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Artículo Especial / Special Article

Rev Med Chile 2013; 141: 1321-1326

El cuerpo humano en el “Moisés” Departamento de


Psiquiatría, Escuela de
de Miguel Ángel Medicina, Universidad de
Valparaíso. Valparaíso,
Chile.
GUSTAVO FIGUEROA
El autor declaró no tener
conflictos de intereses en
este manuscrito.

The human body in Michelangelo´s Moses Recibido el 27 de mayo de


2013, aceptado el 10 de
What grips us so powerfully to a work of art is the artist´s intention, if he succeeds junio de 2013.

to express it in his work and we are able to understand it. Michelangelo´s Moses
Correspondencia a:
established the essential structures of an animate organism and the embodiment Dr. Gustavo Figueroa.
of consciousness in the world. Since the body is an expressive unit, it is possible to Departamento de
reconstruct a highly feasible sequence of movements that might have preceded the Psiquiatría, Escuela de
moment caught in the statue. It is an expression of the highest ideal of mental and Medicina, Universidad de
spiritual achievement through the controlled tension between action and restraint. Valparaíso. Valparaíso,
Chile.
The phenomenon of embodiment and feeling the body as own is the basis of concrete E-mail: gfigueroacave@
human existence. gmail.com
(Rev Med Chile 2013; 141: 1321-1326).
Key words: Anatomy, artistic; Human body; Psychology; Sculpture.

L
o que nos coge poderosamente en una obra la realidad y, si nos atenemos sólo a ella, no cap-
de arte es la intención del artista, en la medi- taremos la realidad en su totalidad. Y agregó: el
da en que tiene éxito al expresarla en su obra arte des-cubre (Unverborgenheit) lo en-cubierto,
y dárnosla a entender. El “Moisés” de Miguel Ángel trae-a-presencia lo que está oculto de una manera
estableció las estructuras esenciales del organismo no objetivante o cosificadora; es la verdad artística
animado, de la corporalidad de la conciencia en que, a diferencia de la verdad científica, deja-ser a
el mundo. A partir de un análisis detallado de la los fenómenos “proporcionándonos las condicio-
figura es posible reconstruir una secuencia alta- nes para una pregunta auténtica acerca de quién
mente posible de movimientos que podrían haber sea el hombre [corpóreo]”4,5.
precedido el momento captado por la estatua, El cuerpo humano representa un eje decisivo
porque su cuerpo es una unidad expresiva o un en la imponente producción artística de Miche-
cuerpo-experimentado. Es la expresión del más langelo Buonarroti (1475-1564). Sus pinturas y
alto ideal de un rendimiento mental y espiritual esculturas despliegan de modo tan determinante
por medio de la tensión controlada entre acción las casi infinitas posibilidades de expresión y
y restricción. El fenómeno de la corporalización, sentido del cuerpo, que se puede afirmar que su
del cuerpo-propio, es la matriz de la existencia creación es la respuesta al enigma fundamental
humana concreta. de la condición humana: ser hombre radica en ser
El cuerpo humano constituye el objeto propio carne espiritualizada-sujeto corpóreo impulsado
de la medicina. Desde que se convirtió en ciencia por lo superior6,7. El “Moisés” es una escultura
(tekhné iatriké) en Grecia, aparece ya inequívoca- privilegiada no sólo porque la corporeidad res-
mente en el escrito hipocrático de prisca medicina: plandece con una riqueza de significados pocas
sólo “podrá alcanzarse un conocimiento exacto… veces conseguida en el Renacimiento, sino porque
en [la sensación de] el cuerpo”1. La medicina lo ha estos significados se dan en una unidad de sentido
estudiado empírica, objetiva y constrastablemente que supera su heterogeneidad y disparidad.
con su método y sus resultados superan cualquiera El trabajo estudiará el “Moisés” en tanto ilumi-
expectativa2. Pero Heidegger3 señala que la ciencia na la condición corporal como experiencia radical
es “< una > de las maneras posibles de conocer” del ser humano. Primero lo investigaremos como

