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FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS, CIRCULARIDAD Y NEUTRALIDAD:


TRES GUÍAS PARA EL CONDUCTOR DE LA SESIÓN

Dra. Mara Selvini Palazzoli


Dr Luigi Boscolo
Dr. Gianfranco Ccechin
Dra. Giuliana Prata

Family Process, marzo, 1980


“Este trabajo representa el resultado de nuestra investigación centrada en
individualizar y elaborar principios y métodos que encontraremos
altamente productivos en la entrevista con la familia, hemos sintetizado
estos principios bajo el título de Formulación de hipótesis, circularidad y
neutralidad, ofreciendo definiciones conceptuales, descripciones y
ejemplos prácticos para su aplicación. Nuestro propósito es ayudar al
terapeuta a estudiar a la familia para que produzca la información
significativa que resulta indispensable para que el terapeuta hace una
elección terapéutica”.
Nuestra investigación de la terapia de familia fue dirigida recientemente hacia
un procedimiento mas correcto y fructífero para entrevistar a la familia. Con eso
no queremos decir que en e pasado no éramos conscientes de la gran
importancia de este problema. Sin embrago, como cualquier lector de nuestro
libro “Paradoja y Contraparadoja” podrá decir, siempre se tiene la impresión de
que nuestras intervenciones al final de la sesión llegaban como llovidas del cielo.
La verdad es que hemos recibido cartas de muchos lectores de distintas partes
del mundo, haciéndonos todas las mismas preguntas, sustancialmente: “pero
como acertaron con esta intervención particular”.

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De este modo, poco después de la primera publicación de “Paradoja y


Contra[paradoja” (en italiano en 1975), decidimos centrar nuestra atención y
esfuerzo en este problema.
Nuestro objetivo primario consistió en individualizar y elaborar algunos principios
fundamentales para conducir la entrevista de manera que sea coherente con la
epistemología que habíamos adoptado.
En base a estos principios podríamos entonces desarrollar metodologías
precisas que sirvieran como una especie de guía detallada para el terapeuta que
se aventura en el laberinto de una sesión de familia.
Nuestra meta secundaria era desechar ciertos esteriotipos conceptualmente no
esclarecidos, que durante décadas fueron pasando de una generación
profesional a otra en nuestro campo –los esteriotipos que asignan al terapeuta
esas cualidades personales intangibles que son “intuición”, “carisma”,
preocupación”, etc. las cuales, por definición no pueden aprenderse.
Luego de algunos años de trabajo, logramos establecer tres principios que
consideramos indispensables para entrevistar correctamente a una familia.
Los llamamos tentativamente “Formulación de hipótesis, Circularidad y
Neutralidad”. Examinaremos cada uno de ellos, aclarando en primer lugar el
concepto teórico y desde luego su descripción y aplicación práctica.

Formulación de Hipótesis
Con esta expresión nos referimos a la hipótesis que formula el terapeuta y que
descansa sobre la información que posee respecto de la familia que está
entrevistando. La hipótesis establece un punto de partida para su investigación y
también para verificar la validez de la misma basada en métodos y pericias
específicas. Si la hipótesis basada en la información recogida durante “el
examen de la primera”.
Debemos tener presente que una sesión terapéutica de familia siempre
comienza con cierta cantidad de información que posee el terapeuta con
respecto a la familia. En nuestro ejercicio en el Centro de Milán para Familias,
tenemos a nuestra disposición aún antes de la primera sesión, algunos daros

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estándar registrados durante el contacto inicial sea con la familia o con el


