obtengan de ese volumen el agua y los nutrientes que necesitan. El efecto de la
localización se manifiesta en modificar la evaporación y la transpiración, la distribución
de las raíces, en un régimen especial de las sales. Además, la localización del riego
casi obliga a que este se aplique con alta frecuencia porque el volumen de suelo mojado
es reducido y por tanto la capacidad de almacenamiento es baja , por lo que hay que
aplicar dosis reducidas de riego, y para satisfacer las demandas de los cultivos con estas
pequeñas dosis se deben aplicar con alta frecuencia.
B. La alta frecuencia:
Es el intervalo del riego que tiene importantes consecuencia en el régimen de humedad,
manteniendo el suelo constantemente a una humedad elevada, lo que afecta a la
absorción de agua, concentración de sales, aireación, etc.

4. NECESIDADES DE AGUA DE LOS CULTIVOS EN RLAF

La necesidad de agua de los cultivos es la cantidad de agua que se requiere para


satisfacer la tasa de evapotranspiración, de modo que los cultivos puedan prosperar.
Se señalan que una de las ventajas de los RLAF es el ahorro de agua. Veamos cómo
la localización y la alta frecuencia afectan a las pérdidas, a la evaporación directa y a la
transpiración.
Sobre el primer caso, la localización se consigue conduciendo el agua por medio de
tuberías y aplicándola muy cerca de la planta y sólo en la zona de raíces; esto elimina
las pérdidas por infiltración y evaporación en los canales, acequias, surcos, bandas, etc.,
se limitan las pérdidas por escurrimiento superficial, lo que supone un importante ahorro
de agua.
2.1 Efectos de la localización en el valor de ETc

En el riego localizado sólo se moja una parte de la superficie del suelo, mientras que
en el riego convencional se moja toda; en consecuencia, la evaporación directa desde
el suelo [E] será menor en el riego localizado, lo que constituye un mecanismo de ahorro
de agua. En cambio la transpiración [T] puede aumentar ligeramente por varias causas:
un suelo seco se calienta más que el húmedo, emite radiación de onda larga que es
captada por la parte aérea de la planta, aumentando la transpiración. El aire situado
sobre el suelo no mojado se calienta más que si todo el suelo estuviera húmedo, y
debido a la microadvección aporta más energía al follaje, aumentando igualmente la
transpiración.
El efecto de la alta frecuencia también favorece el aumento de la transpiración, ya que
en los riegos convencionales la humedad desciende bastante en los días anteriores al
riego y la transpiración es más difícil.; en el riego de alta frecuencia hay disponibilidad
frecuente de agua para la pérdida por transpiración.
En resumen, el efecto de la localización y la alta frecuencia es disminuir E e
incrementar T, el balance supone una disminución de la ETc, cuya magnitud depende
de las partes transpirantes de las plantas: masa del follaje, superficie total de las hojas,
volumen de la copa, etc.

Figura 2.1. Efectos de la localización en el valor de ETc

2.2 El ahorro de agua con RLAF


¿Cuánta agua se ahorra? Como se ha dicho, hay dos causas para el ahorro de agua:
una la menor evapotranspiración, y otra, la eliminación de pérdidas de conducción
y distribución y la gran disminución de las aplicaciones.
En cuanto a la menor evapotranspiración, hay cierto ahorro en el caso de árboles, sobre
todo en los primeros años, y prácticamente no se ahorra en cultivos en hileras. En cuanto
a las pérdidas, que es donde se produce el gran ahorro, las cifras son muy variables,
según la cuantía de dichas pérdidas en los métodos de riego tradicionales.

2.3 Riegos deficitarios de alta frecuencia

Se puede presentar este cuadro cuando se aplica agua pero en cantidades inferiores
a la ETc máxima, debido a una inadecuada frecuencia, y se supone que las plantas en
esas condiciones experimentan unas adaptaciones que hacen que los rendimientos no
disminuyan o en caso contrario, los rendimientos se verán disminuidas.

