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INTRODUCCION:............................................................................................................................. 2
CULTURA PARACAS ...................................................................................................................... 3
CULTURA VICUS............................................................................................................................. 7
CULTURA TEOTIHUACÁN: ......................................................................................................... 10
CULTURA OLMECA ...................................................................................................................... 11
CONCLUSION: ............................................................................................................................... 14
INTRODUCCION:
Las grandes civilizaciones antiguas lograron un gran avance en varias ramas de la
ciencia como la astrología, astronomía, geometría y las bellas artes. Sus
conocimientos, a pesar de haber pasado muchos años, han llegado hasta
nosotros por medio de escrituras, jeroglíficos, inscripciones al igual que por medio
de historias, leyendas y conocimientos populares. Con el paso de los años hemos
podido explicar cosas tan comunes y sencillas así como también hemos podido
predecir muchos fenómenos nuevos.
CULTURA PARACAS
Sus restos arqueológicos se encuentran en la
península de Paracas, al sur de Pisco. Dentro
de la cerámica, nos encontramos con una
serie de cuencos esféricos que están unidos
por un asa. Pero además de la cerámica o
bien de la decoración, hay que destacar su
aportación en el plano de la cirugía. Ya
contaban con instrumentos como en bisturí y
las pinzas para poder hacer las denominadas,
trepanaciones craneanas.

Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, del periodo
denominado Formativo Superior u Horizonte Temprano, que se desarrolló en la
península de Paracas, provincia de Pisco, región Ica, entre los años 700 a. C. y
200 d. C. Es contemporánea en parte con la cultura Chavín que se desarrolló en el
norte del Perú. Actualmente se sabe que lo que el arqueólogo peruano Julio Tello
denominó como «Paracas-Necrópolis» pertenece a otra tradición cultural, la
llamada cultura Topará, cuyo centro estaba ubicado más al norte, en el valle de
Chincha.1

Los paracas practicaban una textilería de alta calidad, en lana y algodón, así como
una cerámica decorada y una cestería muy elaborada. También realizaban
trepanaciones craneanas, cuyos fines aún se discuten.

La cultura Paracas es la antecesora de la cultura Nazca con la que tiene una


evidente afinidad cultural; de hecho, para muchos especialistas, la fase final de
Paracas es en realidad la fase inicial de la cultura nazca.

La cultura Paracas se desarrolló principalmente entre los ríos Ica y Pisco y en la


península de Paracas(Región Ica). En su época de mayor expansión, se extendió
por el norte hasta Chincha y por el sur hasta Yauca en la región Arequipa.

Algunos creen que el principal centro de los Paracas pudo estar ubicado en
Tajahuana, en el valle de Ica, por el sector de Ocucaje. Se trataba de un poblado
fortificado elevado sobre la cima de una peña de fácil defensa.

Descubrimiento

La cultura paracas fue descubierta en julio de 1925 por el arqueólogo peruano


Julio C. Tello, frente a la bahía de Paracas y al sur de Pisco. En agosto del mismo
año, Tello, ayudado por su discípulo Toribio Mejía Xesspe, instaló un campamento
arqueológico en el sitio.
El primer cementerio paracas fue hallado por Tello en las colinas de pórfido rojo
conocidas como Cerro Colorado. En total halló 39 tumbas en forma de pozo, que
él denominó “cavernas”, las cuales contenían fardos funerarios envueltos en finos
mantos y rodeados de ceramicos, instrumentos de caza, pieles de animales y
alimentos.

En 1927, Tello, junto con Mejía Xesspe, descubrió otro cementerio, en Warikayan,
muy cerca de Cerro Colorado, al que denominó Paracas-Necrópolis, donde halló
429 cadáveres momificados, envueltos cada uno con varios mantos, algunos de
los cuales eran muy espléndidos. Son los célebres mantos paracas, conservados
hoy en el MNAAHP.3

Además de esos dos cementerios, Tello identificó en la península de Paracas un


tercer cementerio, al que denominó Arena Blanca o Cabeza Larga, este último
nombre debido a la presencia de cráneos deformados, de forma alargada. Allí,
además de tumbas saqueadas, halló restos de viviendas subterráneas.4

