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DESARROLLO DE LOS CONTENIDOS

a) Conocer bases y orígenes de Mindfulness.
Breve presentación del budismo:
Extractos de “Solo con los demás “ Stephen Batchelor, Ediciones Amara
(En todo este escrito, cuando se interrumpen las comillas y aparece escrito en itálica,
(en cursiva) señala que es un agregado mío. He preferido “dejar hablar” a los que
saben…por esto he transcripto textualmente para que las ideas, conceptos, etc. Se han
transmitidos con rigurosidad. No obstante, si esto no se logra, no es otra cosa más que
mi propia responsabilidad, por lo que me disculpo)
“Tradicionalmente las características principales de la historia de su vida se
presentan así: el Príncipe Sidharta nace como heredero al trono de Suddhodana, su
padre, el monarca del pequeño reino Sakya en el Norte de la India. Poco después de su
nacimiento un sabio llamado Asita predice que el niño, o bien será un poderoso
dirigente mundano o un gran salvador religioso.

El valor de este relato no yace simplemente en su pretensión de describir

acontecimientos históricos, sino en su sentido simbólico, como representación de un
proceso arquetípico. Aunque se presenta como la historia de la vida de una persona
particular, localizada en un tiempo y lugar particulares, su significado más profundo
trasciende los horizontes de espacio y tiempo. Si se observa como una descripción del
tránsito desde la dimensión del tener a la del ser, se puede entender como el marco
original en el que un budista puede modelar su vida. Esto no significa que, en cada
caso, ese marco deba ser imitado literalmente, sino que su significado ontológico es
realizable en cada vida concreta.

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Estas dos alternativas, la primera abierta a la dimensión del tener y la segunda a la

dimensión del ser, estaban potencialmente presentes desde el momento de su
nacimiento. La presencia de ambas es revelada, simbólicamente, por la profecía del
sabio Asita. Sin embargo, los valores del padre residían exclusivamente en la esfera del
tener, no en la del ser” … como nuestra sociedad actual y desde hace siglos…

Sería dejar volar demasiado la imaginación creer, literalmente, que su padre

consiguió en sus intentos por esconder el sufrimiento que nunca oyera hablar de la
vejez, la enfermedad o la muerte. El punto clave es entender que, si su atención
estaba siempre dirigida a la esfera del tener, nunca comprendería el profundo
significado existencial de estos fenómenos. Pero desde aquel momento ya no podía
contentarse con la búsqueda de logros particulares; ahora se enfrentaba a la cuestión
del significado global de la vida.

Bajo la sombra constante de la muerte ¿qué sentido real podían tener para él la
gloria y el poder mundanos? De repente todos sus valores previos se derrumbaron. En
vez de ver la superficie del mundo como algo rico y lleno de sentido, ahora la percibía
desde una posición más ventajosa y profunda de su ser y comprendía que era estéril y
hueca.
Frente a esta nueva perspectiva de la vida que se abría ante él, el príncipe empezó a
sentirse prisionero en su palacio…como nosotros en nuestros “palacio de las
creencias”, de las neurosis… “es decir, en los confines de la dimensión horizontal del
tener. Comprendió que allí no tenía posibilidad de descubrir el sentido y objetivo del
ser.

La partida final del palacio, también conocida como la “renuncia”, simboliza el

traslado radical desde la dimensión del tener a la del ser. La renuncia no implica
alejarse de nadie ni abandonarse a la intemperie…renunciar a nuestras neurosis, a la
falta de afecto y confianza por nosotros mismos y por los demás

La renuncia genuina no es una transformación parcial de ciertas actitudes o

creencias; “…será una nueva manera de estar en el mundo.”

El budismo es un completo recorrido a través de la reflexión y la meditación para

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comprender y experimentar en primera persona cuales son las causas de la

insatisfacción e infelicidad y como generar y estabilizar las causas del bienestar nacido
de una mente despierta a sus propios procesos de percepción, a su capacidad de
gestión emocional y a un creativo contacto estable con la sabiduría y la compasión.

Hoy esto se expresa según el ámbito, siendo el más cercano a nuestra sociedad el
rico encuentro en las ciencias de la salud y el budismo.

