a los 28 días del mes de julio del año 2019 (E:.V:.)
LOS “FILÓSOFOS” DEL CUARTO VIAJE
V:.M:., QQ:.HH:. Todos
El cuarto viaje del Compañero Masón, se dice, está dedicado a la memoria
de los grandes filósofos: Solón, Sócrates, Licurgo, Pitágoras e INRI. Pero ¡hete aquí que sólo dos de estos nombres corresponden a filósofos… y el último ni siquiera es un nombre propio! ¿Qué significa esto? El recurrido Aldo Lavagnini nada dice en su tan traído y llevado Manual. Repasemos: Solón y Licurgo fueron legisladores, el primero de Atenas, el segundo de Esparta. INRI es una sigla, que corresponde a la frase en latín Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, es decir, Jesús Nazareno, Rey de los Judíos. En cuanto a Sócrates: nada escribió; sus enseñanzas las conocemos a través de su discípulo Platón. En cuanto a Pitágoras, su filosofía consistió en una extraña mezcla de misticismo, ritos iniciáticos, matemáticas y música; además… tampoco se conservan escritos de su mano. Sus enseñanzas resultan casi desconocidas; los fragmentos transmitidos por sus discípulos Sotión de Alejandría, Euxeno de Heráclea, Apolonio de Tiana y Anaxilao de Larisa son oscurísimos. Ni siquiera estamos seguros de que éstos hayan sido en verdad sus discípulos; se autodenominaban “pitagóricos”, pero suponer que esto los traslada sin más al círculo secreto del Maestro equivale a suponer que todos los que se llaman “peronistas” escucharon en persona al General. Además los cuatro – Sotión, Euxeno, Apolonio y Anaxilao – fueron… magos. Sí, o manosantas, más bien. Los famosos Versos áureos son apócrifos; de hecho, los eruditos coinciden en pensar que lo más probable es que no se trate de obra de una única persona, sino de varias diferentes. Parece que los versos podrían haber sido escritos como muy pronto en el siglo III a.C., pero de hecho, su existencia, tal como los conocemos, no está confirmada antes del siglo V d.C. Es decir: siendo optimistas, serían datables poco después de la muerte de Pitágoras, calculada en 475 a.C. Pero el texto que corre por ahí y que nos dicen que es de Pitágoras fue redactado cuatrocientos años después de su deceso. Esto nos deja casi a solas con Sócrates-Platón. Y todos sabemos que Sócrates, según Platón, y Platón mismo, fueron idealistas, es decir: filósofos anticientíficos, no materialistas, y que no se preocupaban de la física, sino de la metafísica. Platón incluso llegó a negar la realidad objetiva: este mundo, nuestro mundo, y el universo por extensión, no es para él más que mera ilusión, sombras proyectadas sobre el muro de la caverna en que yacemos prisioneros… por las verdaderas figuras, que se hallan fuera, en una Patria Celeste. En síntesis: los nombres que se nos propone en el viaje representan la Ley, el Misticismo y la Religión. No hay allí Ciencia, ni filosofía material o concreta. No nos hablaron de Thales, o de Anaximandro, ni siquiera… y esto sí es muuuuy raro… de Aristóteles, verdadero Gran Ausente. Obviamente, ello ha de guardar un sentido oculto. No puede pensarse que la lista en cuestión se deba al mero azar. Ha sido trazada con toda intención. Otro tema de interesante dilucidación es: ¿Por qué se nos habla de INRI y no de Jesús? ¿Por qué escoger un mote denigrante, que en realidad constituye la acusación por la cual el Nazareno fue crucificado, y que según los Evangelios lució en un letrero colocado sobre el infame madero? Hoy me limitaré a señalar a la curiosidad de los Compañeros estas aparentes incongruencias, para que mediten sobre ellas, y emprendan sus propias investigaciones, guiados por su propia luz interior. Sólo señalaré que hay una respuesta, y que ésta se brinda en los llamados Grados Superiores.