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El "Moisés" de Miguel Ángel - G. Figueroa

expresión de su pertenencia al género humano. mente sensible aunque no receptiva, activa y presta
Luego indicaremos cómo, por debajo de lo com- para abalanzarse. La omnipotencia de sus pasiones
partido y común a lo humano, se adentra en la desata fuerzas elementales, la indignación y la ira
intimidad única, irrepetible y propia de “Moisés”. hacen de su cabellera una llamarada, los miembros
O sea, antropología y fenomenología del cuerpo. y la barba “son rocas, es decir, la tierra misma”, su
figura de coloso tiembla de indignación, “es un ca-
taclismo humano”. Exhibe sin pudor sus poderosos
La estatua “Moisés” bíceps ante los demás, que no es ostentación sino
sello de su torbellino y la violencia que lo ahoga2.
Miguel Ángel llevó a cabo una doble revolu- Inversamente, su cuerpo personal trasciende su
ción artística en la figura. Por un lado, a la belleza condición natural cósmica y señala un dentro, una
clásica griega, hierática e imponente, la dinamizó a intimidad o persona. Los dos lados de la estatua
través de movimientos y actos, haciéndola adquirir manifiestan su interioridad en lucha o rivalidad;
una vitalidad nunca antes lograda; así, desestimó el de la izquierda es “el lado de las fuerzas del mal
como demasiado estáticas la concepciones de contra las que se rebela”, el derecho, “la estabilidad
Dürer y Vesalio, puesto que no se ajustaban a lo consciente en que se apoya”; vale decir, en su cor-
que él aspiraba: apasionamiento, frenesí, arrebato, poralidad se despliega “el nacimiento de la pasión,
furia. Por otra, sus disecciones en cadáveres para el su clímax y el ocaso final”. Por lo cual la masa de
estudio de órganos no fueron menos sistemáticas músculos, tendones y gestos se transfigura en
y originales que las de Leonardo, Vesalio, Falopio, personalización entendida en una doble vertiente:
de modo que enfermó del estómago mientras como aceptación insoslayable del destino y como
trabajó en la elaboración de un texto sobre teoría expresión de su contradictoria personalidad3.
de la anatomía, que nunca terminó8,9. Por fin, como cuerpo espiritual se desnuda “en el
El “Moisés” fue ejecutado para la tumba del supremo desdén por la depravación humana”, se
papa Julio II. Del monumento se conocen seis rebela por la incapacidad del hombre de aspirar
versiones entre 1505 y 1545, y Condivi y Vasari10,11 y mantener una misión superior, por la radical
aseveran que sufrió innumerables modificaciones indigencia de espíritu que anida en el fondo de
durante su dramática elaboración, como pro- nuestro ser. Cuerpo que se eleva por sobre su carne
ductos de intrigas, codicias y litigios con papas y puramente cósmica, por sobre su personalización
albaceas hasta su término; el “Moisés” conservó su intransferible y adquiere rasgos supraterrenales,
diseño original, aunque su ubicación física y escul- aunque todavía persevera afirmado, aferrado o
turas acompañantes variaron sustancialmente en enraizado en la naturaleza.
acuerdo a los distintos proyectos arquitectónicos12. Tolnay8 ha intuido al “Moisés” aproximada-
mente de ese modo. De ahí su principal conclu-
sión: “Moisés es aquí el símbolo de una actitud
Antropología del cuerpo del “Moisés” eterna, no la reproducción de un determinado
momento de su vida”: “la cólera justa de un ser
Laín Entralgo6 señaló que en Miguel Ángel superior frente a un mundo mostrenco”.
el cuerpo posee tres dimensiones: cuerpo car-
nal, personal y espiritual. Se puede entender
el “Moisés” siguiendo estas agudas directrices, Fenomenología del cuerpo de “Moisés”
aunque profundizando en sus particularidades
específicas1. Su cuerpo carnal impacta y se impone ¿Es cierto que el Moisés es el símbolo de una
de inmediato: es naturaleza en la acepción más actitud esencial y permanente del ser-hombre?
orgánica de la palabra- músculos, tendones, ner- ¿Es efectivo que no revela un instante preciso del
vios, fuerza física. Pero no es anatomía descriptiva profeta?
propia de cirujanos, ni menos un templo estático Tres advertencias previas. Por un lado, la pala-
carente de pulsiones o deseos; todo lo contrario, bra cuerpo deriva del griego, karpós, que significa
es cuerpo colmado por un combustible interior fruto, simiente, envoltura; como fruto, es para-
que lo inflama e impulsa, impresionando como dójico, porque implica una finalidad o télos de
impetuoso y pura reciedumbre. Carne particular- madurez y también una simiente contenida. Pero,