médico referente1. Aún en contextos que difieren de los nuestros, el terapeuta
siempre tendrá, alguna información en que asentar una hipótesis inicial. Veamos
un ejemplo.
Hace poco fuimos invitados por un instituto especializado en terapia de familia
en dar una demostración en vivo de nuestro estilo de trabajo con familias.
Nuestra primera sesión fue con una familia pequeña, constituida por dos
miembros, la madre divorciada y su hijo de 13 años de edad. La información
registrada en el momento del contacto inicial de la familia con el instituto era
escasa: la madre haba llamado algunos meses antes, en vísperas de las
vacaciones de verano, solicitando una consulta respecto a su hijo, quien, de
acuerdo con sus palabras, era difícil de controlar, rebelde, grosero e inclinado a
conductas delictivas (había robado el cambio que había en su cartera). En base
a esta poca información nuestro equipo formuló una hipótesis durante la
conferencia estándar de pre-sesión: la conducta del muchacho podría ser una
manera de intentar que el padre volviera con la familia. Conforme a esta
hipótesis decidimos bastar poco tiempo en escuchar las quejas de la madre
referentes a la mala conducta del muchacho y dirigir nuestras preguntas hacia
sus relaciones con el padre ausente. Durante la entrevista esta hipótesis fue
rápidamente refutada, pero pudimos formular una segunda hipótesis: la madre
era una atractiva y encantadora mujer y después de todos aquellos años de
dedicación maternal había quizás encontrado “otro hombre”, y su hijo estaba tal
vez celoso, y lo demostraba mediante su mala conducta.
Nuestra segunda hipótesis era la correcta. Durante los últimos meses la madre
había tenido citas con un “amigo”. Mientras nos lo estaba contando, el
muchacho, que hasta el momento había estado tranquilo, se volvió inquieto y
parecía al borde de las lágrimas. En contestación a nuestras preguntas, dijo:
“mamá no es mas la misma conmigo –esta concentrada en sí misma- no me

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(1) Nombre, edad y grado de educación de los padres e hijos por orden de nacimiento fecha de
casamiento de los padres; otros miembros de la familia que viven con ellos: problemas, médico referente,
nombre de la persona que se conecta con el centro.

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está realmente escuchando como solía hacerlo ...”. Mientras su hijo expresaba
su dolor, la madre permaneció silenciosa y parecía confundida y un poco
culpable. La conclusión terapéutica de esta sesión se había hecho clara para
nosotros gracias a las conductas de madre e hijo. Ambos sufrían dolores de
crecimiento, y era d esperar que los sufrieran también en el futuro inmediato.
Necesitaban tiempo para aceptar la perspectiva de una separación sin sentirse
abandonados o culpables.
Este ejemplo demuestra cómo la hipótesis formulada por los terapeutas y las
preguntas hechas para verificarlas, los llevaron a la información esencial para la
elección de la intervención terapéutica.

¿qué es entonces lo que queremos decir por “hipótesis”? y ¿cuál es su función?

Definición general de hipótesis: la raíz griega de la palabra significa “ lo que


está debajo”, o más bien, la proposición que es la base de la construcción
conceptual. De acuerdo con el Diccionario de Oxford, hipótesis es una
“suposición construida como base de un razonamiento, sin referencia a su
veracidad; un punto de partida para una investigación”. En la terminología de la
ciencia experimental, una hipótesis es una suposición no probada, aceptada
tentativamente para proveer una base para la investigación ulterior, de la cual
puede obtenerse la verificación o la refutación.
En la sesión de familia, el fenómeno provocado por este tipo de hipótesis
formulada por el terapeuta como guía de su actividad, define tal actividad como
experimental. Los datos de tal experimento derivan del feedback inmediato
(verbal y no verbal) y del feedback demorado que resulta de las prescripciones
y rituales dados por el terapeuta al final de la sesión. Estos tienen como objeto
la verificación adicional de una hipótesis que hasta el momento demostró ser
plausible.
Como se sabe, el procedimiento clásico del método experimental consiste en
tres fases: observación, formulación de una hipótesis, y experimentación. El
mayor esfuerzo mental ocurre en la segunda fase: es entonces cuando la mente

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debe organizar la información que recolectó. Una hipótesis puede organizar en