División según Tello

Tello estudió como los paracas enterraban a sus muertos y sostuvo que esta
cultura pasó por dos épocas bien definidas. Llamó a la primera «Paracas-
Cavernas»; porque enterraban a sus muertos dentro de tumbas excavadas de
manera vertical en el suelo, que se ensanchan antes de alcanzar piso, lo que le da
una forma de copa invertida (aunque más que «cavernas» son en realidad pozos).
Llamó a la segunda «Paracas-Necrópolis»; porque enterraban a los muertos en
cementerios rectangulares más sofisticados, que simulan ser «ciudades de
muertos» o necrópolis. Esta división de la cultura paracas estuvo en boga durante
largas décadas, debido al prestigio de Tello, considerado el «padre de la
arqueología peruana», hasta que otros arqueólogos han demostrado que la
denominada «Paracas-Necrópolis» pertenece en realidad a otra tradición cultural:
la cultura Topará.

Paracas Cavernas (700 a. C. - 500 a. C.)

La etapa Paracas Cavernas tiene una antigüedad de 700 años a.C. La población
principal de la cultura Paracas en esta época se desarrolló en Tajahuana, a orillas
del río Ica, en el sector Ocucaje.
El nombre proviene por la manera de cómo enterraban a sus muertos los Paracas,
en forma fetal. Esto se comprueba por los hallazgos de los fardos funerarios
encontrados en Cerro Colorado.

Las tumbas encontradas eran subterráneas cavadas en las rocas, con una forma
que parece una “copa invertida”, o de botella de cuello alto, en cuyo fondo de unos
6 metros de diámetro, colocaban los fardos funerarios.

Eran tumbas comunitarias, aunque no se sabe si los enterramientos


correspondían a una misma familia.

Los cuerpos se encuentran momificados, por las condiciones climáticas y del


terreno. Algunos de los cadáveres muestran trepanaciones y deformaciones
craneanas, probablemente debido a motivos religiosos.

Paracas Necrópolis (500 a. C. - 200 d. C.)

Artículo principal: Cultura Topará

Cráneos deformados expuestos en el Museo Regional de Ica.

El periodo de Paracas-Necrópolis recibió su nombre por el hecho de que sus


cementerios, de forma rectangular, descubiertos en Warikayan, estaban divididos
en varios compartimientos o cámaras subterráneas, que a Tello le parecieron una
«ciudad de los muertos» (necrópolis). Cada cámara grande supuestamente habría
sido propiedad de una específica familia o clan, que enterraba a sus antepasados
a lo largo de muchas generaciones.

Las tesis de Tello fueron cuestionadas por otros arqueólogos. En primer lugar,
Warikayan no parece haber sido una necrópolis, sino un gran centro poblado, en
algunas de cuyas edificaciones fueron depositados más de 400 fardos, hecho que
hasta ahora no tiene una explicación satisfactoria. Podría haber sido un sitio
considerado sagrado, por la coloración roja de sus cerros y su cercanía al mar,
que lo relacionaría con la muerte y la regeneración.5 Y en segundo lugar, las
manifestaciones culturales de este yacimiento no pertenecen a la cultura paracas
propiamente dicha, sino a otra tradición cultural distinta, que ha sido denominada
Topará y que se desarrolló en los valles de Cañete, Topará, Chincha y Pisco,
hasta la península de Paracas como límite sur. Es decir, Warikayan se hallaba
precisamente en la frontera de ambas culturas. Es probable que la cultura topará
se impusiera bruscamente en la región tras una guerra de conquista. La presencia
de armas en muchos fardos funerarios, así como la masiva presencia de cráneos
rotos y trepanados, serían signos de una época muy violenta.
Cada momia está envuelta en muchas capas de textiles, algunos de los cuales
son de extraordinaria calidad. Estos últimos, precisamente, son los que han hecho
ganar fama a Paracas, ya que sus mejores ejemplares son muy esplendorosos.
Son conocidos mundialmente como los Mantos Paracas.

Arquitectura

Tanto en la península de Paracas como en otros sitios paracas no se han hallado


rastros de arquitectura monumental, a excepción del valle bajo de Ica, donde se
encuentran dos sitios importantes: Ánimas Altas y Ánimas Bajas.

Ánimas Altas abarca un área de 100 hectáreas y está defendida por una muralla
alta hecha con capas de paja y tierra revestida de adobes. Consta de trece
estructuras elevadas de similar orientación y patrón arquitectónico. Algunas de sus
paredes presentan decoraciones hechas en trazos incisos cuando el barro todavía
se hallaba húmedo. Representan a felinos divinizados.