La importancia de la motivación a la hora de practicar mindfulness

No hay acción que no se origine en un pensamiento, que comienza con un casi
imperceptible movimiento de la mente.
Sabemos, o debiéramos saber, que cualquier cosa que hagamos nos afecta a
nosotros y a los demás y que este impacto no es temporal, sino que genera una
continuidad.
Es necesario reflexionar en la causa y el efecto, de otra manera, sería muy difícil
comprender la importancia de prestar atención a nuestras acciones. No podríamos
entender la necesidad de desprendernos del aferramiento, los celos, el odio, o la ira, o
de dejar de hacer daño a los demás. Al ver esto debería de surgir en nosotros una cierta
sensación de bochorno acompañado de una sensación de responsabilidad y de
urgencia, así como una sensación de “Qué debo hacer”:
Basamos nuestra práctica en el abandono de las acciones negativas y la acumulación
de acciones virtuosas y del consiguiente entrenamiento de la mente.

Pero, ¿realmente estamos comprometidos con lo que pensamos y decimos?

La única manera de conseguir esto es generando un fuerte compromiso, de ahora
en adelante, trascender las actitudes del cuerpo, palabra y mente.
Obsérvate atentamente cuando te relacionas con otras personas. Asegúrate de que
tus pensamientos sean puros, y si no lo son, retoma control de tu mente y refuerza la
pureza de tus pensamientos. Vigila tu palabra para que ésta sea pura y no haga daño a
los demás. Estate pendiente de tu cuerpo para que éste sea respetuoso, cortés y
sensible para con los demás.

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Y, tanto como sea posible, reduce tus apegos, necesidades, expectativas y

esperanzas. Dales un descanso, y concede a los demás un poco más de espacio y de
tiempo. Aprende de la observación. Observa a los demás y no cometas los mismos
errores, obsérvate a ti mismo y no repitas tus propios errores.
El introducir la atención vigilante a todas nuestras experiencias genera la
espaciosidad y la flexibilidad en nuestras mentes y por lo tanto en nuestra manera de
estar en el mundo.

 Que pueda fortalecer mi compromiso de desarrollar la consciencia del cuerpo, de

la palabra y de la mente.
 Que mis acciones generen realmente algún beneficio.
 Mediante mi atención consciente y mi consciencia, que cada acción que realice
sea una acción bondadosa y consciente.
 o que al menos pueda crear alguna felicidad y, como mínimo no hacer daño a los
demás.
 Tener aspiraciones implica asumir responsabilidades, cuando los deseos no se
realizan pueden volverse amargos y causar dolor, persistir en la motivación nos
lleva a la acción, nos transforma y nos vuelve diferentes. Hasta en los peores
momentos hay un soplo de esperanza. Asumir el “riesgo” de abandonar la inercia
emocional actual.
Así, generamos lo primero que necesitamos confianza. Confianza en la capacidad de
la mente, en la naturaleza de la mente, confianza en el camino, confianza en los
métodos que nos conducen fuera del sufrimiento; esta confianza es muy importante al
principio.
También generamos diligencia, la diligencia de sentirnos encantados/felices con la
virtud, en las acciones virtuosas. Y una tercera cualidad importante es Prajna o
sabiduría que puede diferenciar claramente atención/consciencia discriminativa,
sabiduría.
a)

Un buen comienzo:

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La motivación se basa en una premisa muy básica: hay una relación entre lo que pasa
dentro de nosotros, lo que pasa y lo que nos gustaría que pasara alrededor. La
motivación tiene impacto en quienes la hacen y en otros.

La motivación es una aseveración de algo a lo que aspiramos para el futuro algo que
falta en el presente. Con esta aspiración fortalecemos una cierta visión de futuro y nos
acercamos a ella. Generar aspiraciones nobles, aun sin haberlas realizado, nos cambia
ya que, aspirando a desarrollar y estabilizar cualidades nobles, vamos direccionando
hacia ellas.