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Platón13 señaló los variados sentidos del cuerpo nes; el derecho ejecuta una doble acción: sus dedos
como sôma: tumba (sêma), cárcel (sêma) y signo índice, medio y meñique permiten que escurra
(sema), porque desde los pitagóricos el cuerpo es su densa barba con suavidad y con su antebrazo
cuerpo-tumba o cuerpo-cárcel al que el hombre se aprieta contra su costado las dos Tablas de la Ley,
halla de por vida prisionero. Por otro, omitiremos que están en posición invertida e impresionan
cualquier referencia a la convulsionada historia del como inestables o en peligro de caer. Su cabeza gira
diseño de la tumba de Julio II y la ubicación del violentamente hacia su izquierda arrastrando su
Moisés en su interior, aunque implique la crítica de barba y su mirada, de ceño fruncido, con asombro,
historiadores del arte que sostienen que la estatua fulmina lo que está ante sus ojos; unos labios de
sólo alcanzaría su sentido pleno al interior del comisuras algo caídas revelan una rabia amarga
monumento14-17. Por último, esto impone atenerse llena de desdén. Vitalidad estremecida y ardiente,
a su figura; esta abstención metodológica rigurosa colmada de emociones y anhelos, de angustia
al phainomenon Moisés se llama fenomenología: y desazón, de pasión crispando sus músculos y
poner de manifiesto el fenómeno sólo en tanto es miembros, de tensiones que se delatan en las con-
manifiesto, poniendo entre paréntesis (epoché) tradicciones entre las diferentes zonas.
cualesquier concepción o tesis por muy justificadas
que parezcan18-20. 2. El cuerpo propio
Durante los veranos de 1901, 1912 y 1913 Los ojos no miran a la humanidad sino a su
Freud21,22 pasó semanas contemplando pasmado pueblo que lo hiere en lo más profundo, su núcleo
al titán judío por su incapacidad para penetrar en personalísimo está vertido hacia esta visión de la
su misterio, hasta que se le hizo la luz; sin saberlo, traición pero sin perder el control de sus Tablas,
aplicó el método fenomenológico con sus reglas aunque estas estén ubicadas en la periferia de su
básicas: variación imaginaria, intuición de esen- atención. Es el momento de la decisión: incorpo-
cias23. Pero su descubrimiento quebrantó su exis- rarse y romper con furor las Tablas inundado por
tencia: lo precipitó en un profundo autoanálisis y su menosprecio o, contrariamente, retroceder y
desde entonces Moisés jamás dejará de intrigarlo permanecer en su asiento en consideración a la mi-
hasta el final de sus días24-29. ¿Dónde reside lo fas- sión superior que le está asignada. Su precipitado
cinante? porque, para Freud, resulta indudable que dolor inicial experimentado en lo más profundo
el cuerpo revela que acaba de descender del Sinaí y de su bajo vientre comienza a calmarse, lo mismo
contempla a su pueblo adorando al becerro de oro. que el espasmo con que cogió su barba empieza a
distenderse y sus tres dedos se deslizan con suavi-
1. El cuerpo vital dad entre los bucles. Es su voluntad férrea la que
De inmediato se impone que la palabra alema- actúa y coordina sus acciones, cada segmento de
na Körper-cuerpo anatómico, físico, objetivo-no su cuerpo delata que él es autor autoconsciente y
corresponde al “Moisés”, sino Leib-cuerpo viviente, protagonista. Su inclinación violenta que irrumpe
propio30-33, fuerza vital de la cual emana y se nutre de su vitalidad desaforada es atemperada por el
su existencia. Su figura no es exclusivamente plas- núcleo de su ser, que está dirigiendo y recordando
ticidad -pura presencia- sino una figura expresiva, su cometido supremo. Es el cuerpo entero frag-
donde expresividad apunta a que toda su postura mentado en el momento decisivo de la resolución,
y gestos tienen una función transitiva: comunicar es su libertad la generadora de este acto propio y
su intimidad afectiva. Su cuerpo denuncia su único, es el instante puro. 3. El cuerpo narrativo.
subjetividad: ademanes, expresiones y atuendos La mirada fulgurante se proyecta más allá del
señalan una rica vida interior en efervescencia. La populacho hacia el futuro que le está asignado,
pierna derecha se apoya firme en el suelo con todo el brazo que aprieta las Tablas para que no se
el pie mientras la izquierda la hace sólo con dos caigan asume la tradición milenaria que acaba
dedos; ambigua postura porque, más que pronta de ser renovada arriba en la solitud del Sinaí, las
para abalanzarse hacia adelante, parece que está vestiduras que lo envuelven evidencian su propia
vacilante retrocediendo hacia su butaca. El torso biografía de compromiso personal con Dios y su
también insinúa estar reculando y los poderosos fe. La pierna derecha ya no está presta a saltar en el
brazos se retiran hacia sí; el izquierdo se desprende momento siguiente sino retrocede hacia su trono
del abdomen inferior, quizás asiento de las pasio- desandando lo insinuado. En otras palabras, el