pocas líneas un serie de hechos empíricos que necesitarían un volumen pare
ser catalogados. Resulta obvio que la precisión (o falta de ella) de toda
investigación otra sobre la formulación de hipótesis.
El concepto de la hipótesis así especificada, abraca el significado del término en
su raíz etimológica de suposición, excluyendo explícitamente su veracidad o
falsedad.
Valor Funcional de la Hipótesis en General: la hipótesis como tal no es ni
correcta ni falsa, sino mas bien, mas o menos útil. Aún la hipótesis que
demuestra ser falsa aporta información, ya que elimina un cierto número de
variables que hasta el momento parecían posibles. Es precisamente para esta
función de catalogar la información y la experiencia que la hipótesis ocupa una
posición ventral entre las medidas con las que organizamos nuestro trabajo de
investigación. Ka función esencial de una hipótesis consiste por lo tanto en ser
la guía que provee para llegar a una información nueva, por la que será
confirmada, refutada o modificada.
Valor Funcional de la Hipótesis en la Entrevista con la Familia: el valor funcional
de la hipótesis en la entrevista con la familia es mayormente el de garantizar la
actividad del terapeuta que consiste en rastrear los patrones relaciónales. Es
muy probable que tales patrones sean provocados y puestos a descubierto por
la conducta activa del terapeuta. Si, por el contrario, el terapeuta se comporta de
manera pasiva, más como un observador que como un promotor, sería la
familia quien, conforme con su propia hipótesis lineal, impondría su propio
libreto, dedicado exclusivamente a señalar quien está “loco” y quien es
“culpable”,. Y esto resultaría en cero observación para el terapeuta. De
cualquier modo, la hipótesis del terapeuta introduce en el sistema de la familia
el poderoso aporte de lo inesperado y lo improbable y por esta razón actúa como
impedimento de la desviación y del desorden. Trataremos de explicar este último
concepto.
Hipótesis, Información y Entropía Negativa: Gregory Bateson (1) es su catálogo
“¿por qué se vuelven confusas las cosas? “ declara: “se que existen infinitas

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maneras confusas para que las cosas vayan siempre hacia la confusión y el
revuelo.”
Si transferimos esta afirmación del significado universal a los recintos
restringidos de la sesión de terapia de familia, podemos confirmar su validez con
la experiencia. Sin nuestra actividad basada en la hipótesis, nuestras sesiones
con las familias tendrían la tendencia a dirigirse hacia un desalentador aumento
de desorden y confusión. Pero ¿qué es exactamente el desorden?. Quizás su
definición mas clara la dio Schafroth (4): “De hecho, no es una cosa tan trivial
definir el desorden”. Existen científicos que tienen la costumbre de apilar sus
papeles y libros de una manera aparentemente casual sobre sus escritorios y
sin embargo, pueden encontrar cualquier cosa en cualquier momento. Si alguien
“ordena” su escritorio, el pobre dueño puede que no encuentre anda. En este
caso, resulta obvio que el aparente “desorden” es, de hecho, “orden” y
viceversa. Será fácil comprender que en este sentido el orden del escritorio
puede ser medido por la información que el dueño posee acerca del estado
mismo. Este ejemplo ilustra que, tratando d definir “desorden” mas
exactamente, volvemos a la definición anterior en términos de “falta de
información”.
El desorden, desorganización, falta de patrón, la organización al azar de un
sistema, se conoce como entropía. La disminución de la entropía puede
tomarse como medida de la cantidad de información. Wiener y Shannon
notaron que la medida estad1stica para la entropía negativa e información sobre
la base de dos significados que iluminan nuestra investigación.
“La cibernética está a definir “negentropía” e “información” con una especie de
doblez subjetiva y admitir la posibilidad de una transición en dos sentidos:
Negentropía información

tengamos en cuenta que el significado de la palabra “información” no es igual


en los dos sentidos: en la transmisión directa, negentropía
información, “información” significa adquisición de conocimientos . En la

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transición recíproca información negentropía, “información” significa