Con la motivación dejamos de identificarnos con la confusión y comenzamos a

conectar con nuestra parte luminosa. También aclaramos para nosotros hacía dónde
queremos ir, qué futuro queremos vivir. Al estar haciendo aspiraciones, nosotros
mismos iniciamos procesos de transformación, profunda y radical.
La motivación es antídoto frente a la mente de pobreza, en lugar de identificarnos
con una sensación de carencia fortalecemos nuestras aspiraciones positivas y
cambiamos nuestra autoimagen.
Da dirección y orienta la vida. Inicia un proceso de fortalecimiento personal para
poder cumplirla. Reconocer situación que se quiere cambiar. No estancarse en lo
negativo. Abrir la mente e imaginar cómo podría ser diferente Se rompe la estrechez
mental que se focaliza en el problema. Al abrir espacio mental se acomodan las cosas
positivas.
La mente se nutre de imaginación positiva (no fantasía) También se nutre de la
esperanza que nos hace movernos hacia el futuro. Es un primer paso hacia la acción.
Nos alivia y da energía para seguir adelante. Al asentar esta motivación se crea mayor
espacio mental y florece la bondad innata.

Práctica central: mindfulness

Un buen final:
Es el colofón de toda práctica que:

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1. Nos mantiene motivados a seguir con una acción propicia hasta llegar a la meta
final.
2. Amplía nuestras metas dirigiéndonos hacia más seres.

LOS CUATRO FUNDAMENTOS DE LA ATENCIÓN

El método para empezar a estar en contacto directo con la mente, como lo enseñó
el Buddha y como se ha practicado durante los últimos 2.500 años, es la práctica de la
atención. Existen cuatro aspectos de esta práctica que tradicionalmente se conocen
como los cuatro fundamentos de la atención.
La atención al cuerpo
La atención al cuerpo, el primer fundamento de la atención, está relacionada con la
necesidad de sentir la existencia, de sentir un fundamento.
La atención a las sensaciones
Los antiguos comentaristas, los maestros ancestrales, enseñan que el dolor y las
sensaciones desagradables son más fáciles de reconocer que las neutras. Éstas son la
ausencia de sensaciones agradables y desagradables, y podríamos pensar que no hay
ninguna sensación. Sin embargo, una sensación neutra es una sensación, no la
inexistencia de ellas.
La atención en la conciencia
Reconocemos, por ejemplo, cuándo hay deseo en nuestra mente y cuándo no; y si
no lo hay, nos sentimos felices, porque el deseo es abrasador como el fuego, nos agita

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y nos hace dar vueltas en círculo, perder la libertad. A veces constatamos que no hay
deseo y pensamos que, entonces, no hay nada; pero, de hecho, hay algo: hay libertad.
Y cuando hay libertad, hay felicidad. La ausencia de cólera, por ejemplo, u otra emoción
perturbadora, es gozo, tal como la presencia de amor también lo es; porque ambas
cosas nos hacen felices.
Para hallar nuestro despertar y nuestra felicidad debemos remover las cosas que
realmente no necesitamos. Basta con quitar el deseo y el odio para que aparezca una
gran cantidad de bienestar. No pensemos que al deshacernos de ellos aparecerá un
gran vacío, un agujero.

La atención en los objetos mentales

Por lo que respecta a la percepción, tenemos ojos, y sus objetos son las formas;
cuando los ojos y las formas se encuentran, surge el sentido de la vista. Con los oídos y
el sonido aparece la audición. Y así con el resto de los sentidos. Los cinco operan de
forma separada, pero también pueden hacerlo juntos, asociados a la mente
consciente. A veces miramos y vemos, pero no ponemos la mente en ello; de modo
que la conciencia visual opera de forma independiente. Por ejemplo, vamos en bici y
estamos pensando en los deberes que tenemos para casa; en ese momento nuestros
ojos no ven que podemos chocar contra algo, porque nuestra mente está en otra parte.
También la mente consciente puede ir por su lado, ella sola. Por ejemplo, cuando
soñamos, los cinco sentidos no están operativos, pero la mente sigue funcionando con
la información almacenada en los niveles más profundos de la conciencia. Y lo mismo
sucede durante la meditación.
Si imaginamos la mente como un círculo, los cinco sentidos son como otros tantos
pequeños círculos inscritos en ella. De manera que cuando la mente consciente trabaja
en asociación con uno de los sentidos, el círculo pequeño se agranda hasta adquirir las
dimensiones del círculo de la conciencia. Cualquier objeto de los sentidos es a la vez un
objeto de la mente.

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Así pues, el cuarto fundamento de la atención es observar los objetos de la mente.