A poca distancia de Ánimas Altas se encuentra Ánimas Bajas, de unas 60


hectáreas de extensión, conformado por siete montículos rectangulares
construidos con adobes hechos a mano, en forma de bolas o granos de maíz.

Fardos funerarios de los hombres de paracas

Los entierros de los Paracas seguían sin duda un ceremonial riguroso y


prolongado. El cadáver era momificado mediante una técnica muy elaborada
cuyos detalles permanecen desconocidos; pero la mayor de las veces se recurría
a la momificación natural, librada al medio ambiente. La momia, envuelta en su
sudario y en posición fetal, era colocada en un cesto de mimbre conjuntamente
con una serie de objetos, lo que nos indica el concepto que los Paracas tenían
sobre la vida ultraterrena. Se han hallado prendas de vestir, hondas, tejidos, así
como vasijas con granos de maní, mazorcas de maíz, etc. El conjunto era envuelto
cuidadosamente por un número no siempre igual de mantos o tejidos de diferente
calidad; el paquete así formado se llama fardo funerario. El manto que se halla
más cerca del cuerpo de la momia suele ser el más fino, bordado con figuras que
representan simbólicamente el mundo de la mitología paracas. Los mantos
restantes son de menor calidad. Algunos fardos funerarios están envueltos hasta
por diez u once mantos, y pertenecen sin duda a los miembros de las clases
dominantes.
CULTURA VICUS
Su centro arqueológico estaba ubicado al
sureste de Chulucanas. En esta cultura
debemos destacar sus cualidades en la
cerámica. En ella se podían encontrar obras
que iban de las más simples hasta las que
contaban con gran precisión y belleza. Del
mismo modo también fueron importantes en el
plano de la metalurgia. Trabajaron tanto el oro
como la plata y el cobre.

Vicús es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló entre los
años 150 a. C. y 400 d. C. Se descubrió en los años 60's mediante la huaquería
ilegal. La gran mayoría de piezas de la mejor calidad se localizó dentro de la
hacienda Pabur de Domingo Seminario Urrutia, quien fue el primero y único en
denunciar este acto ilícito que ocurriría dentro de su propiedad a la casa de la
Cultura del Perú, siendo su director José María Arguedas.

En 1963 comenzó la fiebre de la huaquería, donde se extrajo muchas piezas


arqueológicas donde fueron a parar a países de Europa. Domingo Seminario
Urrutia al ver esta comercialización ilegal comenzó a comprar cada pieza que le
ofrecieron con la única finalidad de preservar la piezas en su lugar de origen y
evitar la pérdida de información.

Por ello, Seminario Urrutia se pone en contacto con el Ministerio de Educación


Pública y el Patronato Nacional de Arqueología donde contrata el 4 de enero de
1964 a Ramiro Matos para que estudie esta nueva cultura. Asimismo, tenemos
conocimiento de que Seminario contrato al arqueólogo Carlos Guzmán Ladrón de
Guevara y al Tecnico José Casafranca Noriega.

Estimaciones efectuadas por el arqueólogo peruano Luis Guillermo Lumbreras


formuló su esquema cultural tomando como base el criterio económico social.
Lumbreras se ocupó de la cultura vicús a partir de 1979. aproximadamente, en la
zona costera norte del Perú, en el curso inferior del río Piura, a 7 km del distrito de
Chulucanas, en la provincia de Morropón, departamento de Piura. Descubierta por
excavadores clandestinos (¨Huaqueros¨)

Su sede administrativa, localizada en el "cerro Vicús", a una altitud de 170 msnm,


y que da nombre a esta cultura, sirvió de enlace con otras ciudades andinas
ubicadas más al norte. Los vicús, conocedores de las aleaciones de la plata, el oro
y el cobre, usaron estos metales en la elaboración de sus instrumentos de
labranza.
Factor Ecológico

La zona arqueológica de la cultura Vicus se encuentra ubicada entre la cordillera


Occidental y el mar. Comprende una serie de lomas arenosas que en época de
lluvias (enero a marzo) reverdece por la presencia de pastos de regular tamaño y
de unos arbustos llamados overos. También se observan unos aislados bosques
de algarrobo, cuyas hojas y frutos sirven de excelente alimento para el ganado
caprino. Normalmente, el lugar esta conformado por médanos, en cuyas
profundidades los huaqueros encontraron cementerios. El clima es cálido, de
acuerdo con la latitud geográfica.

