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Según la Real Academia Española de 2014 Eutanasia es la acción u omisión que para evitar sufrimientos
a los pacientes desahuciados acelera su muerte con consentimiento o sin él, esto ha sido temas de
discusión, debido a las diferentes posiciones que mantienen los científicos y la iglesia, donde la ciencia
desde su perspectiva ética y jurídica y médica esboza el término “buena muerte”, ha evolucionado y
hace referencia al acto de acabar con la vida de una persona Enferma, a petición suya o de un tercero,
con el fin De minimizar el sufrimiento. Desde algunos sectores Tratan de imponer en la sociedad
contemporánea una determinada idea del “Progreso”, asociada únicamente al aumento del confort en el
ámbito material o una sofisticación tecnológica, la empujan, casi inconscientemente, a aceptar como
“buenas” las actuaciones encaminadas a terminar con la vida de individuos cuyas condiciones vitales no
sean consideradas suficientemente aceptables. Se hace necesario que se pueda afrontar esta amenaza,
mostrando las consecuencias negativas y destructivas que la eutanasia y el suicidio asistido tienen para
la sociedad, así como potenciando el papel de los cuidados de las personas de enfermedades letales
haciéndoles sentir menor sufrimiento y alentándolo en el dolor, Cabe anotar desde otro punto de vista
como es el religioso dónde su valor ético y moral es prevalecer la vida, sobre todo, donde el único que la
puede quitar es Dios, desde la perspectiva de la filosofía moral cristiana, la cual se fundamenta en la
dignidad de toda persona, sabiendo que dignidad es “el valor inherente al ser humano por el simple
hecho de serlo, en cuanto ser racional, dotado de libertad” también se plantea que es una acción u
omisión que por su naturaleza y en la intención causa muerte con el fin de eliminar cualquier dolor,
según Correa M, el problema moral que se acarrea a la eutanasia son tres condiciones atribuidas
determinadas por la intensión los medios causativos, ya sean directos por omisión y que se pretenda
quitar la vida con la finalidad de eliminar el dolor físico y psicológico, por ende, desde el punto de vista
jurídico en Colombia a partir de una sentencia en la década de los años noventa La Corte, luego de una
exequibilidad de la norma acusada. En aquella ocasión, no solo sostuvo que la eutanasia y otras prácticas
médicas, bajo determinadas condiciones, no son delito, sino que también, reconoció que el derecho a
morir dignamente tiene la categoría de fundamental. Al ser así, los efectos de esa decisión serían
especiales. De igual manera, fijó algunos criterios para que el legislador reglamentara ese derecho y