Pero nuestras percepciones pueden ser erróneas. De modo que tenemos que ir hasta
el fondo de la naturaleza de las cosas para superar esta dificultad. Así, lo primero es
prestar atención a los cinco errores que suelen obstaculizar la visión correcta.
1. Deseo
2. odio
3. indolencia,
4. agitación
5. duda

La mente está acostumbrada a que tiene que atrapar o rechazar algo, entonces
cuando sobrevengan las inevitables ganas de levantarte, de hacer o pensar en otra
cosa: observa la tensión en tu mente o en tu cuerpo con aceptación y espacio, no
queriendo que pase algo distinto, sin “fabricar” la meditación.
Poco a poco desarrolla más confianza en tus posibilidades, pero tampoco te
esfuerces generando tensiones innecesarias. Simplemente medita…

La atención al cuerpo

Fundamentos

La atención al cuerpo, el primer fundamento de la atención, está relacionada con la

necesidad de sentir un fundamento con el cual experimentamos sentir la existencia.

Para empezar, se plantea una relación curiosa acerca de lo que entendemos por
cuerpo. Cuando nos sentamos en una silla o en el suelo, cuando comemos o dormimos
o nos vestimos, el cuerpo con el que estamos en contacto en el transcurso de estas
actividades es algo cuestionable. El cuerpo que creemos tener se fundamenta en gran
medida en proyecciones y conceptos acerca del cuerpo. El cuerpo por sí solo no se
siente a sí mismo.

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Aunque esto sea así, estas proyecciones son “tangibles”. Mediante el cuerpo físico
experimentamos una sensación de existencia, pero esta sensación de existencia no es
física, es mental y emocional.

Así, por ejemplo, mientras escucháis esta charla podéis sentir que estáis sentados
en sillas o en el suelo. Todo esto influye en vuestra sensación de la existencia. Ahora
sentís de una cierta forma respecto a si estuvierais en una postura erguida: de pie, de
puntillas o sobre las manos. La postura que habéis adoptado en este momento parece
agradable, de hecho. Así pues, al estar en esta posición, os podéis relajar y escuchar,
podéis escuchar otra cosa que no sean las exigencias de vuestro cuerpo.

Así, tal como estáis sentados, sentís cierta estabilidad. Pero si, por el contrario, si
vuestros asientos estuviesen mojados, entonces ya no os sentiríais tan estables, ni
cómodos... Si uno está totalmente preocupado por algo que está a punto de suceder,
o se siente angustiado o alerta en una determinada situación, por ejemplo, una
entrevista de trabajo o frente al médico, entonces uno no está realmente sentado en
una silla, se posa en ella; entonces se siente menos el cuerpo y más la tensión y el
nerviosismo. Se trata de una sensación del cuerpo y de la existencia muy distinta a la
de estar sólo sentados, como lo estáis ahora mismo.

En este preciso momento estáis sentados y estáis tan plenamente sentados que
podríais poner marcha alguna grabadora, o incluso, poneros a tomar notas, sin daros
cuenta de que estáis haciendo dos cosas al mismo tiempo. Por así decirlo, tal y como
estáis sentados os habéis dejado caer completamente y, al hacerlo, habéis podido
centraros en vuestras otras percepciones: escuchar, mirar, etc.

Pero el estar sentados aquí en este momento, en realidad, no concierne mucho a

vuestro cuerpo per sé que está sentado en el suelo, sino que más bien es un asunto de
vuestra proyección del cuerpo sentado en el suelo. Sentados así, todos mirando en una
misma dirección hacia el conferenciante, atraídos por el entorno... todo os proporciona
una determinada idea y genera un cierto modo de participación, que conforma el
estado de vuestro cuerpo.

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En cierto modo estáis implicados en el estar sentados per se, pero al mismo tiempo,
no lo estáis. Es la mente la que lo está, a través de conceptos. Vuestra mente da forma
a esta situación en relación con vuestro cuerpo. Vuestra mente está sentada en el
suelo, vuestra mente está tomando notas, vuestra mente lleva gafas, vuestra mente
tiene tal o cual peinado, vuestra mente lleva tal o cual ropa...

Cada uno de nosotros crea un mundo de acuerdo con las circunstancias del cuerpo,
pero en gran medida desconectado de él.