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instante presente se lanza hacia su porvenir desde luz resplandece desde su cara: su semblante vuelto
donde vuelve sobre sí y coge su pasado entero. hacia el lado izquierdo observa pasmado su propia
Pasado, presente y futuro: es su identidad personal irradiación producto del reflejo enceguecedor de
y como tal es una identidad narrativa; por ello, está Dios sobre él, incrédulo, sobrecogido, espanta-
contada meticulosamente en las disposiciones de do, asombrado-mirar y ser mirado. El talante y
sus manos, miembros, ropajes, barba34. Es la retro- su posición erecta, su apariencia denuncian su
o-pro-referencia (Rück-oder-Vorbezogenheit) del confianza-desconfianza al exponerse ante la divi-
hombre de que habla Heidegger35. Modificando nidad misma, la cercanía e intimidad se vuelven
las intenciones de Zubiri36, el Moisés es cuerpo aterradoras y numinosas40. El asirse las barbas es
como agente, autor y actor: naturaleza, libertad y símbolo inequívoco de veneración y sumisión
destino, o sea, ejecución, decisión y destinación. ante su Creador. El manto que había cubierto su
¿Qué develó el cuerpo del “Moisés” a Freud? cabeza como distintivo de su devoción yace sobre
Recién baja del monte Sinaí y la ira lo consume su pierna derecha, como si ahora estuviera en otro
ante la visión de su pueblo venerando al becerro de momento del encuentro con Dios; las Tablas ya
oro. A punto de levantarse y despedazar las Tablas, las ha escrito y conoce bien su contenido, por lo
anegado por el sufrimiento y menosprecio, coge que son desatendidas bajo su brazo. El mensaje es
sus barbas con furor; en el último momento-“la- otro y proviene actualmente de Dios mismo. Este
paz-antes-de-la-tormenta”-súbitamente recuerda nuevo mensaje le hace cogerse el abdomen donde
su misión superior. Esta iluminación lo devuelve se asientan las pasiones más profundas, desconec-
a su cometido supremo y lo reasume, lo que lo tarse de lo que estaba hablando con su pueblo y
lleva a retroceder a su trono y relajar sus brazos, retroceder de pura emoción hacia su trono.
dedos, tronco. Intuyendo que las Tablas están a
punto de caer al suelo, retorna sobre su flanco y 2. El cuerpo asumido
las aprieta con dificultad. Vale decir, en compara- Su mirada sobrecogida por la visión de Dios,
ción al iracundo Moisés bíblico que despedazó las que le hizo girar la cabeza con presteza hacia la
Tablas, el de Miguel Ángel es su opuesto: un ser izquierda, está cercada por un ceño que delata que,
soberano, representa el triunfo de lo espiritual del simultáneamente, escudriña su interior meditan-
hombre sobre sus propias pasiones terrenales; es do las consecuencias generadas por el mensaje,
la voluntad que jamás claudica, jamás se somete quizás de incredulidad y temor. Su cuerpo entero
aunque esté inundada por la aflicción y desdén, la se inclina hacia atrás y los brazos estrechan su
que aspira a algo suprahumano porque nunca des- tronco y barbas, como guardando para sí todas sus
conoce ni elude la misión prioritaria, aquella que energías dentro de su propia corporalidad, aunque
se asume consigo mismo y con la trascendencia. relajando la tensión del momento anterior cuando
comenzó a escuchar las primeras palabras de Dios.
No pierde el control de piernas ni manos pero estas
El cuerpo de la revelación adquieren un valor subordinado ante el discurso
divino; su cuerpo sigue siendo todo suyo aunque
¿Y si el Moisés no correspondiera a la primera sin prestar ninguna función en este instante único:
sino a la segunda bajada del Sinaí, al capítulo 34 es vivido pero no vivenciado.
y no 32 del Éxodo, al encuentro con la divinidad
según Deuteronomio 31? ¿Qué habla el cuerpo en 3. El cuerpo existencial
favor de esta posibilidad? Si algo caracteriza al “Moisés” es su ek-sistencia:
estar-fuera-de-sí, ser-más-allá-de-sí18. El coloso
1. El cuerpo fisiognómico está pro-yectado hacia aquello que las palabras
Lo central es la apariencia ante el otro, el aspec- de Dios le están comunicando. Ya tiene las Leyes
to, la postura, los límites y la distancia, la confianza junto a sí, conoce las instrucciones para su recta
y el abrirse37: dos cuernos nacen desde su frente. interpretación, sabe de la infidelidad y traición de
Una mala traducción tanto de la versión hebraica su pueblo mientras él estaba arriba en el monte,
como de la Vulgata del texto sagrado -cuerno o ka- pero desconocía lo último y que ahora está reci-
ran significa tanto cornuta esset facies sua como su biendo y asimilando: el mensaje final -él no entrará
rostro irradió una luz- puede inducir a error38,39. La en la tierra prometida, su muerte está muy pronta.