Expresiones Culturales de la Cultura Vicus

Las Tumbas

En los cementerios de la cultura Vicus se observan tumbas profundas, algunas de


las cuales alcanzan hasta 10 metros de profundidad. La mayoría de ellas tiene
forma de pozos circulares de más o menos un metro de diámetro. Estas tumbas
terminan en una cámara funeraria sobre salida de un lado, que tienen 2,50 metros
de largo, dando así la forma de una bota. Otras tumbas tiene la forma cilíndricas.
Esta clase de tumbas se hallan bastante difundidas en la Sierra de Ecuador y
Colombia. Lo mismo ocurre con la cerámica; por eso se piensa que la cultura
Vicus es una zona de transición entre el norte (Ecuador y Colombia) y el centro
andino (Perú).

Vida Social de la Cultura Vicus

Hasta ahora los arqueólogos no han podido ubicar las viviendas de los habitantes
de la cultura Vicus. Tampoco han hallado restos de osamentas humanas. Solo se
conocen los tesoros dejados en las tumbas. A falta de pruebas, poco se puede
decir sobre esta cultura. Se supone que se dedicaron a la agricultura, irrigando los
campos y abandolnandolos con guano de las islas para mayor producción. Los
instrumentos que se utilizaron fueron hechos de cobre. Cultivaron calabazas,
zapallos, pallar, maíz y frutas. Se habrían alimentado con carne de llama, cuy,
pato y conejo del monte. Las viviendas de la cultura Vicus, a juzgar por las
representaciones en la cerámica, tuvieron techo a dos aguas, a causa de las
fuertes lluvias que caen en la región. Estaban edificadas sobre un plano
rectangular, con paredes de quincha, revestidas de barro. Tenían una sola pieza y
asemejaban a los palafitos; es decir estaban construidas sobre estacas para evitar
la humedad y la abundancia de parasitos. Algo curioso de la cultura Vicus es que
las joyas se destinaban a los hombres y las mujeres se colocaban vestidos
sencillos.

Cerámica

La cerámica de la cultura Vicus es de apariencia agradable y guarda semejanza


con la cerámica Chavín y Mochica. Esta cerámica se caracteriza por los siguientes
rasgos:

Aspecto macizo

Tendencia a la escultura realista, representan figuras naturales (humanas,


animales y vegetales) y espirituales.

Forma de recipiente de doble cuerpo y cantaron con asa de gollete-estribo.

En general utilizaban varios colores: marrón, amarillo, naranja y rojo.

La técnica de la cultura Vicus era el de «la pintura negativa», llamada así porque
no se pintaba la parte decoloradas sino las áreas que la bordeaban, con el objetivo
de destacarlas. Estas pinturas se efectúan antes de la cocción, aunque hay
algunos casos en que se realizaban después de la cocción. En este último caso
tenia la desventaja de desvanecerse fácilmente cuando se introducía al agua. Las
cerámicas representan viviendas con la base cuadrangular, figuras de animales
(muca, gato montes, patos, venados, peces, serpientes y lagartos), individuos
mutilados o con algún defecto físico (tuertos, leporinos) y también seres
mitológicos; el legendario personaje del dios Al Apaec, una divinidad felina
parecida a la figura de la Piedra Raimondi; el dios Mochica o el personaje central
de la Portada del Sol de Tiahuanaco. La maestría en la cerámica de la cultura
Vicus llama la atención llegando casi a la perfección con los huacos silbadores. Es
notable como reproducían fielmente al animal que representaba.