La atención al cuerpo trae esta actividad omnipresente de la mente y la invita al

cuerpo, a la práctica de la meditación. Barrido…

Diferenciar mindfulness de otros estados psicológicos.

Estados mindfulness: atención plena, prestar atención y darse cuenta/mindfulness.

Estado “intermedio”: concentración absorción total en la actividad en la que uno
está involucrado, pero esto es una mente fusionada con la actividad en curso o con el
objeto que observa.
Estado meditativo según la tradición budista: la mente que observa sus propios
contenidos pero fundamentalmente “reposa” en esa capacidad de reconocer, no en lo
que se reconoce.
Estados de no atención plena: es decir… ¡desatención plena!!
Los eventos mentales confusos o perniciosos, se definen como aspectos de la mente
que aprehenden la cualidad de un objeto, y tienen la habilidad de colorear la mente.
De todos ellos, los más prominentemente negativos y perturbadores son los llamados
los tres venenos- enfado, deseo e ignorancia. Añadiendo la envidia y el orgullo, o
arrogancia, tenemos los cinco venenos raíz. Y de estos vienen las veinte aflicciones
subsidiarias/auxiliares.

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El primer abordaje a estos estados, las primeras enseñanzas del Buda, a estas
aflicciones es muy realista, fundamentado, y práctico. El Buda aborda las emociones
negativas de los tres venenos raíz de una forma muy directa: "Observa el enfado, el
deseo, la ignorancia como un veneno y abandónalos". No puede haber absolutamente
ninguna verdad más grande o directa, ninguna enseñanza más directa y clara que este
mensaje tan directo.
Fundamentalmente lo más importante, el abordaje de mayor ayuda es reconocer
que las negatividades, la discursividad, y las aflicciones llamadas "emociones
conflictivas" son “venenosas”, o tóxicas emocionalmente hablando, por naturaleza- y
simplemente no engancharse/meterse en ellas. Simplemente usa el mismo sentido
común que no te permite saltar cuando te encuentras al borde de un precipicio; el
mismo sentido común que te dice si algo que estás dando a tu cuerpo es seguro.
Puedes hablar de esto de una forma más altiva/elevada y llamarlo "sabiduría que
discierne". Pero es simple, sentido común: el sentido común para discernir un hábito
insano y destructivo, y abstenerse de él.
sopor,
excitación…
Agitación, opacidad, sopor, "tóxicos" emocionales, fusión cognitiva con los contenidos de
la mente

El papel de mindfulness como potenciador de nuestra práctica profesional.

De “Nuestra salud innata”, C Trungpa. Kairos:

223, 224, 226 a partir del último renglón hasta 2º párrafo 227.
“El trabajo personal, y tal vez, principal de los profesionales de la salud, en general,
y de los psicoterapeutas, en particular, consiste en llegar a ser personas completas e
inspirar esta plenitud en otras personas con carencias en sus vidas, para esto es
necesario que te conviertas en tu propio terapeuta, experimentes hasta desarrollar esa
plenitud, practica mindfulness sin antes apresurarte a indicárselos a tus pacientes.
Transmite tu experiencia…

Según el budismo, toda persona posee inherentemente la naturaleza búdica, es

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decir, que en esencia e intrínsecamente en toda persona su identidad más significativa

y representativa es bondad fundamental.

El enfoque que quisiera proponer a la hora de trabajar con los demás es uno en el
que la espontaneidad y la humanidad se extiendan hacia los demás, de modo que
podamos abrirnos a ellos en lugar de categorizarles según la comprensión que tenemos
de ellos, sin etiquetarlos conforme a su patología, evitando el “materialismo
sicológico”. No son “ése” problema, o patología…son seres humanos que, por distintas
situaciones o factores, se encuentran sobre identificados con esas distorsiones…pero
aman… y deben ser amados.

“Esto significa trabajar primero con nuestra capacidad natural en relación con el
afecto. Para empezar, podemos desarrollar afecto hacia nosotros mismos y luego este
se extenderá hacia los demás. Esto nos proporciona la base a fin de poder tratar con
personas que padezcan algún tipo de trastorno psicológico. Así como con nosotros
mismos, ambos en un mismo marco. Este enfoque no se apoya tanto en una
perspectiva teórica o conceptual, como en la forma de experimentar personalmente
nuestra propia vida.” Se puede decir desde el punto de vista budista…que…todos
estamos alienados…confundiendo la realidad…lo que experimentamos no está libre de
los condicionamientos emocionales y cognitivos…solo que está estandarizado y
“homologado” por la sociedad.