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El "Moisés" de Miguel Ángel - G. Figueroa

Su longeva edad no se trasluce en su hercúlea tópica- que refleja los planos de su ser: vitalidad,
apariencia, pero la voluntad de Dios es el hecho propiedad y narratividad. La unidad que lo hace
de los hechos. Sus fuerzas titánicas le ayudarán comprensible proviene de su proyecto de vida per-
para impulsar a su gente pero le serán insuficien- sonal e intransferible que se matiza y da a conocer
tes para ingresar en el terruño añorado, como lo en estos estratos.
experimenta con aflicción, dolor y melancolía en 5) Aún así, al “Moisés” le es inherente también
sus entrañas. Triunfo y derrota, plenitud de po- un exceso de sentido que no se satisface con tres
tencia y resignación impotente, alegría suprema interpretaciones: es tarea de cada investigador
y conmoción insuperable. apoderarse e iluminar otras significaciones.
¿Qué propone el cuerpo de la revelación? Es 6) Las tres interpretaciones rivales investigadas
el cuerpo del profeta visionario iluminado por el desde el cuerpo hacen patente el significado ina-
encuentro último en la tierra con la divinidad. Su barcable de lo humano. El “Moisés” representante
vida trascurrida se da a conocer en su lado derecho: de lo superior frente a la medianía, el que lucha
la fidelidad absoluta a su credo, las instrucciones para vencer lo pasional fugaz en aras de lo noble
que debe dejar como legado a su pueblo para la trascendente y el que sabe que la vida consiste en
correcta interpretación de la palabra, las penurias llevar a cabo una misión, pero acatando su radical
por el desengaño sufrido por la liviandad y volu- finitud que lo acosa desde su nacimiento. ¿Tres
bilidad de sus seguidores. Su cuerpo izquierdo Moisés o la identidad narrativa de Moisés que es
recibe el impacto más feroz jamás esperado, las única y múltiple simultáneamente?
tareas más allá de toda comprensión humana,
esto es, conducir a su pueblo sin entrar en la tierra
prometida y morir como hombre de fe acatando Referencias
sin preguntar. Culminación de vida e inminencia
de la muerte. 1. Hipócrates. De la medicina antigua. México: Universidad
Autónoma de México, 1991.
2. Laín Entralgo P. El cuerpo humano. Teoría actual. Ma-
El cuerpo humano drid: Espasa-Calpe, 1989.
3. Heidegger M. Das Ding. En: Heidegger, M. Vorträge und