5. EL BULBO HUMEDO EN RIEGO LOCALIZADO

Se denomina bulbo húmedo a la parte del suelo humedecida por un emisor de riego
localizado. Veamos cómo se crea el bulbo y los factores que afectan su forma. La
explicación se hace para un emisor puntual, cuando el emisor es del tipo de una larga
cinta porosa o hay traslape entre bulbos humedecidos, el suelo humedecido es un
cilindro cuya sección toma la forma de un bulbo.

3.1 Formación del bulbo

A pesar de que los emisores de riegos localizados descargan pequeños caudales, el


agua comienza a fluir sobre una reducida superficie, provocando un pequeño charco,
cuyo radio se va extendiendo a medida que el riego continúa. A partir del disco de suelo
saturado que es el charco, el agua se distribuye por los poros vecinos, cuya humedad
es menor. En esta zona vecina, el potencial está compuesto por el potencial
gravimétrico y el potencial mátrico, y como el contenido de humedad es bajo, el
potencial mátrico es superior y el primero empieza a intervenir en el movimiento del agua
cuando se supera una cierta humedad.
La acción combinada de las fuerzas mátricas y gravimétricas originan la forma
característica del bulbo húmedo, que en general presenta la configuración mostrada en
la figura.

Figura 3.1 bulbo húmedo

3.2 Factores que afectan a la forma del bulbo

a) Tipo de suelo: en los suelos pesados la velocidad de infiltración es menor que


en los ligeros, lo que hace que el radio del charco sea mayor, y el bulbo se extienda
más horizontalmente; también porque el mayor porcentaje de microporos de los
suelos pesados hace que las fuerzas mátricas dominen a las gravitacionales en
una mayor gama de humedad que en el caso de suelos ligeros, y en
consecuencia la redistribución horizontal es más intensa en aquellos. En la fig. se
muestra el bulbo húmedo para tres tipos de suelos cuando se ha aplicado el mismo
volumen.
Este hecho tiene implicancias en el número de emisores por planta, y la reducida
extensión del bulbo en suelos arenosos ha permitido el desarrollo del riego por
microaspersión.

Figura 3.2.1. Efectos de la textura en la forma del bulbo húmedo.

b) La estratificación: en la práctica no existen suelos uniformes. En la naturaleza lo


normal es que se presenten estratos de distinta porosidad, lo que afecta al flujo y
a la retención del agua, y en consecuencia al bulbo húmedo.
Cuando el frente de humedecimiento alcanza un estrato diferente, ésta se
comporta inicialmente como una barrera al avance del agua, aunque sea más
permeable que el suelo situado sobre él. En la figura se muestran tres casos.
 En estrato arenoso: el agua que venía circulando por unos poros pequeños,
cuando alcanza el estrato arenoso, se encuentra con unos espacios aéreos mucho
mayores, que retienen el agua con menos fuerza (menor potencial mátrico). En
consecuencia el agua antes de atravesar la interfase se acumula en el suelo sobre
el estrato, hasta que el potencial mátrico disminuye lo suficiente para que el agua
sea atraída por la arena. Una vez que el agua penetra en el estrato arenoso,
debido a su mayor permeabilidad el frente húmedo necesita menos sección para
avanzar; por lo que el bulbo se estrecha. Cuando el frente alcanza el suelo
situado bajo el estrato arenoso, el bulbo adopta la forma que tendría con un emisor
cuyo charco fuese la zona húmeda de la arena.

Figura 3.2.2. Forma del bulbo húmedo en un estrato arenoso.

 En estrato arcilloso: cuando el frente húmedo alcanza la arcilla, el agua penetra


inmediatamente en ella, pero debido a la menor permeabilidad del estrato
intermedio, el agua pasa con menor velocidad, acumulándose en el estrato
superior, que de esta forma se extiende más.
Figura 3.2.3. Forma del bulbo húmedo en un estrato arcilloso.

 En estrato impermeable: la presencia de piedras o lentejones de material muy


poco permeable hace que el bulbo se extienda lateralmente hasta que el agua
rebosa por los bordes.