“Esta manera de trabajar con los demás es muy poderosa. Cuando alguien empieza
a sentir que no se le está clasificando y que se produce una conexión sincera entre
ambos, entonces “comienza una relación productiva”

“Se trata de ser emocionalmente honesto antes, si se quiere ser un buen terapeuta.
Si tenéis confianza en vosotros mismos y desarrolláis alguna forma de superar el ego,
entonces la compasión auténtica podrá irradiarse hacia los demás.

Así pues, la cuestión principal cuando trabajamos con otras personas consiste en
establecer y manifestar simplicidad. Cuanta más importancia le demos a la simplicidad,
más profunda será nuestra comprensión. Entonces, la simplicidad cobrará mucho más
sentido que la especulación.

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Una de las enseñanzas principales del budismo es la constatación de la mutabilidad

o naturaleza transitoria de las cosas. El pasado ya se ha ido y el futuro todavía no ha
llegado, por lo que se trabaja con lo que está aquí: la situación presente. Esto nos
ayuda, de hecho, a no categorizar o teorizar, más allá de las necesidades clínicas de
diagnóstico, que en todo caso definen un trastorno, pero no a un ser humano.

En todo momento, a cada instante se produce una situación nueva y viva. Este
enfoque, que no categoriza surge cuando uno está completamente aquí, en el
momento presente, en lugar de intentar conectar de nuevo con hechos del pasado. No
tenemos por qué solo mirar atrás, en el pasado de las personas, para comprender cómo
son. Las personas hablan por sí mismas, a cada instante.

Sin embargo, las personas estamos condicionadas y muchas veces obsesionadas con
el pasado y es necesario y reparador hablar de ello, explorar eso, para poder establecer
una comunicación con eso que se ha convertido en un lastre emocional. Aun así,
siempre deberíamos hacerlo a partir de un enfoque orientado desde el presente.
Debemos ver que la situación presente tiene distintos niveles:

 el sustrato de base, se sitúa en el pasado;

 su manifestación en el presente, está sucediendo ahora, y

 allí hacia donde se dirige éste presente, el futuro.

Así pues, podemos ver que el presente tiene tres aspectos, y una vez empezamos a
enfocar la experiencia de una persona de este modo, ésta se vuelve algo vivo.

Al mismo tiempo no es necesario que intentemos alcanzar una rápida conclusión

sobre el futuro, porque el posible fruto de ese futuro, ya se manifiesta en el presente,
encuentra sus causas en este presente; y aunque exista una historia de lo sucedido esta
historia ya se está muriendo. La comunicación auténtica se produce al instante.

Los pacientes deben experimentar un estado de salud que emane de vosotros y,

entonces, se sentirán seguros con vosotros.

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A la curación contribuye un estado de entendimiento, de cordialidad y plenitud

personal. No es un tema menor…ni anecdótico. Con ello se puede llegar muy lejos.

De este modo, el primer paso consiste en proyectarnos nosotros mismos como

personas auténticas. Luego podemos ir más lejos y ayudar a los demás creando una
atmósfera adecuada a su alrededor. Para encontrar, pues, una satisfacción duradera,
hemos de poner más esfuerzo en lo auténticamente humano y en la meditación, que
en nuestro intento de manipular el mundo que nos rodea.

La satisfacción duradera viene de la mente, del interior. El principal problema es la

mente agitada e insatisfecha, cuya naturaleza es el sufrimiento.

Sabiendo esto, cuando surja cualquier problema, siéntate, relájate y examina con tu
propia mente la situación. Cuando haces esto, estás permitiendo que crezca tu
conocimiento intuitivo, sabio e innato. La sabiduría no puede crecer en una mente
agitada, confundida e inquieta.

Éste es un modo mucho más constructivo de tratar los problemas y de pacificar la

mente que el de optar por “decepcionarte” a causa de tus expectativas insatisfechas,
y distraerte afanosamente con alguna actividad externa.