Metalurgia

Metalurgia de la Cultura VicusOtro aspecto sobresaliente de la Cultura Vicus es la


metalurgia. Usaban el oro, plata, cobre, aleaciones y piedras preciosas para crear
mascaras, cuentas discos, collares, pectorales, brazaletes, narigueras, orejeras,
etc. Lo llamativo son los pectorales de cobre dorado, con discos de oro que
brillaban al sol y producían un ruido especial al moverse. De la misma forma los
habitantes de la cultura Vicus confeccionaban muchas armas con cobre, tales
como porras estrelladas, jabalinas, hachas, pecheras, etc. Por último
confeccionaban instrumentos de trabajo como pinzas de depilar en forma de
media luna, cinceles, agujas, etc.
CULTURA TEOTIHUACÁN:
Teotihuacán o Teotihuacan (en náhuatl:
Teōtihuācan, ‘‘lugar donde los hombres se
convierten en dioses ’;1 ‘lugar donde se
hicieron los dioses ’; ‘ciudad de los
dioses’’)?2, o también Teo uacan (en
náhuatl: 'Ciudad del sol')3 es el nombre
que se da a la que fue una de las mayores
ciudades prehispánicas de Mesoamérica.
El topónimo es de origen náhuatl y fue
empleado por los mexicas para identificar
a esta ciudad construida por una
civilización anterior a ellos y que ya se
encontraba en ruinas cuando los mexicas la vieron por primera vez. A la fecha se
desconoce el nombre que le daban sus habitantes originales. Los restos de la
ciudad se encuentran al noreste del valle de México, en los municipios de
Teotihuacán y San Martín de las Pirámides (estado de México), aproximadamente
a 78 kilómetros de distancia del centro de la Ciudad de México. La zona de
monumentos arqueológicos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco en 1987.
Comercio e influencia
Teotihuacan fue una importante ciudad comercial gracias a su abundante
producción agrícola (tanto la de temporal como en la que se utilizaban canales de
irrigación) y a los yacimientos de obsidiana.
La dominación de Teotihuacan se extendió a muchas zonas de Mesoamérica.
Unas estaban bajo su autoridad directa y otras, pagaban tributo. La influencia
cultural fue fuerte y se advierte en las áreas del Golfo de México, Oaxaca y la
Región Maya.
La sociedad teotihuacana estaba integrada por sacerdotes, guerreros,
comerciantes, artesanos y agricultores, entre otros.
Religión
Este desarrollo mercantil e industrial se apoyaba en una solida estructura agrícola,
que permitía el mantenimiento de artesanos, guerreros y sacerdotes. Por tanto, no
resulta extraño que las principales deidades (Tlaloc, Chalchiuhtlicue y Xipe-Totec)
estuviesen vinculadas con el agua y la vegetación. A ellos habría que añadir otras
viejas divinidades del Formativo, como Quetzalcóatl, el dios del bien; Huehueteotl,
el dios del fuego; y Mictlantecuhtli, señor de la muerte.
Los teotihuacanos expresaban sus creencias por medio de la escultura, la
cerámica y la pintura mural. Por ejemplo, en las fachadas de los templos
representaban a deidades como Tláloc y la Serpiente Emplumada, relacionados
con la lluvia y la fertilidad, respectivamente.
Fin de la Cultura Teotihuacana
A finales del periodo Clásico, la ciudad fue saqueada, quemada y destruida. Se
desconocen con exactitud las causas de la decadencia de esta cultura, pero
algunos investigadores consideran que sucumbió por la sobreexplotación de los
recursos naturales, las invasiones de otros pueblos y los conflictos internos.

CULTURA OLMECA
La cultura olmeca fue la civilización que se desarrolló durante el periodo
Preclásico de Mesoamérica. Aunque se han
encontrado vestigios de su presencia en
amplias zonas de Mesoamérica, se
considera que el área nuclear olmeca zona
metropolitana abarca la parte sureste del
estado de Veracruz y el oeste de Tabasco.
En ese sentido, es necesario hacer la
aclaración de que el etnónimo olmeca les
fue impuesto por los arqueólogos del siglo
XX, y no debe ser confundido con el de los
olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que
floreció en el epiclásico en sitios del centro de México, como Cacaxtla.
Historia

Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de
1200 a. C., y los más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. La
civilización olmeca se constituyó principalmente alrededor de 3 centros
ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, además de manifestarse en
otros sitios como Laguna de los Cerros.