poder de organización.
La hipótesis debe ser Sistémica: Un punto fundamental que debe destacarse,
es que cada hipótesis debe ser sistémica y debe, por ende incluir todos los
componentes de la familia, y debe proveernos de una suposición relativa a la
función relacional total. Veamos un ejemplo:
Una madre llamó a nuestro Centro solicitando una cita. La familia permanecía a
la clase obrera y vivía en la periferia de Milán. Consistía de 6 miembros: los
padres, ambos cerca de los 50 años; un joven de 20 años, Paolino, quien
trabajaba como plomero; Francesca de 17 a que recientemente había recibido el
diploma de secretaria y buscaba empleo; Estefano, alumno de 12 años y la
paciente identificada, Regina de 14 años. Regina era ciega de nacimiento y a la
edad de 4 años empezó a presentar una conducta psicótica tan marcada que
mas tarde impidió su admisión a la escuela local para niños ciegos. Por esa
razón, a la edad de 6 años, fue admitida en un instituto ubicado en Italia Central,
dedicado a cuidar a un conglomerado de niños psicóticos, orgánicamente
dañados, retardados o discapacitados. A pesar del largo viaje, la madre había
visitado a Regina casi todos los meses, trayéndola a casa durante las
vacaciones de Navidad y de verano. Los períodos que Regina pasaba en casa
convertían la vida de familia en un verdadero infierno. Durante el verano
anterior, Regina que seguía manifestando su conducta psicótica, se apegó a su
madre y no quiso separarse de ella. No hizo ningún proceso mas en el Instituto.
En realidad, después de un periodo inicial de adaptación que duró años, y
después de haber llegado a establecer un cierto rapport con las monjas y los
otros niños y logrado terminar el tercer grado, se había aislado
progresivamente. Después de las últimas vacaciones de verano se había
aislado progresivamente. Después de las últimas vacaciones de verano se
había envuelto en un manto de negativismo . durante una de las visitas de la
madre, el psicólogo del instituto no parecía estar de acuerdo con que la niña
permaneciera allí y dio a la madre la dirección de nuestro Centro. La madre no
sabía el nombre del psicólogo ni porque había sugerido nuestro Centro. No

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obstante, formuló el siguiente pedido explícito: “Cuando lleguemos, tendremos


que decidir si es mejor que Regina siga en el instituto o que vuelva a casa con
nosotros”.
Esta información fue registrada en la ficha de la familia en el momento del
contacto telefónico y se hizo cita para las vacaciones de navidad cuando Regina
estaría en casa.
Durante la conferencia de pre-sesión, nuestro grupo examinó la planilla y
discutió la información ya recibida, con el propósito de formular una hipótesis, la
pregunta fundamental era: ¿cuál era el juego sistémico propuesto por el
regreso de Regina a su casa, después de tantos años de encierro en un instituto
lejano y sin cambio alguno en su conducta psicótica? Y más aún: de qué
manera convencía el cambio en la política del instituto representado por el
psicólogo, con el cambio en la política de la familia que se hace la dramática ( y
repentina) pregunta: ¿sería mejor para Regina volver a casa con nosotros?.
Nos pusimos de acuerdo acerca de la hipótesis de que convergían dos
diferentes motivaciones que derivaban de dos sub-sistemas. Uno era el de la
institución. En ese tiempo Italia se encontraba en el Centro de la controversia
ideológica, socio-política y anti-institucional que tuvo como resultado la
convicción de que el regreso al seno de la familia era siempre la mejor solución.
Sin embrago, a nosotros nos parecía que el movimiento de expulsión por parte
del instituto no hubiera tenido éxito, de no haber coincidido de algún modo con
los imperativos homeostáticos de un sistema familiar que corría el peligro de
cambiar. Era necesario formular una hipótesis acerca de la naturaleza del
peligro. De la planilla resultaba que Regina tenía dos hermanos mayores.
Paolino de 20 años que ya trabajaba, y Francesca de 17, que acababa de
graduase y estaba a la búsqueda de un empleo, un paso que acabaría con su
dependencia de la familia. En ese momento, el regreso de Regina con la familia
sería el medio más efectivo para asegurar su cohesión del grupo. Por su
ceguera. Para no mencionar su conducta psicótica, Regina exigiría atención y
control permanentes. Francesca tendría probablemente que renunciar a su plan
de trabajar para quedarse en casa y ayudar a su madre. Habría gastos