Figura 3.2.4. Forma del bulbo húmedo en un estrato impermeable.

c) Caudal del emisor y tiempo de riego: En la fig. 3.2.5. se muestra la forma del
bulbo húmedo para dos suelos distintos, arenoso y franco, con distintos caudales
por emisor (4 y 20 l/h), y con distintos volúmenes de agua aplicados (4, 8 y 16
horas).
Figura 3.2.5. El bulbo húmedo en función del caudal del emisor y tiempo de riego para dos tipos
de suelos (BRESLER, 1977).

El análisis conduce a lo siguiente:


 El bulbo se extiende horizontalmente en los suelos más pesados.
 Para el mismo suelo se cumple:

I. Si el caudal se mantiene constante, la extensión superficial del bulbo no varía


mucho con el tiempo o lo que es lo mismo con el volumen aplicado, y algo similar
ocurre con la máxima extensión horizontal subterránea del bulbo. En cambio a
medida que pasa el tiempo, el bulbo se va desarrollando en profundidad. Un
tiempo excesivo de riego hace que el agua se pierda por percolación.

II. Para un mismo tiempo de riego o para un mismo volumen de agua, cuanto mayor
es el caudal del emisor, mayor es la extensión horizontal del bulbo. Sin embargo, el
aumento del bulbo es mucho menos que directamente proporcional al tiempo de
riego.
En el suelo arenoso se pueden aplicar 8 litros a base de 4 l/h ó 20 l/h. En el primer
caso el mayor radio del bulbo es 23 cm y en el segundo de 28 cm. Con los mismos
datos para el suelo franco los radios son de 32 y 44 cm. En los dos casos el
aumento del radio es del orden del 25 – 35%, mientras que el del caudal es del
500%.
Por lo tanto, la extensión del bulbo húmedo no se puede modificar
indefinidamente variando el caudal del emisor ni el tiempo de riego. Para
conseguir una determinada superficie mojada de suelo a cierta profundidad, la
variable más importante es el número de emisores.
6. ADAPTACION DE LAS RAICES AL RIEGO LOCALIZADO

El efecto del riego localizado se traducen que solamente se humedece una parte del
suelo, lo que plantea inmediatamente una interrogante: ¿qué volumen de suelo
necesitan las plantas? y derivado de ello, ¿hasta qué punto se pueden reducir los
marcos de plantación usuales en riegos convencionales?
Experimentos realizados confirman que las plantas necesitan un volumen de suelo
muy inferior al que exploran en secano o con otros sistemas de riego, por el dinamismo
y la plasticidad del sistema radicular. Las raíces se adaptan velozmente al régimen de
humedad, concentrándose en el bulbo húmedo, que puede contener una densidad de
raíces tres o cuatro veces superior a un suelo con riego no localizado.
La reducción del volumen de suelo hasta un orden de 30 a 40 % es generalmente
aceptada, sin afectar los rendimientos, por debajo de ellos se corre el riesgo de que sea
insuficiente. Por encima de dichos valores la situación es más segura pero la instalación
del riego es más cara. Esta es una característica que hay que decir en el proyecto de
riego, al momento del diseño.
Las posibilidades de reducción del volumen de suelo implicaría la reducción de los
marcos de plantación en esos mismos porcentajes; sin embargo tal posibilidad se ve
limitado por las necesidades de luz del follaje, la necesidad de espacio para las labores
culturales, el paso de las máquinas, etc., de manera que hay que ser prudentes al tratar
de reducir los marcos de plantación.

