Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Invocamos a la Santísima Trinidad: Del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
3) Peticiones:
Sea quebrado, destruido todo poder de Satanás y sus ángeles apóstatas rebeldes sobre estas
personas, familias, comunidades y pedidos o necesidades - con Fe nombramos a Personas,
Familias, Comunidades, motivos, encomendándolas a Nuestro Señor Jesucristo – Breve silencio
(1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).
5) Lectura Orada: Josué 6, 1-20 (el último día será orado 7 veces)
Jericó estaba bien cerrada y puestos sus cerrojos por miedo a los israelitas: nadie salía ni
entraba.
Yahveh dijo a Josué: «Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a su rey. Vosotros, valientes
guerreros, todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, (dando una vuelta alrededor. Así
harás durante seis días.
Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo
día daréis la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes tocarán las trompetas).
Cuando el cuerno de carnero suene (cuando oigáis la voz de la trompeta), todo el pueblo
prorrumpirá en un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará
al asalto cada uno por frente a sí.» Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: «Tomad
el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delante
del arca de Yahveh.»
Al pueblo le dijo: «Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca
de Yahveh.»
(Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo). Siete sacerdotes llevando las siete trompetas
de cuerno de carnero delante de Yahveh pasaron y tocaron las trompetas; el arca de la alianza
de Yahveh iba tras ellos;
la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia
marchaba detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas.
Josué había dado esta orden al pueblo: «No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces (que no salga ni
una palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: "Gritad." Entonces gritaréis.»
Hizo que el arca de Yahveh diera la vuelta a la ciudad (rodeándola una vez); luego volvieron al
campamento, donde pasaron la noche. Josué se levantó de mañana y los sacerdotes tomaron
el arca de Yahveh.
Siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh,
iban caminando y tocando las trompetas según caminaban. La vanguardia iba delante de ellos
y la retaguardia detrás del arca de Yahveh, desfilando al son de las trompetas.
Dieron (el segundo día) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Se hizo lo mismo los
seis días.
El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete
veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.)
La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: «¡Lanzad el grito de
guerra, porque Yahveh os ha entregado la ciudad!»
«La ciudad será consagrada como anatema a Yahveh con todo lo que haya en ella; únicamente,
Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por
haber ocultado a los emisarios que enviamos.
Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la codicia, con algo de
lo que es anatema, porque convertiráis en anatema todo el campamento de Israel y le
acarrearíais la desgracia.
Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, están consagrados a Yahveh:
ingresarán en su tesoro.» El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la
voz de la trompeta prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo. La gente escaló la
ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de ella. (Gloria).
9) Plegaria:
OH Padre celestial en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, te pido que el poder que diste a Josué y
sus compañeros para que sean derribadas las murallas de Jericó, sea dado a mí y a los que
hicieran esta oración. ¡Te lo pido Señor!
Jesús rompe las murallas de las plagas, por la boca o contaminación, en relación a nuestros
antepasados y en los días de hoy. Jesús rompe todas las murallas de maldiciones venidas de
nuestros antepasados y en los días de hoy. Jesús rompe todas las murallas del egoísmo, celos,
vicios, de los orígenes que fueran. Jesús rompe todas las murallas de las intrigas, peleas,
disoluciones de matrimonios, grupos de oración, ministerios, comunidades religiosas, y todo
tipo de separaciones. Jesús rompe las murallas de las dificultades financieras, falta de empleo,
falta de dinero, dificultades en los negocios, en el trabajo, y otras dificultades sean cuales
fueran.
Jesús rompe las murallas de las enfermedades sean ellas cuales fueran, principalmente el
cáncer, la leucemia y toda enfermedad de la sangre, de los huesos, de la piel, la depresión, VIH,
alcoholismo, drogas, prostitución, y homosexualismo.
Jesús rompe las murallas de los malos pensamientos, iluminaciones y astucias de Satanás de
todos los orígenes de nuestra mente. Jesús rompe toda acción de Satanás en nuestra vida
espiritual, y haz que seamos totalmente renovados por TU SANGRE DERRAMADA EN LA CRUZ:
Jesús rompe todo ocultismo en nuestro pasado y ahora, sea magia, sortilegio, control mental,
hechicería, dependencia, pacto, curanderismo, adivinación, trabajos hechos con el llamado san
la muerte, entrega o transferencia a alguna entidad sea del origen que fueran.
En tu Nombre, Señor Jesús, reclamo ahora toda propiedad física o psíquica que haya sido puesta
bajo el poder del enemigo y exijo que sea restituida totalmente bajo tu Señorío, Jesucristo.
Jesús rompe las murallas que impiden la obra de Dios en nuestras vidas. Señor te entregamos
nuestras vidas a Ti para que haya un nuevo Pentecostés en nosotros y acreditemos tu victoria
que también es nuestra. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).
17) Levántate:
Levántate oh Dios! por medio de la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María, de San
Miguel, San Rafael y San Gabriel arcángeles y de todos los santos de la milicia celestial a destruir
a todos los enemigos malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas,
humildemente te lo pedimos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Bendito: Bendito y alabado sea el Santísimo sacramento del altar, la Virgen María nuestra
Señora concebida sin mancha de pecado original, desde el primer instante de su ser natural,
amén, Jesús, María y José. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).