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adicionales y otra boca que alimenta, y Paolino tendría que contribuir al


mantenimiento de la Familia, sacrificando quizá, sus vacaciones, sus salidas,
amigas, etc. De este modo el equipo llegó a un acuerdo sobre la formulación de
la siguiente hipótesis sistémica: la familia, percibiendo todo esto como un
momento peligroso para su homeostasis, “descubrió” la tarea de hacer volver a
Regina al seno de la familia. Este regreso podría ser esencial para impedir que
Francesca o Paolino, o ambos, salieran al mundo exterior.
De acuerdo con esta hipótesis, decidimos que la sesión debería, ante todo,
involucrar a Paolino y Francesca, a sus relaciones con los distintos miembros de
la familia, sus eventuales proyectos, sus opiniones respecto del posible regreso
de Regina y el efecto que ese eventual regreso tendría en sus vidas. La
hipótesis fue confirmada por el feedback observado durante la entrevista: la
crisis familiar se centró en la adolescencia de Francesca, que parecía tan
asustada de ello como los demás. Por lo tanto, el problema era totalmente
distinto del que había sido presentado por la madre.
La hipótesis que describimos mas arriba, además de ser coherente con la
epistemología sistémica, fue sugerida por dos tipos de información:
1. Ciertos datos adquiridos en la investigación de familias con miembros
psicóticos. Con frecuencia la crisis esquizofrénica de un miembro coincide
con la amenaza de que otro miembro, a menudo un adolescente, está por
alejarse de la familia. Esta función, puede tomar forma de hipótesis, como
en este caso, cuando observamos un cambio en la política de la familia.
2. Información específica referente a la familia bajo observación.
Comenzando la sesión provisto de una hipótesis, el terapeuta puede tomar
la iniciativa, proceder ordenadamente, interrumpir, guiar y provocar
transacciones, evitando todo el tiempo el ser inundado por un aluvión de
parloteo sin sentido.
CIRCULARIDAD
“Por circularidad entendemos la capacidad del terapeuta de conducir su
investigación en base al feedback de la familia como respuesta a la información

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que solicita respecto de la relación y, por lo tanto, respecto de la diferencia y del


cambio”.
La adquisición de tal destreza requiere que los terapeutas se liberen del
condicionamiento lingüístico y cultural que le s hace creer que son capaces del
pensar en término de “cosas” para que puedan redescubrir “la verdad más
profunda de que siguen pensando sólo en términos de relaciones”. (3, p.173).

En 1968, Bateson ya había explicado y demostrado este concepto:

“la misma verdad general –de que todo conocimiento de los eventos externos
deriva de la relación entre ellos- se reconoce por el hecho que para lograr una
percepción más exacta, el ser humano siempre recurrirá al cambio entre él
mismo y el objeto externo. Si inspecciona un punto áspero sobre alguna
superficie por medio del tacto, mueve su dedo encima del punto, creando así
una multitud de impulsos neurales con estructuras secuenciales definidas,
mediante las cuales puede descubrir la forma estática y otras características de
la cosa que está investigando. En este sentido nuestros datos sensorios
iniciales son siempre “primeros derivados” afirmaciones relativas a las
diferencias que existen entre los objetos externos, o afirmaciones acerca de
cambios que ocurren sea en ellos o en nuestra relación con ellos. Lo que
percibimos con facilidad son la diferencia y el cambio y la diferencia es la
relación”. (3 p. 173).
Lo que todos nosotros llamamos circularidad es por ende nuestra conciencia, o
mejor aún, nuestra convicción de poder obtener de la familia información
auténtica sólo si trabajamos con los siguientes puntos fundamentales:
1. Información es una diferencia;
2. diferencia es una relación (o u cambio en la relación).

Sin embargo, esto no es suficiente. Es necesario otro artificio más para ayudar al
terapeuta a encarar las complejidades de la familia. Se invita a cada miembro
de la familia a contarnos cómo ve la relación entre dos miembros de la familia.

