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Conferencia 31: La descomposición de la personalidad psíquica.

Psicoanálisis empezó trabajo por síntoma = lo más ajeno al yo; proviene de lo reprimido, es su
subrogado ante el yo. El síntoma llevó al icc, a la vida pulsional, sexualidad.

El ser humano enferma a raíz del conflicto entre las exigencias de la vida pulsional y la resistencia
contra ellas.
Instancia que resiste, rechaza, reprime dotada de fuerzas particulares, las pulsiones yoicas, es el
yo.
Se apartó la atención de lo reprimido y se dirigió a lo represor.

Esta vez escucharán sobre especulaciones sobre la psicología del yo.


El yo es el sujeto más genuino. ¿Cómo podría devenir objeto? El yo puede tomarse a sí mismo por
objeto, observarse y criticarse. Para ello, una parte del yo se contrapone al resto. El yo es entonces
escindible en el curso de muchas de sus funciones, al menos provisionalmente. Los fragmentos
parcelados pueden reunificarse luego.

-La patología mediante aumentos y engrosamientos, llama la atención sobre constelaciones


normales.
-Delirio de ser observados. Hasta en su obrar más íntimo fastidiados, por vía alucinatoria, por la
observación de poderes desconocidos. “Ahora se viste, ahora va a salir”.
¿Qué tal si en todos nosotros estuviera presente dentro del yo una instancia así, que observa y
amenaza con castigos? Diferencia: en ellos está separada más tajantemente del yo y desplazada a
la realidad exterior.
Observar es una preparación del enjuiciar y castigar.
Otra función de esa instancia sería la cc moral. Siento la inclinación de hacer algo que me promete
placer, pero lo omito porque mi cc moral me lo impide. O tras haberlo hecho, me castiga con
penosos reproches, siento arrepentimiento.
Es más prudente considerar autónoma esa instancia; una de sus funciones sería la cc moral.
Reconocimiento de una existencia separada es dar nombre propio: superyó es esa instancia
situada en el interior del yo. Goza de cierta autonomía, persigue sus pps propósitos y es
independiente del yo en cuanto a patrimonio energético.

-Se nos impone un cuadro patológico que ilustra de manera patente la severidad y hasta la
crueldad de esa instancia, así como las mudanzas de su vínculo con el yo: la melancolía/depresión.
El superyó insulta, denigra, maltrata al pobre yo, le hace esperar los más graves castigos, lo
reprocha por acciones del pasado tomadas a la ligera.
En muchas formas, durante los periodos intermedios se produce algo contrario: embriaguez
beatífica, como si yo hubiera perdido fuerza o hubiera confluido con yo. El yo liberado, maníaco se
permite la satisfacción de sus concupiscencias.

-La cc moral no es desde el comienzo y viene a agregarse más tarde. Es un opuesto de la vida
sexual, que está desde el comienzo.
-El niño pequeño es notoriamente amoral, no posee inhibiciones internas contra impulsos que
quieren alcanzar placer.
-El papel que adopta luego el superyó es desempeñado primero por poder externo, la autoridad
parental.
-Angustia realista es precursora de la posterior angustia moral. Los progenitores rigen al niño,
otorgándole pruebas de amor y amenazándolo con castigos que atestiguan la pérdida de ese amor
y son temidos.
-Más tarde, en el lugar de la instancia parental aparece el superyó (proviene de ella en línea
directa) que ahora observa al yo, lo guía y amenaza como antes hicieron los padres con el niño.
-La experiencia enseña que el superyó puede adquirir carácter de rigor despiadado aunque la
educación fuera indulgente (perdona las ofensas y errores) y benévola, y evitara amenazas y
castigos.
-Trasmudación del vínculo parental en superyó.
La base de este proceso es una IDENTIFICACIÓN con la instancia parental = asimilación de un yo a
un yo ajeno; en consecuencia, el primer yo se comporta como el otro, lo imita, lo acoge dentro de
sí.
Se ha comparado la identificación con la incorporación oral de una persona ajena.
La identificación es una forma muy importante de ligazón con el prójimo, probablemente la más
originaria. No es lo mismo que elección de objeto. Cuando el varoncito se ha identificado con su
padre, quiere ser como el padre. El yo se alterará siguiendo el arquetipo del padre. Cuando lo hizo
objeto de su elección, quiere tenerlo, entonces no es necesaria la alteración del yo.
Empero se observa en niños como adultos, en normales como enfermos, que uno p identificarse a
una persona a quien tomó como objeto sexual y se ve precisado a resignarlo, altera su yo de
acuerdo con ella, erigiéndolo de nuevo dentro de su yo. La elección de objeto regresa a la
identificación.
-Con la liquidación del complejo de Edipo, niño se ve precisado a renunciar a investiduras de objeto
hacia los progenitores. Como resarcimiento, se refuerzan dentro de su yo las identificaciones con
los progenitores presentes desde mucho tiempo atrás.
-En la época en que el Edipo deja sitio al superyó, los padres son algo grandioso, más tarde
menguan mucho.
-En el curso del desarrollo, superyó cobra además, los influjos de personas que ocupan lugar de los
padres: educadores, maestros, arquetipos ideales. Lo normal es que se distancie de los
progenitores y se vuelva cada vez más impersonal.????
Con los padres posteriores se producen identificaciones, brindan importantes contribuciones a la
formación del carácter, afectan sólo al yo y no influyen sobre el superyó.????