Los estados mentales agitados son uno de los obstáculos principales para el
desarrollo de la sabiduría.

b) c) Llevar mindfulness a nuestro día a día personal y profesional.

La meditación en el día a día es, también, observar el enorme poder de atracción
que tienen nuestros impulsos habituales, en cómo la mente siempre se inclina sobre
sus propios contenidos, en cómo cada pensamiento es el hilo que une con el anterior
y con el siguiente y como todos ellos casi siempre tratan de uno mismo, llevándonos a
un laberinto emocional de una mente que no confía en su integridad y se pierde en la
senda de las emociones conflictivas.
Constantemente colocamos nuestra mente en un objeto o pensamiento y nos
familiarizamos con él, nos hacemos con él, pero cuanta de esta familiaridad está

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impregnada de tensión, especulación, desconfianza, deseo, ira, etc. y cuanta lo está de

flexibilidad, paciencia, apertura, creatividad, confianza…
Nuestra cultura moderna no nos anima a despertar, y sin un sentido de fortaleza
interior, nos dejamos fácilmente invadir por las dificultades que nos rodean. Si no
orientamos nuestra jornada hacia el crecimiento auténticamente humano, nos invaden
las prisas de la vida, alimentadas por nuestros patrones habituales. Mientras que
algunos patrones habituales son fuentes de inspiración, otros simplemente nos agotan.
La meditación nos enseña a darnos cuenta y liberarnos de estos patrones nocivos.
Solemos estar atrapados en una suerte de materialismo sicológico, emocional, que
nos impulsa de contínuo a mejorarnos a nosotros mismos, externamente el aspecto,
internamente la auto estima, auto conciencia y esto nos atrapa en la comparación y la
competencia, no es la solución tal vez sea el problema. La felicidad no tiene que ver
con capacidades adquiridas o habilidades desarrolladas sino con las cualidades
naturales: flexibilidad, amabilidad y risueña espontaneidad.
Todos nosotros hemos sido educados con la premisa que llenos de conocimientos
de todo tipo, podríamos enfrentarnos a la vida eficazmente, conquistar y vencer…pero
habría que repensar esa idea de confrontación con la vida, yo contra algo, alguien
contra todos y en las armas elegidas para esa conquista…las opiniones, pensamientos
etc.
Cuando despertamos por la mañana, nuestra primera reflexión a menudo es "¿Qué
habrá hoy para mí, que se interpondrá entre la felicidad y yo?" Podemos cambiar este
patrón estableciendo otro tipo de perspectiva. En vez de "¿Qué tengo que hacer hoy?",
o "¿conseguiré algún día dormir lo suficiente?" podemos preguntarnos, "¿Cómo puedo
usar este día para dejar que una humana y noble actitud cambie mis pensamientos,
palabras y acciones? ¿Qué cualidades positivas puedo cultivar?"
Al despertar: inhala y te dices: pueda mi mente ser amable; exhala: pueda mi
presencia ser esa amabilidad.
¿Así que, cómo podemos mantener una perspectiva meditativa lo largo del día?
Viendo el día como nuestra vida toda y la vida como nuestro camino, aprendemos a
considerar todo lo que sale a nuestro encuentro como una oportunidad para crecer.

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Podemos continuar residiendo en las mismas tendencias habituales y nadie nos