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Aquí estamos tratando con la investigación de la relación diádica vista por una
tercera persona. Estarán de acuerdo con que es mucho mas fructífero ya que
sirve para superar la resistencia, preguntar a un hijo: “Cuéntanos como ves la
relación entre tu madre y tu hermana”, que preguntándole directamente a la
madre acerca de la relación con su hija. Lo que quizás resulta menos obvio, es
la extremada eficiencia de esta técnica para provocar un torbellino de
respuestas por parte de la familia, lo que aclara grandemente las varias
relaciones triádicas. De hecho, al invitar a uno de los miembros de la familia a
meta-comunicar acerca de las relaciones de otros dos en su presencia, no solo
que adaptamos una de las normas omnipresentes en las familias
disfuncionales, sino que también nos ajustamos al primer axioma de la
pragmática de la comunicación humana: en situación de interacción, los distintos
participantes no pueden evitar la comunicación por más que lo desean.
Consideren el caso de la paciente designada, que fue invitada por el terapeuta a
describir su percepción acerca de la relación de su padre y su hermana menor.
Supongamos que muestre desaprobación por ciertas conductas del padre en
relación con la hermana. Representaría una gran diferencia en cuanto a la
información acerca de la relación triádica ( o sea incluso la persona
interrogada), si los otros dos se tornaran confusos, o si cada uno de ellos
reaccionara del mismo modo, o si solo el padre protestara con indignación
mientras la hermana mantuviera un silencio enigmático o mostrara una marcada
hostilidad o desprecio.
Tuvimos un paso así en que la paciente identificada, describiendo su percepción
de la relación entre su padre y su hermana marina, incluyó en sus comentarios
un reciente y significativo episodio. Terminó dirigiéndose a su padre con la
siguiente acusación: “Tenía la impresión de que la hacías desdichada y que lo
haces muy a menudo”. El contraste entre la indignación bíblica del padre y el
silencio inexpresivo de marina, que no confirmó ni contradijo lo que había
afirmado su hermana, nos permitió hacer algunas observaciones y por ende
formular nuevas hipótesis con respecto a la relación entre las dos hermanas
(relación que hasta el momento parecía amigable), el rapport de cada una con

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su padre, el rapport del padre con cada una de ellas, etc, etc. Al mismo tiempo,
el terapeuta, y mas aún los observadores de la sesión, se dieron cuenta del
comportamiento de la madre, quien, meneando la cabeza y con miradas de
desaprobación hacia la muchacha, mostró su alianza con el marido y su ira.
Demás está decir que la siguiente secuencia de preguntas incluyó a la madre:
“¿Y ahora, ya no ve la relación entre su hermana y su madre?.
De este modo, haciendo caso omiso de las limitaciones impuestas por el
condicionamiento lingüístico y cultural, podemos legar mas allá de la técnica y
la suma de las diferentes tríadas presentes dentro de la familia. Así la trama se
seguirá urdiendo hasta que aparezca claramente el asunto en la tela, sin la
necesidad de hacer la pregunta más esperada, escondida y combatida: “¿Pero,
Marina, como ve la relación entre su padre y su madre?”.
Los métodos prácticos para obtener información: Respecto de la modalidad
triádica de investigar las relaciones el principio fundamental de que la
información es la diferencia y que la diferencia es una relación o cambio en la
relación, presentaremos aquí algunos métodos prácticos que resultarán
extremadamente valiosos en la búsqueda de información.
1. en términos de conductas interactivas específicas en circunstancias
específicas (y no en términos de percepción o interpretación) por ejemplo: la
transacción iniciada por el terapeuta con el hijo mayor de una familia con
cuatro hijos, cuyo hijo menor, Lorenzo, presentó crisis de violencia durante
los cuales golpeó a su madre:
Terapeuta: “Cuando empieza a perder el control y empuja a tu madre. ¿Qué
hace tu padre y cual es la reacción de tu madre a lo que él hace
(o no hace)? Y ¿qué haces tú?, etc. Etc.
2. En términos de diferencias en la conducta y no en términos de predicados
supuestamente intrínsecos en la persona Por ejemplo: una conversación
entre el terapeuta y un niño relativa a los abuelos que viven con la familia:
Hijo: “Vivimos con los abuelos y ellos son unos verdaderos
rezongones.
Terapeuta: “¿Qué hacen que los convierta en rezongones?:

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Hijo: “Se meten continuamente con mis padres diciéndoles que hacer
con nosotros”.
Terapeuta: “¿Quién de los dos se mete más tu abuelo o tu abuela?
Hijo: “El abuelo”.
Terapeuta: “¿Con quién se mete más, con tu madre o con tu padre?.
Hijo: “Con mi madre”:
Terapeuta: ¿Y quién se molesta más cuando tu abuelo se mete, tu padre o tu
madre?
Hijo: “OH, mamá, por supuesto!! Quiere que papá lo mande de
paseo...”