-Una importante función del superyó: es portador del ideal del yo con el que el yo se mide, al que
aspira a alcanzar y cuya exigencia de perfección se empeña en cumplir.
El ideal del yo es precipitado de la vieja representación de los progenitores, expresa la admiración
por la perfección que el niño les atribuía.

-Los padres y autoridades análogas obedecen en la educación del niño, a preceptos de su pp


superyó. El superyó del niño no se edifica según el modelo de sus progenitores, sino según el
superyó de ellos, se llena de valoraciones perdurables que ha reproducido la tradición. El pasado
opera a través del superyó.

-Sectores del yo y el superyó son icc en sentido dinámico.


-No tenemos ningún derecho a llamar sistema Icc al ámbito ajeno al yo, porque la condición de icc
no es un carácter exclusivamente suyo. Entonces, no usaremos más icc en sentido tópico o
sistemático.
-Superyó, yo y ello 3 reinos, ámbitos, provincias en que descomponemos el aparato anímico.
El ello.
-Parte oscura, inaccesible de nuestra personalidad.
Extremo abierto hacia lo somático. Acoge dentro de sí a las necesidades pulsionales, que en él
hallan su expresión psíquica.
Desde las pulsiones se llena con energía, pero no tiene ninguna orgz, sólo afán de procurar
satisfacción a las necesidades pulsionales con observancia del pp de placer.
Leyes de pensamiento no rigen para el ello.

El yo.
-Nexo con pieza más externa de la superficie del aparato anímico: sistema percepción cc, volcado
hacia mundo exterior, que es órgano sensorial, receptivo para excitaciones de fuera y del interior.
-Parte del ello modificada por influjo del mundo exterior para la recepción de estímulos y
protección frente a éstos.

Vasallajes del yo. Amenazado por 3 clases de peligros, reacciona con un desarrollo de angustia.
-El vínculo con mundo exterior es decisivo y lo subroga ante el ciego afán de satisfacción pulsional
del ello. Gobierna los accesos a motilidad. Interpola entre necesidad y acción el aplazamiento del
trabajo del pensamiento. Angustia ante el mundo exterior.
-Se recomienda al ello en reemplazo del objeto. Quiere guiar hacia sí la libido del ello. Acoge los
precipitados de investiduras de objeto del ello. Entonces, se ve obligado a realizar propósitos del
ello. Angustia neurótica.
-Por mediar entre ello y realidad, disfraza los mandamientos icc con racionalizaciones prcc.
-El superyó, le presenta normas de conducta sin atender a las dificultades. Sentimiento de culpa.
Angustia de la cc moral ante el superyó.

Donde Ello era, Yo debo advenir. El propósito del psicoanálisis es fortalecer al yo, hacerlo más
independiente del superyó, ensanchar su campo de percepción y ampliar su organización, de
manera que pueda apropiarse de nuevos fragmentos del ello.

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