San Lorenzo

El centro olmeca más antiguo es el de San Lorenzo (1150 a. C.


aproximadamente.), municipio de Texistepec, situado en la cuenca del río
Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio del florecimiento de la cultura
olmeca en este sitio comenzó alrededor del año 1150 a. C., época de la que datan
la mayor parte de las esculturas y elementos arquitectónicos que caracterizan a la
cultura olmeca, muchos de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo fue
saqueado en el año 900 a. C., y las esculturas monumentales sufrieron un intento
de destrucción; algunas se enterraron, y otras fueron trasladadas al centro
ceremonial.
La Venta

Fue el centro ceremonial más importante de los olmecas. Esta antigua ciudad se
distingue por representar el primer trazo arquitectónico planificado en el México
antiguo, su arquitectura monumental de tierra, su gran acervo escultórico y sus
ofrendas de jade, al igual que por sus ofrendas masivas, únicas en el mundo
prehispánico. En los alrededores de La Venta se han encontrado vestigios
culturales que datan de 1750 antes de Cristo, aunque la ocupación principal se
concentra entre el 1200 y el 400 antes de Cristo.2 Cuenta con la pirámide más
antigua de Mesoamérica y también se han encontrado cabezas colosales y tronos,
que merecen especial reconocimiento por el hecho de que para construirlas,
tuvieron que ser transportados los enormes bloques de basalto desde la Sierra de
los Tuxtlas, a decenas de kilómetros de ahí, ya que por ser una zona pantanosa y
arenosa, no había piedras. Se cree que pudo llegar a albergar hasta 20.000
habitantes en ese lugar.

Religión

Mosaico de jade, representacion un mascaron del jaguar.

Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos


posteriores. Tenían una religión politeísta, gran número de sus dioses eran
relacionados con la agricultura y otros elementos como el sol, el agua, los
volcanes, animales, etc.

El centro de su religión y culto es el jaguar, y aparece representado en la


iconografía olmeca. Se le representaba con la característica boca olmeca, de
forma trapezoidal, con las comisuras hacia abajo y el labio superior muy
engrosado. En muchos casos con colmillos muy pronunciados, adornos
supraciliares y el cráneo hendido. Siempre aparece representado de la misma
manera. No se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser el origen del
dios de la lluvia, que se desarrollará posteriormente en muchos puntos de
Mesoamérica.

Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos
los animales de la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas
de unos y cuerpos de otros, creando seres mitológicos. En ocasiones para sus
representaciones religiosas tienden a la abstracción, con lo cual no se sabe
exactamente qué pudo significar.

Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados
directamente con los gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales,
gobernantes con poderes sobrenaturales, descendientes directos de las
divinidades.

Tres Zapotes

El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más


conocido porque fue el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la
civilización olmeca que se desarrolló aquí fue una cultura ya en decadencia, no el
esplendor que vivió en los centros ceremoniales anteriores.

Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se construyeron


edificaciones de tierra y adobe, por lo cual han perdurado pocos restos. Se
construyeron montículos con templos en la parte superior, lo que se podía
considerar como un precursor de las pirámides mesoamericanas. También
construyeron edificaciones en torno a patios centrales, característicos de las
civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a. C. existen pruebas de
bruscos cambios políticos; como muestra, el intento de destrucción de algunas de
las cabezas olmecas.

Si para la mayoría de los especialistas como Michael D. Coe o Richard Diehl, la


cultura olmeca es originaria de la costa del Golfo (ZMO: Zona Metropolitana
Olmeca), para la escuela francesa promovida por Christine Niederberger3 y
desarrollada en particular por Caterina Magni,4 la cultura olmeca aparece como un
conjunto multiétnico y plurilingüístico que se extiende sobre la mayor parte de
Mesoamérica desde 1200 hasta 500 a. C.

La presencia olmeca se certifica en México (costa del Golfo, costa del Pacífico y
altiplano central), principalmente en la zona costera del Golfo de México entre los
ríos Papaloapan y Grijalva, pero también en lugares como Chalcatzingo (Morelos),
Teopantecuanitlán (Guerrero).

Más allá de las fronteras mexicanas, vestigios de una presencia olmeca se


encuentran en Guatemala (Takalik Abaj), Belice, El Salvador, Honduras, y
Nicaragua.
CONCLUSION:
Las culturas antiguas han sido la base fundamental del avance social que vivimos en este
siglo, el cual ahora se destaca por la era tecnológica, sin embargo ha las antiguas
civilizaciones, agradecemos el camino a las invenciones, la escritura y el comercio, así como,
las estructura política que se distingue en la mayoría de los países del mundo luego de ser
esta parte de la evolución para llegar a ser demócrata, y la propia evolución en la estructura
social.

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