3. En términos de clasificación por tanto de distintos miembros de una familia,


de una conducta específica o de una interacción específica. Esta es una
invitación para efectuar una clasificación debería hacerse a mas de un
miembro de la familia.
Terapeuta: “Parece que su madre llora mucho en casa, que es muy
desdichada, dime Emilia, quién le da más consuelo cuando está
triste –tu abuela, tu padre, tu hermano, o tu? Has una graduación.

Este método de clasificación por parte de los miembros de la familia sirve


como una importante fuente de información, no sólo porque revela la posición
de los distintos miembros del “Juego de la Familia”, sino porque
eventualmente descubre interesantes discrepancias entre las distintas
clasificaciones.
4. En términos de cambios en la relación (o mejor dicho, en la conducta que
indica un cambio en la relación) antes y después de un evento preciso
(investigación diacrónica).
El siguiente ejemplo pertenece a la primera sesión con una familia de cuatro
miembros. La madre solicitó ayuda a causa de la conducta rebelde y
agresiva de su hijo Marcos de 13 años de edad. Había también una hermana
menor, Sissy. Casi todos los días habían violentas peleas entre madre e

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hijos. El evento preciso acerca del cual el terapeuta hizo las preguntas era la
crisis cardiaca sufrida por el padre a causa del trabajo y se hizo pensionar
por invalidez.
“Tu madre dijo que Marcos fue siempre un niño difícil Pero en tu opinión,
peleaban más ¿Antes o después de la enfermedad de tu padre?
Hijo: “Oh, después, después. Mamá se enoja más a menudo y
también está más nerviosa...lo que pasa es que en algún
momento debe detenerse... cuando papá pone la mano sobre su
corazón”.

5. En términos de diferencias con respecto a circunstancias hipotéticas


Terapeuta: “Si uno de tus hijos tuviera que quedarse en casa sin contraer
matrimonio, quién crees que sería mejor para tu padre? Quién
crees que sería mejor para tu madre?
Nosotros usamos todas estas metodologías durante la investigación de los
síntomas aún en la primera sesión. El lugar de enredarse en una lista de
conductas sintomáticas, el terapeuta conduce la investigación para enterarse
de cómo reacciona cada miembro de la familia a los síntomas. El modelo es
triádico –se invita a un miembro de la familia a describir de qué modo
reacciona a los síntomas otro miembro, y qué reacción tiene otro miembro
más ante esa reacción.
El siguiente ejemplo proviene de la primera sesión en la terapia de una familia
que presentó a un hijo anoréxico, Marcelo
Terapeuta: “(a la hermana Ornella) “Cuando tu madre trata de hacer que
Marcelo coma y él rechaza la comida, qué hace tu padre?
Ornella “Por un tiempo se contiene pero después se enoja y empieza a
gritar”
Terapeuta: “¿A quién le grita?
Ornella: “A Marcelo”.
Terapeuta: “¿Y cuando le grita a Marcelo, qué hace tu madre?.

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Ornella: “Se enoja con papá. Dice que lo está arruinando todo, que no
tiene ninguna paciencia, que lo empeora todo”.
Terapeuta: (al padre) “Y mientras sucede todo eso, qué hace Ornella?”.
Padre: (sonriendo a su hija con abierta admiración) “Ella sigue comiendo
como si nada pasara!”.

La ampliación gradual del campo de la observación: Otro método importante de


recolectar información durante las entrevistas con familias es iniciar con la
investigación de los sub-grupos. Sigue un ejemplo:
Una pareja joven con dos hijos, Pablo y Alessandro de 6 y 4 años
respectivamente, nos consultó en nuestro Centro porque tenía dificultades en
controlar a Pablo. En el período previo a la sesión, su malévola conducta se
había hecho insoportable: había inundado la casa, clavado clavos en un mueble
costoso, etc.
Durante la conferencia de equipo que precedió a la primera sesión, decidimos
investigar las relaciones familiares, comenzando con los varios sub-grupos. En
caso de que el padre estuviera ausente todo el día por razones de trabajo, lo
que con frecuencia sucede, y la madre se quedara en casa con los hijos, nuestra
investigación se iniciará con el sub-grupo madre-hijos, utilizando los términos
ya descritos.
1. en términos de diferencia:
Terapeuta: (al padre) “Quien quiere mas a su madre, Paolo o Alessandro”.
2. en términos de conducta interactiva específica en circunstancias específicas:
Terapeuta: Paolo, cuando haces enojar a Alessandro, qué hace tu mamá
Alessandro, cuando haces enojar a Paolo, que hace tu mamá?
Etc., etc.
Luego procederíamos con toda la familia, siempre siguiendo la forma propuesta:
Terapeuta: “Cuando papá vuelve del trabajo, Paolo es más obediente o
menos con mamá? Que hace papá, etc.