1) El cuerpo humano de la medicina es Aufsätze. 5. Aufl. Pfullingen: Neske, 1967. p. 157-75.
producto de datos empíricos contrastables de 4. Heidegger M. Der Ursprung des Kunstwerkes. En: Heideg-
manera sistemática, progresiva, que dan origen a ger M. Gesamtausgabe 5. Frankfurt: Klostermann, 1984.
teorías sometidas a reglas cada vez más precisas y p. 7-68.
compatibles con el grueso de los conocimientos 5. Heidegger M. Wissenschaft und Besinnung. En: Heide-
relevantes. gger, M. Vortäge und Aufsätze. 5. Aufl. Pfullingen: Neske,
2) A pesar de la unidad del cuerpo, éste posee 1967. p. 41-66.
un exceso de sentido, es una experiencia humana 6. Laín Entralgo P. Miguel Ángel y el cuerpo humano.
con significación múltiple y expresión multívoca En: Laín Entralgo, P. Teatro del mundo. Madrid: Espasa
y la medicina se circunscribe, por ser consecuente Calpe, 1986. p. 86-104.
con su método, a unos pocos sentidos, aquellos 7. Mariani V. Michelangelo the painter. New York: Harry N.
que entregan certeza. Abrams, 1964
3) La obra artística revela otros sentidos que sa- 8. Tolnay Ch. de. Miguel Ángel. Escultor, pintor y arquitecto.
turan al cuerpo del hombre, más originarios, más Madrid: Alianza, 1985.
primarios, más inmediatos, aunque también sin 9. O´Malley CD. Los saberes morfológicos en el Rena-
agotarlos por completo. Representa otro camino cimiento. La anatomía. En: Laín Entralgo, P, director.
en la apropiación de la verdad del cuerpo, camino Historia universal de la medicina. Tomo IV. Medicina
que intuye directamente sin ser constreñido por moderna. Barcelona: Salvat, 1973. p. 43-77.
un método único y que se traduce en multitud de 10. Condivi A. The life of Michelangelo. Baton Rouge: Loui-
visiones, perspectivas o escorzos. siana State University Press, 1975.
4) El “Moisés” de Miguel Ángel denuncia que 11. Vasari G. Lives of the most eminents painters, sculptors
el cuerpo humano es una realidad que no es ho- and architects. New York: Random House/Modern Li-
mogénea sino compuesta de estratos -tiene una brary, 1959.

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El "Moisés" de Miguel Ángel - G. Figueroa

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in Vincoli. Z f Kunstgesch 2001; 64: 177-222. 30. Ortega y Gasset J. Vitalidad, alma, espíritu. Obras Com-
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