Figura 4. Adaptación de las raíces al bulbo húmedo


7. REGIMEN DE HUMEDAD EN EL SUELO:
Los rendimientos de los cultivos y el régimen de humedad

Θ: humedad D, d: dosis de riego

8. SALINIDAD:
El régimen de sales en el suelo se ve afectado por la alta frecuencia y por la localización
de los riegos.
6.1 Efecto de la alta frecuencia:
Después de la aplicación de un riego, las sales que contenían la solución del suelo mas
las aportadas por el agua de riego se encuentran disueltas en el agua del suelo. En ese
momento tanto la evaporación como la transpiración disminuyen la humedad del suelo,
pues no eliminan las sales y la concentración salina va aumentado hasta que se aplique
le siguiente riego, por ello cuanto mayor sea el intervalo entre riegos, mayor será la
salinidad de la solución del suelo.
El efecto de las sales disueltas es aumentar la presión osmótica de la solución y en
consecuencia dificultar la absorción de agua por las raíces, y esto a su vez se suma a
la mayor dificultad de absorción debido a la disminución de la humedad.
La alta frecuencia en los riegos facilita la absorción de agua por el doble efecto de
mantener alta la humedad y baja salinidad.
6.2 Efecto de la localización:
La distribución de las sales en el perfil del suelo es una consecuencia del régimen de
humedad. Las sales se acumulan en la periferia del bulbo y sobre todo en la superficie
del suelo, que presenta una especie de corona circular blanca. Las dimensiones
relativas dependen de la distribución de la humedad. En suelos arenosos las zonas
salinas se extienden menos en sentido horizontal que en suelo menos permeable, los
caudales y volúmenes de agua aplicados afectan a la forma del bulbo y a la distribución
de sales.
La distribución de las sales tiene un efecto favorable de concentrar las raíces en las
zonas de mayor humedad y menor salinidad, y en la periferia del bulbo establece una
barrera al desarrollo de las raíces, lo que dificulta que estas exploren la parte del suelo
situada fuera del bulbo húmedo. Todo esto hace que intensifique la localización y hace
al sistema más dependiente del riego.
En los árboles, las raíces se desarrollan en las áreas favorables del suelo. En las plantas
anuales se corre el riego de que en la siembra siguiente las semillas se coloquen en las
zonas superficiales más salinizadas, y esto puede perjudicar a la germinación que es
una fase del ciclo vegetal muy sensible a la salinidad.
Las lluvias de poca intensidad pueden ser contraproducentes, al arrastrar las sales
superficiales e introducirlas en las zonas de menor salinidad, donde abundan las raíces,
por ello es conveniente no detener el riego en presencia de lluvias ligeras.
6.3 Lavado de sales en riegos localizados.
Los lavados conviene que sean frecuentes, lo ideal es que en cada riego lleve su dosis
de lavado o que se riegue con un cierto exceso, para así lograr ciertas ventajas:
• La salinidad del bulbo se mantenga baja.

• Aumenta el volumen de la zona de baja salinidad.

En algunos casos las lluvias realizan un lavado suficiente, si no se logra esto, es


recomendable provocar los lavados mediante riegos completamente por aspersión.
9. EL ABONADO EN RLAF
El riego localizado también permite aplicar distintos productos como los abonos,
correctores de suelos, productos fitosanitarios, etc. El más común y difundido es el
abono disuelto en agua de riego (fertirrigación)
La fertirrigación es una técnica que permite la aplicación simultánea de agua y
fertilizantes a través del sistema de riego, se trata por tanto de aprovechar los sistemas
RLAF para aplicar los nutrientes necesarios a las plantas. El fertirriego crea unas
condiciones en el bulbo húmedo que favorecen la nutrición de los cultivos, permitiendo
manejar la fertilización de una forma más eficiente, efectiva y respetuosa con el medio
ambiente. La aplicación de abonos con el agua de riego es casi una necesidad dado
que las raíces solo exploran una parte del suelo, los nutrientes fuera de su alcance
(fuera del bulbo de riego) no son efectivos. Además, la gran actividad radicular en el
bulbo húmedo podría agotar algunos nutrientes si no se repusieran con frecuencia.

Ventajas de la fertirrigación:
• Ahorro de fertilizantes.

• Mejor asimilación.

• Mejor distribución en el suelo.

• Posibilidad de adecuar el abono a las necesidades del momento.

• Rapidez de actuación.

• Economía en la distribución de abono.

Inconvenientes: debido al manejo incorrecto.


• Obturación de emisores por precipitados químicos.
• Aumento de la salinidad del agua de riego.