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Únicamente después de formar una bien articulada imagen del núcleo familiar,
podemos ampliar la investigación de manera de incluir las relaciones con las
familias de origen de los padres, profundizando los detalles de la relación entre
los abuelos y nietos (i.e. “quien es el preferido de la abuela?”), siempre
ateniéndonos a los métodos ya detallados para obtener la información.

NEUTRALIDAD
Por neutralidad del terapeuta queremos decir el efecto pragmático específico
que su conducta total durante la sesión ejerce sobre la familia (y no su
disposición psíquica). Trataremos de explicar exactamente cual es ese efecto
pragmático describiendo una situación hipotética. Imaginemos que cuando uno
de nuestros miembros de equipo termina la entrevista con la familia y se retira
para discutir la información con el resto del equipo, un entrevistador se acercara
a la familia para preguntar a varios de sus miembros que impresión les había
hecho el terapeuta. Si la sesión se había realizado conforme a la epistemología
sistémica, los distintos miembros de la familia tendrán mucho que decir acerca
de la personalidad del terapeuta (su inteligencia o falta de ella, su calidez
humana, simpatía, estilo, etc.) sin embrago, si se les preguntara a quien había
apoyado, la parte de quien había tomado o que juicio había formulado respecto
de uno y otro individuo o de sus respectivas conductas o de la de toda la familia,
deberían quedarse perplejos o indecisos.
De hecho, cuando el terapeuta invita a una miembro a comentar sobre la
relación de otros miembros, parece que en ese momento está de parte de ese
miembro. Sin embargo. La situación cambia cuando le pide a otro miembro de la
familia y a otro más que haga la misma cosa. El resultado de esas sucesivas
alianzas es que el terapeuta es simultáneamente el aliado de todos y de nadie.
Además cuanto asimila el terapeuta la epistemología sistémica, más interesado
está en provocar el feedback y en recolectar información y hemos dispuesto a
formular juicios morales de cualquier tipo. La mención de cualquier juicio, sea
de aprobación(2) o de desaprobación, lo convierte implícita e inevitablemente el
(2)
La connotación positiva, o sea la aprobación de una conducta sintomática puede
eventualmente ser utilizada como intervención paradójica al término de la sesión.

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aliado de uno de los individuos o grupos dentro de la familia. Al mismo tiempo,


tratamos de observar y neutralizar lo más pronto posible, cualquier intento por
parte de algún miembro o sub-grupo de la familia de seducir al terapeuta, de
crear una coalición u obtener una relación privilegiada con él.
En realidad, creemos que le terapeuta puede ser eficaz en la medida que es
capaz de obtener y mantener un nivel (metanivel) diferente del de la familia.

CONCLUSIÓN
Conducir una entrevista de acuerdo con los principios y métodos detallados mas
arriba, ayuda eficazmente al terapeuta a coleccionar información y por lo tanto,
ayuda en su trabajo terapéutico. Por información nos referimos principalmente
al aumento del conocimiento del terapeuta relativo al conjunto de las
modalidades relacionales que funcionan en la familia. El terapeuta se servirá de
ese conocimiento para sus intervenciones terapéuticas, sin comentarios,
prescripciones sencillas, prescripciones ritualizadas o rituales de familia.
La fase actual de nuestra investigación nos encaró con un nuevo problema.
Puede la terapia de familia producir cambios sólo por medio de efectos
negentrópicos de nuestro actual método de conducir la entrevista y sin la
necesidad de efectuar una intervención final?

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