detendrá si lo hacemos así. Pero ¿cuál será el resultado?: seguir residiendo en un
estado de confusión. Sería mejor si intentáramos pasar el momento siguiente de una
forma ligeramente distinta.
Por ejemplo, observando los patrones habituales de distracción, nos tornamos más
atentos, más conscientes y en lugar de dejarnos abrumar por la discursividad,
desarrollamos cualidades más positivas y puras. En lugar de ser arrastrados por
pensamientos negativos, intentamos cambiar, generando pensamientos positivos y lo
más importante: en vez de mantenernos inconscientes respecto a nuestra propia
bondad fundamental, llegamos a ser capaces de descansar en un estado en el que,
poco a poco, vamos introduciéndonos en nuestra naturaleza fundamental; vamos
siendo más conscientes de esa naturaleza fundamental y logramos familiarizarnos,
(meditar, en definitiva) y confiar en ella.
Nuestra mente es pura. Pero también, lo podemos decir de una manera figurada,
está cubierta por capas y capas de oscurecimientos que llamamos velos engañosos. Así
que nuestra situación es que estamos muy distraídos por los diferentes hábitos y
tendencias, fortalecidas con el juego de la discursividad.
Pasamos cada día tan ocupados con nuestros asuntos, que están allí todo el tiempo,
fundamentalmente porque atendemos a las demandas de todos nuestros
pensamientos, de todas nuestras diferentes actividades mentales, de toda nuestra
palabrería y por supuesto, de todas nuestras acciones físicas. Por lo tanto, deberíamos
ser capaces de reconocer cómo respondemos a las demandas de todas nuestras
actividades externas, y si lo que vemos no nos conduce a volvernos inseparables de
nuestra naturaleza básica, deberíamos ocuparnos de ello.
Siempre que reconozcamos haber caído en alguna trampa emocional, tenemos que
ser capaces, en ese mismo momento, de mirar con mucho cuidado el estado en el que
estamos. No se trata tanto de detener discurso alguno sino de soltar las
identificaciones con las preocupaciones, estrategias, desconfianzas, etc.
Desarrollar habilidad en la conciencia a través de la exploración corporal, plena
atención en la respiración para advertir la presencia de la incomodidad emocional y
cortar el proceso automático del hábito.

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Al inhalar: soy consciente de la ira, al exhalar: no soy esa ira,

Soy consciente de la tristeza + me siento triste pero no soy esa tristeza,
Vincularse con los problemas de una manera diferente = reconocer con prontitud
las dificultades y afrontarlas con habilidad ≠ modo "piloto automático"
Consciencia en las actividades cotidianas, de modo que sepamos lo que estamos
haciendo y que está sucediendo y podamos cambiar, si es necesario, la naturaleza de
la experiencia.
Ser conscientes de los aspectos de la vida que suelen pasar desapercibidos; si no
identificamos los (+) la vida no la experimentaremos tan rica como es y si no
identificamos los (-) no somos lo suficientemente permeables para poder emprender
acciones funcionales (+) que los transformen. No podemos dominar lo que entra en
nuestra mente, pero si podemos gestionar los pasos siguientes.

La atención plena en un solo punto, shiné, nos lleva a tres etapas:

1. la primera nos introduce en nuestra naturaleza básica, la naturaleza tranquila,
abierta, y espaciosa, de esta manera…
2. …iremos adquiriendo familiaridad que se irá haciendo lo suficientemente
fuerte como para abandonar el impulso de dejarnos aturdir por las distracciones y a
partir de ahí, la fuerza de la familiaridad se convertirá en una…
3. …confianza que no podrá ser disuadida por los impulsos, esos que
constantemente pretenden llevarnos a las tendencias habituales de la distracción.

Es de esta manera que conseguimos pensar creativamente y nos volvemos prácticos

usando cada situación como una oportunidad para enlazar lo trascendente con lo

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práctico y viceversa. Lo que quiero decir con esto, es que las cosas adquieren la forma
de la perspectiva que hayamos elegido adoptar.
Por eso, es esencial dejar que nuestra mente contacte cada día con su potencial puro
y profundo y si podemos prolongar esta práctica es excelente o, al menos, debemos
tener presente lo más que podamos la motivación de la bondad original en nosotros y
hacerla cada vez más fuerte, durante el instante en el que la mente ha generado un
pensamiento así, queda libre de parcialidad.
La mente humana se ha acostumbrado a obtener resultados por sus esfuerzos de
manera inmediata. Si pensamos que la meditación no sirve para mucho y no vemos
bien qué nos puede aportar, entonces, no la valoraremos y, por eso, nos parecerá muy
cansado, incluso, generar un pensamiento sincero.
La meditación nos proporciona una forma de aprender a aceptar y soltar…cuando
nos sentamos a meditar podemos comprobar que todos los pensamientos giran en
torno a nosotros mismos y meditar aporta una herramienta terapéutica con esta sobre
identificación, que nos ayuda abandonar el impulso temeroso de querer ser alguien
especial y nos ayuda a abandonar el aferramiento a nuestras identidades construidas
a fuerza de conceptos y condicionamientos estratégicos, abre un claro en nuestra
mente y pone de relieve una inteligencia y bienestar básico.

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