10. VENTAJAS E INCOVENIENTES DE LOS RLAF


VENTAJAS AGRONOMICAS:
a) Ahorro de agua. debido a varias causas:

• ET bastante menor en arboles jóvenes; algo menor en adultos.

• Perdida de agua prácticamente nulas en las conducciones y reducidas en la


aplicación.

• Alta uniformidad de riego si el sistema esta bien diseñado y mantenido.

• Posibilidad de medición y control del agua aplicada.

b) Alta frecuencia de riego. Con estas dos consecuencias:

• Humedad del suelo permanentemente alta.

• Salinidad del suelo menor, al estar las sales más diluidas.


c) Aprovechamiento de suelos marginales:

• Suelos muy permeables (arenas, gravas, rocas, etc)

• Suelos poco permeables con problemas de falta de aireación.

• Suelos con mucha pendiente.

Parcelas pequeñas de forma irregular.


d) Posibilidad de aplicar la fertirrigación:

• Ahorro de fertilizantes.

• Ahorro de mano de obra.

• Mejor distribución de fertilizantes.

• Mejor asimilación de fertilizantes.

• Posibilitar de actuar rápidamente ante deficiencias.


Mantenimiento del follaje seco. Con estas ventajas:
• Menos enfermedades.

• Menor lavado de productos de tratamiento.


• Mayor calidad de los productos.

Posibilidad de empleo de aguas de menor calidad: menor efecto osmótico, al


estar las sales más diluidas.
g) Menor interferencia con las cosechas, tratamientos, vientos etc.
h) Localización de malas hierbas. Las cuales se encuentran en el área húmeda,
lo que facilita su tratamiento.

i) Posibilidad de riego en cultivos acolchados o en micro túneles.

VENTAJAS ECONOMICAS Y DE MANEJO:


• El RLAF necesita algo menos de presión que en riegos por aspersión.

• Menor gasto en energía, debido a los menores consumos de agua y a las


menores necesidades de presión.

• Muy pocas necesidades de mano de obra para el manejo del riego.

• Facilidad de la automatización.

• Facilidad de riego durante las 24 horas del día, lo que permite aprovechar las
horas de energía barata.
INCONVENIENTES
• Facilidad de obturaciones de los emisores: este es el principal problema

• Costes de instalación: En comparación con aspersión, el riego localizado


generalmente es más caro.

• Necesidad de presión para su buen funcionamiento; a diferencia del riego


por gravedad.

• Ocasiona el lavado localizado de las sales: creando zonas de acumulación


salina. Donde la lluvia es insuficiente, o en invernaderos, cuando es necesario
lavar las sales, se debe hacer por otros sistemas como inundación o aspersión.

• No permite la defensa contra las heladas.


11. CONCLUSIÓN:
 El riego localizado no provoca erosión ya que estas suministran el agua a la zona
de las raíces.
 Emplea menor cantidad de agua.
 Requiere ser parte de una gestión integrada de los recursos hídricos.
 Costo inicial elevado.
 Facilita la aplicación de los fertilizantes a través del fertirriego.
12. BIBLIOGRAFIA

1. PIZARRO, F. Riegos Localizados de alta frecuencia: goteo, microaspersión,


exudación. 3ª Edición. Ed. Mundi-Prensa. 1996.
2. RODRIGO LÓPEZ, J. et al. Riego localizado. IRYDA. ed. Mundi-prensa. 1992.
3. GARCÍA PETILLO, M., HAYASHI, R., PUPPO, L., MORALES, P. Desarrollo del
bulbo húmedo bajo riego localizado en suelos estratificados del Uruguay.
Congreso internacional de Riego y Drenaje. Cuba-Riego, la Habana, Cuba.
2005.
4. Revista de Investigación e Innovación Agropecuaria y de Recursos Naturales, La Paz.
MODELACIÓN MATEMÁTICA DEL BULBO HÚMEDO BAJO RIEGO POR GOTEO
SUPERFICIAL EN SUELOS DEL ALTIPLANO BOLIVIANO. Vol.2, nº1, pág. 7-118, Junio 2015.

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